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Ensayo.
Título: Epistemología en la agricultura.
Autores: jean franco siciliano oswaldo colmenares reny mendoza
Semestre: 301
La epistemología es definida como una disciplina de la filosofía, que estudia el
conocimiento científico, y como los seres humanos adquirimos los conocimientos que
nos lleven a ampliar lo que ya está dicho en las diversas ciencias, en agronomía, que en
síntesis es la ciencia del conocimiento acerca del cultivo de la tierra, por ejemplo, la
epistemología permite mejorar la calidad y los procesos de la agricultura por medio de
la constante búsqueda de los mismos, mediante tres tipos de métodos, el empírico, el
tradicional y el científico según el fin que se persiga, de hecho, de no ser porque hacen
unos 10.500 años los humanos no hubieran logrado las cosechas de gramíneas como
trigo y cebada mediante la observación de su comportamiento, no hubiera nacido la
agricultura en ese momento, es posible que no se hubieran comprendido las bases de lo
que hoy es una ciencia, el arte del cultivo de la tierra, la agronomía.
Es así como se van dando avances, se desarrolla la ciencia y con ella el conjunto de
conocimientos, científicos como los de Trofim Lysenco, basándose en conceptos
biológicos creyó poder reducir los tiempos de maduración o multiplicar las cosechas, la
historia de la agricultura ha trascendido de lo que Van der Ploeg (2003)define como un
período ‘’clásico’’, precursor de la ciencia agrícola actual, que contribuyó a la generación
de la diversidad de conocimientos por la acumulación de estos, sobre los diferentes
modos de hacer agricultura. Por aquel tiempo, los sistemas agrícolas se consideraban en
forma separada, y por la simplicidad de los mismos, podían ser interpretados con
rigurosos estudios individuales. En este periodo, la realidad empírica define el valor del
conocimiento producido. Quitándole mérito a los saberes de los agricultores, y
universalizando los conocimientos obtenidos de experimentos realizados en laboratorios
de universidades, incluso aún en 1936, Bordewijk trató de hacer de esta ciencia un
compendio basado casi totalmente hacia las formulas y funciones, en forma de cálculo,
como si la naturaleza se pudiera recudir a ecuaciones y cálculos aritméticos.
En la agronomía contemporánea, por otro lado, se construyen modelos o funciones de
producción, con relaciones objeto-objeto que deben ser estandarizables, cuantificables y
controlables, en la agricultura prescriptiva y directiva utilizando el método inductivo y
llegando a generalizaciones a partir de proposiciones particulares, así mismo, plantean
una modalidad dinámica de tratamiento de los nuevos problemas, con estrategias de
resolución en las que el diálogo puede contribuir a encontrar una solución (diálogo de
saberes) y la necesidad de trabajar y aceptar el desconocimiento en algunas áreas,
aunque aún no se tengan establecido el cómo, también, en el modelo de transferencia
de tecnología agrícola, la institución fija las prioridades, el desarrollo de tecnologías y
luego las traslada a los productores, teniendo como desventajados, a los pequeños
productores, lo que nos lleva a pensar, que a pesar del desarrollo tecnológico
desmesurado de la contemporaneidad, la agronomía necesita de nuevos paradigmas
que permita una visión integral de todo lo que hasta ahora conforma el sistema de
conocimiento actual.
En este orden de ideas, en américa latina, la implementación del desarrollo como el
término clave de un discurso político asociado a un proyecto de desconcentración y
redistribución relativas del control del capital industrial, que dio lugar a complejas y
contradictorias cuestiones de interés políticosocial acerca la nueva geografía de poder,
logró la remoción del estado oligárquico, pero no la independencia de la colonialidad
global del poder, manteniendo así los modos de los recursos de producción, de la
distribución y apropiación del producto, y la hegemonía eurocéntrica, lo que permitió
que se siguieran observando incongruencias evidenciadas en la explotación de
naturaleza justificada por el ‘’dualismo cartesiano’’, lo que luego desembocó en un
nuevo horizonte histórico: La necesidad de descolonizar, en la defensa de la vida de los
demás seres del planeta, y por consiguiente la propia, por tanto, la crisis de la
colonialidad global del poder y el debate y la lucha por América Latina y la población
“indígena” ocupan un lugar protagónico en la constitución y en la historia de la
colonialidad. De allí, su papel en la subversión epistémica, histórica y también política de
este patrón de poder en crisis, implicada en las propuestas de descolonialidad global del
poder y del ‘’Bien Vivir’’ como una existencia social alternativas, la inmensa mayoría de
la población mundial, fueron colonizadas, racializadas y, en consecuencia,
“indigenizadas”.Se trata de todo un movimiento de la sociedad cuyo desarrollo podría
llevar a la verdadera des/colonialidad, en la que la rudimentaria relación social
naturaleza de dominación, destrucción y explotación es un producto de la historia del
poder.
Es evidente que hoy en día nos encontramos ante una crisis que agrupa las dimensiones
económica, política, y ambiental que promueve la centralización del capital hacia un
grupo determinado, que más que disminuir las brechas entre los grupos humanos ha
logrado un aumento de la miseria humana, una especie de crisis de las civilizaciones con
una consecuente destrucción de los ecosistemas, pareciera que sólo nos damos cuenta
del significado de la relación entre la sociedad y la naturaleza cuando la forma peculiar
en que ha evolucionado la organización social dominante ya ha ejercido su capacidad
devastadora sobre ella, haciendo necesario para superar los problemas existentes,
entender las limitaciones de los paradigmas vigentes e identificar saberes ofrecidos por
otros paradigmas, otras epistemologías, para afrontar los desafíos y contextos que la
sociedad le plantea a las profesiones y a la ciencia, requiere de un cambio de paradigmas
que posibiliten la formación de un profesional que pueda enfrentar desafíos para los
cuales no necesariamente fue entrenado específicamente; que le permitan formular,
enfrentar y resolver problemas radicalmente nuevos, complejos y sujetos a la
incertidumbre y la indeterminación; desarrollar competencias para innovar métodos y
estrategias para la solución de problemas, para el trabajo en equipo y en territorios de
trabajos impredecibles. Se requiere, por ende, pasar de una educación de la simple
presentación y transmisión de conocimientos hacia la integración de los saberes y el
desarrollo de habilidades y destrezas claves para hacer un uso apropiado de los mismos.
Por esto y muchos motivos más, resulta atrayente la idea de proponer la agroecología
como una transdisciplina con un objeto de estudio particular, el cual sugiere un nuevo
enfoque epistemológico y metodológico que pretende superar la dispersión de la ciencia
clásica. Para comprender la realidad hay que aprender a evaluar fenómenos
interconectados, teniendo en cuenta que, la agroecología es una disciplina nueva que se
sustenta en los conocimientos, las teorías y las metodologías de otras disciplinas que
aportaron en la construcción de su objeto de estudio. Este es un factor que la diferencia
de la ecología, la agronomía, la antropología, la economía… que permite su comprensión
a partir de una base transdisciplinaria, donde la aproximación al objeto de estudio
puede hacerse desde múltiples metodologías, en un enfoque sistémico como marco
epistemológico de la investigación en agroecología que no pretende predecir eventos
futuros o establecer relaciones causa-efecto, en su lugar, tiene como propósito la
comprensión de los fenómenos en un lugar y tiempo, y por tanto estos fenómenos no
son susceptibles de ser generalizados.
CONCLUSION DE RENY