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Resumen de la lectura: La educación o utopía necesaria

Frente a los numerosos desafíos del porvenir, la educación constituye un


instrumento indispensable para que la humanidad pueda progresar hacia los ideales
de paz, libertad y justicia social. Quizás no sea necesario recalcarlo, pero la
Comisión ha pensado ante todo en los niños y los adolescentes, en aquellos que el
día de mañana tomarán el relevo de las generaciones adultas, demasiado inclinadas
a concentrarse en sus propios problemas. Parafraseando las palabras del poeta, el
niño es el futuro del hombre.
Este último cuarto de siglo ha estado marcado por notables descubrimientos y
progresos científicos, muchos países han salido del subdesarrollo, el nivel de vida
ha continuado su progresión con ritmos muy diferentes según los países. Y sin
embargo, un sentimiento de desencanto parece dominar y contrasta con las
esperanzas nacidas inmediatamente después de la última guerra mundial.
La educación durante toda la vida permite, sencillamente, ordenar las distintas
etapas, preparar las transiciones, diversificar y valorizar las trayectorias. De esta
forma, saldríamos del terrible dilema que se plantea entre seleccionar, y, con ello,
multiplicar el fracaso escolar y los riesgos de exclusión, o igualar, pero en detrimento
de la promoción de personas con talento.
La educación es también una experiencia social, en la que el niño va conociéndose,
enriqueciendo sus relaciones con los demás, adquiriendo las bases de los
conocimientos teóricos y prácticos. Esta experiencia debe iniciarse antes de la edad
escolar obligatoria según diferentes formas en función de la situación, pero las
familias y las comunidades locales deben involucrarse.

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