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En las elecciones regionales del domingo, Gregorio Santos obtuvo un 43,7 ciento de los votos al
63 por ciento de los sufragios procesados en la región de Cajamarca, informó el lunes la Oficina
Nacional de Procesos Electorales (ONPE). La tendencia es ya irreversible.
Su reelección al cargo haría aún más incierto el futuro del plan de oro y cobre Minas Conga de
5.000 millones de dólares, suspendido temporalmente por Newmont Mining tras persistentes
protestas apoyadas por Santos.
El organismo electoral precisó que en segundo lugar figura Osías Ramírez, considerado
candidato pro minero del partido del ex presidente Alberto Fujimori, con un 22,2 por ciento.
"Hay que tomar el tema de Santos con inteligencia, acercarse a Santos y ver qué cosa está
buscando, su mandato es por cuatro años y es el que ha quedado elegido", dijo a Reuters un
director del gremio de empresas mineras de Perú, José Morales.
La inversión en el sector minero de Perú, responsable del 60 por ciento de las exportaciones del
país andino, es vital justo cuando la economía local se desaceleraría este año a su peor nivel de
cinco años por una menor demanda mundial de materias primas.
Santos, miembro del partido comunista Patria Roja y actualmente presidente de la región de
Cajamarca,fue detenido a fines de junio de forma preventiva mientras era investigado por
presuntos actos de corrupción durante su gestión.
La ley peruana no le prohibía postular a las elecciones regionales porque no ha sido juzgado ni
sentenciado, pero no podrá asumir inmediatamente la jefatura de su región porque la jueza del
caso pidió su detención hasta agosto del próximo año.
Santos ha dicho varias veces que la investigación en su contra es una "persecución política"
dirigida por el Gobierno del presidente Ollanta Humala, que busca sacarlo de la carrera electoral
para facilitar proyectos en el sector minero.
Las protestas contra Conga -por temores a que contamine o agote las fuentes de agua que usan
los habitantes de la región- obligaron a Newmont y a la peruana Buenaventura a suspender su
construcción en 2011 y ofrecer la construcción de reservorios de agua para las comunidades.
Yanacocha en su afán de imponer el Proyecto Conga ha establecido una estrecha alianza con el
Gobierno y quieren mostrar las manifestaciones legítimas de los pueblos de Celendín y
Bamabamarca como actos delincuenciales, terroristas y es El Grupo El Comercio su
instrumento para lograr sus objetivos.
Hace algunas semanas Anonymous (Ver aquí) filtró archivos del Ministerio del Interior en la
que se encuentran informes del reglaje que se viene realizando a dirigentes que junto a su
pueblo se oponen a este irracional proyecto minero Conga. En los documentos filtrados
también se encuentra un archivo que muestra que el Gobierno de Ollanta Humala planifica
toda una estrategia de militarización de las zonas adyacentes al proyecto minero Conga,
incluso plantean la construcción de plataformas de aterrizaje de helicópteros para imponer a la
fuerza el proyecto minero.
Imágenes de documento filtrado por anonymous que revela plan para imponer Conga
Pero militarizar la zona para imponer el proyecto Conga sería un escándalo. Para ello trazaron
una coartada a los compañeros de Bambamarca, acusándolos de haber quemado el día 16 una
caseta de telefonía móvil y un puesto de seguridad de la mina. Este echo es de ocurrencia
improbable, los puestos de seguridad se encuentran fuertemente custodiados por numeroso
contingentes de DINOES, así mismo informaron que habrían encontrado a personas armadas,
pero no dijeron que a quién intervinieron fue a la seguridad del Alcalde de Hualgayoc que al
igual que la seguridad del presidente Ollanta Humala y Roque Benavides portan armas. Esta
era la coartada perfecta y así lo difundió EL Grupo El Comercio, al que se sumó los reportes
difamatorios de los corresponsales de Cajamarca para el diario República en Cajamarca. Ellos
tomaron como fuente de información a la misma empresa Yanacocha y a la Policía Nacional
del Perú que se encontraba en el lugar contratada por la minera para “prestarles seguridad”.
Como era de prever los titulares fueron como ellos nos llaman, radicales: “Antimineros
siembran el Terror en Conga” “Disturbios en Conga” Ver aquí, aquí, aquí y los periodistas y
congresistas que defienden la inversión de Yanacocha reclamaban exaltados, casi vociferando
“el Gobierno debe poner mano dura en Cajamarca”, “se debe restablecer el estado de
derecho”, palabra de moda dos semanas antes del 16 de enero para los ministros, funcionarios
de Yanacocha, confiep y periodistas asalariados; hasta el ex primer ministro Oscar Valdés,
responsable de la represión en Celendín y Bambamarca se pronunció “el Estado peruano debe
demostrar más firmeza y seriedad para terminar con este tipo de manifestaciones”, “Estos
antimineros le están causando daño al país, han retrasado inversiones. Necesitamos que las
inversiones se den”, “es vital que el ministro del Interior, el titular de la PCM e incluso el
presidente de la República vayan a la zona y desenmascaren a estas personas que perjudican a
miles de peruanos”, “Se necesita una actitud valiente del gobierno” sentenció (Ver Aquí). Del
lado del Gobierno el ministro de Energía y Minas Jorge Merino que se encuentra muy
presionado por las empresas mineras y la confiep que en algún momento pidieron su
reemplazo se pronunció justamente en el tono que Yanacocha de acuerdo a su plan requería:
ante los recientes hechos de violencia registrados en las instalaciones de la empresa
Yanacocha en Cajamarca, inversiones en el país tendrán protección del Estado, afirma ministro
Merino. “Apoyamos a la inversión privada; nuestra función como gobierno es darle un marco
legal a las inversiones que se hacen en el país no solo en Cajamarca sino en todo el país”, dijo.
(Ver aquí) Ahí está, justo lo que quería Yanacocha.
Dos días antes de las manifestaciones en las lagunas Vladimiro Huaron se fue de boca,
revelenado las intensiones y la coartada de Yanacocha, el manifestó para un diario: “Si no se
restablece el estado de derecho en Cajamarca, puede devenir el descontrol” quién
probablemente ya sabía que el 16 de enero se iban a generar “desmanes” por los “rojos ultra
radicales que se oponen al progreso de nuestro país”. (Ver aquí)
En la misma nota de Perú 21 anuncian que el proyecto conga se reiniciaría el día de hoy 03 de
febrero, por lo que las comunidades de Sorochuco y Huasmín el día de hoy nuevamente han
regresado a inspeccionar, cuidar y vigilar nuestras lagunas; ellos se enfrentan a un peligro
latente pues la base militar en San Nicolás de Chaillhuagón que anunciaron su construcción ya
se encuentra funcionando la misma que cuenta con plataformas de aterrizaje de helicópteros.
Esta es la nueva forma de imposición de los proyectos que no tienen licencia social. Este
peligro se fundamenta más aún con la promulgación por parte del Gobierno de la Ley 30151
(Ver aquí y aquí) que otorga inmunidad al terrorismo que viene del estado y que da licencia
para reprimir o matar a los manifestantes. (Manifestantes para El Grupo El Comercio significa:
rojos ultra radicales que se oponen al progreso del país)
Mientras los ministros del Gobierno y Vladimiro Huaroc a través del monopolio mediático El
Comercio anuncian que Yanacocha ha cambiado de actitud y ha recuperado la confianza de los
cajamarquinos (ver, aquí, Aquí) esta empresa fue nuevamente denunciada por otra familia
aledaña al proyecto Conga de despojo y apropiación arbitraria o mejor dicho de robo de sus
terrenos (Ver enlace de Audio). Se suma a ello la nueva denuncia que realiza la familia Chaupe
de amenazas de muerte e invasión por la policía a sus terrenos pidiéndoles que se retiren de
las supuestas propiedades de Yanacocha (Ver aquí); como sabemos la familia Chaupe se
negaron vender sus tierras a la minera, sus terrenos se ubican frente a la Laguna Azul y se han
constituído en el mayor obstáculo para el Proyecto Conga pues esta laguna es el Corazón
mismo del proyecto y se convertiría en el botadero de desechos tóxicos de este proyecto. Así
mismo un trabajador de la empresa minera Yanacocha denunció haber sido víctima de
contaminación con mercurio en la sangre y que la empresa no se responsabiliza de su caso
(Ver video).
Otro hecho de importancia durante estas semanas que pasaron ha sido el archivamiento por
parte del Fiscal Víctor Pinillos Padilla, de la Primera Fiscalía Provincial Penal Corporativa de
Chiclayo de los asesinatos que ocasionaron las represiones a manifestantes que mostraban su
rechazo al proyecto Conga. Estas muertes fueron causadas por disparos de parte de fuerzas
conjuntas de policías y militares el pasado 3 y 4 de julio en Celendín y Bambamarca, incluso
reconocen que los disparos podían haber provenido de los helicópteros que sobrevolaba en la
ciudad de Celendín (Ver aquí y aquí). El fiscal Pinillos alude que la justificación para el
archivamiento del caso es la imposibilidad de determinar quienes dispararon; sin embargo
creemos que alguien ha tenido que ordenar la utilización no sólo armamento de disuasión
(bombas lacrimógenas, perdigones, balas de goma), sino también de armas letales como
fusiles Galil, AKMs, etc. que fue lo que al final causó la muerte a 5 ciudadanos peruanos y no
las piedras que se tiraron entre ellos como anunció el Ministerio del Interior en comunicado en
su página web que luego retiraron.
Conclusiones:
El proyecto Conga no tiene licencia social por lo que quieren imponerlo a la fuerza, utilizando
las fuerzas especiales de la Policía y modificando las leyes para bañarlas de impunidad en caso
asesinen a los manifestantes.
Yanacocha goza del total rechazo de la población y nunca ha recuperado la confianza de los
Cajamarquinos.
Que los monopolios mediáticos son una amenaza para la población pues anteponen sus
intereses económicos antes de informar con la verdad.
Es inminente el peligro que corre la familia Chaupe por las amenazas de muerte y el constante
hostigamiento de parte de la Policía Nacional del Perú al servicio ya no de la población, sino de
la empresa minera Yanacocha.
Se hace necesario la intervención urgente de organismos de derechos humanos nacionales e
internacionales para garantizar los derechos de la población cajamarquina, puesto que en el
Perú su Gobierno y algunas de sus instituciones están sumamente parcializadas y en un franco
apoyo a las mineras.
Existen más conclusiones que podríamos obtener de este análisis, sin embargo en este
momento se me escapa de la mente.
Mientras que viceministro de Minas, Guillermo Shinno Huamaní, afirma que en seis meses se
define situación de proyecto minero.
Envalentonado por el contundente triunfo del Movimiento de Afirmación Social (MAS) en las
elecciones del 5 de octubre, lo cual les permitirá continuar al frente del Gobierno Regional (GR)
de Cajamarca, el titular de esta institución, César Aliaga Díaz, reiteró su firmeza respecto a
la inviabilidad del proyecto minero Conga y de todos los que busquen desarrollarse en
cabecera de cuenca, ya que atentan contra las reservas de agua que son vitales para promover
la agricultura.
“La mayoría de cajamarquinos, con su voto, ha mostrado su desacuerdo con proyectos de este
tipo y esa voluntad será cumplida, pues el nuevo gobierno regional ha sido claro en señalar
que no habrá expansión minera en cabecera de cuenca y muy por el contrario, la protegerá y
conservará”, expresó.
Aliaga Díaz ensayó una corrección al electo vicepresidente regional, Porfirio Medina Vásquez,
quien anteriormente en declaraciones a La República, dejó abierta la posibilidad que en
atención al mandato de la Zonificación Económica Ecológica (ZEE) y al plan de Ordenamiento
Territorial, las mineras podrían operar en zonas ajenas a las cabeceras de cuenca.
Las palabras de apertura de Medina Vásquez no fueron bien recibidas al interior del MAS, por
ello se entiende la oportuna aclaración de Aliaga, a fin de no tergiversar su inquebrantable
posición.
EN 6 MESES SE DEFINE
“Esperamos que en los próximos seis meses podamos llegar a un entendimiento. Siempre está
el ofrecimiento de trabajar juntos pero ya de aquí que podamos tener una conclusión, que el
proyecto vaya adelante, quizás es prematuro, pero siempre estamos abiertos al diálogo”,
manifestó.
Pese a que Shinno Huamaní se mostró ligeramente optimista respecto a la posible reanudación
de las labores en Conga, también recalcó que esto no depende solamente del Gobierno Central
ni de lo que haga la empresa privada, sino que requiere de la buena disponibilidad de las
autoridades cajamarquinas elegidas en las últimas elecciones.
Por su parte, el presidente del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú y ex viceministro de
Minas, Rómulo Mucho Mamani, señaló que la paralización de los trabajos en Conga es una de
las causas de la baja inversión minera en el norte, pues ha originado que en los casi 4 años de
estancamiento que lleva, se hayan dejado de percibir S/. 3,500 millones, sin contar las ventas
que podrían haberse realizado.
También precisó que el prolongado periodo de paralización del proyecto ha dejado sin empleo,
entre directos e indirectos, a unos 80 mil trabajadores, lo cual ha reducido la calidad de vida de
los cajamarquinos y ha disminuido sus oportunidades de desarrollo para los próximos años.
Por el contrario, en los caseríos de Quengorío Alto, Quengorío Bajo, San Nicolás, El Porvenir,
Agua Blanca, Chugumayo, Piedra Redonda, Namococha, Totoracocha y otros, actualmente se
desarrolla ganadería extensiva y actividades agropecuarias en general, como ha hecho ver la
Plataforma Interinstitucional Celendina en una de sus observaciones.
El Proyecto Minas Conga quiere extraer entre 480 mil y 780 mil onzas anuales de oro y 90 mil
toneladas de cobre, para lo cual abrirá enormes tajos o cráteres, como lo ha hecho en las
zonas cercanas a la ciudad de Cajamarca, lo cual causará graves impactos sobre el paisaje, el
suelo, el agua, las plantas, los animales y otros componentes del medio ambiente.
Para sacar el oro disperso entre las rocas del subsuelo, Conga destruirá las lagunas existentes
en esa zona de la jalca, entre ellas las más grandes como Chailluagón, El Perol, Alforjacocha,
Lucmacocha, Mishacocha y la laguna Azul o Cortada, la mayoría de las cuale4s pertenecen a la
provincia de Celendín. ¿Qué ofrece Yanacocha a la población para compensar la destrucción de
estas lagunas?: construir cuatro reservorios o represas con las que, supuestamente, los
campesinos tendrán más agua que la que ahora tienen en las lagunas que desaparecerán.
Para extraer la gran cantidad de rocas que contienen el oro, el Proyecto Conga primero tiene
que retirar la vegetación y el suelo orgánico que almacenan el agua; por lo tanto, la esponja
hídrica o colchón acuífero desaparecerá, además de las hermosas lagunas.
Después, cuando caigan lluvias torrenciales, el agua caerá directamente sobre rocas
descubiertas y la tierra removida y, al no existir plantas que frenen su avance, discurrirá
rápidamente hacia los ríos, quebradas y demás zonas bajas como agua con barro o, incluso,
como avalanchas o huaicos, arrastrando sedimentos y posiblemente también aguas ácidas
provenientes de la mina que contaminarán las aguas superficiales y subterráneas.
Y cuando llegue la temporada de sequía, los ríos y quebradas que tienen sus orígenes en la
zona que quiere explotar Minas Conga se secarán o quebrarán con muy pocas aguas y las
partes bajas, incluyendo nuestras ciudades y pueblos ubicados en la región Quechua y en los
valles o temples, sufrirán escasez de agua para riego y hasta para consumo humano (que ya se
sufre en Celendín en épocas de verano -anotación de Chungo y batán), pues varios
manantiales o puquios pueden desaparecer o disminuir considerablemente sus caudales.
En cuanto a regadío, por ejemplo, el Ing. Ludgerio Abanto, quien realizó estudios preliminares
el 2003 en la zona que quiere explotar Proyecto Conga, considera que se afectarán 6 canales
principales de riego, los cuales totalizan una capacidad de 151 litros por segundo, recorren 43
Km. de longitud, irrigan 555 Ha. de tierra y benefician a 529 usuarios, sin contar a los usuarios
del área de influencia indirecta que suman 3789 en la subcuenca del río Chonta.
Además, hay que tener en cuenta que las lagunas y humedades existentes en la zona no son
cuerpos de agua aislados sino sistemas hídricos complejos, pues están relacionados con
extensas microcuencas o áreas de captación, con corrientes de agua subterránea que también
alimentan a las lagunas, y todos estos humedales son cabeceras de varias cuencas o
proveedores de agua de los ríos Sendamal, Jadibamba, Campanario, Llaucano, Grande y otros,
que tienen largos recorridos y forman muchos valles en los que asientan ciudades y pueblos.
Como es sabido, los ríos Sendamal y Jadibamba recorren extensas zonas de los distritos de
Sorochuco y Huasmín, y se unen para formar el río La Llanga que pasa por Llanguat y
desemboca en el Marañón; el río Campanario sirve de límite a los distritos de La Encañada,
Cajamarca y Hualgayoc y es un afluente del río Llaucano, el cual recorre las provincias de
Hualgayoc y Chota; el río Grande es uno de los tres ríos que forman el río Chonta, que pasa por
Otuzco y Baños del Inca. Así pues, construir reservorios en reemplazo de las lagunas de
ninguna manera compensará lo que la naturaleza ha creado en millones de años y, de hecho,
alterará drásticamente el ciclo natural del agua.
También puede estar en peligro otra maravilla natural: el Bosque de Piedras de Huangashanga
(distrito de Huasmín), mucho más grande y variado que el de Cumbe Mayo en Cajamarca
(considerado una de las 7 maravillas del Perú), porque Minas Conga podría utilizar las enormes
rocas del bosque de piedras de Huangashanga con el fin de extraer cal y llevarla a sus plantas
de tratamiento de aguas ácidas para contrarrestar la acidez de éstas. Esto sería un atentado a
otro valioso recurso que podría servir para el desarrollo ecoturístico, además de dañar el
hábitat de varias especies de fauna que viven en el enorme laberinto que forma el bosque de
piedras (por ejemplo las vizcachas).
De todos estos daños o impactos negativos que podrían producirse –y otros que por razones
de espacio no mencionamos -no sólo será responsable la ambición y voracidad de Minera
Yanacocha, sino los gobiernos de Fujimori, Toledo y Alan García, porque han permitido y
permiten que las empresas transnacionales exploten nuestros recursos en donde se les dé la
gana, y obtengan enormes ganancias a costa de la Madre Tierra y de la salud de las
poblaciones.
Inició operaciones en 1993 con el proyecto Carachugo, a un costo de unos US$ 64 millones.
¿Cómo lo hizo con un aporte de apenas US$ 2 millones de los socios? Todo indica que recurrió
al apalancamiento financiero en el sistema bancario y la bolsa o mercado de capitales nacional
o extranjero para conseguir la plata.
El proyecto fue concebido para producir 150,000 onzas anuales durante un periodo de 7 años.
El descubrimiento de nuevas reservas amplió el horizonte productivo y también los montos de
inversión anuales. A partir de 1993, las inversiones superaron la inversión inicial, superando los
200 millones anuales al finalizar la década. La naturaleza del yacimiento y de las operaciones
llevó a que el proceso de inversión sea continuo. No hubo, pues, una gran inversión inicial
como en el caso de los grandes proyectos de cobre. Las inversiones acumuladas de 1993 al
2011 superan los 4,000 millones de dólares.
JDC: Según sus estados financieros la empresa también emitió bonos por US$ 100 millones el
97, y en 1999 se prestó del IFC (financiera del Banco Mundial que terminó de socia minoritaria)
otros US$ 100 millones. En total, unos US$ 200 millones. Y, entre 1993 y el año 2000 sus
utilidades netas llegaron a la modesta suma de US$ 816 millones 916 mil dólares de los que
distribuyeron utilidades a sus accionistas por US$ 467 millones de dólares. Lo no repartido de
las utilidades fue retenido, unos US$ 350 millones para reinvertir del mismo dinero ganado en
el Perú. Y aún no había llegado el periodo de boom de los precios de minerales.
El 2001, tuvieron US$ 80 millones de utilidad, repartieron US$ 10 millones entre los socios, y
decidieron capitalizar US$ 206.5 millones de dólares en Yanacocha, manteniendo retenidas
utilidades totales por US$ 214.3 millones de dólares. El 2002 arrancó el alza de precios y las
ganancias netas (pagados impuestos y todos los costos) fueron, ese solo año, de US$ 220.85
millones. El año siguiente fueron US$ 313.14 millones, el 2004 fueron casi US$ 428 millones, el
2005 llegaron a US$ 535.5 millones, subieron a US$ 567.7 el 2007. Entre esos años se
repartieron a los accionistas la friolera de US$ 1,291 millones y retuvieron ganancias por US$
2,216 millones en la caja de la empresa. Las utilidades netas del 2007 cayeron a US$ 244.2
millones, pero volvieron a reinvertir US$ 189.6 millones ganados en el país en capital social.
Ojo, a diciembre del 2012 el capital social de Yanacocha, declarado, es de US$ 398 millones
316 mil dólares y solo reinvirtió dos veces una pequeña parte de sus ganancias: un total de US$
396.1 millones dólares. Así, concluimos que el capital social fresco aportado por los socios fue
apenas de 2.1 millones de dólares, porque lo reinvertido de ganancias fue US$ 398.3 millones.
Para poner en valor el recurso mineral de Yanacocha, los accionistas han reinvertido sus
utilidades en el plan de crecimiento de la misma, lo que comúnmente se llama capital de
sostenimiento. La inversión en capital de sostenimiento es posible debido a que los
accionistas, luego de cumplir con todas sus obligaciones con sus empleados y con el Perú
(impuesto a la renta, aportes voluntarios, impuesto de importaciones, entre otros), deciden no
distribuirse lo que justamente les correspondía, sino que decidieron seguir apostando por el
Perú. Este también es el caso del proyecto Conga, que supera los US$ 4500 millones de
inversión, de los cuales se proyecta que el 50% de este monto será cubierto con ingresos de
caja generados por la propia empresa. Es decir, con dinero que corresponde y pertenece a los
accionistas de la empresa (luego de cumplir con sus obligaciones con sus empleados y con el
fisco). Para este efecto, los accionistas tomaron la decisión de no distribuir dividendos desde
diciembre 2009.
La inversión total realizada en la empresa desde 1993 hasta 2011 es, como ya fue señalado,
superior a los US$ 4000 millones; basta ver en el balance el total de activos fijos y obras en
curso de la empresa. Asimismo, solo en el 2012 el capital de sostenimiento a invertir se estima
en US$ 555 millones. Por otro lado, se ha pagado US$ 2317 millones por concepto de impuesto
a la renta. Además, ni las utilidades se hubieran podido obtener ni los tributos pagar sin la
inversión realizada en los últimos 20 años. Por supuesto, la inversión en exploraciones y el
descubrimiento y desarrollo de nuevas reservas ha sido esencial en este proceso.
JDC: Entonces, ¿cuánto dinero extranjero entró para Yanacocha si fue generado aquí, con los
recursos naturales y el trabajo de peruanos que dieron enormes ganancias reinvertidas?
Además, Yanacocha usa tecnología y máquinas extranjeras que dan trabajo y generan envíos
fuera, no en el Perú, tampoco transforma las materias primas en el Perú y paga impuestos a lo
exportado según su declaración jurada, sin análisis detenido aquí de lo que sale fuera. Para
colmo, contabiliza como costos una regalía de 3% que Newmont le paga a Buenaventura -
Benavides y Newmont cobra 2% por administración.
Yanacocha no exporta concentrados con contenido de oro, sino que exporta barras doré. Es
decir, barras de oro y plata. Hay un valor agregado en este proceso.
Los accionistas de la empresa, al reinvertir sus utilidades, apostaron por Cajamarca y por el
Perú. Producto de la reinversión y el crecimiento eficiente de la empresa y de las utilidades
generadas, se ha pagado, como ya fue señalado, US$ 2317 millones en impuesto a la renta
desde 1993 hasta 2011.
JDC: Así, un negocio que se inició –como recuerda Alonso Ramos– comprando 609 hectáreas
de tierra a humildes campesinos a S/.100 soles la hectárea con el apoyo de Fujimori, continuó
con el arreglo de los norteamericanos y Benavides con Montesinos para desalojar al socio
francés BRMG y quedarse con su parte, consumió y contaminó el agua de Cajamarca y siguió
con el inútil reservorio de San José inaugurado por Alan García y que está seco, resultó un
mina de oro para una Yanacocha que pocos quieren.
Su ganancia neta por cada dólar de capital social es de US$ 2,654 dólares. Pero a Yanacocha
SRL, ningún gobierno la obligó a dejar lo justo para el Perú, ni tampoco a respetar el agua y el
ambiente, o le impuso el impuesto a las sobreganancias para atender agro, educación o salud,
tan deteriorados. Ni García ni Humala. Los US$ 4,800 millones que anuncian de “inversión
extranjera” en Conga son menos que los US$ 5,615.7 millones de utilidades netas que ya le
sacaron al país. Tienen en su poder US$ 2,531.4 millones de utilidades no distribuidas. Es decir,
la inversión extranjera solo es dinero peruano en el bolsillo de la Newmont y Benavides.
Yanacocha compró tierras a los precios del mercado, de lo contrario nadie le hubiera vendido
una sola hectárea. Pero es cierto que pagó menos a principios de los noventa que lo que paga
hoy por hectárea. Esa es la situación en Cajamarca y en todo el Perú. Sin embargo, Yanacocha
hizo lo que nadie había hecho hasta ese momento, a pesar de no estar obligada a ello: realizó
un pago adicional a los campesinos, de manera que el precio de compra mínimo superó los
500 dólares la hectárea.
Lo del BRGM ha sido explicado innumerables veces. El BRGM era accionista de Yanacocha,
nadie quería desalojarlo. El gobierno francés decidió vender las acciones de esta empresa
pública. Lamentablemente, el BRGM decidió vender su participación, no a sus socios como
decían los estatutos de la empresa. El resultado fue un juicio que perdió el BRGM en el Perú y
un arbitraje que perdió en Francia. La Cámara de Comercio de París dio la razón a Newmont y
Buenaventura. Dispuso que le venda las acciones a estas dos empresas, como decían los
estatutos, fijando el precio de las mismas. El caso fue cerrado a satisfacción de las partes con el
arbitraje en París, no en Lima. Algo más, los 3 árbitros, incluyendo el nombrado por el BRGM,
le dieron la razón a Newmont y Buenaventura. Simplemente, porque la tenían.
Obviamente, no es cierto que Yanacocha se haya llevado 2654 dólares por cada dólar
invertido. Lo cierto es que las inversiones realizadas representan cerca del 71% de las
utilidades netas obtenidas hasta hoy. Por tanto, el 29% restante de las utilidades netas solo
representa cerca de 1/3 de la inversión requerida por el proyecto Conga, no equivale a más del
100% como afirma el autor de la nota periodística. De manera que la ejecución del proyecto
exige, como ya fue explicado, reinversión adicional de utilidades e inyección de recursos
externos.
Finalmente, no es cierto que Yanacocha haya contaminado el agua de Cajamarca. El agua del
Río Grande es de altísima calidad, como lo atestiguan las cifras oficiales y los monitoreos
participativos que se realizan. Lo mismo ocurre con las aguas del Río Rejo, que pasan por la
Granja Porcón, que tiene un excepcional criadero de truchas.
Respecto al reservorio San José, no es cierto que sea inútil. Está en mantenimiento en este
momento. Además, hay que mencionar que los reservorios de los ríos Grande y Rejo,
construidos hace 8 años, están funcionando en este momento.