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Guía técnica para la conservación genética y utilización

Robles común y albar


Quercus robur/Quercus petraea
Alexis Ducousso¹ y Sandor Bordacs²
¹ INRA Laboratorio de Investigación Forestal, Pierroton, Francia
EUFORGEN
² Instituto Nacional de Cualificación Agrícola (OMMI), Budapest,
Hungría

Esta guía técnica va destinada a aquellos implicados en el manejo del valioso patrimonio genético
de los robles común y albar, y que pretenden asegurar su sostenibilidad mediante la conservación
de fuentes de semillas o de su uso en la práctica forestal. El objetivo es la conservación de la
diversidad genética de ambas especies a escala europea. Las recomendaciones facilitadas en
esta guía deben considerarse como una base técnica aceptada de común acuerdo que deberá
ser complementada y desarrollada según las condiciones locales, regionales o nacionales. La
guía se basa en el conocimiento disponible de las dos especies y en los métodos ampliamente
aceptados para la conservación de recursos genéticos forestales.

sucesión ecológica (Q. petraea). En las llanuras, mesetas


Biología y ecología
Las características foliares de y zonas de montaña, el roble
los híbridos obtenidos mediante común es la especie pionera;
Los robles común (Quercus robur polinización controlada se pare- mientras que el roble albar es la
L.) y albar (Q. petraea (Matts.) cen más a las del parental feme- especie posterior en la sucesión
Liebl.) son grandes árboles nino, luego no son intermedias a ecológica. El roble albar puede
caducifolios que pueden alcan- las de los parentales. alcanzar la clímax si los veranos
zar los 30-40 m de altura y llegar El roble común o carballo es son secos. En los valles y llanu-
a vivir 800 años o más. Son muy tolerante a las condiciones ras inundadas, el roble común
monoicos, anemófilos y predo- del suelo y al clima continental, es una especie sucesionalme-
minantemente alógamos. Estos aunque prefiere los suelos fértiles te tardía, que alcanza la clímax
árboles alcanzan la capacidad y con agua abundante. Los árbo- en los bosques mixtos junto al
de producir semillas a una edad les adultos toleran las inundacio- plátano, el arce, el fresno y el
que varía entre los 40 y los 100 nes. Los robles albares tienen olmo.
años. Las cosechas abundantes un amplio nicho ecológico,
varían entre árboles, poblacio- ya que toleran suelos
nes, regiones y años. La regene- con pH entre 3,5 y 9
ración de los robledales median- y condiciones desde
te reproducción vegetativa por xéricas a húmedas.
rebrotes de cepa ha sido una Es más tolerante
práctica común. a la sequía y a los
La hibridación natural entre suelos pobres que
robles ha sido documentada en los robles comunes;
muchos estudios. En los robles pero es más sensible
blancos europeos la hibridación a la falta de aireación
es asimétrica: Q. petraea poliniza del suelo. Las especies
preferiblemente a Q. robur. Esta menores de roble albar en
asimetría puede reforzar la suce- el sureste de Europa están bien
sión de especies, al reemplazar adaptadas a un amplio nicho
a la especie pionera (Q. robur) ecológico, desde el húmedo
por la especie posterior en la hasta el extremadamente xérico.
Quercus robur Qu
es común y albarQuercus robur Quercus petraeaRobles común y albarQuercus robur Qu

Especies veceras, durante


Distribución Importancia y uso
los otoños con buenas cose-
chas de bellotas los animales se
Los robles común y albar se Los robles común y albar son alimentan bajo los árboles para
encuentran ampliamente distri- los más importantes de las 13 su engorde. Esta tradición aún
buidos por Europa, desde el especies de robles blancos eu- se conserva en algunas áreas
norte de España hasta el sur ropeos. Se encuentran entre las restringidas, como el País Vasco
de Escandinavia y desde Irlan- especies caducifolias más im- y el este de Europa.
da hasta Europa del Este. El portantes en Europa tanto des-
roble común alcanza los montes de el punto de vista económico
Urales. El área de distribución como ecológico.
Conocimiento Genético
natural del roble albar general- Los principales aprovecha-
mente se incluye en la del roble mientos selvícolas son el monte
común, pero su límite hacia el alto, el monte bajo y con resal- La clasificación de los robles
este es Ucrania. Ocupan llanuras veo. Desde comienzos del siglo ha provocado opiniones con-
de cualquier tipo de suelo desde XIX, los forestales han transfor- frontadas. Existe tanta variación
el nivel del mar hasta los 1.800 m mado en monte alto muchos intraespecífica que el mismo
de altitud. Algunas de las espe- rodales de monte bajo y resal- concepto de especie es cues-
cies menores están restringidas veados. Recientemente, en la tionado; además de la dificultad
al sureste de Europa. mayoría de países europeos se taxonómica que se produce por
ha promovido una selvicultura las frecuentes hibridaciones inte-
cercana a la naturaleza. La rege- respecíficas. El género Quercus
neración natural debiera ser una se subdivide en dos subgéne-
prioridad, pero como presenta ros: Euquercus y Cyclobalanop-
dificultades, algunas veces es sis. El subgénero Euquercus, ac-
preciso efectuar repoblaciones. tualmente denominado subgé-
En este caso, la calidad genética nero Quercus, se ha dividido
del material forestal de repro- en cuatro secciones: Rubrae,
ducción resulta fundamental Protobalanus, Cerris y Quercus.
tanto en la faceta técnica co- Tanto Q. petraea como Q. robur
mo en la económica. pertenecen a la última de estas
La madera de roble se secciones, también denominada
ha utilizado tradicional- robles blancos europeos. Estos
mente en la construc- táxones se dividen en subespe-
ción de casas, barcos cies o especies menores.
y muebles. En nuestros Los robles se encuentran en-
días, las mejores maderas tre las especies más diversas de
se utilizan para muebles de árboles. Los elevados niveles de
calidad, chapas y duelas de ba- diversidad se deben muy pro-
rriles. La madera de menor cali- bablemente al mantenimiento
dad se utiliza en la construcción de tamaños de población muy
de vallas, para vigas de tejados grandes, al flujo genético a gran-
y para trabajos especiales de des distancias y a la interfertili-
la construcción. También es un dad. El tiempo intergeneracional
buen combustible. también es muy largo, lo que
uercus petraeaQu
uercus petraeaRobles común y albarQuercus robur Quercus petraeRobles común y alba

evita que las poblaciones de ro- cambios climáticos. En el último otro de larga distancia que pro-
bles sufran deriva genética. periodo glacial, el área de distri- bablemente están relacionados
Los robles blancos forman bución natural estuvo restringida con diferentes mecanismos de
un complejo de especies en el a la península Ibérica, centro de transporte de polen por el vien-
que el intercambio de genes es Italia y sur de la península de los to. Las bellotas son dispersadas
frecuente. La diferenciación inte- Balcanes. En menos de 7.000 por pequeños roedores y por los
respecífica es ligeramente mayor años, los robles se expandieron arrendajos, que son muy eficien-
que la diferenciación intraespe- hasta su área de distribución ac- tes en la dispersión de bellotas.
cífica, cualquiera que sea el tipo tual. La hibridación interespecífi- La distribución de la diver-
de marcador molecular utilizado. ca fue un mecanismo migratorio sidad adaptativa no se corre-
La distribución geográfica clave, ya que facilitó la disper- laciona con la de la diversidad
de la diversidad genética del sión de la especie posterior en la neutral; no hay huellas del ori-
genoma de los cloroplastos es sucesión ecológica (Q. petraea) gen materno en la variación de
sorprendentemente diferente de en los terrenos ocupados por los caracteres adaptativos. Es
la encontrada cuando se uti- la especie pionera (Q. robur). más probable que la variación
lizan marcadores nucleares. La subsecuente recolonización, geográfica para los caracteres
El genoma de los cloroplastos a través de varias rutas migra- adaptativos sea el resultado de
tiende a estar completamente torias post-glaciares, ha dejado presiones selectivas locales re-
fijado dentro de poblaciones, pe- una traza genética que se revela cientes y del impacto humano
ro completamente diferenciado por medio del ADN de los cloro- que del antiguo origen de las
entre las mismas; mientras que plastos. Estos movimientos han poblaciones. El hombre está mo-
la diversidad genética nuclear tenido un profundo impacto en dificando los recursos genéticos
reside mayoritariamente dentro la distribución de la diversidad a través del transporte de pobla-
de poblaciones. Los marcadores genética. ciones y mediante los aprove-
moleculares del núcleo muestran La dispersión efectiva del po- chamientos selvícolas.
una estructura geográfica débil, len se ha medido utilizando el
con una clina este-oeste. análisis de parentesco. En Q. pe-
Al igual que los marcadores traea y Q. robur, más de la mitad
moleculares, los rasgos fenotí- de los parentales masculinos que
picos y los caracteres adapta- contribuyen a la polinización de
tivos también exhiben niveles los parentales femeninos locali-
de diversidad extremadamente zados en un área de estudio de 5
elevados, aun para rasgos rela- ha se encontraron fuera de esta
cionados con la eficacia bioló- área. Aunque fueron
gica. Los caracteres fenotípicos los vecinos más
exhiben una elevada diferencia- cercanos los
ción entre poblaciones, aunque que contribu-
no tanta como la del genoma del yeron mayo-
cloroplasto. Existen tendencias ritariamente
geográficas de variación para a la poliniza-
rasgos fenológicos, crecimiento ción, las curvas
y atributos de forma. de dispersión de
Durante la era Cuaternaria, polen reflejan un
los robles sufrieron importantes componente de
migraciones en respuesta a los corta distancia y
Quercus robur Q
obles común y albarQuercus robur Quercus petraeaRobles común y albarQuercus robur

recurrente debido a la dinámica


Amenazas sobre Recomendaciones para
de los bosques y a la evolu-
la diversidad genética la conservación y uso
ción de las prácticas forestales
(prohibición de cortas que favo- El comercio internacional del
rezcan el rebrote, envejecimiento material forestal de reproduc-
de las poblaciones). Los insec- ción debe realizarse de acuerdo
tos y patógenos también pueden con las directivas de la UE y el
ser peligrosos, como el oídio del esquema de la OCDE. Todos
Desde el roble (Microsphaera alphitoides), los estudios científicos coinciden
año 8.500 a.C., que se ha revelado como el pató- en promover la utilización de
la actividad humana ha geno más común; Cerastocys- material local. Se recomienda a
reducido fuertemente el tis fagacearum, originalmente un los gestores forestales seguir las
área de distribución de estas patógeno de los robles america- siguientes pautas:
especies, aunque la cubier- nos, también presenta un riesgo 1) La regeneración natural debe
ta de robles ha incrementado considerable para los robleda- ser una prioridad.
desde el siglo XIX debido a las les europeos. La gravedad del 2) El material de reproducción
prácticas selvícolas. En la actuali- problema no es garantía para que debe transferirse únicamente
dad, la mayoría de los robledales los problemas prácticos, socia- a escala local, limitándose
están gestionados y son muy les, administrativos y legales se estrictamente la transferencia
escasos los robledales prístinos, resuelvan rápidamente. Por ello, entre regiones de proceden-
como el de Bialowieza en Polonia. es necesario desarrollar un plan cia. Se deben usar recursos
En Europa existe una larga tradi- de emergencia a escala europea. genéticos para la regenera-
ción de gestión de los robledales ción artificial de semillas de
que parece muy preservadora de rodales locales que han sido
los recursos genéticos, aunque el seleccionados por sus valo-
impacto de los diferentes aprove- res fenotípicos y su historial
chamientos selvícolas es relativa- selvícola.
mente desconocido. La principal 3) Es necesario el desarrollo de
amenaza es la introducción de acuerdos entre los viveristas
genotipos exóticos a través de y los responsables de la ges-
plantaciones, aspecto que no se tión forestal para la produc-
tuvo en cuenta en el pasado. Los ción de plántulas.
robles blancos europeos poseen
nichos ecológicos muy amplios Actualmente, en Europa es-
y algunas veces ocupan hábitats tos recursos genéticos no se
extremos (laderas rocosas en las encuentran realmente amenaza-
montañas, dunas de arena, suelos dos, excepto en algunas situa-
salinos, turberas, garrigas…). ciones (poblaciones marginales
Estas poblaciones se enfrentan en dunas costeras o turberas,
a graves riesgos de desaparición altitudes mayores a 1.400 m…)
porque el número de individuos y en los límites del área de dis-
es pequeño, los hábitats son tribución natural. Las amenazas
inestables y el impacto huma- potenciales a estos recursos ge-
no es a menudo considerable. néticos se encuentran en la intro-
El roble común sufre regresión ducción de genotipos exóticos,
Quercus petraeaQ
r Quercus petraeaRobles común y albarQuercus robur Quercus petraeaRobles común y a

en prácticas negligentes y en la
Distribución del roble común
conversión a monte alto. Por es-
to recomendamos el desarrollo
de programas de conservación
genética que contemplen los si-
guientes objetivos:
1) Muestreo de la diversidad ge-
nética: estrategias de mues-
treo empíricas o acordes con
los resultados obtenidos con
marcadores moleculares y
cuantitativos.
2) Conservación de los meca-
nismos evolutivos: la gran
diversidad genética de los
robles blancos europeos es
el resultado de mecanismos Distribución del roble albar
evolutivos como la hibrida-
ción interespecífica.
3) Conservación de los ecosiste-
mas de los robles: el hombre
ha obtenido tipos adaptados
a diferentes aprovechamien-
tos para la producción de
madera y bellota. La mayoría
de estos sistemas de manejo
se han abandonado debido a
la conversión en monte alto.
4) Conservación de poblaciones
amenazadas y de especies
menores: las poblaciones
marginales o las amenazadas Los métodos de conserva- sistema de control sobre el ma-
en Europa necesitan medi- ción in situ deben ser preferen- terial de reproducción autóctono
das de conservación. El pri- tes. Si los métodos para favo- (ej.: huertos semilleros clonales);
mer paso es la realización de recer la regeneración natural no también debería establecerse la
censos para, posteriormente, son suficientes, se deben utilizar preservación de los recursos ge-
definir planes de acción para programas específicos de con- néticos amenazados.
cada situación. servación ex situ que incluyan un
Quercus petraea
obles común y albarQuercus robur Quercus petraeaRobles común y albarQuercus

EUFORGEN

Esta guía técnica ha sido realizada Publicaciones


por los miembros de las Redes de Recomendadas
trabajo de EUFORGEN. El obje-
tivo es identificar las necesidades Bonfils, P., A. Alexandrov y J. Gracan. 2001. In situ conservation. Technical
de conservación genética a largo presentations on gene conservation and management of European white
oaks. Pp. 43-47 en Third EUFORGEN Meeting on Social Broadleaves,
plazo en Europa para reducir el 22-24 June 2000, Borovets, Bulgaria (S. Borelli, A. Kremer, T. Geburek, L.
coste total de conservación e Paule and E. Lipman, eds.). IPGRI, Rome, Italia.
implantar estándares de calidad Bordács, S. y T. Skrøppa. 2001. Ex situ conservation. Technical presentations
en cada país. on gene conservation and management of European white oaks. Pp. 48-59
en Third EUFORGEN Meeting on Social Broadleaves, 22-24 June 2000,
Borovets, Bulgaria (S. Borelli, A. Kremer, T. Geburek, L. Paule and E. Lip-
Cita: Ducousso, A. y S. Bordacs. man, eds.). IPGRI, Roma, Italia.
2008. EUFORGEN Guía técnica Kremer, A., J. Kleinschmit, J. Cottrell, E.P. Cundall, J.D. Deans, A. Ducousso,
para la conservación genética A.O. Konig, A.J. Lowe, R.C. Munro, R.J. Petit y B.R. Stephan. 2002. Is
there a correlation between chloroplastic and nuclear divergence, or what
y utilización del roble común y are the roles of history and selection on genetic diversity in European
roble albar (Quercus robur y Q. oaks? Forest Ecology and Management 156 (1-3):75-87.
petraea). Petit, R.J., S. Brewer, S. Bordács, K. Burg, R. Cheddadi, E. Coart, J. Cottrell,
Traducción: P. Goicoechea. U.M. Csaikl, J.D. Deans, S. Fineschi, R. Finkeldey, I. Glaz, P.G. Goic-
oechea, J.S. Jensen, A.O. König, A.J. Lowe, S.F. Madsen, G. Mátyás, R.C.
Foresta. Madrid. España. Munro, F. Popescu, D. Slade, H. Tabbener, B. van Dam, B. Ziegenhagen,
6 páginas. J-L. de Beaulieu y A. Kremer. 2002. Identification of refugia and postglacial
colonisation routes of European white oaks based on chloroplast DNA and
fossil pollen evidence. Forest Ecology and Management 156 (1-3):49-74.
Primera publicación realizada por
Petit, R.J., C. Bodenes, A. Ducousso, G. Roussel y A. Kremer. 2004. Hybridi-
Bioversity International en inglés zation as a mechanism of invasion in oaks. New Phytologist 161 (1):151-
en 2004. 164.

Dibujos: Quercus petraea, Gio-


vanna Bernetti. © Bioversity
International, 2003.

ISSN 1575-2356

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Guía técnica para la conservación genética y utilización

Robles común y albar


Quercus robur/Quercus petraea
España
Pablo Goicoechea
NEIKER-Tecnalia, Vitoria-Gasteiz. España

Presencia de la especie Distribución en España del roble común


Los robles común (Quercus ro-
bur) y albar (Quercus petraea)
encuentran el límite surocciden-
tal de su área de distribución na-
tural en el norte de la península
Ibérica. La resistencia al frío y la
continentalidad del roble común
no se reflejan en su distribución Distribución en España del roble albar
en España. Sin embargo, esta
distribución puede estar limitada
por una gran exigencia hídrica.
El roble albar se comporta como
especie montana, presentando
una mayor resistencia al frío,
menor exigencia de calor estival
y menores necesidades hídricas El conocimiento desde el punto genética, ya sea la hibridación
que el roble común. de vista de la genética cuanti- con otros robles blancos como
tativa de estas especies ha de la provocada por la transferencia
Conocimiento genético pasar por el establecimiento de semillas.
Los marcadores genéticos del de ensayos genéticos, hasta
cloroplasto (transmisión mater- ahora ausentes. Actividades
na) indican que Q. canariensis, de conservación
Q. faginea, Q. humilis, Q. pe- Amenazas Son más urgentes que en la ma-
traea, Q. pyrenaica y Q. robur La situación periférica hace que yoría del territorio europeo. Ade-
forman un complejo de espe- las amenazas sobre los recur- más de las pautas generales, se
cies que se han hibridado en el sos genéticos de Quercus robur recomienda:
pasado reciente y que proba- y Q. petraea sean mucho más 1) La conservación in situ se-
blemente siguen haciéndolo en graves en España que en otros rá de utilidad en enclaves
el presente. Los linajes mater- países europeos. Son especial- de gran extensión (Muniellos,
nos identificados tiene, en su mente importantes: el escaso Saja…) con zonas tampón
gran mayoría, un carácter en- tamaño del área de las masas, para prevenir la contamina-
démico y presentan una clara en muchos casos con problemas ción genética y en los que
estructuración geográfica. fito-sanitarios y de regeneración, se favorezca la regeneración
Los marcadores moleculares que compromete la persistencia natural y la mezcla de cohor-
nucleares (SSR) han permitido de las mismas; el cambio climá- tes.
diferenciar las dos especies a tico, que amenaza un área de 2) El resto de poblaciones de-
escala europea y la detección distribución que ya es exigua; ben multiplicarse tanto pa-
de posibles híbridos, que pare- la competencia con otras espe- ra repoblaciones como para
cen ser más frecuentes en los cies (hayas, melojos, quejigos, conservar recursos ex situ.
rodales localizados en la per- etc.) por los escasos reductos 3) Los programas de conser-
iferia del área de distribución. ecológicos; y la contaminación vación deben contemplar la
Robles común y albar Quercus robur/Quercus petraeaRobles común y alba

preservación de la riqueza
alélica y de un número ele-
vado de reproductores, para
favorecer las oportunidades
de evolución/adaptación.
4) La hibridación con otros ro-
bles blancos hace necesario
recurrir a una conservación
dinámica en la que lo impor-
tante no sean tanto las es-
pecies como los genes que
portan los individuos. La apa-
rición de una gran proporción

P.G. Goicoechea
de descendencia híbrida de
Quercus subpyrenaica, espe-
cie dominante en el valle del
Ebro, atestigua la plasticidad
de este grupo de especies
para adaptarse a los cambios Roble pedunculado, declarado Árbol Singular, en Álava.
ambientales.
masa y la posibilidad de hibrida- res y viveristas, para favorecer el
Uso del material forestal ción entre las mismas. uso de los recursos genéticos en
de reproducción Aunque el Catálogo Nacional tales situaciones.
Se han definido nueve regiones de Materiales de Base cuenta
de procedencia y cinco proce- con un número aceptable de
dencias de área restringida para fuentes semilleras, la escasa uti- Cita: Goicoechea, P. 2008. Guía
el conjunto de los robles común, lización de estos recursos, en técnica para la conservación gené-
albar y pubescente. Además de parte debido a problemas de tica y utilización del roble común
las limitaciones de la cartografía fructificación y vecería, han obli- y roble albar (Quercus robur y Q.
forestal, otras justificaciones pa- gado a la retirada de algunas petraea) en España. Foresta. Ma-
ra este tratamiento conjunto son: buenas masas de dicho Catá- drid. España. 2 páginas.
el solapamiento de sus áreas, su logo. Sería conveniente tomar
Esta publicación es un anexo a:
frecuente mezcla en una misma medidas, de acuerdo con gesto-
Ducousso, A. y S. Bordacs.
2008. EUFORGEN Guía técnica
Publicaciones recomendadas para la conservación genética
Blanco E., M.A. Casado, M. Costa, R. Escribano, M. García, M. Génova, A. y utilización del roble común y
Gómez, F. Gómez, J.C. Moreno, C. Morla, P. Regato y H. Sainz. 1997. roble albar (Quercus robur y Q.
Los Bosques Ibéricos: Una interpretación geobotánica. Editorial Planeta.
petraea).
España.
Traduccion: Goicoechea, P. Fo-
Díaz-Fernández P.M., P. Jiménez, S. Martín, M. de Tuero y Reyna y L. Gil. 1995. resta. Madrid. España.6 páginas.
Regiones de procedencia de Quercus robur L., Quercus petraea (Matt.)
Liebl. y Quercus humilis Miller. Publicaciones del ICONA, MAPA, España. ISSN 1575-2356

Himrane H., J. Camarero y E. Gil-Pelegrín. 2004. Morphological and ecophy-


siological variation of the hybrid oak Quercus subpyrenaica (Q. faginea, Q.
pubescens). Trees 18: 566-575

Olalde M., H. Herrán, S. Espinel y P. Goicoechea. 2002. White oaks phylogeo-


graphy in the Iberian Peninsula. For. Ecol. Manage. 156: 89-102 Foresta
Avda. Menéndez Pelayo 75, bajo izqda.
European Forest Genetic Resources Programme 28007 Madrid. España.
Tfno.: 34 91 5013579
www.euforgen.org www.forestales.net

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