El plagio no es característica de un estudiante de honor.
La mediocridad se refleja en su más alto nivel cuando limita la creatividad e
iniciativa propia de una persona. Un ejemplo claro de esto, es el plagio estudiantil, realizarlo demuestra mediocridad y pereza por parte del estudiante, no es ético ni moral ni mucho menos algo de un estudiante de honor. Esta práctica afecta la formación del pensamiento autónomo, no beneficia en absoluto al estudiante, por lo contrario, este se engaña solo, pues es él quien quiere formarse y de esta manera se está robando así mismo la oportunidad de aprender de una manera más autónoma; incluso pierde el dinero de la matricula pues lo único que estaría haciendo es robar ideas de otras personas sin el más mínimo crecimiento de su postura y conocimiento con respecto al tema que plagió.