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Plan de uso del Suelo

El Plan de Uso del


Suelo (PLUS) es un
sistema amplio de
información sobre la
aptitud del uso
potencial de la tierra
para cada unidad de
gestión, el cual toma
como base los estudios
de la aptitud biofísica
de las tierras, las
disposiciones legales
vigentes tales como la
Ley de Manejo de
Áreas Protegidas, Ley
INRA, Ley General del
Medio Ambiente y la
Ley General Forestal y
políticas específicas
que regulan el manejo
del PNT.
Con el objeto de mantener toda la información necesaria en forma clara y detallada de
cada una de las unidades de gestión para las zonas de cordillera y piedemonte, se
crearon las fichas PLUS, las cuales sirven adicionalmente para llegar a un consenso con
los interesados principales en lo referente a la asignación de usos para el mejor
aprovechamiento de sus tierras.
Reglas y normas de intervención
Las recomendaciones de aplicación técnica, los medios de conservación y las
restricciones de manejo para cada Tipo de Utilización de la Tierra (TUT), en conjunto
aseguran la funcionalidad del área y la sostenibilidad del sistema de producción acorde
a sus capacidades y restricciones. Adicionalmente a las recomendaciones técnicas, se
hace referencia a los requerimientos ambientales según su clasificación obtenida de la
Evaluación de Impacto Ambiental (EIA) para cada TUT, la cual debe ser
incondicionalmente cumplida.
Los TUT´s identificados para el PNT fueron agrupados en 7 clases generales y 20 clases
específicas, con el fin de simplificar la descripción de las reglas técnicas y de manejo
para cada uno de los mismos y para su identificación y comparación con los contenidos
en el Reglamento de Áreas Protegidas. En los cuadros 5.1 al 5.15, del informe técnico,
para cada TUT se detallan sus reglas y restricciones específicas en distintos niveles de
manejo (de permitido a prohibido) según su aptitud biofísica.
Impacto Ambiental
Los procedimientos y
metodologías implementadas
para la evaluación y
categorización de los impactos
ambientales, siguieron las normas
vigentes en la Reglamentación de
la Ley N° 1333 del Medio
Ambiente, establecidas por el
Ministerio de Desarrollo
Sostenible y Medio Ambiente.
Para la EIA, se aplicó la matriz de
evaluación de impactos.
La Ley 1333, establece cuatro
categorías para la clasificación de
los proyectos según su evaluación ambiental:

 Categoría I. Requiere de EIA analítico integral.


 Categoría II. Requiere de EIA analítico específico.
 Categoría III. No requiere de EIA analítico específicos pero si el planteamiento
de medidas de mitigación del seguimiento ambiental.
 Categoría IV. No requiere de EIA.
Los resultados de las actividades en el PNT, indican que se debe hacer una evaluación
de impacto ambiental analítica específica para los siguientes tipos de uso de la tierra:

 Floricultura
 Industrial
 Urbano consolidado
 Urbano en expansión
 Núcleos de comunidades
Ley del Minino
La idea de que un organismo no es más fuerte que el eslabón más débil en su cadena
ecológica de requerimientos fue expresada claramente por Justus Liebig en 1840.
Liebig fue uno de los pioneros en el estudio del efecto de diversos factores sobre el
crecimiento de las plantas. Descubrió, como saben los agricultores en la actualidad,
que el rendimiento de las plantas suele ser limitado no sólo por los nutrientes
necesarios en grandes cantidades, como el dióxido de carbono y el agua, que suelen
abundar en el medio, sino por algunas materias primas como el cinc, por ejemplo, que
se necesitan en cantidades diminutas pero escasean en el suelo. La afirmación de
Liebig de que "el crecimiento de una planta depende de los nutrientes disponibles sólo
en cantidades mínimas" ha llegado a conocerse como "ley" del mínimo de Liebig.

La ley del mínimo de Liebig dice que el nutriente que se encuentra menos disponible es el que
limita la producción, aun cuando los demás esten en cantidades suficientes.

Es importante enfatizar que tanto o poco de cualquier factor abiótico simple puede
limitar o prevenir el crecimiento a pesar de que los demás factores se encuentren en, o
cerca de, el óptimo. Esta modificación de la ley del mínimo se conoce como la Ley de
los Factores Limitantes. El factor que esté limitando el crecimiento (o cualquier otra
respuesta) de un organismo se conoce como el factor limitante.
La razón por la cual una especie de un ecosistema no penetra indefinidamente en un
ecosistema adyacente se debe a que con frecuencia se enfrenta a uno o más factores
abióticos en el sistema adyacente que son limitantes. Sin embargo, los factores
biológicos como depredación, enfermedad, parásitos y competencia por otras especies
también pueden ser factores limitantes.
Con respecto a las plantas, el factor abiótico que con mayor frecuencia es limitante en
los ecosistemas terrestres naturales es el agua. El agua es el principal factor de
definición de los principales biomas en bosques, pastizales y desiertos. Esto ocurre de
la manera siguiente: La cantidad óptima de lluvia para muchas especies de árboles es
de alrededor de 150 cm por año; ellos alcanzan su límite (inferior) de tolerancia
alrededor de 75 cm por año. Los pastos (gramíneas) tienen un límite inferior para el
agua mucho menor, alrededor de 25 cm por año, pero hay especies de cactus y otras
plantas especializadas que
pueden sobrevivir con tan
poco como 5 a 10 cm por año.
A consecuencias de ello, los
ecosistemas naturales de
regiones con pluviometrías
superiores a 100 cm por año
son típicamente bosques. Las
regiones con 25 a 75 cm de
lluvia son típicamente pastizales (sabanas), y las regiones con menos de 25 cm de lluvia
presentan una vegetación esparcida con especies como cactus, artemisas y similares.
Tales áreas son reconocidas como desiertos. Como es de esperarse, en los valores
intermedios de lluvia, los bosques penetran en los pastizales y estos, a su vez, en los
desiertos.
También la temperatura juega un papel en limitar las principales comunidades de
plantas. Sin embargo, excepto en el frío extremo (que origina la tundra o hielo
permanente), el efecto de la temperatura se superpone al de la pluviometría.
Sitios Ramsar
Los sitios Ramsar se designan porque cumplen con los Criterios para la identificación
de Humedales de Importancia Internacional. El primer criterio se refiere a los sitios que
contienen tipos de
humedales
representativos,
raros o únicos, y los
otros ocho abarcan
los sitios de
importancia
internacional para la
conservación de la
diversidad biológica.
Estos criterios hacen
énfasis en la
importancia que la
Convención concede
al mantenimiento de
la biodiversidad.
Las Partes Contratantes confirmaron en 2005 que su visión para la Lista de Ramsar es
“crear y mantener una red internacional de humedales que revistan importancia para
la conservación de la diversidad biológica mundial y para el sustento de la vida humana
a través del mantenimiento de los componentes, procesos y beneficios/servicios de sus
ecosistemas”.
En la actualidad, la Lista de Ramsar es la red más extensa de áreas protegidas del
mundo. Hay más de 2.200 sitios Ramsar que abarcan más de 2,1 millones de
kilómetros cuadrados en los territorios de las 169 Partes Contratantes de Ramsar en
todo el mundo.
Porque la importancia hacia los sitios Ramsar
Por sus reservas de agua, por ser espacios donde se concentra mucha biodiversidad y
por ser determinantes en el funcionamiento de los ecosistemas.
Si bien el agua es uno de los recursos más abundantes de nuestro planeta, hoy ya
hemos sido testigos de cómo este bien se ha ido transformando cada vez más en algo
escaso a causa del cambio climático, la contaminación o el mal uso que se hace de
éste. Es por esto que estos espacios destacan como lugares de importancia
internacional.
Los humedales suelen absorber agua en épocas de altas precipitaciones evitando
inundaciones y luego la almacenan para períodos. Dentro de los múltiples beneficios
que traen los humedales al ser humano, está el suministro de agua, la extracción
pesquera y de recursos de flora y fauna silvestre, la retención de sedimentos y
contaminantes, retención y remoción de nutrientes, mejoramiento de la calidad de
agua y amortiguación hidráulica de inundaciones invernales, maremotos, entre otros.
Esto se suma además al hecho de que son espacios de gran importancia para la
conservación de la diversidad biológica mundial, sirviendo muchas veces como vías
migratorias de aves acuáticas.
El problema es que estos ambientes son ecosistemas altamente amenazados a nivel
mundial debido principalmente a acciones del ser humano que se relacionan a la
extracción de agua, el crecimiento urbano, el relleno de estos espacios para
transformarlos en terrenos habitacionales o en muchos casos su uso como sumideros
de basura. Y, al existir una gran falta de información y conciencia sobre la importancia
de estos ambientes, protegerlos se hace aún más difícil.
Hasta julio de 2015 en Latinoamérica existían un total de 298 sitios Ramsar que
equivalen a una superficie de 48.166.751 hectáreas y que juntos suman el 23% de la
totalidad de sitios Ramsar a nivel global. Dentro de los países latinoamericanos que
forman parte de la Convención, Bolivia es el que suma una mayor superficie con esta
clasificación (11 sitios Ramsar que suman 8.833.752 hectáreas), mientras que Chile se
encuentra en el puesto número 12 de 17, con 13 sitios que componen una superficie
de 361.711 hectáreas.
Fenómeno del Niño y de la Niña
El Niño y La Niña forman parte de la Oscilación del Sur de El Niño (ENSO, siglas de El
Niño Southern Oscillation), un término científico usado para referirse al conjunto de
cambios de los patrones de temperatura de viento y mar que propician temperaturas
superficiales del océano anormalmente frías o cálidas durante períodos largos que
abarcan desde unos pocos meses hasta poco más de un año.
De acuerdo con la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, los episodios del
Niño y la Niña ocurren cada 3-5 años, pero esto puede variar.
La superficie de los océanos se enfría y se calienta de acuerdo con la fuerza de los
vientos alisios, que son aquellos vientos superficiales que soplan entre los trópicos,
desde el noreste hacia el suroeste en el hemisferio norte, y desde el sureste hacia el
noroeste en el hemisferio sur, permitiendo que el Pacífico central se mantenga
relativamente fresco. Es la temperatura del océano la que establece el clima, los
patrones de lluvia y los patrones de viento que afectan a la tierra. Mientras menos
cantidad de agua se evapora, menos lluvia cae.
El niño
El Niño es resultado de vientos alisios más débiles de lo que suelen ser. Entonces, el
agua cálida se acumula a lo largo de las zonas ecuatoriales y se mueve hacia el este,
justo en la zona oriental del océano Pacífico. Como la superficie del agua es más
caliente de lo normal, la atmósfera también se calienta, hecho que ocasiona que el aire
húmedo se eleve, forme nubes y se produzcan tormentas.
Características de El Niño
 Los vientos alisios se debilitan.
 La temperatura
superficial del océano
se eleva.
 Se presenta mayor
nubosidad.
 Se produce
abundancia de
precipitaciones.
 Ocurre a intervalos de
2-7 años, con una
duración de 9 meses a
2 años.
Efectos de El Niño
 En general, las condiciones climáticas del Pacífico se modifican, pero
Sudamérica recibe los efectos de manera más directa. En Perú y Ecuador se
experimenta un clima muy cálido y húmedo de abril a octubre, y las lluvias
frecuentes pueden ocasionar graves inundaciones.
 En costas sudamericanas disminuye el nivel de nutrientes pues es el agua fría
más rica en estos, por lo que muchos peces pueden morir. Esta disminución de
especies daña la industria pesquera.
 En invierno, el noroeste del Pacífico, en Estados Unidos, recibe menos
precipitaciones, mientras que el sur de California y la costa del Golfo del mismo
país reciben más lluvias y tormentas.
 Australia, el sur de África y Brasil experimentan sequías.
 En México y el sureste de Estados Unidos se producen menos lluvias.
 Se elevan las probabilidades de tifones en el océano Pacífico.
 En el océano Atlántico se forman menos huracanes.

La Niña
La Niña es todo lo contrario. Dado que los vientos alisios se fortalecen, el agua fría se
acumula en la región ecuatorial del Pacífico oriental. En consecuencia, la atmósfera se
enfría por el contacto con las frías aguas superficiales del océano, y a falta de calidez, el
agua no se evapora y el aire no se eleva, así que el nivel de lluvias y tormentas
disminuye de forma anómala.
Características de La Niña
 Los vientos alisios se fortalecen.
 La temperatura del océano es inusualmente fría.
 Se percibe una escasez de precipitaciones.
 Puede ocurrir cada 3-5 años en promedio, pero según los registros históricos el
intervalo entre cada evento varía de 2 a 7 años.
 Sus condiciones duran entre 9 y 12 meses, pero los episodios pueden durar
hasta 2 años.
 Se produce con menos frecuencia que El Niño.

Efectos de La Niña
Entre otros:
 En invierno, temperaturas más cálidas en el sureste y más frías en el noreste.
 Australia e Indonesia experimentan más humedad en el ambiente.
 El centro-este del Pacífico ecuatorial percibe períodos de temperaturas de la
superficie del mar por debajo del promedio.
 Entre diciembre y febrero, la zona norte de Brasil es más húmeda de lo normal.
 En el centro de los Andes aumentan las lluvias, lo que ocasiona fuertes
inundaciones.
Consumo de Agua
Consumo de agua por minutos de ducha
Una ducha de 10 minutos consume 200 litros de agua, según datos de la OMS,
organización que, a su vez, recomienda gastar un 150% menos.
La media de consumo de agua en la ducha, se encuentra en 95 litros, lo cual se traduce
en una ducha de cinco minutos. Esta cantidad equivale a la cantidad de agua que bebe
una persona en un total de 50 días. El suministro de agua de los hogares españoles ha
aumentado una media del 7% durante el año 2013. Son datos de Facua una ONG a la
defensa de los derechos de los consumidores.

Consumo de agua para 1Kg de papa y carne


La papa destaca por su uso productivo del agua, ya que ofrece más alimento por
unidad de agua que cualquiera de los demás cultivos principales. Junto al cacahuete, la
cebolla y la zanahoria, presenta una "productividad nutricional" en especial elevada:
por cada m3 de agua aplicada a su cultivo.
Si se aumentara la proporción de papa en la alimentación se reduciría la presión sobre
los recursos hídricos. Actualmente, la producción de los alimentos –en especial los de
origen animal– que componen la dieta media en el mundo desarrollado necesita la
extracción de unos 4 000 litros por persona al día (se requieren, por ejemplo, de 13 000
a 15 000 litros de agua aproximadamente para producir 1 kg de carne de bovino
alimentado con cereales). Pero un estudio reciente estimó que una alimentación
equilibrada a base de papa, cacahuetes, cebolla y zanahorias necesitaría un consumo
de agua per cápita de sólo 1 000 litros al día.
Para comparar el uso directo e indirecto de agua que se produce durante la producción
de diversos productos, se desarrolló el término "agua virtual".
Por ejemplo, con la producción de carne, este término no sólo incluye el agua que se
utiliza para beber (uso directo de agua), sino también el agua que es necesaria para la
producción de toda la alimentación animal.
Para producir 1 kg de carne de vacuno son necesarios alrededor de 15.000 litros de
agua, mientras que para la misma cantidad de arroz se necesitan 2.500 litros de agua,
y por la misma cantidad de patatas sólo se necesita alrededor de 130 litros de agua y la
producción de 1 kg de patatas tempranas utiliza 200 a 400 litros de agua virtual.
Efecto Invernadero
El efecto invernadero es un fenómeno natural que ocurre en la Tierra gracias al cual la
temperatura del planeta es compatible con la vida. El proceso es similar al que se da en
un invernadero utilizado para el cultivo de plantas, pero a nivel planetario.
Este proceso se inicia con la llegada de la radiación procedente del Sol a la superficie
terrestre. La mayor parte de la energía recibida es la denominada “de onda corta”. De
esta energía, parte es absorbida por la atmósfera -como en el caso de la radiación
ultravioleta-, otra parte es reflejada por las nubes, y otra llega a la superficie del
planeta -luz visible- calentándolo.
Una vez que esta radiación ha alcanzado y
calentado la superficie terrestre, la tierra
devuelve la energía en forma de “onda larga”
(radiación infrarroja) y es reflejada y enviada
de nuevo a la atmósfera. Determinados tipos
de gases atmosféricos, llamado “gases de
efecto invernadero”, retienen parte de esta
energía (el 62.5%, aproximadamente) en el
interior del planeta, y no dejan que salga al
espacio exterior. Es esta radiación, que no
puede escapar del planeta, la que hace que la
temperatura de la superficie se eleve.
Cuando este proceso funciona de manera
natural, el equilibrio de temperaturas medio
en la superficie del planeta es de 14º C, y
gracias a él la vida se hace posible.
Si no se produjese este efecto invernadero, la
temperatura de la Tierra sería menor, en torno
a los -18ºC lo que haría inviable el desarrollo
de la vida, por ello, este fenómeno es
imprescindible para mantener las condiciones
actuales de vida.
Cuando la concentración de gases de efecto invernadero aumenta en la atmósfera, la
cantidad de energía que no puede escapar al espacio es cada vez mayor, y vuelve a ser
reflejada a la superficie aumentando la temperatura de ésta de manera gradual.
Esta es la principal causa del denominado Cambio Climático, proceso que se ha dado
de manera natural a lo largo de la Historia de la Tierra pero que ahora está sufriendo
una enorme aceleración por el aumento artificial y desmedido de los denominados
gases de efecto invernadero.
Gases de Efecto Invernadero (GEI)
Gases integrantes de la atmósfera,
de origen natural y antropogénico,
que absorben y emiten radiación en
determinadas longitudes de ondas
del espectro de radiación infrarroja
emitido por la superficie de la
Tierra, la atmósfera, y las nubes.
Esta propiedad causa el efecto
invernadero. El vapor de agua
(H2O), dióxido de carbono (CO2),
óxido nitroso (N2O), metano (CH4),
y ozono (O3) son los principales
gases de efecto invernadero en la
atmósfera terrestre. Además existe
en la atmósfera una serie de gases
de efecto invernadero totalmente
producidos por el hombre, como los halocarbonos y otras sustancias que contienen
cloro y bromuro, de las que se ocupa el Protocolo de Montreal. Además del CO2, N2O,
y CH4, el Protocolo de Kiyoto aborda otros gases de efecto invernadero, como el
hexafluoruro de azufre (SF6), los hidrofluorocarbonos (HFC), y los perfluorocarbonos
(PFC).

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