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ACTIVIDAD 2
Investigando “Los Rasgos”
2) Admitir errores: Aceptar sus propios errores es mejor que cuando se esfuerzan por
cubrirlos y taparlos.
Bajo su presidencia, Uruguay consolidó su crédito como país de éxitos económicos y abanderado
del progresismo social, terreno en el que hubo tres grandes novedades, bienvenidas para unos y
lamentables para otros: la despenalización del aborto, el matrimonio homosexual y la audaz
legalización, bajo regulación del Estado, del mercado de la marihuana, excepcional en el mundo y
que Mujica justificó como una innovación útil en la lucha contra la violencia del narcotráfico. El
programa socialdemócrata moderado del Frente Amplio siguió conjugando la ortodoxia
económica, la redistribución de la riqueza por la vía tributaria y el gasto social directo. La lucha
contra la pobreza y la reducción de las inequidades continuaron progresando al resguardo del
crecimiento sostenido del PIB, no obstante, las tendencias desfavorables del contexto regional, y
la minimización del desempleo.
Sin embargo, a la Administración Mujica se le fueron de las manos el déficit fiscal (en 2012 retornó
el déficit primario) y la inflación, se dejó en el tintero la construcción de infraestructuras de
comunicaciones muy necesarias y fracasó clamorosamente en la mejora de la calidad de la
educación, precisamente una de las grandes metas asumidas por el mandatario, quien reconoció
el fiasco. Por otra parte, en una postura muy reveladora de su personalidad, el antiguo guerrillero
torturado en las cárceles de la dictadura no se mostró favorable a anular la Ley de Caducidad, pese
a su carácter inconstitucional, porque su permanencia había sido refrendada dos veces por los
electores.
En política exterior, donde dejó patente su querencia por el pragmatismo y su distanciamiento de
las fórmulas radicales, Mujica puso fin al grave conflicto diplomático con Argentina por la planta
papelera en la frontera fluvial del Uruguay luego del fallo salomónico del Tribunal Internacional de
Justicia -aunque las divergencias comerciales no amainaron-, tendió a quejarse del mal
funcionamiento del MERCOSUR, apoyó el proceso de paz en Colombia, acogió a presos liberados
de Guantánamo y a refugiados sirios. La talla política de Mujica le convirtió en un referente de
primer orden para la izquierda latinoamericana y para los nuevos movimientos sociales y partidos
surgidos en Europa.