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dwin Huffman/Banco Mundial

El mundo no podrá enfrentar los grandes desafíos de desarrollo del siglo XXI
(acceso a agua potable y saneamiento para todos, ciudades habitables,
seguridad alimentaria y energética, empleos generados gracias al crecimiento
económico y ecosistemas saludables) si los países no gestionan mejor sus
recursos hídricos. El crecimiento demográfico y económico y la mayor
variabilidad climática, exacerbarán aún más la actual presión sobre el agua. El
Banco Mundial, como uno de los financistas externos clave de la gestión de los
recursos hídricos, trabaja activamente para responder a estos retos a través de
enfoques intersectoriales que incluyen desarrollo de infraestructura,
fortalecimiento institucional y atención especial en los pobres. El apoyo que
entrega el Grupo del Banco Mundial (GBM) a este sector en los países clientes
contribuye a sus dos objetivos de terminar con la pobreza extrema en 2030 y
promover la prosperidad compartida para el 40 % más pobre de la población en
todas las naciones.

Desafío

El agua es una de las necesidades humanas más básicas y es indispensable en


casi todas las actividades, como la agricultura, la producción de energía, la
industria y la minería. Debido a sus impactos en la salud, la equidad de género, la
educación y los medios de sustento, la gestión de este recurso es esencial para
lograr un desarrollo económico sostenible y aliviar la pobreza. Sin embargo, el
crecimiento de la población y la competencia de los sectores económicos por este
vital elemento ejercen una presión sin precedentes sobre los recursos hídricos y
dejan una cantidad insuficiente para cubrir las necesidades humanas y preservar
los caudales medioambientales necesarios para mantener ecosistemas
saludables. Las aguas subterráneas se han agotado en muchos lugares, lo cual
deja a las actuales y futuras generaciones sin reservas para hacer frente a la
creciente variabilidad del clima.

El empeoramiento en la calidad del agua causado por diversas actividades


económicas reduce la disponibilidad de agua dulce, degrada el suelo, impacta
numerosos ecosistemas terrestres y marinos y encarece el tratamiento de este
vital elemento. El acceso a saneamiento y agua segura todavía está fuera del
alcance de 2500 millones de personas y otros 768 millones, respectivamente, y se
traduce en la pérdida de miles de vidas diarias y miles de millones de dólares cada
año.

Existen muchas pruebas de que el cambio climático profundizará estos problemas


al aumentar la variabilidad hidrológica, lo que provocará fenómenos
meteorológicos más frecuentes y extremos como sequías, inundaciones y
tormentas graves. Los expertos calculan que entre 43 % y 50 % de la población
mundial vivirá en países con escasez de agua en 2080, en comparación con el
28 % en la actualidad. Un informe reciente del Banco Mundial titulado "Bajemos la
temperatura: Por qué se debe evitar un planeta 4°C más cálido", (i) sugiere que un
alza de 4°C en la temperatura mundial hará que la presión por la escasez de agua
se intensifique en todas las zonas del mundo. Los aproximadamente 1000 millones
de personas que viven en las cuencas monzónicas y los 500 millones de
habitantes de los deltas serán especialmente vulnerables; en este aspecto, los
pobres son los menos preparados para enfrentar esta situación y sufrirán las
peores consecuencias.

Los asuntos relacionados con la gestión de los recursos hídricos se han vuelto tan
apremiantes que el Foro Económico Mundial ha destacado el tema del agua
durante dos años consecutivos (en 2013 y 2014) como uno de sus máximos
desafíos. En el actual cambiante entorno físico y socioeconómico, las prácticas del
pasado ya no son útiles. Los países no pueden crecer de manera sostenible o
fortalecer su capacidad de adaptación al cambio climático sin una gestión que
considere las mermas sostenidas en materia de disponibilidad, calidad y
distribución del agua y su asignación a través de un proceso deliberativo sobre la
base de necesidades económicas, sociales y medioambientales.

Los desafíos que enfrenta el mundo respecto del agua requieren soluciones
multisectoriales:

 Agua y agricultura: en 2050, alimentar a 9000 millones de personas en


todo el planeta requerirá doblar la disponibilidad de agua para fines
agrícolas. El riego es lejos la actividad que más consume agua y representa
casi el 70 % de la extracción y el 90 % del uso destinado al consumo a nivel
mundial.

 Agua y energía: en la actualidad, más de 1200 millones de personas


carecen de acceso a electricidad. Se calcula que la sustracción de agua
para la producción de energía representa hoy en día en torno al 15 % del
total. Al mismo tiempo, las estimaciones indican que el gasto global de
energía aumentará en 35 % en 2035 y si bien el consumo de agua será
más eficiente, el consumo real de este elemento por el sector energético
puede aumentar en 85 %.

 Agua y ciudades sostenibles: en los próximos 20 años, las ciudades de


las naciones en desarrollo se duplicarán, al igual que su demanda de
enfoques integrados frente a la ordenación del abastecimiento de agua, su
calidad, el saneamiento, el drenaje, su uso para fines recreativos y el
manejo de las inundaciones.

 Agua y gestión del riesgo de desastres: muchos de los efectos negativos


en el desarrollo socioeconómico de los desastres naturales son causados
por el agua. (i) Los peligros relacionados con este elemento representan el
90 % de todas las catástrofes naturales y su frecuencia e intensidad suele ir
en alza. Alrededor de 373 de estos fenómenos causaron la muerte de más
de 296 800 personas en 2010, afectaron a casi 208 millones más y
generaron costos cercanos a los US$110 000 millones (Fuente: Informe del
Secretario General de las Naciones Unidas a la Sexagésima Sexta
Asamblea General sobre la Implementación de la Estrategia Internacional
para la Reducción de los Desastres. Nueva York, ONU).

 Agua y saneamiento: al menos 768 millones y 2500 millones de personas,


respectivamente, aún no tienen acceso a agua y saneamiento mejorado.
Para proporcionar estos servicios de manera sostenible se requiere una
planificación y gestión integrada, lo cual incluye garantizar una buena
calidad del abastecimiento de agua.

La mayoría de las actividades económicas (como agricultura, energía, industria y


minería) afecta no solo la cantidad, sino también la calidad de los recursos
hídricos, además de restringir aún más la disponibilidad de agua. El desafío de
asignar los escasos recursos hídricos entre los sectores económicos y las
necesidades hídricas medioambientales que compiten por ellos aumentará en
muchos países. Si no se establecen los mecanismos de distribución adecuados, se
pondrá un freno al desarrollo, lo cual resultará en un aumento de la desigualdad de
ingresos y el agravamiento de las presiones sobre el medioambiente.

Solución

El Banco Mundial se encuentra en una buena posición para desempeñar un rol


clave y trabajar en los sectores y países con el fin de ayudar a generar capacidad
de adaptación al cambio climático mediante la gestión integrada de los recursos
hídricos (WRM, por sus siglas en inglés). En este sentido, es uno de los
proveedores fundamentales de conocimientos y asistencia técnica sobre el tema y
el principal donante multilateral para el desarrollo de los recursos hídricos. En
efecto, el sector representa el 18 % de su cartera total (US$32 000 millones en
compromisos activos) en 2014 y está concentrado claramente en sentar las bases
para alcanzar la prosperidad compartida y el alivio de la pobreza.

Miles de agricultores en Marruecos son ahora capaces de diversificar sus cultivos y aumentar sus
ingresos a través de un nuevo sistema de riego. Vea el video inglés.

Resultados

Entre los resultados en terreno en relación con las actividades financiadas por la
Asociación Internacional de Fomento (AIF) y el Banco Internacional de
Reconstrucción y Fomento (BIRF), se pueden destacar las siguientes áreas
principales.

Adaptación al cambio climático

Los proyectos de gestión de los recursos hídricos financiados por el Banco Mundial
apuntan a mejorar el estado de preparación de los países para responder al
cambio climático. En 2012, por ejemplo, la institución apoyó la finalización de una
metodología de priorización de las medidas de adaptación en Viet Nam que se
usaría en la formulación del Plan Nacional de Adaptación (PNA) conforme a la
Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC).
Esto es especialmente importante dada la existencia en esta nación de diversos
ecosistemas frágiles, como el delta del río Mekong, el que proporciona alimentos y
medios de sustento a millones de personas.

La planificación a largo plazo de los recursos hídricos y la gestión de las cuencas


se traduce en beneficios para el abastecimiento de agua, la agricultura, la
acuicultura y los ecosistemas, además de ayudar a reducir la intensidad de las
inundaciones o la exposición a sequías. En la República del Yemen, el
financiamiento de la AIF de US$45,2 millones (2002-08) hizo posible la
construcción de estructuras altamente necesarias para controlar las inundaciones
en la ciudad de Taiz y sus alrededores. Al cierre del proyecto, partes importantes
de la ciudad se habían transformado en vecindarios habitables y seguros frente a
anegaciones repentinas. El programa contribuyó a aumentar en más de 100 % el
valor de la tierra y a reducir los sucesos causantes de daños a las propiedades
residenciales y comerciales de 160 y 660 incidentes cada año, respectivamente, a
cero. Gracias a estos logros, la AIF entregó financiamiento adicional de US$35
millones para apoyar actividades de ampliación y así incrementar el impacto del
proyecto inicial en el desarrollo. Las obras de protección contra inundaciones y las
conexiones complementarias para aguas residuales sirvieron para mejorar la salud
y las condiciones sanitarias al reducir el flujo de aguas servidas hacia zonas que
se habían convertido en criaderos de mosquitos que transmiten el paludismo.

El uso sostenible de las aguas freáticas es también crucial para la capacidad de


adaptación a las sequías y el cambiante clima al proveer una reserva reguladora
sostenible durante periodos de poca disponibilidad de aguas superficiales.
El Proyecto de Gestión de las Aguas de la Cuenca de Sana’a (2003-2010, US$24
millones), financiado por la AIF, fue la primera iniciativa implementada
en Yemen para enfrentar la crisis provocada por el agotamiento de las aguas
subterráneas mediante la reducción de su consumo para fines agrícolas en unas
4000 hectáreas de regadío y el aumento de su recarga; esto significó un ahorro
anual de más de 15 millones de metros cúbicos de agua extraída del acuífero
local.

Seguridad hídrica y energética

Casi todos los procesos de generación de energía requieren enormes cantidades


de agua, desde la generación de energía hidroeléctrica hasta el enfriamiento de
plantas térmicas y el impulso de turbinas a vapor en las plantas de energía solar
concentrada. El crecimiento demográfico y la rápida expansión de las economías
imponen exigencias hídricas y energéticas adicionales y varias regiones ya
experimentan una importante escasez de agua y energía. Para hacer frente a
estos desafíos, el Banco Mundial ha sido pionero en la aplicación de diversas
soluciones innovadoras, desde el principal seguro público contra sequías y altos
precios del petróleo en Uruguay (US$450 millones) hasta la protección de los
consumidores contra los elevados e inestables precios de la electricidad en caso
de sequía y la creación de herramientas integradas de planificación del agua y la
energía conforme a la iniciativa sobre la interdependencia entre la energía y el
agua (“Thirsty Energy”) en Sudáfrica.

En la actualidad, la hidroelectricidad es la principal fuente mundial de energía


renovable a un precio conveniente y con bajas emisiones de carbono. El Proyecto
Hidroeléctrico Trung Son (US$330 millones) de Viet Nam financiado por el BIRF y
aprobado en el ejercicio de 2011 busca proveer energía eléctrica a menor costo y
en forma medioambientalmente segura y sostenible. La primera fase de la
construcción de la represa se inició en diciembre de 2013 y finalizará en 2017; se
espera que el proyecto produzca en promedio 1019 gigavatios-hora (GWh) de
electricidad al año, ayude a controlar las inundaciones anuales en la zona río abajo
del valle y complemente el suministro de agua para uso agrícola durante la
temporada de sequía. En el ejercicio de 2010, la AIF aportó US$85 millones en
fondos adicionales para el Proyecto Hidroeléctrico Felou de 60 megavatios (MW)
en Senegal, Mauritania, Guinea y Malí, como un medio para aumentar el acceso
a electricidad estable, confiable y conveniente para los ciudadanos de la
Comunidad Económica de los Estados de África Occidental.

Seguridad hídrica y alimentaria

La agricultura es la actividad que consume más agua en el mundo y en muchos


países de ingreso bajo, es la que da empleo a más personas. La mayor parte de la
tierra apta para la labranza ya se está explotando; en consecuencia, el aumento
considerable de la producción que se requiere para alimentar a la creciente
población mundial deberá provenir particularmente de zonas de regadío.

El Proyecto de Riego Agrícola de la República Kirguisa (2000-2013, US$20


millones) fue diseñado para aumentar la producción mediante la distribución
confiable y sostenible de agua en explotaciones agrícolas anteriormente colectivas
y estatales. Una de las actividades principales ha sido el fortalecimiento de los
servicios que se prestan a unas 450 asociaciones de usuarios de agua e incluye la
entrega de capacitación y apoyo. En este sentido, se han conseguido logros
importantes con la creación y el reforzamiento de estas asociaciones. Más de
50 000 personas recibieron formación y cerca de 450 asociaciones con un total de
166 000 miembros se registraron formalmente para manejar 710 000 hectáreas de
riego, o alrededor del 70 % de las tierras de regadío del país.

En China, el Proyecto de Gestión Integrada del Agua y del Manejo del Medio
Ambiente en la Cuenca del río Hai (finalizado en 2011) promovió un enfoque
integrado de manejo de los recursos hídricos y el control de la contaminación en la
zona, y contribuyó a la recuperación y protección del ambiente marino, el
ecosistema y la biodiversidad en el mar de Bohai. El proyecto se implementó en 16
condados del norte del país y benefició a más de 20 millones de personas. La
mayor eficiencia en el uso del agua y el control de la polución en la cuenca mejoró
la calidad de vida y salud de los habitantes y las condiciones estéticas y
recreativas y eliminó los malos olores. Los agricultores se vieron favorecidos,
además, por una gestión más eficiente del riego sobre la base del consumo, el cual
aumentó la productividad del agua, la producción de los cultivos y el ingreso
familiar. A más largo plazo, los logros también llegarán a pescadores y habitantes
costeros del mar de Bohai al mejorar la calidad del agua y aumentar las
poblaciones de peces y la biodiversidad.

Lograr un mayor compromiso a nivel local con la gestión de los recursos


hídricos

Las instituciones dedicadas a la gestión de los recursos hídricos abarcan toda la


gama de niveles: local, cuencas, nacional e internacional. Con el apoyo del BIRF,
Colombia (US$800 millones en total) introdujo varias reformas para mejorar la
gestión medioambiental, incluidos los recursos hídricos. El Gobierno aprobó una
Política Nacional del Agua y creó un grupo sobre recursos hídricos en el Ministerio
de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial. Se trata del primer grupo
centralizado encargado de actividades de planificación y elaboración de
presupuesto relacionadas con la gestión de los recursos hídricos en el país. Al
menos 25 municipios adoptaron planes de gestión de las cuencas hídricas en
zonas afectadas por la escasez con el fin de mejorar la administración y el
seguimiento de los valiosos recursos nacionales.

El fortalecimiento de las alianzas para aprovechar el conocimiento y las


tecnologías innovadoras es una parte importante de la respuesta. Por ejemplo,
el Banco Mundial entregó recientemente una donación de US$5 millones (i)
para mejorar la gestión de los recursos hídricos y agrícolas en toda Jordania,
Túnez, Marruecos, el Líbano y al interior del Consejo Árabe del Agua. El Banco
se asoció con la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA, por
sus siglas en inglés) y la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo
(USAID, por sus siglas en inglés) para aportar la tecnología de medición a
distancia más moderna y así ayudar a incrementar tanto el acceso como la
capacidad de monitorear sequías e inundaciones. Los beneficiarios finales son los
agricultores y sus familias, quienes pueden tomar mejores decisiones sustentadas
en antecedentes recabados respecto de sus cultivos. Esta tecnología permitirá
asimismo decidir mejor sobre asuntos relacionados con la gestión del agua.

Gestión transfronteriza de los ríos

En el mundo, existen 263 ríos internacionales. Por este motivo, apoyar su gestión
conjunta es un aporte importante para promover los beneficios que se obtienen del
uso de los recursos hídricos y contribuir así a aliviar la pobreza. El Banco Mundial
respalda de diversos modos el manejo compartido de los cursos de agua
transfronterizos, en especial en África. En la cuenca del río Senegal[MIS8] ,
proyectos financiados por la AIF contribuyeron a gestionar más eficientemente los
caudales de este curso de agua y a incorporar a Guinea en la organización a cargo
de dicho manejo, lo que permitió administrar toda la cuenca en forma integrada. La
iniciativa de Cooperación en Aguas Internacionales en África, (i) apoyada por
donantes, fomentó programas transfronterizos en el Nilo y también en África
meridional y occidental. Por ejemplo, se espera completar en 2016 el Proyecto
Hidroeléctrico en las Cataratas de Rusumo[MIS9] , un emprendimiento conjunto
entre Burundi, Rwanda y Tanzanía que representa un importante hito de
cooperación transfronteriza en el Nilo y los países participantes. En la cuenca del
río Mekong, (i) el Banco está apoyando a los Estados ribereños con el fin de
fortalecer sus capacidades de manejo integrado de los recursos hídricos y de
gestión del riesgo de desastres, en estrecha cooperación con la Comisión del Río
Mekong que administra la cuenca.

Contribución del Grupo del Banco Mundial

El financiamiento del Banco Mundial para la gestión de los recursos hídricos


alcanzó cerca de US$8080 millones, los cuales se destinaron a proyectos
aprobados durante los ejercicios de 2004-2013. En el ejercicio de 2011, al igual
que en el de 2012, los recursos entregados para este fin llegaron a US$1200
millones; y en el de 2013, a US$800 millones.

Asociados

El Banco Mundial colabora con asociados para apoyar mecanismos innovadores


en la gestión integrada de los recursos hídricos. Este tipo de cooperación ha sido
importante debido al amplio alcance de las necesidades e iniciativas.
La institución mejora la calidad de sus proyectos de agua gracias a la asistencia
adicional que recibe de los programas de las alianzas mundiales.

El Programa de Asociación para el Agua (WPP, por sus siglas en inglés) (i) del
Banco es un fondo fiduciario de múltiples donantes que contribuye a los esfuerzos
de reducción de la pobreza a través del fomento del trabajo operacional y analítico.
Para este fin, incorpora enfoques pragmáticos en la gestión de los recursos
hídricos, el abastecimiento de agua y la prestación de servicios de saneamiento.
En su primera fase (2009-2012), el programa ayudó a la movilización de casi
US$11 700 millones en financiamiento del Banco y aseguró el acceso de más de
50 millones de personas a servicios mejorados de agua y saneamiento. En el
marco de la segunda fase del WPP (2013-16), se comprometerán recursos por
más de US$40 millones para enfrentar los desafíos en este ámbito, abordando las
interconexiones entre seguridad alimentaria, energética e hídrica y apoyando las
sendas hacia el crecimiento ecológico y resiliente frente al clima.

Prácticamente en todos los procesos de generación de energía se requieren


grandes cantidades de agua. A la inversa, el sector hídrico necesita energía para
extraer y transportar agua y tanto la energía como el agua se usan en la
producción de cultivos. A fin de apoyar los esfuerzos de los países para responder
de manera activa a los desafíos que presenta la gestión de ambos elementos, el
Banco Mundial lanzó en 2013 la iniciativa sobre la interdependencia entre la
energía y el agua con el apoyo del WPP. Esta busca ayudar a los Gobiernos a
prepararse para un futuro incierto y romper con los silos disciplinarios que impiden
la planificación intersectorial. La iniciativa demuestra la importancia de contar con
enfoques donde la energía y el agua se gestionen conjuntamente por medio del
trabajo regido por la demanda en varios países, para brindar ejemplos de cómo las
herramientas operacionales basadas en pruebas y aplicadas a la gestión de los
recursos pueden mejorar el desarrollo sostenible.

Además de entregar soluciones innovadoras y con frecuencia integradas para los


servicios de agua, las actividades del WWP adoptan un enfoque global para la
gestión de los recursos hídricos trabajando a nivel de cuenca o delta fluvial o país
en la evaluación y definición de las mejores estrategias en materia de gestión
sostenible. El Equipo de Expertos en Recursos Hídricos (WET, por sus siglas en
inglés) (i) del programa, que moviliza conocimientos técnicos de alto nivel y escala
mundial para satisfacer demandas complejas y urgentes, también dedica dos
tercios de su apoyo a los programas del Banco de gestión de dichos recursos que
se centran en mejorar la toma de decisiones en la gestión del riesgo de desastres
y las incertidumbres en el marco de los impactos generados por la variabilidad
natural de los recursos hídricos y el cambio climático.

La Iniciativa sobre el Agua de Asia Meridional (SAWI, por sus siglas en inglés), (i)
es una asociación de múltiples donantes establecida en 2009 entre el Banco
Mundial y los Gobiernos del Reino Unido, Australia y Noruega. Su principal objetivo
es intensificar la cooperación regional en la ordenación de los principales sistemas
fluviales del Himalaya en Asia meridional y lograr capacidad de adaptación al clima
y desarrollo sostenible, equitativo e inclusivo. SAWI apoya actividades
relacionadas con la gestión de los sistemas hídricos transfronterizos del Gran
Himalaya de Afganistán, Bangladesh, Bhután, China, India, Nepal y Pakistán. El
fundamento clave de esta participación es demostrar y luego ayudar a materializar
los beneficios mutuos que genera la cooperación a lo largo de las cuencas fluviales
compartidas.

El programa de Cooperación en Aguas Internacionales de África (CIWA, por sus


siglas en inglés) (i) apunta a apoyar y asistir a Gobiernos ribereños de África en el
trabajo conjunto para abordar y destrabar las restricciones al crecimiento y el
desarrollo que plantean las aguas internacionales. De manera específica, se centra
en el fortalecimiento de la cooperación regional, la gestión y explotación de los
recursos hídricos y el compromiso y la cooperación de las partes interesadas
permitiéndoles mayor participación y rendición de cuentas. El programa es
apoyado por asociados en el desarrollo, como el Reino Unido, Dinamarca y
Noruega.

En marzo de 2011, el Banco Mundial firmó un memorando de entendimiento con el


Gobierno de Estados Unidos destinado a ampliar y mejorar la colaboración en el
sector hídrico. El Banco trabaja en estrecha colaboración con 16 organismos
estadounidenses para respaldar a los países en desarrollo en el manejo de crisis
mundiales del agua, tales como la falta de saneamiento y agua potable segura, la
reducción de los acuíferos, las sequías, las inundaciones y los impactos del
cambio climático.

Próximos pasos

El liderazgo permanente del Banco Mundial y la consolidación de su apoyo serán


fundamentales para garantizar los logros mencionados anteriormente y aumentar
loe avances en cuanto al alivio de la pobreza y el desarrollo sostenible. En la
actualidad, el Banco está desarrollando una nueva visión de este tema que
fortalece las prácticas relacionadas con el fin de cumplir las expectativas relativas
a un liderazgo audaz y satisfacer las cambiantes necesidades de los clientes. Esta
perspectiva pone al sector hídrico en un lugar central cuando se trata de ayudar a
las personas, economías y ecosistemas a prosperar y contribuir así a un mundo
sin pobreza. Los próximos pasos del Banco Mundial serán:

 Fortalecer las gestiones para abordar la variabilidad del clima en proyectos


financiados por el Banco a través de un mejor sistema de almacenamiento
y otras medidas de adaptación, control de inundaciones y preparación para
ofrecer respuestas de emergencia.

 Dedicar más recursos a la exploración y fortalecimiento de los vínculos


entre el agua y otros sectores, como energía, agricultura y medio ambiente,
y apoyar iniciativas destinadas a mejorar las instituciones y los mecanismos
de distribución del agua.

 Garantizar que las consideraciones sobre el agua se incluyan en la


planificación sectorial de cada país.

 Mejorar la eficiencia de los sistemas de abastecimiento de agua.

 Asegurar que el programa de seguridad alimentaria considere el riego y


trabaje con los clientes para mejorar la eficiencia de los actuales planes de
regadío.

 Fortalecer el uso y el suministro de datos para la toma de decisiones y el


diálogo entre países y facilitar la integración de tecnologías para contar con
información más confiable.

 Continuar con el respaldo sólido a las reformas institucionales y la


formación de capacidades de organizaciones relevantes y fortalecer las
asociaciones mundiales para generar impactos permanentes.

Beneficiarios

Es algo que Arwa Mohamed recuerda bien. Cuando llovía, las calles de su
vecindario en Taiz, Yemen, se inundaban tanto que las personas quedaban
aisladas durante días. “Cuando llovía y los niños estaban en la escuela, teníamos
miedo, porque el agua subía y cortaba las calles; quienes estaban en casa,
normalmente las madres, esperaban a los niños mirando por la ventana para
gritarles: ‘¡no traten de cruzar, es peligroso!’. Una vez las aguas incluso se llevaron
a una anciana y su nieto”. Por fin, comenta Arwa, “el vecindario es seguro. Sigue
lloviendo, pero el agua ahora corre por debajo del vecindario (a través de un canal
cubierto) y no sobre él. Ahora contamos con estas calles bien pavimentadas y
podemos cruzar incluso cuando hay inundaciones; antes, quedábamos
completamente aislados cuando llovía, ¿entiende a lo que me refiero?”.

Shawki Ahmed Hayel Saeed, comerciante y miembro del Consejo Local de Taiz,
señala: “En estos últimos años, Taiz no solo mejoró porque se solucionó el
problema de las inundaciones, sino que además hubo contratos adicionales para
implementar estos proyectos, para pavimentar y asfaltar muchas calles de la
ciudad, lo que dio empleo a muchas personas y ayudó al consejo local a capacitar
y mejorar los ingresos de la población que participó en el proyecto”.

Para Amin Jibari, comerciante de 28 años, el proyecto finalmente trajo seguridad a


su hogar, que se encuentra en un sótano: “¡Se acabó! Ahora todo está bien
después de que construyeron el canal y el muro de contención; ya no hay
inundaciones, estamos relajados, ¡sin inundaciones!”. Amin cuenta que desde que
se construyó el canal cubierto en las cercanías, ¡él y su familia de cinco personas
ya no corren peligro!

La región de Taiz, en las tierras altas de Yemen finalmente se recupera de las inundaciones estacionales.
Un nuevo proyecto está construyendo estructuras de protección. Vea video en inglés.

Contribución del Grupo del Banco Mundial

El financiamiento del Banco Mundial para la gestión de los recursos hídricos


alcanzó cerca de US$8.000 millones, los que fueron destinados a proyectos
aprobados durante los ejercicios de 2002-2012. En el ejercicio de 2011, al igual
que en 2012, el financiamiento llegó a US$1.200 millones.
Asociados

El Banco Mundial colabora con asociados para apoyar la innovación en la gestión


integrada de los recursos hídricos. Este tipo de cooperación ha sido importante
debido al amplio alcance de las necesidades e iniciativas.

El WPP (i) es un fondo fiduciario de múltiples donantes financiado por el Reino


Unido, los Países Bajos y Dinamarca. Este fondo busca mejorar los esfuerzos del
Banco Mundial para reducir la pobreza a través del mejoramiento de la gestión de
los recursos hídricos y la prestación de servicios de abastecimiento de agua. La
iniciativa financia cerca del 40% de toda la labor analítica del Banco Mundial sobre
el agua y, en la actualidad, apoya actividades en 55 países. El financiamiento del
WPP pone atención especial en África, la igualdad de género, la reducción de la
pobreza, además de la calidad de las operaciones crediticias. Se ha iniciado la
segunda fase del programa, la cual es mayor en cuanto a tamaño y alcance.

La Iniciativa de Agua de Asia Meridional (SAWI, por sus siglas en inglés) es un


fondo fiduciario de múltiples donantes lanzado en 2008 con el objetivo de fortalecer
la gestión de los recursos hídricos dentro y entre los países de esta región, con
énfasis en la cooperación y adaptación al cambio climático. Hasta la fecha, los
donantes han comprometido un total de US$9,5 millones, de los cuales US$5,5
millones ya han sido transferidos al Banco Mundial.

En marzo de 2011, el Banco Mundial firmó un memorando de entendimiento con el


Gobierno de Estados Unidos a fin de ampliar y mejorar la colaboración en el sector
del agua. La institución trabaja en estrecha colaboración con 16 organismos
estadounidenses para respaldar a los países en desarrollo en el manejo de las
crisis mundiales del agua, tales como la falta saneamiento y agua potable segura,
la reducción de los acuíferos, las sequías, las inundaciones y los impactos del
cambio climático.

Próximos pasos

El liderazgo permanente del Banco Mundial y la consolidación de su apoyo serán


fundamentales para garantizar los logros mencionados anteriormente y aumentar
los beneficios para el alivio de la pobreza y el desarrollo sostenible. En la
actualidad, el Banco Mundial está desarrollando una nueva visión de este tema,
que fortalece las prácticas relacionadas con el fin de cumplir con las audaces
aspiraciones de liderazgo y satisfacer la cambiante necesidad de los clientes. Esta
perspectiva da un lugar central al sector hídrico para ayudar a las personas,
economías y ecosistemas a prosperar y contribuir así a un mundo sin pobreza. Los
próximos pasos del Banco Mundial serán:

 Fortalecer las gestiones para abordar la variabilidad del clima en proyectos


financiados por el Banco Mundial a través de un mejor sistema de
almacenamiento, control de inundaciones y preparación para ofrecer
respuestas de emergencia.

 Dedicar más recursos a la exploración y fortalecimiento de los vínculos


entre el agua y otros sectores, como energía, agricultura y medio ambiente,
y garantizar que las consideraciones sobre el agua se incluyan en
planificación sectorial del país.

 Aumentar el apoyo a la energía hidroeléctrica y buscar más oportunidades


que permitan mejorar la eficiencia de los sistemas de abastecimiento de
agua.

 Asegurar que el programa de la seguridad alimentaria considere el riego y


trabaje con los clientes para mejorar la eficiencia de los actuales planes de
regadío.

 Fortalecer el uso y suministro de datos para la toma de decisiones y el


diálogo entre países y facilitar la integración de tecnologías para contar con
información más confiable.

 Continuar con su sólido respaldo a las reformas institucionales y la


formación de capacidades de organizaciones relevantes y fortalecer las
asociaciones mundiales para generar un impacto permanente.

Beneficiarios

Es algo que Arwa Mohamed recuerda bien. Cuando llovía, las calles de su
vecindario en Taiz, República del Yemen, se inundaban tanto que las personas
quedaban aisladas durante días. “Cuando llovía y los niños estaban en la escuela,
teníamos miedo, porque el agua subía y cortaba las calles; quienes estaban en
casa, normalmente las madres, esperaban a los niños mirando por la ventana para
gritarles: ‘¡no crucen, es peligroso!’. Una vez las aguas se llevaron a una anciana
y a su nieto”. Por fin, comenta Arwa, “el vecindario es seguro. Sigue lloviendo, pero
el agua ahora corre por debajo del vecindario (a través de un canal cubierto) y no
por encima de él. Ahora contamos con estas calles bien pavimentadas y podemos
cruzar incluso cuando hay inundaciones; antes, quedábamos completamente
desconectados cuando llovía, ¿me comprende?”.

Para Amin Jibari, comerciante, el proyecto trajo seguridad a su hogar, que se


encuentra en un sótano: “¡Se acabó! Ahora todo está bien después de que
construyeron el canal y el muro de contención; ya no hay inundaciones, estamos
relajados, ¡sin inundaciones!”. Amin señala que desde que se construyó el canal
cubierto en las cercanías, ¡él y su familia de cinco personas ya no están en peligro!

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