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II PARTE
ALGUNOS CRITERIOS BÍBLICOS PARA LA REFLEXIÓN MORAL
INTRODUCCIÓN.
El hecho de que buena parte de los contenidos éticos de la Escritura pueden ser
encontrados en otras culturas, ha llevado a afirmar que la moral bíblica no es verdaderamente
original. Sin embargo este razonamiento es insostenible, ya que la novedad no consiste en la
originalidad de los contenidos propuestos, sino que su aportación se centra en el
discernimiento crítico de lo que es verdaderamente humano, porque nos asimila a Dios, y en
cuanto a la purificación de lo que es deshumanizante, así como en su inserción en un nuevo
contexto de sentido, el de la Alianza.
Originalidad de la Sagrada
Escritura en el ámbito moral
Datos Bíblicos
Para aplicar más concretamente el primer criterio se parte del decálogo, el cual abre un
horizonte moral potencialmente rico, capaz de mantener una reflexión adaptada a la plenitud
de una problemática moral contemporánea. En este caso se toma el valor de la vida y la
pareja.
Datos bíblicos
1. Criterio de la convergencia
La Biblia cuenta con elementos en materia moral que se relacionan con orientaciones
morales de los pueblos circunstantes. Se puede hablar de una sabiduría universal. Los datos
bíblicos en los que se puede encontrar esta convergencia son: el origen del pecado y el mal,
las leyes, consideraciones de sabiduría, exhortaciones morales y listas de virtudes.
Tomando como ejemplo el relato sobre el origen del mal, encontramos que bíblicamente
está situado en los primeros capítulos del génesis. Su punto de convergencia es el poema
épico mesopotámico ‘Enuma Elis’. En ambas literaturas la situación humana se caracteriza
por la incapacidad del hombre para comportarse coherentemente con los ideales aceptados,
un hecho que causa la muerte.
Ahora bien, lo que distingue al contenido bíblico es el elemento del cuidado divino por
la humanidad y de la responsabilidad humana para la continuidad de la creación,
responsabilidad que se expresa en la tarea de Adán, que ha sido creado a imagen de Dios.
Algunas de las orientaciones que se proponen para una reinterpretación actual de este
criterio bíblico son: la igualdad que supera toda forma de discriminación, un intenso
compromiso de paz, sensibilidad por la igual dignidad de los sexos, un fuerte compromiso
por el cuidado de la naturaleza.
2. Criterio de la contraposición
La Biblia se opone de modo claro a ciertas normas o costumbres practicadas por sociedades,
grupos o individuos. En la Sagrada Escritura se pueden encontrar esas prescripciones en el
Antiguo Testamento, en las realidades denunciadas por los profetas: injusticias, idolatrías, abusos
de poder, etc. Así también en el Nuevo Testamento en la predicación de Pablo o en el mensaje
del Apocalipsis. Se trata de un mensaje paradigmático puede ser aplicado a todos los cristianos
en situaciones semejantes y se les exhorta a defenderse contra tal presión insidiosa que todo lo
invade.
3. Criterio de la progresión
5. Criterio de la finalidad
Este criterio se funda sobre la esperanza en la vida futura con Dios, fundada sobre la
resurrección de Jesús, ya que ésta proporciona una motivación decisiva para buscar la voluntad
de Dios y para observarla como norma del propio obrar.
En el Antiguo Testamento encontramos que Israel experimentó que el Señor no habría dejado
al poder de la muerte a los que habían puesto su confianza en él. Sin embargo, por largo tiempo
siguió siendo un misterio el modo en que Dios habría ejercitado su fidelidad hacia sus fieles,
después de su marcha de esta existencia. El Nuevo Testamento vive una nueva experiencia y
alcanza la seguridad de una revelación que llega a su plenitud en el acontecimiento de la muerte
y resurrección de Jesús y que abre una perspectiva escatológica de gran claridad.
Es un dato cierto que aunque la vida humana se remite primeramente al presente, éste en sí
mismo insuficiente, como demuestran todas las visiones del pensamiento cerrados en una visión
de autonomía ilusoria y como demuestra la experiencia hecha por nuestra época – no por primera
vez en la historia – del derrumbe de las ideologías.
La ilusión puesta en el presente y la desilusión que se sigue constantemente puede provocar
la fuga hacia el consumismo, siempre más refinado y exasperado, pero que carece de perspectiva
y pasa a ser fuente de nueva desilusión. No se puede esperar superarlo, mientras se permanece
en el cuadro del pensamiento inmanente del secularismo.
La esperanza aporta equilibrio a la descompensación del presente, puesto que es una apertura
motivada hacia un futuro que tiene su fundamento en la firmeza eterna de Dios. La fe impone la
superación de lo inmediato. La esperanza lleva a un anticipo del futuro, en diálogo continuo de
amor con Aquél que es pasado, presente y futuro.
En este sentido la esperanza cristiana no está simplemente orientada al futuro, sino que tiene
directas consecuencias morales para la vida presente. Ésta es la implicación moral de cuanto
puede ser llamada “escatología realizada”, que significa que el cristiano está obligado a vivir
ahora en vista del futuro que la fe en la resurrección anticipa y desea plenamente. La fe cristiana
en la resurrección corporal y en la transformación final del mundo creado puede también dar una
motivación moral y espiritual profunda en lo que atañe la ecología y del respeto a la vida humana
(cf. Rom 8,18-21).
6. Criterio de discernimiento:
Todos están de acuerdo en que no se pueden poner sobre el mismo plano todas las reglas
morales enunciadas en la Biblia, ni se puede reconocer igual valor a todos los ejemplos de
moralidad que presenta. En efecto, por una parte es necesario distinguir las consignas
fundamentales, que tienen valor obligatorio universal, de los simples consejos e incluso de los
preceptos ligados a una etapa de la evolución espiritual.
Un juicio moral correcto y matizado que se inspire en La Escritura supone necesariamente
una lectura crítica de los textos, que tiene en cuenta, en primer lugar y antes que nada, la
dimensión canónica.
La continuidad con la que un tema moral aparece en textos bíblicos diversos, tanto desde el
punto de vista de la tradición literaria, de los autores y de la fecha cuanto de los géneros literarios,
lleva a considerar este tema como estructurante y esencial para la interpretación moral del entero
corpus bíblico.
Evidentemente no es posible aplicar estas consideraciones a todas las problemáticas nuevas
con las que tiene que ver la moral en el contexto actual: globalización de la economía, de las
comunicaciones y de los intercambios, superpoblación, trastornos de los oficios y profesiones,
desarrollo de las tecnologías militares sofisticadas, emergencia de una sociedad de placeres,
desquiciamiento de la estructura familiar tradicional, educación y confesionalidad etc. Basta
indicar cualquier ensayo que pueda ayudar no sólo a los moralistas, sino también a los grupos y
a los individuos que quieren inspirarse en la Escritura, a practicar un sano discernimiento.