Está en la página 1de 1

I.

INTRODUCCIÓN

El sonido se refiere a la propagación de las ondas mecánicas originadas por la vibración de un


cuerpo a través de un fluido o un medio elástico. Dichas ondas pueden o no ser percibidas por los
seres vivos, de acuerdo a las características de las ondas transmitidas, y a la afectación que sobre ellas
ejerce el medio por el cual se transmiten. Se trata de un transporte de energía sin transporte de
materia, y al contrario de las ondas electromagnéticas de la luz o la radiación, no puede propagarse
en el vacío (Raffino, 2018).

El sonido se produce cuando un cuerpo vibra rápidamente, y transmite dichas vibraciones al medio
en forma de ondas sonoras. Éstas se desplazan expansivamente, a una velocidad promedio (en aire)
de 331,5 m/s, y pueden reverberar (“rebotar”) en distintos tipos de superficies, logrando distintos
efectos de eco o de distorsión, que a menudo magnifican su potencia (como en las cajas de resonancia
o los parlantes) (Raffino, 2018).

El sonido se propaga en líquidos, sólidos y gases, pero lo hace con mayor rapidez en los dos primeros.
Esto se debe a que la compresibilidad y la densidad de la materia tienen efectos sobre la transmisión
de las ondas: a menor densidad o mayor compresibilidad del medio, menor será la velocidad de
transmisión del sonido. La temperatura también puede influir en el asunto. Así, la propagación del
sonido no puede darse si no existe un medio material cuyas moléculas puedan vibrar. Es
por ello que una explosión en el espacio exterior no podría ser percibida auditivamente,
mientras que en los rieles metálicos del tren puede percibirse su venida mucho antes de que
su sonido nos alcance a través del aire (Hoffman, 2015).

El decibelímetro es un instrumento que permite medir el nivel de presión acústica, expresado en dB.
Está diseñado para responder al sonido casi de la misma forma que le oído humano y proporcionar
mediciones objetivas y reproducibles del nivel de presión acústica. En esencia, consta de un
micrófono, una sección de procesamiento de señal y una unidad de lectura. El funcionamiento de un
decibelímetro consiste en un micrófono de medición que convierte la señal acústica en una señal
eléctrica equivalente, la cual se procesa a través de amplificadores que adecuan la sensibilidad de la
señal dentro del sistema de medición. Posteriormente la señal entra en un detector, cuya función es
obtener los valores representativos de la señal. Seguidamente la señal es enviada a un convertidor
lineal- logarítmico que permite la conversión de una escala lineal (presión en Pa) a una escala
logarítmica (nivel de presión acústica, en dB), de modo que la tensión eléctrica de esta etapa es
proporcional al nivel de presión considerado (Arcos, 2000).

El ruido se define, en general, como un sonido no deseado y molesto. La existencia de este en el


ambiente de trabajo puede suponer riesgo de pérdida de audición. Los niveles excesivos del mismo
pueden lesionar ciertas terminaciones nerviosas del oído. Las fibras nerviosas encargadas de
transmitir al cerebro ruidos de frecuencia 4.000 Hz, son las primeras en lesionarse, continuando
progresivamente el resto. Existen, no obstante, otros efectos del ruido, además de la pérdida de
audición, puede provocar trastornos respiratorios, cardiovasculares, digestivos o visuales. Elevados
niveles de ruido pueden provocar trastornos del sueño, irritabilidad y cansancio, disminuye el nivel
de atención y aumenta el tiempo de reacción del individuo frente a estímulos diversos por lo que
favorece el crecimiento del número de errores cometidos y, por lo tanto, de accidentes (Hoffman,
2015).

También podría gustarte