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Historia de la utilización del yeso

El yeso es uno de los más antiguos materiales empleado en construcción. En el período


Neolítico, con la sedentarización, comenzó a elaborarse yeso calcinando aljez, y a
utilizarlo para unir las piezas de mampostería, sellar las juntas de los muros y para
revestir los paramentos de las viviendas, sustituyendo al mortero de barro. En Çatal
Hüyük, durante el milenio IX a. C., encontramos guarnecidos de yeso y cal, con restos
de pinturas al fresco. En la antigua Jericó, en el milenio VI a. C., se usó yeso moldeado.

En el Antiguo Egipto, durante el tercer milenio a. C., se empleó yeso para sellar las
juntas de los bloques de la Gran Pirámide de Guiza, y en multitud de tumbas como
revestimiento y soporte de bajorrelieves pintados. El palacio de Cnosos contiene
revestimientos y suelos elaborados con yeso.
El escritor griego Teofrasto, en su tratado sobre la piedra, describe el yeso (gipsos), sus
yacimientos y los modos de empleo como enlucido y para ornamentación. También
escribieron sobre las aplicaciones del yeso Catón y Columela. Plinio el Viejo describió
su uso con gran detalle. Vitruvio, arquitecto y tratadista romano, en sus Diez libros
sobre arquitectura, describe el yeso (gypsum), aunque los romanos emplearon
normalmente morteros de cal y cementos naturales.
Los Sasánidas utilizaron profusamente el yeso en albañilería. Los Omeyas dejaron
muestras de su empleo en sus alcázares sirios, como revestimiento e incluso en arcos
prefabricados.
La cultura musulmana difundió en España el empleo del yeso, ampliamente adoptada
en el valle del Ebro y sur de Aragón, dejando hermosas muestras de su empleo
decorativo en el arte de las zonas de Aragón, Toledo, Granada y Sevilla.
Durante la Edad Media, principalmente en la región de París, se empleó el yeso en
revestimientos, forjados y tabiques. En el Renacimiento para decoración. Durante el
periodo Barroco fue muy utilizado el estuco de yeso ornamental y la técnica del staff,
muy empleada en el Rococó.
Elaboración
Estado natural
En estado natural el aljez, piedra de yeso o yeso crudo, contiene 79,07 % de
sulfato de calcio anhidro y 20,93 % de agua y es considerado una roca
sedimentaria, incolora o blanca en estado puro, sin embargo, generalmente
presenta impurezas que le confieren variadas coloraciones, entre las que
encontramos la arcilla, óxido de hierro, sílice, caliza, vermiculita, etc.
En la naturaleza se encuentra la anhidrita o karstenita, sulfato cálcico, CaSO4,
presentando una estructura compacta y sacaroidea, que absorbe rápidamente
el agua, ocasionando un incremento en su volumen hasta de 30 % o 50 %,
siendo el peso específico 2,9 y su dureza es de 2 en la escala de Mohs.
También se puede encontrar en el estado natural la bassanita, sulfato cálcico
semihidratado, CaSO4·½H2O, aunque es raramente posible, por ser más
inestable.
Proceso
El yeso natural, o sulfato cálcico bihidrato CaSO4·2H2O, está compuesto por
sulfato de calcio con dos moléculas de agua de hidratación.
Si se aumenta la temperatura hasta lograr el desprendimiento total de agua,
fuertemente combinada, se obtienen durante el proceso diferentes yesos
empleados en construcción, los que de acuerdo con las temperaturas
crecientes de deshidratación pueden ser:

 Temperatura ordinaria: piedra de yeso, o sulfato de calcio bihidrato: CaSO 4·


2H2O.
 107 °C: formación de sulfato de calcio hemihidrato: CaSO4·½H2O.
 107–200 °C: desecación del hemihidrato, con fraguado más rápido que el
anterior: yeso comercial para estuco.
 200–300 °C: yeso con ligero residuo de agua, de fraguado lentísimo y de
gran resistencia.
 300–400 °C: yeso de fraguado aparentemente rápido, pero de muy baja
resistencia.
 500–700 °C: yeso anhidro o extra cocido, de fraguado lentísimo o nulo: yeso
muerto.
 750–800 °C: empieza a formarse el yeso hidráulico.
 800–1000 °C: yeso hidráulico normal, o de pavimento.
 1000–1400 °C: yeso hidráulico con mayor proporción de cal libre y fraguado
más rápido.
Usos
El yeso se utiliza profusamente en construcción como pasta para guarnecidos,
enlucidos y revoques; como pasta de agarre y de juntas. También se utiliza
para obtener estucados y en la preparación de superficies de soporte para la
pintura artística al fresco.
Prefabricado, como paneles de yeso (Dry Wall o Sheet rock) para tabiques, y
escayolados para techos.
Se usa como aislante térmico, pues el yeso es mal conductor del calor y la
electricidad.
Para confeccionar moldes de dentaduras, en Odontología. Para usos
quirúrgicos en forma de férula para inmovilizar un hueso y facilitar la
regeneración ósea en una fractura.
- En los moldes utilizados para preparación y reproducción de esculturas.
- En la elaboración de tizas para escritura.
- En la fabricación de cemento.
- En la fabricación de tofu.

Natural pulverizado
Para mejorar las tierras agrícolas, pues su composición química, rica en azufre
y calcio, hace del yeso un elemento de gran valor como fertilizante y también
en la corrección de suelos, aunque en este caso se emplea el mineral
pulverizado y sin fraguar para que sus componentes se puedan dispersar en el
terreno.
Asimismo, una de las aplicaciones más recientes del yeso es la "remediación
ambiental" en suelos, esto es, la eliminación de elementos contaminantes de
los mismos, especialmente metales pesados.
Ayuda a sustituir el sodio por calcio y permite que el sodio drene y no afecte a
las plantas. Mejora la estructura del terreno y aporta calcio sin aumentar el pH,
como haría la cal.
De la misma forma, el polvo de yeso crudo se emplea en los procesos de
producción del cemento Portland, donde actúa como elemento retardador del
fraguado.
Se utiliza para obtener ácido sulfúrico.
También se usa como material fundente en la industria, bajo temperaturas
superiores a los 4000 °C.
Yeso agrícola
El yeso agrícola es un mineral común que se puede utilizar como enmienda y
fertilizante. Su composición varía de 17-20 % de Calcio (Ca) y de 14-18 % de
azufre (S). En el suelo, los productos finales de la disolución del yeso son Ca 2+
y SO42-, que participan en las reacciones de intercambio catiónico y aniónico,
formación de complejos iónicos y precipitados. Es importante mencionar que
este compuesto no modifica el pH del suelo ya que su valor neutralizante es
cero, pero está muy bien documentado los beneficios que tiene en la raíz,
debido a que mejora el ambiente radicular, permitiendo el adecuado
crecimiento y desarrollo de las raíces de las plantas.

Tipos de yeso en construcción


Los yesos de construcción se pueden clasificar en:

Artesanales, tradicionales o multi-fases


 El yeso negro es el producto que contiene más impurezas, de grano grueso,
color gris, y con el que se da una primera capa de enlucido.
 El yeso blanco con pocas impurezas, de grano fino, color blanco, que se usa
principalmente para el enlucido más exterior, de acabado.
 El yeso rojo, muy apreciado en restauración, que presenta ese color rojizo
debido a las impurezas de otros minerales.
Industriales o de horno mecánico
 Yeso de construcción (bifase)
o Grueso
o Fino
 Escayola, que es un yeso de más calidad y grano más fino, con pureza
mayor del 90 %.
Con aditivos
 Yeso controlado de construcción
o Grueso
o Fino
 Yesos finos especiales
 Yeso controlado aligerado
 Yeso de alta dureza superficial
 Yeso de proyección mecánica
 Yeso aligerado de proyección mecánica
 Yesos-cola y adhesivos.
Establecidos en la Norma RY-85
Esta Norma española establece tipos de yeso, constitución, resistencia y usos.

Yeso Grueso de Construcción, designado YG


Constituido fundamentalmente por sulfato de calcio semihidrato y
anhidrita II artificial con la posible incorporación de aditivos reguladores
del fraguado.
Uso
Para pasta de agarre en la ejecución de tabicados en revestimientos
interiores y como conglomerante auxiliar en obra.
Yeso Fino de Construcción, designado YF
Constituido fundamentalmente por sulfato de calcio semihidrato y
anhidrita II artificial con la posible incorporación de aditivos reguladores
del fraguado.
Uso
Para enlucidos, refilos o blanqueos sobre revestimientos interiores
(guarnecidos o enfoscados)
Yeso de Prefabricados, designado YP
Constituido fundamentalmente por sulfato de calcio semihidrato y
anhidrita II artificial con mayor pureza y resistencia que los yesos de
construcción YG e YF
Uso
Para la ejecución de elementos prefabricados para tabiques.
Escayola, designada E-30
Constituida fundamentalmente por sulfato de calcio semihidrato con la
posible incorporación de aditivos reguladores del fraguado con una
resistencia mínima a flexotracción de 30 kp/cm²
Uso
En la ejecución de elementos prefabricados para tabiques y techos.

Escayola Especial, designada E-35


Constituida fundamentalmente por sulfato de calcio semihidrato con la
posible incorporación de aditivos reguladores del fraguado con una
resistencia mínima a flexotracción de 35 kp/cm²
Uso
En trabajos de decoración, en la ejecución de elementos prefabricados
para techos y en la puesta en obra de estos elementos.
Uso odontológico
Yeso Corriente o Tipo I
Es el más débil de los yesos, debido al tamaño y forma de sus partículas. Se
genera calentando en horno abierto a más de 100 °C. Es el que necesita más
cantidad de agua, y por lo mismo es más poroso y débil. Anteriormente se
usaba para la toma de impresiones en pacientes edéntulos, pero fue
reemplazado por materiales menos rígidos como los hidro coloides y
elastomeros. Este yeso se utiliza principalmente como impresión final
(impresión de lavado) para la fabricación de prótesis completas.

Yeso París o Tipo II


Es un poco más compacto y duro que el Tipo I. Se genera horneando en
autoclave cerrado a 128 °C. Sus partículas son más pequeñas y regulares que
el tipo I, por lo mismo, menos poroso y frágil. También llamado "Taller" o
Hemihidrato Beta. Es el más utilizado en odontología, se utiliza para realizar
montajes en articulador y para realizar los enmuflados de cocción en la
confección de prótesis.

Yeso extra duro

Tipo III o Piedra


Se calienta a más de 125 °C, bajo presión y en presencia de vapor. Es
aún más duro que el tipo II, con partículas más regulares y finas, por lo
que necesita menos agua para fraguar. Es mucho menos poroso que los
otros dos, menos frágil, por lo que se usa para modelos preliminares de
estudio. También es llamado Hemihidrato Alfa.
Tipo IV o Densita
Es igual al yeso tipo III, pero se le agregan algunas resinas que le
mejoran características como porosidad, porcentaje de absorción de
agua, etc. Se utiliza para trabajar directamente en él y para la realización
de troqueles. Sus partículas más finas le otorgan una mejor precisión en
el copiado de superficies. El agua de cristalización es eliminada
hirviendo el mineral en una solución de Cloruro de Calcio (CaCl) al 30 %.
Posteriormente el CaCl es eliminado con agua a 100 °C. No se produce
Dihidrato ya que a esta temparatura la solubilidad es cero.
Tipo V o Sintético
Es el más duro de todos con un porcentaje resinoso alto, sus
características son óptimas, es decir, altamente duro y resistente, no es
poroso y no absorbe mucha agua. Es el más resistente de todos, pero
su alto costo limita su uso a la realización de modelos de exhibición.
El uso de yeso en una Obra de construcción
Desde el principio, los albañiles apostaron al máximo por el yeso, otorgándole
todos sus atributos a la máxima potencia. Era tanta la fe depositada en este
material, que apostaron por él, tanto fuera como dentro de la vivienda. Hemos
apuntado en el apartado de propiedades, que el uso en paramentos exteriores,
así como el contacto con el suelo, conducía al yeso a la disolución y posterior
pérdida del material.

Comprobando su irremediable desintegración frente al agua, estos trabajadores


fueron reduciendo su función al interior y empleándolo desde las primeras
plantas para evitar la filtración.

A lo largo de todas las entrevistas, podemos englobar un número considerable


de distintos usos que estas gentes daban al yeso para su construcción; cielos
rasos, entre mampostería como mortero, en piedra bruta para muros,
pavimentos y enlucidos como refuerzo o cadena de atado, albardilla e incluso
para la técnica del tapial.

Proceso de hidratación y amasado del yeso.

El amasado del yeso solía hacerse en artesas de madera, perfectamente


limpias y sin restos de amasada anterior para no alterar la masada. Debía
hacerse en pequeñas cantidades, ya que, debido a su rápido fraguado, es fácil
que faltase tiempo para utilizar toda la pasta. Para amasarlo, se vertía en la
artesa el agua necesaria y, sobre ésta, se espolvoreaba el yeso, revolviéndolo
bien con la paleta para deshacer los grumos que pudieran haber quedado.
Según D. Pascual Azagra de Grañén, los finos siempre quedaban abajo. La
capa superior la desechaban.
Se le añadía agua o se esperaba a su evaporación según fuera necesario,
intentando una proporción lo más apropiada posible, de acuerdo con el fin
encomendado en la construcción. Si el fin constructivo era para blanqueos y
enlucidos, la proporción era 6 partes de volumen de agua por 5 de yeso. Para
forjados y tendidos se empleaba yeso tosco, 3´5 partes de agua por 5 de yeso
(mayor concentración para obtención de mayor resistencia). Una de los
aspectos a tomar en cuenta una vez fraguado, es el aumento de volumen que
experimenta el yeso al amasarlo y solidificar. Es importante considerarlo para
dar la resistencia necesaria a la estructura que colabore con este material. Este
aumento de volumen se debe a la rapidez de cristalización, impidiendo la
colocación ordenada de las moléculas.

La experiencia prueba que 1metro cúbico de yeso en polvo pasa a 1´18 m.


cúbicos al solidificarse con el agua. Una hora después, aumenta de volumen de
½ %. A las 24 horas llega a incrementar el volumen en 1%.

Algunos de los usos que se da al yeso en la construcción son los


siguientes:

Aplanados.- Este nombre se aplica a los trabajos de yeso que se hacen sobre
muros o techos para revestir propiamente al tabique, al bloque de concreto o al
concreto hidráulico. La mezcla debe hacerse sobre una tarima o en un cajón, el
cajón debe ser adecuado en tamaño para el ritmo de trabajo del yesero, ya que
debe estar cerca de él para poder llenar con una cuchara la talocha o llana de
madera con la que el yesero embarra el yeso sobre la superficie por enyesar,
posteriormente el yesero emplea una llana metálica para dejar la superficie lisa.
El aplanado de las superficies debe hacerse tratando de subsanar todas las
imperfecciones consumiendo un
mínimo de yeso pero proporcionando aislamiento térmico. El espesor de
recubrimiento generalmente varía entre 1 y 2 cm.

Para que el trabajo de aplanado con yeso sea satisfactorio se debe tener
cuidado de limpiar perfectamente la superficie para favorecer la adhesión.
Cuando el yeso se pretenda aplicar sobre el concreto, es recomendable picar la
superficie del concreto inmediatamente después del descimbrado, cuando el
concreto todavía no está muy duro, de esta manera el yeso se adhiere mejor.

La calidad y uniformidad del trabajo de aplanado con yeso que se puede lograr
está en función de los requisitos que se quieran imponer, por ejemplo, el
yesero simplemente puede embarrar las superficies con las llanas hasta lograr
una superficie lisa y sin embargo no está garantizado que el espesor sea
constante o que las superficies sean perfectamente verticales o perfectamente
horizontales. Para lograr un trabajo de calidad es necesario que el yesero siga
alguna o algunas de las siguientes prácticas:

 Hacer uso de hilos atados a clavos en las paredes a trabajar (reventón),


los hilos definirán el espesor que se pretende colocar, normalmente de
unos dos metros para que el yesero alcance bien con su regla de
madera.
 Hacer uso de tiras de madera clavadas a la superficie para cumplir con
el mismo propósito del inciso anterior
 Emplear el plomo y la regla para controlar la verticalidad del acabado en
el caso de muros.
Emboquillados.- El emboquillado consiste en formar los marcos de las p
uertas y ventanas, este trabajo se lleva al cabo después del aplanado de
muros, generalmente se cotiza aparte pues requiere de un cuidado muy
especial para formar perfectamente las esquinas de los marcos. En ocasiones
las esquinas de los marcos se protegen con algún tipo de protección metálica
para que duren más y puedan restaurarse más fácilmente cuando se
deterioren.

Perfiles decorativos.- La creación de perfiles decorativos de yeso aún s


e siguen empleando para formar cornisas, zoclos o marcos en ventanas y
puertas. Los perfiles se pueden elaborar en la obra o prefabricarse.

Tableros o paneles de yeso.- La industria de prefabricación de tableros de


yeso es relativamente nueva, este tipo de elemento constructivo se forma de un
corazón de yeso cubierto por ambos lados con algún material protector como el
papel cartón o el vinil según el tipo de acabado que se quiera dar o la
protección que se desee. Los tableros de yeso se emplean mucho en la
construcción de muros divisorios, los tableros se unen por medio de una
estructura de madera ya sea clavándolos o atornillándolos, la unión de los
tableros deja una junta o serie de juntas que se pueden resanar con yeso o
algún otro material. Se han llegado a emplear el yeso para construir sistemas
de techado donde se elabora un tipo de concreto a base de yeso empleando un
agregado para consumir menos material, en este
tipo de trabajo se debe tener un refuerzo (generalmente malla de acero
y/o fibras) y un tratamiento final impermeabilizante. Las posibilidades del yeso
aumentan mucho cuando se le combina con la cal para acabados en
exteriores.

Al interior

Cielo Raso. La estructura de la vivienda estaba constituida principalmente por


maderos a modo de vigas. Atravesando perpendicularmente a éstos, se
clavaban los cañizos (fabricado por los cañiceros, el cañizo era el tejido creado
a partir de cañas provenientes del tajado de cañas mayores. Tajador o rajador
denominaban al instrumento de madera con tres ranuras que dividía la
caña).Con la llana y al toque de un buen albañil, se iba enyesando a partir de
yeso basto (muere pronto para que no caiga) y paja, en dos mantos cargando
la techumbre poco a poco. Al ser yeso de fraguado rápido, adquirirá al
consolidarse buena resistencia La tercera y última mano se realizaba con yeso
más fino (tamizada con ciazo). La faena en un habitáculo mediano, por lo
general duraba dos días, uno para tejer y otro para enyesar.

Revoltones. Lo denominaban “dar las vueltas”,” cielo volteado”. Apoyados en


moldes de madera, se solía rellenar el techo de la última planta con yeso y
cascos de teja, tomando buena consistencia, sobre el cual se dispondría
posteriormente el tejado. Cielo raso cóncavo.

Enlucido de paredes. Al igual que ahora, se aplicaban diversas capas o


manos, de menor a mayor finura cada vez. La primera sería para nivelar la
pared, una segunda un poco más fluida y una última de acabado de mayor
finura con la llana. Para el acabado de tabiques era indicado un yeso de
fraguado lento y pasado de cocido (de esta forma el rollado era más fácil). No
siendo problema que resultase un yeso de consistencia débil, se mejoraba su
trabajabilidad. Una forma de colorearlo era añadiendo arcilla al hidratarlo. Si el
paramento de fachada era de mampostería, el resultado al interior era irregular.
Para nivelar esta pared se rellenaban los huecos con yeso basto, dando una
última capa más fina de buen acabado. Posteriormente, estos enlucidos sufrían
las patologías que ya hemos recalcado anteriormente, detonantes de la temida
humedad. Debido a ésta, surgían las exudaciones, desecaciones y
expansiones retardadas. Todavía hoy existen estos defectos.
Pavimento. Nunca debía de obrarse el suelo de la planta baja de yeso, ya que
el agua del terreno se filtraría hasta atacarle y disolverle. En Lanaja afirman
que tomaban para esta tarea el yeso de residuo, es decir, los restos del
hornazo recogidos de obras viejas y vueltos a cocer. Este yeso se comporta, al
igual que el empleado para enlucir, fraguando muy lentamente por estar
pasado de fuego. Esto aventajaba la facilidad de su manejo.

El método de ejecución de los pavimentos era sencillo. Teniendo en cuenta el


tiempo disponible de fraguado, se iban echando y extendiendo tongadas
niveladas, no importando demasiado la finura de molido. En Grañén recuerdan
como además añadían cascos de teja para aumentar su resistencia al
aplastamiento.

En la última mano sí era importante un perfecto acabado, logrado mediante


bruñido constante de la superficie con la llana. Para el abrillantado los albañiles
se calzaban 3 pares de calcetines o peducos para no dejar huella. Esta
operación consistía en frotar con una muñeca o bola de trapo, impregnada en
aceite de oliva (residuos que quedaban en la tinaja de chapa de aceite-
capacidad de 200 l.) La paciencia era una virtud que valoraba enormemente
esta operación, los trabajadores aseguran llegar a estar abrillantando de 10 a
15 días sucesivos (Lanaja).

Enlucido. Tabiquería interior de cañizo recubierta de yeso. En Lanaja y en


Grañen, nos cuentan como obraban tabiques de cañizo ya tejido de
dimensiones 2 x 1 m., colocados ingeniosamente para lograr su estabilidad en
posición vertical. El truco era que estuvieran bien amarrados, desde el techo al
suelo, y a lo largo del costado del cañizo apoyado por tablas.

A continuación, se enlucía a dos caras con yeso, siendo las primeras manos
más bastas que la última. Para la construcción in situ de algunas chimeneas
también se utilizaba esta técnica.

Al exterior
Estos trabajadores del yeso han podido demostrar a posteriori, bajo su
experiencia en la construcción, la debilidad del yeso en presencia del agua
salitrosa.

Revocos. Mezclados con arena se empleaban como revestimiento de


paramentos en exterior. En Lanaja ya nos advertían que no era aconsejable el
yeso ara acabados exteriores por su solubilidad al agua pluvial. En Perdiguera
probaron a recubrir el zócalo piedra que recorrían algunas fachadas, sobre la
que se asentaba el paramento de adobe.

Refuerzo de jambas de vanos y esquinas de muros.

El empleo del yeso como junta de apoyo, proporcionaba resistencia y remate


en los puntos del paramento exterior más expuestos a las agresiones. Para las
jambas, servía como sujeción y mediador entre los cargaderos de madera al
espesor del muro.

Mampostería de piedras de yeso + mortero de yeso.

Tenía la función de unir elementos, piedras o adobes en hiladas. En Farlete, pueblo


situado en terreno yesífero, llegaron a utilizar la piedra de yeso recién arrancada para

levantar muros. Sin embargo, reconoce el constructor de yeso de Lanaja, que no


era apropiado por su vulnerabilidad frente al agua de la lluvia.

Albardilla. La albardilla o antepecho evita que el agua procedente de lluvia


escurra por las paredes. En Perdiguera nos cuentan que para los vallados o
cercos había que proteger la parte superior. Para ello se disponían
primeramente unas piedras delgadas sobresaliendo a ambos costados del
muro. Sobre toda la largura del espesor del muro también se colocaban
piedras, pero éstas de menor tamaño. Por último se extendía encima el manto
de yeso, quedando el muro rematado en forma arqueada.

Otra manera de proteger el muro, era coronándolo con dos hiladas de piedras,
ligeramente inclinadas a dos vertientes, siguiendo el grueso del vallado.
Tapial. Nos hemos encontrado con dos alternativas dentro de esta técnica, que
ya creemos imposible de rescatar de la zona de Los Monegros. Ninguno de los
entrevistados nos ha podido desvelar bajo su propia vivencia el modo de
construcción del tapial.

Sin embargo, sus testimonios nos parecen lo suficientemente veraces como


para incorporarlo al estudio.

El tapial constituía un modo de levantar muros mediante el apelmazamiento de


tierra encofrada a golpe de pisón. La tierra solía ser arcilla y gravilla (cascallo).

Sin embargo, nos cuenta en Perdiguera que recuerdan como en La Albelda,


llegaron a utilizar como relleno del encofrado lechada de yeso fortalecida con
piedras. El yeso al parecer acometía una función protagonista en ocasiones
para esta tarea.

Más frecuente es el uso de este material para atar los bloques encofrados
(medida de 1´5 x 1 x 0´5 m.). Horizontalmente y entre pilar y pilar de refuerzo
de esquina, estas porciones de muro apisonado se unían mediante una tirada
de yeso cada 4 m. (4 bloques de un metro de alto), a la que denominan cadena
o llave. También podría emplearse para este cosido hiladas de piedra.
Uso de mortero como conglomerante:

Mampostería de piedra caliza/ muro de adobe + mortero de yeso

En mamposterías de piedra, según los recursos de los que disponía el dueño


de la casa, se pondrían más o menos hiladas de yeso en vez de barro.

Por el contrario, si se trataba de un paramento de adoba, no era aconsejable el


yeso como mortero, ya que divergía en mucho su grado de solubilidad con el
barro, quedando siempre una tira de yeso sobresaliente respecto al muro de
adoba. En Lanaja apuntan esta incompatibilidad entre ambos materiales,
interferidos por el agua.

Bibliografía

- www.aragob.es
- www.elconstructorcivil.com
- Villanueva Domínguez, Juan, y García Santos, Alfonso.
Manual del yeso. ATEDY. 2001. ISBN 84-95312-46-8.

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