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Cortina Independence day (de la película “Jugala como Beckham)

Locutora: Buenos días, como siempre, es hora de la columna de Maria C. “Les mete pata”,
y entiendo que el tema de hoy surge por el trato mediático y en redes sociales que se le dio
al Mundial de Fútbol Femenino, teniendo en cuenta la participación del equipo argentino y
todas las reflexiones que te surgieron sobre algunas batallas que aún hoy tenemos que
llevar adelante las mujeres.

Columnista: Buenos días, así es. Hace tiempo, más del que nos gustaría, venimos
hablando de la falta de preparación y educación que hay en los medios en cuanto a género.
Tenemos que escuchar a periodistas justificar femicidios porque la víctima era menor y salía
al boliche, o porque estaba caminando a solas en la noche. Conductores presentan casos
de violencia de género y se preguntan por qué la denunciante no habló antes, porqué le
llevó tanto tiempo…lamentablemente el mundial de fútbol me hizo poner el foco en un
problema con el que las mujeres en todo el mundo seguimos batallando, y se vio en los
medios: la desigualdad salarial y la discriminación.

Estuve mirando la cobertura que se hacía desde los canales, y sobre todo, lo que se
hablaba en redes sociales y me sorprendió la comparación constante, sin tener en cuenta
las condiciones en las que estas chicas vienen remándola hace años para aunque sea tener
un predio donde poder practicar, por ejemplo, o trabajando de noche para poder entrenar,
porque no pueden vivir de hacer lo que les gusta. También haciendo zapping, descubrí en
un programa en el primetime en TyC que había una periodista invitada para hablar del juego
de las chicas, de la estrategia, y el por qué de las decisiones del DT. Lamentablemente, a
pesar de ser una colega especializada en el tema, que viene trabajando hace un montón
siguiendo el trabajo de las chicas, no se la escuchó. Se gritó más fuerte, se habló de los
Pumas, se habló de Messi y del próximo partido de “LA” (remarco esta palabra) selecciòn
en la Copa América. El mundial de fútbol femenino y la colega pasaron a un último plano.
Mostrando que si, en los papeles se incluyó el tema del futbol femenino y se trajo a una
especialista, pero para que adorne el estudio, para que no levante la voz y no venga a
enseñar nada, porque ellos saben todo.

Esto, y el “son malísimas” “no hilan un pase” “que vayan a su casa” “la messi argentina” y
más expresiones leídas en redes, me llevó a pensar en cómo hoy, en el año 2019, tenemos
que seguir peleando contra la discriminación, una que va por lo subterráneo, que no grita
como antes un “mejor vayan a lavar los platos” pero que, como puede y del modo que
puede, nos indica eso, que dejemos lo externo, lo físico, el fútbol, a los que saben. Que
derrota digna es la de los Pumas, hace 20 años apróximadamente, pero que estas chicas
que trabajan por fuera del fútbol, que tienen hijes, y que se desviven por entrenar, son unas
papeloneras porque se tiran atrás para defender un empate.

Quiero introducir un concepto que es el de “discriminación contra la mujer” establecido en


la “Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer”
donde explica que este concepto denotará “toda distinción, exclusión a restricción basada
en el sexo que tenga por objeto o por resultado menoscabar o anular el reconocimiento,
goce o ejercicio por la mujer independientemente de su estado civil, sobre la base de la
igualdad del hombre y la mujer, de los derechos humanos y las libertades fundamentales en
las esferas política, económica, social, cultural y civil o en cualquier otra esfera”. En este
caso, se ve cuando al primer paso errado ya se cuestiona todo el fútbol femenino y se pone
en duda la capacidad de la mujer de jugar a la pelota. Se ve cuando, a raíz de la exposición
que hubo del Mundial, en muy pocos clubes como San Lorenzo, y Riber por ejemplo,
contrataron a las jugadoras con un salario (a años luz del de los jugadores de fútbol
masculino); se ve cuando fue noticia que las jugadoras de Boca disputaron un partido en la
Bombonera, como los hombres, porque ellas siempre tenían que jugar en la cancha de
inferiores.

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