MONOGRAFIA
AUTOR
TUTOR
2015
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INDICE
1. INTRODUCCION
2. JUSTIFICACION
3. OBJETIVOS
4. METODOLOGIA
5. DEFINICIONES Y MARCO TEORICO
6. MANIFESTACIONES BUCODENTALES EN LOS PACIENTES DIABETICOS
7. CONSIDERACIONES DEL TRATAMIENTO ORTODONTICO EN PACIENTES
DIABETICOS
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1. INTRODUCCIÓN
La diabetes mellitus es un grupo de enfermedades metabólicas caracterizadas por hiperglucemia
crónica que altera el metabolismo de los hidratos, lípidos y proteínas resultado del defecto en la
secreción de insulina, acción de la insulina, o ambos (1).
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2. JUSTIFICACION
3. OBJETIVO
Generar recomendaciones basadas en la evidencia, para confeccionar una guía clínica
orientada a la planificación del tratamiento ortodóncico en pacientes con DM, a fin de prevenir
y evitar complicaciones en la atención a estos pacientes.
4. METODOLOGIA
La metodología que se siguió para la realización de este documento, consistió en la recopilación
y sistematización de información de referencias bibliográficas, en revistas de carácter
científico en biblioteca universitaria y a través de internet, en sitios como PudMed y
MEDLINE, del tipo revisiones sistemáticas, elegidas por su mayor calidad de evidencia. Se
consultaron textos guía como referentes de bases teóricas.
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3. MARCO TEORICO
3. DEFINICION
La insulina es una hormona polipeptídica que es secretada por las células β de los islotes
pancreáticos. Las células β de los islotes pancreáticos funcionan como un sensor energético en
general y de la glucemia en particular, lo que les permite integrar simultáneamente señales de
nutrientes y moduladores. La llegada del alimento al tubo digestivo y su posterior absorción se
acompaña de numerosas señales que son: aumento de los niveles de glucosa y de otros
metabolitos en plasma, secreción de algunas hormonas gastrointestinales, activación de nervios
parasimpáticos, etc. Todas estas señales controlan la secreción de insulina.
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3. EPIDEMIOLOGÍA
La diabetes afecta a individuos de todas las edades, con un pico de incidencia en la quinta
década de vida. Aproximadamente, del 5 al 10% de todos los pacientes diabéticos tiene diabetes
tipo 1, con un pico de incidencia entre los 10 y los 14 años de edad.
En Argentina, se estimaron 2.426.000 diabéticos en el año 2011 y se prevé que este número va a
duplicarse para el año 2030. Esta tasa de crecimiento es similar a la de EE.UU. y Canadá y muy
superior a la de países europeos. Según la última Encuesta Nacional de Factores de Riesgo del
Ministerio de Salud, de 2011, el 9,6% de la población argentina tiene diabetes. Los estudios de
prevalencia para América Latina concluyen que la DM afecta entre el 6 y el 8% de sus
poblaciones adultas y urbanas.
La OMS estima que la prevalencia global de la DM aumentará de 180 millones en 1995 a 360
millones en 2030, de los cuales el 90% corresponde al tipo2.
Dadas las perspectivas muy poco optimistas arrojadas por el estudio realizado por la FID, 1 es
urgente la toma de medidas preventivas a nivel estatal e individual. El aumento de factores
predisponentes como el sedentarismo, la alimentación inadecuada, el sobre peso y la obesidad,
junto con el envejecimiento poblacional y el descenso de la mortalidad por enfermedades
1
Nam Han Cho. Atlas de la Diabetes de la FID. Sesta edición . www.idf.org./sites/default/files/SP-6E-
atlas-full.pdf
6
3.2.2 DIABETES TIPO 2
Su etiología es multifactorial, ya que incluye factores genéticos y ambientales. Resulta de la
combinación de un aumento de la resistencia a la insulina en los tejidos periféricos –asociado al
incremento del tejido adiposo visceral– y una disfunción progresiva de las células β–con
cambios cuali y cuantitativos de la secreción de insulina, así como de glucagón por parte de las
células α–. La DM tipo 2 era considerada hasta hace poco tiempo una enfermedad propia de la
edad adulta. Si bien es cierto que continúa siendo más prevalente en grupos etarios adultos,
existe evidencia de su aparición con mayor frecuencia en la adolescencia y juventud, en estrecha
asociación con el aumento en la prevalencia de la obesidad.
3.3 DIAGNÓSTICO
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d. Hemoglobina A1C (HbA1C) ésta ha sido el indicador más fiel para monitorear los
pacientes diabéticos y gracias a la estandarización alcanzada en la prueba en los últimos
años, la American Diabetes Association (ADA) la incorporó recientemente como el
primer criterio de diagnóstico de diabetes en individuos asintomáticos o con sospecha
clínica de esta enfermedad. La ADA ha definido tres puntos de corte para la HbA1c: ≤
5,6%, nivel no diabético; entre 5,7% y 6,4%, nivel prediabético; y, ≥ 6,5%, compatible
con el diagnóstico de diabetes. Igualmente, la ADA mantiene como la meta en el
tratamiento del paciente diabético un nivel de HbA1c ≤ 7%. Además de la definición de
los puntos de corte, enfatiza en la necesidad de que las pruebas se hagan en un
laboratorio clínico que utilice instrumentos y reactivos certificados por el NGSP
(National Glycohemoglobin Standardization Program) y estandarizados de acuerdo con
las especificaciones del DCCT (Diabetes Control and Complications Trial).
Independientemente del tipo de diabetes Mellitus, un mal índice de glicemia conduce a sufrir
enfermedades crónicas y agudas.
3.4.1.2 HIPOGLUCEMIA
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Disminución del nivel de glucosa en sangre por debajo de los 50mg/dl. Puede ser consecuencia
de ejercicio físico no habitual o sobre esfuerzo, sobredosis de insulina, cambios en el lugar de
inyección, ingesta insuficiente.
3.4.2.3 NEUROPATÍAS
La diabetes puede lesionar los nervios por distintos mecanismos, como el daño directo por la
hiperglucemia y la mengua del flujo sanguíneo que llega a los nervios como resultado del daño
de los pequeños vasos. La lesión en los nervios se puede manifestar por pérdida sensorial,
lesiones de los miembros e impotencia sexual. La disminución de la sensibilidad en los pies
puede impedir que los diabéticos reconozcan a tiempo los rasguños y cortes que se infectan y
agravan, si estas lesiones no se tratan a tiempo, pueden obligar a efectuar la amputación.
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3.4.2.5 TRANSTORNOS OSEOS
La hiperglicemia en la diabetes tipo 1 conlleva a un desequilibrio metabólico con pérdida
importante de calcio y magnesio por la orina, un metabolismo anormal de la vitamina D que
aumenta el déficit de calcio, factor imprescindible para la formación de hueso, a lo cual se suma
un pobre estimulo a las células creadoras de hueso por la falta de insulina, la pérdida crónica de
magnesio por la orina y un mal funcionamiento de las glándulas paratiroides, inciden en su
conjunto en la formación de huesos con una masa ósea muy pobre en cantidad y calidad.
En la diabético tipo 2 las alteraciones óseas, van a depender de la evolución de la enfermedad en
el tiempo, con riesgos comprobados de osteoporosis, osteomalacia y enfermedad adinámica de
los huesos, con una densidad mineral ósea aparentemente normal o aumentado pero con fallas
en su estructura.
El tratamiento del paciente con diabetes mellitus consiste en: educación sobre pautas de estilo
de vida saludables, evaluación de las posibles complicaciones micro y macro vasculares,
normalización de glucemia, reducción de los factores de riesgo cardiovasculares y omisión de
fármacos que pueden agravar las anomalías del metabolismo insulinico y lipidico. La diabetes
mellitus presenta en su historia natural una serie de transformaciones en su fisiopatología, por lo
que resulta imprescindible que adaptar el tratamiento a su curso evolutivo.
Los pacientes con diabetes mellitus deben recibir educación, a partir del diagnostico de su
enfermedad y este apoyo educacional, debe ser parte integral del programa del tratamiento de su
diabetes mellitus. La educación debe incluir aspectos psicosociales, porque la percepción de
bienestar personal se asocia frecuentemente a resultados positivos en el control de la diabetes.
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3.5.1.3 TRATAMIENTO FARMACOLOGICO
Tanto como en la diabetes Mellitus tipo 1, diabetes Mellitus tipo 2 y la gestacional, el objetivo
es restaurar los niveles de glucèmicos normales. En la diabetes Mellitus se aplica un
tratamiento sustitutivo de la insulina o análogos de la insulina.
3.6.1. PERIODONTITIS
Es la complicación intraoral más frecuente de todas las observadas en los pacientes diabéticos,
pero clínicamente no difiere de la descrita en sujetos sanos, salvo por la mayor incidencia de
abscesos periodontales. Los sujetos diabéticos con mayor riesgo de padecer periodontitis serán
aquellos que presenten mala higiene oral, una larga evolución de su diabetes o un mal control de
su alteración metabólica. En ellos, suele observarse gingivitis y gingivorragias con encías
tumefactas y enrojecidas, asociadas o no al daño de los tejidos periodontales de soporte. Se sabe
que los pacientes diabéticos peor controlados son los que desarrollan con mayor frecuencia y
severidad procesos destructivos periodontales y que la severidad de la periodontitis se
incrementa con la duración de la diabetes. De hecho, algunos autores defienden la inclusión de
la periodontitis como una complicación más de la diabetes, debido a su alta prevalencia en estos
enfermos. La asociación diabetes-periodontitis podría explicarse porque la hiperglucemia
produce alteraciones estructurales de las proteínas tisulares del periodonto (predominantemente
colágeno) y microangiopatía gingival, con degeneración de los capilares, dejando un tejido con
escasa vascularización y susceptible a las infecciones. Además, en la diabetes aparece una
alteración funcional de los leucocitos polimorfonucleares con disminución en su quimiotaxis e
incluso anulación en su capacidad de fagocitosis, lo que incrementa la susceptibilidad a la
infección. Ante una agresión bacteriana, como puede ser la enfermedad periodontal, se produce
mayor liberación de mediadores pro-inflamatorios, responsables de la reabsorción de los tejidos
periodontales. Todo ello implica que la periodontitis en los diabéticos sea de aparición más
temprana, que evolucione más rápida y severamente, con presencia de bolsas más profundas,
mayor frecuencia de abscesos, movilidad dentaria y pérdida de inserción, y con una peor
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respuesta al tratamiento. Por lo tanto, la pérdida dental es más precoz. Las bacterias
periodontales pueden pasar a la circulación sanguínea e influir a nivel sistémico, afectando a
diferentes órganos y sistemas. Por ello, además de valorar a la diabetes como un factor de riesgo
para la aparición de periodontitis, hoy en día la evidencia científica disponible también plantea
la relación inversa, es decir, que la periodontitis sea un factor de riesgo en la diabetes. A su vez,
la elevada producción de mediadores de la inflamación, junto con el proceso infeccioso,
favorece una mayor resistencia periférica a la insulina y un ineficiente control de la glucemia.
De hecho, los pacientes con periodontitis suelen ser los que tienen peor control metabólico.
Fundamentalmente, se ha demostrado que la severidad y la progresión de la periodontitis
influyen en el grado de control metabólico de la diabetes, tanto que con un tratamiento
periodontal adecuado, se puede producir una baja en los niveles de glucosa sérica en estos
pacientes. En definitiva, el estado de hiperglucemia mantenida potencia las complicaciones de la
diabetes, entre ellas la periodontitis. Esta, a su vez, cierra un círculo vicioso por los mecanismos
descritos anteriormente, provocando un aumento en la resistencia periférica a la insulina y un
deficiente control metabólico del paciente. En función de esto, sería recomendable que el
control de la enfermedad periodontal formara parte del plan de tratamiento en los pacientes
diabéticos y que sus revisiones periódicas incluyeran una valoración buco-dental.
3.6.3. HIPOSIALIA
Afecta a un tercio de los pacientes diabéticos, que manifiestan sequedad oral. Su patogenia es
controvertida: se atribuye a la deshidratación derivada de la hiperglucemia y al incremento de la
diuresis (a mayor descompensación metabólica, menor flujo salival). Entre la lesión de tejidos
blandos de la cavidad bucal se encuentran las infecciones por hongos (candidiasis), las úlceras y
los cambios en la lengua (fisuras linguales, lengua saburral, alteraciones del sentido del gusto,
lengua ardiente, depapilación lingual, sensación de ardor). El desarrollo de estas afecciones se
debe a la hiposialia y la alteración de respuesta inmune e inflamatoria.
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3.6.4. HIPERTROFIA PAROTÍDEA BILATERAL
Se presenta en forma indolora y se extiende en ocasiones a las glándulas submaxilares. Su
origen se atribuye a la neuropatía periférica del sistema nervioso vegetativo que inerva la
glándula. Esta patología también favorece la incidencia de liquen plano. Se ha encontrado en un
amplio rango de valores en su detección en los pacientes diabéticos.
Asimismo, el odontólogo juega un papel importante como miembro del equipo de salud para
ayudar a los pacientes diagnosticados a mantener el control de la glucemia mediante el
tratamiento correcto de las infecciones orales y la instrucción de medidas de higiene oral. Para
minimizar el riesgo de emergencias en el consultorio odontológico en pacientes con DM, el
odontólogo necesita tener presente un número de consideraciones antes de iniciar el tratamiento
dental.
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La anamnesis relacionada con la cavidad oral debe incluir preguntas relacionadas a la dificultad
en la cicatrización, la presencia de xerostomía, el sangrado y la hiperplasia gingival, la halitosis,
la presencia de mal sabor en la boca, y a la sensación de quemazón en la lengua u otros sitios de
la mucosa oral. Los signos y síntomas que se presentan en la cavidad oral de pacientes niños,
jóvenes o adultos, son indicio de la pérdida excesiva de fluidos por la poliuria, la alteración de
la respuesta inmune a las infecciones y la cicatrización, los cambios vasculares y el incremento
de la glucosa en saliva.
Cuando el odontólogo atiende a un paciente con diagnóstico de DM, debe realizar la anamnesis
que le permita establecer el grado de control y progreso de la enfermedad. La anamnesis debe
establecer tipo de diabetes, fecha de su control con examen de laboratorio, comprensión
completa de su tratamiento médico (incluyendo medicamentos, dosis y momento del día en que
se administran, etc.). En el caso de las complicaciones sistémicas de la DM (por ejemplo, la
hipertensión, la enfermedad cardiovascular, la retinopatía, la insuficiencia renal) el odontólogo
debe consultar con el médico del paciente para discutir las modificaciones en el plan de
tratamiento dental, sobre todo cuando se prevén procedimientos quirúrgicos.
El odontólogo debe realizar un examen clínico minucioso de la cavidad oral del paciente para
establecer y corroborar el estado de salud oral con evidencia radiográfica.
Este tipo de paciente estará sometido a distintos tipos de fármacos tanto para la analgesia o
anestesia.
Los pacientes que vaya a someterse a procedimientos quirúrgicos pueden requerir ajuste de las
dosis de insulina o del régimen de las drogas antidiabéticas orales. Para ello, el odontólogo debe
consultar con su médico tratante.
Se recomienda utilizar anestésicos sin vasoconstrictor en todos los pacientes diabéticos, debido
a que pueden presentar enfermedad cardiovascular concomitante.
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3.7.2.1 INTERACIONES MEDICAMENTOSAS
NOMBRES GENÉRICOS
CLASE DE DROGA MECANISMO DE ACCIÓN
DE LAS DROGAS
Clorpropamida
Glipizide
Sulfonilureas Estimula la secreción de insulina
Glyburide
Glimepiride
Disminuye la glucogenólisis y
Biguanides Metformin
producción de glucosa hepática
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glucosa en sangre es bajo y la actividad de la insulina, alta, por lo que el riesgo de presentar
reacciones hipoglucémicas es más alto.
PREPARACIONES DE INSULINA
La complicación más común que puede ocurrir durante el tratamiento odontológico a los
pacientes con diabetes mellitus es un episodio de hipoglicemia. Si los niveles de insulina o de
medicamentos antidiabéticos exceden los niveles fisiológicos necesarios, los pacientes pueden
experimentar un severo declive en sus niveles de glucosa en sangre. El riesgo máximo de
desarrollar hipoglicemia generalmente ocurre durante el pico de actividad insulinica. Los
estados de hipoglicemia leves se caracterizan por irritabilidad, temblor, sudoración fría y
profusa, intensa, taquicardia y confusión mental. Estos síntomas, en parte, se deben a la
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secreción de adrenalina, un mediador de la respuesta contrarreguladora a la caída de la glucosa.
El coma hipoglicémico grave comienza con las manifestaciones antes descritas y rápidamente se
instalan las convulsiones, estupor, coma o signos neurológicos focales.
Azúcares o alimentos de
Cantidad a tomar
rápida acción
Un paquete de 2 o 3 tabletas
Glucosa (gel o tabletas) (siguiendo las instrucciones del
paquete).
Miel 1 Cucharada
Caramelos duros 8
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ml de una solución de dextrosa al 50% o bien 1 mg de glucagón por vía intravenosa. Aunque el
glucagón también puede ser administrado por vía subcutánea o intramuscular.
La hiperglicemia severa asociada con diabetes mellitus tipo 1 (cetoacidosis), o diabetes mellitus
tipo 2 (estado hiperosmolar no cetótico), usualmente tiene un inicio prolongado. Por lo tanto, el
riesgo de una crisis de hiperglicemia es mucho más bajo que el de una crisis de hipoglicemia en
el marco de una consulta odontológica. Las manifestaciones del estado de hiperglicemia son
fundamentalmente malestar general, dolor abdominal, náuseas, vómitos, taquipnea e incluso
puede llegar al coma, de no tratarse adecuadamente. Definitivamente el manejo de una
hiperglicemia requiere intervención médica y administración de insulina. Sin embargo, basados
solamente en los síntomas, puede ser dificultoso diferenciar entre hipoglicemia e hiperglicemia.
Por lo tanto el Odontólogo debería administrar una fuente de carbohidrato para un paciente a
quien se le ha realizado un diagnóstico presuntivo. Aún si el paciente está experimentando un
episodio de hiperglicemia, la poca cantidad de azúcar adicional es improbable que cause daño
significativo. El clínico debería medir los niveles de glucosa inmediatamente después del
tratamiento. Estos pacientes deben ser trasladados de urgencia a un cuerpo de guardia de un
centro médico u hospital más cercano.
Si el odontólogo prevé que la ingesta normal del paciente se va a ver alterada tras el tratamiento,
la dosis de insulina o de los antidiabéticos orales tendrá que ser ajustada por el médico del
paciente.
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Es importante considerar que los salicilatos aumentan la secreción de la insulina y la
sensibilidad a ésta, y puede potenciar la acción de las sulfonilureas, por lo que en general, la
aspirina deberá ser evitada en los pacientes diabéticos. Salicilatos y otros AINEs por su
competencia con los hipoglicemientes orales por las proteínas plasmáticas, necesitan una
indicación muy precisa.
El analgésico a indicar en un paciente diabético es: Paracetamol, o Paracetamol + codeína.2
2
Cardozo E, Parodi G. Consideraciones a tomar en cuenta en el manejo odontológico del
paciente con diabetes mellitus. Acta Odontológica Venezolana 2003, vol. 41 nº1.
19
dilucidar el mecanismo exacto por el que la diabetes produce cambios en las mandíbulas
humanas. Sin embargo, los posibles efectos nocivos de la diabetes sobre el crecimiento del
maxilar y la mandíbula que ya se ha informado deben ser tenidos en cuenta durante el
diagnóstico y la planificación de los tratamientos ortodóncicos y ortopédicos en pacientes
diabéticos en etapa de crecimiento.
20
ligamento periodontal, se puede suponer que su correcto funcionamiento depende de, entre otros
factores, la integridad morfológica y funcional de esta estructura y su relación con las
estructuras adyacentes.
Una alteración del estado metabólico que interfiere con la remodelación ósea puede resultar en
una tasa diferente de movimiento dental. En cuanto a la influencia de la DM en la cantidad de
movimiento dental clínico, la literatura muestra resultados controversiales. En su estudio con
ratas diabéticas, Kamo encontró que la cantidad de movimiento con una fuerza de ortodoncia en
el grupo experimental fue 50% más bajo que en el grupo de control. El retraso en la
remodelación ósea y la eliminación del tejido hialino, en un estado diabético, puede causar
retraso en el movimiento dental. Del mismo modo, la aplicación de fuerzas pesadas produce
grandes cantidades de tejido hialino, minando la resorción y retrasando el movimiento dental.
En la diabetes, se estima que hay un retraso debido a la dificultad en la eliminación de este
tejido necrótico. Existe la hipótesis de que los problemas en el sistema vascular y con la
remodelación ósea en la diabetes contribuyen negativamente al proceso de movimiento dental.
Por otro lado, el movimiento del diente puede estar aumentado en presencia de la enfermedad.
En experimentos que utilizaron fuerzas ligeras, Hiraoka y Braga observaron un mayor
movimiento de dientes en un grupo de ratas diabéticas en comparación con las ratas de control.
Esto puede explicarse por la influencia negativa de factores intrínsecos y extrínsecos presentes
en la diabetes, y sus acciones acumuladas tanto en el tejido óseo como en el epitelial y el
conectivo. La presencia de un mal estado periodontal puede promover un mayor movimiento del
diente, independientemente de la cantidad de fuerza usada. Los cambios en la morfología y la
distribución de las fibras de Sharpey, observados en la diabetes, también pueden favorecer la
pérdida de anclaje dental.
Es importante destacar que todos estos resultados negativos que acabamos de mencionar se
observaron en ratas diabéticas inducidas sin tratamiento. El modelo experimental de diabetes
crónica utilizado en estudios con animales es un modelo que se parece mucho a la situación
clínica observada en pacientes con diabetes tipo 1 sin tratamiento.
En su estudio experimental con ratas diabéticas, Villarino y col. proporciona evidencia científica
que apoya la hipótesis de que la respuesta del hueso a la fuerza de ortodoncia en sujetos
21
diabéticos tratados con insulina no difiere significativamente de la observada en sujetos
saludables.
22
ortodoncia, mantener una estricta higiene oral es muy importante. Si el control de la placa es
difícil de lograr con ayudas mecánicas tales como cepillo de dientes y el cepillo interdental, el
uso de un enjuague bucal del tipo de clorhexidina, como un coadyuvante en el control químico
de la placa, se puede considerar. Para minimizar la neutralización de la pasta de dientes en la
molécula de clorhexidina, debe haber al menos un intervalo de 30 minutos entre el cepillado de
dientes y un enjuague de clorhexidina.
De acuerdo con las directrices revisadas de la Asociación American del Corazón (AHA, por sus
siglas en inglés) sobre la profilaxis antibiótica en odontología, los procedimientos ortodóncicos
como la colocación y ajuste de los aparatos removibles, brackets y/o bandas no requieren
cobertura antibiótica.
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controlados, tienen una tendencia mayor a la enfermedad periodontal, deben ser considerados
en el plan de tratamiento de ortodoncia como pacientes periodontales.
Se debe tener cuidado para evitar la irritación de la mucosa oral con aparatos de ortodoncia que
pueden agravar algunos signos y síntomas de DM, como glosopirosis, xerostomía e infecciones
orales recurrentes. Las infecciones oportunistas, como la candidiasis oral, también deben ser
controladas.
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3. CONCLUSIONES
Dada a la alta prevalencia creciente de la DM, la probabilidad de que un ortodoncista trate a
pacientes diabéticos es muy alta. Por lo tanto, es responsabilidad del ortodoncista tener un
conocimiento básico de los signos y síntomas de esta enfermedad. Debe haber por parte de los
profesionales y del sistema de salud una estrategia para el tratamiento de ortodoncia en
pacientes que sufren trastornos metabólicos, especialmente aquellos que tienen efectos directos
e indirectos sobre el crecimiento óseo, como es el caso de la condición diabética
Los pacientes que tienen un buen control glucémico pueden someterse a un tratamiento de
ortodoncia mientras que el tratamiento de los pacientes diabéticos no controlados no está
indicado. Hay que hacer hincapié en la buena higiene oral, control periodontal regular, así como
el uso de fuerzas ligeras y comprobar la vitalidad de los dientes. El énfasis debe estar también
en un buen control metabólico con HbA1c> 9% y pruebas de glucemia normales.
Como ortodoncistas, debemos esforzarnos por brindar tratamiento de alta calidad a nuestros
pacientes y conseguir tanto conocimiento como sea posible, para servir adecuadamente a
pacientes con condiciones de salud particulares como los pacientes con DM y de este modo
ellos se puedan beneficiar no solo de la corrección de las anormalidades dentofaciales, sino
también en la mejora de su confianza y autoestima que este tratamiento conlleva.
25
4. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICA
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Diabetes mellitus, A Dilemma in Orthodontics
Syed Omar Aziz Rizvi, Vinod Pattabiraman, Sandesh Pai, Sharanya Sabrish
Department of Orthodontics and Dentofacial Orthopedics, Vydehi Institute of Dental Sciences and Research
Center, Bengaluru, Karnataka, India
Correspondence Address:
Syed Omar Aziz Rizvi
Department of Orthodontics and Dentofacial Orthopedics, Vydehi Institute of Dental Sciences and Research
Center, #82 EPIP Area, White field, Bengaluru, Karnataka
India
DOI: 10.4103/2321-3825.140620
Abstract
Diabetes mellitus (DM) is a chronic disorder of carbohydrate, fat and protein metabolism. The prevalence
of DM is growing rapidly worldwide and is reaching epidemic proportions. Traditionally, orthodontic
treatment was considered to be a treatment modality for healthy young people. However, with increasing
patient awareness the trend has changed with adults now seeking orthodontic treatment. Approximately,
half of the patients with diabetes are undiagnosed and a dental examination may provide the first
indication of the disease, and therefore a clinician must have a basic knowledge of the oral manifestations
of DM. This article briefly deals with the medical aspects of DM, its oral manifestations and orthodontic
treatment considerations.
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Rizvi SO, Pattabiraman V, Pai S, Sabrish S. Diabetes mellitus, A Dilemma in Orthodontics. J Orthod Res
[serial online] 2014 [cited 2015 Sep 13];2:113-7. Available
from: http://www.jorthodr.org/text.asp?2014/2/3/113/140620
Introduction
Traditionally, orthodontic treatment was considered as a treatment modality for healthy young people.
However, with increasing patient awareness the trend has changed with adults now seeking orthodontic
treatment. Considering the current lifestyle and habits many adults are suffering from chronic diseases,
one such disease is diabetes mellitus (DM). The clinician should therefore understand the consequences
of DM in relation to dental and/or orthodontic treatment and should have a basic knowledge and
understanding of this disease and its impact on the oral cavity. This article briefly deals with the medical
aspects of DM, its oral manifestations and orthodontic treatment considerations.
A defective or deficient insulin secretory response, which translates into impaired carbohydrate use, is a
characteristic feature of DM, as is the resultant hyperglycemia. [1] A persistently raised blood glucose level
(hyperglycemia) is also a characteristic feature, resulting from deficiency in insulin secretion, insulin action,
or both. The classic symptoms of marked hyperglycemia include polyuria, polydipsia, weight loss, and
susceptibility to infections. Longterm complications include retinopathy, nephropathy, peripheral and
autonomic neuropathy, cardiovascular disease and in addition, increased tendency for periodontal disease
is often found. [2]
The two broad categories of DM are designated Type 1 and Type 2. In Type 1 diabetes, the cause is an
absolute deficiency of insulin secretion. It is often diagnosed in adolescence and therefore was called
"juvenile-onset diabetes." [3]
Type 2 DM is a heterogeneous group of disorders. Distinct genetic and metabolic defects in insulin action
and/or secretion give rise to the common phenotype of hyperglycemia in Type 2 DM. [3]
In addition to these types, there are other specific types of DM [Table 1]. [7]
Peak incidence of Type 2 DM is in the fifth decade of life due to increasing obesity and reduced activity
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levels.
The prevalence of DM is growing rapidly worldwide and is reaching epidemic proportions. [4] It is estimated
that there are currently 285 million people with diabetes worldwide and this number is set to increase to
438 million by the year 2030.
More Details,
According to the World Diabetes Atlas India is projected to have around 51 million people with
diabetes.
The primary methods used to diagnose diabetes are fasting venous plasma glucose levels and oral
glucose tolerance tests. Oral glucose tolerance tests used in the past tended to give false positive results
because of stress-induced adrenaline release that impairs the response to glucose loading. [5] Diagnosis
can be made from a simple fasting venous plasma glucose level. Measurement is taken from a fasting
sample of blood and provides information on the level of control of diabetes throughout the 30-90 days
half-life of red blood cells.
Pathogenesis
Genetic defects,
Primary destruction of Islet cells by inflammation, cancer, surgery, and trauma,
A complication of endocrine disorders such as anterior pituitary hyper function (overproduction of
growth hormone, acromegaly), Cushing's disease, and pheochromocytoma,
Iatrogenic after the administration of corticosteroids.
Type 1 DM develops as a result of the synergistic effects of genetic, environmental, and immunologic
factors that ultimately destroy the pancreatic beta cells. Individuals with a genetic susceptibility have
normal beta cell mass at birth but begin to lose beta cells secondary to autoimmune destruction that
occurs over months to years. [3]
In Type 2 diabetes, the cause is a combination of resistance to insulin action and an inadequate
compensatory insulin secretor response. In this type of diabetes, the hyperglycemia develops gradually
and starts usually at the age of 40 or later. [3]
A striking feature of Type 2 diabetes is the strength of its genetic component, which is much greater than
in Type 1 diabetes. Type 2 diabetes is highly concordant, being 60% to 90% concordant in monozygotic
twins, but less so in nonidentical twins (17-37%). For example, if one of two identical twins develops Type
1 diabetes, the other twin has only about a 50% chance of developing diabetes; but if one twin develops
Type 2 diabetes, the other twin has about a 100% chance of also becoming diabetic. [6]
Approximately, half of the patients with diabetes are undiagnosed and a dental examination may provide
the first indication of the disease, and therefore a clinician must have a basic knowledge of the oral
manifestations of DM.
These include dry mucous membranes (xerostomia), oral candidiasis, burning mouth or tongue
(glossopyrosis), impaired wound healing, recurrent oral infections, ketone breath, cheilosis, mucosal drying
and cracking, diminished salivary flow, alterations in the flora of the oral cavity, with greater predominance
of Candida albicans, hemolytic streptococci, and staphylococci and an increased rate of dental caries.
Occasionally, enlargement of the parotid salivary gland can be noticed. [7,8]
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Diabetic patients on hypoglycemic agents have xerostomia, which may predispose to opportunistic
infections with C. albicans.
Oral manifestations associated with diabetes are in most cases restricted to the uncontrolled or poorly
controlled patient. Factors that may contribute to the oral complications in diabetes include decreased
polymorphonuclear leukocyte function (leads to impaired resistance to infections) and abnormal collagen
metabolism. [8] Altered protein metabolism resulting from impaired utilization of glucose can contribute to
increased breakdown of collagen in the connective tissues. In addition, impaired neutrophil chemotaxis
and macrophage function may add to the impaired wound healing responses in diabetic patients. [9]
Diabetes mellitus patients have more gingival inflammation, probably because of impaired neutrophil
function. [9] Vascular changes, such as DM-related microangiopathies, have been shown to encourage
periodontal disease. This was also confirmed by Rylander et al., [10]who compared the periodontal
conditions of 46 young insulin-controlled DM patients with 41 healthy young adults. They reported
significantly more gingival inflammation in the young DM patients with retinopathy and nephropathy
compared with those without complications. Because periodontal disease tends to be more common and
more extensive in patients with uncontrolled or poorly controlled DM, one could hypothesize that
normalizing the blood glucose levels should stop the progression of periodontal disease. This is, however,
not true. Sastrowijoto et al. [11] demonstrated that better metabolic control in Type 1 patients did not
improve the clinical periodontal condition; it ameliorates only when local oral hygiene measures are used.
The periodontal condition will continue to deteriorate when the blood glucose level is not well controlled.
Hypoglycemia is most commonly the result of taking drugs used to treat DM or other drugs, including
alcohol. An important framework for making the diagnosis of hypoglycemia is Whipple's triad:
When a hypoglycemic reaction occurs in the dental office, the dentist should recognize the symptoms and
act in an appropriate way. Loss of consciousness in insulin shock can occur quite rapidly, within minutes
after the appearance of the first symptoms. At the onset, patients appear weak, nervous, and confused.
Their skin is moist and pale, and they exhibit excessive flow of saliva. Respiration is normal, the pulse is
full and pounding, and blood pressure is usually normal. Frequently, a tremor may be noted. The still
cooperative and conscious patient with these clinical symptoms should be administered a high-
carbohydrate beverage such as orange juice or cola (not diet). When treating a diabetic patient, it is
advised to have a source of sugar available in the office that is handy for quick and easy use. The patient
will respond within a few minutes and should then remain under observation until all signs and symptoms
have disappeared. If the state of hypoglycemia continues, the patient will soon become unconscious
unless a 50% dextrose solution (50 mL) is administered intravenously at once. Management of the
unconscious patient also includes airway maintenance, oxygen administration, and monitoring of vital
signs. Another drug that can be administered is glucagon (1 mg intramuscularly), which is also preferable if
the patient is conscious but uncooperative to take carbohydrates orally. [12]
Orthodontic Considerations
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The key to any orthodontic treatment is good medical control. Orthodontic treatment on uncontrolled
diabetics should be avoided. If the patient is not in good metabolic control (HbA1c >9%), every effort
should be made to improve blood glucose control.
There is no treatment preference with regard to fixed or removable appliances. It is important to stress
good oral hygiene, especially when fixed appliances are used. These appliances may give rise to
increased plaque retention, which could more easily cause tooth decay and periodontal breakdown in
these patients. The blood glucose levels should be monitored to rule out deterioration of the DM control.
Diabetes-related microangiopathy can occasionally occur in the periapical vascular supply, resulting in
unexplained odontalgia, percussion sensitivity, pulpitis, or even loss of vitality in sound teeth. [13] Especially
with orthodontic treatment when forces are applied to move teeth over a significant distance, the
practitioner should regularly check the vitality of the teeth involved. It is advisable to apply light forces and
not to overload the teeth.
Holtgrave and Donath [14] studied periodontal reactions to orthodontic forces. They found retarded osseous
regeneration, weakening of the periodontal ligament, and microangiopathies in the gingival area. They
concluded that the specific diabetic changes in the periodontium are more pronounced after orthodontic
tooth movement. Because DM patients, and especially those who are uncontrolled or poorly controlled,
have a higher tendency for periodontal breakdown, they must be considered in the orthodontic treatment
plan as periodontal patients, and treatment considerations must accordingly be made.
If plaque control is difficult to achieve with mechanical aids such as toothbrush and interdental brush, then
using a disinfectant mouthrinse such as chlorhexidine as an adjuvant chemical plaque control can be
considered. To minimize the neutralizing effect of the toothpaste on the chlorhexidine molecule, there
should be at least a 30 min interval between tooth brushing and the chlorhexidine rinse. [15]
Because today there is no upper age limit for orthodontic treatment, the practitioner will see both Type 1
and Type 2 DM patients. Type 2 patients can be considered more stable than Type 1 patients, who can be
presumed to be "brittle." Morning appointments are preferable. If a patient is scheduled for a long
treatment session, e.g., about 90 min, he or she should be advised to eat a usual meal and take the
medication as usual. At each appointment, before the dental procedure starts, the dental team should
determine whether the patient has fulfilled these recommendations, to avoid a hypoglycemic reaction in
the office.
Diabetes may also affect bone turnover, resulting in diminished bone-mineral density, osteopenia,
osteoporosis, [16] and an increased prevalence and severity of periodontal disease. [17] Several mechanisms
have been reported to explain the altered bone remodeling in diabetes, one of which is diminished bone
formation as a result of decreased osteoblastic activity [17] or enhanced apoptosis of osteoblastic cells.
Another contributing factor may be increased bone resorptive activity. [17] However, it is still controversial
whether osteoclastic recruitment and function are altered in diabetes, because no change or decrease in
the activity of osteoclasts has been reported. [18]
Chemokine, cytokines, and bone-remodeling regulators [19] influence the recruitment and activity of
osteoclasts and osteoblasts. Recent reports demonstrated increased expression of messenger ribonucleic
acid (mRNA) for Ccl 2 , Ccl 5 , tumor necrosis factor-alpha (TNF-alpha), and receptor activator of nuclear
factor-kB ligand (Rankl) that are associated with osteoclast recruitment and activity during orthodontic
movement. [20] Previous investigators have reported that diabetes is associated with prolonged expression
of mRNA for TNF-alpha, Ccl 2 , [21] Rankl, and colony-stimulating factor 1, which may lead to more
persistent inflammation and tissue damage. [21]However, the cellular and molecular mechanisms
associated with the diabetic state that may influence orthodontic movement are not known.
Antibiotic Prophylaxis
Orthodontic bands placement and separator placement may produce significant bacteremia where
significant oral bleeding and/or exposure to potentially contaminated tissue is anticipated, and this would
typically require antibiotic prophylaxis in patients at risk. [22,23]Simple adjustment of orthodontic appliances,
do not require antibiotic prophylaxis.
Mini Screws
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The mini-implant retention results from the mechanical interlocking of its metal structure in cortical and
dense bone and is not based on the concept of osseointegration. One of the key success factors are bone
quality and/or density. [24] Well-controlled diabetic patients can undergo mini-screw placement under
antibiotic prophylaxis.
Conclusion
Due to the high prevalence of DM, the probability of the orthodontist treating such patients is also very
high. Therefore, it is the responsibility of an orthodontist as well as of the dentist to have a basic
knowledge of the signs and symptoms of DM. Patients having good glycemic control can undergo
orthodontic treatment whereas treatment of uncontrolled diabetics is not indicated. Stress should be laid
on good oral hygiene, regular check of the periodontium as well as vitality check of the teeth. Light forces
should be applied. Emphasis should also be on regular glycemic tests.
As orthodontists, we must strive to improve the treatment of our patients and elevate the standard of our
specialty to its biologic science status by paying attention to the biologic aspects of treatment as much as
to its mechanical aspects.
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