Apoyar el plan de estudios, trabajando conjuntamente con toda la comunidad educativa
(maestros, profesores, alumnos y familiares). Desarrollar y fomentar el hábito y el placer por la lectura en los alumnos, así como la utilización de las bibliotecas a lo largo de su vida. Contribuir a desarrollar en el alumno tanto la adquisición como la aplicación de capacidades. Facilitar el acceso a los distintos materiales informativos sin importar la frontera. Promover los recursos y servicios dentro y fuera de la comunidad del establecimiento educativo. Como centro de recursos para el aprendizaje, la función principal de la biblioteca es la de apoyar la implementación del currículum, facilitando los procesos de enseñanza-aprendizaje, promoviendo el gusto por la lectura y fomentando al mismo tiempo la participación de toda la comunidad educativa. De acuerdo con estos fines, la biblioteca debe perseguir la articulación curricular, integrando los recursos existentes y seleccionando nuevos recursos en consonancia con el proyecto educativo de la institución. Esto implica la adecuación de los materiales y su puesta a disposición del plantel docente, con quienes el equipo del centro trabaja de forma coordinada. Centrada así en la noción de “aprender a aprender”, la biblioteca escolar debe constituirse como un “centro de recursos para el aprendizaje”, eje central en el fomento de hábitos de lectura así como también en la puesta en práctica de habilidades de búsqueda, evaluación y utilización de la información que los alumnos necesitarán durante sus vidas.