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- HERIDAS
HERIDAS CORTANTES:
Soluciones de continuidad de la piel, ocasionados por agentes con punta y/o filo,
que comprometen la epidermis y dermis, pudiendo afectar planos anatómicos más
profundos.
HERIDAS PUNZANTES:
Soluciones de continuidad de la piel que son ocasionados por la acción del extremo
agudo y/o punta de un agente de forma alargada (verduguillo, tenedores, clavos,
lápiz, desarmadores, etc.), que comprometen la epidermis y dermis, pudiendo
inclusive, afectar planos anatómicos más profundos.
salida:
Diámetro del orificio de
salida
Forma irregular con bordes
evertidos
Lesiones
Son lesiones causadas por agentes físicos, químicos y radiaciones que lesionan la
piel y otros tejidos acompañándose de un trastorno hidroelectrolítico. Las
quemaduras son producidas por agentes físicos, por ejemplo: lesiones ocasionadas
por calor, o electricidad, así como agentes químicos: lesiones ocasionadas por
ácidos, álcalis o sales. También pueden ser ocasionadas por radiaciones.
Frecuentemente las quemaduras afectan la piel, pudiendo afectarse también otros
tejidos más profundos como el tejido celular subcutáneo, fascia, músculo y hueso
inclusive. Dependiendo de la gravedad de la quemadura, es decir teniendo en
cuenta su profundidad y extensión, éstas pueden estar acompañadas de un
síndrome humoral, que consiste en la fuga de líquidos y electrolitos al exterior,
produciéndose un desbalance hidroelectrolítico, que altera el medio interno. Las
lesiones ocasionadas por acción del frio se denominan específicamente como
heladuras.
Son lesiones ocasionadas por algunos organismos vivos (peces, medusas, plantas)
que en contacto con la superficie corporal causan lesiones irritativas.
Después de haber recibido la dosis de radiación, las lesiones cutáneas suelen tardar
entre 24-48 horas en aparecer. Si la dosis de radiación recibida es muy alta, pueden
ir acompañadas o precedidas de sintomatología sistémica: malestar general,
cefaleas, náuseas, vómitos, diarreas, hemorragias, e incluso la muerte inmediata.
Signos: eritema, piel caliente y seca, sin exudado ni flictenas. En algunos casos
ligero edema en zonas propensas: cara (especialmente en párpados), tobillos,
genitales externos.
Síntomas: hipersensibilidad al más mínimo contacto, sensación de picor, escozor
o quemazón (dolorurente). Piel seca y tersa. Puede aparecer sensación de
escalofríos y piloerección.
Quemadura Superficial:
Quemadura Profunda:
Afectación: afecta todos los estratos epidérmicos, llegando hasta la dermis
reticular, pero sin afectación del tejido subcutáneo. La dermis papilar con todas las
crestas epidérmicas queda necrosada. Sólo quedan viables las escasas células
epidérmicas que forman el revestimiento de los segmentos más profundos de las
glándulas sudoríparas y de los folículos pilosebáceos. Las terminaciones sensitivas
superficiales están destruidas.
Signos: flictenas o zonas de dermis denudada por pérdida o retracción de la capa
epidérmica lesionada. En ocasiones la epidermis permanece adherida a la dermis
sin formar flictenas ni retraerse, pero toma una coloración rojo intenso o
marronácea, que se desprende al frotar con una gasa. La
superficie de la herida, una vez retiradas las flictenas o la
epidermis desvitalizada, es de color rojo muy pálido o
blanco (por colapso o coagulación de los capilares del
plexo vascular superficial), lisa, brillante y exudativa.
Síntomas: dolorosas, pero menos molestas a la
exploración táctil que las dérmicas superficiales.
Evolución: existe la posibilidad de una lenta epitelización a partir de las escasas
células epidérmicas restantes en la raíz de las glándulas y los folículos
pilosebáceos, así como a partir de los bordes de la lesión. Pueden tardar desde un
mínimo de 15 a 20 días, en los casos más rápidos, hasta dos o tres meses, o incluso
más, cuando son muy extensas.
Secuelas: si cicatrizan por segunda intención pueden dejar importantes secuelas
funcionales y estéticas (discromías permanentes, retracciones, cicatrices
hipertróficas). Con tratamiento quirúrgico (desbridamiento del tejido necrosado y
autoinjerto cutáneo) se reduce significativamente el tiempo de cierre de la herida y
se obtiene un mejor resultado estético y funcional.
c) Quemaduras de tercer grado:
Afectación: destrucción completa de todo el espesor de la piel, llegando a afectar
tejido subdérmico e incluso estructuras subyacentes (fascia, músculo, tendón,
vasos, nervios, periostio, etc.). Queda afectada la totalidad de los anejos cutáneos
(glándulas, folículos, etc.). No queda ninguna célula epidérmica viable. Las
terminaciones nerviosas también resultan destruidas.
Signos: el signo típico es la escara. Tienen un tacto seco, acartonado, y un color
variable, que puede ir desde el blanco nacarado hasta el negro.
Síntomas: son lesiones que no tienen sensibilidad al tacto debido a la total
destrucción de sus terminaciones sensitivas (anestesia). El paciente no distingue si
se le pincha o se le presiona con un objeto romo. No obstante, pueden provocar
dolor intenso por irritación de los tejidos sanos colindantes y por la compresión que
ejercen sobre los planos subyacentes.
Evolución: la evolución espontánea de estas quemaduras es muy lenta, puesto
que implica la necesidad de desbridamiento autolítico, granulación desde planos
profundos y posterior epitelización, a partir de la migración de las células
epidérmicas desde los bordes hacia el centro de la herida. El cierre por segunda
intención sólo es factible en lesiones muy poco extensas. Las quemaduras de tercer
grado extensas requieren tratamiento quirúrgico (desbridamiento quirúrgico del
tejido necrosado y autoinjerto cutáneo).
Secuelas: dejan secuelas importantes: discromías, cicatrices hipertróficas,
retracciones, queloides, sinequias, amputaciones y secuelas psicológicas de
diversa consideración.