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154 CONSPIRATIO 12 Tatetelor@ ae lout eve repensar caminos de paz joel nuestros ninos (OO NU EO) ina ne UNCoN we BW tty4 @ Cul podrd ser el futuro de un pats en donde los niftos y los jdvenes son excluidos de la justicia? {Qué revela de nuestra sociedad el que dia con dfa construyamos territorios geogrdficos y men- tales donde la infancia y la juventud son sistemd- ticamente ignoradas y estigmatizadas; y en los que sus derechos se cancelan o se asumen como inexis- tentes? La indefensidn en la que se encuentran y la vio- lencia a la que son sometidos estos sectores son quiza las muestras mas atroces de la descomposicién que vive México, Ante este escenario, la autora plantea dos vias fundamentales de accién basadas en una educacién ge- neradora de modelos pacificos de convivencia y en la transformacién de las relaciones interpersonales dentro del espacio publico. Rios at Norte pet Futuro Nomegusta quelascallesestén llenas decholos ymalandtros. Raul, 6 afios. Enlacalleme siento insegura porque hay muchos carros; enelparque,avecesestd soloy puede llegaralguien y nos puede robar; me siento insegura, porque cuando jugamos alas escondidas puede llegar © alguienyrobarnos, Karla, 8 afios. Sumamésefueatrabajary lo dejé encerradopara queno se saliera a lacalll, Porque se puede perder, sepuedenpelear ylopueden robar, hay muchos robaniiios, robateros y lo pueden robar. Hay muchos robateros que roban alos nifios, losmatany les venden los 6rganos, elcoraz6n, los violan. Martin y Alejandro, 5 afios.! aviolencia nos ha saturado, Es | fécil abrumarse con la informa- cién inmediata que hoy circula en cualquier medio de comunicacién. La sobreabundante estadistica de las “muertes” acumuladas y los desapare- cidos, los datos de la inversién econd- mica hecha en medidas de seguridad, los diagnésticos y andlisis de expertos ¥ porsi fuera poco, los incontables pro- nunciamientos por parte de politicos, comunicadores y organizaciones so- ciales sobre temas como la corrupcién, laimpunidad, lainseguridad, laguerra contra el rimen organizado, la injusti- cia, etc., hace que nos olvidemos de ciertas voces que no se escuchan: las de nuestros nifios. C6mo consolarlos ante la pérdida violenta de uno de sus padres? ;Cémo decirles que no verdn de nuevo a un ser amado que partié con la promesa de volver con una vida mejor, y simple- ‘mente desaparecié? ;Cémo explicarles queson libresy quelo importante enes- ta vida es ser feliz, cuando ni siquiera pueden salir a jugar 0 buscar nuevos amigos porque la gente extrafia es peli- grosa? ;Cémo inculcarles valores como [responsabilidad social y la participa cién comunitaria cuando ante el peligro de quesufran abusos les recomendamos desconfiar de las demés personas? ;C6- mocurarles el odio, el rencoroel miedo frentea a violencia quecontemplanasu alrededor, o que llos mismoshan pade- cido? ;Cémo, en fin, prometerles un fu- turo mejor cuando su presente se estre- llacon una realidad lacerada? Nashieli Ramirez y Lourdes Almada (coords), Un, dos, tres por mly por todos mis amigos. Las voces de las nifias ylos nifios pequerios de Judrez, Ciudad Juarez, Chihuahua, 2010, Se puede consultar en: . 155 CONSPIRATIO 12 La ausencia de paz, personal y so- cial, es la ausencia de la condicién mi- nima para vivir con dignidad. La inse- guridad, el miedo ala violencia, la vio~ Iencia misma, transforman los habitos y patrones de comportamiento indivi dual y comunitario; perjudican la sa~ lud mental, incrementan la descon- fianza, rompen las bases de as relacio- nes interpersonales, inciden en la des- integracién familiar y generan des- composicién social. consecuencias presentes y futuras de esas acciones en vidas que apenas co- mienzan su desarrollo? ;Cémo calcu- lar y diagnosticar los dafios y sufti- mientos fisicos y psicolégicos en cada uno deellos? ;Cémo enfrentarlascon- secuencias culturales, econémicas y so- ciales de lo anterior? Con una mirada atenta podemos descubrir un problema cultural extre- madamente grave que soterradamente comienza a ganar mayores espacios, y La ausencia de paz, personaly social, es la ausencia dela condicién minima para vivir con dignidad. El problema de la incidencia de la violencia en nifios y j6venes es suma- mente amplioy complejo. Al pensarlo, los enfoques comunes son la violencia intrafamiliar, la escolar, el budding, el abuso sexual y la presencia y percep- cidn de violencia en los medios de co- municacién. Sin embargo, la perversa realidad para miles de nifios se extien- de més alla: en situacién de calle, de abandono social, de desplazamiento 0 migracién, nifios y nifias son vulnera- blesasser involucrados o reclutados for- zadamente en actos 0 asociaciones de- lictivas, Muchos otros son victimas de delitos de trata de personas, explota- cidn sexual, pricticas de servidumbrey explotacién laboral o de extraccién de 6rganos. Se suman también los nifios que son victimas de secuestro y homi- cidios. Cémo medir y proyectar las a degradar la incipiente personalidad de nuestros nifios. La atraccién hacialo prohibido, a lo ilicito, al delito, al cri- men organizado, comienzaaestar pre- sente en ellos, Lo ven como algo natu- raly, peor atin, como una opcién, una alternativa de vida. Mientras que desde un sector del mundo adulto se les trata de encauzar y se les presentan modelos culturales basados en valores y esquemas de lega lidad y prosperidad social, muchos ni fos y jévenes han crecido bajo légicas muy distintas: en lugar de paz han en- contrado violencia generadora de odios y rencores; en vez de sentirse seguros hhan padecido miedo e impotencia; las leyesy lajusticia estan ausentesy, en su lugar, hay corrupcién y transgresi6n. Lapalabraamorosa ha sido desplazada por un lenguaje de odio. Lo grave es Rios at Norte pert Futuro ue todo ello se ha infiltrado en la vida cotidiana, Toda esa violencia ha echa- do raicesy ha mutado en la promesade formas de vida alternas, Basten como ejemplo los usos lin- glifsticos que forman parte de nuestro diaa dia: hoy hablamos de la “narcocul- cura’, Laadjetivaci6n decualquierreali- dad con el érmino “narco” lleva impli- cito el reconocimiento de “algo” con identidad propia: “narcotrabajador”, “narcofost’, ‘narcoguerta”, “narcocorti- dos’ ‘narcoputita’, etc. Del érmino pa- radesctibirel wéfico de estupefacientes (narcotréfico) se ha dado un salto lin- gilfstico para identificary englobarcier- ‘ospatronesdecomportamiento que, al set difundidos por los medios de comu- nicacién, se han expandido como mo- delo aspiracional para nifios y jévenes. Laidentidad del “narco” implica adop- tar sus cédigos de conducta~inchuyen- do laviolencia como medio de legitima- ciény conservacién—, sus ritosde induc- idn, sus fidelidades, su lenguaje, cos- tumbresy modas, sus expresionesartis- ticas, entre otros llevaimplicitala logica deuna forma dife- cante, entrar al negocio de la venta y distribucién de drogas o convertirse en sicarios que continuar en la pobre- za, Muchos nifios y jévenes sin opor- tunidades educativas, laborales 0 de recreacién,son candidatos idéneos pa- ra sustituir a los delincuentes que han perdido la vida en los tiltimos afios. Prefieren ese paso a la delincuencia a seguir sumidos en sus precarias condi- ciones, aun sabiendo quese integraran alasfilas de lo ilicito, que estén en ple- no riesgo de convertirse en consumi- dores de droga ~muchos ya lo son-, que perderdn ast familia o quela pon- drén en riesgo, que su esperanza de vi- da disminuird radicalmente. Pero lo mas doloroso es que su degradacién puede ir mas lejos. Dentro del contex- to de los posibles modos devincularse al fenémeno “narco”, pueden elegir rendir culto directo a formas de vida y acciones violentas. Tal es el caso de un fenémeno emergente al que se ha de- nominado “enfermedad”, no enel sen- tido de padecimiento fisico o mental, sino decorrupcién moral. Algunos de rentedeexistencias T0da esa violencia ha echado ratces yy ha muta- “mas valen cinco afios de rico que o ent La promesa de formas de vida alternas. cien de pobre”. No setratadevera la delincuencia organiza- dacomo unaopcién entre otras, sino co- mo lamejor via de realizacién. Existen miltiples encuestas reali- zadas a adolescentes en las que dicen preferir ser amantes de un narcotrafi- estos jévenes se convierten en “enfer- mos” —nombradosas/ despectivamen- teporlos propios “narcos”-, secundan expresiones pseudo-artisticas difundi- das fuera de la ley, como cortidos que cuenran historias de matanzas, que 157 CONSPIRATIO 12 instruyen sobre cémo infundir miedo o que exaltan el odio (son conocidos como “corridos enfermos”). Los “en- fermos” tratan de imitar a sus fdolos “narcos”, pero adoptando comporta- mientos de extrema violencia. Van tras el mito de la vida de poder, de placeres y del dinero facil que supuestamente oftece el “narco”. Asumen una pseu do-identidad que los hace sentirse con licencia para cualquier cosa. Suelen ser ‘ adictos y asesinosen potencia. Su prin- cipal gusto: infundir temor. Y lo peor es que “lo enfermo”, esa safia y afin destructivo, se contagia.” He descrito uno de los tantos esce- narios de violencia; pero volviendo al planteamiento de las “L6gicas” bajo las que pueden crecer nuestros nifios, la ‘opuesta, la que por ejemplo prometeun ‘México mejor, o que promueve la cul- tura dela legalidad o los derechos delos nifios, pierde sentido si se plantea con ingenuidad y falso triunfalismo. Esab- surdo pretender que miles de nifios que han crecido sin hogar, en estado degue- tray sin ley, con suftimiento y sin opor- tunidades para una existencia digna, puedan siquiera pensar en esos térmi- nos. De qué sirve hablarles del famoso “proyecto de vida” a muchosadolescen- tes cuando, ante un futuro incierto y doloroso, tienen que optar por los “be- neficios” inmediatos—estabilidad eco- némica basicay cierto sentido de perte- nencia— quelles ofrece la vida criminal? Este es el presente que reclamaallos adultos una intervencién urgente: ale- jarlos de opciones degradantes o vio- Ientasy ofrecerles espacios de desarro- Ilo reales. Abrirles espacios sanos. Laexigencia noes pocay requiere de laaccién y el compromiso de todos los actores sociales en dos direcciones fun- damentales. Primero, la de la transfor- macién subjetiva. Ello implica cambiar el enfoque y el modo de educar. Com- prender de fondo qué son la persona, la sociedad, la propia violencia yla paz. Se necesita mucha creatividad para gene- rar, desdela familia y otrasinstivuciones educativas, nuevas opciones culturales que multipliquen modelos de vida paci- ficos atractivos para los nifios, para ge- nerar proyectos de prevencién y sana- cidn. Una prevencién basada en la pro- mocién de aprendizajes y conocimien- tos que les permitan accedera la verdad yaotros valorescon los cuales formar su titerio, y con los que puedan desmitifi- cary desligarse de falsas salidas. Sana- cién, en el sentido de superar los renco- res, limpiarla memoria del resentimien- to, adoptar un enfoque humanista que ayude a superar los deseos de justicia punitiva, o hasta de venganza, para ha- 2 Como ejemplos pueden verse videos en Youtube con las siguientes frases para la buisque- da: "Movimiento Alterado-Sanguinarios del M1 video official’; o "Twins, Mentalidad Enferma {[lElondeado Mil};0 “Demonios empecherados 2010-Los buitres & Bukanas de Cullacdn’. Rfos av Norre pet Fururo cet propios el perdén yla reconciliacién como condiciones para vencerlaviolen- cia y regenerar los vinculos sociales? Lasegundadireccién en la queesne- cesario colaborar para abrir caminos de paz‘alanificz mexicana, apuntaalasre- laciones interpersonales, al espacio pi- blico, Aqui resulta fundamental reforzar el Estado de derecho, Sobran explicacio- nes sobrelanecesidad de promoverleyes y politicas puiblicas justas como condi- ci6n deseguridad minimay garantiapa- ragjercer nuestros derechos fundamen- tales, No hace falta profundizaren el ur- gente llamado recuperary regenerarlas instituciones pitblicas, transidas de in- ficienciay corrupcién, Junto aesos pro- cesos de recuperacién de instituciones, espaciosy oportunidades, cobrasentido lapromocién deunacultura dela legali- dad que cultive integralmentea los mas j6venes bajo esquemas de pensamiento, valoresy conductascivicasquemodelen en las proximas generaciones un nuevo sentido de identidad, basado en opcio- nes de vida no violentas? Es indispensable trazar caminos de paz. Deeste modo, cuando nuestros ni fhos crezcan podrin transitar con tran- quilidad y valorar el esfuerzo de quie- nes, en su momento, participaron en la construccién de nuevas oportunidades y dirigieron su raz6n y su imaginacién ala conformacién de una sociedad ca~ paz deerradicar la violencia. Sino cons- truimos esos caminos, si al menos no loslabramos, el dia de mafiana nuestros nifios serdn victimas o formardn parte dela delincuencia organizada. Quienes sesalven nosacribillardn con reproches Y preguntas incémodas: nos recrimina- ran haberles heredado un mundo hostil yviolento. Los descendientes de las vic~ timas clamardn venganza y no habra manera de hablarles del perdén y la re- conciliacién. Hay quienes a pesar de haber sufrido la pérdida de un serama- do, hoy siguen luchando por restaurar Ia justicia y la caridad, por trazar esos caminos de paz, Todosellosson mode- los vivientes de la superacién de la violencia. # Para profundizar en el tema del perdén y la reconciliacién recomiendo consular: Leonel Narvaez G6mez, Cultura politica de perdn yreconciliacién, 22 Fundacién parala Reconcilia~ ién, Bogotd, 2010. Para profundizar en el tema de la paz recomiendo consultar: Jesus Ballesteros, Repensar la paz, Ediciones Internacionales Universitarias, Madrid, 2006. Paratenerinformacién de punta y sugerencias concretasacerca de Ciudad Juérezrecomien- doampliamenteel documento de Cohesién Comunitaria eInnovacién Social la Fundacion Este Pais: 100 Recomendaciones para fortalecerla cohesion comunitaria en Ciudad Juérez y el Paso; consulta en: . 159

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