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EL PAPEL DE LA MUJER EN LA CONSTRUCCION DE LA DEMOCRACIA

DOMINICANA.

JOSEFINA ALMANZAR

CIENFUEGOS, SANTIAGO. 8 DE MARZO DEL 2018.

Buenas noches a todos y a todas.

Bienvenidos y bienvenidas a este espacio. Antes que nada quiero agradecer la


oportunidad que nos han brindado en la invitación que un día como hoy nos han
hecho a través del Núcleo de Apoyo a la Mujer (NAM) para reflexionar sobre un
tema poco común, pues el solo hecho de tomar este tema en consideración ya es
un avance: El Papel de la Mujer en la Construcción de la Democracia Dominicana.

He de confesar que cuando el profesor José Jáquez nos externó la invitación con
este tema sentí mucha alegría. Pensé de inmediato lo extraordinario de que nos
están tomando en cuenta, que ya no seamos invisibles.

Hablar del papel de la mujer en la democracia dominicana puede resultar un tema


muy amplio y abarcador. Desde el mismo momento en que incluimos la palabra
democracia estamos hablando de un Estado que ha elegido a través de su texto
constitucional una forma de gobierno. En el caso dominicano lo podemos ver
precisamente en el artículo 4 de la Constitución, en su primera parte, cuando nos
dice que: “El gobierno de la Nación es esencialmente civil, republicano,
democrático y representativo….” Y más claramente lo establece el artículo 7,
declarando al Estado Dominicano como un Estado Social y Democrático de
Derechos.

Por lo que la conversación de hoy la voy a delimitar a dos aspectos del papel de la
mujer en la construcción de la democracia dominicana.

1.- El aspecto desde los movimientos sociales, comunitarios, organizaciones no


gubernamentales.

2.- Desde el espacio político.


Lo primero que quizás debemos preguntarnos es si la República Dominicana
alguna vez en su historia republicana ha tenido, ha vivido en una democracia
plena y real. Partiendo del hecho de que la democracia está basada en los
principios de igualdad en la ley y ante la ley, libertad y equidad, entre todos y
todas. Principios y derechos consagrados igualmente en nuestro texto
constitucional en los artículos 39 y 40.

Igualmente en el transcurso de esta conversación vamos ver que en los contextos


que hemos elegido, el social y político, se puede evidenciar un factor común en el
rol de la mujer en esta construcción de democracia: La lucha constante de ser
reconocida en ambos espacios. Una lucha constante porque sus derechos de
igualdad, de libertad, de equidad no sólo sean expresados en un texto
constitucional sino que sean reales, efectivos y garantizados por el propio Estado
que en determinado momento lo expresa. La verdad es que esos derechos se
pueden presentar como un desafío sin resolver no sólo en la sociedad
dominicana, sino en la mayoría de las sociedades latinoamericanas.

Y hoy, precisamente, conmemoramos otro aniversario más del 8 de Marzo, Día


Internacional de la Mujer, día donde conmemoramos esas jornadas de luchas,
reclamaciones, sacrificios de las mujeres del mundo por un espacio de igualdad,
libertad, de equidad, de reconocimiento de sus derechos civiles y políticos.

Y así vemos que desde tiempos históricos, desde el mismo momento en que Juan
Pablo Duarte formó y fundó la sociedad secreta La Trinitaria, ya la mujer
dominicana estaba participando en esos movimientos sociales y políticos.
Influyendo, fomentando, promoviendo los cambios que generan su participación
en los mismos. Ejemplos, tenemos muchos en esos caminos: “Las Comunicadas”
fueron mujeres que se incorporaron a la gesta del 27 de Febrero del 1844, ya sea
bordando la bandera, escondiendo en su casa a los Trinitarios, preparando los
cartuchos que usaron la memorable noche del 27 de Febrero o llevando de un
lugar a otro la pólvora escondida en sus faldas.

Estos hechos son igual de relevantes y valiosos como aquellos protagonizados por
los hombres en los campos de batalla, sin embargo, a pesar de lo expresado, es
notorio el hecho de que el trabajo político de la mujer se ha minimizado al
extremo de usar calificativos indicando que los hombres son quienes deciden
incorporarla a la lucha por la independencia.

Otras tantas mujeres han sido olvidadas por la historia y si se les hace alguna
mención solo se les destaca las labores domésticas que hubiesen realizado. En
ese aspecto se puede mencionar a: Josefa Antonia Pérez (chapita), Concepción
Bona, María Trinidad Sánchez, Juana Saltitopa, Ercilia Pepin, Aniana Ondina,
Jäquez, Salome Ureña. En la dictadura Trujillista por la lucha de libertad nos
encontramos con nuestras emblemáticas y ya patrimonio de la humanidad las
inmortales, Hermanas Mirabal, las cuales no fueron las únicas luchadoras sino que
la enfocamos, en esta conversación, como las representantes de toda una
generación de mujeres y de hombres que lucharon por la libertad y los derechos
de todos y todas. En esta época de tiranía también nos encontramos con el
escenario de las mujeres que lucharon por el derecho al voto, uniéndose a los
movimientos de sufragistas de todo el mundo hasta lograr que en 1942 se
otorgara el derecho al voto a las mujeres dominicanas, iniciando una etapa de
grandes luces, por llamarle de alguna manera, ya que a partir de aquí las mujeres
son tratadas, en la ley, como sujetas de derechos y con autonomía para ejercer el
derecho al voto. Y este movimiento lo encabezó Abigail Mejía pionera del
feminismo dominicano. En épocas más recientes, podemos mencionar a,
Florinda Soriano (Mamá Tingó), Sagrario Díaz , las mujeres de la Gesta de Abril de
1965, entre ellas, Piqui Lora y otras tantas olvidadas en la historia.

Esto significa que, no es posible, plantear debates acerca de la democratización, a


propósito de participación, sin tener en cuenta que las mujeres han recorrido
desde hace siglos un largo camino de participación social y política. De la misma
manera es necesario hacer conciencia que sería imposible pensar en la
construcción de un futuro democratizado sin incluir la participación de la mujer
porque el tema no es solamente de la mujer o las mujeres sino de toda la
sociedad dominicana.

Por lo que podemos ver que la parte social y política de la mujer van de la mano.
Este proceso donde las mujeres y sus organizaciones jugaron un papel
fundamental lo vemos en el hito inicial que constituyó la Declaración de las
Naciones Unidas de la Década de la Mujer (1975-1985). En ese momento no era
sólo el movimiento de mujeres que avanzaba en la lucha por la equidad de género
sino también que cambiaban las condiciones de vida de las mujeres que se
incorporaban más al mercado de trabajo, a la educación, a la política y ya para los
años 80 el tema de la equidad de género tomó importancia en el discurso social y
en el diseño de políticas públicas.

En la Republica Dominicana desde los años 70 igualmente se comienza a producir


un proceso de transformación económica y política que favorecería la
modificación de actitudes prácticas sociales en la relación de género (según un
estudio realizado por la doctora Rosario Espinal sobre Democracia y Género en la
R.D). Según el mismo en el 1978 se produjo la transición democrática política y
para los fines de los 80 la presión social para ampliar los derechos ciudadanos y
mejorar la calidad de la democracia aumentó con la incorporación de la
organizaciones de la sociedad civil y las organizaciones no gubernamentales
(ONGs). Ya para los años 90 muchas organizaciones de la sociedad civil se
incorporaron al proceso de reforma política que cobró fuerzas a partir del Pacto
Por la Democracia en 1994.

En todos estos momentos la mujer ha estado impulsando a través de


organizaciones sociales, legislaciones que buscan precisamente igualar sus
derechos y por ende ayudar en esos caminos de democratización del Estado
Dominicano.

En esos aportes de legislaciones podemos mencionar una ley emblemática que


como lo es la Ley 24-97 sobre Violencia Intrafamiliar. Detrás de la esta Ley hay
una historia de luchas y de caminos recorridos desde organizaciones no
gubernamentales de la sociedad civil y primordialmente desde el movimiento
feminista y de las mujeres de la Rep. Dom. Mujeres organizadas que desde finales
de los años setenta impulsaron la creación e implementación de esta ley, bajo el
conocimiento de que la violencia contra las mujeres constituye una de las
mayores expresiones de discriminación por razones de género y por ende una
violación de los Derechos Humanos. Bajo el conocimiento y entendido de que el
Estado dominicano había sido signatario de la Convención Interamericana para
prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer (Belem do Pará), en la
Asamblea General Ordinaria de la OEA, celebrada en Brasil en el 1994 y por lo
tanto estaba obligado a cumplir con su compromiso de crear un marco legal para
garantiza y proteger los derechos de las mujeres violentadas y maltratadas.

Otro ley impulsada desde las organizaciones sociales y que impactó


significativamente el escenario político de la participación política de la mujer fue
la mediación realizada también en el 1997, año en que se introduce la Ley de
Cuota, la cual comenzó aprobando un 25% para las candidaturas congresuales y
municipales y que luego en la reforma electoral en el 2000, la aumentó a un 33%
(Ley12-2000) e incluyó la figura de Vice-Sindico/a para asegurar la elección de un
hombre y una mujer en la dirección de los ayuntamientos (Ley 13-2000).

Como vemos en estos dos señalamientos que hemos hecho de aportes de las
mujeres en búsqueda de construir la democracia, su papel ha estado siempre
activo en ese proceso. Como ya hemos señalado anteriormente siempre
buscando la igualdad, la libertad, la equidad que le consagra la propia
Constitución dominicana.

Ahora bien, con cuales obstáculos se encuentra la mujer para avanzar en esa
construcción cotidiana de la democracia? En un estudio realizado por Ramona
Brea e Iris Duarte, titulado “Entre la Calle y la Casa”, se identificaron diferentes
obstáculos para una mejor participación femenina tanto en lo social como en lo
político y que permite concluir que existen resistencias culturales que bloquean la
emancipación personal de la mujer, tanto en el ámbito familiar como en la vida
pública. Estas resistencias se manifiestan en esas relaciones de poder que operan
en el mundo doméstico y público.

Este estudio destacó que en el ámbito familiar se observa un alto porcentaje de


una resistencia a cambiar el patrón cultural masculino de autoridad compartida
en la toma de decisiones en el hogar y esto se traslada igualmente al hecho de
que la mujer no puede o se le dificulta el ejercicio de la vida pública, ya sea
mujeres trabajando desde sus comunidades o desde el espacio político. Ya que el
cuidado de su familia y otras actividades domésticas le resta tiempo para
dedicárselo tanto a los movimientos sociales como a la política.
Sin embargo, a pesar de estos obstáculos y desafíos la mujer sigue construyendo
democracia desde sus diferentes espacios. Ahora mismo, desde los movimientos
sociales, organizaciones no gubernamentales seguimos impulsando la aprobación
del aborto en las 3 causales, seguimos reclamando y exigiendo una educación
sexual en nuestras escuelas y colegios. Sobre este particular quiero destacar el
estudio presentado este 6 de marzo por el Centro de Estudios de Genero del
Instituto Tecnológico de Santo Domingo (GEC-INTEC),se estima que cerca de la
mitad (46.5%) de las y los adolescentes dominicanos entre 15 y 19 años de edad
se enfrenta a escacez de servicios de anticoncepción . En tal sentido, alrededor
del 47.7% de todos los embarazos no son planificados especialmente entre
adolescentes y mujeres jóvenes. Estas cifras colocan a la RD en un 34% sobre el
promedio de la región de América Latina y el Caribe. Seguimos igualmente
reclamando por los feminicidios que a diario arropan los medios de comunicación,
dejando huérfanos a tantos niños y niñas y cercenando la vida de cientos de
dominicanas cuyo único delito ha sido convivir con parejas de sub humanos que
se consideran dueños de los cuerpos de sus compañeras.

En el ámbito político seguimos construyendo democracia a pesar de la Ley de


cuota sigue siendo burladas por los partidos, ya que las estructuras del poder
tradicional, patriarcal continúan siendo un muro de contención a las legítimas
aspiraciones de las mujeres.

En la listas de las candidaturas de los partidos políticos tradicionales y con


tendencias conservadoras, que son los partidos denominados mayoritarios, se
mantiene la resistencia a la participación. Muestra de ello, son las estadísticas
presentadas por la PNUD, en el 2015. Donde sólo el 7.7% de 155 alcaldías son
encabezadas por mujeres; de 32 senadurías, sólo hay 4 senadoras, y apenas 40
diputadas entre 190 curules en la Cámara de Diputados, equivalentes al 12% y
20%, respectivamente. En ese contexto, 12 provincias no cuentan con
representación femenina en el Congreso Nacional. A nivel gubernamental, de 21
ministerios, solo 4 son dirigidos por mujeres.

Sin embargo, vimos como en el 2016 se presentó una gran oportunidad para las
mujeres, ya que en el escenario político dominicano actual han surgido figuras
femeninas que por primera vez aspiraron a la candidatura de la presidencia de la
República, como es el caso de Minou Tavárez Mirabal, quien al mismo tiempo ha
sido fundadora del partido Opción Democrática y fue candidata presidencial por
la Alianza Por la Democracia (APD), para las elecciones del 2016. Igualmente se
sumó en esa aspiración a la candidatura presidencial, Soralla Aquino, del Partido
Unidad Nacional (PUN). Estos casos han servido de inspiración, de propuestas, de
movilización a muchas mujeres que han decidido insertarse a formar parte actica
del escenario político dominicano. Igualmente como en su momento lo fue la
Licenciada Milagros Ortiz Bosch, primera mujer Vicepresidenta de la Republica y
su homóloga en el cargo la Licenciada Margarita Cedeño.

Todas ellas han fomentado a crear un espacio político para que las mujeres
podamos presentar candidaturas y legítimas aspiraciones políticas.

Así hemos ido y vamos caminando en la cotidianidad en la construcción de la


democracia dominicana con el deseo de lograr tener el país que todos y todas
queremos y merecemos tener.

Para finalizar quiero dejarles con algunos párrafos de un artículo que escribió
hace unos años esa gran activista, feminista y de seguro conocida por los presente
Mildred Mata, con relación a la construcción de la democracia.

“Democracia es: 1.Poder mirarlo todo y luchar por la igualdad, la equidad de las
mujeres la participación plena de las mujeres en el poder en todo lo que
concierne a su vida, ya toda la sociedad….2. Poder hacer diferentes alianzas, con
diferencias organizativas, de objetivos de incidencia, y de movilizaciones,3.-
Democracia es desarrollar las oportunidades con equidad para las personas
discapacitadas 4.- Es, estar con la gente, consultar a la gente, vincularse con la
gente, y hacer dentro de lo posible real que logramos como fuerzas, para definir
el modelo de sociedad que queremos, que hacemos, y eso va, sobre los sistemas
de propiedad, si el cooperativismo, si autogestión grupal, el comunitarismo, la
inversión mixta Estado-individuos-sociedades.

Democracia es… Siga usted… dice Mildred y lo cual comparto, porque la


democracia es una construcción permanente y perfectible.
Abrazar la democracia, y a partir de ahí, ir construyendo con vinculaciones como
sujetos sociales e intereses diversos, con el pecho y los brazos abiertos:
dialogando, moldeando, cediendo, marchando, caminando de a poco, con pocas,
con pocos, o con muchas, muchos, o casi aparentemente a solas, solos, a veces,
según los objetivos, y el contexto, la historia. Y todo vale con el
respeto. Entonces, para mí ser democrática es: 1) Poder mirarlo todo y
luchar por la igualdad, la equidad de las mujeres y la participación plena de las
mujeres en el poder en todo lo que concierne a su vida, y a toda la sociedad. Esto
como ejemplo desde mi sujeto social mujer. 2) Es, estar con la gente, consultar a
la gente, vincularse con la gente, y hacer dentro de lo posible real que logramos
como fuerzas, para definir el modelo de sociedad que queremos, que hacemos, y
eso va, sobre los sistemas de propiedad, si el cooperativismo, si autogestión
grupal, el comunitarismo, la inversión mixta Estado-individuos-sociedades,
colectivismo, etcétera.
3) Privilegiar la seguridad y la paz de las personas.
Privilegiar los métodos blandos de lucha, a los duros, a la guerra, de cualquier
tipo, o desde cualquier sector. 4) No perseguir por razones ideológicas de fe, o de
no fe. 5) Poder hacer diferentes alianzas, con diferencias organizativas, de
objetivos de incidencia, y de movilizaciones. 6) No perseguir por preferencias
sexuales diversas. 7) Democracia es desarrollar las oportunidades con equidad
para las personas discapacitadas. 8) Es preservar el medio ambiente. 9) Es
defendernos de contratos onerosos, redefinir deudas.
10) Democracia es decidir
sobre lo público, y poder desmantelar, reformar, construir, crear, instancias,
estructuras, relaciones…acordes con nuestras decisiones como pueblo, con
decisiones democráticas, de mayoría, o si es posible, con pactos, o contratos
sociales, de consenso.11) Es construir desde lo local municipalista que se
potencializa con el dominio sano y justo del espacio, de los planes, del desarrollo,
acorde con las capacidades, y relaciones locales inclusivas y respetuosas.12)
Democracia es… Siga usted…porque la democracia es una construcción
permanente y perfectible.”

Yo le agregaría vivimos realmente en democracia en la República Dominicana,


diga usted….

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