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informa del duelo pianístico de Monk y nada-menos­

que-Dave Brubeck y Don Daniel rectifica y alaba a


1-1- DE FEBRERO * DlA DE LA AMISTAD Y EL AMOR
Monk con tal de poder presenciar un momento his­
tórico y se acuerda de aquella película donde tocaban ,A(-trtrtddrk-trtdrtdrtd.f Yo y mis amigos
juntos Chopin y Wagner o serían Chopin y Verdi,
Chopin y Liszt viejo. Y Brubeck empieza a sonreír y
Monk a enfatizar su increíble dificultad de movimien­
tos y los dos se enfrascan en un diálogo que por el
momento nada le dice a Don Daniel excepto la po­
sibilidad de comentarlo mañana, a la hora de la comi­
da, en el mismísimo Focolare.
y anuncian al bufón del jazz y Dizzy Gillespie se
engolfa tocando "Más que nada" y Don Daniel sku­
dibú-skudibá se divierte y ve todo como más accesible,
como más cercano a la orquesta que contrató en el
baile de quinceaños de su hijita, la que se casó con
el hijo del Rey -entre otras- de la Industria del
Elote de Sabores. Gillespie habla del "boundless en­
thusiam" del público y el señor Chorches no entiende
bien pero se ríe y le regocija oír a Gillespie gritar:
¡MANTECA! y el concierto termina con un formidable .yo real, yo inevitable, yo convencional.
solo de batería y el tipo parece haber conocido a los Yo y mis amigos: ¿por qué anteponer el yo a las situacio­
tambores toda su vida, es un hechizo qué fenómeno, m:s? ¿Por qué enfatizar el imposible egocentrismo?
tram, pas, bam, zam, los tambores hablan y Don Da­ -Porque hay etapas de falsas reflexiones y falsas conclusio­
niel se promete regalarle una batería a su hijo menor m:s y falsos desistimientos, cuando el yo resulta el instrumento
y los tambores llegan a la exaltación y Don Daniel se menos inexacto del conocer; cuando el yo desaforado, incierto,
arrepiente en seguida porque a lo mejor a su hijo le turbio, despojado de sus precarios dones de lucidez, harto de
gusta esa vida de vago y el vástago de Chorches no lIlensajes, torpe de clarividencia, agotado, ciego al laurel y al
puede, no debe y Gillespie concluye y la gente se va a hronce, desasido de la altivez nacional, pesimista, querelloso,
su casa, skubidá y el jazz en México ya cuenta con (' ~céptico, abrumado por su falta de perspectiva histórica, vuelto
el patrocinio de un fino y respetable público. hueco o carencia, cuando el yo vietnamizado o vulnerado de
totlas las oportunidades, resulta el único miraje real, el único
[1967] pacto de entendimiento, válido incluso en la medida de su· con­
(u, ión.
- Yo admirador de la retórica: hay ocasiones y épocas cuan­
(lo la certidumbre de la po~esión de la verdad y la re~ponsa­
hilidad en el uso de la palabra y el hallazgo de la frase ina­
pelable, son solamente prerrogativas de madurez.
y lo que sigue es una vasta, arrogante confesión de inma­
durez. El yo que generaliza y abarca en el testimonio a sus
64 "1\igos, es el yo inmaduro que aún no posee las claves de la

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realidad, que todavía no goza frente al espejo la recompensante - Yo y mis amigos. El contexto de lo que hoy, año de 1969,
peculiar sensación de saberse ante una sólida columna de la nos sucede: el tiempo comprendido entre el 26 de julio y el 2
sociedad. Un yo devastado por la duda, por la revisión exhaustiva de octubre de 1968. El Movimiento Estudiantil en el Año de
y nerviosa del pasado inmediatQd México. La petición democrática a la que se responde con la
violencia. Como procedimiento de contrastes, la experiencia pre­
via: ¿cómo se hubiese resuelto el tema de "yo y mis amigos"
FRASE CÉLEBRE: l!J1 la década de los cincuentas, los años de nuestra Generación

--
Silenciosa?
Desconfía de esa muerte llamada madurez. Nonnan Mailer
(Compañeros y hermanos del México Nuevo: la glo­
La gente madura creció y se vigorizó incorporando y aSImI­ riosa y ascendente marcha de la colectividad nacional,
lando y disponiendo: ellos ya lo habían predicho, lo sabían, gloria que hoy nos congrega con ocasión del cumpleaños

....
nada podía sorprenderlos en el espacio comprendido de aquí a de nuestro querido amigo Pepe Solario, ha dispuesto
la eternidad: para nosotros sorpresas sin ténninos. Ahora todavía so­
mos estudiantes, pero el día de mañana -y nunca está
(Tú no conoces ni te imaginas cómo funciona este país. muy lejos el hoy del mañana, son como cometas ge­
Actúas por instinto, por emoción, por romanticismo pe­ melos- verá nuestro peregrinar histórico convertido en
queñoburgués. Es un país singular y uno debe ma­ luz de mando. y por eso me atrevo a preguntar, con
nejar las reglas del juego. Tienes mucho que aprender: la sinceridad que arranca del corazón en esta noche de
tú y tus amigos se precipitaron, actuaron al margen de revelaciones: ¿Nos hemos preparado ya para las altas
la serenidad, prescindieron del juicio objetivo. Puro y nobles responsabilidades que el país ha colocado para
sentimentalismo. En cambio, yo me di cuenta de in­ honrarnos? ¿Seremos dignos de suceder a los titanes que
mediato.) hoy infunden vigor al ideario de Aquiles Serdán? .¿He­
mas perfeccionado nuestra humildad para hacernos dig­
-Ellos lo percibieron desde el primer aviso de la prensa, por nos de las investiduras supremas? Compañeros y
eso nc se movieron, por eso, en el sacudimiento de 1968, en hennanos, no respondáis ahora: como Alonso Quijano,
la. respuesta ante la violencia y el cinismo represivos, pennanecie­ recorred los campos de La Mancha portando el áureo
ron incólumes, arquearon las cejas, revisaron los índices de cre­ yelmo de la ilusión, empuñad vuestra lanza, aprestad
cimiento demográfico, el índice anual del desarrollo, las noticias vuestro ánimo y acudid al llamado de la Patria. Así
del boom económico de México. No era la primera vez ... ya en sea.)
otras ocasiones. . . toda improvisación es funesta, ' la estabilidad
nos necesita, hay que continuar en el puesto de vigía. México es Yo insertado en una generaclOn loable y recompensable: la

--
sumamente complejo, debemos esperar: n~onía y la muerte y la agonía de una sensibilidad, de una indus­
tda del ser nacional, de la fama del mexicano profesional. El
(Usted y sus amigos se olvidan de la gran experiencia mexicano profesional lo es veinticuatro horas diarias: un ideario
histórica. México sufrió ya una gran revolución que nos Ilc tiempo completo resuelve y sistematiza su conducta. Allí va el
libró de una vez por todas de las angustias del exceso repertorio de tics irrepetibles, de onomatopeyas de júbilo al zar­
y el apasionamiento. ¿Imperfecciones? Seguramente pnr un mariachi rumbo a "La Negra", ~ sonrisa complacida
existen amigo, también en Suiza hay descontento. Pero "lItl!~ ru(f0s .!!Q.. dichos ~ la ePa0sa enterrad~ m m~·
son defectos o errores mínimos que arreglaremos del ollCdientes, e llaveros donde se u anan los s3.lvoconductos para
modo pertinente, sin recurrir a ideologías exóticas o 1111 departañleñto -aerecu"Peñlción sentimental ""{Casa Chica), --ae
procedimientos ajenos a nuestra idiosincracia.) 'lIctancla por unacalidád reproOuctora a la que acompaña una

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'1UI!informa del elevado cargo administrativo, con el énfasis
amnesia presupuesta!. El mexicano profesional usa el machismo Icrostático usado para elevar una palabra y conducirla hasta el
el día que se le pierde el acta de nacimiento, exalta a México ngotamiento de su impulso. Dígase Revolución
para olvidarse de que ha nacido en México:
RE-VO-LV-CIúN
. . . . (¿Quién ganó la segunda Guerra Mundial en el Pa­
cífico? El Escuadrón 201. ¿Quién ha sido el mártir la palabra se tornará dirigible y presidirá el cielo de la patria y
cristiano que decidió la conversión del Oriente? San fl otará hasta verse amenazada por otra palabra, una palabra obs­
Felipe de Jesús. ¿De dónde viene el chocolate? ¿Dónde l:l!na como subversión
descubrieron el chicle? ¿Cuáles son las costas más her­
mosas de la Tierra? ¿Cuál es la organización política SVB-VER-SIÚN
más admirada en América Latina?)
que buscará hacer estallar el dirigible, pero un término vigilan­
-La vieja sensibilidad es nacionalista, muestra los vestigios de le, las Conquistas Revolucionarias
un plan de independencia económica que fue sustituido por un
plan de promoción turística. El petróleo es nuestro, pero las CON-QUIS-TAS RE-VO-LV-CIO-NA-RIAS
inversiones son suyas, dijo el presidente Alemán. La vieja sen­
sibilidad es aparatosa, exhibicionista, declamatoria, y skml2re de­ se encargará de proteger a la palabra reinante de las asechanzas
c~a ~p~r. LLcorrupción s:.u. n~ ~ proe o. ­ del vocablo maligno. El sonido de México es onomatopéyico:
-Consuelo bendito de Dios: el anacronismo es un heroísmo. TM, CNC, CNOP, lEPES, PRI. Las siglas se vuelven filia­
El mexicano de hoy anhela ser contemporáneo de todos los ción y la filiación es todo lo que nos dejaron a modo de con­
demás hombre del siglo XIX. Se goza de una herencia liberal, ciencia.
positivista, con vagas sombras púrpuras de origen democrático. - Yo poseedor de la última palabra: eertenecer a una ~­
Metáfora imperdonable: la alquimia del país incluye la trans­ ración es p~er a una generalizaciÓn. No hay generaciones:
formación de un lingote de oro en un cenicero de cobre. La IlaYacmudes, aunque las actitudes, paradójicamente, se trasmu­
p~ filosofal: entrégam~ 1m!, ideología q~ Y.2.. ~ devolveré len en generaciones. La actitud discrepante de 1929 se trans­
una burocracia. figuró en la generación obediente de 1959. La democracia se
vuelve cuestión de notarías y timbres fiscales. Si los papeles del
La señal secreta que una generacLOn pasa a la otra es, difunto estaban en orden, usted será gobernador de su estado.
bajo disfraz, el disgusto, el odio, la desesperación.
Si un hombre no ama nada, será invulnerable.
,-r Virgina WoIf, Mrs. Dalloway.
~ ehang Tse.
Mis amigos gruñen entre los cerdos o se pudren, comi­
dos por el sol, en un barranco. -Yo sentencioso: La amistad concluye y la complicidad apa­
rece. Destino nacional en todas las direcciones: el amigo dura
,-r Octavio Paz, Piedra de Sol. hasta que el cómplice llega. ~ función ~ ~ cómplic~ ~ ~
protegernos, es evitar el adveDlmiento ~l día en CU!,e deban {>ro­
-Los años postreros de una sensibilidad: si cada país despren­ tegemos. Lac omphciaad desiste de la crTtíca : te acep¡o-coñiD
de un sonido específico, infalsificable, el sonido de México en eres, porque no me intere~a lo que pienses de mí. La complicidad
esos años es empalagoso y cantadito, rotundo y suave, estridente es un plan de distribución: dame un abrazo y a ver a cómo nos
y persuasivo, con el dejo de seducción que conviene para apre­ toca.
surar un trámite en una ventanilla, con la impostación de la voz
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-En el proceso del despojamiento absoluto de la intensidad, Acuden a mi mente, recuerdos de otros tiempos
en el camino de la desposes ión terrible a que conduce el fin de de los bellos momentos que antaño disfruté.
la amistad crítica (el fin de la amistad), el primer paso es lograr
el desistimiento de la actitud solidaria. A continuación se obtiene ~ J. Sanders, "Adiós Muchachos".
la indiferencia ante el oprobio, la indignidad y otros términos
morales pasados de moda. - y llegó lo inevitable: la traición a la Gran Amistad, la de­
serción de la Unidad Nacional. No fue fácil arribar a la tesis
Aquellos incapacitados para aprender de la Historia, se inexorable: nadie puede seguir siendo amigo de todos los me­
ven condenados a repetirla. xicanos. El equilibrio nacional, producto del sacrificio de los
cuerpos que hacían visible a México en fotos de primera plana,
f¡ George Santayana. resultado del lazo comunitario, de la reparti~ión del país en gran­
dezas mayores y grandezas inminentes, amenazaba con deterio­
-Cesión de la solidaridad, sinónimo de amor a las prisiones. rarse, con sumirse en el estruendo o el polvo, si se iniciaba la
Un país acrítico es una cárcel y ya se sabe que todo el pro­ discrepancia, si emergía el reparo, la diatriba o la objeción a la
blema del cautiverio consiste en dejar de ser pasivo. La amistad, felicidad omnímoda:
forma activa de vida, es siempre una elección y "no hay nada
que elegir cuando no hay nada que dar". Por eso, en un mo­
mento dado, desistir del México Visible fue la única resistencia _ _ (No quiero que dejemos de ser amigos. ¿Por qué no
posible en la tarea de trascender las fatalidades nacionales. reflexiona, modifica su actitud y colabora en la buena
-El México Visible: la suma de títulos, preseas, distinciones, marcha de la Administración? Es tan cómodo que todos
premios nacionales de alcance local, academias, condecoracio­ nos llevemos bien. Además, usted debe tener planes.
nes, no hay más ruta que la nuestra proyectos, ambiciones.)

va mi espada en prenda, voy por ella - y sin embargo, algunos dijeron simplemente no.

hogares modelo, Caballero de Colón, Rotarios, Leones, Grado Esta situación no sólo era extraña; también era peligro­
33 de la masonería, líderes sindicales, ex-ministros, sa. Porque nada horroriza y disgusta tanto al ser ma­
duro como la inmadurez. No tienen dificultad en tolerar
si hubiera parque no estaría usted leyendo este libro a la inteligencia más destructiva mientras que su cam­
los valientes no asesinan po de actividad permanezca dentro de los límites de la
ahora o nunca, Señor Presidente madurez. No temen a un revolucionario que le oponga
WI ideal maduro a otro ideal maduro, por ejemplo, de­
decencia, buen gusto, el currículum vitae como toda aventura rribar a una monarquía en favor de la república. In­
existencial, el placer de estratificarse ante los aplausos el día cluso miran con aprobación tal modo adulto, feliz y
de la inauguración de todas las escuelas rurales y de la devela­ sublimado de conducta. Pero si captan la inmadurez en
ciún de la placa de todas las presas y del reparto de todos los alguien, si le descubren la juventud, caen sobre él, lo
últimos latifundios y de la primera piedra de todos los mo­ aniquilan con sus sarcasmos, lo destrozan con sus picoJ:
numentos coloniales que se construirán a partir de la idea que como los cisnes con un pato.
del Virreinato tiene Hollywood
~ Witold Gombrowicz, Ferdydurke.
La Marcha hacia el Mar
Un solo camino: México -Yo teórico, yo doctrinario: ponderar las ventajas de la ma­
Mátalos en caliente. durez puede equivaler a la exaltación sin reservas del gozo de la

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autodestrucción. La sociedad mexicana considera a la autodestruc­ rece de recompensas, de admiraciones sociales, de la vulgaridad
ción --el acto deliberado que impide la transformación de un ser inherente a los triunfadores y también posee el extraño glamour
humano en un orgullo del país- como un hecho que la agrede, que se desprende de un conocimiento legendario y romántico:
la vulnera y la enfrenta a una revisión de sus principios y de su la pureza se inicia cuando no se tiene nada que perder. Se está
estructura de complicidad, al impugnar la validez de sus metas en el filo de la navaja entre la cursilería y la contemplación de
y recompensas. Quienes prefieren autodestruirse, quienes niegan UD espectáculo altísimo: quien ha sido despojado de las conve­
dinámicamente los editoriales de 103 periódicos y los mensajes niencias sociales de su trato, suele constituir un llamado ins­
de los padrinos de generación, con su amor positivo por el cre­ tintivo al diálogo o la frecuentación. La estética vital vuelve
cimiento económico, están desafiando (se dice) la noción mis­ por sus fueros: nada hay más bello que un talento despojándose
ma, el corpus total de esa jerarquía que no registra afrenta ma­ de los honores, nada hay más hennoso que el aniquilamiento de
yor (se afirma) que el autoexterminio, decidido y consumado una riqueza humana.
a espalda de los soberbios premios ofrecidos y ya aclamados La trampa queda abierta: la estética vital del siglo XIX insiste
por la sociedad. en perdurar, en trascender sus límites cronológicos, en legalizar
-Yo testigo, yo aliado silencioso: porque uno no puede evitar el espejismo donde sólo se invierte la dinámica del triunfo, para
la simpatía o la adhesión instintivas para quienes están destru­ musitar finalmente la triste paradoja: "Lo único más bello que
yendo al importante funcionario, al célebre hombre de empresa, la victoria es la derrota."
al próspero político que llevan dentro. "Matamos 10 que ama­ -Yo y mis amigos en la década de los sesentas. La debilidad am­
mos. Lo demás no ha estado vivo nunca." La defonnación, la biental como condena: se ha dado el primer paso: la indiferencia
extorsión, la corrupción de la sociedad nos proveen de modo au­ ante el poder, pero ¿qué tal si se trata de un capítulo más de
tomático con un amplio y genero~o amor hacia nuestras posi­ la apasionante serie: '~Las uvas están verdes"? Son años difí­
bilidades de dominio, hacia nuestra imagen de poder y de gloria. ciles, como de marcha sobre tremedales o alguna otra analogía
Matar ese ser que jura defep.der hereditariamente al pueblo, ani· que indague la suer:e de los equilibrios sustentados en la ambi­
quilar al demagogo, al influyente, al pilar de la nación, es un güedad absoluta. Resistir a un mal concreto es arduo aunque
gesto emotivo, la autodestrucción como erotismo final. "Y sin posible: lo calcinante es hacer frente a un mal inexpresado, a
embargo -dice Wilde en la cárcel de Reading- cada hombre un mal que ni siquiera se deja localizar, a la compleja red de
mata las cosas que ama. El cobarde 10 hace co;} un beso. El una sociedad que no es cultura pero que tampoco es sociedad.
valiente con una espada." Lo teológico de la búsqueda no la hace menos atroz: el mal
puede carecer de ubicación, mas no por eso ha de mellar me­
Y no obstante los hemos condenado y los hemos escar­ nos, ha de traspasar menos todas las situaciones cotidianas. La
necido y nos hemos repartido sus vestiduras, después atmósfera en que nos movíamos carecía de peso específico: la
de jugárnoslas a la suerte, a su suerte, a su 'infortuna­ falta de gravedad se continuaba en la carencia de estimulos.
da suerte de multiplicadores del pan. Es así entonces
como hay que comprender a este repartidor de alma Toda degradación individual o nadonal se hace prece­
que fue Silvestre y no, no absolverlo de ningún modo, der de inmediato por una degradación estrictamente
puesto que nació absuelto desde que fue concebido. proporcional en el lenguaje mismo.
Silvestre nació absuelto porque previamente ya era un
ser condenado sin remedio. ~ Joseph de Maistre.
~ José Revueltas, AplUltes para una semblan­
za de Silvestre Revueltas. -Las deficiencias matan el estilo: El habla mexicana de esos
años se vuelve demagógica, incierta, preñada de contundencias,
-Yo y mis amigos en la década de los sesentas. La fascinación de exordios voluminosos que se diluyen en apoteosis verbales.
del abismo como trampa: El vencido atrae inexorablemente. Ca­ Lenguaje es autocomplacencia. Comunicarse es prometer sin áni­

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mo de cumplir, exaltar memorias borrosas, situar antiguas
con­ mecániCOS (leer un periódico, llamar por teléfono, observar la
memoraciones como si se tratase de realizaciones inmediatas, y
televisión) de furia y razón de ser. Nada nos es lejano y la repre­
esto no sólo en el orden de lo oficial, sino en la intimidad, en la
sión nos acerca a los objetos, a los seres. La represión nos hace
confesión del trato diario. Somos -en mucha
mayor medida conocer los primeros planos, los perfiles inadulterables, las fiso­
de lo que imaginamos- el lenguaje de quienes nos gobiernan.
nomías definitivas. La represión es un gran acercamiento que
-"El adjetivo -advirtió Vicente Huidobr~ si
no da vida, nos informa del rostro (la conducta) (la estatura exacta) de veci­
mata." Al matar, se eliminan contornos específicos, las sombras
nos y amigos y hombres públicos. La represión es el primer
y luces que aporten los contrastes necesarios para las definicio­
examen objetivo de Jos recursos disponibles de la nación.
nes. La degradación del lenguaje es heraldo de la degradación

comunal. El hispanglish, al relacionarnos con la mentalidad co­


y si esta noche es una noche del destino, bendita sea
lonial, nos revela el desconocimiento de nuestro idioma (Quienes
hasta la aparición de la aurora.
propugnan la enseñanza obligatoria del náhuatl eligen a la año­

ranza como método de recuperación histórica). Se pierden las


~ André Malraux, El tiempo del desprecio.
vanidades idiomáticas: el pensamiento languidece. México deja

de ser nuestro contexto: nos volvemos paisaje de sus paisajes,


-Dedúzcase y represéntese el contexto de la frase de Sartre:
fondos borrosos, seres sucedáneos, fantasmagorías, buenas volun­
"Nunca fuimos tan libres como durante la ocupación alemana."
tades en busca de piedras de fundación. Sólo las excepciones
- y luegeo, al ocurrir el desastre y al cabo 'de las noches dolo­
contradicen la hegemonía del determinismo y del pesimismo. rosas que se prolongaban al día siguiente en la estéril, rabiosa,
-Una frase cualquiera de los Beatles se vuelve ideología hambrienta revisión de los periódicos, al final de tanta pesadum­
("Life is very short and there's no time for fussin' and fightin' bre y tanta esperanza que se desvanecían en sangre y cansada
my friend"). Una pieza de los Rolling Stones resulta filosofía indignación, vinieron los meses de la impotencia como estado
urgentísima. Todo influye porque el anonimato reverente es el de sitio. 2 de octubre de 1968: toda catástrofe humana que ca­
reverso del mesianismo latinoamericano. Si no disponemos de rece de consecuencias visibles (ajenas a la intención de quienes
caudillos, podemos oír interminablemente estas canciones. La la provocaron) es un deterioro a corto plazo, un lento inexora­
amistad se confunde con el intercambio de la autocompasión. ble desangrarse de la especie.
La Insula Barataria se declara en bancarrota y participa del auge
de los establecimientos cerrados, de los infiernos constituidos -Porque el optimismo de quien piensa suficiente el aisla­
por los demás que son uno mismo que son los demás. Conocerse miento o la abstención, la ignorancia o el atender cada quien
es condolerse. Elogiarse es inventarse. a lo suyo, a su incumbencia, es un optimismo mínimo y perecede­
ro. Las catástrofes ominosas acuden a nuestros escondrijos, nos
Desde hace demasiado tiempo no me atrevo ya a pen­ circundan, se vuelven la sustancia pegajosa, la materia sombría
sar si no es en voz baja, lo que es una manera de de nuestras relaciones personales. Pretender ignorarlas es con­
mentir. sentir la ausencia de realidad. Todo a nuestro alrededor se em­
pobrece sensiblemente: el trato íntimo, la relación amistosa, la
~André Gide, Diarios. intensidad del amor. Los grandes derrumbamientos sociales se ali­
mentan de la anuencia de todos, y despojan a todos en forma no­
- Yo que recapitula: Tal es la situación del tiempo anterior a toria. Después de una desgracia injusta, irreparable, impune como
julio de 1968: años devaluados, donde el autoengaño nos hace la matanza de Tlatelolco, las cosas no vuelven a su lugar. La cer­
participar y nos obliga a creer. Años de intensidad mínima, fra­ tidumbre desaparece, las seguridades se eliminan como si esa falta
guada en recepciones, cocteles, notas encomiásticas, porvenir de jerarquías que sigue a las tormentas, requiriese de la caren­
brillante y mesas redondas en televisión. Luego adviene el in­ cia de sitios a donde todo pudiese confluir sin problemas, como
tento de modificación democrática, de obsesión moral, de ciudad antes.
vivida y ciudad tomada, de fiebre que impregna a los actos - y los meses tristes, detestables, como de telecomedia, cuando

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las ilusiones excesivas se han visto sucedidas por las depresiones

sacramentales. La autocompasión nos despoja de la libertad peno­


amigos, nadie desea molestarnos, podremos vivir en paz y armonía
samente adquirida; el miedo nos obliga a prescindir de la inteli­
con nuestros semejantes. ¿Por qué no atender la oferta?:
gencia; el escepticismo se confunde con el cinismo que se mezcla

con el abandono que se contamina de la indiferencia que se en­


(Hacemos un llamado a todos para que se incorporen,
trevera con el letargo. y el drama (a la vez falso y verdadero)
Mr'" para que comprendan que el progreso del país requiere
de no vivir en la participación democrática, el drama de pomar
del esfuerzo de todos, para que cesen las pasiones, se
el mundo a partir del Apocalipsis, se ve infiltrado por un falso y
difieran los enconos y se entierren las diferencias. La
verdadero sentimiento de frustración compartida, de represión (en
unidad nacional es un manto sagrado, una capa protec­
todas sus acepciones) vivida hasta su acatamiento.
tora, un tibio y amplio regazo, un lecho absoluto de
-La actitud antigua, la de sentimos a salvo del México Visi­
comprensión y paz. Únete, incorpórate, súmate, asimí­
ble. porque lo ridiculizábamos a diario, se ha vuelto insignificante
late. No te rezagues, asiste a la entrega y repartición de
y banal. Algunos respondimos a una crisis auténtica con solucio­
premios, entrégate al Gran Juego, a la Fiesta de la Amis­
nes formales del más calificado melodrama. Sufríamos menos la
tad. Estás en tu casa, considérate un miembro de la
incomprensión de los hechos, resentíamos menos la totalización de
familia.)
la catástrofe, porque dividíamos los hechos con ánimo ~entimental,

haciendo caso omiso de otras responsabilidades. Son muchos años


_ Yo y mis amigos en 1969: la eternidad de los vivos y no la
de chantaje emocional, del dolor que se aminora cuando se de­
eternidad de los muertos, que lo arrastra todo consigo y que, al­
clara, como para que no retomasen en el momento menos opor­
canzando, a través de los latidos de la sangre, lo único que hay
tuno, cuando yo y mis amigos hubiésemos requerido de otra
en el hombre más grande que el /tombre, el don de la solidaridad,
resolución existencial. Pero qué le vamos a hacer; entonar la pena
palpita a grandes golpes en la calle otra vez desierta, donde em­
es diluirla y volverla eso, pena, una respuesta individual siempre
pieza a levantarse el viento, bajo el cielo semejante desde que mue­
insuficiente, siempre compartible, siempre traicionada.
ren o vencen voluntades humanas. (André Malraux.)
-Yo y mis amigos en 1969. En la mejor instancia, el ánimo

vive el pesimismo de la mente y el optimi,mo de la voluntad


[1969)
(Gramsci). Se han rescindido ya los contratos y los permisos de

mensajes, soluciones, slogans, respuestas omniscientes, fórmulas

auto suficientes, reformas desde dentro, creencias en la crisis par­

cial y temporal, cau:elas milagrosas, excesos saludables, violen­

cias nece~arias y redentora,.

- y la memoria continua de otros amigos cuya libertad física

se ha visto suprimida porque acataron los principios y exigieron

la aplicación de las Leyes, porque creyeron en la vigencia de los

ideales, porque no cedieron ante la corrupción general y el ame­

drentamiento. Porque no han temido desasirse del juego de la

amistad, de la trampa de una ami.,tad tan cabal que evita la de­

nuncia, la crítica o la abstinencia del juego.

- y la ambición, la voracidad del Sistema, dispuesto a calificar

como folklore lo que no puede suprimir, y como bufonería lo

que no puede molestar en 10 esencial. Después de un breve lapso,

de unos cuantos febriles, amargos y admirables meses, la amistad

avasalladora desciende a nosotros. Todos quieren ser nuestros

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