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La historia de EGIPTO fue la más larga de cuantas civilizaciones antiguas florecieron en

torno al Mediterráneo, extendiéndose casi sin interrupción desde aproximadamente el año


3000 a.C. hasta el siglo IV d.C. La naturaleza del país, desarrollado en torno al Nilo, que
lo baña y fertiliza, junto al casi total aislamiento de influencias culturales exteriores,
produjo un estilo artístico que apenas sufrió cambios a lo largo de sus más de 3.000 años
de historia.

La estabilidad política de este gran Estado se instauró por medio de una oligarquía
defensora de las tradiciones. Sólo así, en un sistema político donde el poder se
concentraba en torno al faraón y sus sumos sacerdotes, y en una región rica en
materiales pétreos (granito, piedras areniscas y calizas), pudo llevarse a cabo la
construcción de los monumentos más impresionantes del mundo antiguo.

Los arquitectos Egipcios siendo consecuentes con los conceptos de eternidad de la vida,
que prevalecieron en su nación, le dieron formas de montañas a sus pirámides, por
suponerlas, eternas.

Estas arquitecturas muestran una serie de características que básicamente se repiten en


todas sus construcciones, así podemos definir la arquitectura egipcia como una
arquitectura monumental y colosal que trasciende las proporciones humanas para
acercarse a lo divino; adintelada o arquitrabada que aportan a las construcciones un
predominio de líneas rectas, con el uso casi exclusivo de la columna como elemento
sustentante, inspirada fundamentalmente en la vegetación autóctona.

La obsesión de los gobernantes egipcios era edificar su propia tumba, más espléndida
que la de su predecesor. Antes de la IV Dinastía (que comienza c. 2680 a.C.), los
enterramientos de los reyes de Egipto se distinguían por medio de una mastaba, una
construcción maciza de ladrillo, de planta rectangular con los muros en talud. Ésta
evolucionó hacia la pirámide escalonada y más tarde hasta la definitiva pirámide de caras
planas. Las pirámides mayores y mejor conservadas están en el conjunto de Gizeh, cerca
de El Cairo; entre ellas destacan la de Keops (construida c. 2570 a.C.) y la de Kefrén
(c. 2530 a.C.). Estos inmensos monumentos son la muestra del enorme poder que los
faraones ejercían sobre sus súbditos, así como de la fascinación de los arquitectos
egipcios por las formas geométricas. Por otra parte, el mismo gusto por la perfección de la
forma abstracta reaparece frecuentemente a través de la historia.

Durante el reinado de Zoser, de la tercera dinastía, apareció un genio


llamado Imhotep (Fig. 1), que más tarde llegó a engrosar la larga lista de
las divinidades egipcias, como dios de la medicina y que fue venerado
incluso en la época griega con el nombre de Harpocrates.

Después de Zoser e Imphotep, el egipcio desarrolló, entre otras muchas


cosas, la arquitectura, la administración, la escultura, lo que pudo

Fig.1.- Imhotep

(estatuilla).

Brooklyn Museum, NY.


permitir, la realización de obras tan majestuosas como las grandes pirámides de Snefru,
Keops, Kefren y Mycerinos.

Imphotep, era un genio de la arquitectura en su tiempo que experimentando llegó a


construirle al rey Nether Nekht o Zoser la pirámide escalonada con su complejo funerario
y su patio de las fiestas de bodas trinerarias del Rey. En este complejo impresionante
observamos la aparición y el desarrollo de la mayor y más antigua construcción de piedra
de la humanidad. La pirámide tiene más de 60 metros de altura y está compuesto de seis
gradas de bloques de piedra caliza .

Así su arquitectura se basa en perpendicular estructuras y planos inclinados, ya que no


había ayuda estructural, salvo la fuerza y el equilibrio de la estructura en sí. Por esta
razón, el cuadrado y la línea de plomada son instrumentos muy importantes.

El culto a los muertos define en gran medida a la arquitectura desarrollada en Egipto.


Todas las manifestaciones estuvieron destinadas, básicamente, al servicio del Estado, la
religión y el faraón, considerado como un dios sobre la Tierra. Desde los primeros
tiempos, la creencia en una vida después de la muerte dictó la norma de enterrar al
muerto con sus mejores pertenencias para asegurar su tránsito hacia la eternidad. La
regularidad de los ciclos naturales, la crecida e inundación anual del río Nilo, la sucesión
de las estaciones y el curso solar que provocaba el día y la noche fueron consideradas
como regalos de los dioses a los habitantes de Egipto. El pensamiento, la moral y la
cultura egipcia estuvieron arraigados en un profundo respeto por el orden y el equilibrio.

El arte quería ser un arte útil, no se hablaba de piezas u obras bellas, sino eficaces o
eficientes. El cambio y la novedad nunca fueron considerados como algo importante por si
mismos; así, el estilo y los convencionalismos representativos del arte egipcio
establecidos desde un primer momento continuaron prácticamente invariables. La
intención fundamental del lenguaje artístico no fue la de crear una imagen real de las
cosas tal como aparecían, sino captar para la eternidad la esencia de la persona, animal u
objeto representado.

La principal característica de la arquitectura egipcia fue la monumentalidad de sus


construcciones, dedicadas a propiciar el tránsito del espíritu de los difuntos hacia el más
allá. En Egipto se hace difícil plantear cómo se entendía la vida comunitaria, cuáles eran
sus necesidades y cuáles las soluciones aportadas; más que hablar de pueblos de los
vivos, es pertinente hacerlo de las ciudades de los muertos o, en todo caso, de las casas
de los dioses. Las enormes pirámides son construidas como mausoleos de los faraones,
y en los templos funerarios se purificaba al rey difunto y constituían el núcleo de la religión
egipcia. Las tumbas no eran más que el estadio final del rito funerario egipcio. Antes de
ser depositado en su morada eterna, el cuerpo del rey tenía que ser sometido a un
complejo ritual destinado a convertir un hombre mortal en un dios inmortal.

En general, los edificios egipcios representan una síntesis de cuatro ideas fundamentales:
el "oasis" cerrado, la masa megalítica, el orden ortogonal y el "recorrido" o eje. Todas ellas
se presentan simbólicamente en la arquitectura egipcia para concretar experiencias
existenciales fundamentales y, reunidas, constituyen una convincente representación del
cosmo egipcio.

Las viviendas también utilizan las mismas formas dominantes, aunque con menos rigor
que en las grandes obras públicas.

El recorrido egipcio no conduce hacia un espacio monumental, sino que representa el


curso de la vida como un eterno retomo a los orígenes.

Desde las primeras dinastías se decora con motivos vegetales o con formas tomadas de
construcciones más en madera, las cuales, dado su carácter de esqueletos, constituían
una fuente de inspiración para la articulación de la masa de arcilla, requerida ante el
deseo de concretar un espacio ortogonal. Los motivos vegetales también se empleaban
debido al deseo de dar a todos los aspectos de la vida una forma eterna, absoluta.

La articulación constaba en general de una división y una articulación simultánea de las


partes. Toda totalidad articulada debe estar constituida por elementos que tienen una
función diferente dentro del conjunto, pero que son interdependientes. La arquitectura
egipcia muestra el primer intento consciente y sistemático para lograr una articulación de
este tipo. Su expresión más notoria se halla en la amplia variedad de columnas,
procedentes en su mayor parte de formas de plantas. Si bien desempeñaban una función
estructural, eran primordialmente emblemas de fertilidad, símbolos de la tierra y de las
plantas sagradas que daban protección y sustento a la tierra y sus pobladores. A este
sentido simbólico se asocia el de duración, combinándose con la concepción de masa,
solidez y grandiosidad. En ciertos edificios hay asimismo elementos estructurales más
sencillos que contribuyen ante todo a hacer visible el espacio ortogonal.

El lenguaje egipcio de las formas arquitectónicas posee una coherencia lógica que va
desde el plano general hasta los detalles articuladores. Esta coherencia es muy simple, y
consiste en la validez general del orden ortogonal.

Como en cualquier religión el templo egipcio representaba la casa del dios, pero, más que
entendido como simple morada, el templo debía ser indestructible ya que era la residencia
de los inmortales. Las primeras construcciones, realizadas como imitación de aquellas
destinadas a albergar a los hombres, fueron pronto desechadas y sustituidas por otras
realizadas en piedra y materiales más duraderos. El templo se construía para albergar la
imagen del dios y como lugar en el que los sacerdotes oficiaban sus ritos.

A diferencia de las religiones posteriores no era en absoluto un lugar de culto sino una
zona para albergar al dios y de hecho el pueblo no
podía acceder más que a ciertas dependencias
exteriores.

Era el único edificio construido en piedra y no en


adobe u otros materiales menos resistentes, pues si
el dios era eterno también debía serlo su casa. De
estos primeros templos los más destacables eran el
Templo de la Esfinge, en Guiza (Fig. 2), y el Templo
solar de Nyuserra en las proximidades de Abusir. Por
el contrario a p artir del Reino Nuevo sí tenemos una
Fig. 2.- Templo de la Esfinge, En Guiza
alta representación de templos, como los de Karnak, Abidos o Luxor y los ptolemaicos de
Edfu, Dendera y Kon-Ombo.

Es a partir de la XVIII dinastía cuando se puede hablar de la creación de un tipo de templo


clásico, unido lógicamente al gran poder que la clase sacerdotal iba adquiriendo en el
país. Esto supone un constante esfuerzo por parte de la realeza para mantener y construir
los grandes templos que han llegado hasta nosotros.

A pesar de que la estructura y planta de los templos era similar se pueden distinguir 3
tipos dependiendo de la función para la que se construían. El primero es el templo
propiamente dicho que estaba consagrado a una divinidad y se construía en honor a uno
o varios dioses. El segundo tipo es el templo mortuorio consagrado directamente al
faraón. En estos se realizaban todos los ritos funerarios del rey desde su muerte hasta el
momento del enterramiento y era el lugar en el que se veneraba su memoria. Los mejores
ejemplos de estos templos son el Ramesseum y los templos de Medinet Habu. El último
tipo era el cenotafio, construidos por los faraones como templos mortuorios secundarios.
Los más importantes residen en Abidos.

Además podemos hacer una clasificación de los templos en oficiales y del pueblo, de la
misma forma que existía una religión oficial y una popular. Los primeros representan la
religión estatal y el papel del faraón. Los segundos la preocupación del pueblo ante sus
problemas cotidianos. Si en los templos oficiales encontramos ofrendas e imagenes del
rey a los dioses en los segundos el pueblo depositaba pequeñas imágenes o utensilios
relacionados con su trabajo como ofrenda o agradecimiento ante un embarazo o una
buena cosecha.

A partir del Reino Nuevo se autorizó poder colocar estatuas en los exteriores del templo,
si bien sólo algunos nobles o privilegiados podían hacerlo. Al santuario estaba vetado el
acceso a todo el mundo salvo al faraón y al sacerdote delegado por este para llevar a
cabo los rituales.

Los egipcios edificaron templos no como lugar de oración, sino para exhibir los ritos que
cumplían los que ocupaban el poder y excluir al resto de los mortales. Para ello
construyeron los templos dentro de recintos amurallados, con grandes vestíbulos repletos
de columnas (salas hipóstilas) que convierten el espacio exterior en interior, dado que a
cierta distancia sólo se puede ver una masa cerrada de piedra. Una sucesión lineal de
espacios conducía hasta los recintos más sagrados. Así nació el concepto de eje, que en
los templos egipcios se extendía hacia el exterior a través de avenidas de esfinges,
dispuestas para acrecentar el espectáculo procesional de los participantes. En estas
construcciones se inicia el empleo monumental del sistema adintelado, con gruesas
columnas muy próximas entre sí, sosteniendo pesados dinteles.

Siglos mas tardes surge la arquitectura CRETO-MICENICAS, este periodo es la transición


entre la cultura egipcia y la cultura griega, Está representada fundamentalmente por los
palacios cretenses y por las construcciones micénicas de carácter militar, urbano y
funerario. El palacio cretense nos ofrece un complicado conjunto de dependencias que se
desarrollan laberínticamente en torno a un patio, son construcciones adinteladas, a veces
de dos pisos, que utilizan como soportes pilares Tanto los soportes como las paredes de
las casas se recubren con pinturas. Son característicos los palacios de Knossos, Faistos y
Hagia Triada.

Tras las invasiones de eolios, jonios, dorios y aqueos a finales del II milenio, la civilización
micénica va a desaparecer. Los eolios y los jonios van a ocupar los dos centros micénicos
más importantes: Atenas y Esparta.

Se producen cambios políticos y sobre todo culturales muy importantes y comienza a


asentarse una cultura de base humanística en la que el hombre es la medida de todas las
cosas. Hay una explicación racional del mundo, la cultura y el arte. El arte está
determinado por la vida pública, por la democracia..

Años después la cultura micénica da paso a la cultura GRIEGA esta parte del principio
humanista y de ideal de la belleza, en donde creían poder alcanzar por medio de la
proporción, la armonía y el equilibrio. La organización de los edificios, la construcción de
numerosos templos y el acierto en la decoración hicieron inconfundible la labor de los
arquitectos griegos.

La cultura griega podemos decir, que surge de un concepto puramente místico en donde
el hombre es el centro del cosmo y del pensamiento.

A diferencia de la cultura egipcia, todos los edificios están proporcionados con la escala
humana. Esto se refleja en el uso de materiales en piezas de un tamaño aceptable. La
preocupación de los arquitectos se centra en la concepción del edificio en sí y como parte
de un conjunto.

El arte griego se caracterizó por la representación naturalista de la figura humana, no sólo


en el aspecto formal, sino también en la manera de expresar el movimiento y las
emociones. El cuerpo humano, tanto en las representaciones de dioses como en las de
seres humanos, se convirtió así en el motivo fundamental del arte griego, asociado a los
mitos, la literatura y la vida cotidiana.

Se producen cambios políticos y sobre todo culturales muy importantes y comienza a


asentarse una cultura de base humanística en la que el hombre es la medida de todas las
cosas. Hay una explicación racional del mundo, la cultura y el arte. El arte está
determinado por la vida pública, por la democracia. Grecia va a crear unas bases para la
vida moderna. Es un arte que está de acuerdo con la realidad, es realista. Es un arte que
se puede estudiar por los artistas, tanto en arquitectura como en escultura. El trabajo que
se lleva a cabo, en arquitectura especialmente, es un trabajo en equipo dirigido por un
maestro. Esto va a hacer que éste sea un arte de una gran perfección. Es un arte muy
influido por la filosofía y donde la religiosidad está regida por un politeísmo de dioses
antropomorfos, entre los que destacan Zeus y Atenea. Esto da pie a una mitología muy
representada en escultura. Es una arquitectura fundamentalmente adintelada, aunque
conocen la bóveda no la utilizan. Es monumental, pero no colosal como Egipto. Es muy
equilibrada en cuanto al trazado de su plantel esforzado es una fácil lectura proporcionada
por qué todo este hecho con una medida, con un canon. Es fruto de un trabajo en equipo,
lo que hace que sea una arquitectura de una gran perfección, con mucha armonía. Esto
fue conseguido principalmente en la época clásica. Al ser una arquitectura armoniosa es
una arquitectura bella.

La arquitectura Grecia: tuvo su más perfecta representación en los templos,


construcciones de mármol proyectadas en dimensiones reducidas y empleando
únicamente líneas rectas. La estructura del templo tiene cinco partes esenciales: a) el
recinto central, de forma rectangular; b) las columnas; c) el dintel, sobre las columnas; d)
el frontón o parte triangular bajo el techo; y e) el techo, a dos aguas.

Los templos se ubicaron generalmente en las acrópolis, una parte elevada de la ciudad
destinada en un principio a ciudades fortificadas y luego a construcciones religiosas. La
Acrópolis de Atenas contiene el conjunto de templos más perfectos, los que representan
mejor las características del arte en la arquitectura de Grecia clásica. A la entrada de la
Acrópolis se erigió un pórtico (galería cubierta) monumental llamado los Propileos. Luego
se encontraba el templo a la Victoria o Niké, el Erectión, el Partenón, la Pinacoteca con
una galería de cuadros y dos teatros.

Los templos constituyeron la característica más


importante de las ciudades griegas, de las del territorio
del Egeo y de las colonias más distantes. Éstos se
constituyeron según el estilo conocido como clásico,
que se extendió al final del siglo VII a. de C.
Anteriormente a esta época los templos en la
arquitectura en Grecia se construían de madera,
ladrillo o de piedra basta, y en muchas ocasiones el
techo se hacia de paja.

Los principales templos son los de Olimpia, Delfos,


Atenas, Eleusis, Delos, Epidauro, Mileto, Efeso; y en Fig. 3.- Partenón, dedicado a la diosa Atenea en la
Sicilia, Selinonte. Entre todos sobresalen los de Acrópolis por los Arq. Actino y Calícrates. (s. VI)

Olimpia, Delfos, y singularmente, el de la acrópolis de


Atenas, donde se erigieron los templos más característicos del arte griego. Estos son el
Parthenón, de orden dórico; y los jónicos, el Erecteión, con la famosa tribuna de las
cariátides, y el de la Victoria áptera.

El Partenón, dedicado a Palas Atenea, es considerado, todavía hoy, uno de los más
hermosos monumentos que se conocen. Una obra culminante del arte universal. Fue
construido en mármol blanco por los arquitectos Actino y Calicrates. La nave o recinto
central está rodeada por columnas doricas; el dintel y el frontón tienen hermosísimos
relieves con temas religiosos realizados por el escultor Fidias. Estaba dicho templo
dedicado a la diosa Atenea y se construyo en la Acrópolis de Atenas (en el siglo VI a. de
C.). Siendo éste un importante monumento en la arquitectura Grecia.
Los arquitectos desarrollaron gran cantidad de métodos para contrarrestar las distorsiones
ópticas. Así, el basamento o crepidoma de los templos se curvaba levemente hacia arriba,
las columnas se tallaban más anchas en el centro que en los extremos y se inclinaban
ligeramente hacia el interior, y las líneas verticales del edificio se dibujaban con la
pendiente necesaria para corregir la distorsión pertinente.

No solo los templos fueron los únicos edificios públicos conocidos, existieron espacios
dedicados al deporte y a los espectáculos, como estadios, salas de conciertos y teatros.
La vida cotidiana de los griegos se centraba en el mercado, plaza pública (el ágora),
donde se adosaron baños, patios y columnatas.

Fueron importantes las construcciones funerarias, los cementerios públicos y privados. Y


no olvidemos que la sociedad griega no se caracterizó por su pacifismo, evidentemente,
aparecieron las fortificaciones, cuyo desarrollo dio paso a una ciencia la poliorcética.

Junto a estos edificios públicos surgen las construcciones particulares, tanto en la ciudad
como en el campo.

Los griegos utilizaron gran variedad de materiales de construcción para realizar sus
edificios, usaron adobe, madera. terracota y piedra. En los primeros momentos se utilizó
el adobe y la madera, posteriores elementos en piedra recuerdan ese precedente de
madera, como los triglifos, que se corresponden con los extremos de las vigas, las
metopas, los espacios entre ellas y las gotas que serían los listones utilizados para
realizar el montaje.

El material mas usado fue la piedra, desde calizas duras, conglomerados y el mármol.
Este material abundaba en el Mediterráneo, en Asia Menor y en la propia Atenas siendo
de excelente calidad en canteras como las de Paros, Nasos y Tasos. Las cornisas y tejas
de los edificios se realizaron en terracota, pero con el paso del tiempo se usó el mármol.

Existen profundas relaciones entre el culto aqueo y cretense y esas formas de culto
fueron la base que generó la religión griega. Existían dos formas de culto conocidas, el
culto a la divinidad y el culto a los muertos.

El culto destinado a la divinidad tiene un paso intermedio derivado del culto a los muertos,
el culto a los héroes, individuos intermedio, con toda probabilidad estaba vinculado con el
mundo micénico, incluso el término hero se deriva de ese idioma.

El culto a la divinidad es otra forma de veneración que cobra importancia y fuerza en los
momentos que siguieron a la caída del mundo micénico y se enriquecen con nuevas
manifestaciones tributadas a los dioses.

A los dioses se les rindió culto en muchos lugares, que les fueron consagrados y donde
se realizaban ceremonias dedicadas a ellos. Estos lugares fueron de distinto tipo: parajes
naturales, algunos resguardados, como las cuevas, otros al aire libre, a veces señalados
con muros.
Naturalmente existieron edificios, en el ámbito doméstico, como en el palacio de Tirinto,
donde había un altar, o en casas particulares.

Hubo edificios separados de los palacios como fue el casa de algunos santuarios, en
Asine, Prosymnia o en Eleusis. Es posible, si consideramos las fuentes antiguas, como
los cometarios de Eusebio y Pausanias, que existieran santuarios en Olimpia, Efeso y
Delfos ya en la etapa micénica.

La tipología del templo griego se compone de un santuario y el perímetro de columnas


que lo rodean y articulan el espacio exterior. En este sentido es el modelo opuesto del
templo egipcio, cuyas columnas están dispuestas dentro de un recinto amurallado. La
originalidad de esta tipología reside en que, quizás por primera vez en la historia, se da
prioridad al aspecto externo de un edificio que contiene un espacio sagrado. La
arquitectura griega no abruma al observador con una excesiva monumentalidad y rara vez
está dispuesta simétricamente a lo largo de un eje, sino que busca las relaciones
espaciales sutiles, desde diferentes puntos de vista.

Los templos griegos, que siguen aproximadamente el mismo plan, tienen tamaños muy
diversos: desde el pequeño templo de Atenea Niké (427-424 a.C.) en la Acrópolis de
Atenas, de aproximadamente 6 × 9 m, hasta el gigantesco templo de Zeus u Olimpeión
(c. 500 a.C.) en Agrigento (Magna Grecia, actual Sicilia), que ocupa más de una hectárea.

El modelo primitivo de templo se fue modificando a lo largo de los siglos. La preocupación


por el aspecto exterior y sus relaciones con el espacio circundante llevó a los arquitectos
griegos a una carrera hacia la perfección. Fruto de este empeño son los órdenes
arquitectónicos, que consisten en una serie de reglas sobre la proporción y la articulación
de las partes del edificio, especialmente de las columnas. Hoy día se siguen llamando de
igual forma, e incluso se siguen utilizando como modelos canónicos. En ellos se regula la
disposición del estilobato o plinto, la basa, el fuste, capitel, arquitrabe, friso, cornisa y
frontón, cada uno de los cuales ejerce o simboliza alguna función estructural.

Dos de los tres órdenes griegos se extendieron más o menos simultáneamente. El orden
dórico era predominante en el Ática y en la Magna Grecia. Es el más sobrio de todos los
órdenes clásicos, pues sus columnas carecen de basa, y todos sus elementos decorativos
representan alguna función estructural. Una de las obras maestras de la arquitectura de
todos los tiempos está compuesta según el orden dórico; se trata del Partenón (448-
432 a.C.), situado en la parte central de la Acrópolis de Atenas.

El final de las Guerras Médicas (466 a.C.) supuso la reconstrucción de numerosas


ciudades griegas que habían sido arrasadas por los persas. Se abría así la posibilidad de
investigar nuevas formas de planeamiento urbanístico, una nueva ciencia cuya figura
principal es Hipodamo de Mileto, autor de los nuevos planos de Mileto (Asia Menor) y El
Pireo (el puerto de Atenas), entre otras ciudades. Su principal aporte es el trazado en
parrilla, también llamado hipodámico en su honor; igualmente, se le atribuye la idea de
que el plano de la ciudad ha de simbolizar el orden social, con un centro representativo
donde situar los edificios más señalados, en relación con los espacios públicos abiertos.
El ágora griega (plaza pública, o lugar de reunión de los ciudadanos) podía incluir un
templo, una especie de ayuntamiento o cámara de representantes, un teatro, gimnasios y
otros edificios de carácter público; en ocasiones quedaba contenida en un recinto de
columnas. En la arquitectura doméstica, el megaron micénico (una especie de vestíbulo
central) evolucionó hasta convertirse en una casa familiar donde las habitaciones tenían
su acceso a través de un pequeño patio llamado atrio. Esta disposición se extendió por
Italia, España y el norte de África, donde derivó hacia distintas tipologías de vivienda
mediterránea.

La arquitectura griega está fundamentalmente representada por los templos, que se


construyen conforme a unos principios o normas, que constituyen los órdenes
arquitectónicos o estilos. Son tres los estilos clásicos, órdenes arquitectónicos griegos
son: dórico, jónico y corintio. En cuanto a orden entendemos a este como aquel edificio
compuesto por tres tipos de elementos: pedestal, columna y entablamento. Los órdenes
dórico y jónico aparecen al mismo tiempo en el comienzo de la arquitectura griega
mientras que el corintio es una evolución tardía del orden jónico.

Órdenes arquitectónicos griegos. Dórico (Fig.4). De estas columnas,


la dórica nació la primera, inventada de muy antiguo. Como
desconocían las proporciones que debían dar a las columnas...,
buscaron el medio de hacerlas lo bastante fuertes para que pudiesen
sostener el peso del edificio y que fuesen, además, gratas a la vista.
Para lograr ambos fines, resolvieron tomar como medida la huella del
pie de un hombre y la aplicaron en el sentido de la altura, y habiendo
descubierto que el pi era la sexta parte del cuerpo, transfirieron esta
relación a la columna. De esta manera, la columna dórica,
proporcionada al cuerpo varonil, comenzó a dar a los edificios solidez Fig.4.-Orden Dórico
y belleza.

Jónico (fig.5). Algún tiempo más tarde, deseando construir un templo en


honor a Diana y buscando la manera de dar proporción a sus columnas,
siguieron los mismos principios anteriores, e hicieron su relación en
altura sirviéndose de la huella de los pies; pero esta vez les dieron la
delicadeza de un cuerpo de mujer. Primeramente hicieron el diámetro de
la columna igual a la octava parte de su altura, con el fin de darle un aire
más esbelto; seguidamente imaginaron ponerle la basa hecha a manera
de calzado; tallaron luego volutas a una y otra parte del capitel,
queriendo imitar el cabello que cae en buches a derecha e izquierda,
Además, trazaron estrías a lo largo del fuste de la columna, a imitación
de los pliegues de la túnica de las matronas. (A esa columna la llamaron
Fig.5.-Orden Jonico
JÓNICA, porque sus inventores habían sido los jonios).

Corintio (fig.6). En cuanto al tercer género de columnas, llamado corintio,


representa la delicadeza de una doncella, cuyo talle, por su edad, es más
fino y por lo tanto, más susceptible de recibir adornos que puedan
aumentar su belleza natural. La invención del capitel en este orden se
cuenta que fue debido a estas circunstancias: una doncella de Corinto,

Fig.6.-Orden Corintio,
Escultor Calimaco
apenas núbil, enfermó y murió; su nodriza fue a poner sobre su tumba, en un canastillo,
algunos de los objetos que a la muchacha más habían agradado en vida, y para que
pudieran conservarse a la intemperie más tiempo sin estropearse, tapó la cesta con un
ladrillo. Por una casualidad vino a quedar el canastillo sobre la raíz de una planta de
acanto que estaba en medio, comenzó en la primavera a echar tallos y hojas, que fueron
creciendo a los lados de la cesta, y tropezando con los cantos del ladrillo por efecto de la
presión, tuvieron que doblarse produciendo los contornos de volutas. El escultor
Calímaco, acertó a pasar por allí casualmente, cerca de la tumba, vio el canastillo y se fijó
en la delicadeza de las hojas que iban naciendo, y prendado de esta nueva modalidad y
belleza de la forma, la reprodujo en las columnas que hizo después para los de Corinto, y
estableció las proporciones con arreglo a este modelo.

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