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Yeso
Yeso
En el Antiguo Egipto, durante el tercer milenio a. C., se empleó yeso para sellar las
juntas de los bloques de la Gran Pirámide de Guiza, y en multitud de tumbas como
revestimiento y soporte de bajorrelieves pintados. El palacio de Cnosos contiene
revestimientos y suelos elaborados con yeso.
El escritor griego Teofrasto, en su tratado sobre la piedra, describe el yeso (gipsos), sus
yacimientos y los modos de empleo como enlucido y para ornamentación. También
escribieron sobre las aplicaciones del yeso Catón y Columela. Plinio el Viejo describió
su uso con gran detalle. Vitruvio, arquitecto y tratadista romano, en sus Diez libros
sobre arquitectura, describe el yeso (gypsum), aunque los romanos emplearon
normalmente morteros de cal y cementos naturales.
Los Sasánidas utilizaron profusamente el yeso en albañilería. Los Omeyas dejaron
muestras de su empleo en sus alcázares sirios, como revestimiento e incluso en arcos
prefabricados.
La cultura musulmana difundió en España el empleo del yeso, ampliamente adoptada
en el valle del Ebro y sur de Aragón, dejando hermosas muestras de su empleo
decorativo en el arte de las zonas de Aragón, Toledo, Granada y Sevilla.
Durante la Edad Media, principalmente en la región de París, se empleó el yeso en
revestimientos, forjados y tabiques. En el Renacimiento para decoración. Durante el
periodo Barroco fue muy utilizado el estuco de yeso ornamental y la técnica del staff,
muy empleada en el Rococó.
Elaboración
Estado natural
En estado natural el aljez, piedra de yeso o yeso crudo, contiene 79,07 % de
sulfato de calcio anhidro y 20,93 % de agua y es considerado una roca
sedimentaria, incolora o blanca en estado puro, sin embargo, generalmente
presenta impurezas que le confieren variadas coloraciones, entre las que
encontramos la arcilla, óxido de hierro, sílice, caliza, vermiculita, etc.
En la naturaleza se encuentra la anhidrita o karstenita, sulfato cálcico, CaSO4,
presentando una estructura compacta y sacaroidea, que absorbe rápidamente
el agua, ocasionando un incremento en su volumen hasta de 30 % o 50 %,
siendo el peso específico 2,9 y su dureza es de 2 en la escala de Mohs.
También se puede encontrar en el estado natural la bassanita, sulfato cálcico
semihidratado, CaSO4·½H2O, aunque es raramente posible, por ser más
inestable.
Proceso
El yeso natural, o sulfato cálcico bihidrato CaSO4·2H2O, está compuesto por
sulfato de calcio con dos moléculas de agua de hidratación.
Si se aumenta la temperatura hasta lograr el desprendimiento total de agua,
fuertemente combinada, se obtienen durante el proceso diferentes yesos
empleados en construcción, los que de acuerdo con las temperaturas
crecientes de deshidratación pueden ser:
Natural pulverizado
Para mejorar las tierras agrícolas, pues su composición química, rica en azufre
y calcio, hace del yeso un elemento de gran valor como fertilizante y también
en la corrección de suelos, aunque en este caso se emplea el mineral
pulverizado y sin fraguar para que sus componentes se puedan dispersar en el
terreno.
Asimismo, una de las aplicaciones más recientes del yeso es la "remediación
ambiental" en suelos, esto es, la eliminación de elementos contaminantes de
los mismos, especialmente metales pesados.
Ayuda a sustituir el sodio por calcio y permite que el sodio drene y no afecte a
las plantas. Mejora la estructura del terreno y aporta calcio sin aumentar el pH,
como haría la cal.
De la misma forma, el polvo de yeso crudo se emplea en los procesos de
producción del cemento Portland, donde actúa como elemento retardador del
fraguado.
Se utiliza para obtener ácido sulfúrico.
También se usa como material fundente en la industria, bajo temperaturas
superiores a los 4000 °C.
Yeso agrícola
El yeso agrícola es un mineral común que se puede utilizar como enmienda y
fertilizante. Su composición varía de 17-20 % de Calcio (Ca) y de 14-18 % de
azufre (S). En el suelo, los productos finales de la disolución del yeso son Ca 2+
y SO42-, que participan en las reacciones de intercambio catiónico y aniónico,
formación de complejos iónicos y precipitados. Es importante mencionar que
este compuesto no modifica el pH del suelo ya que su valor neutralizante es
cero, pero está muy bien documentado los beneficios que tiene en la raíz,
debido a que mejora el ambiente radicular, permitiendo el adecuado
crecimiento y desarrollo de las raíces de las plantas.
Aplanados.- Este nombre se aplica a los trabajos de yeso que se hacen sobre
muros o techos para revestir propiamente al tabique, al bloque de concreto o al
concreto hidráulico. La mezcla debe hacerse sobre una tarima o en un cajón, el
cajón debe ser adecuado en tamaño para el ritmo de trabajo del yesero, ya que
debe estar cerca de él para poder llenar con una cuchara la talocha o llana de
madera con la que el yesero embarra el yeso sobre la superficie por enyesar,
posteriormente el yesero emplea una llana metálica para dejar la superficie lisa.
El aplanado de las superficies debe hacerse tratando de subsanar todas las
imperfecciones consumiendo un
mínimo de yeso pero proporcionando aislamiento térmico. El espesor de
recubrimiento generalmente varía entre 1 y 2 cm.
Para que el trabajo de aplanado con yeso sea satisfactorio se debe tener
cuidado de limpiar perfectamente la superficie para favorecer la adhesión.
Cuando el yeso se pretenda aplicar sobre el concreto, es recomendable picar la
superficie del concreto inmediatamente después del descimbrado, cuando el
concreto todavía no está muy duro, de esta manera el yeso se adhiere mejor.
La calidad y uniformidad del trabajo de aplanado con yeso que se puede lograr
está en función de los requisitos que se quieran imponer, por ejemplo, el
yesero simplemente puede embarrar las superficies con las llanas hasta lograr
una superficie lisa y sin embargo no está garantizado que el espesor sea
constante o que las superficies sean perfectamente verticales o perfectamente
horizontales. Para lograr un trabajo de calidad es necesario que el yesero siga
alguna o algunas de las siguientes prácticas:
Al interior
A continuación, se enlucía a dos caras con yeso, siendo las primeras manos
más bastas que la última. Para la construcción in situ de algunas chimeneas
también se utilizaba esta técnica.
Al exterior
Estos trabajadores del yeso han podido demostrar a posteriori, bajo su
experiencia en la construcción, la debilidad del yeso en presencia del agua
salitrosa.
Otra manera de proteger el muro, era coronándolo con dos hiladas de piedras,
ligeramente inclinadas a dos vertientes, siguiendo el grueso del vallado.
Tapial. Nos hemos encontrado con dos alternativas dentro de esta técnica, que
ya creemos imposible de rescatar de la zona de Los Monegros. Ninguno de los
entrevistados nos ha podido desvelar bajo su propia vivencia el modo de
construcción del tapial.
Más frecuente es el uso de este material para atar los bloques encofrados
(medida de 1´5 x 1 x 0´5 m.). Horizontalmente y entre pilar y pilar de refuerzo
de esquina, estas porciones de muro apisonado se unían mediante una tirada
de yeso cada 4 m. (4 bloques de un metro de alto), a la que denominan cadena
o llave. También podría emplearse para este cosido hiladas de piedra.
Uso de mortero como conglomerante:
Bibliografía
- www.aragob.es
- www.elconstructorcivil.com
- Villanueva Domínguez, Juan, y García Santos, Alfonso.
Manual del yeso. ATEDY. 2001. ISBN 84-95312-46-8.