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Somestesia:
procesamiento cerebral
de la información somatosensorial
P. Montoya
Existen al menos cuatro modalidades sensoriales que se engloban bajo el epígrafe de per-
cepción somestésica o somatosensorial: el tacto (percepción del tacto, presión y vibración), la
cinestesia o propiocepción, la percepción de la temperatura, y la nocicepción. En este tema se
Las neuronas del sistema somatosensorial son pseudounipolares y sus cuerpos celulares se en-
cuentran agrupados en los ganglios de la raíz dorsal o de los nervios craneales, como el trigémino.
Los extremos periféricos forman los receptores sensoriales, mientras que los extremos centrales
se introducen en el Snc al nivel de la médula espinal o del tronco del encéfalo, dependiendo de
si transmiten información procedente del cuerpo o de la cabeza. Estos receptores sensoriales se
encuentran en la piel, en los músculos esqueléticos y en los órganos internos. Existen diferentes
criterios para clasificar los receptores somatosensoriales.
tradicionalmente, estos receptores se han clasificado, según la modalidad sensorial que proce-
san, en mecanorreceptores, termorreceptores, nociceptores y propioceptores. además de esta
especialización en responder a diferentes tipos de estimulación física, los receptores somato-
sensoriales se caracterizan por su capacidad diferencial de adaptación ante la estimulación. Esta
adaptación se describe como una reducción en la frecuencia de potenciales de acción a pesar del
mantenimiento de la despolarización en la célula. Hay que tener en cuenta que el fenómeno de la
adaptación puede ocurrir en cualquiera de las diferentes etapas del procesamiento sensorial. así,
– Corpúsculos de Pacini: son receptores muy sensibles situados en la capa profunda de la dermis
(capa reticular), la cápsula articular y el mesenterio de la cavidad abdominal. Estos receptores
tienen la terminación nerviosa encapsulada mediante unas láminas que contienen un fluido
que se distribuye cuando se ejerce presión sobre los corpúsculos. al doblarse la punta del
terminal nervioso del corpúsculo de Pacini, se abren canales iónicos en la membrana produ -
ciéndose un potencial receptor. Estos receptores se adaptan rápidamente a la estimulación y
responden mejor a la vibración que a la presión continuada. Estos receptores se encuentran
asociados a fibras del tipo a (véase la tabla 3.2. para la clasificación de las fibras aferentes).
– Discos de Merkel: son mecanorreceptores localizados también en la capa profunda de la der-
mis, especialmente, en la piel fina sobre las palmas de las manos y de los pies en humanos.
Estos receptores se componen en realidad de dos elementos: la célula especializada de Merkel
y una terminación nerviosa sin mielina que penetra en la capa de la epidermis. Esta termina-
ción nerviosa establece una unión o sinapsis con la célula de Merkel. Este tipo de receptores
son de adaptación lenta y se encuentran asociados a fibras del tipo a.
– Corpúsculos de Meissner: son receptores de presión que se encuentran en los límites entre
la epidermis y la dermis, especialmente en la yema de los dedos y en la palma de la mano.
a) Médula espinal
y ganglio de la raíz dorsal b) Piel
Láminas de la Mecano-
medula espinal receptores Terminaciones
de bajo umbral Receptores de la
nerviosas libres
temperatura y el
dolor Corpúsculo
Raíz dorsal Terminaciones
de Pacini
Propio- de Ruffini
ceptores
Corpúsculo Folículos
Aferencia de Meissner pilosos
I II (sensorial)
III IV Discos de
V VI X Merkel
Epiermis
VII
IX VIII Eferencia
(motora)
Dermis
Raíz ventral
Plexo
de la raíz
pilosa
c) Corte histológico
Epiermis
Fibras
aferentes
Músculo
esquelético
Dermis
Fibras
eferentes
Figura 3.1. componentes del sistema somatosensorial: a) Esquema de la entrada de fibras aferentes senso-
riales en la raíz dorsal de la médula espinal, con indicación de las láminas en las que se subdivide la sustan-
cia gris; b) corte esquemático de la piel que muestra los diferentes tipos de receptores somatosensoriales;
c) corte histológico que muestra la localización de las terminaciones libres tanto en la epidermis como en la
dermis. (Modificado de Patapoutian a, Peier aM, Story gM, Viswanath V. thermotrP channels and beyond:
mechanisms of temperature sensation. nat rev neurosci 2003; 4: 529-39.)
tabla 3.2. clasificación de las fibras nerviosas según la velocidad de conducción, el diámetro y su función.
– Receptores de los husos musculares: son órganos receptores fusiformes y encapsulados que
se encuentran dentro de los músculos estriados. Estos receptores se activan ante el estira-
miento del músculo. cada huso muscular se encuentra rodeado por grupos de 6-15 fibras
intrafusales y se asocia a fibras aferentes de los tipos Ia y II. Los husos musculares participan
en el control muscular recibiendo las señales eferentes procedentes de las fibras eferentes
gamma y la energía mecánica de la contracción muscular. Los órganos terminales de los husos
musculares envían esa información hasta la médula espinal y hasta el cerebelo informando de
la magnitud de la contracción muscular. a diferencia de lo que ocurre en las sinapsis nervio-
sas, las sinapsis de los husos musculares suman las señales eléctricas y las señales mecánicas
provocadas por la contracción muscular.
– Órganos tendinosos de Golgi: se encuentran próximos a las uniones musculotendinosas y se
encargan de medir la tensión desarrollada por el músculo. Estos órganos receptores se hallan
envueltos de una cápsula de fibroblastos rellenos por haces de colágeno, que se extienden
hasta el tendón. Las fibras aferentes mielinizadas (Ib) introducen sus terminaciones no mielini-
zadas en estas cápsulas de colágeno. El estrechamiento de esta cápsula cuando se incrementa
la tensión en el tendón provoca la activación de las terminaciones nerviosas de dichas fibras
aferentes. así, mientras los husos musculares detectan cambios en la longitud del músculo,
los órganos tendinosos de golgi detectan cambios en la unión entre el músculo y el tendón.
– además, se han descrito mecanorreceptores capaces de detectar la posición y el movimiento
en las articulaciones y ligamentos. asimismo, los receptores cutáneos pueden proporcionar
información sobre el tono muscular y el movimiento de las extremidades, contribuyendo a
procesar la información sobre la posición del cuerpo.
Piel DRG
Trpv1 Médula
Calor
> 42 ºC espinal
Trpv2 Médula
Calor
> 52 ºC espinal
¿Trpv3?
¿Trpv3? Médula
Calor
> 33 ºC espinal
¿Trpv4? ¿Trpv4
Trpm8
Médula
Frío espinal
< 25 ºC
Frío
Trpv1
< 17 ºC Médula
Calor espinal
< 42 ºC Anktm1
Figura 3.2. Sensibilidad térmica de diversos canales iónicos que se han identificado en los termorreceptores.
(Modificado de Patapoutian a, Peier aM, Story gM, Viswanath V. thermotrP channels and beyond: mecha-
nisms of temperature sensation. nat rev neurosci 2003; 4: 529-39.)
– En la piel se han encontrado mecanonociceptores de umbral alto con campos receptores com-
plejos y localizados en la piel glabra y en la piel lisa. Se trata de nociceptores polimodales que
responden, fundamentalmente, ante estímulos mecánicos nocivos (presión intensa, aplasta-
miento) y se encuentran inervados por fibras a. Junto a ellos, se ha descrito un segundo tipo
de nociceptores polimodales de fibras a que se localizan sólo en la piel glabra y se activan
mediante estímulos mecánicos menos intensos, estímulos térmicos sobre los 43 ºc y sustan-
cias químicas. Finalmente, se han descrito nociceptores polimodales de fibras c con campos
receptores de pequeña extensión, que se activan ante estímulos mecánicos de moderada a
elevada intensidad, calor, frío y sustancias químicas.
Los axones de las neuronas que llevan información somatosensorial desde el cuerpo (no incluida
la cabeza) forman nervios que se unen a las fibras sensoriales y motoras de los músculos,
constituyendo nervios mixtos. Las aferencias y eferencias vuelven a separarse cerca de la médula
espinal. Los cuerpos celulares de las aferencias forman los ganglios de las raíces dorsales y los
axones pasan a través de la raíz dorsal de la médula espinal. En cualquier caso, hay que tener
en cuenta que esta separación funcional entre raíz dorsal (aferencias) y ventral (eferencias) no
se cumple estrictamente para todas las fibras que entran o salen de la médula espinal. así, por
ejemplo, parece que en algunos animales existe hasta un 30% de fibras sensoriales que parten
de las raíces ventrales de la médula espinal.
Las fibras aferentes procedentes de la región de la cara forman el nervio trigémino, uno de los
nervios craneales más grande. Los cuerpos celulares de estas fibras se localizan en los llamados
ganglios del trigémino o ganglios semilunares, situados en la caverna trigeminal (caverna de
Meckle) sobre el piso de la fosa craneal media. Se distinguen tres ramas sensoriales importantes
del trigémino: la rama oftálmica recoge información sensorial desde la conjuntiva, la córnea,
la órbita, la frente, el etmoides y los senos frontales; la rama maxilar transmite información
procedente de los maxilares, la cavidad nasal, el paladar, la nasofaringe y las meninges de la fosa
craneal anterior y media; y la rama mandibular recibe información de la región bucal, incluyendo
la mucosa oral y las encías.
como se ha descrito en el apartado anterior, existen diferentes tipos de fibras que transmiten la
información somatosensorial. La tabla II resume las características más relevantes de estas fibras.
básicamente, las diferencias entre estas vías se encuentran en la velocidad de conducción de los
impulsos nerviosos, mediada por el grado de mielinización que posean dichas fibras.
Médula espinal. Las raíces dorsales de la medula espinal se dividen frecuentemente en dos
partes: una división lateral que recibe fibras no mielinizadas y una división medial que recibe,
fundamentalmente, fibras mielinizadas. tanto las fibras mielinizadas como las no mielinizadas
se ramifican y tienen terminales cerca de la zona de entrada en la raíz dorsal. después de entrar
Especificidad (lámina I)
Fibras
A aferentes
A
C
II
III
IV
VI
Integración (lámina V)
Figura 3.3. conexiones de diferentes tipos de fibras aferentes sensoriales en la médula espinal. (Modificado
de craig ad. Pain mechanisms: labeled lines versus convergence in central processing. annu rev neurosci
2003; 26: 1-30.)
La mayoría de los axones de las neuronas del sistema espinotalámico decusan a través de la
comisura anterior hacia las zonas ventrales de la médula espinal, antes de ascender hacia el
tronco del encéfalo y el tálamo. En el bulbo raquídeo, el sistema anterolateral asciende a lo lar-
go del margen ventrolateral y se une a fibras aferentes del lemnisco medial que han decusado
en el tallo cerebral.
Las otras vías del sistema anterolateral ascienden hacia el encéfalo, realizando sinapsis en regio-
nes del tronco encefálico, del mesencéfalo y del hipotálamo. El tracto espinorreticular termina en
la formación reticular de la protuberancia, mientras que el tracto espinomesencefálico proyecta,
(Extraído del Sistema de Información sobre Enfermedades raras en Español, Instituto de Salud car-
los III, España. urL: http://iier.isciii.es/er/pdf/er_libro.pdf)
tronco del encéfalo. La decusación de las aferencias sensoriales del sistema de columnas
dorsales se produce en el bulbo raquídeo, rostralmente a la decusación piramidal. Los axones
del fascículo cuneatus (extremidades superiores) sinaptan en el núcleo cuneatus o cuneiforme
Las tres ramas del trigémino (oftálmica, maxilar y mandibular) se unen en el ganglio trigeminal, desde
donde envían proyecciones centrales que entran en la protuberancia por su porción mediolateral.
como ocurre en la medula espinal, muchas de las fibras sensoriales se dividen inmediatamente
después de entrar en la protuberancia. algunos colaterales de las fibras ascienden hacia el núcleo
sensitivo del trigémino, mientras que otros colaterales descienden hacia el núcleo del tracto
espinal del trigémino. Estas neuronas sensitivas de primer orden hacen sinapsis con las neuronas
de segundo orden (cuyos cuerpos celulares forman el núcleo sensitivo del trigémino) y con la
formación reticular adyacente en el tallo cerebral. La mayoría de las fibras procedentes del núcleo
sensitivo del trigémino decusan en el tallo encefálico y se unen al lemnisco medio, pero otras
pocas no decusan y se unen a la parte ipsilateral del lemnisco medio.
3.2.3. tálamo
El tálamo ejerce como centro de control de dos direcciones. Por un lado, recibe la información
sensorial desde el cuerpo y, por otro, distribuye la información desde la corteza hacia el resto
del cuerpo. Las fibras ascendentes de los diferentes tractos somatosensoriales (lemnisco medio,
trigémino y tracto espinotalámico) proyectan directamente sobre la región ventral del tálamo,
contralateral al lugar de procedencia de dichas fibras.
Las fibras procedentes del núcleo sensitivo del trigémino y de la parte rostral del núcleo del tracto
espinal del trigémino proyectan sobre el núcleo posteroventral medial, mientras que la mayoría
de las fibras procedentes de la parte caudal de los núcleos del tracto espinal del trigémino
terminan en los núcleos intralaminares del tálamo. Las fibras procedentes de los núcleos de la
columna dorsal y la mayoría de las fibras del tracto espinotalámico proyectan sobre el núcleo
posteroventral lateral del tálamo.
Corteza somatosensorial primaria. Las neuronas de tercer orden procedentes de los núcleos
talámicos alcanzan la corteza somatosensorial a través de la cápsula interna. La corteza somato -
sensorial se localiza sobre el giro o circunvolución poscentral del lóbulo parietal, inmediatamente
– Las neuronas de regiones locales de la corteza reciben proyecciones del mismo lugar periférico
(organización somatotópica u homúnculo sensorial). Estas neuronas se organizan en colum -
nas a lo largo de las seis capas de la corteza cerebral. Los axones del núcleo posteroventral
sinaptan en los cuerpos celulares de las neuronas situados en las capas 3 y 4.
– La corteza somatosensorial primaria (SI) consta de cuatro divisiones, correspondientes con las
áreas de brodmann 3a, 3b, 1 y 2. Los campos receptores de las neuronas somatosensoriales
forman en cada una de estas áreas un mapa ordenado y jerárquico del cuerpo. Las áreas 3b,
1 y 2 se encuentran estrechamente conectadas entre sí y recogen proyecciones de los me-
canorreceptores de la piel, por lo que intervienen principalmente en el procesamiento de la
información táctil. El área 3a y parte del área 2 reciben información de receptores profundos
y musculares y participan en la percepción de los miembros y la discriminación de objetos
agarrados con la mano.
al igual que ocurre con el sistema visual y el sistema auditivo, el sistema somatosensorial se
encuentra organizado topográficamente a diversos niveles. Esta organización se pone de
manifiesto, en primer lugar, en la inervación de áreas particulares de la piel por parte de nervios
cutáneos diferentes. La lesión de un nervio espinal provoca una pérdida de sensación o anestesia
en la zona central del campo receptor correspondiente a ese nervio dañado. Esa zona central se
denomina zona autónoma. Las partes periféricas de esos campos receptores no suelen mostrar
anestesia ante la lesión o corte del nervio porque se producen solapamientos entre los campos
receptores de los diferentes nervios adyacentes.
Dermatomas
C2
C3
C2
C4
C3 C5
C5 C4 C6
T1 T2 C8 C7
T1
T3 T2
T4 T4 T3
T5
T6 T5 T6
T7 T7
T8 C6 T8
T9
T9 T11 T10
T10
T12
T11 L1
L3 L2
L1 T12
C8 S1 L4
L2 S2 C8
L5 S2
S3
L3
L4 C7 S3 L1
S4
L5 L5
S5
L2
L3
S1
S2
S1 S1 L4
L5
Anterior L4 Posterior
Figura 3.4. distribución esquemática de los dermatomas. Los colores distinguen las diferentes secciones de
la médula espinal.
Esta organización somatotópica continúa en los niveles superiores del sistema somatosensorial.
En los núcleos de las columnas dorsales se mantiene la organización de los fascículos ascendentes
con los segmentos caudales representados en posiciones mediales y los segmentos rostrales en
posiciones laterales. En el lemnisco medial, las fibras procedentes del núcleo gracilis toman una
posición ventral, mientras que las del núcleo cuneatus ocupan una posición más dorsal. Las
fibras del tracto espinotalámico que se unen al lemnisco medial después de su decusación se
organizan de forma inversa, con una representación más dorsal de las extremidades inferiores y
una representación más ventral de las extremidades superiores.
Corteza Corteza
motora sensorial
Meñique
d
e
D MediAnular
e
ronco
Mano roncoT Muñeca
s
o M
u
ñe
a
c Cadera Rodilla s
o Hombro Cadera
Brazo
calloso
blanca
Labios Materia Labio
blanca inferior
n
ó
ic Dientes,
Ventrículo Ventrículo
a
z (cavidad) encías, mandíbula (cavidad)
Voc
il
a Lengua Lengua
Faringe
Deglución
Meñique
Anular
Dedos
Medio
de la mano
Índice
Pulgar
Palma
Antebrazo
Frente
Mejilla
Nariz
Labio superior
Extremidad superior
Hombro
Mama
Esplada
Vientre
Muslo
Pantorrilla
Planta pie
Dedo pie
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50
Umbral de discriminación de dos puntos (mm)
Figura 3.6. distribución de la sensibilidad táctil a lo largo del cuerpo registrada mediante el umbral de dis-
criminación de dos puntos. El eje de abscisas indica la apertura mínima necesaria para percibir dos puntos
en cada una de las regiones corporales. (Modificado de Purves dg, Fitzpatrick a, Klajn d. neurociencia.
Madrid: Médica Panamericana; 2006.)
otra característica física de estímulo que codifican los mecanorreceptores, especialmente los
especializados en la detección de la vibración, es su frecuencia. así, por ejemplo, las fibras aferentes
asociadas a los corpúsculos de Pacini muestran una relación estrecha entre la frecuencia de
disparo y la frecuencia con la que oscilan los estímulos vibrotáctiles hasta los 600 Hz, pero también
se ha observado que aunque buena parte del resto de mecanorreceptores no se encuentran
especializados en la codificación de la vibración, pueden responder ante estímulos vibratorios
a frecuencias de 500-600 Hz. Por otro lado, la estimulación a frecuencias muy bajas (5-50 Hz)
provoca un tipo particular de sensación vibratoria que se conoce como flutter y es codificada,
preferentemente, por mecanorreceptores de adaptación rápida. algunos experimentos utilizando
estas frecuencias bajas en tareas de discriminación vibrotáctil han proporcionado interesantes
resultados sobre cómo se produce el procesamiento de la información en el Snc y, en particular,
en la corteza somatosensorial primaria. En esta tarea de discriminación, se presentan dos estímulos
vibratorios (rango entre 5 y 50 Hz) separados temporalmente y se entrena a los animales para
que decidan si el segundo estímulo es mayor, menor o similar al primero. Los resultados de
estos trabajos sugieren que la actividad de las neuronas de la corteza somatosensorial (primaria
y secundaria) se modula por la frecuencia de los estímulos aplicados y, por tanto, podrían estar
implicadas en un mecanismo central encargado de la extracción de esas características físicas
de los estímulos vibrotáctiles. La investigación sobre el procesamiento de la información táctil se
halla en la actualidad en pleno desarrollo.
50
45
Temperatura estimada (ºC)
40
35
30
25
20
15
10
5
24 26 28 30 32 34 36 38 40 42
Temperatura real (ºC)
Figura 3.7. resultados de un estudio en el que se pide a los sujetos que estimen la temperatura del estímulo
que se aplica. La línea recta (y el eje de abscisas) indica la temperatura real aplicada y el eje de ordenadas
muestra la temperatura estimada por el sujeto. Se puede observar una gran diferencia, particularmente para
temperaturas inferiores a 36 ºc. (Modificado de Zotterman y, ed. Sensory functions of the skin in primates,
with special reference to man. oxford: Pergamon Press; 1976.)
otro aspecto relevante a tener en cuenta al examinar los aspectos psicofísicos y neurofisiológicos
de la percepción térmica es el papel que desempeña la temperatura basal. un ejemplo
sencillo ilustra este fenómeno: si después de introducir una mano en agua fría y otra en agua
caliente durante un cierto tiempo, colocamos ambas en un recipiente con agua templada,
experimentamos sensaciones térmicas diferentes en las manos. La figura 3.8. muestra la
dependencia que ejerce la temperatura basal sobre el umbral para la estimulación con frío
y calor. Puede observarse que si la temperatura de la piel es de 38 ºc, el aumento de 0,1 ºc
provoca una percepción de calor, pero se necesita una reducción de 0,6-0,7 ºc para experimentar
un enfriamiento de la temperatura.
Las fibras aferentes que inervan receptores térmicos especializados en el calor presentan un
patrón de adaptación lenta y aumentan progresivamente su tasa de disparo con el incremento de
la temperatura. Por otro lado, las fibras aferentes que inervan receptores térmicos especializados
en el frío presentan un patrón de disparo similar, con un aumento progresivo acompañando a la
reducción de la temperatura. no obstante, para la mayoría de las fibras, esta relación lineal entre
actividad neural y temperatura desaparece cuando los estímulos se encuentran por encima de
Cambio en la temperatura (ºC)
1,2
0,8 Umbral
para el calor
0,4
0
-0,4
-0,8 Umbral
para el frío
-1,2
26 28 30 32 34 36 38 40
Temperatura basal (ºC)
Figura 3.8. cambios en los umbrales de dolor en función de la aclimatación del cuerpo. (Modificado de
Zotterman y, ed. Sensory functions of the skin in primates, with special reference to man. oxford: Pergamon
Press; 1976.)
La propiocepción fue definida por Sherrington como la percepción del propio cuerpo. En la
actualidad, se distingue que la percepción del propio cuerpo comprende el sentido cinestésico
(sentido de la posición y del movimiento), la sensación de la tensión, la sensación del equilibrio y la
sensación del esfuerzo o la pesadez del cuerpo. asimismo, se considera que los husos musculares
son los receptores de la sensación de posición y movimiento, los órganos tendinosos de golgi
proporcionan el sentido de la tensión, el sistema vestibular permite el sentido del equilibrio, y el
sentido del esfuerzo es generado por el propio Snc. Sin duda, la información proporcionada por
los propioceptores contribuye no sólo a generar información sobre el propio esquema corporal,
sino, de forma notable, otros procesos como, por ejemplo, la identificación de objetos mediante
el tacto. En cuanto a la interocepción, resulta paradójico que a pesar del buen conocimiento que
se tiene del sistema nervioso autónomo desde el siglo xix, la investigación sobre los mecanismos
centrales que controlan y generan la percepción interoceptiva o visceral haya permanecido
desatendida hasta hace pocas décadas. a continuación se revisan brevemente los conocimientos
más importantes sobre la propiocepción y la interocepción.
El sentido cinestésico se encuentra influido por la información aferente que envían los husos
musculares y los receptores de las articulaciones al Snc. En particular, las señales procedentes de los
husos musculares se relacionan con el patrón de actividad de las motoneuronas y . una muestra
de esta modulación se observa al estimular mecánicamente un músculo mediante una vibración
entre 100-200 Hz. a consecuencia de esta manipulación se genera una ilusión somatosensorial
consistente en la percepción subjetiva de una prolongación del músculo estimulado. La vibración de
los músculos del cuello conduce a ilusiones de rotación y desplazamiento de la cabeza. Ilusiones
de movimiento de balanceo hacia atrás pueden producirse también mediante la estimulación de
los tendones de aquiles. En el caso de que se encuentren presentes claves visuales o auditivas, el
cuerpo se reorienta para mantener la fijación.
otros síntomas que pueden aparecer o no tras una amputación incluyen diversas alteraciones
perceptivas como una reducción o alargamiento del tamaño, cambios en la posición o movimiento
del miembro fantasma, así como sensaciones de hormigueo, picazón o calambres en determinadas
regiones del miembro fantasma. En general, todas estas alteraciones perceptivas, incluido el
dolor, suelen afectar con mayor frecuencia a las partes distales que a las partes proximales de las
La investigación animal ha puesto de relieve que las lesiones en los nervios periféricos producen un
aumento considerable en la excitabilidad de los nociceptores que conducen a cambios duraderos
en las conexiones sinápticas y las respuestas electrofisiológicas de las neuronas en la raíz dorsal
(sensibilización central), así como una reducción significativa en la efectividad de las interneuronas
inhibitorias de la médula espinal. asimismo, se ha constatado que la lesión o deaferentación de
los nervios periféricos induce un funcionamiento anómalo de las vías opiáceas descendentes.
La lesión de las raíces dorsales desencadena también una importante degeneración de otros
axones que proyectan en otras estructuras del Snc. La amputación o deaferentación en monos,
gatos y ratas ha puesto de manifiesto una expansión significativa de los campos receptores
adyacentes a las regiones dañadas. Finalmente, se han observado cambios en la organización
somatotópica en otras regiones cerebrales como el tronco del encéfalo, el tálamo y la corteza.
Varias investigaciones con técnicas de neuroimagen han examinado la organización somatotópica
de la corteza sensorial y motora en pacientes amputados con percepción del miembro fantasma
y han encontrado una significativa ‘reorganización’ de la representación de las regiones faciales
en dirección a las regiones corporales amputadas. diversas investigaciones han mostrado que la
extensión de esta reorganización se relaciona directamente con la magnitud de la percepción de
dolor en el miembro fantasma.
3.4.3. Interocepción
Entrelosreceptoresquecaptaninformacióndelosórganosinternosseincluyenmecanorreceptores,
quimiorreceptores, osmorreceptores, termorreceptores y terminaciones nerviosas libres. En
general, se admite que las fibras simpáticas aferentes transmiten fundamentalmente información
visceral nociceptiva, aunque las fibras parasimpáticas aferentes son más abundantes que las
simpáticas.
La información visceral accede al Snc a través de cuatro pares de nervios craneales (trigémino,
facial, glosofaríngeo y vago) y a través de los nervios espinales a todos los niveles de la médula
espinal (no sólo en los torácicos, donde se localizan las neuronas simpáticas preganglionares). así,
por ejemplo, la información procedente de órganos localizados en la pelvis se transmite a través
de nervios espinales que entran en la médula por el segundo, tercer y cuarto segmentos sacros.
Las neuronas sensoriales de la raíz dorsal que responden a señales viscerales pueden localizarse
en niveles de la médula espinal alejados del lugar por donde entran la aferencias.
una buena parte de las fibras viscerales aferentes convergen con aferencias somáticas que
llevan información propioceptiva y cutánea y ascienden mediante las vías espinotalámicas y
espinorreticulares. no obstante, otras fibras viscerales pueden hacer sinapsis en las láminas I, IV,
V, VII o X de la raíz dorsal y ascender mediante el sistema de columnas dorsales. En particular, las
neuronas de la lámina X parecen llevar información visceral nociceptiva y sinaptan en los núcleos de
las columnas dorsales enviando, posteriormente, proyecciones al núcleo posteroventral del tálamo.
Por su parte, las neuronas que sinaptan en las láminas I, IV y V convergen, fundamentalmente,
con aferencias cutáneas que llevan información nociceptiva a través de la vía espinotalámica.
La primera sinapsis de los nervios craneales en el Snc se establece en el núcleo del tracto solitario
(bulbo raquídeo). Este núcleo presenta una organización topográfica con las regiones rostrales
del núcleo, recibiendo la inervación procedente de la parte anterior de la lengua (por tanto,
relacionado con la percepción gustativa), mientras que las regiones caudales reciben información
desde la parte posterior de la lengua y desde la faringe. también, las fibras procedentes del esófago
y los axones del nervio vago que inervan las partes caudales del tracto gastrointestinal, así como
los axones que transmiten información desde los receptores en las estructuras cardiovasculares
La segunda sinapsis de las fibras aferentes viscerales de los nervios craneales se establece en la parte
ipsilateral del núcleo parabraquial y desde aquí las vías aferentes decusan a la parte contralateral
y alcanzan la región más medial del núcleo posteroventral del tálamo. diversas investigaciones en
la rata han observado que la estimulación de barorreceptores cardiovasculares, quimiorreceptores
carotídeos y mecanorreceptores pulmonares y gastrointestinales desencadenan patrones
diferentes en la actividad de la corteza insular (igual que ocurre con la información gustativa).
asimismo, recientes trabajos con técnicas de neuroimagen en humanos han revelado que la
manipulación experimental para exacerbar las sensaciones viscerales –falta de aire, inspiración
máxima, maniobra de Valsalva (espiración forzada con labios y orificios nasales cerrados) y
aumento de la tasa cardíaca y de la presión sanguínea– desencadena un incremento en el flujo
sanguíneo sobre la corteza insular. otras regiones cerebrales implicadas en el procesamiento de
información visceral incluyen a las cortezas somatosensorial (sobre todo, la corteza somatosensorial
secundaria), cingular y frontal.
En la actualidad, la concepción del dolor más aceptada lo describe como una experiencia sensorial
y emocional desagradable que se asocia a un daño real o potencial en el tejido, o que está
descrita en dichos términos –asociación Internacional para el Estudio del dolor (urL: http://www.
iasp-pain.org)–. En los párrafos siguientes se exponen las características más sobresalientes de
este fenómeno psicológico desde una perspectiva psicobiológica.
Históricamente se han considerado dos perspectivas teóricas en el estudio de las bases neurales del
dolor: una que apunta hacia la especificidad y otra que subraya la convergencia de la información
nociceptiva. La perspectiva de la ‘especificidad’ propone que el dolor representa una sensación
única con elementos y mecanismos especializados en el sistema periférico y central. La perspectiva
de la ‘convergencia’, por otro lado, propone que el dolor es el resultado de la integración de
patrones de actividad somatosensorial en una red neural distribuida, denominada neuromatrix.
ambas perspectivas se han sucedido a lo largo del tiempo de forma alternativa conforme se
iban produciendo nuevos descubrimientos científicos. así, por ejemplo, la identificación en los
años sesenta de nociceptores y mecanorreceptores apuntaba hacia la especificidad del sistema
nociceptivo, con receptores propios y un sistema de aferencias claramente diferenciado del
resto de aferencias somatosensoriales. Sin embargo, la teoría de la ‘puerta de control del dolor’,
En los últimos treinta años, la investigación sobre la percepción del dolor ha permitido profundi-
zar en el conocimiento sobre la especificidad de las bases cerebrales del procesamiento del dolor
en humanos. así, se ha demostrado que la estimulación nociva desencadena una activación
significativa en determinadas regiones que se agrupan bajo el concepto de ‘matriz del dolor’
(pain matrix) y que incluye regiones como la ínsula, la corteza somestésica secundaria, la corteza
cingular anterior, el tálamo y la corteza prefrontal. La actividad de estas regiones también mues-
tra una reducción significativa cuando se induce analgesia. como ocurre con otros fenómenos
Control central
Fibras A-alfa
Fibras A-beta
Células Dolor
Células T
G
Fibras A-delta
Fibras C
Figura 3.9. teoría de la ‘puerta de control del dolor’ de Melzack y Wall (1965).
Finalmente, tanto la corteza dorsolateral prefrontal como la corteza parietal posterior parece que
pueden contribuir al procesamiento del dolor mediante su mediación en los aspectos cognitivos
asociados a la localización y la codificación del estímulo nociceptivo atendido. En este sentido, se
ha encontrado una distribución bilateral asimétrica de la actividad en estas regiones cerebrales
asociadas al procesamiento de estímulos dolorosos.
El sistema nociceptivo descendente constituye una red neural que se proyecta hasta el asta dorsal
de la médula espinal y permite la modulación de la información nociceptiva. Esta modulación
El sistema nociceptivo descendente puede activarse mediante analgesia inducida por opiáceos
o, incluso, por placebo u otro tipo de estímulos o situaciones, como el estrés. La sustancia gris
periacueductal desempeña un papel clave en la puesta en marcha del mecanismo de analgesia.
así, por ejemplo, la estimulación eléctrica de esta estructura provoca la inhibición de reflejos des-
encadenados por estímulos dolorosos y la administración de morfina genera efectos analgésicos
que son reversibles mediante la aplicación de naloxona. además, la sustancia gris periacueductal
integra la información procedente del hipotálamo, la corteza prefrontal medial, la amígdala y
el tronco del encéfalo (núcleo cuneiforme, formación reticular pontomedular, locus coeruleus,
región reticular ventrobulbar), así como de neuronas nociceptivas de la lámina I en la médula
espinal. Por su parte, las eferencias más destacadas que se proyectan desde la sustancia gris pe-
riacueductal se dirigen, fundamentalmente, hacia la región reticular ventrobulbar.
El dolor crónico constituye un fenómeno complejo que va más allá de la prolongación en el tiempo
de una sensación desagradable de dolor asociada a un daño corporal. así, aunque el dolor
crónico tenga su origen en un proceso patológico específico, consigue independizarse de éste y
constituirse en una entidad nosológica propia. como muestra de ello, baste señalar aquí algunas
de las propiedades características del dolor crónico: falta de correspondencia entre la magnitud
del daño corporal previo y la intensidad de dolor crónico, localización difusa de las regiones
corporales que generan la sensación dolorosa, resistencia al tratamiento de los pacientes con
dolor crónico, presencia de fenómenos perceptivos alterados como un aumento excesivo de dolor
ante estimulación nociceptiva (hiperalgesia primaria), y experiencia de dolor ante estimulación
táctil no nociceptiva (hiperalgesia secundaria o alodinia).
Finalmente, cabría mencionar un aspecto que por razones de espacio no se ha podido tratar
con suficiente detalle, pero que representa una línea de investigación relevante en el campo
del dolor crónico. Se trata de los factores genéticos implicado en la percepción del dolor. al
igual que ocurre con otros rasgos psicológicos y biológicos, se ha puesto de relieve en los
últimos años que existe una importante variabilidad genética en cuanto a la percepción del
dolor y a la sensibilidad analgésica. El estudio en cepas de ratas que muestran estas dife rencias
ha permitido empezar a identificar algunos marcadores genéticos que podrían desempeñar
un papel importante en el procesamiento del dolor. asimismo, se ha comenzado a identificar
algunos genes que codifican proteínas importantes para el procesamiento del dolor y la analgesia.
no cabe duda que en los próximos años se producirán notables avances en este ámbito.
cinestesia o propiocepción
Modalidad somatosensorial que incluye la percepción de la posición y del movimiento de
nuestro cuerpo.
dermatoma
Área de la piel inervada por la misma fibra aferente.
hiperalgesia
respuesta exagerada de dolor ante un estímulo nocivo.
hiperexcitabilidad
condición de excitación exagerada y continuada que puede aplicarse a los receptores senso-
riales, las fibras aferentes o las neuronas del sistema nervioso central.
nocicepción
Modalidad sensorial que permite la transmisión de información nociceptiva hasta el sistema
nervioso central.
tacto
Modalidad somatosensorial que incluye la percepción cutánea de la presión y la vibración.