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MEDIDAS CAUTELARES

INTRODUCCIÓN
La necesidad de que existan medidas cautelares en el proceso penal viene dada
por la combinación de dos factores: por un lado, todo proceso con las debidas
garantías se desarrolla siguiendo unas normas de procedimiento por lo que
tiene una duración temporal; y por otro, la actitud de la persona a la que afecta
el proceso, que si es culpable o así se siente, su tendencia natural le llevará a
realizar actos que dificulten o impidan que el proceso penal cumpla su fin
(hará desaparecer los datos que hagan referencia al hecho punible, se ocultará,
etc.). Por ello, la Ley faculta al órgano jurisdiccional a que adopte
determinadas precauciones para asegurar que puedan realizarse
adecuadamente los diversos actos que conforman el proceso, y para que al
término del mismo la sentencia que se dicte sea plenamente eficaz.
En consecuencia, podemos definir las medidas cautelares como aquel conjunto
de actuaciones “encaminadas al aseguramiento del juicio y a la efectividad de
la sentencia que se dicte”
A nivel conceptual destacamos el concepto que las medidas cautelares son
“…aquellos mecanismos o instrumentos de los que se vale el estado para
lograr el descubrimiento de la verdad material y la aplicación de la ley
sustantiva en la dilucidación de los distintos conflictos sociales que se
presentan ante los tribunales de justicia.
Debemos tener presente, que la libertad es un derecho fundamental inherente a
toda persona, que para a ser obstruido, debe fundarse en hechos
trascendentes, como ser una sospecha cierta sobre el hecho ilícito y con más
razón sobre la autoría, acompañado de la intención de la fuga y del peligro de
entorpecer la investigación del hecho.

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CONCEPTO DE MEDIDAS CAUTELARES
Etimológicamente, la palabra medida, en la acepción que nos corresponde,
significa prevención, disposición; prevención a su vez, equivale a conjunto de
precauciones y medidas tomadas para evitar un riesgo.
En el campo jurídico, se entiende como tales a aquellas medidas que el
legislador ha dictado con el objeto de que la parte vencedora no quede burlada
en su derecho.
CLASES DE MEDIDAS CAUTELARES
Como ya hemos expuesto anteriormente las medidas cautelares son aquellas
que pretenden asegurar la detención del imputado al proceso y, en su caso, la
presencia del presunto autor del hecho ante el órgano jurisdiccional, ya sea
para garantizar su declaración ante el Juez garante del debido proceso, o para
evitar su inasistencia y consecuentemente el impedimento de la celebración
del juicio oral ante el Juez.
Según el Art. 167 de nuestro código de procedimiento penal estas medidas
cautelares son de dos clases:
 Medidas cautelares de carácter personal; y,
 Medidas cautelares de carácter real.
En el proceso penal encontramos diversos tipos de coacción para asegurar su
realización y los fines que lo instituyen, uno de ellos está relacionado con el
sujeto pasivo de la acción penal, puesto que su presencia es, por regla,
imprescindible durante el juzgamiento porque debe ser citado y oído para ser
vencido en juicio y la pena impuesta es de carácter eminentemente personal.
En ese sentido, encontramos tres tipos de coacción personal, del imputado o
acusado:
a) La que permite asegurar que el imputado será presentado al juez para
que el proceso pueda iniciarse, que se denomina coacción precautelar
o provisionalísima.

b) La que salvaguarda los actos sucesivos y graduales que constituyen el


proceso judicial y la ejecución de la futura sentencia, o una conducta
que garantice la no continuidad de la lesión de bienes jurídicos, llamada

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coacción cautelar, la cual sirve para que el proceso pueda desarrollarse
con la presencia de la persona acusada a la que se le atribuye el delito
que se juzga, y
c) La coacción material que es consecuencia de acciones delictivas
comprobadas en un proceso penal y que se determina en la sanción que
los jueces establecen en la sentencia y que por lo mismo obligan al
condenado a cumplir las penas y medidas de seguridad impuestas.
En los tres casos se limita la libertad de locomoción de las personas, pero a
pesar de dicha homogeneidad, las dos primeras formas de coacción tienen un
carácter preventivo, mientras que la coacción material es la consecuencia
mediata de la acción delictiva: la pena
En el Código Procesal Penal se regulan una serie de medidas para asegurar el
inicio y desarrollo del proceso penal, por lo que de acuerdo al momento y
objetivo con el que se dictan, se dividen en precautelares y cautelares.
Medidas Precautelares: concretamente consisten en una serie de facultades
que tiene esencialmente la Policía Nacional para asegurar el cumplimiento de
las funciones de investigación que le atribuye la ley, así como para impedir
que los hechos delictivos cometidos produzcan consecuencias ulteriores, para
individualizar y aprehender a los posibles partícipes y autores y reunir
elementos de prueba que sirvan al ejercicio de la acción penal, y que
específicamente están comprendidas en el artículo 230 del CPP y que incluyen
registros, allanamientos, inspecciones, requisas, la preservación de la escena
del crimen, operaciones técnicas, la facultad de citar personas, entrevistar a las
personas investigadas y requerir informes y autorizaciones.
Dentro de las medidas coactivas precautelares dictadas para asegurar que el
imputado sea presentado ante la autoridad judicial competente para que esta
determine su situación jurídica, con relación a la imputación de un hecho
delictivo concreto que se le atribuye, en la audiencia que da inicio al proceso
penal, encontramos:
a) Detención por particulares
Se otorga esta facultad a los particulares en los casos de flagrancia
siempre que el delito que se prepara, comete o persigue inmediatamente
esté sancionado con pena de privación de libertad. Encontramos que se
trata de una facultad racional y justificada para evitar la impunidad del
posible autor de hechos delictivos y la posible continuación de la lesión
de bienes jurídicos tutelados penalmente.
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La detención por particulares en delitos flagrantes es una facultad que
se otorga a los ciudadanos para que colaboren con la justicia, eviten la
continuidad de la afectación provocada por un hecho delictivo y se
defiendan legítimamente de ilícitos penales, así como, para evitar
impunidad. Es deber del ciudadano entregar al aprehendido en
flagrancia a la autoridad más cercana y proceder conforme el principio
de proporcionalidad.
b) Detención policial
Es la privación de libertad que realiza la policía sin orden previa del
juez para evitar que se cometa o se consuma un delito o se eluda la
persecución penal. El artículo 33 Cn numeral uno, establece que “La
detención solo podrá efectuarse en virtud de mandamiento escrito
de juez competente o de las autoridades expresamente facultadas
por la ley, salvo el caso de flagrante delito…”, por lo que además de
situaciones de flagrancia, podrá efectuarse por autoridades distintas a la
judicial en aquellos supuestos en que las leyes ordinarias lo permitan.
Este principio constitucional lo desarrolla el CPP de la manera
siguiente:
a) En los casos de flagrancia, entendiéndose como tal el instante
preciso en que se prepara o comete el delito, pero también cuando
se acaba de cometer, luego de haber sido sorprendidos en su
ejecución o la persona es sorprendida teniendo en su poder armas,
instrumentos u objetos procedentes del delito o falta
b) Cuando se evada una persona que haya sido legalmente
aprehendida de un establecimiento de detención o penitenciario;
c) Los jefes de cualquier Delegación Policial, bajo su
responsabilidad, pueden emitir orden de detención, con expresión
de las razones que la hagan indispensable, dentro de las doce
horas de tener conocimiento, por cualquier medio, de un hecho
delictivo sancionado con privación de libertad y existan indicios
de que la persona sospechosa puede tratar de fugarse u ocultarse.
De ninguna manera esta forma de detención no flagrante podrá
equipararse con la producida por persecución actual e inmediata
de un presunto delincuente, razón por la que no implica facultad
para practicar un allanamiento de morada, para lo cual se requiere
orden judicial, salvo los casos de urgencia señalados en el
artículo 242 CPP.
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Este último supuesto requiere por lo tanto: 1) elementos materiales que
permitan inducir la comisión de un delito y que existen graves indicios de
responsabilidad de la persona contra la que se ordena y; 2) elementos
instrumentales como la existencia del peligro de fuga por la gravedad del
delito denunciado, la falta de arraigo del imputado, la posibilidad de peligro
concreto de que por las modalidades y circunstancias del hecho atribuido
cometa nuevos delitos mediante el uso de armas u otros medios de violencia
personal, o dirigidos contra el orden constitucional o se trate de criminalidad
organizada.
La detención policial está sometida al control judicial de legalidad, que se
realizara en la audiencia que de inicio al proceso penal (art. 254 CPP) Si el
juez advierte que se trata de una detención ilegal en la que el agente de la
policía ha actuado con dolo, enviara denuncia obligatoria al Ministerio
Público (art. 223 CPP)
Salvo los casos citados, para aplicar otras medidas precautelares en las que
requiere la presencia del imputado para prevenir, investigar y perseguir delitos
y asegurar que sea presentado ante los tribunales de justicia competentes, la
policía y fiscalía necesitan autorización de juez debidamente motivada.
Probablemente en estos casos no haya sido presentada aun una acusación, tal
medida se requerirá ante cualquier juez de Distrito de lo Penal con
competencia territorial, (art. 246 CPP) Cuando el imputado o acusado no esté
detenido, la solicitud de detención o citación para asegurar la realización de la
audiencia inicial podrá ser requerida en la acusación (art. 266 CPP)
c) Detención judicial
Es la facultad que tienen los jueces de ordenar la aprehensión de una
persona, a solicitud de parte, en los siguientes supuestos:
1) No habiendo iniciado un proceso penal, lo requiera la Policía
Nacional o el Ministerio Público para asegurar la
investigación, solicitud que planteara ante cualquier juez de
distrito de lo Penal con competencia por razón del territorio
(art. 246, párrafo primero CPP);
2) El acusado no esté detenido y lo solicita el Ministerio Publico
en la acusación presentada al juez competente, con el
propósito de asegurar la celebración de la audiencia inicial
(art. 266 CPP)

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3) A solicitud del fiscal, cuando se cometa un delito en el
transcurso de cualquier audiencia celebrada en el proceso,
incluyendo la de juicio (art. 292 CPP)
4) Cuando el acusado por faltas penales deja de presentarse sin
justificación a la audiencia inicial, por el tiempo estrictamente
necesario para asegurar su comparecencia (art. 328 CPP) y
5) En los casos de extradición pasiva cuando se requiera la
detención del imputado a la Sala Penal de la Corte Suprema
de Justicia, quien podrá ordenar la detención hasta por dos
meses (art. 356 numeral 2 CPP)
Relacionadas con la investigación y presentación del imputado
encontramos otras medidas precautelares provisionalmente:
1) Retención policial
Es la facultad que tienen los agentes de policía para obligar, por un plazo
no mayor de tres horas, que una persona, posible imputada o testigo
presencial, permanezca en la escena del crimen, cuando no fuere posible
identificarla (art. 229 CPP) o se requiera para la inmediata practica de una
diligencia de identificación o reconocimiento de personas en sede policial.
Esta medida puede implicar la orden que una persona no se separe de otra o
que permanezca en el lugar donde se le encuentre o de ser conducida a la
estación policial más cercana para la práctica de un reconocimiento de
personas, de una requisa o de una inspección o investigación corporal (arts.
233 al 238 CPP)
2) Conducción forzosa
Para asegurar la presencia del imputado, acusado, victima, testigos,
interpretes la Policía Nacional y el Ministerio Publico podrán requerir a los
jueces orden para que sean conducidos por la fuerza pública para participar
en diligencias de investigación (arts. 127 y 147 CPP)
Medidas Cautelares: iniciado el proceso penal (art. 254 CPP), con las
primera audiencia sea preliminar o inicial, los jueces están facultados para
dictar, a petición de parte, una serie de disposiciones que tienen como objetivo
afirmar con certeza la realización de los actos sucesivos y graduales que
constituyen el proceso, medidas que, por lo tanto, nacen, viven, y concluyen
con el proceso penal.

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El CPP establece, en el artículo 166, la finalidad de estas medidas es permitir
la eficacia del proceso y la ejecución de la sentencia, la presencia del acusado
durante el mismo y regulara la obtención de fuentes de prueba y en el caso del
inciso C) del numeral 173, además, evitar, por la naturaleza de los hechos
perseguidos, la existencia del peligro que el acusado pueda cometer nuevos
delitos mediante el uso de armas u otros medios de intimidación o violencia
personal o dirigidos contra el orden constitucional o ilícitos penales de
criminalidad organizada o que continuara la actividad delictiva.
Imposición, revocación y oportunidad de las medidas cautelares:
Las medidas cautelares pueden decretarse desde el inicio del proceso con la
primera audiencia (art. 254 CPP), y durante todo el trámite del mismo para
asegurar la presencia del acusado y la obtención regular de las fuentes de
prueba (art.166)
Precisamente, la audiencia preliminar tiene como uno de sus fines
fundamentales resolver lo relativo a la aplicación de estas medidas (art. 255)
las que serán revisadas en la audiencia inicial (art. 265) y mensualmente
durante el trámite del proceso (art. 172)
Los jueces están facultados para sustituir o revocar medidas cautelares, de
oficio o a instancia de parte, como se aprecia en el artículo 180 CPP, en virtud
del cual pueden cambiar la prisión preventiva por una medida cautelar
sustitutiva más favorable al reo.
Características de Las Medidas Cautelares
Las medidas cautelares tienen una serie de rasgos distintivos y peculiares y su
aplicación exige una serie de características que se describen a continuación:
a) Jurisdiccionalidad: Como condición general de su aplicación, las
medidas cautelares establecidas en el CPP, solo pueden ser dictadas por
juez competente con motivo de un proceso penal o de una investigación
penal, siempre que existan indicios racionales de criminalidad (art. 168
CPP) en resolución judicial fundada (art. 170). Esta regla se justifica
debido a que afectan derechos constitucionales cuya limitación requiere
autorización jurisdiccional, por necesidad de eficacia procesal y
protección de los derechos que en él se busca tutelar o restaurar.

Excepcionalmente, la Policía nacional o el Ministerio Publico durante la


investigación podrá dictar una medida precautelar o provisional para
asegurar la investigación o para auxiliar a las victimas (art. 113)
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b) Taxatividad: El principio de legalidad jurídica (art. 1 CPP) determina,
como condición de limitación de libertades y derechos fundamentales,
que las personas conozcan cuando procede, quien las puede autorizar,
de acuerdo a que modalidades y tipos, plazos y formas.
La Taxatividad impone un sistema de números clausus, es decir, que
únicamente pueden aplicarse las expresamente establecidas en el art.
166 CPP, de manera que no se puede recurrir a ninguna que no esté
predeterminada.

El articulo 167 CPP, limita y reduce a once los diversos tipos de


medidas cautelares que un juez puede adoptar, con lo que se previene
cualquier abuso y se fijan las condiciones para una práctica coherente
en la aplicación de la ley e iguales resoluciones en supuestos similares.

c) Instrumentalidad: El objeto de las medidas cautelares es servir al


proceso penal, por lo mismo no constituyen un fin en sí mismas, son
subsidiarias, dependen del proceso al cual asisten para asegurar su
realización, resguardar y proteger la ejecución de una sentencia
condenatoria, por lo que no pueden justificarse fuera o sin él; sus
efectos se extinguen al concluir este y se transforman, cuando procede,
en parte cumplida y computable de la sanción que se imponga en la
sentencia condenatoria, puesto que se abona a la pena que se establezca.

d) Provisionalidad y temporalidad: Las medidas cautelares son de


carácter provisional porque pueden ser sustituidas, modificadas o
suprimidas, si cambian las condiciones o las circunstancias que las
originaron y temporales porque su vida está limitada a la del proceso
penal que aseguran
Cuando dejan de ser idóneas, porque las razones que las motivaron ya
no existen o se han cumplido los objetivos que las propiciaron, o el
proceso penal se resuelve con base al principio de oportunidad o se
connota la existencia de causas de sobreseimiento (art. 155 CPP) o
desaparecen los indicios de criminalidad o faltan elementos de
imputación, pierden sentido, razón o justificación.

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PRESUPUESTOS
Los presupuestos de las medidas cautelares son los motivos y las razones que
las provocan y justifican. Doctrinalmente se reconocen dos presupuestos
esenciales y previos a la aplicación de las medidas cautelares en general:
a) FUMUS BONIS IURE. Entendida generalmente como la apariencia
de buen derecho que debe revestir la pretensión cautelar. Aplicada al
proceso penal, debe entenderse que las motivaciones o fundamentos de
la misma, justifican la aplicación legal de medidas precautorias.
De lo anterior se desprende que una medida cautelara, para asegurar el
resultado del proceso penal debe estar sustentada en los siguientes
presupuestos:
I. Que el hecho de la acusación este calificado en la ley como delito o
falta y de cuya comisión se deriven consecuencias jurídicas penales;

II. Elementos de investigación, indicios racionales, que den sustento a la


sindicación de una persona concreta de la comisión de un delito;

III. El ejercicio de la acción penal por quien tiene derecho y la solicitud


concreta de protección anticipada de los derechos que se reclaman en el
proceso penal

b) PERICULUM IN MORA. La posibilidad de que la no aplicación de la


medida cautelar, de lugar a que al final del proceso el mismo resulte
ilusorio o infructuoso a los intereses del beneficiado con una sentencia
favorable.
Dos elementos se señalan en la doctrina para determinar su procedencia:
I. La existencia de riesgo de la incomparecencia del acusado a los actos
procesales, y

II. Que durante el lapso del proceso puedan producirse hechos o acciones
que obstaculicen la efectividad práctica del mismo o de la sentencia, por
la posibilidad que disminuyan o desaparezcan pruebas o se presenten
riesgos atribuidos a la conducta del acusado, que de ocurrir lleguen a
imposibilitar o dificultar el desarrollo y la conclusión justa del proceso

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El Principio de Proporcionalidad
Concepto: Consiste en una regulación de las potestades y actuaciones de las
autoridades que intervienen el proceso penal (Policía Nacional, Ministerio
Publico y Jueces) para que ejerzan sus funciones racionalmente y dentro de los
límites de estricta proporcionalidad. En estos mismos términos regula la
aplicación de penas y medidas cautelares y establece la privación de libertad
como una medida cautelar de carácter excepcional.
Naturaleza jurídica y regulación en nuestro ordenamiento jurídico: Este
principio de proporcionalidad es ejercido por los jueces competentes para los
actos de la Policía Nacional y el Ministerio Publico, y por los tribunales de
apelaciones en el caso de los jueces. Está regulado en nuestra legislación por
el arto. 5 CPP.
La proporcionalidad en cuanto a la aplicación de medidas cautelares se
establece en el arto 169 CPP, que establece que no se podrán ordenar medidas
de coerción personal cuando esta aparezca desproporcionada con relación a la
gravedad del delito, la circunstancias para su comisión y la sanción probable.
El CPP, establece en el artículo 166, que la finalidad de estas medidas es
permitir la eficacia del proceso y la ejecución dela sentencia, la presencia del
acusado durante el mismo y regular la obtención de fuentes de prueba y en el
caso del inciso c) del numeral 3, del artículo 173, además, evitar, por la
naturaleza de los hechos perseguidos, la existencia del peligro que el acusado
puede cometer nuevos delitos mediante el uso de armas u otros medios de
intimidación o violencia personal o dirigidos contra el orden constitucional o
ilícitos penales de criminalidad organizada o que continuara la actividad
delictiva.
El principio de proporcionalidad según la doctrina, se integra por tres sub
principios, siendo estos:
1. Principio de necesidad: las medidas se dictan para asegurar riesgos y
prevenir la eficacia del proceso o las consecuencias de la sentencia. Si
los peligros no existen no tiene justificación alguna y el acusado debe
ser juzgado en libertad.

2. Principio de adecuación: la medida debe ser acomodada a cada caso


concreto y debe corresponder en igual o menor medida a los derechos
que se aseguran, al resguardo del proceso y a las condiciones objetivas
y subjetivas que se aprecian en el mismo.

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3. Principio de subsidiariedad: las medidas cautelares están vinculadas
al proceso en el cual se dictan, son un efecto secundario de la causa
principal; la aplicación del derecho penal. Si faltan o desaparecen o se
modifican las condiciones del procesamiento o se desestiman o no son
suficientes los indicios de criminalidad carecen de sentido; deben ser
revocados o modificados.
CLASIFICACION
Atendiendo a el objeto de la medida cautelar en el proceso penal, distinguimos
medidas cautelares personales y medidas cautelares reales (art. 167 CPP),
enfocándose las primeras en la limitación de la libertad ambulatoria de la
persona y en las segundas, asegurar ciertos objetos dentro del proceso penal a
fin de que se evite su traspaso a cualquier título que haga imposible su
posterior recuperación, siendo de importancia para los fines del proceso penal
propiamente tal o de los derechos resarcitorios de la víctima.
PERSONALES
Sobre este particular, se dice que “las medidas cautelares son restricciones a la
libertad física o ambulatoria, de carácter personal que se aplican a la persona
del imputado, entendidas con la finalidad de asegurar la comparecencia del
sujeto durante el proceso, a la vez que se pueden concebir en el propósito de
garantizar la eventual ejecución de la sanción penal e impedir que el sujeto
pueda obstaculizar la investigación.”
El CPP prevé los siguientes tipos de medidas cautelares personales:
1. La detención domiciliaria o la custodia del acusado por otra persona sin
vigilancia alguna o con la que el tribunal ordene

2. El impedimento de salida del país o el depósito de un menor

3. La obligación de someterse al cuidado o vigilancia de una persona o


institución determinada la que informara regularmente al tribunal

4. La presentación periódica del acusado ante el tribunal o la autoridad que


el juez designe

5. La prohibición al acusado de salir sin autorización del país, de la


localidad en la cual reside o del ámbito territorial que fije el tribunal
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6. Prohibición de concurrir a determinadas reuniones o lugares

7. La prohibición de comunicarse con personas determinadas, siempre que


no afecte el derecho de defensa

8. El abandono inmediato del hogar si se trata de violencia doméstica o


intrafamiliar, o de delitos sexuales cuando la víctima conviva con el
acusado

9. La prohibición de despedir, trasladar del cargo o adoptar cualquier otra


represalia en el centro de trabajo en contra de la denunciante del delito
de acoso sexual

10. La suspensión en el desempeño del cargo, cuando el hecho por el cual


se acusa haya sido cometido prevaliéndose del mismo

11. La prisión preventiva


REALES
Las medidas cautelares reales en el proceso penal, son las que tiene como
finalidad garantizar que bienes u objetos relacionados con el delito, no sean
traspuestos, enajenados, ocultados y evitar con ello la extensión de los efectos
del delito. También pueden tener como objeto garantizar el efectivo
resarcimiento de los daños y perjuicios sufridos por la víctima en virtud del
hecho punible.
El Código Procesal Penal dispone las siguientes medidas cautelares reales:
1. La prestación de una caución económica adecuada, de no imposible
cumplimiento por el propio acusado o por otra persona, mediante
depósito de dinero, valores, fianza de dos o más personas idóneas o
garantías reales

2. La anotación preventiva en el registro público, como garantía por


ulteriores responsabilidades

3. La inmovilización de cuentas bancarias y de certificados de acciones y


títulos valores

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4. El embargo y el secuestro preventivo

5. La intervención judicial de una empresa

Aplicación y constitución de las medidas cautelares


Con base al artículo 246 del CPP, durante la investigación y para asegurar
actos relacionados con la eficiencia de la misma, los jueces de Distrito Penal
podrán dictar, autorizar o ratificar medidas cautelares practicadas por razones
de urgencia a solicitud de policías o fiscales.
Para imponer medidas cautelares, lo que se puede hacer en cualquier momento
del proceso, se requiere petición oral o escrita especifica de la parte acusadora;
pero su revocación o sustitución por otra menos grave puede ser decretada de
oficio por tratarse de garantías constitucionales que el juez está obligado a
proteger (art. 172 CPP)
CONCLUSION
Como podemos observar en la investigación de estudio realizado, el Código
Procesal Penal contempla una detallada regulación de las medidas cautelares
en el proceso penal, sean personales o reales.
 Las medidas cautelares son básicamente provisionales, ya que su
duración es conocida, tienden al cumplimiento de un objetivo
específicamente procesal y solo debe ser dictadas por el titular del
órgano jurisdiccional penal.
 Las medidas cautelares personales son limitativas de la libertad
individual.
 La medida cautelar toma vida, generalmente, cuando el proceso penal
necesita de esta para cumplir con su finalidad.
 La medida cautelar no tiene un fin propio ya que la utilidad de esta, se
caracteriza por el auxilio que, como medio, presta al proceso.
 La medida cautelar desaparece cuando desaparece la necesidad
procesal.
 La prisión preventiva constituye la medida cautelar que representa la
más severa coacción que se puede imponer en un proceso penal,
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corresponde a las necesidades de aseguramiento mayor del proceso en
las causas más graves y para la eficaz persecución del delito.
Toda persona desde que nace es libre e inocente. La libertad y la inocencia son
bienes inherentes en la persona, los cuales, al igual que la vida, el honor y la
integridad física, son bienes que generan los respectivos derechos que el
Estado, al reconocerlos expresamente, se obliga a garantizarlos, como en
efecto los garantiza.
Las medidas cautelares afectan a los derechos personales y reales garantizados
constitucionalmente, tales como la libertad, la inocencia y la propiedad, por lo
cual, el juez penal, al momento de dictar la medida cautelar, debe de ajustar su
conducta para evitar en lo posible que estos bienes jurídicos sean afectados,
haciendo un estudio responsable de las situaciones de hecho y de derecho que
ofrece el proceso con relación al imputado, con los medios de prueba, con el
ofendido, etc., para pronunciarse en la forma menos lesiva a los derechos
garantizados constitucionalmente.

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