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Si bien la cantidad de alimentos producidos es muy importante, personalmente creo

que es mas importante aprender a aprovechar el potencial nutritivo y económico de


las legumbres, semillas, etc. (que incluyen micronutrientes, vitamina A, yodo,
hierro). Las carencias de micronutrientes, incluyendo la vitamina A, el yodo y el hierro,
afectan a 1.000 millones de personas en todo el mundo. Para luchar contra este
problema es necesario fomentar el cultivo de legumbres locales ricas en
micronutrientes. Las variedades vegetales adaptadas localmente son más resistentes
y más fiables, resultando ideales para los pequeños agricultores. Es necesario fomentar
el consumo de alimentos tradicionales entre los consumidores.
Hay que fomentar el cultivo local y el consumo de alimentos tradicionales entre los
consumidores hay que sacar partido al consumo de bayas, semillas, algas y
superalimentos como el jengibre, la granada, la moringa, etc. (Dependiendo de la
zona geográfica que nos encontremos).

Integrar aquellos productos que mejor crecen y más aceptación tienen en las
poblaciones, priorizar su consumo para algunos segmentos de esta: embarazadas,
mujeres que amamantan, niños hasta los 3 años. Entrega de súper alimentos a
algunos segmentos de la población: si se donaran alimentos muy nutritivos a las
embarazadas, mujeres que amamantan y a niños de hasta dos o tres años, todos
ellos podrían obtener más nutrientes y crecer fuertes y sanos. Una correcta
educación alimentaria para poder transformar nuestros alimentos en alimentos
funcionales.

La nutrición puede mejorarse a un costo reducido. Las intervenciones nutricionales


directas destinadas a abordar el problema de la malnutrición y de las carencias de
micronutrientes resultan eficaces y presentan un costo relativamente bajo en
relación con los resultados obtenidos, pero han de combinarse con otras clases de
actividades: promoción de la lactancia materna, servicios de nutrición prenatal,
comunicación y educación nutricional, servicios relacionados con la sanidad y
suministro de los suplementos de micronutrientes.

La nutrición, al igual que la educación, constituye una inversión a largo plazo.


Existen poderosas razones para que los gobiernos inviertan en la nutrición. Las
inversiones de la población pobre en la nutrición serán sumamente bajas y es
posible que la tendencia a favorecer a los niños haga que la inversión en la nutrición
de las niñas sea insuficiente. El resultado es que la pobreza se transmite de
generación en generación. Es improbable que los padres de los niños de países en
desarrollo conozcan la importancia de los micronutrientes; la educación nutricional
a este respecto constituye un bien público de rendimiento elevado.
-Arely D. Arredondo Servín

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