Está en la página 1de 14

Marzioni v. Argentina, Caso 11.

673, Informe 39/96, Inter-


Am.C.H.R.,OEA/Ser.L/V/II.95 Doc. 7 rev. en 76 (1997).

INFORME Nº 39/96

CASO 11.673

ARGENTINA

15 de octubre de 1996

I. ANTECEDENTES

1. El 7 de noviembre de 1994, Santiago Marzioni presentó una denuncia en la Comisión


Interamericana de Derechos Humanos (en adelante "la Comisión") contra el Estado argentino, por
violación de su derecho a la igualdad ante la ley (artículo 24) y su derecho de propiedad (artículo 21),
garantizados por la Convención Americana sobre Derechos Humanos (en lo sucesivo "la
Convención").

2. En 1990, el Sr. Marzioni entabló juicio ante un juzgado de primera instancia del trabajo contra su
empleadora, Autolatina Argentina S.A., demandando una indemnización plena de las lesiones sufridas
en un accidente vinculado con el trabajo que lo incapacitó en un 42,5%. El Sr. Marzioni reclamaba la
indemnización de los daños y perjuicios y la declaración de inconstitucionalidad del índice de los
límites de indemnización establecidos conforme a la Resolución 7/89 de la Junta Nacional del Salario
Mínimo, Vital y Móvil. [2] El 30 de diciembre de 1992, el tribunal del trabajo se pronunció
favorablemente, pero rechazó la demanda de inconstitucionalidad. El tribunal del trabajo aplicó el
índice de límites de indemnización y adjudicó al Sr. Marzioni 520 pesos.

3. El peticionario apeló la resolución sobre la demanda de inconstitucionalidad del índice de


indemnización. El tribunal de apelaciones del trabajo ratificó el fallo del tribunal inferior del trabajo el
5 de octubre de 1993.

4. El 19 de octubre de 1993 el peticionario presentó un recurso extraordinario ante el tribunal de


apelaciones del trabajo, pretendiendo que la Corte Suprema Argentina [3] revisara su reclamación de
inconstitucionalidad sobre el índice de límites de indemnización. El recurso fue admitido por el
tribunal de apelaciones, lo que llevó el caso ante la Corte Suprema. El 8 de agosto de 1994, la Corte
Suprema rechazó la demanda del peticionario por "falta de fundamentación autónoma".[4]

5. En su petición, el Sr. Marzioni menciona dos casos similares referentes a lesiones vinculadas con el
trabajo en que falló la Corte Suprema de Argentina. Esta declaró inconstitucional en esos casos el
índice de los límites de indemnización, lo que dio lugar a una indemnización más alta. La disparidad
entre los daños y perjuicios monetarios adjudicados al peticionario y los asignados en los otros casos
constituye la base de su petición ante la Comisión. La diferencia, en cuanto a la reparación monetaria
adjudicada, es considerable: se adjudicaron al Sr. Marzioni 520 pesos por su reclamación vinculada
con el trabajo. Él sostiene que deberían haberle adjudicado 81.932 pesos, si la Corte Suprema de
Argentina hubiera mantenido el mismo criterio que en las sentencias que ella misma había dictado en
los dos casos similares.
II. TRÁMITE ANTE LA COMISIÓN

6. La petición fue remitida al Gobierno argentino el 7 de abril de 1995. Éste contestó el 12 de


diciembre de 1995, analizando los fundamentos del rechazo.

7. El Gobierno sostuvo que no existían posibilidades razonables de declarar la existencia de una


violación del derecho de igual protección de la ley a través de una simple comparación de los casos
diferentes, ya que los hechos, el fallo y los resultados eran exclusivos de cada caso.

8. Con referencia a la violación del derecho de propiedad, el Gobierno respondió que las afirmaciones
del peticionario se refieren a una diferencia entre las sumas de dinero adjudicadas, y no a la privación
del derecho de uso y goce de la propiedad que garantiza la Convención.

9. La contestación del Gobierno fue remitida al peticionario el 18 de diciembre de 1995, y las


observaciones a la misma presentadas por este último se recibieron el 21 de febrero de 1996. En su
respuesta, el peticionario se refiere a otros casos de Argentina, manifestando que las respectivas
reclamaciones eran idénticas a la suya y que los fallos respectivos eran contemporáneos al recaído en
su caso. El peticionario sostiene que el recurso extraordinario presentado en uno de los casos
constituye una transcripción literal del escrito que él presentó, y que ambos recursos habían sido
redactados por el mismo abogado. También indica que si bien el Gobierno hace referencia a la
similitud de los hechos de los casos en cuestión, no ofrece prueba alguna para refutar sus
aseveraciones. Finalmente, el peticionario afirma que la indemnización monetaria es una consecuencia
de la violación de sus derechos.

III. ADMISIBILIDAD

10. La petición cumple los requisitos formales de admisibilidad establecidos en el artículo 46 de la


Convención:

a. El peticionario ha agotado los recursos de jurisdicción interna disponibles conforme al derecho


argentino.

b. La petición fue presentada dentro de los plazos establecidos por el artículo 46 (b) de la Convención
y el artículo 38 del Reglamento de la Comisión (el peticionario fue notificado del fallo de la Corte
Suprema el 8 de agosto de 1994, y la petición fue recibida por la Comisión el 7 de noviembre de
1994).

c. La materia objeto de la petición no está pendiente de ningún otro procedimiento internacional.

11. Conforme al artículo 47(b) de la Convención, la Comisión puede declarar inadmisible una petición
cuando en ella no se expongan hechos que tiendan a caracterizar una violación de los derechos
garantizados por la Convención.

12. La Comisión debe determinar si los hechos tienden a configurar una violación de los derechos
humanos protegidos por los artículos 21 y 24 de la Convención, invocados por el peticionario.

IV. ANÁLISIS
A. La supuesta violación del derecho de propiedad

13. Conforme a los hechos relatados por el peticionario, éste demandó a su empleadora en 1994 tras un
accidente de trabajo que le provocó "graves problemas de salud". Se refiere específicamente a un
informe médico que revela que tiene una incapacitación del 42,5%, a consecuencia del accidente
vinculado con el trabajo. Cuando se presentó la demanda estaba vigente la Ley 9688, regulatoria de los
accidentes de trabajo. El artículo 8 de esta Ley estableció una fórmula que limitaba los fallos de
indemnización, estableciendo el tope máximo en "...la suma monetaria equivalente a diez años del
salario mínimo vigente a la fecha del accidente...".

14. Argentina sufrió tres graves crisis inflacionarias entre 1988 y 1989. El peticionario sostiene que las
cargas económicas "...no sólo devastaron la economía del país, sino que pulverizaron el salario
mínimo...". Las indemnizaciones por lesiones vinculadas con el trabajo similares a las que sufrió el
peticionario, determinaron, en virtud de la aplicación del índice, la adjudicación de montos
"...completamente alejados de la realidad; simplemente unos centavos".

15. Por ese motivo, en la demanda presentada en la Argentina por el peticionario se impugnó el límite
de indemnización, por razones de inconstitucionalidad, reservándose el peticionario su derecho de
recurrir ante la Corte Suprema de su país y eventualmente ante la Comisión.

16. El 2 de marzo de 1993 se notificó al peticionario la sentencia del tribunal del trabajo (el tribunal de
primera instancia). El fallo le fue favorable en cuanto a la demanda de indemnización de daños y
perjuicios, pero se rechazó la demanda de inconstitucionalidad de los límites de indemnización. El
peticionario apeló ante el Tribunal de Apelaciones del Trabajo, que confirmó la decisión del tribunal
inferior.

17. El peticionario presentó entonces un recurso extraordinario, que fue admitido por el Tribunal de
Apelaciones del Trabajo. Su caso fue presentado ante la Corte Suprema de Argentina para que se
pronunciara en definitiva. La Corte Suprema rechazó el recurso el 8 de agosto de 1994.

18. En sus propias palabras, el peticionario sostiene que su derecho de propiedad se ha visto
"visiblemente afectado", ya que

...el monto que en definitiva se me pretende abonar en nada se acerca al que me correspondería en
relación al porcentaje de incapacidad que efectivamente poseo...también debo ser indemnizado por las
sumas que efectivamente me corresponden y no por sumas alevosamente inferiores, que resultan de la
aplicación "a ciegas" de una ley visiblemente contraria a principios elementales de justicia.

19. El peticionario explicó el funcionamiento del índice de los límites de indemnización en su caso
comparando los resultados que surgen de aplicar ese índice y los que se obtienen cuando no se aplica
el mismo. La diferencia es de aproximadamente 75.000 pesos. El fallo, cuando no se aplica el índice
de los límites de indemnización tendría el siguiente monto (en pesos): [5]

- Fallo de primera instancia: 26.762,97

- Monto actualizado por el índice de los precios al consumidor entre


junio de 1990 y el 1 de abril de 1994: 81.932,00

20. Para aplicar la fórmula se multiplica la suma adjudicada (26.762,97) por el coeficiente de inflación
de junio de 1990 (3,0614, que corresponde al mes en que se produjo el accidente). Además, el
peticionario señala que deben sumarse los intereses correspondientes a la suma actualizada para llegar
a la cantidad definitiva que debe adjudicarse.

21. Si se aplica el límite a la suma adjudicada por el tribunal de primera instancia, el monto se reduce a
520 pesos. Conforme al artículo 8 de la Ley 9688, y multiplicando el salario mínimo en vigencia en el
momento en que se descubrió la enfermedad (2 pesos) por trece salarios mensuales (el salario anual
total más el aguinaldo o decimotercer sueldo), 26 pesos, y multiplicado luego el producto por 20, el
resultado es 520 pesos.

22. El peticionario explica además que la gran disparidad de los resultados refleja los efectos de la
llamada "hiperinflación", ocurrida en Argentina, en virtud de la cual el salario mínimo no reajustado
de 2 pesos perdió valor día a día. Las cantidades fijadas como indemnización se depreciaban debido a
que los fallos respectivos se basaban en los salarios mínimos, "que no eran realistas".

23. El Gobierno sostiene que la denuncia del peticionario constituye, en esencia, una cuestión de
diferencias monetarias y no de privación de la propiedad. Por lo tanto, sostiene que

...no puede suponerse que la Comisión sea una cuarta instancia nacional ante la cual sea
posible presentar y que pueda resolver diferencias con respecto a las sumas adjudicadas
por el Poder Judicial en aplicación de la ley. A este respecto puede recordarse que no es
función de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos actuar como una cuarta
instancia cuasijudicial y revisar los fallos de los tribunales nacionales de los Estados
miembros de la OEA (Resolución 29/88, Caso No. 9260, Informe Anual de la CIDH
1987-1988, pág. 161, párrafo 5).

24. En su réplica, el peticionario señala que la afirmación del Gobierno con respecto a las diferencias
de las asignaciones monetarias pasa por alto el hecho de que se vio afectado por una grave
incapacitación que lo obligó a jubilarse. Rechaza la afirmación de que esté intentando utilizar a la
Comisión como una "cuarta instancia", y manifiesta que "cree firmemente" que el caso surge de la
violación de sus derechos, cuestión que considera suficientemente probada. Con respecto a la supuesta
violación de su derecho de propiedad, afirma que "los montos son sólo una consecuencia de la
violación de mis derechos".

25. El derecho de propiedad está garantizado por el artículo 21 de la Convención, que establece:

1. Toda persona tiene derecho al uso y goce de sus bienes. La ley puede subordinar tal uso y goce al
interés social.

2. Ninguna persona puede ser privada de sus bienes, excepto mediante el pago de indemnización justa,
por razones de utilidad pública o de interés social y en los casos y según las formas establecidas por la
ley.
3. Tanto la usura como cualquier forma de explotación del hombre por el hombre, deben ser
prohibidas por la ley.

26. El significado jurídico ordinario de la palabra "propiedad" se refiere "al derecho de disponer de
algo de cualquier manera legal, de poseerlo, usarlo e impedir que cualquier otra persona interfiera en
el goce de ese derecho".[6] Se ha definido la propiedad como "el dominio o derecho indefinido de
usar, controlar y disponer, que se pueda ejercer lícitamente sobre cosas u objetos determinados".[7]

27. El artículo 17 de la Constitución Argentina garantiza el derecho de propiedad en estos términos:

La propiedad es inviolable, y ningún habitante de la Nación puede ser privado de ella,


sino en virtud de sentencia fundada en ley.

28. En resumen, la petición se refiere a la aplicación judicial de una ley nacional que regula el monto
de las sumas adjudicadas como indemnización en los casos de accidentes de trabajo. Los hechos
revelan que la posibilidad de procurar una sentencia que decretara una indemnización adicional quedó
cancelada cuando la Corte Suprema de Argentina rechazó el recurso extraordinario del peticionario.

29. Las definiciones arriba citadas brindan algunas de las diversas connotaciones del concepto de
propiedad. Éste, sin embargo, no puede ampliarse de modo que comprenda una potencial
indemnización o la mera posibilidad de obtener un fallo favorable en litigios referentes a adjudicación
de sumas de dinero. La información que proporciona el peticionario no tiende a demostrar que haya
sido lesionado en el uso, el goce de un bien que le pertenece, o de un interés referente a un objeto
sobre el que hubiera adquirido derechos legítimos conforme a la legislación interna, ni que el Estado lo
haya despojado de esos derechos.

30. En consecuencia, la Comisión concluye que la discusión sobre el monto de una potencial
indemnización de daños y perjuicios que tenga como causa un accidente laboral planteada ante los
tribunales nacionales, no constituye per se una cuestión sobre el derecho de propiedad en el sentido del
artículo 21 de la Convención.

B. La supuesta violación del derecho a la igualdad ante la ley

31. El peticionario sostiene también que se violó su derecho a la igualdad ante la ley cuando la Corte
Suprema de Argentina rechazó su recurso extraordinario por falta de fundamentación autónoma. La
reclamación del peticionario se resume, en sus propias palabras, del modo siguiente:

La Corte Suprema de Justicia de la Nación, al no hacer lugar al recurso extraordinario


interpuesto, ha incurrido en violación al derecho de igual protección de la ley,
consagrado en la Convención Americana de Derechos Humanos en su artículo 24, ya
que en recientes fallos de idéntica cuestión se ha expresado en el sentido contrario.

32. El peticionario se refiere al caso caratulado "Vega, Humberto Atilio c/ Consorcio de propietarios
del Edificio Loma Verde y otro s/accidente. Ley 9688", sobre el que se pronunció la Corte Suprema el
16 de diciembre de 1993. En su sentencia, la Corte Suprema declaró que la aplicación de la Resolución
7/89 del Consejo Nacional del Salario Mínimo dio lugar a
...una pulverización del real significado económico del crédito indemnizatorio, con
lesión de la propiedad tutelada en el Artículo 17 de la Ley Fundamental....Que en casos
análogos esta Corte ha resuelto que corresponde declarar la inconstitucionalidad de
normas que - aunque no ostensiblemente incorrectas en su inicio - devienen
indefendibles desde el punto de vista constitucional, pues el principio de razonabilidad
exige que deba cuidarse especialmente que los preceptos legales mantengan coherencia
con las normas constitucionales durante el lapso que dure su vigencia en el tiempo...

33. En el mismo fallo, la Corte Suprema llegó a la conclusión de que la Resolución 7/89 era
inconstitucional. En consecuencia, ordenó al tribunal inferior dictar un nuevo fallo en el caso del Sr.
Vega.

34. El peticionario menciona también los casos de Lorenzo Aguilar y Jacinto Alfonzo, quienes
demandaron a Autolatina Argentina (la empleadora de Marzioni) en procura de indemnización por
lesiones sufridas en accidentes de trabajo. En las sentencias definitivas de dichos casos, emitidas el 22
de febrero de 1994 y el 18 de agosto del mismo año, respectivamente, la Corte Suprema argentina
siguió la jurisprudencia del caso "Vega".

35. El peticionario señala que a "la identidad de materia" se agrega el hecho de que todas esas
sentencias fueron contemporáneas con la decisión de su caso, esta última dictada en julio de 1994.
Como respaldo adicional de su demanda señala que el abogado que la presentó también dirigió los
casos Aguilar y Alfonzo, "por lo que los pasos seguidos en estos tres expedientes fueron los mismos".
Concluye manifestando lo siguiente:

...me invade un profundo sentimiento de inseguridad jurídica, al haber el Poder Judicial


de la República Argentina, efectuado un trato desigual de derechos, en idénticas
condiciones.

36. Se condenó a Autolatina Argentina al pago de indemnizaciones por accidentes de trabajo en todos
los casos citados, incluido el planteado por el peticionario. No obstante, como consecuencia de la
declaración de inconstitucionalidad de la Resolución 7/89 en los otros dos casos, los tribunales no
aplicaron los "topes indemnizatorios" al determinar los daños y perjuicios que adjudicaban, que
presumiblemente eran mucho mayores según la fórmula indicada por el peticionario, que la suma
definitiva establecida en su expediente.

37. No obstante, el peticionario no proporcionó información suficiente que permitiera determinar la


supuesta identidad de materia que existiría en los tres casos. Por el contrario, la "falta de
fundamentación autónoma" establece una diferencia substancial, que el peticionario no explica y de la
que no da cuenta. Esa parte de su demanda se limita a la afirmación de que la única diferencia entre su
recurso extraordinario y el presentado en el caso "Aguilar" consiste en que el texto de este último fue
impreso en computadora y el anterior había sido mecanografiado.

38. En estas circunstancias, la Comisión no puede analizar ni comparar las sentencias judiciales de los
otros casos para verificar si el rechazo del recurso extraordinario ha sido arbitrario.

39. Debe subrayarse, sin embargo, que si los hechos de autos hubieran revelado irregularidades en el
debido proceso judicial o alguna modalidad de evidente discriminación, la Comisión sería plenamente
competente para analizar este caso a fin de determinar la violación de los derechos humanos del
peticionario.

40. El derecho a la igualdad ante la ley establecido en el artículo 24 de la Convención tiene el


siguiente enunciado:

Todas las personas son iguales ante la ley. En consecuencia, tienen derecho, sin
discriminación, a igual protección de la ley.

41. Con respecto a los fundamentos en que puede basarse una denuncia de discriminación, la Corte
Interamericana de Derechos Humanos ha sostenido: [8]

De ahí que no pueda afirmarse que exista discriminación en toda diferencia de


tratamiento del Estado frente al individuo, siempre que esa distinción parta de
supuestos de hecho sustancialmente diferentes y que expresen de modo proporcionado
una fundamentada conexión entre esas diferencias y los objetivos de la norma.

42. La práctica de la Comisión Europea de Derechos Humanos es compatible con lo anterior a ese
respecto. Esa Comisión ha señalado en múltiples decisiones que no todas las diferencias de tratamiento
están prohibidas en cuanto al ejercicio de los derechos y libertades protegidos por la Convención
Europea, y que se viola el derecho a igualdad de tratamiento "...sólo cuando la diferencia de
tratamiento carece de justificación objetiva y razonable".[9]

43. El peticionario no ha proporcionado la información, ni ha demostrado que no hubo "justificación


objetiva y razonable" del tratamiento diferencial de los recursos extraordinarios por la Corte Suprema
argentina. El hecho de que no se le haya adjudicado la misma suma que a los otros demandantes no es
en sí mismo discriminatorio. En efecto, el derecho a la igualdad ante la ley no puede asimilarse al
derecho a un igual resultado de los procedimientos judiciales referentes a la misma materia. De ser así,
la Corte Suprema argentina tendría que hacer lugar a los recursos extraordinarios de todos los
demandantes que invocaran las mismas normas o presentaran similares argumentos, expuestos por el
mismo abogado, independientemente de las circunstancias particulares del hecho que rodean a cada
caso. Es evidente que dicha situación resultaría absurda jurídicamente por irrazonable.

44. En virtud de lo antes expuesto, a falta de pruebas que puedan respaldar una demanda de violación
del derecho a la igualdad ante la ley, la Comisión concluye que la demanda del peticionario no puede
fundarse en el artículo 24 de la Convención.

C. La posible violación de las garantías judiciales y el derecho a la protección judicial

45. El análisis de la Convención lleva a la conclusión de que las violaciones de derechos aducidas por
el peticionario no tienen respaldo en los hechos expuestos por el mismo. No obstante, como en su
denuncia se hacen frecuentes referencias a los procedimientos judiciales seguidos en su país que
supuestamente consolidaron las violaciones, la Comisión examinará si los hechos de autos tienden a
caracterizar una violación de los artículos 8 (garantías judiciales) y 25 (protección judicial).

46. El peticionario no cuestionó los hechos que rodearon a los trámites judiciales. Los datos referentes
al trámite judicial en Argentina de la demanda del Sr. Marzioni no revelan una violación del debido
proceso. En efecto, el peticionario tuvo acceso a un tribunal de primera instancia del trabajo y tuvo
derecho a un recurso sencillo y efectivo, que dio lugar a una sentencia desfavorable. El peticionario
apeló ante el tribunal de segunda instancia del trabajo, y como la sentencia le fue adversa, presentó un
recurso extraordinario. Se dio trámite a ese recurso, que ulteriormente fue rechazado por la Corte
Suprema de Argentina. Los hechos del expediente no respaldan la afirmación de que se haya
producido una violación del debido proceso. Se respetó el derecho a un juicio, que se sustanció en un
período de tiempo razonable. El peticionario no aduce incompetencia ni falta de independencia o
imparcialidad de algún magistrado en cualquiera de las instancias.

47. La protección judicial que reconoce la Convención comprende el derecho a procedimientos justos,
imparciales y rápidos, que brinden la posibilidad, pero nunca la garantía de un resultado favorable. En
sí mismo, un resultado negativo emanado de un juicio justo no constituye una violación de la
Convención. En consecuencia, la Comisión no advierte que se haya violado el artículo 8 ni el artículo
25.

D. Competencia de la Comisión: la "fórmula de la cuarta instancia"

48. La protección internacional que otorgan los órganos de supervisión de la Convención es de


carácter subsidiario. El Preámbulo de la Convención es claro a ese respecto cuando se refiere al
carácter de mecanismo de refuerzo o complementario que tiene la protección prevista por el derecho
interno de los Estados americanos.

49. La regla del agotamiento previo de los recursos internos se basa en el principio de que un Estado
demandado debe estar en condiciones de brindar una reparación por sí mismo y dentro del marco de su
sistema jurídico interno. El efecto de esa norma es asignar a la competencia de la Comisión un carácter
esencialmente subsidiario. [10]

50. El carácter de esa función constituye también la base de la denominada "fórmula de la cuarta
instancia" aplicada por la Comisión, que es congruente con la práctica del sistema europeo de derechos
humanos. [11] La premisa básica de esa fórmula es que la Comisión no puede revisar las sentencias
dictadas por los tribunales nacionales que actúen en la esfera de su competencia y aplicando las
debidas garantías judiciales, a menos que considere la posibilidad de que se haya cometido una
violación de la Convención.

51. La Comisión es competente para declarar admisible una petición y fallar sobre su fundamento
cuando ésta se refiere a una sentencia judicial nacional que ha sido dictada al margen del debido
proceso, o que aparentemente viola cualquier otro derecho garantizado por la Convención. Si, en
cambio, se limita a afirmar que el fallo fue equivocado o injusto en sí mismo, la petición debe ser
rechazada conforme a la fórmula arriba expuesta. La función de la Comisión consiste en garantizar la
observancia de las obligaciones asumidas por los Estados partes de la Convención, pero no puede
hacer las veces de un tribunal de alzada para examinar supuestos errores de derecho o de hecho que
puedan haber cometido los tribunales nacionales que hayan actuado dentro de los límites de su
competencia.

52. La "fórmula de la cuarta instancia" fue elaborada por la Comisión en el caso de Clifton Wright,
ciudadano jamaiquino, que adujo un error judicial que dio lugar a una sentencia de muerte en su
contra. El sistema nacional no preveía un trámite de impugnación de sentencias determinadas por
errores judiciales, lo que dejó al Sr. Wright desprovisto de recursos. En ese caso, la Comisión
estableció que no podía actuar como "una cuarta instancia cuasi-judicial" con facultades para revisar
las sentencias de los tribunales de los Estados miembros de la OEA. No obstante, la Comisión declaró
fundados los hechos aducidos por el peticionario y determinó que el mismo no pudo haber cometido el
crimen. En consecuencia, la Comisión llegó a la conclusión de que el Gobierno de Jamaica había
violado el derecho del peticionario a la protección judicial, lo que constituye una violación a sus
derechos fundamentales, porque el procedimiento judicial interno no permitía corregir el error judicial.

53. La Comisión emitió la Resolución No. 29/88, del 14 de septiembre de 1988, en el caso Wright. En
ella se expusieron las siguientes consideraciones, que son pertinentes para el caso de autos:

5. ...La Comisión Interamericana de Derechos Humanos tiene la función de dar trámite


a las peticiones que le sean presentadas conforme a los artículos 44 a 51 de la
Convención Americana en cuanto se refieran a Estados que sean parte de la
Convención.

6. ...El papel de la Comisión consiste en investigar si un acto de un Gobierno ha violado


un derecho del peticionario protegido por la Convención. [12]

54. Otro precedente fue establecido en el Informe No. 74/90 del 4 de abril de 1990. El denunciante, Sr.
López-Aurelli, era un trabajador argentino que fue privado ilegalmente de su libertad, imputado de
delitos políticamente motivados en noviembre de 1975. El peticionario sostuvo que el juicio se realizó
sin las mínimas garantías legales, y que los jueces del proceso no habían sido imparciales ni
independientes de la dictadura militar que gobernó a Argentina de 1976 a 1983.

55. En ese caso, la Comisión falló declarándose incompetente para determinar si los tribunales
nacionales habían aplicado correctamente el derecho interno. [13] No obstante, concluyó que el Poder
Judicial argentino no había revisado los procedimientos tras el advenimiento de un gobierno
democrático que ratificó la Convención. La Comisión llegó a la conclusión de que una denegación del
debido proceso de ese tipo constituyó una violación de derechos de López-Aurelli conforme a los
artículos 8.1 y 25.1 de la Convención.

56. Estas sentencias brindan ejemplos del alcance de la competencia de la Comisión con respecto a la
revisión de los fallos nacionales. Los casos Wright y López-Aurelli constituyen excepciones a la
fórmula "de la cuarta instancia", e ilustran los requisitos que debe cumplir una petición para que la
Comisión pueda considerar sus fundamentos y pronunciarse al respecto.

57. La jurisprudencia de la Comisión Europea de Derechos Humanos es congruente con esa fórmula,
como surge de la decisión de admisibilidad dictada en el caso de Alvaro Baragiola contra Suiza:

La Comisión recuerda que corresponde, en primera instancia, a las autoridades


nacionales, y en especial a los tribunales, interpretar y aplicar el derecho interno.

La Comisión recuerda que lo decisivo no es el temor subjetivo de la persona interesada


con respecto a imparcialidad que debe tener el tribunal que se ocupa del juicio, por
comprensible que sea, sino el hecho de que en las circunstancias pueda sostenerse que
sus temores se justifican objetivamente. [14]
58. La Comisión Europea sostuvo un punto de vista similar cuando rechazó peticiones basadas en la
aplicación supuestamente incorrecta del derecho interno, o una errónea evaluación de hechos o
pruebas. En repetidos casos afirmó que era incompetente para revisar decisiones de los tribunales
internos a menos que se tratara de una violación de la Convención Europea. [15]

59. Resulta especialmente pertinente para la petición de autos el precedente establecido en el caso de
Gudmundur Gudmundsson. El Sr. Gudmundsson, ciudadano islandés, presentó una petición ante la
Comisión Europea, sosteniendo que un impuesto especial sobre la propiedad establecido por la ley
violaba su derecho a la propiedad y a igual protección de la ley. En este caso, la Comisión Europea
concluyó que el texto de la ley cuestionada era compatible con las "interferencias permisibles"
mencionadas en el artículo 1 del Protocolo de la Convención Europea, y que la supuesta
discriminación consistía simplemente en un tratamiento diferencial con respecto a las sociedades
cooperativas y a las compañías conjuntas. Finalmente concluyó que la petición era manifiestamente
infundada y volvió a mencionar la "fórmula de la cuarta instancia" del modo siguiente:

...por cuanto los errores de derecho o de hecho, incluidos los referentes a la cuestión de
la constitucionalidad de las leyes sancionadas por un parlamento nacional, cometidos
por los tribunales nacionales, sólo interesan a la Comisión, en consecuencia, durante el
examen que la misma realiza sobre la admisibilidad de la petición, en la medida en que
al parecer supongan una posible violación de cualquiera de los derechos y libertades
establecidos a texto expreso en la Convención.

...el examen del caso tal como ha sido planteado, incluido un análisis efectuado de
oficio, no revela ninguna aparente violación de los derechos y libertades enunciados en
la Convención. [16]

60. En las sociedades democráticas, en que los tribunales funcionan en el marco de un sistema de
organización de los poderes públicos establecido por la Constitución y la legislación interna,
corresponde a los tribunales competentes considerar los asuntos que ante ellos se plantean. Cuando es
evidente que ha existido la violación de uno de los derechos protegidos por la Convención, la
Comisión tiene competencia para entender en el caso.

61. La Comisión está plenamente facultada para fallar con respecto a supuestas irregularidades de los
procedimientos judiciales internos que den lugar a manifiestas violaciones del debido proceso o de
cualquiera de los derechos protegidos por la Convención.

62. Por ejemplo, si el Sr. Marzioni hubiera presentado pruebas de que su juicio no había sido imparcial
debido a que los jueces eran corruptos o pusieron de manifiesto prejuicios raciales, religiosos, o
políticos en su contra, la Comisión hubiera sido competente para examinar el caso conforme a los
artículos 8, 21 y 25 de la Convención.

63. Con respecto a determinadas cuestiones de procedimiento pertinentes en este caso, la Corte Inter-
Americana de Derechos Humanos ha declarado:

La Convención determina cuáles son los requisitos que debe reunir una petición o
comunicación para ser admitida por la Comisión (art. 46); igualmente determina los
casos de inadmisibilidad (art. 47) la que, incluso, puede declararse después de iniciado
el trámite (art. 48(1)(c)). En cuanto a la forma en que la Comisión debe declarar la
inadmisibilidad, la Corte ya señaló que ésta exige un acto expreso, lo cual no es
necesario para la admisión. [17]

64. La práctica de la Comisión, congruente con las pautas establecidas en la Opinión Consultiva OC-
13/93, ha consistido en realizar un análisis preliminar de las peticiones que ante ella se plantean, para
establecer si se han cumplido los requisitos formales y sustanciales de la Convención y del
Reglamento.

65. La Corte Interamericana de Derechos Humanos ha establecido que el hecho de que la Comisión
declare inadmisible una petición o comunicación impide pronunciarse sobre el fondo del asunto. [18]
La Corte ha establecido también que esa "imposibilidad procesal"

...en modo alguno enerva el ejercicio por ella de las otras atribuciones que le confiere in
extenso el artículo 41. En todo caso, el ejercicio de éstas últimas, por ejemplo las
contempladas en los literales b, c, y g de dicha norma, ha de realizarse mediante
acciones y procedimientos separados del régimen a que está sometido el conocimiento
de las peticiones o denuncias individuales que se sustancian con apego a los artículos
44 a 51 de la Convención... [19]

66. La Corte estableció, en la misma opinión consultiva, que un Estado acusado de violar la
Convención puede ejercer su derecho de defensa ante la Comisión aduciendo la aplicabilidad de
cualquiera de las disposiciones de los artículos 46 y 47. Si la Comisión considera que el argumento es
fundado, puede ordenar la interrupción del procedimiento y clausurar el expediente. [20]

67. En el caso de autos, el Gobierno sostuvo, en su contestación a la solicitud de información


formulada por la Comisión, que el denunciante había cumplido los requisitos previstos en el artículo
46(1)(a), lo que haría el caso admisible desde el punto de vista formal. No obstante, sostuvo que la
petición era infundada porque los hechos aducidos no establecían una violación del derecho del
denunciante a igual protección de la ley ni a su derecho de la propiedad.

68. Cabe señalar que la Comisión Europea ha seguido la práctica de declarar a las peticiones
"inadmisibles por ser manifiestamente infundadas sólo cuando un análisis del expediente no revela una
violación prima facie" de las normas europeas sobre derechos humanos. [21]

69. Esa práctica ha sido explicada del modo siguiente:

...No obstante, cuando la Comisión declara que una petición es manifiestamente


infundada, en realidad se pronuncia sobre el fondo del asunto, basándose en un examen
prima facie de los hechos aducidos y del fundamento de derecho expresado. Por otra
parte, quienes elaboraron la Convención procuraron, de hecho, conferir a la Comisión
la función de tamiz del gran número de peticiones que se preveía. La competencia de la
Comisión de desestimar las peticiones manifiestamente infundadas, a los efectos de no
seguir tramitándolas, parecería congruente con ese objetivo de economía procesal. [22]

70. Con respecto al presente caso, las violaciones alegadas han sido analizadas a la luz de los artículos
de la Convención invocados por el peticionario, otras normas internacionales sobre derechos humanos,
así como la práctica observada y establecida por la Comisión, la Corte Interamericana y los órganos
del sistema europeo de derechos humanos. La denuncia fue examinada también conforme a los
artículos 8 y 25 de la Convención, a fin de establecer la posibilidad de una violación del debido
proceso.

71. En definitiva, un análisis de la presente petición por parte de la Comisión, y una ulterior decisión
sobre el fondo del caso, requerirían que la misma actuara como una cuarta instancia cuasi-judicial, o
tribunal de alzada de derecho interno, con respecto a la sentencia definitiva dictada por las autoridades
judiciales argentinas. Conforme a la Convención, la Comisión carece de competencia para conocer y
decidir un procedimiento de dicha naturaleza, como ha quedado expresado a lo largo del presente
informe.

IV. CONCLUSIÓN

72. La Comisión concluye que este caso reúne los requisitos de admisibilidad formal previstos por el
artículo 46 de la Convención.

73. No obstante, el análisis efectuado en este informe respecto a la información y las pruebas
disponibles en el expediente, conduce también a la Comisión a concluir que la petición no revela
ninguna violación evidente del derecho de propiedad (artículo 21) ni del derecho de igualdad ante la
ley (artículo 24) invocados por el peticionario. Lo mismo puede decirse con respecto a los derechos a
las garantías judiciales (artículo 8) y a la protección judicial (artículo 25).

74. Dadas las consideraciones de hecho y de derecho que anteceden, la Comisión decide que el
presente caso es inadmisible conforme al artículo 47(b) de la Convención, y en consecuencia acuerda
publicar inmediatamente este informe e incluirlo en el Informe Anual a la Asamblea General de la
OEA.

{1} El Comisionado Oscar Luján Fappiano, de nacionalidad argentina, no participó en el debate ni en


la votación de este caso, conforme al artículo 19 del Reglamento de la Comisión.

{2} Esta resolución regula los límites de indemnización previstos por la Ley 9860. El Consejo
Nacional del Salario Mínimo, Vital y Móvil es un órgano administrativo dependiente del Poder
Ejecutivo del Gobierno argentino.

{3} Conforme a la legislación procesal argentina, el recurso extraordinario puede presentarse ante un
tribunal de apelaciones provincial para que la Corte Suprema efectúe una revisión de los aspectos
constitucionales o federales del caso (Artículo 14 de la Ley 48). Si el tribunal de apelaciones no
admite el recurso, existe otro, llamado recurso de queja por denegación de recurso extraordinario. Éste
se presenta directamente ante la Corte Suprema (Artículo 285 del Código Nacional de Procedimiento
Civil y Comercial).

{4} La causal de falta de fundamentación autónoma está prevista en el Artículo 15 de la Ley 48. La
ley requiere que los fundamentos del recurso surjan claramente del caso y guarden relación directa con
el tema constitucional o federal invocado. La Corte Suprema puede examinar los fallos a los que se
refiere el recurso extraordinario sólo si se cumple ese requisito previo.

En el derecho positivo argentino, el recurso extraordinario es una vía de acceso no originaria a la


Corte, sino posterior a una instancia previa o anterior. La naturaleza extraordinaria del mismo reside
en que es un recurso excepcional, restringido y de materia federal que se utiliza como vía de
impugnación que se abre ante la Corte contra cuestiones resueltas en una instancia previa o anterior.
En la doctrina de dicho país, se considera que el recurso extraordinario

...no funciona como una instancia que se añade a las propias de cada juicio, sino como
una instancia "nueva" pero reducida y parcial (extraordinaria) que se limita a la materia
federal encapsulada en la sentencia anterior.

(Tratado Elemental de Derecho Constitucional Argentino, Tomo II: El Derecho Constitucional del
Poder". Germán J. Bidart Campos, Editora DIAR 1992, p. 455, párrafo 3).

{5} El peso argentino es equivalente a un dólar de EE.UU.

{6} Black's Law Dictionary (Diccionario de Derecho de Black), West Publishing Co., 1968, pág.
1382.

{7}Ballentine's Law Dictionary (Diccionario de Derecho de Ballentine), The Lawyers Co-operative


Publishing Company, Rochester, NY, 1969, pág. 1009.

{8} Opinión Consultiva OC-4/84 del 19 de enero de 1984, párrafo 57.

{9} Corte Europea de Derechos Humanos, sentencia del 9 de febrero de 1967, Serie A No. 5, párrafo
38.

{10} Resolución No. 15/89, Caso 10.208 (República Dominicana), 14 de abril de 1989. Informe Anual
de la CIDH 1988-1989, pág. 122, párrafo 5.

{11} The European Convention on Human Rights, por Frede Castberg. A.W. Sijthoff-Leiden - Oceana
Publications Inc. Dobbs Ferry, N.Y. 1974, págs. 63-64.

{12} Caso 9260 (Jamaica), Informe Anual de la CIDH 1987-1988, pág. 166.

{13} Informe Anual de la CIDH 1990-1991, pág. 79, párrafo 20.

{14} Petición No. 17625/90, Anuario de la Convención Europea de Derechos Humanos 1992, pág.
103, párrafo 1, y págs. 105-106, respectivamente.

{15} ...por cuanto, en consecuencia, (la Comisión) no puede tener en cuenta, al examinar la
admisibilidad de una Petición, supuestos errores de hecho o de derecho cometidos por tribunales
nacionales de esos Estados, salvo en la medida en que esos errores parezcan haber dado lugar a la
violación de los derechos y libertades específicamente enunciados en la Convención...
Petición No. 458/59, Sentencias del 29 de marzo de 1960, Anuario de la Convención Europea de
Derechos Humanos, vol. 3, 1960, pág. 236.

En consecuencia, la Comisión concluye que la corte regional basó su sentencia en la evaluación de las
pruebas que tenía ante sí, y elaboró sus conclusiones a partir de ellas. El hecho de que esas
conclusiones supusieran un error de hecho o de derecho es cuestión que la Comisión no puede
determinar, ya que carece de competencia para ocuparse de una petición en que se aduzca que los
tribunales nacionales han cometido errores de hecho o de derecho, salvo cuando considere que esos
errores puedan haber dado lugar a la violación de cualquiera de los derechos y libertades establecidos
en la Convención...

Petición No. 23953/94, septiembre de 1995, Decisiones e Informes, Comisión Europea de Derechos
Humanos, 82-A, pág. 254.

En la medida en que los peticionarios aducen errores de hecho y de derecho cometidos por la Corte de
Apelaciones de Bruselas, la Comisión recuerda que, conforme al Artículo 19 de la Convención, su
única función consiste en asegurar la observancia de las obligaciones asumidas por las Partes en la
Convención. En especial, no es competente para entender en una petición en que se aduzcan errores de
derecho o de hecho que hayan cometido tribunales nacionales...

Petición No. 10785/84, julio de 1986, Comisión Europea de Derechos Humanos, D.R., 48, párrafo
150.

{16} Petición No. 511/59, Sentencia del 20 de diciembre de 1960. Anuario de la Convención Europea
de Derechos Humanos 1960, pág. 426.

{17} Corte I.D.H., Ciertas atribuciones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos


(Artículos 41, 42, 46, 47, 50 y 51 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos). Opinión
Consultiva OC-13/93 del 16 de julio de 1993. Solicitado por los Gobiernos de la República Argentina
y de la República Oriental del Uruguay, párrafo 40.

{18} Idem, párrafo 42.

{19} Idem, párrafo 41.{20} Idem, párrafo 41.

{21} Caso De Becker, petición No. 214/56, sentencia del 9 de junio de 1958. Anuario de la
Convención Europea de Derechos Humanos 1958-59, pág. 254.

{22} Theory and Practice of the European Convention on Human Rights, P. Van Dijk, G.J. van Hoof,
pág. 104

También podría gustarte