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No hay cosa más difícil que manejar, ni cuyo acierto sea más
dudoso, que el obrar como Jefe para introducir nuevos estatutos. Tiene enemigos
a cuantos sacaron provecho de los antiguos, mientras los que pudieran sacar el
suyo de los nuevos, lo defienden con tibieza.
Las armas con que un Príncipe defiende su Estado son las suyas
propias, o mercenarias, o auxiliares o armas mixtas. Las mercenarias y auxiliares
son útiles y peligrosas. Si apoya su Estado con tropas mercenarias, no tiene
seguridad ninguna porque carece de unión; Por ser indisciplinadas e infieles. La
causa de esto es porque no tienen más amor que su sueldo. Los capitanes
mercenarios son hombres excelentes o no lo son.
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CAP.XIII: DE LOS SOLDADOS AUXILIARES MIXTOS Y PROPIOS.
FRASES CELEBRES
2.- El que no coloca los cimientos con anticipación podría colocarlos luego si
tiene talento, aun con riesgo de disgustar al arquitecto y de hacer peligrar el
edificio.
3.- Los hombres, en general, juzgan más con los ojos que con las manos. Todos
pueden ver, pero pocos tocar. Todos ven lo que pareces ser, pero pocos saben lo
que eres; y estos pocos no se atreven a oponerse a la opinión de la mayoría, que se
escuda detrás de la majestad del Estado.
4.- Hay tres clases de intelecto: el primero discierne por sí; el segundo entiende
lo que los otros disciernen, y el tercero no discierne ni entiende lo que los otros
disciernen. El primero es excelente, el segundo bueno y el tercero inútil.
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5.- No hay manera de evitar la adulación que hacer entender a los hombres que no
existe ofensa al decir la verdad; y resulta que, cuando todos pueden decir la
verdad, faltan al respeto. Por lo tanto, un príncipe prudente debe preferir una
tercera vía: rodearse de los hombres de buen juicio.
7.- El príncipe, cuando es querido por el pueblo, debe cuidarse poco de las
conspiraciones; pero cuando tiene enemigos y es aborrecido, debe cuidarse de
todo y de todos.
8.- El odio se gana tanto con las buenas acciones como con las malas. Un
príncipe, para conservar el poder, es a menudo obligado a ser perverso, porque
cuando el grupo (ya sea pueblo, soldados o nobles) del que juzga necesario para
mantenerse, está corrompido, es conveniente seguir su capricho para satisfacerlo,
pues las buenas acciones serían tus enemigas.
«Tienes por enemigos a todos los que has ofendido al ocupar el principado, y no
puedes conservar como amigos a los que te han ayudado a conquistarlo»
«Porqué en toda ciudad se encuentran estas dos fuerzas contrarias, una de las
cuales lucha por mandar y oprimir a la otra que no quiere ser mandada ni
oprimida».
«Un príncipe jamás debe dejar de ocuparse del arte militar, y durante los tiempos
de paz debe ejercitarse más que en los de guerra».
«Todos los príncipes deben desear ser tenidos por clementes y no por crueles».
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«Los hombres, en general, juzgan más con los ojos que con las manos porque
todos pueden ver, pero pocos tocar».