Matricula:
105760
Grupo:
E056
Nombre de la materia:
Administración escolar
Concebir un equipo que desarrolle un alto rendimiento es muy difícil muchas veces no suele
lograrse ese objetivo pero todos los grupos para llegar hacer un equipo deben pasar por
una serie de fases vitales como la formación de subgrupos, el conflicto y confrontación,
diferenciación y realización y responsabilidad compartida, en cada una de estas fases en
diferente grado deben existir la productividad que tiene que ver con la competencia de las
personas para resolver problemas y la moral que tiene que ver con el compromiso individual
y colectivo.
Todas las personas podemos identificar cuando alguien es o no un buen líder, pero lo difícil
es saber identificar si nosotros mismos tenemos cualidades de liderazgo o si somos buenos
líderes.
Liderar un equipo de trabajo no es algo tan sencillo ya que cada ser humano es total mente
diferente a otro y en un equipo se convive con diferentes formas de pensar, de actuar y de
comportamiento estas diferencias permiten que un líder pueda influir en los demás y
generalmente este será la figura de referencia en un equipo.
Para definir un estilo de liderazgo se tiene que tomar en cuenta que en cada tipo de
organización cambia la definición de líder ya que se interrelacionan diversos factores como
las situaciones con las que se enfrenta, diferencias de personalidades y su comportamiento,
entre otros.
En este ensayo daré respuesta a algunos aspectos como el estilo de liderazgo con el que
me identifico, las principales fortalezas y debilidades que tengo como líder, que tipo de líder
me gustaría ser y que tengo que hacer para lograrlo.
Mi estilo de liderazgo
Considero muy importante el adiestramiento interno entre los integrantes del equipo de
trabajo de modo que a partir de que compartan sus experiencias se puedan apropiar de las
funciones que les correspondan.
En cuanto a las debilidades que pudieran estar afectando el compromiso como líder
detecto las siguientes:
La presión que en ocasiones tengo que ejercer para obtener la colaboración entre los
integrantes del grupo.
Mi esfuerzo por producir un trabajo impecable, así como por mejorar constantemente no es
sinónimo de un resultado óptimo.
Como comenta (Lepeley, 2001) “el mundo avanza demasiado rápido, pero la educación va
a paso mucho más lento”, esto me lleva a una reflexión en cuanto a la necesidad de líderes
que tiene este sector para llevar las riendas de los centros educativos y la urgente
necesidad de una relación armónica con cada uno de los miembros de la comunidad
educativa.
En este sentido me gustaría ser un líder que concentre la atención en las personas, que
sea capaz de identificar las necesidades y el bienestar de sus colaboradores, un líder que
confíe en su gente, que inspire confianza, que tenga visión de largo plazo y perspectiva
global, quien estimule las acciones de otros y las iniciativas proactivas, que valore la
competencia, que pueda ser capaz de aprender de otros y adoptar lo mejor, que delegue
responsabilidad y poder de decisión, que dé más importancia a lo que los colaboradores
hacen bien y con capacidad de educar en lo que es posible hacer mejor.
Como comenta (Lepeley, 2001) “lo más importante para ser recordado nace de la diferencia
que un líder pueda hacer en la vida de la gente.”
Como comenta (González García, 1998) “los directores necesitan algo más que
experiencia. Requieren el deseo de aprender y aprovechar la existencia de nuevos
conocimientos y técnicas, una actitud humilde frente a sus éxitos o fracasos, y el
convencimiento de que nunca se termina de aprender ni existe limite en la educación del
director.”
Todo lo que se requiera llevar a cabo para guiar, estimular entusiasmo, provocar trabajo en
equipo, ser reflexivo e imparcial, incluyente y tratar de influir en el comportamiento de otras
persona se tiene que llevar a la práctica y no dejarlo en el discurso en cada centro educativo
en pro de brindar una educación de calidad y de empoderar la función de la escuela, el
docente, el personal administrativo y de apoyo, así como también en fomentar la unión de
los lazos familiares entre alumno-padres, fomentando valores y la participación en la
formación integral del alumno.
Bibliografía
Gómez, J. A. (1998). En Seminario de Alta Administracion Municipal. Habilidades directivas.
Monterrey: ITESM.