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Unidad de Seminarios

Ficha de Ensayo Científico


Apellidos y Nombres: Cristian Daniel Muñoz Gómez
Asignatura: SEMINARIO DE MEDIO AMBIENTE
Fecha: 10 de Noviembre del 2019
Nombre del Profesor: Ing. CARLOS XAVIER ÁVILA PACHAY

Actividad #1
Según las fuentes de información colocadas en la guía/tarea buscar 3 artículos científicos que se relacionen
con el tema el mismo que tendrán que colocar en el siguiente bloque.
Artículo #1
Título: CONTAMINACIÓN ATMOSFÉRICA, CAMBIO CLIMÁTICO Y SALUD
Autor(es): Ferrán Ballester
Url: http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1135-57272005000200005
Fecha de publicación: Abril del 2015
Artículo #2
Título: LA CONTAMINACIÓN ATMOSFÉRICA VISTA COMO UNA ENFERMEDAD
Autor(es): INVESTIGACIÓN Y CIENCIA ESPAÑA (BLOG)
Url: https://www.investigacionyciencia.es/blogs/medicina-y-biologia/69/posts/la-contaminacin-
atmosfrica-vista-como-una-enfermedad-14570
Fecha de publicación: 28 de septiembre de 2016
Artículo #2
Título: CALIDAD DEL AIRE: UNA PRÁCTICA DE VIDA
Autor(es): Ana María Contreras Vigil, Gloria García Santiago y Bárbara Icaza Hernández
Url: http://biblioteca.semarnat.gob.mx/janium/Documentos/Ciga/Libros2013/CD001593.pdf
Fecha de publicación: 21 de Febrero del 2015
Actividad #2
Leer los textos de la guía de semana 5(colocada en el aula virtual – opción, materiales de su perfil) y los
artículos encontrados (Actividad #1) con el fin de realizar comentarios científicos sustentado con citas en
formato APA. Dichos argumentos deben contener introducción + cita + parafraseo o introducción + cita +
enlace + cita + parafraseo.

Este cuerpo tendrá un mínimo de 1000 palabras.

Utilizar los 3 artículos con los textos publicados en la sesión que servirán de citas y bibliografía
A continuación, se muestra un ejemplo
Comentario parafraseado con argumento científico

LOS ENEMIGOS DEL PLANETA.

A lo largo de los años el único responsable de la contaminación atmosférica y con el cinismo de no


reponer lo que ha creado sigue buscando dinero a maneras no ecologistas a costa de los recursos de
nuestro planeta, lo que nos lleva a un círculo vicioso donde tenemos el consumismo al mando en
donde todos los productos que nos ofrecen no están diseñados de manera ecológica si no en
beneficio de la grandes manufacturas de todo el mundo.

Las emisiones a la atmósfera relacionadas con el cambio climático pueden agravar los efectos de la
contaminación del aire sobre la salud de los ciudadanos, no solo indirectamente por el impacto en
los fenómenos meteorológicos, sino, de manera inmediata, por los efectos directos de los
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contaminantes para la salud. Sin embargo, durante demasiados años los esfuerzos en la mayor parte
del mundo se han dirigido a tratar estos dos problemas separadamente. De hecho, muy a menudo
se considera que los beneficios de la protección del clima sobre la salud se obtendrían a largo plazo.
Por el contrario, lo que se ha puesto de manifiesto en los últimos años es que las acciones para
reducir las emisiones de gases contaminantes redundarían en efectos beneficiosos a corto plazo
debido a la reducción del impacto de los contaminantes atmosféricas sobre la salud de los
ciudadanos.
En este capítulo se presentan los posibles riesgos de los contaminantes más relacionados con los
cambios climáticos, como el ozono o las partículas finas. Teniendo en cuenta las incertidumbres y
desconocimientos sobre el tema en el presente se plantean las principales implicaciones para las
políticas sobre el tema en España, así como las necesidades de investigación. En este sentido, tanto
desde el punto de vista de la vigilancia como de la investigación se considera necesario el
establecimiento de un sistema de vigilancia epidemiológica de los efectos de la contaminación
atmosférica y su relación con los cambios globales.
La Organización Mundial de la Salud considera la contaminación atmosférica como una de las más
importantes prioridades mundiales en salud1. En un reciente informe se ha estimado que la
contaminación ambiental debida a partículas es responsable de 1,4% de todas las muertes en el
mundo. La contaminación atmosférica en interiores tendría un efecto aún mayor, especialmente en
países en vías de desarrollo. En definitiva, importantes sectores de la población se encuentran
expuestos a contaminantes atmosféricos con posibles repercusiones negativas sobre su salud.

Las emisiones a la atmósfera relacionadas con el cambio climático pueden agravar los efectos de la
contaminación del aire sobre la salud de los ciudadanos, no sólo indirectamente por el impacto en
los fenómenos meteorológicos sino de manera inmediata por los efectos directos de los
contaminantes sobre la salud.

La contaminación (polución) atmosférica mata. Es un agente tóxico, muchas veces invisible, poco
contemplado en las agendas políticas y no sujeto a las fronteras nacionales. Su efecto silencioso es
responsable de muchas más muertes que las causadas por el virus del sida, la tuberculosis y los
accidentes de tráfico juntos. Se estima que la contaminación atmosférica causa entre 5,5 y 6,5
millones de muertes en todo el mundo. Valga decir que las muertes por consumo de tabaco se
estiman también dentro de unos márgenes parecidos (5,4-6 millones). En esta entrada analizamos
el estado de la cuestión y en particular las acciones que se están poniendo en marcha para mitigar
esta sangría mundial.

Un órgano extraordinario y al que se ha dedicado poca atención son los pulmones. Situado en la
frontera entre los gases de la atmósfera y la circulación sanguínea, hace que cada una de nuestras
células disponga del oxígeno esencial para la vida. Los pulmones están formados por más de 100.000
vías respiratorias y más de 200 millones de alvéolos. El espacio dentro de estas cavidades presenta
una superficie total equivalente a una cancha de tenis. Miles de millones de glóbulos rojos y blancos
pasan a través de los pulmones cada minuto, los rojos intercambiando oxígeno y dióxido de carbono
y entre los blancos, los macrófagos actuando como primera línea de defensa contra virus, bacterias
y toxinas potencialmente dañinos. Los pulmones son pues un órgano vital con una actividad muy
intensa.

El funcionamiento habitual de los pulmones hace que cualquier cosa que inhalamos ya sea, por
ejemplo, humo de tabaco, vapores, medicinas administradas en forma de aerosoles y contaminantes
atmosféricos tengan un efecto inmediato sobre los pulmones y a través de la circulación sanguínea,
lleguen de forma efectiva al resto de los órganos de nuestro cuerpo. A pesar de la inmediatez y largo
alcance que estos factores externos pueden tener sobre nuestro organismo por medio de la
respiración, sabemos aún bastante poco sobre los mecanismos y
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efectos fisiológicos asociados a la exposición a los productos inhalados, ya sean estos substancias
tóxicas o medicinales. En este sentido podemos decir que lo que aquí llamamos "enfermedad por
contaminación atmosférica" está poco conocida y mal tipificada.

De hecho el problema no es trivial y uno de sus orígenes es la basta diversidad de lo que llamamos
"contaminación o polución atmosférica". Una idea de esta complejidad ya se deduce de definiciones
en las que se dice que es "la presencia en el aire de materias o formas de energía que implican riesgo,
daño o molestia grave para las personas y bienes de cualquier naturaleza...". Entre las causas
naturales de contaminación atmosférica podemos citar a los volcanes y los incendios forestales, sin
embargo, las actividades antropogénicas son las principales. De todas ellas, la combustión de
combustibles fósiles tanto para la generación de energía como para el transporte es, con mucho, la
más importante. Una de las posibles clasificaciones de los contaminantes atmosféricos distingue
cuatro categorías: contaminantes gaseosos, contaminantes orgánicos persistentes, metales pesados
y partículas.

Entre los contaminantes gaseosos se incluyen, por ejemplo, el dióxido de azufre (SO2), los óxidos de
nitrógeno (NOx), el monóxido de carbono (CO), el ozono (O3) y los compuestos orgánicos volátiles
como el benceno. Estos productos se originan en gran medida por la combustión de los combustibles
fósiles durante los procesos de producción de electricidad y por los medios de transporte.

Los contaminantes orgánicos persistentes son un grupo de sustancias químicas tóxicas que deben
este nombre al hecho de que persisten en el medio ambiente durante mucho tiempo y sus efectos
se magnifican cuando entran en la cadena trófica (alimentaria) como resultado de procesos de
bioacumulación. En este grupo se incluyen muchos pesticidas, las dioxinas, furanos y los bifenilos
policlorados, más conocidos por sus iniciales inglesas, PCBs. De entre ellos, las dioxinas se generan
por combustión incompleta de materiales que contienen cloro, como es el caso de algunos plásticos.
Estas dioxinas emitidas a la atmósfera se depositan luego en el suelo o en las aguas contaminando
así las fuentes de agua dulce de que disponemos.

De entre los 118 elementos químicos existentes, un grupo de ellos conocido como metales pesados,
tales como, el plomo, el mercurio, el cadmio, la plata, el níquel, el vanadio, el cromo y el manganeso
a pesar de ser componentes naturales de nuestro planeta son considerados contaminantes
atmosféricos con propiedades tóxicas. Su presencia en el medio ambiente se produce por
combustión, por vertido de aguas residuales y como resultado de algunos procesos industriales. En
cantidades muy pequeñas, es decir a nivel de trazas, se encuentran en el cuerpo humano donde
participan en procesos metabólicos esenciales para la vida. Sin embargo, a mayores concentraciones
pueden llegar a ser tóxicos. Estas concentraciones, como en el caso anterior, se producen por
procesos de bioacumulación debidas a tiempos de exposición prolongados a estos contaminantes.

Actividad #3
Colocar 5 propuestas de solución como mínimo de la investigación, cada una de ella tendrán un mínimo de
150 palabras.
Propuesta de Solución
- A pesar de algún aire (más bien brisa) fresco que se avecina por algún horizonte
internacional, como los aquí citados, y que insinúa algún cambio, la conclusión de lo que
aquí se ha expuesto no puede ser positiva pues para hacer frente y frenar mínimamente la
sangría de la "enfermedad por contaminación atmosférica" queda mucho por hacer, aquí y
en cualquier parte del mundo, y las dificultades a superar son inmensas. Sin duda alguna,
lo primero que se debe hacer es concienciar a la ciudadanía de este problema. Acciones
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como el "día sense cotxes" de Barcelona o la próxima campaña de la OMS "BreatheLife"


son alguno de los pocos ejemplos.

- La detección y atribución de los efectos del cambio climático sobre la salud requieren el
establecimiento de un sistema de monitorización para detectar los efectos tempranos50.
En nuestro país no existe un sistema de vigilancia epidemiológica de los efectos de la
contaminación atmosférica. En la actualidad se dispone de diversos programas de
monitorización de calidad del aire gestionados a nivel central y, mayoritariamente, en las
comunidades autónomas por los departamentos encargados del medio ambiente. Dichos
sistemas no están, en general, integrados con los sistemas de alerta y los servicios de salud
pública. Ésta debería ser una acción prioritaria para el futuro cercano en nuestro país, y no
solo por la detección de efectos ligados al cambio climático. Dicho sistema de vigilancia
debería incluir información diaria de los niveles de contaminación atmosférica, de las
variables meteorológicas y de variables de salud como defunciones (total y por causa
específica), el número de ingresos hospitalarios por causas cardiovasculares y respiratorias
y si fuera posible información sobre las urgencias hospitalarias. Caso de no ser posible
disponer de esta última información se podría seleccionar una serie de servicios de
urgencias como centinela. Al mismo tiempo se debería obtener de la correspondiente
información sobre estructura demográfica, nivel socioeconómico y calidad del hábitat y
calidad de la atención sanitaria.

- Para cumplir con los objetivos de un sistema de vigilancia este debería generar un registro
mantenido y, muy especialmente, debería producir información oportuna y representativa
que permitiera su uso en la planificación, desarrollo y la evaluación de las acciones de
salud pública.

Bibliografía
1. Organización Mundial de la Salud. Informe de Estado de la salud en el mundo 2002
[citado 12 de diciembre de
2004] http://www.who.int/whr/2002/chapter4/en/index7.html

2. Cohen AJ, Anderson HR, Ostro B, Pandey KD, Kryzanowsky M, Kuenzly N, et al.
Mortality impacts of Urban Air Pollution. En: Ezzati M, Lopez AD, Rodgers A, Murray CJL
(editores). Comparative Quantification of Health Risks: Global and Regional Burden of
Disease Attributable to Selected Major Risk Factors. Ginebra: Organización Mundial de
la Salud; 2003

3. Katsouyanni K, Schwartz J, Spix C, Touloumi G, Zmirou D, Zanobetti A et al. Short


term effects of air pollution on health: a European approach using epidemiologic time
series data: the APHEA protocol. J Epidemiol Community Health 1996; 50 (Suppl
1):S12-8

4. Samet JM, Dominici F, Curriero FC, Coursac I, Zeger S. Fine Particulate Air Pollution
and Mortality in 20 U.S. Cities, 1987-1994. N Engl J Med 2000; 343(24):1742-1749

5. Quenel P, Cassadou S, Declerq C, Eilstein D, Filleu L, Le Goaster C et al. Rapport


Surveillance épidémiologique 'Air & Santé'. Surveillance des effets sur la santé liés à la
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pollution atmosphérique en milieu urbain. Paris, Institut de Veille Sanitaire;


1999.

6. Biggeri, A, Bellini, P, Terracini, B (editores). Meta-analysis of the Italian Studies on


Short-term Effects of Air Pollution. Epidemiologia & Prevenzione 2001; 25[Supl 2

7. Grupo EMECAM El proyecto EMECAM: Estudio español sobre la relación entre la


contaminación atmosférica y la mortalidad. Revista Española de Salud Pública
1999;73:165-314

8. Saez M, Ballester F, Barceló MA, Perez-Hoyos S, Tenías JM, Bellido J et al. A


combined analysis of the short-term effects of photochemical air pollutants on mortality
within the EMECAM project. Environ Health Perspect 2002;110:221-228

9. Ballester F, Iñíguez C, Saez M, Pérez-Hoyos S, Daponte A, Ordóñez JM, et al.


Relación a corto plazo de la contaminación atmosférica y la mortalidad en trece
ciudades españolas. Med Clin 2003;121:684-9

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