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MATERIALES DE TRABAJO Los predicados verbales 1. Reconocimiento de una forma verbal La identitcacion de tormas verbales en un texto no presenta ninguna diticul- tad practica, ya que los verbos tienen en comin una actualizacién especifica que se lleva a cabo mediante desinencias flexivas que dan informacién sobre tiempo y modo, Esta identificacion requiere, sin embargo, tener en cuenta el contexto, es decir, la funcién sintactica del elemento en el marco de la frase simple. No puede basarse tinicamente en la morfologia, porque los casos de homografia (verbo-nombre, por ejemplo) son muy numerosos. Ademas, como hemos visto antes, la identificacién de una forma dada como verbo no permite, por si misma, atribuirle una funcién en la frase, debido a la homogeneidad de esta categoria (of. cap. 1), Acontinuacién, estudiaremos las propiedades de los predicados verbales. No es posible presentar aqui todos los tipos de verbos (¢f. Levin, 1993; Dubois y Dubois-Charlier, 1997). Nos limitaremos a mencionar la existencia de verbos performativos: te deseo lo mejor; verbos y sustantivos predicativos de resultados «concretos»: han construido una iglesia; la construccion es sdlida y verbos de clén intema: Juan ha grado ta stila; Juan ha toto ta rama; Juan ha hervido ta leche. Analizaremos otros tipos de verbos en distintos capitulos: verbos soporte (cap. 7) y verbos idiomdticos (cap. 10). usa morfolégica Un predicado verbal, como todo predicado, esta definido por dos tipos de propiedades: su papel de seleccionar argumentos y su inscripcién en el tiempo. Este capitulo trata la primera de estas dos propiedades. La segunda, la veremos en el capitulo 8, que trata de la actualizacién de los predicados. La detecci6n de un verbo dado implica el reconocimiento previo de su delimitacién morfoldgi ca. $i bien el reconocimiento de una forma verbal es sencillo, ya no lo ¢s tanto saber a qué lexema corresponde, Un verbo puede corresponder, entre otros casosa: ‘+ Formas simples y elementales (sin sufijo): mirar, cantar, girar. Formas simples con sufijo: solidificar, ridiculizar, martillear. Verbos idiomaticos: estar la pata, pensar en las musaranias, Verbos pronominzles: irse, quejarse. Verbos impersonales: Hover, parecer (que P) Verbos de elementos separables: tomar N en serio. Verbos con adverbios obligatorios: encontrarse (bien, mal). + Verbos con adjetivos obligatorios: andar derecho, ir corto, Verbos con marcadores de intensidad: Hover a céintaros. En otras lenguas, como en inglés y en alemén, existen verbos con particula separable: abhauen, wegfuhren, en alemén, o sive up, go away, en inglés. El recono- cimiento automiatico de las unidades verbales pasa por consignar estas informa- ciones en un diccionario electrnico, 3. Cambios de categoria gramatical de los verbos Desde el punto de vista de su funcién en el marco de la frase, las categorias gramaticales principales no constituyen conjuntos disjuntos. Hemos visto en el capitulo precedente (§3) que los verbos pueden asociarse, en algunos de sus em- pleos, a formas nominales y/o adjetivas: Juan desea verla; Juan siente ot deseo de verla; Juan esta deseoso de verla, En los dos capitulos siguientes, volveremos sobre este particular, Desde el punto de vista morfoldgico, se distinguen habitualmente varios tipos de nominalizaciones: la adicién de un sufijo: decorar/decoracién, sal- var/salvamento; una nominalizacion regresiva: compraricompra; un cambio de raiz: jugar { juego. Sucede lo mismo con las adjetivaciones. Tenemos, respecto al ve el anadido de un sufijo: respetar { respetuoso, desear / deseoso, También pueden crearse verbos a partir de la adicién de un sufijo a un adjetivo: blanco / blanquear. bo, Estos cambios morfoldgicos estan vinculados a modificaciones de la actualizacién respectiva de cada tipo de predicado (¢f. cap. 8) y de la forma de sus argumentos. También encontramos, aunque los ejemplos son raros, verbos que presentan la misma raiz que una preposiciGn. Es el caso de adelantar, en uno de sus empleos: et este aspecto, Juan adelanta a Luis; en este aspecto, Juan va por delante de Luis, AGn cabria senalar el caso de los predicados verbales auténomos, Llamamos asia los verbos que no estén asociados ni a formas nominales ni a formas adjeti vaso que no tienen vinculo seméntico ni sintéctico con elas, si estasexisten. Ast, el verbo causativo provocar representa un empleo distinta del sustantivo proveca- cid 0 del adjetivo provocador. 4. Estudio de los argumentos En la primera parte de este capitulo, analizaremos las propledades caracteristi cas de los argumentos de un verbo. En primer lugar, presentaremos criterios que nos permitan distinguir los argumentos de los complementos circunstanciales. A continuacién, veremos las diferentes formas que pueden adoptar los arguments. A.L. Objetos y complementos circunstanciales Un predicado abre un conjunto de posiciones argumentales que le son pro- plas y que aceptan solo ciertas clases serndnt naturaleza del predicado. Por ejemplo, descifiar selecciona dos argumentos: un humano y un objeto que pertenece a La clase de los . El verbo leer puede seleccionar tres: Juan lee una novela a su hijo. Examinaremos aqui el problema del reconocimiento de los argumentos y de su delimitacidin y presentaremos, en el capftulo 4, una herramienta te6rica que permite dar cuenta de la compatibilidad seméntica entre predicados y argumentos. Una dificultad evocada a menudo consiste en determiner, para un predicado dado, el néimero exacto de sus argumentos, lo que se denoming a menudo la serie ‘mds larga. Se plantea aqui el espinoso problema de la distinci6n entre argumen- tos y complementos circunstanciales. Desde el punto de vista seméntico y te6 co, podemos decir que un grupo nominal es un argumento si figura en el Ambito estricto del predicado. Asi, la indicacion del precio forma parte de la definicién del verbo vender, que presenta, ademés del sujeto, tres argumentos-objetos: la cosa vendida, la persona a la que se le vende y el precio de venta: Juan le ha ven- dido el coche a Luis por die mil euros. En esto, vender se diferencia de regalar, que solo tiene dos argumentos-objeto: Juan Ie ha regalado el coche a Luis Como no siempre resulta facil decidir s1 un grupo nominal forma parte ono del conjunto de argumentos de un verbo, se debe recurtir a propiedades forma as. Estas clases dependen de la les, Observemos, en primer lugar, que argumentos y complementos circunstan- iales tienen propiedades comunes, como la extraccién: se observa esta costumbre en: Francia; es en Francia donde se observa esta costumbre; Juan le ha gritado a Luis; es a Luis a quien Tuan ha gritado. Esta propiedad es interesante, porque plantea el problema de la relacién de los complementos circunstanciales con el predicado de la frase, Mas tarde, volveremos sobre este punto. Examinemos ahora algunas propiedades de posicién. En la frase simple, un, complemento de objeto figura tras el predicado y no puede desplazarse a la posi- Gin frontal si no se retoma mediante un pronomibre (dislocaciGin): Juan ha lefdo este texto; *este texto, Jian ha lef; este texto, Jism to ha lefde. Un complemento circunstancial, en cambio, puede desplazarse al inicio de la frase sin mast tlueve a ‘menudo en Paris; en Parts, llueve a menudo. Diremos que en Paris es un complemen- to circunstancial locativo. En cambio, en la frase ese museo se encuentra en Paris, el complemento a Parfs, que es desplazable con tanta facilidad (?en Paris, ese musea se encuentra), salvo tematl- zacion obvia: en Paris, se encuentra ese museo, ademas de otras colecciones importan- tes. En este tiltimo caso, consideramos la secuencia en Faris no como un comple- mento circunstancial, sino como un argumento del predicado encontraise. Esta observacién requiere, no obstante, una abservacién adicional. Les complemen- tos de objeto segundos (y esto es tanto mas cierto cuanto mas alejado esté el complemento del predicacio) también pueden fagurar en posicién frontal: @ juan, edi un libro y a Luis sa: cuckillo, Hay que anadir que, en este caso, el efecto con- trastivo es mds acentuado que en el caso de Jos complemenitos circunstanciales. A pesar de los criterios que acabamos de mencionar, y que son bien conoc dos, resulta dificil en algunos casos pronunciarse sobre el estatus sintéctico de cicetos complementos. Tomemos, titulo de ejemplo, un complements locativo que acompanie al verbo extcontrarse: Juan se ha encontrado con su hermano en el ‘mercado. Si comparamos esta construcci6n a la frase: Juan estd durmiendo en (sit cama, su habitacién}, se tiene la sensacién de que, en la segunda frase, el comple- mento locativo esté mds «cercano» al verbo, Esta impresi6n se ve reforzada por el hecho de que la primera frase admite la siguiente pardfrasis: Juan se ha encontrado con su hermano; lo cua ha sucedido en ef mercado, que es mucho menos aceptable para la segunda frase 2Juan esti durmiendo; lo cual estd sucediendo en su cama, Examinemos ahora una frase como Juart le hablé a Luis de sus dificultades, don- de Luis y dificutades son argumentos de hablar. Como hablar es un predicado de accion, puede retomarse mediante el pro-verbo hacerlo (Prandi, 2004: 268-274): Juan te habla a Luts de sus dificultades. Lo hace a menudo. Bl anaférico to hace 1 adiclonalmente se analiza como circunstanelal, no te ala secuencia hablar a Juan de sus dificultades en su conjunto y no a uno u otro de sus argumentos. Ningin argumento puede dejarse al margen del anaférico lo hace: Juan le habla a Luis; lo hace de sus dificultades; Juart habla de sus dificultades; Pla hace a Luis. Lo hace retoma, pues, el grupo verbal en su totalidad, como vernos en el caso de presencia de un complemento circunstancial: fila se ha mnarchado para huir de este conflicto; Juan se ha marchado; lo ha hecho para hur de este conflicto; Juan se ha marchado mds pronto porque parecta que iba a lover, Juan se ka marchado mds pronto. Lo ha hecho porque parecta que iba a Hover. Esta propiedad se aplica también en caso de predicados de acontecimiento: Er primavera, a menudo cen trombas de agua m los patses mediterriinees; A menudo caen trombas de agua en pri- mavera en los paises mediterrineos; Sucede a menudo que caer trombas de agua (an primavera, en los paises mediterrdneos).. Veremos en el capitulo 15 que los argumentos y los complementos cireun: tanclales repasan sobre estructuras muy distintas. Un argumento perten construccién del preciicado de una frase simple, es decir, a un predicado de pri- mer orden. Los complementes circunstanciales, en cambio, son introducidos por conectores que son predicados de segundo orden. Una preposicién que introdu- ce un argumento no tiene el mismo estatus que una preposieién que introduce un complemento circunstancial. La primera es un elemento del esquema predi- cativo de un verbo transitivo indirecto. La segunda es un predicado de segundo orden que introduce un complemento circunstancial y constituye el vinculo entre dos frases, las que convencionalmente suclen llamarse le principal y la su- bordinada. Los argumentos que acabamos de examinar deben considlerarse argumentos, elementales en €1 marco de la frase simple. Su orden esté fijado de manera con- vencional. No hay que confundislos con sccucneias que pueden ser idénticas en, superficie pero que obedecen a estructuras complejas, como, por ejemplo, las que implican un attibuto del objeto: fo han elegido alcalde; Juan se toma et café frie. eala 4.2. Tipos de argumentos Hay dos grandes tipos de argurnentos: los nombres elementales (me gusta ef chocolate; reconozco esta calle) y las frases, es decir, otros predicados (sé que viniste: ame ha gustailo tu respuesta). Con todo, algunos tipes de verbos plantean proble- mas de anilisis. Normalmente, los adverbios de manera son predicados que ope- ran sobre un verbo: Juan se ka comportado dignamerte, del mismo modo que el adjetivo opera sobre el predicado nominal correspondiente: ef comportamiento que Juan ha tenido ha sido digno, No obstante, algunos adverbios no corresponden, a este andlisis. Por ejemplo, (mds) tarde es un adverbio en este problema lo solucio- naremos més tarde y un argumento en Juan ha dejado este problema para mas tarde Los andlisis que acabamos de efectuar corresponden a construcciones regula- res, €s decir libres, y no se aplicana las secuencias verbales fijas 0 idiométicas, que no presentan las posibilidades sintacticas que caracterizan a los complementos libres. Por otra parte, algunos verbos presentan objetos intemos (vivir una vide dificil). En cuanto a los vetbos Impersonales, no tlenen verdadero sujeto: Hueve (6, en francés, il pleut, en que il es un falso sujeto). Esta construcsién no debe confundirse con la extraposicién de predicados: Se vende mucho dltimamente. S$. Estudi 1s de complementos nominales En el capitulo 4, dedicado a las clases de cbjetos, describimos los vineulos se- ménticos existentes entre los predicados y sus argumentos. Consideraremos agut os problemas plarieados por el reconociiniento de los complementos de los verbos. Recorclemos primero algunos hechos bien conocidos sobre la frase sim- ple. Los verbos pueden presentar una construcci6n directa: (tomar wt tren), indi- recta (ocuparse de un asunto} o ambas {asignar tn mimero a alguien). Puede haber dos complementos con construccién indirecta: hablar de algo con alguien. Seftale- mos también que, en algunos casos, un complemento puede presentar a la vez discutir algo, discutir (de, sobre) una construcci6n transitiva directa e indirecta: algo, Encontramos también modificaciones de estructura. Por ejemplo, en cl atsibu- to: Juan es competente. Silo introduce una preposici6n, el andlisis no plantea nin« iin problema: calificaria a Juin de competente, En cambio, es mas delicado si la dependencia del verbo no se expresa materialmente: considero a Juan competente. Mas adelante estudiaremos las modificactones que afectan a los complementos. 6. Operaciones sobre los argumentos En un texto real, los argumentos no siempre aparecen en el orden canénico que adoptan las graméticas y los diccionarios. Pueden suftir clertas modificacio- nes que presentaremos a continuaci6n. Bs preciso, para cada verbo, indicar estas modificaciones, ya que contribuyen a identificar e] empleo. Por ejemplo, el suj to del verbo gustar puede ser un humano, @ Juan le gusta Marfa, o una completiva: a Juan le gusta que se diga siempre la verdad, La pronominelizacién permite separar estos dos empleos. A Juan ella le gusta; a Juan eso te gusta 6.1. Disminucién de la redundancia: la clision La elision ha sido objeto de muchas controversias, casi todas inttiles. Se trata de un fenémeno de discurso, no de lengua, porque un predicado dado se carac- teriza por un nimero determinado de argumentos (la secuencia mas larga), que forma parte de su definicién, como hemos visto antes. Puede ser, sin embargo, que en un texto se omitan varios argumentos que no son indispensables para la comunicaci6n: ke regalado el coche; voy a ime; he vendita et piso. La elision puede responder, bisicamente, a cos causas: (1) la disminucién de la redundaneta y (2) a supresién de informaciones no pertinentes en un contexto dado. La elision de un complemento plantea problemas mis dificiles de resolver que la clisién del sujeto. De hecho, esta iltimne es contiente en espanol y practicamente obligatoria en Tos siguientes casos: a} La coordinacion: 2uan entra el cacke y Juan cterra la puerta del garaje, Juan entra el coche y mismo cierra la puerta del garaje, Juan entra el coche y cierra ta puerta del garaje. Juan lava y seca la mesa. b) La reduecién a infinitive: Quiero que ti te vayas Quiero que te vayas. Quiero comer. “Quiero que yo coma. Quieres comer. ©) La construccién impersonal, en que se focaliza sobre el predicada y no sobre el agente: Hay muchos robos por aqui. d) La voz pasiva: Han cerrado la puerta, La puerta ka sido cerrada, Fr cambio, la elisidn de un camplementa plantea problemas de andlisis mas complejo, por diversas razones. Existen muchos predicados que no permiten la élisién del complemento: juan ha trazado una recta, “Juan hea trazado; esto aumenta el riesgo de suftir un infarto, *Esto aumenta. No parece existit, por el moment, ningiin estudio exhaustivo sobre qué verbos impiden le elisién y en qué condi clones. Bs obvio, sin embargo, que un diccionario electrénico debe contener este tipo de Informacién. A continuacién, examinaremos con més detalle los princi pales factores que favorecen la elision de un argumento-objeto. La disminucién de la redundancia constituye un aspecto de la gramética que requerirfa muchas més observaciones empiticas. El complemento se puede omi- tiren comer una manzana Juan come) pero no en pelar una marzana Quart pela), sin que sea facil explicar por qué. No se puede decir que el complemento puede omitirse cuando corresponde a una clase semantica identificable, ya que Ia lista de objetos que se pueden pelar es tan identificable como la de objetos que se pue- den comer. Hagamos notar que, en caso de coordinacién, la segunda ocucrencia del verbo puede omitirse sin problemas: Juan peta una manzana y pela una pera. Juan pela una manzana y una pera. No obstante, resulta dificil prever en qué contextos similares puede elidirse un complemento. $i tenemos: Juan se esta comiendo una manzanay Luis también se est comiendo una manzana. ‘No es posible eliminar la segunda ocurrencia de manzana, pero si se puede eliminar el grupo verbal: “Juan se esté comiendo una manzana y Luis también se estd comiendo. Juan se esté comiendo una manzanay Luis también. Si factorizamos, debemos factorizar todo el conjunto formado por el verbo y ¢lcomplemento: Juan y Luis coment una manzana, En el caso que acabamos de ver, se trata de frases coordinadas. Con frases sim- ples, tenemos muy a menudo la posibilidad de destacar el predicado. Asi, el verbo comer implica, necesariamente, algo que es comido. No obstante, muchas veces la situaci6n no exige precisar lo que se come. Una frase perfectamente aceptable podria ser: ¢Por qué Juan no estd trabajando? Estd comtendo. Las situaciones concre- tas que motivan este énfasis sobre la acci6n en detrimento de los complementos son numerosas ¥ merecerian un estudio en profundidad. Es evidente que las elisiones de las que hemos hablado no alteran de manera decisiva el significado del predicado, Hablaremos, pues, de subestructuras de un, empleo determinado. Sin embargo, en otros casos, esta reducci6n constituye realmente otro empleo, ya que hace intervenir una polaridad distinta. Por ejem- plo, el verbo oler puede completarse con dos adverbios anténimos: Este objeto uele (bien, mal). Si suprimimos el adverbio, se selecciona tinicamente una de las dos interpretaciones: este abjeto kuele = este objeto huele mat. Para el verbo aler se distinguirdn estas dos esquemas, oler (bien, maf) y aler. Otro caso es el de verbos como beber, gue tiene por complementos cualquier elemento de la clase . Si se climinan el objeto y el verbo est en un tiempo finito, la secuencia no se intexpreta necesariamente como beber alcohol. Si el verbo esté en. presente acrénico, Juan bebe, entonces e] significado es proximo a Juan es alcohdlico. Nove- se, finalmente, que la elision de un argumento en un texto puede dar lugar a una ambigiiedad. Le quité este botigrafo a Juan puede ser sinonima de le robe este bo -srafo a Juan. En cambio, quité este boligrafo se interpretard mas bien como Lo qué de ah; lo desplacé. 1a ambigiedad tampoco queda descartada en algtin caso de secuencia completa: le he comprado esta camisa a Juan, en que Juan puede ser el vendedor (complemento indirecto) o el beneficiario (dativo benefactivo). 6.2. Transformaciones 6.2.1, Las pronominalizaciones Estas modificaciones han sido objeto de numerosisimos estudios. Permiten redu a redundancia retomando sustantivos de su contexto izquierdo (anéfo- ra), En otros casos, en cambio, se anuncian lexemas que se introduciran préxi mamente (contexto derecho) en el discurso (catéfora): Juan entra en wi bar. juan lee el periddico en el bar. Juan vuelve a casa, Alli lee el periddico. Lo conozco desde hace mucho, a ese sinvergitenza, Puede suceder que la pronominalizacién tenga, ademas, una funcién contras- tiva. Bn ese caso, el pronombre aparece en a forma ténica: Los resporsables han desaparecido. Han desaparecido, Ellos han desaparecido, pero nosotros no. En caso de pronominalizacién méltiple, ni el orden ni la forma de los pro- nombtes son libres: fe je esto; se to dije; "le lo dije; "fo se digo, El orden varia segtin Jas lenguas considcradas. La fijacién léxica afecta a algunos pronombres, que no tienen antecedente: la arid ova ver; se las da de muy listo; abt me las der todas. Los verbos pronominales constituyen un caso particular de pronaminalizacién. Corresponden a empleos: a) Reflexivns: Juan ha lavado et coche. Juan se ka lavado. b) Reciprocos: Los chicos se llaman por el mévil. c) Pasivos: Bote producto se vende en el supermercaado, 6.2.2, La interrogacién ‘Todo argumento libre puede ser objeto de una pregunta. Es lo que se conoce como interrogacién parcial. La forma de las preguntas es estndar y figura en todas las graméticas: quién, qué, dénde, etc. precedidos o no de preposicién: Juan ha abjerto et grifo Quin ha abierto el grifo? Algo sucedié ayer por la tarde, {Qué sucedié ayer por la tarde? Ayer sali de Barcelona, We donde satiste ayer? 6.3. Las tematizaciones Estoa fenémenos afectan sobre todo ¢ los argumentos. La tematizacién de wn argumento se puede llevar a cabo con un cambio de orden (desplazando el argu- mento @ la posicién frontal, como en inglés 0 alemén, el fronting) 0 mediante ottos procedimientos, como los que veremos a continuacién. Las funciones dis. Cursivas son diversas: insistencia, efectos contrastivos, correcciones, etc. Los principales procedimientos son la extraccién y la dislocacién. 6.3.1. La extraccién con es... quien, es... (el) que No nos extenderemos sobre este tipo de extracci6n, porque es bien conocido. Permite aislar, al tiempo que los pone de relieve, Los arguientos de un predica- do, asf como también la mayouta de complernentos elzeunstanctales: Los drholes frutales se han congelado, Son los drboles frutales los que se hem congeladto. Fs mafiana que nos vamos. Es antes de que Juan sevaya que podremos solucionar el problema. La extraccién solo conoce dos tipas de excepciones. Por una parte, las expre- siones fijas, ya que no aceptar la extraccién es una de sus propiedades definito- tas Tiene la mosca detnts de la ore. *Es la mosca lo que tiene detrds de ta oreja. Ha puesto pies en polvorosa. “Es en polvorosa que ha puesto pies. Por otra parte, los pronombres atonos quedan excluidos, ya que la tematiza- cién implica un contraste que solo puede realizar la forma t6nica, Cabe contem- plar dos casos, algunos pronombres (ime, te, la, Io, ld) tienen una forma ténica asociada, que esla que se utiliza entre es... quien, €5.. que: Me lo ha dado. Esa mia quien se to ha dado, Lo hemos visto. By wea quien hens visto. Bl pronombre impersonal se no puede figurar nunca en una extracci6n: Se habla inglés. 7Es sequien habla inglés. 6.3.2, La dislocaei a La dislocacién, que sit un argumento en posicién frontal y lo retoma obli- getoriamente mediante un pronombre, tiene una funcién similar a la de la ex- accion: tematizar el argumento en cuestion. Produce tambien una lectura contrastiva: Estos nizios no piensan. Los ninos estos no piensan. Estos niitos, no piensan como to hacer tos adultos. Le he dado el cuaderno a Juan, Este cuadero, se lo he dado a juan, Este cuadero, se lo he dado a Juan, no a Luts. Precisemos que la dislocacién no suele ser posible en caso de secuencias fijas come sucedia con la extraccién. Con todo, la dislocacién tal vez resulte algo mis aceptable: 2La mosea, la tiene detras dela oreja ?Los pies en polvorosa, lox pone siempre que le entra miedo, 6.4. Reestructuraciones Hl orden de aparicin de los argumentos en un diccionario electrénico tiene que ser el orden canénico; es decir, el que corresponde a la frase simple que no hace intervemir ningiin fendmeno de discurso particular. Eicha estructura puede considerarse, a veces, artificial. Con todo, la frase simple sigue siendo la herra~ mienta més apropiade para el andlisis de los textos, a condicién de que se descr ba el conjunto de modificaciones que pueden aparecer en un texto respecto a lo que serfa una sucesiGn de frases simples. En los textos, el orden canénico de los argumentos puede modlificarse por diferentes razones. 6.4.1, Permutacién de longitud En espanol, en el orden canénico de los complementos, el complemento di- recto precede al indirecto. Es el orden menos marcado. Esta secuencia cambia en caau de prumuinitializa ion, Le fe dealo este boligvafie Juan, Se to he dead; “Lo se he dado. Ademas, cuando el objeto directo es claramente més largo que el indirecto, se da una permutacién entre ambos, por razones mnemotécnii 2Le he dado el libro que encontré ayer en la sala de lectura a Juan. Le he dada a Juan ef libra que enconteé ayer en ta sala de lectura 6.4.2, Permutacion contrastiva Bi dativo también puede hallarse ante el abjeto directo en caso de lectura con- trastiva: Le he dado un libro a Juan. A Jinan, le he dado wn libro (y a Luis, un cwaderno). ésta posibilidad no existe para el complemento directo: *Un Libio, le he dado a Juan. Esta observacién contradice la afirmacién segiin la cual solo los complemen- tos circunstanciales pueden desplazarse hasta la posicién frontal 6.4.3. Inversiones histéricas Como todas las lenguas naturales, que son producto de la historia, el espanol actual conserva construcciones especificas a estados anteriores. Estas secuencias deben describirse de manera particular, va que escapan a las reglas sintacticas generales para el anilisis de! espaiiol contemporéneo. La posicién actual del objeto no corresponde a construcclones como a Dios rogartdo y con el mazo dando © aunque la mona se vista de seda, mona se queda. También tenemos algiin caso idiomético con la inversién de la preposicién y de su complemento: Dios me- diante. 644. aversiones retéricas En condiciones particulares, como en narrativa o en poesia, el orden de los complements puede Invertirse: Era del aito la estacién florida (Gongora) de verbos 6.5. Reestructuraciones y clases Algunas clases de verbos permiten reestructuraciones de argumentos. Las cau- sas de estas reestructuraciones son diversas, aunque casi siempre relacionadas con la tematizaciéon, 6.5.1, Verbos simétricos Los argumentos de los verbos simétricos (Vsim) presentan gran movilidad, lo que se explica por ef hecho de que ambos desemperian un papel muy parecido respect al verbo, Su comportamiento sintéctico puede formultarse de la siguien- te manera: A Vsint con B; B Vsim con A; Ay B Vsim (el uno con el otro): Juan se casa con Ana. Ana se casa con Juan. Juan y Ana se casan. En el ejemplo anterior, los dos complementos simétricos eran sujetos. Tam- n hay verbos siinétricos cespecto a los abjetos: Juan compara 4 (a, con) 8. Luis compara 0 (a, cor) a. Juan compara a y 5 (uno con otro). 6.5.2. Verbos causativos de sentimientos Algunos verbos, como los causativos de sentiinientos, admiten la distocactén. En la construccién candnica, su sujeto es frdstico y en la construccién derivada, el sujeto del causativo se promociona a sujeto de la frase y su predicado pasa a ser un complemento preposicional: La sangre fria (que Juan tuvo, de Juan) sorprendié a Lats. Juan sonprendié a Luis por su sangre fréa. Las palabras de Juan divierten al pitblico. Juan divierte al pitbtico con sus palabras, 6.5.3, Construcciones cruzadas Estos fenémenos de desplazamiento no son raros y se han estudiado en deta- Ie para varias lenguas. Boons, Guillet y Leclére (1976) inventatiaron, para el francés, las construcciones con verbos cuyos argumentos podfan invertirse. Mo- tris Salkoff (1983) realiz6 un estudio detallado para el inglés Bees are swarming in the garden. The garden is swarming with bees. Les abeitles grouillent dans le jardin. Le jardin grouilte d’abeille. 6.8.4, Verbos causativos, pronominales y neutros Algunas raices predicativas pueden formar un verbo causativo, un verbo pro- nominal y un verbo neutro, Otrassolo un verbo causativo y un verbo pronominal: Fl viento ha voleado el coche. El coche se ha volcado. Elcocke ha voleado. El viento ha roto la tama, La rama se ha roto. *La rama ha roto, 6.5.5, Vetbus Caupativs y ieulius Otras raices, en cambio, aceptan solo la construccién causativa y la construc- Gi6n neutsa (se hierve corresponderfa a un impersonal, noa un pronominal): Juan: herve la leche. La leche hierve. 6.5.6, Construcciones conversas Bs preciso mencionar también aqui las construcciones conversas, que trans- forman un complemento indirecto dativo en sujeto: Juan te ha vendido un coche a Luis, Luis le ha comprado un coche a Juan. Juan le ha dado wn libro a Luis. Luis ha recihido un libro (de, de manos de) Juan. 6.5.7. Alternancia entre dativo y acusativo Las construcciones precedentes ilustran desplazamientos de argumentos en. tomo a un tinico predicado. Un ejemplo de alternancia entre el dativo y el acu- sativo nos lo ofrece el verbo abastecen el poze abastece de agua a la poblacién; of or0 abastece a ta poblacién con agua. Existen alternancias que hacen intervenir verbos distintos pero semAnticamente proximos. Por ejemplo, el verbo dar tiene un objeto directo conereto y un objeto indirecto humano: Juan le ha dado wn aulombvil a Luts, Si tomamos el verbo dotar, vemos que presenta un significado parecido al de dar, pero sus argumentos estén cruzados: Jitan ha dotado a Luis de un automévil. Esta complementariedad no es rara, se observa en distintos émbi tos: Juan ha anunciado la saltda del tren a Luts; Juan ha tnformado a Lit de la satida del tren. taremos mas adelante las alterniancias que afectan a un complemento cunstancial: ha habido graves accidentes en ese tramo; Ese tramo ha sido el escenario de graves accidentes. , Argumentos proposicionales: las completivas Bl principio de recursividad, segiin e] cual se puede insertar una frase dentro de otra en una posicién argumental, es bien conocido por la tradicién gramati- cal. Este tipo de frases se denominan completivus. La obscevacion empirica segan a cual los predicados pueden tener dos tipos de argumentos distintos no siempre se ha percibido con claridad. Algunas teorfas, en particular la de Tesnigre (1959), consideran que un argumento es, fundamentalmente, un nombre y que, si una frase ocupa esta posicién, esta adquiere ipso facto un estatus nominal. La posicion argumental estarfa, pues, ontoldgicamente reservada a las sustancias. Ahora bien, esta concepci6n silencia el hecho de que algunos predicados no tienen argumentos nominales. &1 verbo considerar, en uno de sus empleos, solo admite un complemento frastico: Considero que Juan se equiveca; *Considero la cextivocacion de juan; *Considero su equivocacién. Estos ejemplos, en que el comple- mento es obligatoriamente una frase, son relativamente frecuentes. Decir que una frase pasa a ser un nombre es confundir morfologia y sintaxis, o mas bien atribuir una funci6n sintactica determinada a una sola categoria gramatical. El hecho de tener un argumento frastico constituye una de las propiedades defini- torias de algunos predicados, 7.1. Procedimientos de subordinacion Uno de los objetivos del anélisis automético consiste en reconocer las frases completivas de un texto. Las lenguas no se comportan de la misma manera a este respecto. Por ejemplo, en aleman, una frase simple puede convertirse en argu- mento sin experimentar ninguna modificacién: Ich glaube, Du bist miide “creo, ti estis cansadoy; Ich meine, Du hast Unrecht (*pienso, ti no tienes razén). No sucede lo mismo en espaiiol, en que toda frase, para pasar a ser completiva, tiene que suftir alguna modificacién, con raras excepciones: ya sé, no tenia derecho a decir eso. A continuacién, presentaremos estas modificaciones, sea en frase afirmativa, see en frase interrogativa. 7.1.1, Frase afirmativa Examinaremos aqu{ los cambios que experimenta una frase cuando se con- vierte en argumento de un predicado de forma aficmnativa. Se observan cinco ti- pos de ~deformaciones». Estas modificaciones pueden considerarse indicadores de argumentos y son indicios muy itiles para el anilisis en el marco del procesamien- to automitico, a) El primer procedimiento consiste en introducir la conjuncin que: Juan ha Megacio; me han dicho que Jucin ha Hegado, Bi hecho de que la suborcinada esté en indicativo 0 en subjuntivo es independiente del problema que es- tudiamos aqui. El subjuntivo viene dado por otras realidades, como el significado del predicado o la presencia en la principal de una negacién 0 de una interrogacién. No hay ninguna razdn para afirmar que esta conjun- cin tiene un valor de nominalizacién de la frase completiva, Cabe pensar que la conjuncién que es la reduccién de la secuencia ef hecho de que: me gusta que haya venido; me gusta el hecho de que kay venido. No obstante, Col10s susiantivos son posibles en esta posicion: gue me operen me da miedo; (el hecho, la iden, la perspectiva) de que me operen me da miedo. b) La reducei6n al infinitive co un zegundo procedimiento que permite a una frase pasar a ser ergumento. Se observa sobre todo tras los verbos de per- cepcin, con los que Ios dos procedimientos son posible: Juan baja por la escalera. *Oigo Juan baja por la escalera. Oigo a Juan bajar por escalera. igo que Juan baja por la escatera. En caso de correferencia de los dos sujetos, uno de ellos se suprime para evitar una redundancia excesiva: Sago. Sales. Quiero que salgas. Quieres que salga. Quiero salir. Quieres salir. ©) La forma de gerundio se observa también tras algunos verbos de percep- cid Juan baja por la escalera. Luiy hace gestos (Veo, oigo) a Juan bajando ta escalera. Veo a Luis haciendo gestes. 4) La frase inserida puede convertirse en proposicién relativa: Juan baja por la escalera Veo a juan que baja por la escatera. Esta relativa es de un tipo particular, como lo muestra el hecho de que el an- tecedente puede ser un pronombre, cosa que no sucede en las relativas clasicas: Lo veo que baja por la escalera Bl hecho de queen espaftol una frase no pueda tomar funcién argumental sin haber experimentado algtin tipo de modificacién constituye una ventaja para el procesamiento automético. Las informaciones sobre la forma de la frase comple- tiva tienen que marcarse en el diccionario de predicados, del mismo modo que se marcan las informaciones sobre la naturaleza de los sustantivos-argumento de os verbos transitivos. ¢} En ciertas condiciones, la completiva puede introducirse mediante la con- junciGn cuando. me gusta cearuty hablas.usi, me guste cearulo callus porgue estas como ausente (Pablo Neruda). Bsta subordinada no es una temporal porque no corresponde a una pregunta en cuando: ;Cunéndo te gusta? *Cuando hablas asi sino en que: Qué 6s lo que te gusta? Cuando hablas asi: Que hables as 7.1.2. Niicleo de completiva La conexién entre el verbo y su argumento completivo puede analizarse de otra manera. Existe la posibilidad de introducirla con que P o con la secuencia et hecho de que P. El sustantivo hecho se analiza como un sustantivo clasificador de completiva. Como hemos sefalacio arriba, pueden observaise otros sustanitivos idea, pensamiento, etc. Estos sustantivos tienen, por otra parte, la ventaja de cons- tituir buenas andforas de frases: Juan ka vuelto; me alesra este hecho; Juan propone que nos vayamos; Estoy de acuerdo com esta idea. Sucede, a menudo, que un elemento cataférico anuncia la completiva. Un buen ejemplo se encuentra en francés de Québec, en que, tras el verbo aimer, la completiva se anuncia mediante el pronombre ga: j'aime ga qu‘on aille au cinéma me gusta eso, que vayamas al cine). 7.2, Frase interrogativa Examinaremos las mismas modificaciones de la frase simple cuando Ja frase esté en forma interrogativa. Se deben considerar dos casos distintos: la interroga- cidn total y Ta interrogacién parcial a total 7.2.1, Interrogacié La completiva procedente de una interrogacién total se introduce mediante la forma si: GHas tegado bien? Te pregunitaba si has Hegado bien. Bl reconocimiento de la interrogacién indirecta permite desambiguar el si que puede corresponder también a la conjuncién que introduce una subordina- da condicional. Este objetivo esta a nuestro aleance si marcamos en el dicciona- rio los predicados de interrogacién. 7.2.2. Interrogacién parcial La Interrogacién parcial utiliza que: {luutien ha vendo! Te preguntaba que quién ha venido. Te preguritaba: gquién ha verido? cA quiér le das este? ‘Te preguntaha que a quién le das esto. eA donde va? Te preguntaba que a donde vas. {Cudindo te vas? ‘Te preguntaba que cuando te vas. Con el qué intertogativo se da una secuencia un tanto cacofinica: {Qué haces? Te preguntaba que qué haces. ‘Te preguntaba por lo que haces. 7.3. Modificaciones en las completivas Las completivas pueden ser objeto de gran néimnero de modificaciones de es- trocturas, que dependen de su naturaleza: afirmativas o intertogativas. 7.3.1, Completivas afirmativas a) Reduceién al infinitivo. Ya hemos visto que, con clertos verbos, una completiva en que P puede redu- cirse al infinitive. Esta reduccién puede ser facultativa: Juan espera que ilegard puntual, Juan espera legar puntual u obligatoria: "Juan desea que legard puntual, Juan desea Wegar puntual, b) Construcciones de atributo del objeto. Algunas clases de verbos, sobre tado verbos de opinion o de sentimiento, per- miten que la actualizacién de la frase inserida pase a predicado adjetival: conside- ro que Juan es capaz de cumplir esa misién, considera a Juan capar de cumplir esta misi6n, Esta construcci6n, llamada atributo del objeto, concierne @ un gran ro de verbos. No todos Jos atributos del objeto implican la presencia del verbo ser, también encontramos, por ejemplo, nombras: of ministerio ha nombrado a Juan director de este teatro, ©) Transformaciones en sincisos». Un gran niimero de verbos de habla, en posicién de verbo principal, pueden retomarse en incisos en el marco del paso del estilo indirecto al estilo directo: ef suardia dijo que vendria; vendré, dijo el guardia. d) Pronominalizaci6n. Come cualquier argumento, las frases completivas pueden pronominalizarse. Las razones de esta sustitucién son las mismas que rlgen pata los argumentos nominales ¥ también son las mismas las formas de los pronombres. En posicién, de objeto directo, tenemos el pronombre lo: sé que ya ha legado; lo sé. Tras la pre~ posicién de o a se retoma la preposicién més el pronoribre ello, eso: me preocupo de que los ninos estén seguros; me preocupo de ello: me refiero a ese tema; me refiero a eso. Se cbservan también otras particularidades. Tras algunos verbos transitivos indirectos en de, el pronombre no es ello ni eso sino lo y se requiere el provervo: lratd de saldar la ceudts; traté de hacerlo; *o traté; *truté de eso ©) Desplazamiento de los argumentos. Algunas completivas admiten reestructuraciones que tienen come efecto des- plazar los argumentos, Se conocen como «subida del objeto». La més conocida es Ia figura de retérica denominada protepsis, con ejemplos bien conocidos: tampaco vendrdn en mi defensa restigos que se putedan comprar con al dinero, el Favor 0 la autto- ridad. Hay casos en que el sujeto de la subordinada pasa a ser objeto directo del verbo principal: veo que Juan estd mds gordo; veo a Juan mas gordo; Lo veo mas gordo. Un caso particular es le elision del verbo ser o estar: sé que Juan est enfermo: *Sé Juan estar enfermo; Sé a Juan enfermo. 1) Restricciones de proyecciones, Bl verbo reducido de la subordinada puede tener por sujeto tanto el sujeto del verbo principal como su objeto. El primer caso puede ilustrarse mediante el ver- bo prometer, el segundo mediante permitir: Juan ha prometido venir a Luis. Juan ha permitido venir a Lis. 7.3.2. Completivas interrogativas Las completivas interrogativas que corresponden a intertogaciones parciales estan introducidas por el mismo elemento interrogativo, como ya hemos visto: 2Quiér ha vendo? Me ha preguntado quién ha ventdo, La presencia de este elemento es obligatoria. No obstante, cuando el predicado de la subordinada es nominal, y con cierto tipo de verbos, se puede suprimir el elemento interrogativo. Este fend- meno se concce con él nombre de «pregunta cculte (Muller, 1296 200) No se sabe cul ha sido et resultado de la votacién, No se sabe el resultado de la vota: ie Conclusion En este capitulo hemos descrito los verbos predicativos, dejando de lado otro tipo de verbos (ef. cap. 1, § 6.1). Hemos insistido sobre todo en los criterios que permiten separar los argumentos de los complementos circunstaneiales y hemos expuesto las numerosas modificaciones de estructura que los esquemas predica- tivos pueden experimentar (interrogacién, pronominalizacién, permutacién, dislocacién, etc.). Muchas de estas propiedades son comunes a todos los tipos de predicados y por tanto, no las repetiremos en los capitulos dedicados a nombres, ¥ adjetivos. Dedicaremas el capftulo siguiente a una descripcién de la naturaleza semantica de los argumentes y el capitulo 8 a la actualizacidn de los predicados ‘en general y de los verbos en particular. Lecturas Blinkenberg, A., 1960. Le probleme de ta transitivité en franguis moderne. Copenhague: ‘Munsgaaud. Boons, |-P., Guillet, A. y Leclére Ch., 1976. La structure des phiases simples en francais, Constructions intransitives. Gendve-Paris: Droz. 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