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Gritando en letras.

A nadie le gusta las injusticias, a mí en especial me causan impotencia, no hay persona


que guste de los engaños, suelen producir tristeza.

Ni hablar de la hipocresía, personas que suelen decir estar contigo para


posteriormente apuñalarte.

Vivimos en una población donde hay personas de grandes aspiraciones que no logran
idealizarse, mientras ignorantes sin ganas de nada llegan a ser grandes.

Jóvenes preocupándose por “amor”, sufrir y preguntarse ¿de verdad me merezco todo
lo que me pasa?, que aún después de ser destrozados sigan obsesionados por la misma
persona que en sus sentimientos ha sido intrusa.

“Polos opuestos se atraen, pero también se repelen” el dicho que identifica a muchos,
personas completamente distintas aprendiéndose a amar, algunas veces finalizando
con recuerdos, desamor y rechazo.

Rencores acumulados desde los amigos de la persona afectada hacia aquel/ella que la
“destrozó”, entretanto esa persona lo/a siga amando y extrañando de la misma forma
desde que todo comenzó.

Pero al final de todo saber que las cosas pasan por algo.

Que toda injusticia tiene su hallazgo, descubrir quienes son los buenos amigos y
quienes son los malos, que los objetivos se logran y que todo buen corazón siempre es
suficientemente fuerte para no romperse.

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