En América Latina y todo el mundo ha sido muy común el descontento de diferentes
sectores, a políticas que son impulsadas por los gobiernos cual sea su inclinación ideológica, bien sea Derecha e Izquierda, llevando a generar mecanismo de movilización ciudadana como referencia a la protección de derechos civiles y políticos, todo permitido con el fin de lograr impedir la admisión de normas que puedan afectar el bienestar común; teniendo una trascendencia de ámbito internacional, el poder rechazar o apoyar alguna iniciativa desde los altos cargos gubernamentales, pues el Consejo del Instituto Nacional de Derechos Humanos afirma: “El derecho a la manifestación o a la protesta social no se encuentra expresamente reconocido en los tratados internacionales de derechos humanos. No obstante, se ha entendido que es un derecho que se desprende de otros derechos consagrados en los tratados, esto es, del derecho de reunión y de la libertad de expresión. Ambos derechos se encuentran contemplados en los artículos 19 y 21 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, en los artículos 10 y 11 de la Convención Europea para la Protección de los Derechos Humanos y las Libertades Fundamentales, en los artículos 9 y 11 de la Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos y en los artículos 13 y 15 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos.” En contexto toda persona tiene derecho a la libertad de reunión pacífica y conforme se reglamente en la ley de cada país su participación y ejecución. Dado lo anterior, los gobiernos no pueden desconocer que en los reglamentos nacionales haya la facultad del pueblo, expresar su libertad de pensamiento cosa que al momento no ha sido restringido, aunque es importante que se genere lineamientos en la hora de programarse y llevar a cabo dichas manifestaciones, es importante que este derecho no genere conflicto con otros derechos como la libertad de circulación de otras personas o con otros bienes jurídicos protegidos constitucionalmente , muy conocido como el orden público, siendo legitimas ante el derecho internacional aquellas manifestaciones sin expresiones de violencia o que inciten al odio o agresión. ¿Cómo se materializa en Colombia las manifestaciones? Pues bien, la C.P.C en su artículo 37 establece: “Toda parte del pueblo puede reunirse y manifestarse pública y pacíficamente. Sólo la ley podrá establecer de manera expresa los casos en los cuales se podrá limitar el ejercicio de este derecho”; aunque en la práctica, en el país desde tiempos anteriores esta particular forma de expresión ha sido latente para quienes lideran temáticas sociales y promueven la defensa de derechos y ven amenazados sus intereses por acciones que desmejoran las condiciones de vida en sus comunidades. Pero en la realidad, estas manifestaciones parecen no tener fruto en su gran mayoría, pues lamentablemente se despierta más el emocionalismo que la razón, en querer aportar a la construcción de un estado social de derecho, puesto que quienes promueven estas acciones lo hacen con mérito de frenar al pueblo como escudo de su falta de poder en el ámbito territorial, es así como la falta de cultura en una manifestación pacífica como lo menciona la constitución es predominante sobre una conciencia y una ética civil bien comprendida, que a la verdad ha sido difícil por años que esta sea fuerte sobre su verdadero sentido de ser. En las ultimas semana américa latina se ha dado a conocer por el “despertar” del pueblo en contra de los gobiernos, que el logro mayor ha sido dar por terminado un periodo presidencial de 14 años o como muchos lo llaman dar por terminada una dictadura que no surgía más allá de un poder extremista, las consecuencias más allá de acabar un mandato también dejan índices de violencia y actos en contra de la población civil y bienes públicos. Estas situaciones motivan a varios países alzar su voz y fortalecer la unión del pueblo como el principal actor de nuevas alternativas de desarrollo y de liderazgo en la sociedad, así las cosas Colombia se prepara para el paro del próximo 21 de noviembre, donde diversos sectores se unen como la Confederación General de Trabajadores, la Confederación de Trabajadores de Colombia y las centrales obreras, además de diferentes movimientos estudiantiles, organizaciones sindicales, sociales y políticas, prometiendo ser una de las protestas sociales con mayor participación en los últimos tiempos, que a decir verdad los motivos que instan a los colombianos poner un precedente de inconformismo son temas Laborales, de Corrupción, apoyo a líderes sociales entre otros. A lo que el gobierno nacional, por medio del Ministerio de Trabajo en los últimos días desmiente catalogando información falsa sobre una posible reforma laboral, reforma pensional, eliminar Colpensiones y demás; no está mal quizá alzar la voz en contra de una posible acción gubernamental que afecte a los colombianos, pero tampoco se puede llegar al límite de paralizar un país donde mecanismos como el dialogo social se puede brindar para llegar a tener aciertos entre las partes involucradas o interesadas en que se genere otras soluciones o alternativas en beneficio de los colombianos. Ejemplos claros los que se han identificado en la cartera del Ministerio Laboral donde se logra tener diálogos y un consenso permitiendo así frenar paros en entidades públicas y privadas; caso reciente el de la Superintendencia de Notariado y Registro que con el apoyo del Viceministro Carlos Alberto Baena y el Ministerio de Justicia tras 14 horas de negociación se logró un acuerdo para superar las novedades que allí se presentan y poder iniciar labores sin ningún inconveniente; una vez más se determina que la voluntad está en quienes buscan alternativas verdaderas para solucionar problemas y no generar mayores consecuencias en el país. Un tema que también mueve los corazones, son los recientes casos de asesinatos a líderes en diferentes regiones, situación que no es nada nuevo en nuestro país, la persecución, la infamia e injuria contra líderes políticos, sociales, religiosos, ambientalistas, entre otros, quienes quieren de una u otra forma ser útiles a la sociedad; lamentable situación que debe tener un blindaje importante desde el gobierno nacional y local que permita preservar la vida de quienes seguramente contribuyen con acciones efectivas y reales a solución de problemáticas sociales. La participación de los jóvenes es importante y crucial, pues son el presente y futuro de una nación y seguramente en todos aquellos nacerá un sentimiento de liderazgo para seguir buscando el camino y trabajar por las garantías sociales. Por ultimo estos espacios legítimos por la constitución deben ser prenda de una nación donde prima el derecho constitucional en defensa del respeto y el valor al bien público; garantizando cumplir el artículo 37 de la Constitución Política de Colombia y que más allá de un acto de inconformismo, sea una oportunidad para quienes lideran estas manifestaciones de algún modo, presentar alternativas de cambio, no perfiles sino hechos, propuestas, en conjunto con todos los actores sociales, el Gobierno Nacional y la participación de la comunidad en los procesos que impulsen el desarrollo económico y social de la nación.