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CITAS DEL LIBRO: “MANIFIESTO DIFERENCIALISTA”

AUTOR: HENRI LEFEBRE

La crisis del autoritarismo terminaría con el neoliberalismo y a la inversa. Los


países que han abusado del Estado podrían tomarse un poco de libertad; los
pueblos que han tomado demasiado de ella podrían darse una cura de
estatismo. Lo que parecía una decisión histórica entre la libre empresa y la
planificación entre el Estado autoritario y la democracia, se vuelve un término
medio, graduado: un poco menos de esto, un poco más de aquello.
(cita 1 - pág.3)

Reconozcamos que se ha hablado demasiado, desde hace mucho tiempo, de la


crisis (general) y de las crisis (parciales), hasta llegar a las personas, a los
brazos de mistificadores mistificados. Crisis final, crisis total, proclamaban unos
pesimistas (u optimistas) deliberados. Crisis menores parciales, más bien
dificultades, fallas, errores, afirmaban otros, deliberadamente oportunistas.
Muchos llegan a pensar que una pequeña crisis aquí o allá (la juventud, la
moral, la universidad, la filosofía, el teatro, el periodismo, la medicina, el
urbanismo, etc.) tiene algo de estimulante, y que todo anda por buen camino
aunque nada vaya bien. Esta filosofía de la crisis, que abandona la crítica
impide ver lo esencial y lo nuevo. Una crisis de la sociedad (es decir de las
relaciones sociales, o de ciertas relaciones centrales) puede surgir,
desarrollarse, agravarse, sin que haya “crisis económica” o “crisis política”, en
la acepción clásica de estos términos. Una crisis tal que no se limita a la
“cultura”, aunque la sacude. Va más lejos; alcanza los “valores” sistematizados
o no, las “motivaciones”, en pocas palabras las superestructuras (ideológicas)
(cita 2 - pág.4)

La lucha se dio por otras razones y por otros objetivos: el enfrentamiento entre
clases no tuvo lugar. Fue abandonado, dejado para después, bajo pretexto de
una defensa común de la democracia, del progreso, de la cultura. Un
“gentlemen’s agreement” fue concertado entre los representantes de la
burguesía y los de la clase obrera.
(cita 3 – pág 5)

Éste fue el resultado más importante de la era staliniana, sino es que del
stalinismo. El principio de nación, principio de la particularidad, se elevó sobre
el principio de clase, que según Marx es principio de universalidad.
(cita 4 – pág.6)
Si el fascismo nacionalista no ganó la victoria militar, ello no significa que no
haya desviado el curso de la historia; el proletariado no cumplió la “misión
histórica” asignada por Marx, cuando tuvo la oportunidad de hacerlo. Una vez
sellado el pacto, ¿qué queda de la misión, de las ambiciones? La democracia ha
propiciado el terreno para dicha desviación. En ese sentido la crisis de 1929-33
no puede ser señalada como un período histórico, sino simple y llanamente
como el fin de la historia tal como Hegel y Marx la habían concebido.
(cita 5 – pág.6)

¿Qué significa y qué significa actualmente en la terminología marxista la palabra


“crisis”? En Marx significa el fin de una sociedad, el comienzo de otra distinta:
significa también el momento crítico, el de la acción, el de la transición.
(cita 6 – pág. 7)

El economicismo reducía la crisis general (total) de la sociedad a la crisis


económica y ésta a la crisis de sobreproducción, llamada crisis cíclica de la cual
Marx ya había señalado sin embargo que tiene como función purgar a la
sociedad capitalista de sus excedentes (cosa que una guerra podía lograr).
(cita 7 – pág. 7)

El pacto de no agresión entre las clases no le evita ningún conflicto; más bien al
contrario. ¿Cómo podrá ponerse al abrigo de las contradicciones que descubre y
suscita? La ambigüedad del marxismo actualmente se deriva del hecho de que
plantea problemas siendo él mismo problemático. Si existen el economicismo,
el productivismo, la ideología del crecimiento, el dogmatismo, poderes que
constriñen el pensamiento o lo que pretende ser el pensamiento, el marxismo
considerado globalmente tiene una inmensa responsabilidad. En lo que respecta
a los fetichismos como el del Estado, el de la técnica, el de la política y el de la
cientificidad, el marxismo y el antimarxismo siempre han rivalizado
fecundamente.
(cita 8 – pág. 8)

Las particularidades locales y nacionales no han desaparecido. La burguesía las


ha utilizado especialmente en los grandes países imperialistas; algunas veces
las ha destruido y otras las ha reanimado, según su estrategia. En general se
persigue la devastación de las particularidades nacionales y naturales, pero
éstas se resisten obstinadamente en la uniformización ya notada por Marx en
1848.
(cita 9 – pág.11)

¿Crecimiento indefinido? ¿Con qué objeto? ¿Para quién? ¿Crecimiento por el


crecimiento mismo? Esta perspectiva ya solo tiene sentido en los países
llamados “en vías de desarrollo”. Ahora bien estos países se ven obligados a
poner en duda el crecimiento indefinido aunque los dirigentes sigan
presentando ese señuelo.
(cita 10 – pág.16)

Efectivamente los tecnócratas de todos los países no dudarían en barrer los


obstáculos, las formas de vida, los valores y sistemas de valores para llevar a
los distintos pueblos por procesos idénticos. Estos tecnócratas parecen
repartirse equitativamente entre la “derecha y la “izquierda”. Los primeros
buscando sus medios de acción imperialista y los segundos en el campo
socialista. Mientras tanto los pueblos esperan, se paralizan, se estancan,
revueltas esporádicas estallan, pero sin un objetivo, sin una estrategia.
(cita 11 – pág.17)

Constreñir a los “trabajadores” (campesinos, artesanos, obreros, etc.) de todos


los países a una industrialización casi idéntica, no tolerando más que pequeñas
variantes, conservar un esquema homogéneo a escala mundial, no variar el
modelo unitario en lo que concierne a las tasas y ritmos de crecimiento, es
imposible actualmente. De hecho, ya no se intenta hacerlo, pero esto no se
proclama. Se conserva la ideología, el esquema, los modelos, en vez de
plantearse los diferentes problemas para cada país, para cada pueblo, para
cada cultura, para cada sector. Se mantiene los esquemas de homogeneidad
por razones fáciles de entender: prestigio, autoridad, instituciones existentes,
etc.
(cita 12 – pág.17)

Los temas que provienen de Marx como, por ejemplo, la planificación, la


organización coherente de las fuerzas productivas y de las relaciones sociales a
todos niveles, se generalizan a escala mundial.
(cita 13 – pág. 18)

Sin embargo, la experiencia central, o más bien la prueba decisiva de este


último medio siglo, ¿no será el crecimiento gigantesco (cuantificable en
toneladas de acero, de cemento, de trigo) en muchos países socialistas o
capitalistas, y en contraste, por no decir la contradicción, entre este crecimiento
y el estancamiento, o sea el empobrecimiento y la crisis de las relaciones
sociales, es decir, la ausencia de desarrollo?
(cita 14 – pag.21)

Pero “no solo de pan vive el hombre”. Quien dice “revolución” dice al mismo
tiempo “creación”. Solo el silencio de la revolución mundial ha permitido colocar
estructuras desecadas, formas congeladas, actividades obscenas, en lugar de la
capacidad creadora. Por mucho tiempo con Hegel con Marx, se atribuyó a la
historia esa capacidad creadora, concibiéndola de la misma manera que a la
naturaleza (potencia generadora que llegaba hasta el derroche) y al arte
(exploración a veces delirante del futuro y de lo posible). Poder misterioso y
además ligado a la naturaleza original, la historia lanzaba a la existencia de
distintas sociedades, como la vida arrojaba a las especies, de las cuales muchas
desaparecían y otras llegaban a su completo desarrollo.
(cita 15 – pág.23)

Marx y Lenin, abrieron el camino. No hablaron sino del camino. El Modelo,


fantasma y obsesión de los aparatos políticos especializados, apareció después
de después de Marx, después de Lenin; no es un concepto marxista. Y he aquí
por qué se disgrega el marxismo, se liquida la dialéctica. El modelo prescribe un
crecimiento determinado, según las exigencias del poder y la estrategia. El
Modelo pretende ser idéntico para todos. Impone la identidad o el fingimiento.
Manipula a la gente y permite intimidarla. El camino no impone, se propone.
Los caminos diferentes; el camino es la diferencia.
(cita 16 – pag.24)

De ahí las limitaciones de la Declaración de los Derechos del Hombre y del


Ciudadano. La emancipación política, dice Marx, es reductiva. Por un lado
reduce al “hombre” al hacerlo miembro de una sociedad civil, a lo individual,
al egoísmo basado en la propiedad privada; y por otro lado, al ciudadano, a la
persona moral, al miembro de una comunidad ficticia. Se da entonces, por una
parte, la existencia sensible, inmediata, “privada” y por la otra, el hombre
abstracto y artificial, el personaje alegórico. “Solamente cuando el hombre
individual, real ha retornado a sí mismo al ciudadano abstracto…, cuando el
hombre ha reconocido y organizado sus propias fuerzas en fuerzas sociales y no
separa ya de sí la fuerza social bajo la forma de una fuerza política, es cuando
se alcanza la emancipación humana”
(cita 17 – pág.27)

Recientemente se ha propuesto agregar a la lista “el derecho de la ciudad”, es


decir a la vida urbana, única existencia civilizada. ¿Se podría proponer el
derecho a la diferencia? Sí. Este derecho incluiría el derecho a la vida privada,
prevista en los textos (Declaración Universal de los Derechos del Hombre) y que
ha quedado como una mera abstracción.
(cita 18 – pág.27)

Según Marx, una organización social que suprimiera el mercado y que no se


contentara con cambiar la constitución política y el Estado, sino que
transformara la economía, haría imposible al judío. “Su conciencia religiosa se
disolvería como un vapor insípido en el aire vivificante de la sociedad”. En su
significación última ¿En qué consiste la emancipación de los judíos? En que la
humanidad se emancipe del judaísmo.
(cita 19 – pag.29)

¿Atraviesa el mundo moderno por un caos de dimensiones atroces? Se podría


creer que sí cuándo se considera los enfrentamientos, conflictos y guerras
actuales o posibles. El nuevo orden que debía traer consigo la práctica industrial
no se impone como un orden social sino como un orden moral y político. Los
conocimientos tan poderosos, tan especializados, han engendrado un
desconocimiento general. La coexistencia del genocidio con una seguridad
obsesiva, del saqueo de la naturaleza terrestre con la exploración de los
espacios deshabitados desconcierta más que deja traslucir una armonía. ¿El
progreso? Desde hace mucho se distingue poco de la regresión. La historia
guarda silencio; no tiene ya ningún sentido. No son las clases quienes se
enfrentan, sino los pueblos, las naciones, las tribus, las razas, las religiones.
(cita 20 – pág. 31)

Este caos adquiere sentido si se distingue, en medio de los conflictos y


enfrentamientos, el combate titánico entre los poderes homogeneizantes y las
capacidades diferenciadas.
(cita 21 – pág.31)

Este manifiesto los describe muy brevemente: modelos, aparatos, tendencias


centralistas, ideologías (el productivismo, el crecimiento ilimitado). Estos
poderes, destructores de las particularidades y en consecuencia de las posibles
diferencias, saben también hacer uso de las posibles diferencias, saben
también hacer uso de la técnica, de la ciencia, de una cierta racionalidad
(determinada y limitada).
En cuanto a los poderes diferenciales, estos se encuentran más comúnmente a
la defensiva. Resisten; al mantenerse en estado latente por medio de
indestructibilidades. Es así como los dramas del mundo no se dejan reducir a
cantidades y la poesía conserva algo de irreductible. La espontaneidad no se
anula sino por autodestrucción. Abatidos y humillados, los “remanentes” no
pueden ser suprimidos. Llega un momento en que los poderes diferenciados
pasan a la ofensiva.
(cita 22 – pag.31. 32)

La irracionalidad manifiesta tiene razones que la razón ignora; se resiste a la


racionalidad represiva-opresiva, a las estrategias de homogenización basadas
en los imperativos de la industria, de la organización y del crecimiento. ¿No
será el arte, a veces rebelde y a veces sumiso, a veces en agonía y otras
resurgiendo, una de las formas más activas de resistencia?
(cita 23 – pág.32)

En efecto mientras que la producción agrícola era dominante, la mitología, la


ideología y aun el conocimiento científico naciente (los fisiócratas) atribuían a
la naturaleza el poder creador. Era necesario un gran desarrollo de la división
del trabajo y una gran complejidad de los cambios comerciales para que se
manifestara claramente una idea puesta en marcha (latente) desde tiempo
atrás : la de un todo o una totalidad de los trabajos, es decir, la idea del trabajo
social. Solamente un concepto abstracto, pero de una abstracción científica,
con un contenido concreto, podía designar el conjunto de la actividades
productivas en una sociedad determinada. Marx no estableció ese concepto,
sino que lo heredó de los grandes economistas ingleses Smith y Ricardo Sin
embargo, desarrolló la teoría y la hizo más coherente.
(cita 24 – pág. 35)

En toda sociedad hay necesariamente trabajo y producto excedentes; es decir


que el trabajo productivo de la sociedad (de sus miembros activos en la
producción) excede a las necesidades inmediatas. Las necesidades diferidas
son más importantes que las que exigen una rápida satisfacción. Sin un
excedente tal, ninguna sociedad podría alimentar a los niños y educarlos, curar
a los enfermos, sostener a las mujeres embarazadas y a los ancianos, los
ociosos y los guerreros, los artistas y los Sabios.
(cita 25 – pág.37)

¿Qué es lo que ha sucedido durante milenios? Una presión constante de las


comunidades y de los pueblos sobre los privilegiados (primero castas y luego
clases en formación) obligó a estos últimos a gastar fastuosamente la parte del
trabajo excedente que obtenían por diversos medios, dentro de las cuales se
encontraba la violencia (medios extraeconómicos, tropas armadas, saqueos y
piratería, guerras, etc.). Estas sociedades sostenidas con vigor por sus amos,
diferían profundamente de la nuestra en lo que se refiere a la creación, que
era inherente a la vida social. La producción de cosas, desconocida como tal,
desplazada del campo de la conciencia, dejaba a la obra en el centro.
(cita 26 – pág. 37)

En la sociedad moderna, la productividad ha destruido a la creatividad. La obra


desaparece frente al producto. ¿Hay que lamentarlo? Es inútil. Solo podemos
sacar algunas conclusiones de esta situación a la que se ha disfrazado. Se
oculta el hecho de que las últimas obras (arte, literatura) tienen casi siempre
este sentido: ¡deploran el fin de la obra!. Para comprender la situación
insistamos pues, vigorosamente, en la diferencia entre las sociedades
precapitalistas y la nuestra; no se trata de exaltar el pasado sino de
comprenderlo.
(cita 27 – pág.38)

En la sociedad capitalista los privilegiados no responden más a las amenazas


populares con la fiesta, los dones o la suntuosidad; tienen otro tipo de réplicas.
Si la riqueza confiere el poder, y el poder da la riqueza, siguen siendo distintos;
el poder protege a la riqueza, pero la riqueza se consagra a otros fines
diferentes al prestigio del poder. De ahí el final de la fiesta, del estilo, de los
monumentos, de la urbanidad de la obra. En efecto, los “privilegiados”
detentan, legal, jurídica y formalmente, ya sea en forma directa o por
interpósita persona, los medios de producción. Solo se les prohíbe a los
capitalistas -por el Estado capitalista- los actos que quebrantarían al sistema
(abusos demasiado ruidosos, especulaciones desconsideradas, violencia, etc.).
La propiedad privada de los medios de producción (aun si su gestión exige
compromisos con los “gerentes”) permite deducir una parte enorme del trabajo
social excedente, la plusvalía.
(cita 28 – pág. 38 . 39)

La clase dominante asigna a sus necesidades inmediatas una gran parte de las
deducciones realizadas. Administra o hace administrar el excedente según sus
intereses y su estrategia de clase. Esta gestión traduce tanto en la fiscalía y en
los presupuestos como en el empleo de los recursos en favor de la ”cultura”,
del conocimiento de las empresas que se ocupan de su estrategia
(“exploración del espacio”), de la armada, de las inversiones, etc. Esta clase no
puede tratar a las necesidades diferidas de la sociedad más que en función de
sus propias necesidades inmediatas. Sin embargo, los límites de su horizonte no
coinciden con los de sus representantes, que pueden ser más inteligentes o
más estúpidos que la generalidad (de la burguesía).
(cita 29 – pág. 40)

De esta primera exposición resulta que la diferencia en acto difiere, de una


manera aún poco determinada, de la diferencia que es solamente pensada y
reflexionada. A la diferencia pensada y no vivida por los filósofos y los lógicos
se opone la diferencia vivida y no pensada. Formulada o informe, la diferencia
no puede reducirse a re-presentaciones banalizadas: la originalidad, la
diversidad, la variedad, la distinción, etc. Tomemos como primer ejemplo la
originalidad. Esta imagen no logra definir lo que pretende aprehender: lo actual
y sus rasgos, lo que la hace presente.
(cita 30 - pág. 43)
Tal manera de afirmarse tuvo sus razones antiguamente, cuando la gente
conocía su origen y se afirmaba orgullosamente por las cualidades naturales de
de la sangre, de la raza, de la familia, de la herencia. En la actualidad, esta
afirmación de lo originario-original se disuelve tanto en la literatura y el arte
como en la práctica social.
(cita 31 – pág. 44)

El período marcado por las particularidades sustanciales se aleja, minado desde


la base por la racionalidad industrial urbana, por la democracia burguesa y
después socialista. ¿Es necesario reavivar lo originario, resucitar lo original? Ya
no es posible.
(cita 32 – pág. 44)

Y sin embargo, si el pensamiento busca al “ser” es porque no es (o ya no es) el


ser en cuestión. Este ser le hace falta; y la presencia del pensamiento sobre sí
mismo es ausencia del ser. El pensamiento difiere de él. ¿En qué consiste esta
diferencia filosóficamente capital? ¿Es una distancia imperceptible o es un
abismo? Heráclito, entre otros responde que entre el ser y el pensamiento
existe un abismo infinito, el devenir, mientras que Parménides afirma la cuasi
nulidad de una distancia ínfima.
(cita 33 – pág. 47)

El pensamiento transforma al ser apropiándoselo. Sin embargo, esta


apropiación lenta, difícil, conquistada a través de conflictos y de combates,
implica “otra cosa” diferente al pensamiento filosófico puro: la práctica. El
objeto y el sujeto ya no se definen por la abstracción especulativa. Implicando
la diferencia entre “ser” y “pensamiento”, el pensamiento se apoya sobre esta
diferencia; se acentúa, pero no para abandonar al “ser”, para renunciar a la
naturaleza inicial (nativa). El pensamiento metamorfosea al ser, y la
metafilosofía parte de esta comprobación, mientras que la filosofía reducía el
pensamiento al ser (o viceversa). Entre estos términos no hay separación ni
confusión. Una ruptura, una frontera absoluta, trazada primero por una falta
inexpiable (pecado original), una desviación fundamental, un error en los
comienzos (tesis religiosas retomadas a veces por los filósofos), es el nihilismo
que se introduce con apariencia de verdad.
(cita 34 – pág.49)

Para Marx, como para Hegel, la razón teórica definía la esencia del “ser
humano”. La ciencia desempeña en esta perspectiva, un papel capital en
detrimento del arte. De este privilegio atribuido al pensamiento “puro” deriva
un desconocimiento de aquello que ha diferido: en primer lugar el arte, el goce,
el éxtasis, después la angustia frente al dolor y la muerte. El papel central
atribuido al conocimiento abstracto ¿no continuaría conservando su status
reductor dentro de la filosofía clásica? Reflejo o reflexión, el conocer
teóricamente “puro” que pretende aprehender lo “real”, los procesos, la vida
social, los datos de la práctica, recae en la sistematización reductora, desde el
momento en que no se limita a yuxtaponer los conocimientos “positivos” y
parcelarios, migajas del saber. Por el contrario, el arte transfigura lo real, el
“ser”. Lo trasciende en lugar de conocerlo porque lo crea. Y esto no es ni un
lujo ni una frivolidad. Mucho más que serio, es algo grave. Está relacionado con
la manera de vivir, con aquello que es necesario llamar el estilo, del cual es el
fundamento. El arte en general no es, pues, una variedad secundaria del
conocimiento teórico, o el conocimiento oscuro de aquello que permanece
oscuro en la existencia, un residuo del intelecto.
(cita 35 – pág.50)

La filosofía como la tragedia, nace en el espíritu de la música; pero el filósofo


traiciona pronto; degenera abandonando su línea, queriendo crear otra línea, la
del “hombre teórico”. En relación con el “hombre teórico”, con la filosofía
clásica, con el pensamiento que de una manera equivocada hace del
conocimiento “puro” un privilegio, Nietzsche descentraliza el pensamiento. No
abandona el conocimiento; descubre varios centros del conocer. La ciencia no
define más que un centro entre otros; lo mismo hace la filosofía.
(cita 36 – pág. 53)

Consideramos la vibración, determinable y mensurable por su frecuencia. Para


el oído y el cerebro humano, por debajo de una cierta frecuencia, los
“acontecimientos” elementales se disocian en choques y se organizan en el
ritmo. Por encima de una cierta frecuencia ya no se perciben, aunque la escala
de frecuencia continúe (ultrasonidos, etc.) Por otra parte, el sonido como tal,
en relación con los ruidos, implica una especie de abstracción. Para producirlo
es necesario contar con un instrumento que separe los componentes de los
ruidos: cuerda tensa o tubo.
(cita - 37 – pág.54)

La melodía aunque basada en la repetición, se entrega en una frescura


perpetua, en una invención incesante, en una temporalidad siempre renovada.
Y esta paradoja musical, reveladora de las profundidades o de la repetición de
los gestos, de los actos, de los signos, de los elementos finitos, engendra al
desaparecer , diferencias infinitas. A partir de la melodía, la meditación verifica
que la musicalidad y el tiempo musical revelan al mundo. En el ritmo la
repetición del acento, de los tiempos fuertes y débiles, de los choques y de las
percusiones, engendra una nueva modalidad del tiempo. El ritmo no se separa
de la melodía sino mediante l abstracción. La célula rítmica, que puede alcanzar
una elevada complejidad, se repite, compuesta ella misma de repeticiones
elementales.
(cita 38 – pág. 58)

La revolución musical acompaña y sostiene las otras revoluciones. Durante un


siglo (1750-1850) la idea de la armonía domina el pensamiento europeo. El
descubrimiento es doble: racionalidad y profundidad de la expresión armónica,
carácter lírico del empleo de los acordes y de los timbres. Es un descubrimiento
que hace estremecer la conciencia. De aquí nace la sinfonía, la gran ópera. La
música europea ha sabido utilizar todos los elementos de este campo altamente
diferencial. Sin embargo, le ha dado a la armonía, es decir al acorde, a la
verticalidad, a la simultaneidad, a la lógica inmanente, un lugar privilegiado. Y
esto concuerda con el predominio de los instrumentos con sonidos fijos
(el piano), con la dictadura de la tonalidad, con la racionalidad en marcha.
(cita 39 – pág. 60)

Lo práctico-sensible, constitutivo del mundo social considerado como valor de


uso, encarnación de las relaciones sociales, no puede dejarse reducir.
(cita 40 – pág. 63)

La critica radical de las “disciplinas” apenas comienzan. Los modelos reductores,


no desprovistos de armas ideológicas, disponen de numerosos procesos y
procedimientos:
a) Reducción del conocer, en el sentido amplio, al conocimiento en su
acepción estrecha, y de este último a la información. Esta reducción de
enormes consecuencias la hemos puesto en evidencia, mostrando la
irreductibilidad del arte. La reducción se realiza en dos momentos, en
dos niveles, con dos instancias: la epistemológica y la informática. De la
misma manera se ha realizado ya la reducción del concepto amplio de la
producción (relaciones sociales) a la producción en un sentido estrecho
(la de las cosas), económico, en el pensamiento de Marx.
b) Reducción simultánea de la acción y de la reflexión (y consecuentemente
de sus relaciones) a esquemas operacionales y tácticos.
c) Reducción de los actos y situaciones, con los “valores” implicados, a lo
identificable, a lo clasificable y en consecuencia al lugar dentro de la .
clasificación. Desde lo alto, se (la autoridad) identifica o asimila. Desde
abajo, se (la gente) identifica o imita. El pensamiento se reduce a la
tautología o a la simulación -la visión (concepción) a lo espectacular -, la
apropiación a lo acumulativo.
d) Reducción de lo posible a lo probable (separando lo posible-imposible, lo
imaginario, lo utópico, la trasgresión).
e) Reducción del riesgo a lo aleatorio (y en consecuencia del juego a la
previsión)
f) Por último y para concluir abreviando: reducción de la diferencia a lo in-
diferente (a lo repetitivo), de lo complejo a lo simplificador-simplificado,
de lo plural a lo monótono, de lo “agradable” que da placer a lo
interesante, y de lo interesante a lo fastidioso.
Tal es el proyecto de reducción generalizada que se manifiesta a través de la
ideología y de la práctica (política y técnica) en el mundo moderno, verdadera
coraza de las relaciones sociales.
(cita 41 – pág.60.61)

…se trata de dominación y no solamente de explotación. Todo sucede como si


la ganancia y la plusvalía, sin perder su importancia (todo lo contrario)dejaran
de ser fines y se convirtieran en medios, al servicio de una voluntad que se
condensa en los centros de decisión (¡ Lo que no impide en nada a la ideología
presentar el crecimiento económico como fin y no como medio !).
(cita 42 – pág. 65).

Grupos generalmente bien organizados buscan y quieren el poder, disfrazando


su objetivo, bajo metas aparentes, racionales y desinteresadas. La reducción
aparece así como el instrumento teórico y práctico, ideológico y estratégico de
la conquista del poder. El proyecto reductor se sitúa sobre el proyecto de la
voluntad de dominio.
¿Podríamos decir que el ejercicio del poder aporta un suplemento o un sustituto
que gratifica la espera a los placeres que ofrece la riqueza? La frustración que
aporta el acto de consumir “bienes” banales encontrará de esta manera su
compensación. Manipular a la gente, tenerla a la mano, conocer los
procedimientos de manipulación, ¿no es acaso un placer, quizá el placer
supremo del mundo moderno? El saber se convierte, a la vez, en la máscara y
en el medio del poder.
(cita 43 – pág. 65)

El “modernismo” contiene el proyecto reductor y lo disimula en el


funcionamiento mismo de los esquemas reductores (sistematización,
cuantificación, simulación) y las ideologías reductoras (formalismo,
funcionalismo, estructuralismo). Lo cubre también bajo el aspecto de nobles
preocupaciones que pasan por “valores”: comunicar, ordenar. Dispone de un
instrumento que parece soberano: la coherencia.
(cita 44 – pág. 65)
Es decir la explotación del sistema filosófico perfecto, de la concepción
especulativa de una perfección de los tiempos, de una filosofía completa del
Estado en tanto que cohesión última y suprema. Lo que parecía la cumbre de la
coherencia se revela lleno de contradicciones; en la actualidad no es solamente
la presión de la clase obrera la que conmueve este dispositivo; es la presión de
las diferencias a escala mundial. Su presión responde a la represión y a la
opresión, y se desarrolla no sin terribles dramas.
(cita 45 – pág. 66)

De parte de la clase dominante, el objetivo no es tanto el acrecentamiento de la


producción sino la reproducción de las relaciones sociales Y en consecuencia,
implícita y explícitamente, el poder tanto más que la ganancia. De parte de las
otras clases, la lucha adquiere, a través de caminos oscuros, otro sentido y
otros objetivos, cambiar la vida cotidiana, bloquear el rodillo compresor de la
homogenización, es decir, diferir.
Al orden moral y político que se requiere establecer, a su monotonía responde
el deslizamiento de este mundo hacia el caos sangrante. Deslizamiento que
contiene, repitámoslo, un sentido de la plena acepción del término: orientación,
dirección, movimiento inteligibilidad, desde el momento en que se dispone de
un órgano para aprehenderlo. Si se pretende que “las masas” traen aparejadas
la in-diferencia que la “sociedad de masas” necesariamente carece de calidad,
es fácil responder demostrando que las masas luchan también por la
diferencia (en América Latina, en África, en Asia, pero también en Europa y en
América del Norte). Esta idea es la única que une entre sí los combates de los
negros y de los estudiantes, de los intelectuales y de los pueblos (húngaro,
checo, yugoslavo, vietnamita etc.). De una manera convulsiva, a través de las
tormentas, el ser mundial que aún se denomina “el hombre” y “lo humano”
entra en el mundo de las diferencias.
(cita 46 – pág. 67)

El racionalismo industrial debió terminar con la religión que prevalecía en el


espíritu de las gentes del siglo XIX. Es necesario pues seguir creyendo que
estas viejas convicciones proponen todavía alguna cosa. ¿No quedarán
entonces como la honra de un mundo que contradice incesantemente su idea
del honor y aun de la simple honestidad? ¿No son las cadenas adornadas de
flores, preferibles siempre a los grilletes al desnudo? Es imprescindible que la
comedia humana tenga escenografía y las tragedias su gran teatro. De otro
modo, ¿Cómo soportar el genocidio, la amenaza de la destrucción total?
(cita 71 – pág. 70)

Lo que nos importa aquí y ahora es la supervivencia de lo sagrado cuando todo


lo condenado a muerte: la filosofía, la historia, la economía, la razón industrial,
el positivismo, el cientificismo. Por el contrario todo es bueno para luchar contra
el orden de la identidad, contra la homogeneidad que se abate contra el homo
sapiens. Y el género humano. Todo, desde las antiguas religiones hasta las
flamantes sectas, los mesianismos, los ocultismos, los delirios eróticos o
cósmicos.
(cita 72 – pág.72)

Sin duda el secreto de la influencia católica se encuentra y se ha encontrado


siempre en los sentimientos de culpa y pecado. Tienen un efecto contrario al
que tuvieron alguna vez; exaltan la carne, la convierten en una maravilla
formidable, en una palabra la consagran. Por su parte el “materialismo”
convertido en dogma filosófico lleva lo carnal hasta la trivialidad, sin dejar de
someterlo a un orden moral, a un puritanismo que se dice ”proletario” o
“socialista” casi tan riguroso e hipócrita como el viejo ascetismo religioso. El
cristianismo no gusta de la ironía; sobrevive irónicamente como excitándose,.
La ambigüedad materia-espíritu, cuerpo-alma, favorece las relaciones sociales
mejor que el espiritualismo filosófico y el racionalismo clásico, mejor que el
materialismo erigido en ideología oficial, aunque estos últimos estén sin
embargo más cerca de la verdad y dela “claridad”. En pocas palabras, el
cristianismo da al creyente la impresión de buscar o esperar una cosa distinta a
este mundo inmundo, que no vendrá sino como un don del cielo. Esto es lo que
lo “distingue”.
(cita 73 - pág. 73)

El es lo Único, lo Supremo y el Uno, el que no ha sido engrendrado ni tendrá


tampoco ninguna procreación, y al que nada se le parece. El Sin-Igual no tiene
antepasados ni descendientes. Una afirmación tan definitiva tiene también la
transparencia de un cristal. Es una tautología pero perfecta y sin ambigüedades
, donde el Ser confiere a quien pronuncia su nombre una fuerza y una voluntad
indisociables. Esta relación tan clara y tan simple entre la ley y la fe, entre
presencia y potencia, ¿no favorece los lazos sociales?, ¿no se resiste a la
racionalidad crítica? Esto es algo sobre lo que hay que reflexionar.
¿Cómo considerar en términos occidentales la vitalidad del budismo incluso en
un país tan industrializado y en pleno ascenso como el Japón?
(cita 74- pág. 73)

El cristianismo engendra herejías que recupera después y que lo hacen


sobrevivir. En cierto sentido, la filosofía occidental fue (y no fue más que) una
herejía del cristianismo y éste a su vez una herejía del judaísmo. En cuanto al
marxismo, éste fue una herejía de la filosofía misma.
(cita 75 – pág.74)
No se trata en absoluto de negar y renegar de la historia, ni tampoco de la
filosofía o la política sino de retomarlas refutando su parcialidad su parcialidad,
o más bien “parceleidad”, esto es el proceso por el cual un conocimiento
parcelario pretende ser tota al exagerar un aspecto particular, reduciendo de
este modo la totalidad a dicha particularidad.
(cita 76 – pág. 80)

La diferencia se lleva a cabo n el mundo de la extra filosofía, en el que la


tragedia y la música, en el que de la cotidianidad y el esfuerzo por transformar
lo cotidiano, el de las luchas políticas. Éste ha sido el drama de la filosofía
desde Hegel. Entre la filosofía clásica y la metafilosofía, la reflexión especulativa
y sistemática perece y se transforma Se da entonces un período de transición.
Durante dicho período la filosofía en el sentido clásico duda y se atasca; entra
en conflicto consigo misma; se vuelve reductora en tanto que el filósofo
verdadero no quiere reducir sino comprender. Este mundo deshonrado
conserva aún su resquicio de honor. No puede dejarlo ir. El olor que lo delata,
su resumen enciclopédico y su “indicador” no es ya la religión; es la filosofía y
más generalmente la ideología, hábilmente disimulada del arte (mientras el arte
muere) en cientificidad, en un tecnicismo “puro”.
(cita 77 – pág. 84.85)

En el momento en que estamos (nosotros: el mundo moderno) más de un


espíritu libre se dice: “¡ No ¡ la vieja diferencia entre lo verdadero y lo falso,
entre la mentira, el error, la ilusión y la verdad, esta vieja diferencia que parecía
fundamental ha pedido todo significado. La verdad última es que todo está
permitido. ¿El sentido y lo sin sentido? Indiscernibles. La mentira prohibida es
aquello que intimida a los mentirosos prohibiéndoles el encadenamiento de
mentiras. La verdad prohibida, por el contrario, sería la verdad que se dice
histórica en cuanto que intimida a os que manipulan el pasado para maniobrar
el presente. El problema de la verdad, si se atreve uno a decirlo, es de
comprender como la mentira ha triunfado al grado en que la verdad pasa por
algo insípido y carente de interés. ¿Qué hay más bello y grande que una grande
y bella mentira, que deforma las opiniones, que cubre de ridículo lo verdadero y
lo verídico? ¿No fue Stalin un gran artista? Qualis artifex ¡ la mentira tiene su
belleza, su arte, su técnica, su lenguaje genera magníficas apariencias. Basta
comenzar con la publicidad y propagan de hoy en día. De tal suerte que la
teoría no puede ya, sin caer en el ridículo, querer ser teoría de la verdad y
verdad teórica cuando sólo una especie de epistemología del error y el
desacierto podría tener algún interés.
(cita 78 – pág.85)
Desde la era de la vida campesina, las particularidades se revelan : los lugares
dados, los alrededores, las redes de caminos, de pastoreo y forestales, los
climas, las razas. En una palabra la naturaleza, Pero no la naturaleza en sí de
los filósofos, sino la materia natural que se deja modelar , que adquiere un
rostro, el del paisaje, el de los campesinos de determinado pueblo. Símbolos
poderosos enlazan los lugares a las emociones y pasiones religiosas, a los
rituales, a los actos de magia.
(cita 78- pág.87.88)

La era industrial destruye lo originario y lo original, las particularidades y los


lugares. Saquea la naturaleza (incluyendo las “naciones”, los lugares de origen
de los pueblos, su cuna y su tumba). Mata lo que nace y sustituye la obra por el
producto. Por todos los medios tiende hacia lo homogéneo, hacia lo idéntico o
analógico. Dentro de estos medios habría que referirse a la historia y la
historicidad, la filosofía y el sistema filosófico, la política y las estrategias, y
además lo cotidiano y la cotidianidad. El mundo, la mundialidad, lo mundial, no
se percibe sino a través de la confusión hiriente del pillaje, de las guerras, los
genocidios, la destrucción de todo (totalidad) lo que proviene de la naturaleza ,
comprendiendo aquí “los elementos” (el aire, el agua, la tierra). El dominio
sobre la naturaleza , tan buscado, tan invocado, revela dialécticamente
(diabólicamente) su reverso: la destrucción total que lleva hacia la exigencia de
una re-producción (re-creación) igualmente total. Al fin de esta era, la
centralidad decisional, la más tremenda de todas, lleva hasta el colmo la
fijación del proceso, la concentración del poder y los medios.
(cita 79 – pág. 88)

…”el urbanismo” disimula y estorba el desarrollo urbano; no ha sido y no


continúa siendo más que un medio de la racionalidad industrial (la de la
empresa como organización e institución) por el cual se extiende y se sobrevive
al dominar la práctica urbana, tal como la industria ha dominado la naturaleza.
El carácter reductor del urbanismo es indudable; ha sido mostrado y
demostrado muchas veces; es el momento de agregarlo a los poderes
reductivistas. Por otra parte este rasgo se vuelve particularmente escandaloso
cuando concierne a un seudosaber que se pretende innovador. Los urbanistas
no han sabido producir, si se puede emplear esta palabra, sino un espacio
represivo. A la centralidad política, a la concentración del poder en los aparatos,
corresponde, dentro de la forma urbana, la homogeneidad del espacio y la
centralización de la información. Esta centralidad fijada, que bloquea el
desarrollo, se sirve del urbanismo para ocupar las posiciones más dominantes
en el espacio y en el tiempo.
(cita 80 – pág. 89)
El dístico de Angelus Silesius declara quela flor no se reduce a una particularidd
de la naturaleza, sino que es la naturaleza misma la que seclara en ella.
(cita 81 – pág. 91)

De este modo, se tiende a consagrar las opiniones y valores admitidos dentro


del Establishment. Simple tendencia pero fuertemente ligada a la buena
conciencia y a la buena voluntad dentro de la “tolerancia represiva”. Lo excluido
se siente, se pone fuera de la ley. Si acepta los postulados implícitos del
pluralismo, aceptará también su exclusión, ambigua o declarada. Frenará la
diferencia; la aplastará o se tendrá que retirar. Políticamente, el pluralismo y el
neoliberalismo convienen muy bien en que el poder se comparta entre los
militares, los tecnócratas y los aparatos.
(cita 81 – pág.94)

Pascal decía poco más o menos que la percepción de las diferencias y el espíritu
de delicadeza, es decir la delicadeza del espíritu, se acompañan ¿No podríamos
conservar este pensamiento invirtiéndolo? La posibilidad de las diferencias
permite la delicadeza de espíritu y el espíritu de delicadeza.
(cita 82 –pág.94)

Esta institución reuniría la filosofía con las ciencias, las bellas artes y las bellas
letras, bajo la égida benevolente del Estado. Tendría sus dependencias
especializadas, sus casas y su ministerio. Suplantaría al estilo que expresaría la
unicidad de una práctica cotidiana y de una concepción del mundo, encarnada
en las particularidades casi naturales: objetos familiares, gestos, ritos y
ceremonias, y acciones y pasiones, saber y sabiduría. Ahora bien, la cultura,
separada de la naturaleza se disocia: cultura de élite y cultura de masas.
Habiendo desaparecido la unidad de estilo, nada la reemplaza .La cultura se
pretende y se nombra “fin” y “sentido, ya no es sino un medio de gobierno, una
institución, cosas a tratar “culturalmente”.
(cita 83 – pág.96)

…la cultura institucional valoriza los particularismos; inhibe las diferencias en


nombre de la satisfacción cultural, una variante del consumo. Pero la cultura no
es solamente una entidad burocrática. Enmascara y obstruye el camino. El
pensamiento diferencial y metafilosófico propone rebasar la incompatibilidad
“naturaleza-cultura”, producto de la época industrial, oposición que cae por su
propio eso en virtud de la mutua destrucción de sus dos términos. ¿Volver a
atrás? ¿Huir hacia adelante? Ni lo uno ni lo otro.
(cita 84 – pag.96 )
Aquellos a los que Marx denunciaba por querer conservar este mundo dentro
de los marcos de la dominación, aquellos hicieron suyo el objetivo marxista, a
saber, el de la transformación de este mundo, y lo hicieron de una manera
parcial, no sin deformarlo a su manera. El mundo de cabeza que tenemos en la
actualidad frente a nosotros y alrededor de nosotros, es el mundo donde el
dominio de la naturaleza por el conocimiento y la técnica destruye la
naturaleza, yendo esta destrucción hasta la de la naturaleza en el ser humano
(el deseo, la espontaneidad , el goce) de tal modo que es necesario prepararse
para realizar la re-creación, la re-producción de la naturaleza en la más estricta
aceptación de estos términos, y llevarla a cabo mediante un salto delante de la
técnica orientada por el pensamiento. Este mundo es, pues, el mundo donde la
religión, debilitada, parece ser la única capaz de limitar los estragos de la
técnica y de la cientificidad, ebrias de ellas mismas. Es el mundo donde la
separación analítica indispensable para que se manifiesten las capacidades del
ser humano,…
(cita 85 – pág. 99)

CITAS DEL LIBRO


“CIUDADES RADICALES, Un viaje a la nueva arquitectura
latinoamericana”.
Autor: Justin McGuirk

Desde su punto de vista, gran parte de Ciudad de México merecía ser demolida,
para que pudiera florecer su visión nueva. Invocando a Le Corbusier hasta el
final, Pani nunca aceptaría que el genio suizo pudiera ser, por tomar prestada
la descripción de Henri Lefebvre, “un buen arquitecto, pero un urbanista
catastrófico”. En 1964, Pani seguía representando el progreso.
(cita 1 - pag.15)

En Londres… algunas zonas de viviendas sociales que se cuentan entre los


símbolos más visibles de un estado del bienestar que se mantenía vigente
desde la década de 1930, están siendo demolidas para dejar sitio a
“urbanizaciones de lujo” construidas por contratistas privados. Tal y como
ocurre en Latinoamérica, los pobres serán empujados hacia la periferia, incluso
completamente fuera de la ciudad en algunos casos.
(cita 2 – pag.19)

…Latinoamérica, no lo olvidemos, experimentó la urbanización masiva mucho


antes que China y que África, de donde hoy nos llegan unas estadísticas de
crecimiento de población urbana que dan hasta pánico.
(cita 3 - pag.19)

Los arquitectos latinoamericanos recogieron el guante de los europeos del


movimiento moderno para intentar gestionar la escala de la inmigración
urbana.
(cita 4 - pags.19.20.)

Comparémosla con el extraordinario complejo de viviendas 23 de Enero de


Carlos Raúl Villanueva, en Caracas, que en 1957 contenía más de nueve mil
apartamentos. O con el propio Tlatelolco, con sus quince mil. A propósito de
Tlatelolco, la revista británica Architectural Review escribió: “Incluso años
después de estar inmunizados ante las formas de Niemeyer, los europeos del
norte todavía pueden sentirse impresionados por la osadía latinoamericana.”
(cita 5 - pag.20)

Se trata del tipo de formas híbridas que se están desarrollando en las ciudades
de Latinoamérica, donde la visión racionalista de mediados del siglo XX, está
dando paso a la lógica ineludible de la ciudad informal.
(cita 6 - pag.21)

Turner proponía, lo que despertó mucha polémica, que en realidad era una
ventaja que los pobres construyeran sus propias casas. Los promotores del plan
PREVI le dieron la razón solo en parte, ya que la solución que ofrecían era
híbrida. El gobierno proporcionaría un marco de buena arquitectura, diseñada
de manera específica para que pudiesen ampliarla los residentes: una
combinación del movimiento moderno con el chabolismo.
(cita 7 - pag.22)

Esta actitud fue ejemplificada por la exposición de 1964, “Arquitectura sin


arquitectos” organizada por Bernard Rudofsky en el MOMA de Nueva York.
(cita 8 - pag.23)

Podría decirse que, con el final de las viviendas sociales como prioridad
gubernamental, no solo en Latinoamérica sino también en Norteamérica y en
Europa, los arquitectos cumplieron su función social.
(cita 9 - pag.25)

Incluso sus intelectuales, Rem Koolhaas en especial, invocan una cultura del
YC$ en la que el arquitecto y el cliente satisfacían mutuamente sus fantasías
más locas...
(cita 10- pag.25)

En la década de 1970, el crítico marxista de la arquitectura Manfredo Tafuri se


quejaba ya de que el capitalismo hubiera logrado arrancarle a la arquitectura su
función ideológica; pero estaba claro que aún no había visto nada.
(cita 11 - pag.25)

Se convirtió casi en un reto no incluir otra segunda residencia ubicada en esa


franja del país en que la riqueza del cobre y el talento arquitectónico se aliaban
para producir una saturación pornográfica arquitectónica.
(cita 12 - pag.29)

Hoy se habla mucho de soluciones “de abajo arriba”, que den voz al ciudadano
corriente; pero la transformación de Medellín fue el resultado de un activismo
“de arriba abajo”.
(cita 13 - pag.31)

Aparecen en la presente obra otros ejemplos en que los pobres han tomado las
riendas de sus asuntos, convirtiéndose en activistas urbanos sin ayuda de
arquitectos. En Caracas visitaremos un rascacielos de cuarenta y cinco plantas
que ha sido ocupado por tres mil personas. Construido como centro de
operaciones bancarias, la Torre de David se quedó sin terminar a mediados de
la década de 1990, por el fallecimiento de su promotor. Tras permanecer vacía
durante una década, fue invadida por un grupo de familias de las chabolas, con
lo que pasó, de ser un emblema de las propiedades inmobiliarias exclusivas, a
ser un símbolo de la redistribución.
(cita 14 - pag.33)

¿Qué queremos decir por “informal”. La respuesta corta es: barrios pobres. Los
barrios pobres no se definen como informales porque no tengan forma sino
porque existen fuera de los protocolos legales y económicos que dan forma a la
ciudad formal. Pero los barrios pobres están lejos de ser caóticos. Puede que
carezcan de servicios esenciales, pero operan bajo sus propios sistemas de
autorregulación...
(cita 15 - pag.36)

Aceptar que la ciudad informal es un elemento inevitable de la condición


urbana, y no una ciudad en potencia, es una lección clave que esta generación
de arquitectos latinoamericanos puede enseñarle al mundo.
(cita 16 - pag.37)

Howard Roark no es un activista. Un activista no espera que suene el teléfono.


Si existe una condición previa del activista, es la de ser proactivo. Su cliente no
sabe ni que existe, no puede permitirse sus servicios y además ha llegado a un
punto en el que no espera ninguna ayuda por su parte porque su cliente son
los pobres urbanos. De modo que, en primer lugar, ser un arquitecto activista
significa delimitar un contexto difícil y, con el apoyo de la comunidad a su
alrededor, crear la oportunidad de intervenir; significa autoimpulsarse.
(cita 17 - pag.40)

….lo que abarca tanto a los revolucionarios de la primavera árabe como a los
estudiantes británicos que ocupan sus universidades en protesta por los
recortes en educación del gobierno
(cita 18 - pag.40)

Lefebvre escribió en La producción del espacio, en 1974, que “hoy más que
nunca, la lucha de clases está inscrita en el espacio”…
(cita 19 - pag.41)

Como les gusta decir en Urban-Think Tank: “El urbanismo es política


congelada”.
(cita 20 - pag.42)

Como personajes de una tragedia griega, los modernistas cayeron víctimas de


su propio orgullo por exceso de confianza. Tenían ideología, tenían respuestas,
tenían el apoyo político de la cima del Olimpo, tenían la historia y la tecnología
de su lado. Los modernistas no solo tenían una metodología sino que además
tenían un estilo. Los activistas no están seguros de sí mismos. Nada es
predecible. Intentarán las cosas más estrafalarias, cosas antes impensables.
(cita 21 – pag.42)

Cuando presentamos a los activistas como sucesores de los modernistas más


humildes y más astutos, ¿estamos dando por supuesta una evolución del
idealismo al pragmatismo?
(cita 22 - pag.42)

Optimizar recursos escasos en un gaje del oficio del activista.


(cita 23 - pag.42)
Los activistas no van tan a la contra. Puede que hasta sientan cierta nostalgia
por los esfuerzos utópicos de los modernistas, pero para avanzar no abogarían
nunca por unas visiones tan autoritarias. Construir la ciudad en el siglo XXI no
es una actividad que surja de la nada; la solución siempre es contingente con
respecto a lo que ya existe. La primera regla del arquitecto activista es que la
ciudad informal –el arrabal- es un hecho y que la única forma de avanzar es
que se trata de una pieza productiva, en funcionamiento, de la ciudad que
tenemos y no algo que haya que sustituir. Los activistas son cautos. Observan
las condiciones, recopilan datos y luego hacen los experimentos. Los
modernistas hacían uso de la apisonadora para empezar; los activistas
empiezan por un prototipo.
(cita 24 - pag.43)

Aquí están el Guernica, la ola de Hokusaki y los relojes blandos de Dalí. Son
obra de un artista local conocido como Pepi, que ya no vive en Piedrabuena.
Ante una copia de los Fusilamientos del 3 de mayo de Goya, Luciano me dice:
“Si quieres ver este cuadro normalmente tienes que pagar en un museo, pero
nosotros podemos sentarnos aquí sin más y disfrutar de él con una cerveza.
(cita 25 - pag.55)

“Existía esta increíble mezcla de gobiernos dictatoriales y demagógicos –dice


Viñoly, recordando sus treinta años-. Y uno trabajaba en un ambiente en el
que si se paraba a pensarlo desde un punto de vista ético, probablemente no lo
hubiese podido soportar”.
(cita 26 - pag.57)

Los motivos de los generales eran en gran parte políticos, puesto que estos
arrabales eran caldo de cultivo para la contestación peronista y socialista,
aunque también es cierto liquidándolas liberaban interesantes parcelas del
suelo para urbanizar. Después de desmantelar sistemáticamente las libertades
civiles, el régimen se dedicó a echar de sus hogares a doscientas mil personas,
lo que suponía el noventa y cuatro por ciento de las chabolas de la ciudad,
muchas veces sin proporcionarles viviendas alternativas. Esta política
implacable lo único que logró fue que las villas miseria se trasladaran a la
periferia o a otras regiones.
(cita 27 - pag.57)

El que Viñoly pueda decir que Piedrabuena le sigue pareciendo “válido” significa
que le queda un débil residuo de idealismo de sus tiempo de diseñador de
viviendas sociales.
(cita 28 - pag.58)

Este sistema paternalista de viviendas construidas por el gobiernos no siempre


fue tan despiadado políticamente ni tan corrupto como en Argentina durante la
dictadura...
(cita 29 - pag.58)

De hecho, como estoy a punto de descubrir, no es solo la imagen de Túpac


Amaru la que está impresa en esas casas: también aparece la del Che Guevara.
¿Qué vivienda se jacta tan abiertamente de sus credenciales revolucionarias? ¿Y
cómo se manifiesta esta ideología en la arquitectura? Mientras Liernur y yo
hablamos, yo estoy planeando mi viaje a San Salvador de Jujuy, el corazón del
territorio de Túpac Amaru.
(cita 30 - pag.60)

Finalmente, conduciéndonos a su amplio despacho, pide Coca-Colas para todos.


Es diminuta, de edad indeterminada.
(cita 31 - pag.63)

“Pero nos traicionó, a nosotros y a nuestra causa. Fue entonces cuando


comprendí que no puedes renunciar a tus responsabilidades, tienes que
encargarte tú misma de tus propios asuntos” (testimonio de Milagro, joven
lideresa argentina).
(cita 32 - pag.65)

Este debe ser el único plan del mundo donde te pagan por construir tu propia
casa y luego te la entregan gratis.
(cita 33 - pag.67)

De lejos los chalés parecen un pedazo de zona obrera de Manchester o


Liverpool, una versión latina de la serie Coronation Street. Pero lo que aquí
parecen chimeneas, en realidad son depósitos de agua con el rostro del Che
Guevara impreso.
(cita 34 - pag.69)

Cuando le pregunté a Sala por qué eran tan importantes para ella, me
contestó: “Por la discriminación que sufrimos de niños. A los niños de piel
morena no se les permitía la entrada a las piscinas, mientras que a los de piel
blanca –y aquí pellizcó la mejilla blanca de su marido- sí”.
(cita 35 - pág. 71)

En cierto sentido, Túpac Amaru lucha por revivir dos ideas que hoy están
prácticamente muertas: la cultura inca y la cultura obrera; una antigua y otra
moderna.
(cita 36 - pag.72)

Uno de los logros de los que más orgullosa se muestra Milagro es de haber
creado cinco mil puestos de trabajo en la región, más otros cinco mil empleos
indirectos.
(cita 37 - pag.73)

Pero lo que más llama la atención es que teniendo casi nueve millones de
habitantes, sea informal en casi un setenta por ciento. Más allá del centro
colonial y de los restaurantes finos de Miraflores, la ciudad se extiende en
franjas aparentemente interminables de casas autoconstruidas de color polvo.
(cita 38 - pag.75)

A lo largo y ancho de Latinoamérica, los gobiernos eran incapaces de mantener


el ritmo de la urbanización … Según escribió Turner, aunque pudieran resultar
“chocantes para el foráneo, las barriadas son la solución más eficaz, sin duda,
que se ha ofrecido hasta la fecha al problema de la urbanización en Perú”
(cita 39 - pag.76)

La única solución lógica, por tanto, era apoyar la construcción de comunidades


informales. Pero la política que prevaleció en toda Latinoamérica en la década
de 1960 fue la opuesta: la supresión del chabolismo. Turner lo tachaba de
“humor negro”: para solucionar el problema de vivienda de la gente, los
gobiernos derribaban sus casas.
(cita 40 - pag.77)

… mucho más importante que el aspecto de un edificio es si sirve o no a las


necesidades de su dueño
(cita 41 - pág. 77)

A Turner también le resultaba evidente que la riqueza combinada de los pobres


(en caso de que se capitalizaran todos sus recursos) era mucho mayor que la
del gobierno, y que lo único que los pobres necesitaban era ayuda para
emplear sus recursos como les conviniese a ellos, no como le conviniese al
gobierno.
(cita 42 - pág.77)

Y la teoría de De Soto muy influyente, resulta destructiva en última instancia


puesto que da inevitablemente como resultado la “gentrificación” (el reemplazo
de la población autóctona humilde por una nueva población de clase media),
que expulsa a los pobres del caro interior de las ciudades.
(cita 43 - pág. 78)
… a esta postura le salió el tiro por la culata cuando el Banco Mundial la utilizó
para apoyar una agenda neoliberal que no hacía sido eximir a los gobiernos de
la obligación de afrontar de alguna manera el problema de la vivienda.
(cita 44 - pág.78)

…las barriadas de Lima seguían suponiendo una gran promesa. Se convirtieron


en una piedra de toque de tal calibre que el crítico Charles Jencks las incluyó en
su mapa de movimientos arquitectónicos del siglo XXI, junto a Archigram y los
metabolistas. Y más allá de su renombre internacional, influyeron en un
interesante proyecto en la propia Lima.
(cita 45 - pág.78)

Las condiciones eran excepcionales: un presidente arquitecto, un reparto


estelar y fondos de la ONU. Era el gran momento, la última oportunidad de que
disponía la arquitectura para probar que tenía una respuesta al extenso y
creciente chabolismo de Latinoamérica. Nunca volverían tantos arquitectos
prominentes a dedicar su atención al problema de las viviendas sociales.
(cita 46 - pág. 79)

El PREVI fue concebido por un arquitecto británico llamado Peter Land, Tuvo la
idea de crear un proyecto experimental de vivienda que, en contraste con los
bloques de torres que definían la vivienda social en la década de1960, estuviera
construido a una escala más humana. Inspirándose en las tradicionales casas
con patio peruanas, se las imagino muy compactas en vecindarios de alta
densidad. La ventaja de hacer casas en lugar de torres de pisos era que los
residente podían ampliarlas con el tiempo, a medida que crecieran sus familias.
Esta era una de las lecciones de las barriadas: la capacidad de crecer.
(cita 47 - pag.79)

Turner no estuvo involucrado, pero su idea de que los ciudadanos debían tener
capacidad de decisión sobre sus condiciones de vida poseía una relevanci
central en todo el concepto.
(cita 48 - pag.79)

En 1969 los arquitectos internacionales volaron a Lima para estudiar las


barriadas y preparar sus proyectos para el concurso. La idea era que uno de
esos diseños sería escogido para desarrollarse a gran escala. Pero en 1970 a
los jueces les costó mucho elegir un ganador. Habían seleccionado a tres
finalistas: los metabolistas de Japón, Atelier 5 de Suiza y el alemán Herbert Ohl.
(cita 49 - pag. 80)

El Previ se convirtió en una anomalía: un laboratorio de viviendas que contenía


tantas ideas de diseño, tan diversas y adaptables que probablemente nunca
pueda volverse a repetir.
(cita 50 - pág.81)

Al final el gobierno recurrió a medidas mucho más rudimentarias para hacer


frente al problema de la vivienda. En un intento de sistematizar las barriadas,
en suburbios como Villa El Salvador los límites de las parcela simplemente se
marcaban en la tierra con tiza, para que la gente se pusiera manos a la obra sin
demora: un modo de operar que hacía que casi resultara decadente la
sofisticación del PREVI. Por su parte, el PREVI se documentó muy mal y, dado
el aislamiento de Perú en aquella época, se publicitó muy poco. Pronto se
olvidó.
(cita 51 - pág. 81)

Al entrar hoy en el PREVI resulta bastante difícil hacerse una idea de su escala.
Cuando terminó a mediados de 1970 era una comunidad estrictamente
delimitada, … No ayuda que cuatro décadas después, las propias casas resulten
irreconocibles.
(cita 52 - pag.81)
La unidad básica urbana de Stirling era un bloque cuadrado compuesto de
cuatro casas con patio. La idea era que los dueños pudieran ampliarla hacia
arriba, dejando el patio para que entraran el aire y la luz
(cita 53 - pag.82)

Han evolucionado a su manera y no de forma indecorosa, con balcones y


tejados inclinados, muchas veces hasta replicando su tamaño original.
(cita 54 - pag.82)

Ahí radica la brillantez de PREVI: estaba diseñado como una plataforma para su
transformación. Las casas no eran el objetivo, sino el principio. Como marcos
para la ampliación, evidenciaban uno de los principios básicos de las barriadas
que es que una casa es un proceso y no un objetivo estático.
(cita 55 - pag.82)

Hay cuatrocientas sesenta y siete casas en el PREVI sobre una superficie de


doce hectáreas… es un collage de urbanismo, como una expo en la que cada
nación, en lugar de pabellones, hubiera representado una calle residencial.
(Cita 56 - pags. 82.83)

En 1977, cuando Juana Mazoni vio sus nuevos techos, supo que esta era una
casa especial. Me hace pasar al salón, que es el verde de las pelotas de tenis:
una cueva de Aladino de sofás mullidos, pañitos de encaje y espejos de pan de
oro.
(cita 57 - pag. 83)

Christopher Alexander, que se haría famoso gracias a un libro de enorme éxito,


El lenguaje de los patrones, pasó dos semanas viviendo en una barriada antes
de diseñar su casa.
(cita 58 - pag.84)

Los residentes no se marchaban cuando mejoraban sus circunstancias


económicas… Es uno de los principios que Peter Land había dejado claros desde
el comienzo: la idea de que “la propiedad de una pequeña parcela y de una
casa compacta con privacidad construye equidad con el tiempo, y es la unidad
de construcción básica de un “urbanismo democrático”.
(cita 59 - pag.85)

…la petrolera chilena Iacobeli y él querían hacer algo respecto a la vivienda


social en Chile… en aquel momento sus opciones a muy limitadas. Pero
tuvieron una idea radical… en 2003, finalmente los enviaron a Iquique donde
noventa y tres familias ocupaban ilegalmente media hectárea de terreno cerca
del centro dela ciudad. La tarea era alojar legalmente allí a las familias, en
casas de verdad.
(cita 60 - pág. 88)

Esta configuración por si sola distingue a la Quinta Monroy del resto de las
viviendas de Iquique, una ciudad donde hay muy poco espacio comunitario
formalizado.
(cita 61 - pág. 90)

Le pregunto si, después de 6 años, está contento ahí. “no - me dice- porque
puedes cambiar de casas, pero no puedes cambiar a los chilenos”.
(cita 62 - pág. 91)

Para él, la solución para la vivienda de Elemental no es más que un trampolín.


Esto es algo de lo que Aravena se enorgullece.
(cita 63 - pág. 92)

A pesar del historial de iniciativas gubernamentales de apoyo a la


autoconstrucción en Chile, Brasil y otros lugares, muchos sienten que supone
una carga onerosa para los residentes. Piensan que los gobiernos deberían
construir casas, no mitades de casas. ¿Es correcto que unas personas que ya
trabajan mucho y que disponen de recursos mínimos tengan que terminar de
construirse sus propios hogares?.
(cita 64 - pág. 93)

Y lo que necesitan las periferias urbanas del mundo son sistemas pensados
para la escasez externa, no casas bonitas
(cita 65 -- pág. 95)

… pero no proporciona un paisaje de calles diverso, con mezcla de escalas y de


tipos de casas: como si la única manera de producir casas en gran cantidad
pasará por abandonar los principios del buen urbanismo.
(cita 66 - pág. 95)

Además los nuevos ocupantes de estos bloques de viviendas sociales disfrutan


de menos sensación de propiedad y de menos espíritu de comunidad que en
sus viviendas informales, donde como mínimo existía una sensación de logro
colectivo y de solidaridad.
(cita 67 - pág. 99)

Me doy cuenta de que este “lo que vayan queriendo” es el eje de nuestro
debate. ¿De verdad los residentes tiene más deseo de espacio para ampliar su
casa, que de una vida más fácil?.
(cita 68 - pág. 102)

… pero lo que me resulta difícil de aceptar del argumento de Aravena es que


quiera ver la influencia de los vecinos sobre la piel de los edificios.
(cita 69 - pág. 103)

“Toda esa dureza, todo el rigor exigido en la estrategia de la Quinta Monroy, es


lo más saludable para cualquier proyecto. Si te educas bajo esas condiciones,
estarás bien donde quiera que vayas” dice Aravena.
(cita 70 - pág. 104)
Puede que las favela no pertenezcan al modernismo, pero son un subproducto
de la modernidad.
(cita 71 - pág. 109)

Dirigidos por ese personaje que es casi un santo, establecen una comunidad
utópica en la que toda propiedad es comunal y está prohibido el dinero.
Canudos, revolucionaria y autónoma, se considera una amenaza de tal calibre
para la nueva república de Brasil que se le encomienda al ejército su
destrucción.
(cita 72 - pág. 110)

¿Cuándo asumiremos el hecho de que las favelas no son un problema


urbanístico, sino una solución? ¿Cuándo aceptaremos que la favela es la
ciudad?
(cita 73 - pág. 112)

Entre 1960 y 1975, ciento setenta y cinco mil vecinos fueron evacuados de
docenas de favelas de Río de Janeiro en lo que, según el historiador de la
arquitectura Roberto Segre, “fue sin duda la mayor operación de ‘limpieza’
urbana que haya tenido lugar en este país”.
(cita 74 - pág. 115)

Atenazado por la paranoia de la guerra fía, Estados Unidos estaba en guardia


contra otras Cubas potenciales, y financió planes masivos de vivienda en Brasil
para contribuir a la erradicación de las favelas.
(cita 75 - pág. 115)

Un motivo subyacente a estos reasentamientos era la creencia de que


convirtiendo a las personas en propietarias se hacía más improbable que se
convirtieran en revolucionarias. Pero, al ser una estrategia más punitiva que
progresista, no tenían ningún futuro. Entre 1970 y 1974, por ejemplo, las
favelas en Río casi se duplicaron: de ciento sesenta y dos pasaron a doscientas
ochenta y tres.
Si la erradicación de las barriadas pobres y las estrategias de reasentamientos
masivos hicieron poco para limitar el déficit de viviendas, fue porque el
gobierno se estaba ocupando de los síntomas de la pobreza urbana y no de
sus causas. Y cuando por fin aceptaron que el Banco Nacional de Vivienda
simplemente no era capaz de construir lo suficientemente rápido para gestionar
el ritmo de los reasentamientos, empezaron a cesar los desahucios.
(cita 76 - págs. 115.116)

En la década de 1970 una nueva ideología promovida por John Turner y otros,
empezaba a reconocer las ventajas de los asentamientos ilegales de casas
autoconstruidas…
El apoyo que Turner daba a la autoconstrucción no era solo una cuestión de
pragmatismo, sino también de ideología: le parecía que quienes estaban en
mejor situación de paliar las necesidades de los pobres eran los propios pobres.
Y esa idea prendió.
(cita 77 - pág.116)

En Río, casi un siglo de políticas federales, estatales y municipales han


fracasado a la hora de erradicar la desigualdad social de las favelas. Esto se
explica por diversas razones. Fracasaron, para empezar, porque se inclinaron
demasiado en una dirección o en otra: o le dieron una importancia excesiva a la
arquitectura (como en los programas masivos de viviendas), o, por el contrario,
a las políticas económicas que soslayaban completamente la dimensión
espacial.
( cita 78 - pág. 117)

En 1994 Río lanza lo que entonces fue el programa de mejora de las barriadas
pobres más ambicioso e influyente en toda Latinoamérica y probablemente del
mundo. Se llamaba Favela-Bairro,
(cita 79 - pág.118)
Se llamaba Carlos Nelson Ferreira dos Santos y era arquitecto y antropólogo.
Influido por las ideas de John Turner, Carlos Nelson luchó por que las favelas
fueran aceptadas como partes hábiles de la ciudad.
(cita 80 - pág. 118)

Carlos Nlson trabajaba con una ONG llamada CODESCO de desarrollo


comunitario, y diseñó un plan para mejorar la calidad de la vida en la favela …
Fue uno de los primeros arquitectos que desarrollaron el diseño participativo,
consultando a la comunidad sobre sus necesidades y colaborando con un
equipo de trabajadores sociales…. En resumen, fue el primer proyecto de
mejora de las condiciones de vida de los chabolistas.
(cita 81 - pág. 119)

Comenzó a surgir un nuevo discurso en torno a los asentamientos informales,


que los redefinía no como lugares de ilegalidad sino de iniciativa.
(cita 82 - pág. 119)

Favela-Bairro operaría en ciento cincuenta favelas. Financiado en parte por el


Banco Interamericano de Desarrollo, fue el programa de mejora del chabolismo
de mayor alcance y mayor repercusión política de Brasil.
(cita 83 - pag. 120)

Una idea absolutamente crucial era la que la ciudad informal tenía que estar
comunicada con la ciudad formal, con sus carreteras, escaleras y teleféricos
que mejoraran la movilidad de las favelas tanto hacia adentro como hacia
fuera. Al mismo tiempo se insertaban espacios públicos en el atiborrado paisaje
urbano. Se usaron plazas y lugares de reunión para crear una sensación de
espacio que diese aire, pero también para inducir el orgullo cívico y generar una
idea de valores comunitarios. De hecho estas plazas se colocaban a menudo en
el extremo de las favelas, para romper las barreras físicas y psicológicas entre
las zonas pobres y las de clase media. Eran una especie de puentes, que
comunicaban barrios segregados y suavizaban las fronteras entre ellos. Además
los nuevos espacios públicos y los edificios comunitarios iban a servir
supuestamente como símbolos ostensibles de mejora, haciendo que las favelas
se asemejaran al resto de la ciudad y aminorando así su estigma.
(cita 84 - pág. 121)

Seguía viva esa idea de Le Corbusier de que la arquitectura podría impedir la


revolución. Hoy ya no pensamos así. La cuestión es diferente. No se trata de
cómo impedir la revolución, sino de cómo situar los objetivos sociales del
proyecto en el primer punto de la agenda”.
(cita 85 - pág. 122)

El cambio más llamativo, sin embargo, es que, como se prometió, la vía del
ferrocarril ahora está sobre unos pilares curvos. Debajo hay un paseo, y una
estación moderna con un tejado que baja en picado. Si uno se fija en esa
imagen, es como si los dibujos del arquitecto hubieran tomado vida. Pero si se
abre la mirada a lo que hay justo delante de la estación, se dará cuenta que no
es ningún parque: parece más bien una zona de guerra.
Filas de casas en ruinas. Han sido demolidas docenas de edificios,
arrancándolos de otros a los que estaban adosados. Hay escaleras y salas de
estar a la vista, interiores serrados y convertidos en exteriores. Aquí y allá, en
un campo de escombros, se ve alguna casa aislada. Y este es el lado trágico: la
gente sigue viviendo en medio de esta carnicería.
(cita 86 – pág. 127)

Lo que ocurrió aquí fue que ciento setenta y dos familias tuvieron que ser
desalojadas para hacer sitio al nuevo parque. Parece que el proceso se caló. La
mujer que me está haciendo de guía, cuyo nombre prefiere que no mencione,
trabaja para el PAC y está a cargo de ese proyecto. Lo dejó, dice, porque era
incapaz de aguantar lo que veía que pasaba con las vidas de las gentes. Me fijo
en un cartel que cuelga de una ventana cercana “El PAC mata”.
(cita 87 - pág. 128)
Estas son las realidades diarias de las mejoras urbanísticas en Río. Hay
docenas, e incluso cientos de lugares más por toda la ciudad donde la gente va
a ser desalojada contra su voluntad y con malas compensaciones.
(cita 88 - pág. 129)

En este momento, el mayor constructor de viviendas en todo el país es un


programa llamado Minha Casa Minha Vida (un nombre que recuerda el
propósito de la década de 1960 de hacer descarrilar la revolución por medio de
la vivienda en propiedad).
(cita 89 - pág. 131)

Parece que no se han aprendido las lecciones de John Turner, del PREVI, ni
siquiera las de Favela - Bairro. La idea de viviendas adaptables,
autoconstruidas y en ubicaciones convenientes se ha rechazado en favor de los
beneficios de la industria de la construcción.
(cita 90 - pág. 132)

Y peor que eso, su propósito extraoficial es dar líneas de crédito a las empresas
constructoras que tiene tantísima influencia política. “El objetivo no es la
vivienda, sino conseguir la reelección del gobierno –dice-. Es diabólico”.
Se trata de un problema perenne. La creación masiva de viviendas se ha
ensuciado por la corrupción y el electoralismo. También parece que cuando se
construyen viviendas en cantidad, los principios del buen urbanismo o de lo que
podríamos llamar cityness, saltan por la ventana.
(cita 91 - pág. 133)

Está claro que el transporte público es el legado olímpico clave de la ciudad. No


son solo los autobuses: habrá también veintiocho kilómetros de líneas nuevas
de tranvía. Pero, aunque la mejora de la movilidad es fundamental, parte de
esa infraestructura está diseñada para beneficiar a los mismos viejos intereses
creados. Extender la línea de metro hacia el oeste, hasta la barra de Tijuca, por
ejemplo, vendrá bien durante las dos primeras semanas de los Juegos
Olímpicos, pero luego solo servirá para doscientas mil personas, con un coste
de miles de millones de dólares. ¿A quién beneficia? A la constructora que
gestionara la línea de metro, para empezar. También reportará beneficios a los
promotores, que esperan explotar las nuevas conexiones de la Barra con las
playas de Ipanema y Copacabana. En lugar de concentrar la ciudad, las
autoridades municipales la están extendiendo para abrir nuevas oportunidades
de desarrollo.
(cita 92 - págs. 134-135)

¿Hemos vuelto a la política estatal de los desalojos? ¿Sigue estando a la orden


del día una planificación que va de arriba abajo y sirve a los intereses de
promotores y constructoras?
(cita 93 - pág. 136)

Cinco décadas después, se supone que Río simboliza un tipo de ciudad


diferente y una nueva era, con una nueva estirpe de arquitectos sensibles a las
necesidades de unas comunidades a las que les han sido arrebatados sus
derechos. Pero, incluso en la era del arquitecto activista, de la “acupuntura
urbana” y del llamado diseño participativo, sigue habiendo fuerzas poderosas
interrumpiendo el avance de la ciudad equitativa. Y a no ser que los
manifestantes se sigan echando a las calles, los políticos y sus amigos se irán
de rositas como siempre.
(cita 94 - pág. 136)

La favela que yo vi asediada por el BOPE en las noticias de la tele en diciembre


de 2010 vive ahora su día a día bajo la mirada atenta de la UPP. Hay nuevas
comisarías adornando la cima de cada una de sus colinas, y junto a cada una
de ellas se encuentran las estaciones de teleférico. Esto es el Complexo de
Alemáo, un conjunto de catorce favelas, donde viven ochenta mil personas. Fue
uno de los barrios más peligrosos de la ciudad, pero ahora Alemáo es un
popular destino turístico. Se dice que montan más turistas en el teleférico que
surca el cielo de Alemáo que en el del Pan de Azúcar. Después de todo,
comentan los cínicos, ¿qué mejor manera de tener unas buenas vistas de las
famosas favelas que mirarlas desde arriba, desde la seguridad del aire? ….…. Es
sin duda un símbolo evidente de inversión en esta favela abandonada durante
tantos años
(cita 95 - pág. 137)

A mí solo se me ocurre una razón por la que el teleférico de pronto se haya


convertido en un gran tema en Río. Aquí, romper las favelas para hacer
carreteras supone desalojar y reubicar a miles de vecinos, y los políticos
simplemente no tienen estómago para hacerlo. Los pilotes del teleférico, en
cambio, apenas ocupan terreno, y solo hay que eliminar un número
relativamente bajo de casas, al tiempo que se convierten en un pintoresco
adorno en el cielo. Se trata de un modo de transporte políticamente sensible,
consciente de la marca. Los vecinos de Alemáo dicen que a ellos no se les
consultó. Los habitantes de Rocinha, a los que también les espera pronto un
teleférico, están luchando contra él con uñas y dientes. Así que ¿a quién
beneficia?
“Es bueno para la empresa constructora –dice Jailson de Souza e Silva…..
Jailson es un personaje inusual. Es originario del Complexo da Maré, uno de los
conjuntos de favelas más grandes y más pobres de la ciudad, y sin embargo es
profesor universitario con una buena carrera.
……
“Construimos un punto de vista específico que combina la experiencia de vida
en la periferia y el acceso al lenguaje académico -dice Jailson-. Somos los
primeros en ver las favelas no como un asunto de necesidad, sino de
experiencia social”.
(cita 96 - págs.138.139)

“ El término mismo es horrible –me dice- . La ciudad permitió la privatización de


la seguridad a través de grupos criminales, y ahora las favelas se han
convertido en una zona de combate en guerra contra las drogas, en territorio
del enemigo. El problema de la ‘pacificación’ es que infunde la idea de que fue
la gente de las favelas quienes las convirtieron en una zona de guerra y por
tanto necesitan ser pacificadas”.
(cita 97 - pág. 139)

Y sobre el estado se ejercen presiones importantes. Las entidades


internacionales que financian los programas de regeneración, incluyendo el
Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo, estipulan que hay que
dar títulos de propiedad a los favelados para poder cobrarles impuestos, de
forma que el crecimiento económico urbano pueda marchar sin cortapisas.
…..
La solución de Jailson no sería darle a los favelados de la Zona Sul el derecho a
la propiedad, sino aplicar un sistema de renta social. Es una refutación normal,
y en mi opinión razonable, del argumento de Hernando de Soto de que lo único
que les falta a los favelados es acceso al capital que representan sus casas.
“Porque es ese mismo derecho, y la especulación que lo acompaña, lo que
termina forzando a dejar el centro de la ciudad. “El estado tiene que reconocer
que la vivienda debería tener un valor de uso y no un valor de cambio –dice
Jailson, que suena como un David Harvey brasileño-. Deberían ofrecer derecho
de uso, no de propiedad. El capitalismo no prohíbe eso”.
(cita 98 – págs. 140 141)

Cuando un favelado logra cierto grado de influencia política, estamos ante un


momento especial. No tengo dudas sobre lo que Jailson puede hacer por el
alcalde; la pregunta es ¿qué podrá hacer el alcalde por él?. Tiene ideas
radicales y una de ellas es abrir una universidad en el Complexo da Maré, para
mil quinientos estudiantes.
(cita 99- pág. 141)

“ Cada día hay más personas como yo que tienen presencia en la ciudad.
Cuando yo era niño hubiera sido impensable: siempre eran las clasesmedias
quienes hablaban por los pobres. Ahora disponemos de movilidad económica y
cultural. Río es hoy mucho mejor que hace veinte años”.
(cita 100 - pág. 142)

Gigantescos murales dan la bienvenida a la República Bolivariana de Venezuela, a


veces representando al propio Simón Bolívar, el Libertador de la Sudamérica del siglo
XIX, o, con más frecuencia al que sería su sucesor, Hugo Chávez. Una república
socialista que redistribuye los beneficios de las mayores reservas de petróleo del
mundo: un arreglo admirable.
(cita 101 – pág. 143)

Caracas no es una de las capitales más grandes de Latinoamérica, pero tiene el


porcentaje más alto de chabolistas. Se estima que un sesenta por ciento de sus
habitantes vive en los barrios. La población de Venezuela es de las más urbanas del
planeta (casi el noventa por ciento), una situación que se ve exacerbada por una
economía cuyo empleo depende de la industria del petróleo y de la burocracia
gubernamental, a expensas de la agricultura y de otros sectores.
(cita 102 – pág. 144)

… Aló presidente, es una de las representaciones políticas más transparentes en


apariencia y más teatrales que quepa imaginar.
(cita 103 – pág. 145)

“ No es parte del trabajo de un arquitecto afiliarse a un partido político - dice


Brillembourg -. ¡ Queremos volver a entretejer la ciudad, no dividirla ! Pero fuimos
ingenuos, porque o estás con él o estás contra él. Él es Chávez, por supuesto. Estas
son las fuerzas invisibles que determinan lo que sucede o no sucede en la ciudad.
(cita 104– pág. 147)

“El urbanismo es política congelada”. La ciudad, en otras palabras, es fruto de


incontables negociaciones, alianzas políticas, y componendas secretas.
(cita 105 – pág. 147)
El rapero local Canserbero está en pleno flow. Cuando llegamos (a una parcela
abandonada detrás de una plaza de toros en desuso), cientos de personas dan botes y
levantan los brazos. Un personaje aniñado y sudoroso clama al micro. La canción,
Jeremías 17-5, es una épica callejera llena de experiencias amargas y sus fans la
conocen de pe a pa. “Maldito sea el hombre que confía en otro hombre”, cantan. Las
letras de Canserbero recogen vidas de violencia y miseria, predican la desilusión y el
desafío. En Un día en el barrio, canta: “El poder puede corromper a cualquier ser
humano / capitalismo, socialismo, comunismo practicado/ pero el resultado ha sido
casi el mismo”
(cita 106 – pág. 148)

En la oficina de U-TT en El Rosal hay una foto enmarcada de arquitectos y artistas


cubanos hombro con hombro junto a unos revolucionarios que llevan ropa de combate
y gorras militares. Este retrato de grupo, tomado delante del edificio condenado de las
Escuelas Nacionales de Arte poco después que se terminara de construir en 1965,
representa la unión de fuerzas entre la comunidad arquitectónica y el nuevo régimen
político para apoyar la noble causa de la cultura.
(cita 107 - pág. 149)
|
En la década de 1990 no estaba de moda esta preocupación, sobre todo para dos
arquitectos pudientes, licenciados por la universidad de Columbia de Nueva York.
Brillembourg era hijo de una adinerada familia venezolana cuyas explotaciones
agrícolas fueron expropiadas por el gobierno de Chávez, y Klumpner, oriundo de
Salzburgo, se había formado con el arquitecto radical austriaco Hans Hollein. Puede
que fueran candidatos poco probables para el trabajo que harían después, pero,
viviendo en Caracas, las realidades de una ciudad profundamente segregada eran
demasiado descaradas como para obviarlas. Utilizando al chófer y al jardinero de la
familia Brillembourg para que les abrieran las puertas, empezaron a visitar el barrio de
La Vega. Esta iniciación en la forma de vida mayoritaria de la ciudad fue una
experiencia que definiría su trayectoria profesional. “Nos obligó a repensar cómo nos
habían formado y con qué fin”, escribieron. Parafraseando el título del texto
fundamental de Venturini, Scott Brown e Izenour sobre Las Vegas, establecieron una
forma de trabajo a la que llamaron Aprendiendo de La Vega.
(cita 108 – pág. 150)
Los resultados se convirtieron en Informal City, que sigue siendo uno de los mejores y
más accesibles libros sobre la informalidad en Latinoamérica. En él se plantea
claramente que los barrios no eran solo un problema a la espera de una solución, sino
sistemas extraordinariamente autorregulados, lugares con virtudes. Sobre todo, eran
realidades que existían sobre el terreno, una condición urbana demasiado generalizada
como para que se pudiera revertir. “La ciudad planificada no puede ni eliminar ni
subsumir las cualidades y prácticas informales de sus habitantes – escribieron
Brillembourg y Klumpner-. Lo informal persiste; sus fortalezas inherentes resisten y
rechazan los esfuerzos por imponer orden. La ciudad totalmente planificada, por tanto,
es un mito”.
(cita 109 – pag. 151)

… Luego hicieron una cancha de fútbol en la azotea, ganando así dos plantas
productivas a partir de un espacio que en otro caso hubiera seguido muerto.
Este técnica de optimizar los usos potenciales de un espacio la han puesto en
marcha por toda la ciudad; ….
(cita 110 – pág. 151)

No se puede negar que es un activo magnífico, pero resulta también evidente


que, en tanto que elemento extraordinario, este tipo de “acupuntura urbana” es
solo gestual. Tendría que probarse en asentamientos chabolistas mayores, e
incorporarlo a cierta escala.
(cita 111 – pág. 153)

“Aquí, no terminar un proyecto es el mejor negocio”.


(cita 112 – pág. 154)

Pero también fue una consecuencia del momento histórico: las dictaduras
vivieron su esplendor durante un período (desde la década de 1950 en
Venezuela hasta principios de la de 1980 en Brasil) en que los proyectos de
viviendas sociales a gran escala seguían pareciendo una respuesta, y no habían
adquirido mala fama aún.
(cita 113 – pág. 155)

El arquitecto que diseñó 23 de Enero fue Carlos Raul Villanueva. Licenciado por
la École des Beaux Arts de París y discípulo de Le Corbusier, Villanueva fue el
arquitecto más importante del país. Acababa de terminar la Universidad Central
de Venezuela, uno de los campus modernistas más elegantes del mundo. Y
entonces, con la financiación del Banco Obrero, se le brindaba la oportunidad
de su tour de force….. La imagen misma de la utopía modernista: la política
paternalista como espectáculo.
(cita 114 – pág. 155)

Cuando los superbloques empezaron a abarrotarse de gente los recién llegados


se pusieron a construir sus casas en los espacios verdes entre los edificios, sin
que ninguno delos sucesivos gobiernos hiciera nada por impedirlo. Poco a poco,
los rascacielos de Villanueva iban pareciendo diques modernistas en un mar de
chabolas.
Declarado actualmente patrimonio de la humanidad, 23 de Enero no es más
que el caso más extremo de lo que sucedió en multitud de proyectos de
viviendas sociales acosados por el deterioro tanto en Europa como en América.
Las razones eran las mismas: fracaso administrativo, una fe cortoplacista en los
objetos construidos más que en los procesos de gestión y en el mantenimiento
a largo plazo. No podía echarse la culpa a la arquitectura. Sin embargo, el
espectáculo que hoy supone el 23 de Enero es una burla de la idea de que el
gobierno pudiera apretujar a una población en constante crecimiento en
superbloques industriales. También es sintomático de la ausencia de un plan de
viviendas alternativo: toda una acusación contra todos los gobiernos
posteriores.
(cita 115 – pág. 156)

“ No hay ninguna necesidad de dejar el barrio: es la universidad de la vida”.


(cita 116 – pág. 158)
“El barrio en torno a 23 lo consolida y unifica como un vecindario real”, me dijo
Brillembourg. Es una afirmación que rechaza la idea de la ciudad como lugar
racional y ordenado…
(cita 117 – pág. 159)

El arquitecto activista o es un comunicador o no es nada. Tiene que sentirse


cómodo en la comunidad, y si la comunidad no está cómoda con él desde el
primer momento, entonces hay que ganársela a base de carisma. “El arquitecto
–dirá después Alfredo- es un conector social. Ese es el papel principal”.
(cita 118 – pág. 161)

Si Alfredo es la dinamo que levanta los proyectos, Hubert es quien los concluye.
Él es, de los dos que forman U-TT, el que tiene la paciencia y la capacidad de
atención necesaria para ocuparse de los proyectos hasta el final.
Es un cliché decir que Alfredo es el sur y Hubert, el austriaco, el norte; pero
inevitablemente en ello hay algo de verdad. Alfredo viene de la cultura
latinoamericana de culebrón, como él la llama, mientras que Hubert solo se
casó con ella, y parte de la locura se le ha contagiado.
(cita 119 – pág. 162)

Es un burgués y lo sabe, pero puede jugar a ser un hombre del pueblo cuando
le hace falta. Como le dijo Néstor López, un Director del Daily Journal de
Caracas (a quien pronto conoceremos): “Eres un buen burgués. Los mejores
revolucionarios son buenos burgueses. Bolívar era un buen burgués”.
(cita 120 – pág. 162)

“Comprendimos la desesperación de una ciudad con cinco municipalidades,


cinco fuerzas policiales y dos alcaldes compitiendo entre sí, y tuvimos que
atravesar esas fronteras –dice Alfredo-. Podemos ser invisibles. Podemos
atravesar las paredes, porque no llevamos bandera ideológica. Lo que mató la
poesía de Neruda, lo que mató a tantos escritores latinoamericanos fue que se
alinearon con ideologías políticas”.
(cita 121 – pág. 163)

Ser un arquitecto activista significa comprometerse con el oscuro negocio de la


política para defender tu postura cuando los políticos no tienen plan alguno en
la cabeza.
(cita 122 – pág. 163)

… Rory Carroll, resumió esta relación entre las ciudades formal e informal con
con mordaz claridad: “Al caer la noche, cuando el valle ha cenado bien y tiene
hielo en el whisky escocés, los autobuses llevaban a los de fuera hasta sus
casas, ladera arriba, a cenar frijoles con arroz. Los cerros conocían de cerca el
valle: cómo le gustaba que le doblasen las toallas, le exprimiesen las naranjas
y le sazonaran el filete. El valle no conocía los cerros en absoluto.
(cita 123 – pág. 164)

La arquitecta Teolinda Bolívar, de la Universidad Central de Venezuela (UCV)


lleva treinta años estudiando los barrios. Alumna de Henri Lefebvre, lo llevó a
conocerlos cuando el profesor visitó Caracas en la década de 19070, y fue
fundamental para que los cerros se convirtieran en un tema de estudio de la
UCV. Y en 1999 Josefina Bladó y Federico Villanueva, también de la UCV,
iniciaron un proyecto de investigación financiado por el Banco Mundial que se
suponía tenía que conducir a un programa de mejora de las chabolas en
Caracas por valor de ciento cincuenta millones de dólares. Fue una
investigación útil,pero el Banco Mundial retiró la financiación del proyecto
cuando llegó el momento de poner en marcha las mejoras.
Baldó y Villanueva, cuya estrategia consistía en actualizar las chabolas con
“buena arquitectura”, influyeron menos que Bolívar….
(cita 124 – pág.164)

El teleférico es ya una imagen familiar en las ciudades de Latinoamérica. En


Caracas, Medellín y Río es como si se hubiera convertido en el método elegido
por defecto para salvar los complicados desniveles de los barrios, las comunas y
las favelas.
Los orígenes del Metrocable de Caracas datan de 2001, de una conferencia
sobre asentamientos humanos en la asamblea general de Naciones Unidas en
Nueva York. Brillembourg y Klumpner entablaron un debate público con
Hernando de Soto cuestionando su tesis de que los habitantes de las chabolas
debían de recibir escrituras legales de propiedad de sus casas. En primer lugar,
afirmaban, sería más productivo darles títulos de cooperativa sobre la tierra en
lugar de títulos privados, que obligarían a todo tipo de impuestos que mal
podrían permitirse los chabolistas; en segundo lugar, ¿de qué servían unas
escrituras sobre una casa inaccesible situada en la cima de una montaña? La
verdadera solución, dijeron, está en la infraestructura.
(cita 125 – pág.166)

Un determinado número de delegados insistió en que U-TT debía quedarse;


entre ellos un tal Néstor López del Daily Journal, que poco después del
congreso fue hallado en su casa con las dos piernas rotas. Con reticencias, el
alcalde les permitió que se quedaran, con la condición de que guardasen
silencio. Afortunadamente para U-TT, en la sala había delegados de
Doppelmayr, la empresa de telesillas austriacas que ya estaba ocupándose de
la restauración del teleférico original de Caracas, que antes llevaba a los turistas
al hotel Humboldt, en lo alto del monte Ávila en la década de 1950 y 1960.
Los representantes de Doppelmayr animaron a los U-TT a que mantuvieran un
perfil bajo durante el congreso y se aseguraran la participación. Más
afortunadamente aún, siendo Venezuela como es, el proyecto se convirtió en
una patata caliente política.
(cita 126 – pág. 167)

Antes había solo un autobús que llegaba desde aquí hasta El Silencio, al oeste
del centro de la ciudad, pero ahora los vecinos están conectados al corazón del
sistema de metro en Parque Central.
(cita 127 – pág. 168)
Los viajes de dos horas hasta el trabajo que tienen que hacer los pobres es lo
que hace que las ciudades latinoamericanas se hallen tan divididas. El derecho
a la ciudad no es solo cuestión de vivienda; tal y como está la situación, la
mayoría de los caraqueños ya ha cubierto sus necesidades en ese aspecto. El
derecho a la ciudad es también derecho a la movilidad, la cuestión de cuánto se
tarda en llevar a un invalido a un hospital.
(cita 128 – pág. 168. 169)

La Ceiba es arquitectura de alta tecnología trasplantada al barrio. Su lenguaje


técnico es apropiado para la ingeniería de la infraestructura, pero también
contiene más de un toque del futurismo técnico-utópico que Archigram
convirtió en iconos pop en la década de 1960. Los herederos de Archigram
hicieron que la alta tecnología se convirtiera en el lenguaje de los aeropuertos y
las sedes bancarias. Pero en Caracas se ha reinventado, en gimnasios verticales
y estaciones de Metrocable, integrándose en el lenguaje del barrio.
(cita 129 – pág. 170)

Brillembourg parece encantado de ver que toman forma. Se ha resignado al


hecho de que U-TT tiene muy poco control sobre los detalles. “Todo trata de
la imperfección –me dijo después-. Necesitamos cuestionarnos el papel del
arquitecto como productor de objetos perfectos”.
(cita 130 – pag.170)

En minutos nos cruzamos con niños jugando el baloncesto y, como cualquier


papá competitivo, Alfredo se mete en medio, botando y brincando. Luego se
pone a charlar con cualquier que pase por la calle; Hubert también, de forma
menos frenética. Esta es su cara extrovertida, los activistas jugando a ser
hombres del pueblo, construyendo su capital social.
(cita 131 – pag.171. 172)
Un hombre que se sienta con nosotros, dice que abandonó San Agustín para
vivir en la ciudad, pero le sigue gustando volver para estar con sus amigos.
“Una vez que te adaptas a un modo de vida es difícil renunciar a él”, dice. El
barrio tiene sus consuelos: no es necesario un lugar del que la gente quiera
salir desesperadamente. De igual modo, no se puede subestimar el apego a
unas casas que la gente ha construido con sus propias manos. Son casas que
han costado mucho.
(cita 132 – pág. 172)

La pregunta es si el Metrocable es solo un preludio para la formalización de San


Agustín, o el principio de una evolución diferente para este asentamiento. En U-
TT tienen la convicción de que este cerro podría ser un experimento en una
ciudad completamente diferente. Una cosa es conectar lo formal con lo
informal, y sin duda puede contarse como progreso. Pero si en la siguiente fase
del proceso se incorporan al sistema (darles escrituras de las casas, obligarles a
pagar impuestos, enchufarles la corriente y hacerles pagar la luz y el agua),
entonces ya sabemos adónde conduce ese proceso. Por ese camino se llega a
la deuda, a la gentrificación del barrio, a los desplazamientos a causa de la
subida del precio del suelo: la maquinaria habitual de la ciudad como
generadora de excedente de capital. Incorporarlos al sistema equivale a no
reconocer que el problema radica en el propio sistema.
(cita 133 – pág. 173)

En este modelo, el gobierno otorgaría arrendamientos comunales en vez de


individuales, y los residentes se agruparían, tal vez en grupos de una docena de
casas vecinas, obteniendo préstamos conjuntos para las reformas que quisieran
hacer. En lugar de conectarlos a la red, San Agustín podría ser un distrito que
operase fuera de la red, con energía solar y cierto grado de autonomía. “¿Por
qué no van a funcionar para los pobres los modelos desarrollados para las
élites? – se pregunta Brillembourg -. Nuestra idea era tomar el peor sitio de la
ciudad y convertirlo en el lugar más singular de la ciudad”.
(cita 134 – pág. 173.174)
Las ventajas de la idea de cooperativa sobre el argumento de Hernando de
Soto acerca de la propiedad legal son numerosas. En primer lugar, evita el
problema dela gentrification mientras que compensa a los pioneros que
elevaron el valor del terreno al urbanizarlo. En segundo lugar las cooperativas
bien podrían ser una forma más efectiva de conseguir que laderas enteras
mejoren su nivel de vida en forma estructurada. “La atomización de las
comunidades en dueños individuales no tiene sentido dentro de un plan general
de mejora: ¿de qué sirve que una chabola se arregle en un cerro que no tiene
plan?”, dice Brillembourg.
(cita 135 – pag. 174)

La idea es que el gobierno otorgue títulos de arrendamiento por quince años y


que sus propietarios puedan usarlos de aval al pedir micro créditos para
construcción, mientras el panel solar termina generando ingresos al devolver el
exceso de energía a la red. Si funciona sería la base para un modelo
cooperativo y sostenible de urbanismo: una heterotopía, en efecto.
(cita 136 – pag.175)

Pero dondequiera que terminen trabajando Brillembourg y Klumpner, caracas


ha sido la fuente de la que han mamado todas las ideas. Enmarca su visión del
mundo. “Estamos empezando a ver que Caracas está en todas pates –dice
Brillembourg- .- La hemos encontrado en Bangkok, en Amásn, en Sáo Paulo, en
Nagaland en el norte de la India. Y en todos estos lugares la ciudad está bajo el
control de reyes, hombres de negocios, de la industria: del club, en definitiva.
¡ Necesitamos descongelas la ciudad ¡ “.
(cita 137 – pag.176)

Conmigo vienen los Urban Think Tank y su equipo de rodaje, que esperan
reanudar su documentación de la vida en la torre. Pero la verja permanece
cerrada.
(cita 138 –pag. 177)
LOS PIONEROS
En la noche del 17 de septiembre de 2007, durante un chaparrón torrencial,
cientos de ciudadanos empapados aparecieron en la verja de la Torre
Confinanzas, un rascacielos en ruinas. Esta flashmob estaba organizada por un
grupo de okupas que corrido la voz de que iban a intentar asaltar la torre, vacía
desde más de una década.
(cita 139 – pag.178)

Hoy viven tres mil personas en lo que se conoce como la Torre de David, la
casa okupada más alta del mundo.
(cita 140 – pag.179)

¿Se ha visto algo así en otra ciudad. No del mismo modo. Las torres
residenciales convertidas en casas ocupadas son muy corriente (en Sáo Paulo,
por ejemplo, hay varias); ¿pero un rascacielos corporativo, una sede financiera
en potencia dentro de la zona de negocios? Quizá solo en Caracas con su volátil
combinación de tormenta económica y demagogia política, podía nacer tal
quimera.
(cita 141 – pag.179)

… Fue concebida por el promotor David Brillembourg (un primo lejano, habría
que señalar de Alfredo Brillembourg de Urban Think-Tank)…
(cita 142 – pag.179)

Diseñado por el arquitecto Enrique Gómez, el coste del complejo estaba


estimado en ochenta y dos millones de dólares. Estaba previsto que se
terminara de construir en julio de 1994. Pero en abril de 1993, Brillembourg, de
cincuenta y cinco años murió por causas naturales.
(cita 143 – pag.180)
He aquí un emblema del capitalismo financiero basado en la especulación del
que se han apropiado los desposeídos a causa de las políticas neoliberales de
esa época: los pobres. ¿No hay una cierta justicia poética ahí?
(cita 144 – pag.181)

… un centro comercial a dos manzanas de la Torre de David también está


siendo ocupado, junto con docenas de edificios más de Caracas. No puede
decirse que sea la mejor manera de gestionar una ciudad. Aunque este tipo de
populismo parece dar poder a la gente (a coste de perder toda sensación de
orden en Caracas), en realidad lo hace de la manera más frágil e ilusoria, sin
sustancia legal.
(cita 145 – pag.182)

Así que la Torre de David es un accidente de las circunstancias, el hijo bastardo


del colapso económico y de un gobierno socialista revolucionario: llamémosla
un roto en el tejido social y político, un síntoma más de la normalidad de
Caracas.
(cita 146 – pág.182)

Desde Sáo Paulo a Shanghái, las ciudades del mundo son el acerico donde se
clavan torres de oficinas especulativas que nadie necesita, castillos vacíos en un
juego de capital ficticio. La torre es un ensayo anticipado de cómo darles mejor
uso. Porque, ¿por qué se tendría que forzar a los pobres a vivir en
asentamientos chabolistas en los bordes de la ciudad, cuando hay rascacielos
vacíos en el centro?.
(cita 147 – pág.182)

Han plantado alguna que otra palmera en unos agujeros del cemento, y aquí y
allá hay perros callejeros durmiendo, la primera señal en el interior de que este
lugar sigue la lógica del barrio.
(cita 148 – pág.183)
Los cristianos, entre quienes no me cuento, a veces hablan de tomar el camino
fácil o el camino difícil. ¿Quiénes optan por el camino fácil Esos que van
siempre a las instituciones suplicando ayuda. Ustedes no, amigos míos.
Ustedes siempre optan por el camino difícil, el camino de la autogestión, de la
autoconstrucción.
(cita 149 - pág. 185)

Había gente que vivía en el colectivo y vivía en equilibrio con la naturaleza.


Tenemos que reivindicar este sistema de organización. Ustedes le dieron vida a
este esqueleto. Demos más vida pero a la tierra donde nos colocaron. Gracias.
(cita 150 – pag.185)

Lo que hubiera sido el lujoso vestíbulo de una torre de oficinas de lujo, las
tripas dela especulación empresarial, se ha convertido en un escenario para la
democracia participativa. Y debo decir que hay algo teatral en esta escena, en
el modo en que los focos sacan a relucir los rostros del público entre las
tinieblas. Es como asistir a una representación; la toma de decisiones colectivas
en forma de drama.
(cita 151 – pag.186)

El difunto arquitecto venezolano Tomás Sanabria mencionaba a menudo una


condición que él llamaba ranchosis, de rancho, la palabra que se aplica en
Venezuela a las chabolas. Ranchósis entonces es la chabolización de la ciudad
por quienes llevan la chabola en la cabeza, independientemente de donde
vivan.
(cita 152 – pag.187)

La investigación de Sánchez parece apoyar la tesis de Sanabria de que la


informalidad prevalece porque nadie respeta el código cívico. Si existe
advocación más alta, claro, entonces es más fácil desobedecer esas reglas. Pero
la idea de que la religión y la ley estén en conflicto es una paradoja peculiar.
(cita 153 – pag.187)
Cuanto más autónomos logren ser, más fuerte será su reinvindicación del
espacio cuando se haya ido; y no cabe duda de que la fe les da ánimos en este
esfuerzo colectivo.
(cita 154 – pag.188)

… un salto de la imaginación a través de lo que Teddy Cruz llama “el ecuador


político”…
(cita 155 – pag.190)

La versión oficial es que los residentes no pagan alquiler, solo ciento cincuenta
bolívares (veinte dólares) al mes por concepto de mantenimiento: los pisos son
distribuidos por lo general por los gerentes (que se autodenominan Cooperativa
de Vivienda Caciques de Venezuela), basándose en el tamaño de la familia, no
en el valor del mercado. Cuando una familia se va no puede vender su
apartamento, pero sí cobrarle al siguiente inquilino por las mejoras realizadas, a
un precio que debe aprobar la organización. Se trata de una economía cerrada,
en la que los apartamentos no tienen valor de mercado, pero el trabajo de uno
(así como sus materiales, y quizá también su gusto) sí se puede reembolsar.
(cita 156 – pag.191)

La justificación que él daba para diseñar su modelo de vivienda sin zonas


comunes era que inevitablemente acababan desatendidas, porque nunca antes
cuentan con un presupuesto y porque no son responsabilidad directa de nadie
en concreto. Aquí no hay nada que escape a la responsabilidad colectiva, y
quizá sea (como sin duda habría considerado John Turner) porque el edificio,
técnicamente, no depende del estado: aquí no hay nadie a quien echar las
culpas.
(cita 157 – pag.195. 196)

Además de este en la torre hay todo tipo de servicios. Hay una barbería, una
tienda de fotocopias y algo que me asombró descubrir: un dentista. Luego me
informaron de que sus servicios son meramente cosméticos: pone solo los
brackets, sin alambres. Por todo lo visto, llevar aparato en los dientes se
considera un símbolo de estatus: es más una especie de joyería dental que una
herramienta correctora.
(cita 158 – pag.197)

Todo este color rústico tiene como escenario lo que debería haber sido el
dominio exclusivo de los ejecutivos. Este dato me golpea con fuerza cuando, en
el sexto piso, me encuentro con un hueco de cemento que debería habe sido
una piscina.
(cita 159 – pag.197)

En general, el lugar parece bien gestionado y está bien lejos de ser una zona
sin ley. Una mujer me contó alegremente que hacerlo aquí era como vivir en un
barrio “pero con mucha más seguridad”. Para empezar, los residentes son su
propia policía, y las normas internas son tan simples como las del béisbol: tres
oportunidades y a la calle.
(cita 160 - pag.200)

Para que la torre dejara de ser una anomalía, una aberración tolerada, y se
convierta en una pieza legítima y a pleno funcionamiento de la ciudad ¿qué
cosas tendrían que cambia? Para empezar los vecinos necesitarían algún tipo de
garantía legal. Gladys tiene a un abogado estudiando el caso, intentando
conseguir la propiedad del edificio para la cooperativa de vivienda Caciques.
(cita 161 - pag.201. 202)

Es interesante que ni Gladys, ni , los residentes quieran donaciones para las


reformas que desean acometer. No están buscando financiación: lo que quieren
es que se les reconozca el trabajo quele han dedicado. La autosuficiencia es el
es el valor que prevalece en la torre. Y cuanto más autónoma pueda ser, más
viable será como modelo para el futuro. Si un gobierno de derechas llega al
poder, entonces seguro que los residentes serán expulsados; pero si el
propietario es una entidad completamente habilitada, autosuficiente y
autárquica, será mucho más difícil llevar a cabo el desahucio.
(cita 162 – pág. 202)

La respuesta de U-TT fue construir un marco de hormigón ( que en realidad


era una pequeña torre colocada encima del edificio) que permitiera a los
vecinos construirse dentro sus propios apartamentos. Era una solución flexible y
densa que convertía a los residentes en promotores, diseñadores y
constructores, todo de una vez. El prototipo puede que sea ingenioso, pero
desde luego no es nuevo. El modelo Dom-ino de Le Corbusier, diseñado yaen
1944, era precisamente así solo que U-TT extrapolo el concepto y lo convirtió
en una torre.
(cita 163 – pag.202. 203)

Porque lo revolucionario de la Torre David es cómo unifica lo formal y lo


informal en una sola estructura. Puede que el siguiente paso sea aceptar la
informalidad vertical como un elemento de la ciudad del siglo XXI. En esta
visión, las ciudadanos podrían completar la ciudad, sus edificios seguirían
siendo obras de construcción, y puede que se disolviera la distinción entre lo
informal y formal.
(cita 164 – pág.204/205)

¿Qué mensaje esperábamos trasladar exhibiendo una casa ocupada en la


muestra de arquitectura más prestigiosa del mundo? Lo que queríamos decir es
que el verdadero territorio común de la ciudad no está siendo creado por
arquitectos en absoluto. Es una exposición que intentaba definir una cultura
arquitectónica común, que intentaba unificar las diversas facciones que hay
detrás de la noble causa de la arquitectura, nuestro mensaje era que el
verdadero territorio común no había que buscarlo entre otros arquitectos, sino
con los propios ciudadanos.
(cita 165 – pág.204)
En ese sentido puede que sea una de las “utopías pirata” que Hakim Bey
llamaba “zonas autónomas temporales” (TAZ, según sus siglas inglesas). Las
TAZ –escribía Bey- son una táctica perfecta para una era en la que el estado es
omnipresente y omnipotente, y que sin embargo, simultáneamente, está
repleta de grietas y vacíos…
(cita 166 – pág. 204)

Los residentes de la torre David han logrado que es casi imposible en la ciudad
moderna: han definido la naturaleza de su propia coexistencia. En una
oportunidad que nunca a su alcance los ciudadanos corrientes: lo prohíben
desde el inicio los términos de la vida en la ciudad. Nuestras vidas están
organizadas dentro de las fronteras predefinidas de nuestras propiedades, la
estructura financiera de nuestras hipotecas y los términos de nuestros
contratos de alquiler o de compra. La idea de una estructura que podamos
dividir como queramos y habitar según los principios que nosotros definamos
(resumen la idea de que podamos determinar nuestra propia forma de vida)
resulta de todo punto de vista exótica.
(cita 167 – pág. 207)

Tal vez, por encima de todo, lo más potente de la Torre de David sea su
simbolismo. La acción directa de los okupas ha subvertido el rascacielos,
transformando un bastión del capital financiero en un bastión del capital
social. La exclusividad vertical se convirtió en redistribución horizontal. Alfredo
una vez lo expreso mejor. Dijo que el siglo XIX había dado a luz la ciudad
horizontal y el siglo XX a la ciudad vertical, entonces el siglo XXI va a tener que
ser para la ciudad diagonal, la que cruza las divisiones sociales. Es un
sentimiento hermoso.
(cita 168 – pág. 207)

Como catedrático estaba influido por una serie de disidentes intelectuales. Uno
de ellos fue el filósofo Richard Rorty, que rechazaba la tradición empírica y
defendía que el conocimiento se creaba a través de la interacción de la gente
con el mundo, no solo por la percepción. Desde el mismo pragmatismo
filosófico Mockus se tomaría muy en serio la idea de Rorty de que uno no
puede comprender del todo el significado de lo que dice o hace sino se conocen
todas las consecuencias prácticas que resultan de ello (como cuando uno se
baja los pantalones en público por ejemplo). Otro de ellos era Paul Feyerabend,
que abogaba por una teoría anarquista del conocimiento. Y otro más era
Stanley Milgram, …
(cita 169 – pág. 212)

“… la filosofía es un intruso una especie de saboteador que entra en la


conversación e impide una normalización excesiva”, dice Mockus.
(cita 170 – pág. 213)

Puede que los experimentos de Stanley Milgram con descargas eléctricas, que
Mockus había estudiado, probase que los seres humanos son esencialmente
obedientes, pero descubrirlo puede llevar en muy distintas direcciones. Puede
explicar los horrores del holocausto o, en el caso de Bogotá, las raíces de una
cultura cívica.
(cita 171 – pág. 217)

Como contó una vez en una sala llena de estudiantes de liderazgo de Harvard:
“Bogotá era fea, pero todos conocemos gente muy fea que tiene mucho éxito.
Si no puedes cambiar tu hardware, siempre puedes cambiar tu software”.
(Cita 172 – pág. 218)

Su administración recogió 2.538 armas de fuego que se fundieron para


convertirlas en cucharas, con una leyenda grabada: Arma fui. Lo cierto es que
desarrolló tal celo por destruir armas que un general le escribió, recordándole,
que por ley, solo los militares pueden destruir armas. “Es solo una pequeña
parte de su profesión, pero la más hermosa”, dice Mockus. En otra ocasión hizo
uso de una ley que prohíbe las armas en los espectáculos públicos al declarar
toda la ciudad de Bogotá espectáculo público.
(cita 173 – pag.218. 219)

Mockus también se enfrentó a un índice preocupantemente alto de violencia


doméstica. Me cuentan que visitó un hospital y se encontró a los hijos de un
hombre que había llegado borracho y había prendido fuego a su casa. Los
chicos tenían graves quemaduras en la cara, y Mockus se viene abajo
recordándolo. De hecho son varias las ocasiones en que se echa a llorar a lo
largo de mi visita, y es difícil saber si se trata de una emoción pura o si es un
efecto de la medicación. “Y ese mismo día me visitó una niña que había pedido
conocerme como regalo de su tercer cumpleaños. Y cuando se iba su madre me
dijo: ‘Se me olvidó contarle que cada vez que le pego ella coge el teléfono y
hace como que le llama a usted’”. Fue la forma espontánea de referirse a las
palizas lo que le inquietó.
(cita 174 – pág. 219)

Según las estimaciones, tal vez fueran seiscientos mil los niños de Bogotá que
padecían violencia doméstica. “Pero el número de psiquiatras solo ascendía a
varios cientos y el tiempo que se necesitaba para aliviar esa situación… Está
claro que teníamos que inventarnos algo diferente”. Mockus propuso distribuir
un “kit simbólico contra la violencia” que consistía en un muñeco de trapo y un
globo sobre el que el niño podía dibujar la cara de su agresor o agresora y
luego enfrentarse a ellos ya fuera verbal o físicamente. Lo probaron con
cuarenta y cinco mil participantes bajo la supervisión de unos psiquiatras que
también administraban gotas como si fueran vacunas. Fue una de las
estrategias clásicas de Mockus, a medias catarsis y a medias carnaval. Se
apresura a señalar que no era nada científico, pero en cualquier caso también
funcionaba como una introducción a una etapa real, en caso de que fuera
necesaria, cosa que ocurrió con el diez por ciento de los participantes, que
fueron remitidos a ella.
(cita 175 – pág.220)
Los actos simbólicos se convirtieron sencillamente en el modo de comunicación
preferido por Mockus.
(cita 176 – pág. 222)

Lo que le gusta es la idea de comunicarse a nivel no racional, como hace el


arte. Su trabajo en el doctorado de filosofía y luego como profesor se ocupaba
de los límites de la racionalidad. Como crítico del pensamiento cartesiano,
estaba probando constantemente los límites de la razón, así como los del
lenguaje como forma de comunicación.
(cita 177 – pág. 223)

Mockus comprendió instintivamente que el bien común se logra, no a través del


miedo a la autoridad, sino a través de un sentido de la propiedad, y que la
sensación de pertenecer a una ciudad emerge cuando se comparten las mismas
reglas y se desarrollan los mismos buenos hábitos.
(cita 178 - pág. 227.228)

Hoy dirige un centro de pensamiento y consultoría llamado Corpovisionarios,


aconsejando a otras ciudades sobre cómo enfrentarse a los más complejos
problemas urbanos.
(cita 179 – pág. 229)

“Donde hay miedo, hay una sociedad fragmentada –dice-. El miedo y la


violencia destruyen cualquier tipo de ciudadanía, cualquier oportunidad de
trabajar juntos. Ahí no hay ciudadanos viviendo, solo individuos sobreviviendo:
un “sálvese quien pueda”. Así que todo el mundo se resigna a vivir en su
rincón, y el espacio público básicamente se distribuye como lugar de encuentro
de las comunidades.”
(cita 180 – pág.242)

Como hemos visto en Río y en Caracas, la solución a la desintegración urbana y


social es su contrario, la integración.
(cita 181 – pág. 242)

Como señala Jorge Pérez, antes de esta administración hubo proyectos de


espacio público, pero Fajardo afirma que no tenían la misma potencia política.
Fue el hecho de que sus intervenciones estuvieran dirigidas específicamente
contra la desigualdad y a favor de la educación, insiste, la que la convirtió en
transformadoras. “Todos los gobiernos han contratado a buenos arquitectos
para diseñar hermosos edificios –dice- Pero si no representan una forma de
avanzar en sociedad, ya no puedes hacer lo que quieras”.
(cita 182 – pág. 243)

Pero, el término tal y como se usa ahora tiene nuevas connotaciones.


¿Consiste en el fenómeno de utilizar la arquitectura y el espacio público en
función de objetivos sociales, o consiste en un tipo de intervención urbana
definida por un proceso social? Pensando en el énfasis que Fajardo ponía en los
métodos de su administración, mi instinto me dice que debe de tratarse de dos
cosas: que los objetivos no pueden distinguirse del método. Y Echeverri no
tarda en confirmar este punto de vista.
(cita 183 – pág. 245)

“El objetivo no es el edificio –dice Echeverri- el objetivo es el proceso durante la


construcción del edificio, y después”.
(cita 184 – pág. 247)

En una encuesta reciente los usuarios de Santo Domingo dijeron que


renunciarían antes a sus teléfonos móviles que al metrocable.
(cita 185 - pág. 248)

Me pregunto si esta tipología híbrida fue una táctica que hizo que construir una
biblioteca en una barriada chabolista pareciera menos paternalista, menos
abiertamente didáctico.
(cita 186 – pág.248)
… Pero está claro, no obstante, que todo el presupuesto se fue en hacer que el
edificio tuviera una imagen llamativa. El interior es algo más cutre,
notablemente más barato y las ventanas ya muestran señales de deterioro.
Uno puede ponerse tiquismiquis con la calidad de la arquitectura, pero no hay
la menor sombra de duda sobre el mensaje que esta biblioteca envía a la
comunidad: que se valora, que tiene oportunidades, que tiene un futuro.
(cita 187 - pág. 249)

El papel que EPM ha tenido en la rehabilitación de Medellín es sintomático de


una cultura política que todavía no ha logrado colarse en todo el consenso de
Washington. Resulta irónico porque una de las críticas que se le hacen a
Medellín es que abrazó el desarrollo neoliberal, aupada por los beneficios del
narcotráfico. Se ha dado mucho bombo a que se blanquera dinero de los
cárteles a través de proyectos de construcción, a que hubiera bandas de
cárteles implicados en la “pacificación”, de distritos que estaban listos para ser
rehabilitados, y a que en general el establishment de Medellín se acostara con
la mafia. Todo lo cual era verdad.
Forrest Hylton defiende esta idea de forma muy convincente en “Medellín´s Makeover” en el número 44 de la New
Left Review, 2007, y de nuevo en el libro de Mike Davis et al.- eds., Evil Paradises The New Press, 2007.

(cita 188 - pág. 252)

De hecho Medellín ha sido pionera en una forma de sociedad público-privada en


la que la motivación del sector no era, por una vez, el lucro. Si se habla con
cualquiera de los implicados en el proceso de renovación urbana desde la
década del 2000, subrayarán el papel de la comunidad de empresarios en
apoyar el movimiento cívico cuyo propósito era devolverle una pizca de cordura
a la ciudad. Más allá de los millones proporcionados por la EPM, otras empresas
mucho más pequeñas estaban haciendo contribuciones para mejorar la
naturaleza pública de las nuevas instalaciones.
(cita 189 - pág. 253)
El ejército tuvo que retroceder y costó varios asaltos más tener el control del
barrio a lo largo del año siguiente. Afortunadamente, la Comuna 13 ya no es
una zona de guerra. Esta nueva y sofisticada escalera mecánica, con su
baldaquín decorativo, no llamaría la atención en un centro comercial. Medellín –
y Latinoamérica en general – tienen una asombrosa capacidad para dislocar
tipologías. Primero trasplantan los teleféricos de las estaciones de esquí a las
barriadas tropicales, y ahora la escalera mecánica se saca de su lugar natural
en aeropuertos y grandes almacenes y se coloca en un cerro urbano.
Todo esto no quiere decir que la Comuna 13 sea ahora Beverly Hillls (hay
guardias de seguridad en la mayoría de los rellanos, lo que indica que sigue
existiendo un riesgo claro), pero yo antes ni me habría planteado venir aquí
solo.
(cita 190 - pág. 256)

De hecho, algo por lo que Fajardo no hizo casi nada fue por las viviendas
sociales. Uno de los efectos futuros de esa omisión puede que sea que los
vecinos de las comunas recién comunicadas y renovadas empiecen a verse
desplazados. Entre el cuarenta y el sesenta por ciento de quienes viven en las
comunas son inquilinos, lo que significa que sus caseros pueden echarlos a
medida que empiece a tomar cuerpo la inevitable gentrificación de los barrios.
Construir viviendas sociales en torno a las nuevas instalaciones hubiera sido
una de las formas de mantener el valor añadido en el sector público, más que
permitir que los inversores particulares se aprovecharan de la subida de
precios.
(cita 191 - pág.256)

Originario de Guatemala, Cruz es arquitecto y catedrático de cultura pública y


urbanismo en la Universidad de California, San Diego. También es el teórico
principal de la frontera Tijuana–San Diego desde el punto de vista de lo que
ocurre cuando la cultura urbana del mundo en vías de desarrollo choca con la
del mundo desarrollado. Para él, que es tanto analista como provocador, en
esta zona fronteriza bullen las potencialidades, y la está utilizando para intentar
redefinir el papel del arquitecto en la creación de las ciudades.
(cita 192 - pág. 260)

En uno de esos informes especulativos llenos de malos presagios acerca de


nuestro futuro urbano, el ONU – Hábitat, se dice que en este siglo las
metrópolis empezarán a unirse como gotas de mercurio, cruzando fronteras
internacionales para formar megarregiones urbanas. Y aunque esto sería sobre
todo cierto en el mundo en vías de desarrollo, por ejemplo en las ciudades de
África occidental, Tijuan–San Diego presenta una perspectiva intrigante, porque
la frontera no es solo nacional sino que forma parte de una línea imaginaria que
divide el norte y el sur globales, el mundo desarrollado y el mundo en vías de
desarrollo.
(cita 193 - pág. 261)

En México, a diferencia de otros países latinoamericanos, los ocupantes ilegales


siguen teniendo derechos sobre la tierra. Las reformas agrarias de la revolución
mexicana crearon parcelas comunales de tierra llamadas ejidos, sobre los que
la gente podía asentarse. Pero durante la neoliberalización de la década de
1990, el gobierno dio permiso a los ciudadanos para que vendieran la tierra, y
hubo promotores que la compraron por una mísera cantidad cuando valía
millones. “Recuerdo un artículo trágico en un periódico mexicano sobre cómo la
gente estaba vendiendo tierra por lo que costaba comprar un camión y montar
una gran fiesta, y luego terminaban de mano de obra barata en centros de ocio
construidos sobre la tierra de la que antes eran los propietarios – cuenta Cruz -.
La cuestión es que hemos pasado de la hipercolectivización a la
hiperprivatización, sin pasar por ningún estadio intermedio”.
(cita 194 - pág. 266)

Esta idea de iniciar el cambio urbano a nivel molecular, a través del tracto
digestivo de los ciudadanos es (aunque suene a locura) extremadamente
sugerente, por no decir lógico. El asunto de la salud de la gente casi nunca está
en el punto de mira de los arquitectos, o al menos no desde que se superó la
obsesión del movimiento moderno por la higiene. Y sin embargo, tiene todo el
sentido que no deba esperarse que una comunidad vele por sus propios
intereses, ni económicos, ni sociales, ni urbanísticos, si está acosada por
enfermedades y problemas de malnutrición.
(cita 195 - pág. 274)

Este es realmente el aspecto crucial del proyecto de Cruz. Es también la razón


por la que creo que es uno de los arquitectos más hábiles que en activo hoy en
día. Reconoce que el cambio social y la creación de una ciudad más equitativa
no reside en la construcción de buenos edificios, sino que más bien son
cuestión de imaginación cívica. Y eso es algo que se ha visto gravemente
erosionado por las políticas económicas neoliberales de las últimas décadas.
(cita 196 - pág. 280)

Mientras que los arquitectos se concentraban en edificios espectaculares que


podían exportar a China o Dubái, las verdaderas ganancias estaban en un plano
distinto, al nivel de las infraestructuras, las redes y la política. Diseñar un buen
edificio se convierte en un ejercicio bastante académico cuando el sistema al
completo que permite que ese edificio se materialice está orientado a aumentar
la desigualdad social. También hay que diseñar nuevos marcos sociales y
políticos.
(cita 197 - pág. 281)

Después de todo, el fiasco de las hipotecas basura fue producto de la fijación


que tiene Estados Unidos con la propiedad privada, y la lógica, como lo expresó
una vez Cruz, “de que la democracia se basa en el derecho todopoderoso a que
te dejen en paz detrás de una verja”. En cambio, la ciudad podría ser más
comunal, más productiva. Y está extrayendo ideas de las dinámicas mucho más
complejas de las economías informales, donde no hay espacio que se eche a
perder, donde cada pulgada pertenece a una densa red de intercambios
sociales y económicos. Ese es el modelo que está utilizando para intentar
cambiar la política en San Diego. Las regulaciones tienen que ser más flexibles,
más ambiguas, más fácilmente adaptables a las necesidades de la gente. No se
trata de una actitud laissez-faire, al estilo de Turner, sino un intento de que el
modelo de arriba abajo facilite el del abajo arriba.
(cita 198 - pág. 282)

TÍTULO:
VIVIENDA : TODO EL PODER PARA LOS USUARIOS

AUTOR:
TURNER JOHN

3. EL VALOR DE LA VIVIENDA
En orden a operar económicamente las grandes organizaciones suministradoras
de alojamiento se ven obligadas a normalizar tanto sus procedimientos como
sus productos (viviendas); esta concepción de la actividad productiva
necesariamente entrará en conflicto con la diversidad local y personalidad de
prioridades de alojamiento que se analizan en el presente capítulo. Hemos visto
ya que cuando mayor es la organización y más compleja y centralizada la
administración mayores son también las probabilidades de desajuste entre la
prioridad de alojamiento y la vivienda obtenida.
(cita 1- pag. 69)

Algunas de las viviendas que en términos materiales más pobres resultaban,


socialmente las mejores, mientras que, al contrario algunas de las viviendas de
mas alto nivel material eran las más opresivas. Entre la del primer grupo se
encontraba la chabola (fig. 19) ocupada por un joven pintor de coches que
eventualmente trabajaba como trapero para poder mantener a su mujer y sus
hijos. La casa de la figura 20 estaba habitada por un albañil enfermo, su esposa
y su hijo estudiante. El ambiente de la chabola resultaba acogedor par la familia
del pintor de coches, mientras que el de la casa actuaba opresivamente sobre
el albañil y los suyos.
(cita 2 -2- pag. 70)

Su interés se centra ahora por los servicios en potenciar al máximo las


oportunidades y satisfacer las expectativas familiares, haciendo para ello el
mejor uso de su dinero; es decir, en ahorrar cuanto sea posible a fin de estar
en condiciones de optar a las oportunidades que posiblemente surgirán, entre
las cuales la más normal sería un empleo estable, justificación para la inversión
inmediata de un alojamiento permanente. Este último a su vez proporcionaría
ya un grado muy sustancial de seguridad ante los riesgos antes mencionados
de accidentes de accidentes, depresiones económicas o inestabilidad política. La
estrategia actual de los usuarios es, por tanto, la de minimizarlos gastos de
alojamiento; para lo cual el emplazamiento de este último ha de ser tal que
permita cubrir fácilmente a pie las distancias al trabajo y a los servicios
esenciales.
(cita 3- pag. 73)
La chabola que en sí misma proporcionaba todo lo esencial a un costo mínimo,
constituía así un soporte eficaz y un vehículo idóneo para la realización de
esperanzas de sus usuarios.
(cita 4 – pag. 74)

La casa fuente de opresión


La vivienda estatal mínima del albañil resulta abrumadoramente insatisfactoria.
Residente con anterioridad de una barriada de chabolas no lejos de su hogar
actual al borde de la ciudad, esta familia consiguió la asignación de una
vivienda estatal en el conjunto Vicente Guerrero tras el desahucio y posterior
derribo de la barrida,
(cita 5 – pag. 74)

La familia dispone ahora de una vivienda equipada con todos los servicios y
comidas básicos; sin embargo, esta “mejora” ha puesto en grave peligro las
vidas de sus miembros cuya situación humana y económica se deteriorado
gravemente. Por increíble que parezca, estos usuarios han de invertir el 55 por
100 del total de sus ingresos en el pago de la renta mensual de alquiler-compra
y de los servicios (agua y electricidad), más otros 5 por 100 , que solo abonan
quienes disfrutan de empleo, en concepto de transporte hasta el trabajo, de
donde resulta que el albañil dedica al menos el 60 por 100 de los ingresos
familiares solamente al alojamiento. Antes, estos usuarios gastaban en vivienda
y transporte el 5 por 100 de unos ingresos muy superiores, podían comer bien
y ahorrar y ahorrar todos los meses. Hora, o mejor dicho en 1973 cuando se
realizaron las entrevistas, es difícil imaginar cómo podrán sobrevivir ei han de
hacer a sus nuevos gastos de alojamiento; según nuestros cálculos y si la
estimación del coste de vida es aproximadamente correcta, se ven obligados a
reducir sus gastos de alimentación casi en un 60 por 100.
(cita 6 - - 74.75)

Pese a la ansiedad creada por el excesivo gasto (a veces también en artículos


para la casa que los inquilinos consideran necesarios por alguna razón) y los
riesgos de desahucio por falta e pago, los recién estrenados usuarios suelen
aferrarse con todas sus fuerzas a la nueva situación; un estudio sin publicar de
sobre las actitudes de los chabolistas de Río de Janeiro reasentados en casas
confirma lo que ya el sentido común permite conocer: a la gente le gusta el
confort.
(cita 7 – pag.75)

El mismo estudio constata que también allí el precio pagado por este tipo de
alojamiento que se produce en condiciones críticas es, a menudo,
desproporcionadamente alto y motivo de graves perjuicios por el estado de
confusión originado entre los presuntos beneficiados, la destrucción de sus
economías y la reducción sustancial, con ello, de su seguridad social y
económica: daños todos incomparablemente más graves que los que se
hubieran seguido de la permanencia en el rededor material más pobre de la
chabola.
(cita 8 – pag.75)

… invocar cambios radicales en la política estatal de alojamiento y urbanismo.


Cambios en los programas convencionales de creación de viviendas, actúan
como instrumentos de opresión y contribuyen a ensanchar el abismo entre
pobres y ricos
(cita 9 – pag76.77)

Con el hijo no se puede contar a la hora de la vejez, lo más probable es que se


emancipe pronto, lo más probable es que se emancipe pronoto. La seguridad,
es pues, la prioridad principal de estos usuarios optimizan su presupuesto
minimizando sus gastos de vivienda, en su situación actual se ven forzados a
maximizar esos gastos. Su presupuesto ya no lo determinan las prioridades
familiares sino condiciones externas que imponen un comportamiento
económico contrario a los intereses del grupo
(cita 9 – pag. 76)

En su situación actual los usuarios han perdido casi todas las ventajas
inherentes a la anterior de chabolistas para a cambio adquirir otras de
importancia muy secundaria. Han perdido el acceso a una importante fuente de
ingresos y, posteriormente se demostraría, no serán capaces de mantener el
nivel de gastos de su nuevo alojamiento. El efecto es doble: no solo su tenencia
es ahora insegura, pues la falta de pago supone (teóricamente) el desahucio
sino que, además, ya no pueden ahorrar para su vejez. Por si esto fuera poco,
han sacrificado sus necesidades alimentarias y de vestido a cambio de los
supuestos beneficios de un alojamiento de nivel material superior. Con la
ansiedad y el hambre que experimentaban una vez agotados los ahorros
acumulados en la chabola, la cuestión de si se encontraba más a gusto en su
nuevo o en su anterior alojamiento se responde por sí misma.
(cita 10 - - pag 76. 77)

Si como muestran los casos presentados, a la utilidad del alojamiento para sus
beneficiarios principales, lo usuarios, varía con independencia del nivel material
de los bienes y servicios que proporciona, podemos concluir que la adopción de
patrones convencionales para la medida de valor de la vivienda conducirá a
resultados enormemente desorientadores. Mientras se continúe asumiendo
equivocadamente que toda vivienda con material superior es, por la sola virtud,
de este nivel, mejor, los problemas de vivienda seguirán planteándose
erróneamente en términos de número de unidades de alojamiento cuyo nivel
material es inferior al medio…
(cita 11 – pag.77)

Como demuestran los dos casos anteriores la actuación de la vivienda es decir


lo que esta hace por los usuarios, no queda reflejada en la descripción de su
nivel, es decir, en lo que en términos materiales la vivienda es: En los lenguajes
comerciales y burocráticos existe un clara incapacidad lingüística para separar
el valor social del valor de cambio.
(cita 12 – pag. 78)

El hecho mismo de que la terminología oficial de la construcción y el


planeamiento generalmente confunda los significados de “vivienda” y “valor de
la vivienda” constituye un inquietante signo de decadencia del lenguaje y los
valores en el mundo actual. La mayoría de los organismos nacionales e
internacionales que se ocupan de la vivienda y el planeamiento, al aplicar
medidas cuantitativas a realidades que no son cuantificables o lo son solo
parcialmente están planteando equivocadamente los problemas de la vivienda.
Únicamente en un mundo utópico de recursos ilimitados y justicia perfecta, en
el que cada persona pudiera conseguir el pastel que desea comer, sería posible
la coincidencia de los valores materiales y humanos.
(cita 13 – pag.78)}

Pese a todo la gran mayoría de los funcionarios y profesionales continúan


preconizando la destrucción de los hogares de la gente con la única intención
de resolver los “problemas de vivienda” de los afectados mediante alternativas
de alojamiento que ni los usuarios ni la sociedad misma pueden pagar, lo cual
en un mundo de justicia y recursos escandalosamente mal distribuidos,
adquiere, sin pretenderlo, el significado de una enorme burla. Tales absurdos
serán inevitables mientras quienes los perpetúan continúen confundiendo
valores y carezcan del sentido común suficiente para considerar la totalidad del
proceso implicado en el alojamiento
(cita 14 – pag. 78)

Con la evidencia proporcionada por los casos que presentamos en este libro se
pretende demostrar la posibilidad de replantear los problemas de la vivienda a
la luz de los valores humanos que necesariamente intervienen en los procesos
de aquella. Valores y procesos estos que, asumidos conjuntamente,
proporcionan interpretaciones enteramente lógicas de la vivienda al tiempo que
muestran el camino de ulteriores actuaciones, factibles y positivas.
(cita 15 – pag. 79)

Los verdaderos problemas son el sufrimiento humano y la polución, asociados


al alojamiento, a su provisión y administración. Los métodos cuantitativos no
pueden describir las relaciones mutuas entre las personas, los objetos y la
naturaleza, relación en la que, precisamente, se fundamentan la experiencia y
los valores humanos.
(cita 16 – pag.79)

La famosa frase de Lord Kelvin sólo tiene sentido al revés: nada de valor real es
mensurable.”
(cita 17 – pág. 79)

Las preguntas sobre los efectos de la vivienda en las vidas de las personas sólo
se pueden formular mediante palabras que describan procesos y relaciones. La
palabra “vivienda”, por tanto, debería más en su acepción de “proceso” que
como unidad de habitación. Los verdaderos valores son aquellos basados en las
relaciones entre los elementos que intervienen en la vivienda: los actores, sus
actividades y sus logros.
(cita 18 – pag.79)

Los problemas de la vivienda solamente surgen cuando sus procesos, esto es,
sus bienes y servicios y sus métodos y medios empleados para suministrarlos,
ya no satisfacen las esperanzas de los usuarios e impiden la realización de sus
vidas. Como muestran los casos presentados puede ocurrir que esto no tenga
nada que ver con el nivel material relativo a los alojamientos. Los problemas de
la vivienda no se pueden ignorar, como tampoco solucionar de la noche a la
mañana, sin embargo, creemos que un primer paso en su tratamiento será
precisamente dotarlos de un contenido útil y constructivo planeándolos de
nuevo, ahora planteándolos en términos que manifiesten las cargas y barreras
originadas por los procedimientos, bienes y servicios del alojamiento; o en
términos que expliquen el despilfarro que supone la no utilización de los
recursos locales y personales o el uso equivocado de los demás recursos.
(cita 19 – pág. 81)

Como ya hemos señalado anteriormente y como, sin duda, experimentará


cualquier persona que haya de tomar una decisión personal sobre la vivienda,
los aspectos en los que tal adecuación reviste importancia vital son los
emplazamientos, acceso a las personas y lugares, tenencia, transferibilidad,
intimidad y confort. Este último es el único cuantificable de entre todos los
factores relacionados y aún así los resultados de la medicación pueden ser
enormemente desorientadores,…
(cita 20 – pág. 81)

La imposibilidad de cuantificar los valores de uso preocupa a quienes piensan


que las grandes organizaciones son las únicas capaces de suministrar vivienda
satisfactoria a los usuarios. Entre lo que esto creen, el capitalista convencional
constituye la excepción, para él no existe tal preocupación pues su sistema de
valores solamente admite la existencia de los de cambio en la esfera de la
producción comercial, la distribución y el consumo; si lo que es bueno para la
General Motors es bueno para el país, también lo será para el ciudadano. En el
caso del socialista convencional, al contrario, el conflicto entre los valores de
uso y de cambio ha constituido siempre una fuente de inquietud; y cuanto más
se abraza la fe en las grandes organizaciones y en las tecnologías
centralizadoras, mayor se hace el conflicto. Sin embargo, quienes no creen en
las capacidades de las grandes organizaciones para suministrar bienes y
servicios personales (los que no comparten actitudes capitalistas ni autoritarias)
no encuentran ni conflicto ni paradoja. Las cantidades materiales y los valores
de cambio pueden ser útiles e incluso esenciales, pero sólo como indicadores
del valor de uso o de las posibles situaciones de armonía o tensión entre el
suministro y la demanda.
(cita 21- pág. 82)
Como hipótesis de trabajo tras los estudios realizados en Perú durante los años
sesenta y posteriormente en México, con Tomasz Sudra, hemos establecido la
posibilidad de expresar mediante relaciones y proporciones de factores
cuantificables los problemas que experimentan los usuarios de la vivienda
actual suministrada centralmente: destrucción de las economías familiares,
inadaptación social y geográfica, inseguridad en la tenencia o falta de
movilidad, ausencia de confort y pérdida de la intimidad.
(cita 22 – pág. 83)

La accesibilidad, tenencia y nivel de confort suministrados por la chabola se


ajustan perfectamente a las prioridades del pintor de coche... El acceso a las
fuentes de sustento y a las personas y servicios de los que depende su vida
doméstica es excelente, la tenencia insegura es la más adecuada a su status
temporal y el nivel físico relativamente bajo se corresponde con una prioridad
relativamente baja a este respecto.
(cita 23 – pág. 85)

El grado de sufrimiento que, a causa de tales desequilibrios, experimentan los


usuarios depende, no obstante, de cada situación concreta y de sus
expectativas de futuro. Los ejemplos han demostrado que las prioridades de
las personas varían en la misma medida en que los hacen sus ingresos y
perspectivas. Nos atrevemos a afirmar que en las circunstancias actuales y en
la mayoría de los países ninguno de los organismos estatales responsables del
alojamiento está en condiciones de prever la inmensa variedades de situaciones
individuales, prioridades y necesidades específicas de éste. Los enormes
esfuerzos y sumas de dinero gastados en el empeño de analizar las condiciones
de la vivienda sin tener en cuenta al mismo tiempo las diversas situaciones y
prioridades de los usuarios y sin comprender claramente el proceso del
alojamiento han causado, y continuarán haciéndolo, mucho más daño que
beneficio.
(cita 24- pág. 88)

… redefinición de los problemas de vivienda en función de los desajustes entre


las situaciones socio-económicas y culturales de los usuarios y los procesos y
productos de la vivienda y en función del despilfarro, uso equivocado o no
utilización de los recursos disponibles. De la aceptación de dichas razones se
seguiría necesariamente una reorientación fundamental de la política de
vivienda. Si se decide no plantear los problemas en términos de déficit de
unidades standard, las soluciones tampoco se podrán proponer en términos de
productividad. En su lugar, los objetivos monetariamente cuantitativos habrán
de formularse en términos de compensación de los desequilibrios entre ingresos
y precios, precios y costos, y costos e ingresos. Los objetivos no monetarios de
la actuación habrán de ser reorientados hacia la eliminación del mal
emplazamiento residencial, la inseguridad en la tenencia y los trastornos psico-
somáticos originados por condiciones de alojamiento previas.
(cita 25 – pág. 88)

4. LAS ECONOMÍAS DE LA VIVIENDA


Ingenio frente a productividad
En el capítulo anterior hemos examinado la paradoja de la lucha chabola del
pintor y la vivienda mínima del albañil. Esta última pese a disponer de todos los
servicios indispensables actuaba de manera opresiva sobre los usuarios,
mientras que la chabola construida a base de desechos, por elcontrario,
satisfacía las necesidades de la familia del pintor de coches y actuaba, a pesar
de su pobre nivel material, como un alojamiento muy superior.
(cita 26 – pag. 89)

Las circunstancias de alojamiento descritas aquí tienen sus raíces en valores


falsos o mal aplicados. Como indicamos en el capítulo anterior, es corriente que
los organismos estatales construyan viviendas a costos que la mayoría de los
teóricos destinatarios pueden afrontar y que probablemente ni el mismo
gobierno es capaz de subvencionar a gran escala. Es también frecuente que los
gobiernos prohíban la construcción por los mismos usuarios del tipo de vivienda
que éstos podrían costearse y con la que se encontrarían satisfechos.
(cita 27 – pag. 91)

El mayor gasto corresponde al pago de los plazos de compra de la parcela, que


se prolongarán durante un año más. Después, los únicos gastos de la familia
los constituirán la instalación y el suministro de agua y electricidad (toma legal)
además de un pequeño impuesto sobre el suelo; resumiendo: sólo gastarán en
alojarse alrededor de 5 por 100 de sus ingresos mensuales.
(cita 28 – pg. 91)

… los vecinos en estos conjuntos estatales de viviendas son muy similares a los
vigentes en Gran Bretaña para la vivienda municipal: a los usuarios se les
prohíbe destinar el alojamiento a cualquier utilización distinta de la propia
residencia; en el curso de las entrevistas el funcionario informó de que un
vecino fue obligado a restituir la fachada de su color original tras haberla
pintado de un tono diferente. Los usuarios han de obtener permiso hasta para
decorar su propia vivienda y cualquier reforma está absolutamente vedada.
(cita 29 – pag. 93)

Ya hemos indicado en los primeros capítulos que el sistema heterónomo y


burocrático produce objetos de nivel material alto y valor dudoso a un elevado
costo, en tanto que el sistema autónomo produce objetos de nivel material
extremadamente variado y con valor de uso alto a bajo precio. Como los
sistemas administrados centralmente consumen los recursos de capital, su
productividad disminuirá a largo plazo, al mismo tiempo aumentará la
productividad de los sistemas autogobernados localmente, que generan capital
mediante la inversión de los ingresos personales.
(cita 30 – pag.97)

Los sistemas autogobernados localmente resultan diversos por naturaleza. En


ellos, promotores, constructores y propietarios son individuos diferentes que
pueden combinarse con los usuarios en una variedad sinfín de formas. Por el
contrario los sistemas administrados centralmente aglutinan a promotores, y
constructores y tienden a incluir también a los propietarios en la misma
organización, o al menos del mismo sistema colectivo. La actual aceptación
oficial del principio de la participación local en los procesos del alojamiento y el
planeamiento no puede por más de constituirse en pura retórica, pues la
intervención popular en la producción se auto evidencia contraria a los
intereses por los que se rigen las grandes organizaciones y entre éstas, en
primer término, la propia función pública que pretende admitir tal participación.
(cita 31 – pag. 98)

El hecho de que los usuarios, como el pintor de coches y el obrero industrial,


puedan sobrevivir y prosperar en estos sistemas localizados de alojamiento
refleja la existencia de una sutil interacción de los mismos con los recursos
personales disponibles. Los sistemas centralizados de alojamiento, por el
contrario, solamente son capaces de controlar recursos relativamente escasos y
no renovables razón por la que se ven empujados a consumir capital (y otros
recursos) en proporciones tan elevadas que incluso superan el valor de la
producción. Como Schumacher señala acertadamente, es preciso distinguir
sobre “bienes primarios” (fuentes de energía fotosintética y metabólica y
bienes no renovables (combustibles, fósiles), así como entre sus respectivos
productos manufacturados y servicios administrados.
(cita 32 – pag.99)
Existe la creencia generalizada –y no por ello menos errónea- de que el
principal ahorro para quien construye su propia vivienda es el que se deriva de
la aportación personal como mano de obra.
(cita 33 – pag. 100-102)

La ineficiencia de la administración burocrática se reconoce generalmente y


encuentra su formulación más acertada en la tan mencionada ley de Parkinson,
La autoadministración por el contrario, no solo resulta extremadamente eficaz,
sino que además suele suponer un ahorro muy superior al que se logra por la
aportación personal de la mano de obra.
(cita 34 - pag. 34)

Para las grandes organizaciones, las tecnologías más caras son las locales y
personales más tradicionales o, en otras palabras, a las administraciones
centrales las resulta más difícil acceder a las tecnologías de adaptación flexible,
larga duración y baja energía que a los sistemas autogobernados localmente.
La diferencia usual de costo entre la vivienda heterónoma y la autónoma,
garantizado el acceso de ambas a sus recursos preferidos, es siempre
favorable a la segunda y se sitúa generalmente entre un 100 por 100 o incluso,
a la larga la proporción superior todavía.
(cita 35 – pag. 102)

Cuanto mayor es la organización que construye y administra la vivienda, más


estrecho es el margen de adaptación, mayor el desajuste entre alojamiento y
usuario e inferior la demanda atendida: Cuanto más energía y capital se
requieren menor es la vida de los edificios y mayor su costo de utilización.
(cita 36 - pag. 102)

¿Depende de la productividad de las grandes organizaciones, más bien, tiene


que ver con el ingenio, sin importar la escala o clase de organización?. De una
respuesta afirmativa a la primera parte de la pregunta (la respuesta de la
mayoría de los legisladores, planificadores, arquitectos y, por supuesto, grandes
empresas constructoras) se desprende la necesidad de incrementar a toda
costa la eficacia de la industria de gran escala aplicada a la producción de
alojamientos. Si por el contrario, se acepta que la economía de la vivienda es
una cuestión de ingenio, es decir, del uso efectivo de los recursos de que se
dispone (prestando atención especial a las diferencias entre capital e ingresos y
a la norma de gastar menos de lo que se ingresa), la “eficacia” de las grandes
organizaciones se revela flagrantemente contraproductiva.
(cita 37 - pag 102)

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