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COSTOS DE CALIDAD
El Sistema de Gestión de la Calidad (SGC) contribuye al aumento de la satisfacción del
cliente por el producto o servicio prestado al reconocer y controlar los procesos que con
llevan a la excelencia ofreciendo el eslabón fundamental para el mejoramiento continuo, la
seguridad y la garantía del producto o servicio, tanto a la empresa, como a sus clientes.
Dentro de este sistema, los costos de calidad, son el indicador principal, al ser un índice
bastante aproximado de la gestión empresarial que determina el nivel óptimo de gastos y el
incremento de la eficiencia en la producción o prestación de servicios.
Cabe destacar, entonces, que no es suficiente con que una empresa posea un sistema de
calidad basado en cualquiera de las certificaciones internacionales si no están implantados y
creados los mecanismos necesarios para aprender de los errores, defectos, fallas y
desviaciones que, cuantificados apropiadamente, permitan a una organización tomar
conciencia de la necesidad de mejorar continuamente mediante la aplicación de acciones
correctivas y preventivas.
Los costos de conformidad son aquellos en que se incurre para asegurar que los bienes y
servicios provistos responden a las especificaciones. Incluyen los costos de las etapas de
diseño y fabricación destinados a prevenir la falta de adecuación a los estándares, y se
clasifican en costos de prevención y de evaluación. Los costos de no conformidad se
presentan asociados a fallas, es decir, están vinculados con productos o servicios que no
responden a las especificaciones. Se clasifican en costos de falla interna y costos de falla
externa.
Los costos de prevención son aquellos que se producen al intentar reducir o evitar fallos. Son
el costo de todas las actividades llevadas a cabo para evitar defectos en el diseño y desarrollo;
en las compras de insumos, equipos, instalaciones y materiales; en la mano de obra, y en
otros aspectos del inicio y creación de un producto o servicio. Se incluyen aquellas actividades
de prevención y medición realizadas durante el ciclo de comercialización.
Finalmente, los costos por fallas son también conocidos como «costos de no calidad». Estos
pueden dividirse en fallos internos y fallos externos. Los fallos internos son los referidos a
fallos producidos antes de la venta. Un fallo externo es el fallo que se produce una vez que ya
ha sido entregado el producto al cliente. Están asociados con cosas que no se ajustan o que
no se desempeñan conforme a los requisitos, así como con los relacionados con
incumplimientos de ofrecimientos a los consumidores, se incluyen todos los materiales y mano
de obra involucrada. Puede llegarse hasta rubros relativos a la pérdida de confianza del
cliente.
Refiere Amat, 1992 que los costos de fallos, en general, son inversamente proporcionales al
tiempo que transcurre desde que la organización ha implantado un programa de calidad y al
importe invertido en prevención y evaluación.
Por otro lado, estos costos pueden dividirse en tangibles e intangibles. Los primeros son los
que se pueden calcular en forma objetiva y, normalmente, van acompañados de un
desembolso en efectivo por parte de la organización que los comete. En otras palabras, se
refiere al costo de mano de obra o materia prima en el que hay que incurrir como
consecuencia del fallo. Los costos intangibles son los que se han de calcular con criterios
esencialmente subjetivos. Estos son los que son consecuencia de la pérdida de la imagen de
la empresa producto del impacto de los fallos en los clientes o los que se producen al
desmotivarse la plantilla a causa de accidentes o quejas de los clientes.
El costo de un fallo siempre ha de estimarse en forma marginal. Es decir, el costo incluirá los
costos que tenga la empresa adicionalmente por culpa del fallo o los ingresos que se deje de
percibir por esta razón. Para ello, se ha de prever los costos de fallos de cada nivel de costo
controlable de calidad. Dado que este último puede aumentar hasta el infinito, se tiene que
definir el nivel de costos de fallos que se acepta por ser considerado casi imposible de reducir.
Siempre existe un nivel en el que quizás los costos de fallos son tan reducidos que ya no vale
la pena hacer más prevención y evaluación. Este nivel ha de estar muy próximo a la situación
de «cero defectos». Normalmente, se piensa que ya no hay que incrementar los costos de
prevención o evaluación cuando éstos superan a los costos de fallos que se quiere reducir.
El costo total mínimo se produce en el momento en que reducir el costo de los fallos es difícil,
debido a que lo que se puede ahorrar en fallos es menor que los costos suplementarios que
se precisan de prevención y evaluación. Es lógico que una organización que decida implantar
un sistema de costos de calidad tenga unos fallos muy elevados. En los primeros meses de
efectividad del plan de calidad es posible que los costos totales de calidad sigan creciendo ya
que la prevención y la evaluación precisan de un intervalo de tiempo hasta que se notan los
primeros efectos importantes. A partir de ese momento, los costos de fallos empiezan a
reducirse considerablemente al igual que los costos totales, los costos de fallos disminuyen al
incrementarse los costos de prevención y evaluación y, a medida que hace mas tiempo que se
inició el programa de calidad, se puede intentar conocer en cada momento que posibilidades
hay de reducir los costos de calidad.
La calidad no solamente se refiere a los requisitos esenciales del producto o servicio para que
satisfagan necesidades de los clientes, sino que en la actualidad es un factor estratégico clave
del que dependen la mayor parte de las organizaciones, no sólo para mantener su posición en
el mercado sino incluso para asegurar su supervivencia. Para asegurar la calidad en las
organizaciones se requiere contar con sólidos Sistemas de Gestión de la Calidad. El cálculo
de los Costos de la Calidad no se establece como un requisito en la norma ISO 9001, pero
forma parte de las mediciones financieras, las cuales se recomiendan en la 9004 como un
método para identificar áreas en las que se pueda mejorar el desempeño del SGC y elevar la
eficacia y eficiencia en la organización. Se considera que el cálculo de los costos de la calidad
es una herramienta necesaria para hacer viable el proceso de mejora continua en el sistema
de Gestión de la Calidad en el sector empresarial. Con el cálculo de los costos de la calidad se
demuestra la importancia de conocer la estructura de estos, para definir las acciones a tomar
por la alta dirección