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La Política y lo político
En ese sentido, una distinción interesante es aquella que se hace entre la política y lo
político. No es un juego se palabras, lo que se trata con ello es de distinguir entre la
política realmente existente y lo político como un espacio de acción, reflexión y práctica,
en el cual se puede intentar una transformación de la política realmente existente.
La política puede adoptar distintas opciones, no es inevitable sea elitista, también puede
ser más ciudadana. Asimismo, una democracia puede ser más representativa o bien más
participativa y directa. La política puede estar más condicionada por poderes
extrainstitucionales o puede realmente estar subordinada a la soberanía popular; ser más
cercana a los consensos o ser mucho más adversarial. En términos democráticos, ser más
presidencialista o más parlamentaria, ser más centralista o más descentralizada, más
homogeneizadora o más multicultural.
En ese sentido, los ciudadanos y ciudadanas (si es que no renuncian a su tarea de
participar en la política) son claves en las posibilidades de transformar la política. La
política es, antes que todo, una lucha por definirla. ¿Quiénes la hacen?, ¿qué vamos a
entender por política y por no político?, ¿por qué medios se hace?: son temas que están
siempre en juego en la política de una comunidad o de una sociedad.
Otro aspecto que genera especial preocupación y lejanía de los ciudadanos con la política 3
es analizar las relaciones que existen entre la política y la ética. A lo largo de toda su
historia, la política y la reflexión ética han estado estrechamente vinculadas. En ese sentido,
es importante tener presente que la política es lucha por el poder, y los ciudadanos
tienen que ser capaces de leer y entender lo que es esta lucha por el poder.
Probablemente el primer autor que habló descarnadamente sobre la política como poder
es Nicolás Maquiavelo. Este político y escritor italiano realizó una inquietante reflexión
sobre la posibilidad de de que una política fuese eficiente prescindiendo de cánones o
marcos morales. Probablemente fue el primero que habló no de cómo la política debía ser,
sino de cómo la política era realmente practicada.
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Otros autores como Max Weber plantearon que la política por naturaleza tenía una ética
particular, que en el campo de la política no bastaban solo las convicciones, sino que
también había que hacerse cargo de las consecuencias de los actos políticos. A eso le
llamó una ética de la responsabilidad.
Bajo los estados democráticos de este tiempo, también el Derecho ha sido una forma de
restringir los ámbitos del poder político, también por su puesto el avance de los derechos
humanos y de las normas y los procedimientos de la democracia como una manera de
enmarcar y poner límites al poder.
Política y Ciudadanía
En este camino de relaciones entre poder político y ciudadanía, este último concepto
constituye un avance importante para definir las relaciones de las personas con la política.
Un autor dice que “la ciudadanía es una hermosa ficción” porque nos iguala a todos en
términos jurídicos, en cierta condición de igualdad de derechos y de deberes, pero es
evidente que no todos tenemos el mismo poder en la sociedad, y por lo tanto no todos
tenemos la misma posibilidad de ejercer de manera sustantiva nuestras libertades y
nuestros derechos.
Sin embargo, la ciudadanía es un avance civilizatorio, que tensiona la democracia. Sin
democracia no existe la ciudadanía, pero la democracia puede ser más o menos
ciudadana. De hecho, la historia de la ciudadanía es la historia de la lucha por el
reconocimiento de distintos sectores, grupos, para ser reconocidos en esta condición de
igualdad jurídica. Ahí está la lucha de las mujeres y los jóvenes por el voto, de aquellos que
no tenían bienes ni recursos cuando el voto era censitario, etcétera.
Ser capaces de incorporar en las constituciones políticas esa racionalidad, estos derechos
colectivos (como la lengua o la propiedad colectiva de la tierra), a través de un concepto
de ciudadanía multicultural, es parte de los desafíos actuales importantes
Conclusiones