ARTE, LETRAS Y CONDICIÓN HUMANA; UNA APROXIMACIÓN

A LOS CLÁSICOS DE LA LITERATURA ESPAÑOLA

La naturaleza humana se reviste de complejidades que pueden desatar los sentimientos más
profundos, sublimes y altruistas, pero también los más egoístas ambiciosos y, si se quiere,
demoniacos. Solo el arte ha sido capaz de explicar la condición humana en su verdadera
dimensión. La literatura, por su parte, ha logrado poner en evidencia la conducta
humana, las palabras se revisten de una estética capaz de mostrar las dos caras del ser humano
en cada época de la historia, sus vicisitudes y sus alegrías. Los personajes en una obra son solo
excusas para escudriñar el alma humana. La literatura española ha contribuido al constructo y la
prefiguración de las formas estéticas del lenguaje más elevadas, reflejadas en obras clásicas que de
alguna manera trasladan al lector emociones y sentimientos que son propios de la conducta
humana y que prevalecen en el tiempo, es así como El Lazarillo de Tormes (Anónimo), La Vida del
Buscón (Francisco de Quevedo), el Cantar del Mío Cid (Anónimo), Las Novelas Ejemplares (Miguel
de Cervantes Saavedra), El Alcalde de Zalamea (Pedro Calderón de la Barca), Don Juan Tenorio
(José Zorrilla) y Pepita Jiménez (Juan Varela) entre otros, han logrado develar las diversas facetas
del comportamiento humano, a través de personajes en diferentes escenarios que logran hacer
identificar al lector con su propia realidad. Los clásicos de la literatura española recogen toda la
esencia de la conciencia humana y la transforman en palabras exquisitas que deleitan, identifican,
alegran y hacen sufrir en cada una de sus páginas.