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Interreligious Studies edited by Prof. Dr. Frans Wijsen and Dr. Jorge E. Castillo Guerra This series is published by the Chair for World Christianity the Foundation for Studies in World Christianity and Interreligious Relations and the Institute for Mission Studies ‘at Radboud University Nijmegen Volume 4 Jorge E. Castillo Guerra, Joop Vernooij (Eds.) Relaciones interreligiosas en el Caribe Ecumene, interculturalidad e interre! Interreligious Studies edited by Prof. Dr. Frans Wijsen This series is published by the Chair for World Christianity, and Intereligious Relations in collaboration with the Foundation for Studies in World Christianity ission Studies at Radboud University Nijmegen Volume 4 Lit Jorge E. Castillo Guerra, Joop Vernooij (Eds.) Relaciones interreligiosas en el Caribe Ecumene, interculturalidad e interreligiosidad Lr Fotografia: Lysbeth Santema @ GGedruckt auf alterungsbestindigem Werkdruckpa ANSIZ3948DIN1SO 9706 Bibliografische Information der Deutschen Nationalbibliothek Die Deutsche Nationalbibliothekverzeichnet diese Publikation in der ‘Deutschen Nationalbibliograte; detiliere bibliograische Daten sind im Internet uber htp/ldnb dnb de aber. ISBN 978-3-643-90021-0 ©LIT VERLAG Dr. W. Hopf Berlin 2009 Veriagshona Fremost.2, D-48159 Monster Deutschland: LIT Verlag Fresow. 2, D-8159 Musser ‘Teh. 49 ()251-620222, Fax +49 (0)251922 6099, Mall: vereb@i-vaag de serch: Mdinlogiik Mehler OBZ, Gm & Co KO TZNO, Sd, Sale I, Objekt 34, 42355 Wiens Nest ‘Te. +43 (0)2236-69 535290, Fax 143 (223665535243, Mall: mlo@edienlopisikat ‘Scheie: B+ M Buch und Medienvertiebs AG “Hoch 357, CH-8200 Schaausen Te. 4 (052.643 5420, Pax + (0) 52-648 5435,e Ml: ender bach meen ch Contenido 1, Relaciones interreligiosas en el Caribe: Presentacién e introduccién contextual Jorge E. Castillo Guerra y Joop Vernooij 2, Religiosidad popular: Retos en sociedades multi-étnicas ¥y multi-religiosas. El caso de Surinam Duncan Wielzen 3. Fenomenologia de Ia experiencia religiosa en el espacio antillano Max Bélaise 4, Bl didlogo ecuménico en el Caribe: ‘La Conferencia de las Iglesias de] Caribe Adolfo Ham ‘5. Relaciones interreligiosas en Cuba: Religiones afrocubanas y Cristianismo Jorge E. Castillo Guerra 6. Hindies en Latinoamérica, particularmente en el Caribe Freek L. Bakker 7. Hinduismo y la Iglesia Catélica en Trinidad: La Divina Pastora /Suparce Ke Mai, celebracién y didlogo interreligioso Gerald M, Boodoo 8, Hinduismo popular en Surinam Joop Vernooij 9. Javanismo en Surinam Joop Vernooij 10, «Carislam»: El Islam caribeio Joop Vernooij 11. Haciendo teologfa cristiana en el Caribe George A. Milton a 81 1s 129 143 153 6 Relaciones incereligiosas en el Caribe 12, La globalizacién, la educacién religiosa y la imaginaciéa ‘Silvio Sergio Scatolini Apéstolo Conclusién: Un abanico de religiones, iglesias y culturas: Apuntes para una evaluacién intercultural del campo religioso del Caribe Josef Estermann Apéndice Colaboradores fndice de nombres 165 183 193 195 1 Relaciones interreligiosas en el Caribe: Presentaci6n e introduccién contextual Jorge E. Castillo Guerra y Joop Vernooij Peliculas como la serie Piratas en el Caribe: La Maldicién del Perla Negra tor Gore Verbinski atraen Ia atencién a su ria dl Caribe. Al mismo tiempo difunden una imagen deformada de la regisn y ‘no hacen més que reafirmar fantésticas narrativas como territorio de aventure- 1s, piratas y hechiceros. Imégenes que encuentran un suelo féril en el gran ibefia, Desconocimiento que conduce a cin, cuando en 2003 se legaliza al irgen muchas criticas en contra de sus ccardcter «pagano». Argumentos que desconocen y degradan la orientacién religiosa de un gran porcentaje de haitianos. Por lo ‘general, el desconocimiento sobre vudié como religién contenidos «saténicos» 0 enriquezcan discusiones sobre dislogo intercultural 0 interreigioso que hoy fa tienen lugar en América Latina. En la presente introduccién ofrecemos. ‘una orientacién en el trasfondo de las exposiciones de los diferentes temas tratados en la obra. En consecuencia, el lector encontraré introducciones y andlisis de aspectos socioecondmicos, culturales y religiosos de Ia regién caribefia. 164 George A. Maton Bibliografia Response To Adolfo Ham (1). En: Howard Gregory (ed), Preparing forthe Challenges Ahead. Jamaica: Canoe Press, crown in Barbados: Caribbean politics. Religion in ate 19 century. Frankfurt aM; Peter Lang. Emancipation Still Comin’, Explorations in Caribbean Emancipatory —— (1992). Mission For Caribbean Change: Caribbean Development as Theological Enterprise. Prankfrt aM: Peter Lang the New Caribbean, Barbados: Publishing House. ol. 4.102. Theologies on Shifting Grounds: a clash of ind eutural paradigm. Lovina: Peeters. Lowe-Ching, Theresa (1995), «Method in Caribbean Theology». En: Howard Gregory (4), Caribbean Theology, Preparing for the Challenges Ahead. Jamsica: Canoe Prest. 23-33 Mitton, George A. y Scatolini, Sergio (no publicado). «Thinking and talking about God ‘he -Father in “Christ the Alpha and the Rasta: A Reflection On Christology imergence of Rastafari, En: Caribbean Journal of Relisious Studies 5). Inclturatie van de Liturgie, Ben kitiche analyse van het ge= ‘bruik van het sranan in het proces van suinamisering vn de iturge:Heerlem (aises Bajos): UIP MA tess. 12 La globalizaci6n, la educacién religiosa y la imaginacién Silvio Sergio Scaolin’ Apéstolo «:Cémo se Hama alguien que sigue hablando ‘un cuando ya no haya nadie que est escuchindolo? Maestro» «No puede haber paz entre los pueblas hasta que no haya paz y comprensin mat entre las religiones» La globalizacién es uno de los temas més «globalizadoss; doquiera que nos ‘encontremos hallaremos gente discutiendo acerca de las bondades y las mal- diciones que ella acarrea 0 puede acarrear consigo, El documento preparato- rio de la V Conferencia de! Episcopado de Latinoamérica y el Caribe, expres Ja ambivalencia del proceso de globalizaci6n de manera sucinta y desafiante: [Bn definiiva, como toda eriatura gestada por el hombre, Ja globalizacion seré _aquello que nosotros hagimos de ella. Nuestro deberconsiste en shumanizar la slobalizaci6ny globalizar la solidaridad, (CELAM 2006). En efecto, tal como lo habia i Freire, la preocup: hhumanizaciGn, concebida no como una posibilidad ontoldgica sino como una realidad histérica Freire Este no es el primer momento en que el destino de nuestra especie estéen juego; cada periodo requiere nucvas opcio- nes yestrategas para Ia ain. (Otro de Tos temas globales y transnacionales, dentro de muestro continente, es 1 de Ia educacién religiosa. EI mencionado documento episcopal también revel6 sus preocupaciones entomo a esta tendencia: ‘Las nuevas reforms educacionales centradas, prevalentemente, en Ia aquisi= ida de conocimientos y habiidades, denotan un claro reduesionismo antropo- }6gieo, ya que concibon Ia educacién en funciGn de Ja produecisa, la competit- 166 Silvio Sergio Seatolini Apéstolo res un fendmeno grave, que exige un Del antedicho andlisis se pueden que abordamos en el presente cay ir cuatro temas de gran importancia y ‘© El acceso universal y la cha equidad en el acceso»). ad de as erosuras eaves (ala me En esta contribucién quisiera, primero, hacer algunos comentarios de cardcter general sobre dichos puntos y Iuego decir algo acerca de Ia instrucci6n reli- ‘giosa escolar a la uz del proceso de globalizacién. 1. Naturaleza de la educacién 1.1. Una educacién centrada en el edueando ieno recordar que Ia esenecia de la educacién es que los educandas apren- ddan, y que lo hagan no s6lo para el presente sino, sobre todo, para el futuro. dato que toda institucién educadora y todo educador debe tener en ‘para que acontezca un verdadero encuentro educativo, sin dar la im- ppresidn de que uno esté hablindoles a las paredes, es el educando, La educa- ign debe estar centrada en los educandos y su capacitacién, ‘Aunque nuestra sociedades han estado moviéndose desde su pasado de auto- ‘una mentalidad y sociedad més demo- prichos de los educandos, sino de una atencién sistemstica a las necesidades 1a plobalizacion ta educaci6n religiosay la imaginaci6n 167 presentes y futur iros educandos. Los educandos deberian ser el 5 individuatidad y en su relacién a la sociedad 1.2. Una educacién equilibrada y abierta El mundo de la globalizacién estd siendo ala vez unificado y fragmentado, en 1o cual influye Ia posesién, distribucién y aplicacién del conocimiento y del capital, Esta situaci6n nos presenta el «problema de la utilizaci6n del conoci- 10 €s dado a nadie en su totalidad» y que, sin embargo, ha adqui- 1do un rol clave en el desarrollo tecnolégico, tanto para los fines més super- fluos del consumismo como para los mnés nobies de Ia medicina (Hayek 1945: 158). «La nueva economfa no es la que viene, es en Ia que estamos ya, la que se esté desarrollando desigual y contradictoriamente en todas las partes del ‘mundo y que se caracteriza por ser informacional, global y estar conectada en redes» (Castells 2007; Gascé 2001). EI proceso de la internacionalizacién del conocimiento y su valor mercantil, ‘std dando lugar a situaciones de dependencia cultural semejantes al antiguo colonialismo. En el pasado, los poderes coloniales usaron la educacién colo- par en la carrera inventiva, en la que esté basada la economfa del conocimien- to (tecnolgicoy? Por un lado, aunque muchos quisieran reducir nuestras escuclas a fbricas de dar que la existencia humana incluye el trabajo pero no se otro lado, nuestras escuelas no estarfan cumpliendo su deber ‘mundo laboral en el cual los educandos de hoy serin Tos 2 cempleadores, empleados, inventores y desempleados del maiian res éticos y culturales y los econémicos, yendo més allé de aspiracio- ol6gicas puramente partisanas. Hay que planear y construir un futuro 168 Silvio Sergio Scatolini Apéstolo ‘mejor con lo que se tiene a mano, més alld de falsos orgullos © convicciones farisaicas férreas, que pretenden explicarfa realidad a priori. 1.3. Una educacién autocritica ‘A partir de una educacién centrada en los educandos se harg, segin De Corte, ie de preguntas autocriticas: 5 lo que los educandos deben aprends tipo de aprendizaje o qué procesos se objetivos deseados? (teorfa de la adquisicién). {iCudles son los métodos de instruccién y los ambi provecar los teorfa de especializacin) ‘an para poder aleanzar 8 apropiados para 808 de adquisicién en los estudiantes? (teorfa de la in- tervencisn didctica). © {Qué tipo de instrumentos se requieren para poder evs obtencién de las metas deseadas? (una teorfa de la evalu 2001). imera de estas preguntas nos acerca a un tema sobre el que los obispos tan a reflexionar: el contenido del curiculo, 2. Elcontenide curricular Varios estudios han recalcado que los educandos aprenden més y mejor cuando el proceso de aprendizaje les otorga un lugar central: cuando es ‘ealumnocéntrico», cuando sienten que lo que el cu cculado con su mundo mental y social y creen que les va a ser util (Vosniadou 2001; Brophy s/f). En consecuencia, la visién educativa alumnocéntrica con- Teva, en primer lugar, a una concepeién més flexible del contenido curricular, sobre todo en las asignaturas humanistas. Dicho de otro modo, el curricula deberia contener un porcentaje de elementos de caréeter obligatorio y un por- ccentaje de flexibilidad para que sean abordados de manera significativa por Jos educandos, con Ia apertura suficiente para integrar otros elementos de validez. local En segundo lugar, el objetivo final de todo currfeulo, més allé de datos pun- tales que los educandos han de aprender, deberfa ser la creacin de una dis- osicién (por ejemplo, una disposicién matems a, fisica, de apreciacién religiosa, entre otros) aprendizaje a la transferencia de conceptos que ni motivan ni habilitan ‘educandos a aprender més, de manera independiente, aun fuera de Tas estruc- ‘turas del sistema educativo formal. Los educandos dcherfan adquirir por ello no s6lo el conocimiento especifico de cada asignatura que cursan sino tam- bien: © estrategias generales de investigacion, * conocimiento de sus ‘emociones, motivaciones y posibilidades, © capacidades y habilidades autorreguladoras, ‘La globalizai6n, a educa religiossy a imaginacin 169 * crcencias acerca de (Por ejemplo, si se creen ismos, en lo referente a su propio aprendizaje inspiracin siempre est ira. El hecho de que, existencialmente, seamos wundo y seres-con-otros, claramente indica que el contexto, de- ‘nuestros educandos viven, forma parte de su personalidad, No los dentro de un contexto, su contexto esté dentro de ellos, pues existe una relacién simbi6tica entre identidad y contexto. ‘A menudo se puede ofr en el Caribe a empleadores que dicen: Hoy en da es dificitsimo encontrar buenos emplesdos. Los j6venes 900 ‘zombis, muertos que caminan o vivos a medias. Viven en otto mundo, ‘demandando mucho pero dispuests a dar muy poco. La educaci6n les oftece a los j6venes més opciones de las que ellos pueden sdigerir» y muy poca motivacién para ponerse en accién, tal vez porque los ‘educadores y los educandos viven en dos mundos mentales diferentes. Por cello describiremos ahora algunas de las dimensiones del contexto de muchos de nuestros educandos en Latinoamérica y el Caribe. 3.1. Contexto forzado, creativo y mixto Hist6ricamente, nuestras comunidades latinoamericanas y caribefas surgieroa dentro del «contexto forzado» de la colonizacién y la inmigracién posterior (Boodoo (2007). En un cierto sentido, nuestras sociedades ex-coloniales cre- cieron en el campo social, cultural y religioso como realidades mixtas y bas- aquello por ser ambas cosas «sui gene- inmigrantes europeos, y también fuera: eran co- tno hijasBastedas Los amerndios de nuesto continent se dferencian de los indfgenas autéctonos precolombinos, nuestros blancos de los blancos eu- ropeos continentales, nuestros drabes y chinos de Ia gente del Medio Oriente y China, y nuestros negros (en sus varias gradaciones) de los habitantes de Africa Occidental de donde fueran arrancados sus ancestros. 170 Silvio Sergio Scstolini Apéstolo hecho, nuestro continente puede ser deserito culturalmente como radicalmen- te mixto 0 con rafces hfbridas (Rosaldo: 1995: xv). Aunque haya individuos, sin distincién alguna estamos enraizados en tencia de nuestro continente, sea como beneficiarios © como vi asimetrfa del poder que la colonizacién sistematizé y que los gobiemos que la siguieron no han podido atin revertir de modo radical (Vasquez y Friedmann 2003: 62). Se puede decir, sobre todo en el Caribe, que la didéctica colonial esté perdiendo la batalla ideolégica y Ia wbastardez> postmoderna estd ganan- do teritorio, aunque no siempre por las razones més nobles. A menudo, esta '6n de la cultura occidental tiene que ver més con la globaliza- cidn y el exotismo que con una autocritica ideolégica. Lo latino y lo caribefio estén de moda tanto en los EE.UU. como en Europa, en muchos casos gracias la cadena estadounidense de televisién MTV y demas medios de comunica- id. Lo étnico 0 exético esté de moda y se vende. vio de la Real Academia Espafiola (2006) define la «globaliza- cién» como la «tendencia de los mercados y de las empresas a extenderse, alcanzando una dimensién mundial que sobrepasa las fronteras nacionales», En efecto, la globalizacién de la cual tanto se habla hoy en dfa y la cual dicta ‘muchas de las pautas consttutivas de la mentalidad de nuestros j6venes, em- 1pezé bajo el influjo del mercado y fue hecha posible por los desarrollos tec~ ‘nolégicos y medisticos. Dados los avances tecnol6gicos, informativos y de transporte, el comercio transnacional adquiti6 proporciones mundiales y s0- bbrepasé 10s limites de los viejos bordes de los estados nacionales, Aunque se esté intentado establecer acuerdos internacionales, con la finalidad de subyu- gar las transacciones financieras globales a Ios principios de la moralidad ‘OMO), ain no se puede hablar de un control temitico y, sobre todo, simétrico que obligue a las compatifas, paises y bloques de patses, vistos co- ‘mo entes comerciales, a acatar estindares como los que estén en vigencia dentro de un pafs o una zona econdmica como la Unién Europes. Los capita- les van y vienen, y es dificil pararlos en la frontera. «Las fronteras son poro- sas, pues permiten que erucen gente, ideas, creencias, pricticas, simbolos y corrientes espirituales» (Roof 1999). 1a globelizacion, la educecin religiosay Ta imaginaci6n im 33. La mercantilizacin de los intereses personales y sociales La globalizacién ha convertdo incluso la cultura y las religiones en bienes de mercado en el cual hay que competir por va teligiGn es el mercado, la nueva conf 6 y sus oficiantes» (Antén Valero 2008). Pareciera que la globalizacién, impulse 4a por los poderes del mereado, hace del homo religisus una subespecie Gel ‘homo economicus: si alguien quiere pagar por algo, entonces eso est venta localmente en la te radio o el Internet. Por ello, zacién no necesita ser ni secularizante. De hecho, el mito secalarizacin absoluta del Estado, (que no ha de confundirse con la profe- sign dl atefsmo estatal, se a arraigado s6lo en Europa Occidental. 3.4, La contigiidad virtual y existencial '6n, no podemos olvidamos que los estudiosos de Ia sociologta remarcado que ella se caracteriza por un desarraigo fancias se achican y el tiempo se acorta. Gracias a i6n, un alumno en Shangai puede relacionarse con otro en Lima como si ambos estuviesen en espacios y zonas horarias conti- guos, Este sentimiento de contigtidad, casi instantancidad, no es absoluto en Io personal pues nuestros cuerpos atin necesitan seguir el ritmo dictado por rnuestras coordenadas eos dormir) pero es casi una -, y puede ser re- descrita y explicada por medio de las narraciones de otros giados (por ejemplo, Siddharta Gautama 0 el Buddha, Mois hhammad, entre otros). Dado que nos resulta dificil creer lo que nuestra imaginacién no puede acep- tar como crei idad de la imaginacién es necesaria para el razona- siento, por medio d en qué creemos. Aun 108 sfmbolos que los sentidos y la cultura le han provisto, 1o cual no la desvaloriza, sélo la contex- twaliza. Por lo que es més probable que a la mayorfa de latinoamericanos le resultaré més crefble la historia de que Jests haya caminado sobre el agua que Ta que dice que Muhammad fue elevado hasta el ciclo més alto y convers6 ccon Abraham, Moisés y Jests. Mientras que para un musuliéa le seré inima- La globalzacion, la educacién religiosa ya imaginacién 179 ginable, y por ende increfble, que Dios se haya hecho hombre y Su Encama- ‘cin haya muerto en la cruz. La escuela no debe ser una extensidn ni del anticlericalismo ni de la parro- El laicismo del Estado debe reinventarse a s{ mismo, en estos tiempos en que algunos estin tratando de crear una guerra frfa entre una visién prioritaria- ‘mente religiosa y una esencialmente Iaica se toma al anticlericalismo, el agnosticismo o el atefsmo como sinénimos de laicismo; que asf haya sido en el pasado no quiere decir que lo deba seguir siendo. Por el otro lado, hay momentos en que la instruccién religiosa en es- los entes y subvenciones del Estado, ‘nuestras sugerencias es que se diferencie claramente entre la judfa, cristiana, musulmana u otra, la cual pertenece al Ambito Jas confesionales encaren su tarea desde un éngul ‘que sean una extensién de la sinagoga, parroquia o mezquita, Escuelas formadoras de comunidades abiertas Una vez. que la educacién religiosa haya sido diferenciada de la catequesis y €l proselitisme, serfa aconsejable que nos ci aspecto del amas del saber y del pensar. Dado que el punto de vista reli- iudadanos (sean creyentes, agnésticos 0 ate0s) es generalmente tun elemento importante de su identidad personal y grupal,cietos elementos de educacién religiosa no deberfanfaltaren el abanico de asignaturas con las aque la sociedad prepara a nuestros slumnos para una vida socal armoniosa y realizada como individuos y como grupo. Es evidente, por ello, que nuestros 180 Silvio Sergio Seatolini Apstolo Un curriculo (de «Filosofias de Vida») centrado en el educando al llamada, por ejemplo, da» que los Josey ant ea as mayors adiione tando la instruccién religiosa confesional en las escuelas estatales, si es que sugerencia es que el curriculo de una asignatura tal («Filosoffas de Vide ster © Promover el desarrollo de una disposicin més que un contenido & memo- © Concentrarse en el «imaginario» de cada tradici6n religiosa, y no tanto en las ribricas dogméticas, rituales y morales. Los educandos deberfan poder oftece a sus fieles? Por supi necesario conocimiento y una imaginacién educador ‘© Valorar Jo autéctono (jas creencias amerindi duismo y Budismo, en el Caribe, al igual que el j Islam y ateismo, en todo nuestro continent suelo combinando influencias locales e tradiciones con rafces africanas y la la comprueba. Una vez que uno concibe el curriculo de este icandos podrén darse cuenta que la escuela no esté tratando igiosas). Los educandos pocré asf darse cuenta que tanto la, adhesiGn religiosa como el agnosticismo y el ateismo son creencias y no Ciencias exactas, opciones basadas en experiencias que uno no puede des- cechar sin més como irracionales por no ser cientfficas. a globalizaién, a educac © Concentrarse en las necesidades de los educandos de acuerdo a la etapa de la vida en la cual cllos se encuentren. En su capacidad de asignatura escolar, Filosoffas de Vida deberfa estar organizada primariamente segtin ‘consideraciones sicolégicas, pedagdgicas y didécticas, y no confesiona- les. ccapacidad erftca de los educandos, quienes encontrarin en ‘nformacién y deberfan ser capaces de distinguir ‘Ser flexible para poder hablarle a 1a imaginacién de los educandos més {que a su memoria, a su creatividad més que a su pasividad. Una materia tal no se dicta; la construyen juntos el educador y los educandos, apor- tando cada uno su saber, curiosidad y creatividad. ‘© Ayudar a los educandos a redescubrir al mundo como responsabilidad: tanto nuestra acciGn como nuestra inaccién le dan a nuestra sociedad la forma que ella toma. Una asignatura tal deberfa jugar un rol vital en la cerradicacién del rol de victima que nuestro contexto forzado ha impreso ‘en nuestra psiquis individual y social. Necesitamos una revolucién psico- social que reanime y acentte jos esfuerzos por Ia integracién y el desarro- Ilo de Latinoamérica y el Caribe. Bibliografia ‘Antn Valero, José Antonio (2005). «Cultura licay escuela». Bn: Pueblos [Madeid), ‘wow zevistapueblos org. [etto, Frei 2005). cDesafos 2 la humanidads, En: Dominican Perspectives on Latin (Castells, Manuel (2007). «La ciudad de la nueva nap lww sevistalafacora ewariealo ELAM, Plan Global 2003-200. Hacia una Is escuela de comunién ysolida- ‘idad en un mundo globalizado. Humanizar la globalicacién y globalizar la sl daridad (2003-2007). En Yinea: www. celam.og CELAM (2006). Document de participacién: Hacia la V Conferencia del Episcopado de Latinoamérica y det Caribe. N°118, Ea Kes: ‘www celam info/contenview/6/26) 182 Silvio Sergio Scatolin Apéteolo [ced ef. wor cslam info/download/Documento_Conclusive_Aparecida pl De Conte, Erk (2001). Mainstreams and perspectives in research on learning (mathemat- Moreno, Alexander (WD. Acerea de la instruccism confesionaidad del estado ylaeducacn pi p/w alexandermoreno com/articuos/eigion bechouwing in bet onderwisin Belg, levensbeschouwing in het onderwijs ~ Gods- ‘nd dynamic adapaton”. Ea: Cognition and learning n° Conclusion Un abanico de religiones, iglesias y culturas: ‘Apuntes para una evaluaci6n intercultural del campo religioso del Caribe Josef Estermann En términos geopoliticos, culturales y religiosos, el Caribe suele ser incorpo- rado o hasta cooptado por el «continente latinoamericano». Bl estereotipo que jo de Conferencias Episcopales de América Latina y del juye al Caribe como un apéndice de América Latina. Por Jo general, en Sudamérica, la gente no sabe que existen en el Caribe pafses de ‘habla inglesa, francesa y neerlandesa y, menos atin, que hay importantes po- Dlaciones que profesan religiones distintas ala cristiana 1, La urgencia de una investigacin sobre el eampo religioso del Caribe La presente publicacén, fruto de un proyecto de investigacién mis amplio, Mena un vaefo que puede cambiar sustancialmente el esteeotipo mencionado. No s6lo cuestiona la supuesta homogeneidad religiosa de Sudamética y del Caribe, sino que plantea abiertamente la plualidad religiosa y denominacio- zal como un hecho hist6rico y sociol6gico. Desde hace un tempo se viene cuestionando, con mucha cautela, la monorreligiosidad de América Latina, debido al surgimiento de las 3s originarias de Abya Yala, a ratz dc los 500 ‘alos de 1a Conquista (1992)'. No

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