Está en la página 1de 3

A labad a Jehová, porque él es bueno,

Porque para siempre es su misericordia.


Salmos 136:1

B ienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando


haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha
prometido a los que le aman. Santiago 1-12

E stad siempre gozosos, orad sin cesar, dad gracias a Dios en todo,
porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.
1 Tesalonicenses 5:16-18

L os ancianos que gobiernan bien, sean tenidos por dignos de doble


honor, mayormente los que trabajan en predicar y enseñar.
1 Timoteo 5:17

A sí que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes,


creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo
en el Señor no es en vano. 1 Corintios 15-58

R egocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo! Regocijaos! Gal.4-4

D oy gracias a mi Dios siempre que me acuerdo de vosotros,


siempre en todas mis oraciones rogando con gozo por todos vosotros,
por vuestra comunión en el evangelio, desde el primer día hasta
ahora. Filipenses 1:3-5

O s rogamos, hermanos, que reconozcáis a los que trabajan entre


vosotros, y os presiden en el Señor, y os amonestan; y que los tengáis
en mucha estima y amor por causa de su obra. Tened paz entre
vosotros. 1 Tesalonicenses 5:12-13
A brid las puertas, y entrará la gente justa, guardadora de verdades.

Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti


persevera; porque en ti ha confiado. Isaías 26: 2-3

L a mujer sabia edifica su casa, más la necia con sus manos la


derriba. El que camina rectamente teme a Jehová, más el de
caminos caminos pervertidos lo menosprecia

B endito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de


misericordias y Dios de toda consolación,

El cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que


podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier
tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos
consolados por Dios. 2 Corintios 1:3-4

A unque ande en valle de sombra de muerte,


No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo;
Tú vara y tu cayado me infundirán aliento. Salmos 23-4.

También podría gustarte