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Vértigo y Mareo en la Infancia

• Los desórdenes vestibulares en los niños son en lo general


considerados poco comunes. Sin embargo, los reportes más
recientes muestran un incremento en el número de consultas
pediátricas por vértigo, mareo o ataxia.

• Este incremento se atribuye a un mejor conocimiento de estos


trastornos por parte de los médicos de primer contacto como
los pediatras.
• El sistema vestibular es importante para el desarrollo de las
reacciones corporales normales, la tolerancia al movimiento y el
control motor para la alineación corporal, el balance y la visión.

• Un sistema vestibular dañado por lesiones o enfermedad en la


infancia puede tener un impacto importante en el desarrollo
funcional del niño. A pesar de los avances en las pruebas y en la
información, los problemas vestibulares en la edad pediátrica
siguen siendo pobremente diagnosticados.
Signos y Síntomas
• Los desórdenes vestibulares no son fácilmente reconocibles en
los niños, en parte porque los infantes no suelen poder
describir bien sus síntomas y pueden ser incapaces de
reconocer los conceptos de vértigo y mareo.

• La identificación de la disfunción vestibular pediátrica requiere


de la adecuada interpretación de los síntomas aportados por el
niño, síntomas reportados por los padres y las observaciones
clínicas hechas por el médico.
Los síntomas y signos que pueden indicar disfunción
vestibular incluyen:
Pobres relaciones espaciales,
Mareo y problemas de algunas veces reveladas al
agudeza visual, saltarse letras o palabras
Nistagmo
especialmente con los durante la lectura o al
movimientos de la cabeza. presentar un estilo
desorganizado de escritura.

Dificultad para desplazarse en


Cinetosis Hipoacusia o tinnitus
la oscuridad.
Los síntomas y signos que pueden indicar disfunción
vestibular incluyen:

Patrones anormales de
movimiento como:
Sensación de oídos
Náusea. marcha inestable, Convulsiones.
tapados.
desviación al caminar,
tendencia a caer, etc

Retraso en la adquisición
de reflejos complejos Dolores de cabeza
Cambios en el estado de
como manejar una asociados con náusea o
ánimo.
bicicleta, nadar o subir mareo
escaleras
Para cada niño, los signos y síntomas específicos Los síntomas también dependerán si la lesión es
pueden variar dependiendo de si el daño es unilateral o bilateral, y si el trastorno ha causado
periférico (oído interno), central (cerebro y tallo una pérdida completa de la función, ha reducido la
cerebral), o ambos. función o ha incrementado la función.
Causas de Disfunción Vestibular
• La interconexión del sistema vestibular con muchos otros
sistemas del cuerpo puede resultar en disfunción vestibular
secundaria de orígenes diversos.
Los cuadros clínicos que se asocian a disfunción
vestibular periférica son:
• Infecciones crónicas del oído u otitis media
• Pérdida auditiva (hipoacusia) sensorineural congénita
• Infección por citomegalovirus y otras infecciones como el síndrome de Ramsay
Hunt (una infección del nervio facial causada por virus de herpes zoster; el
mismo virus asociado a la varicela)
• Malformaciones congénitas o adquiridas como el síndrome otorrenobranquial,
displasia de Mondini, tortícolis y síndrome de Waardenburg
• Otros desórdenes genéticos tales como el síndrome de Usher tipo I (con sordera
sensorineural profunda, problemas del equilibrio y deterioro de la visión a partir
de los 10 años) o el tipo III (trastornos del equilibrio y de la visión que aparecen
en la adultez)
• Cirugía en o cerca del oído interno, como el implante coclear
cuadros clínicos frecuentemente asociados con
disfunción vestibular central incluyen:
• Anoxia (disminución de la oxigenación al nacer) o sangrado cerebral
• Meningitis (inflamación de las membranas protectoras que cubren al cerebro y la
médula espinal)
• Desórdenes neurológicos como parálisis cerebral, hidrocefalia, tumor de la fosa
posterior del cerebro
• Abuso materno de alcohol o drogas durante el embarazo.
• Desórdenes de inmunodeficiencia
• Trastornos metabólicos como la diabetes
• Insuficiencias vasculares
• Traumas craneales y/o cerebrales así como del cuello, por accidentes
automovilísticos o deportes, pueden producir lesiones centrales y periféricas.
El Vértigo Postural Paroxístico Benigno (VPPB)
• Se caracteriza por episodios de vértigo provocados por
cambios en la posición de la cabeza –como cuando se mira
hacia arriba, al girarse o levantarse de la cama.
• Los síntomas ocurren debido al desprendimiento de otolitos)
dentro del oído interno, por lo que estimulan anormalmente a
las células nerviosas del equilibrio.
• El VPPB en niños es usualmente unilateral y asociado con el
trauma cefálico. Es también observado como complicación
quirúrgica del implante coclear.
La Neuritis Vestibular o Laberintitis
• Resulta de la infección bacteriana o viral del nervio que
conecta el oído interno al cerebro.
• Los síntomas que incluyen vértigo y náusea desparecen
usualmente, pero no siempre, en 4 a 6 semanas.
La Ototoxicidad
• Es causada por medicamentos que destruyen a las células del oído
medio y posiblemente al nervio vestibular, el cual transmite las
señales del equilibrio del oído interno al cerebro.
• Las drogas que causan un daño bilateral significativo son
usualmente antibióticos aminoglucósidos (gentamicina, amikacina,
kanamicina, estreptomicina, etc.) y cierto tipo de quimioterapia.
Todo ello puede provocar desequilibrio severo, caídas y problemas
motores y visuales, incluyendo oscilopsia (visión inestable).

• Muchos niños que sufrieron de ototoxicidad tienen dificultades en


la escuela, al trabajar en la computadora o al aprender a conducir
un vehículo.
La tortícolis paroxística
• Afecta a los menores de 1 año que tienen una posición
característica de la cabeza inclinada hacia un lado y leve
rotación del cuerpo hacia el lado contralateral, con síntomas
neurovegetativos, sin presentar señales de dolor. La crisis
puede durar desde minutos hasta inclusive días y el nistagmo
puede o no presentarse durante las crisis.
• La causa mas probable es de orden vascular. Puede avanzar a
VPB de la infancia
La Enfermedad de Ménière
• Es poco común en niños.
• Es un trastorno periférico que involucra al líquido del oído
interno (endolinfa).
• Los síntomas incluyen sordera fluctuante, zumbido en los oídos
(tinnitus), sensación de presión en los mismos y episodios de
vértigo intenso con náusea y/o vómitos.
El Neurinoma del Acústico
• Es un tumor benigno de lento crecimiento que nace de las
vainas que rodean al nervio del equilibrio. Al crecer, este tumor
comprime los nervios y usualmente causa sordera unilateral,
tinnitus y mareo.
Vértigo Paroxístico de la Infancia (VPI),
• También conocido como vértigo equivalente de migraña, es
un desorden vestibular central observado típicamente en niños
entre 2 a 14 años.
• Se caracteriza por un verdadero vértigo rotatorio, nistagmo,
náusea y vómito. Un niño con VPI es casi siempre sensible al
movimiento, a la luz, al sonido y mejora completamente
después de dormir. Los niños tienden a crecer y deshacerse del
VPI, sin embargo, una buena parte de ellos progresa a migraña
vestibular del adulto.
• Algunos desórdenes vestibulares menos comunes en niños
incluyen a la fístula perilinfática (y el síndrome del acueducto
vestibular dilatado(un ensanchamiento del conducto que
conecta al oído interno con el saco endolinfático). Ambos son
trastornos periféricos.
Evaluación
• El diagnóstico y evaluación apropiados de un desorden vestibular
usualmente comprende la colaboración entre varios especialistas.
• La evaluación médica es esencial e iniciará con una historia clínica
completa y un examen físico realizado por un médico especialista
en neuro-otología.
• Para descartar causas no-vestibulares, se podría necesitar de
pruebas adicionales como una TAC (tomografía axial computada) o
una RMN (resonancia magnética nuclear).
• También es factible el apoyo diagnóstico con otros médicos como
otorrinolaringólogos, oftalmólogos, otólogos, etc., con el fin de
realizar pruebas diagnósticas del sistema visual y del equilibrio.
Pruebas de la Función Vestibular y del
Equilibrio
• Las pruebas de función vestibular están diseñadas para
determinar si ha ocurrido algún daño periférico (unilateral o
bilateral) o central, y si la función se encuentra dañada
permanente o temporalmente. En la mayoría de los casos,
estas pruebas pueden realizarse en niños a partir del año de
edad.
• La electronistagmografía (ENG) o la videonistagmografía (VNG) consisten
en un grupo de subpruebas utilizadas para evaluar el movimiento ocular
que puede alterarse en la disfunción vestibular o en alteraciones
neurológicas.
• La ENG/VNG es usada para medir la capacidad de los canales
semicirculares para estabilizar la visión con diferentes estímulos tales
como rotación cefálica o movimientos en diferentes planos, así como la
irrigación del oído con agua fría y tibia (pruebas calóricas).
• La ENG/VNG puede evaluar si los impulsos originados de un oído son
simétricos y constantes con los del lado opuesto, o si las respuestas están
ausentes, hiperactivas o hipoactivas. Además, puede usarse con ejes de
rotación para evaluar la función del utrículo.
• Los potenciales evocados miogénicos vestibulares (VEMP)
evalúan si el sáculo y el nervio vestibular inferior están intactos
y funcionando normalmente. Cuando se transmite sonido a
través de los audífonos, los electrodos localizados en los
músculos del cuello registran la respuesta del músculo por
medio del estímulo vestibular.
• Adicionalmente, las Escalas Estandarizadas de Desarrollo
Motor emplean diversas tareas para evaluar la coordinación,
fineza motora y equilibrio; así como la capacidad del sistema
vestibular para control visual-motor.
Tratamiento
• Los resultados de la evaluación ayudan a determinar el plan de
tratamiento más efectivo. Dependiendo del diagnóstico, la
recuperación será completa o casi completa con disfunción
vestibular periférica. Con problemas bilaterales o centrales, se
necesitará adaptación para alcanzar una función cercana a la
normal.
• Los niños con trastornos vestibulares responden usualmente
muy bien a formas especializadas de terapia llamadas “terapias
de rehabilitación vestibular” (TRV). Si se necesita de cirugía
para estabilizar o corregir una condición, la TRV puede incluso
ayudar después de la misma cirugía.
• La TRV es efectiva para reducir o eliminar el vértigo, mejorar el
control visual-motor, la coordinación y el equilibrio.
• Los niños típicamente responden más rápidamente que los
adultos a la TRV, debido a su gran plasticidad (la habilidad de
sus sistemas neurológicos a compensar y adaptar más
eficazmente los déficits funcionales, como los vestibulares.
Además, los niños tienden a tener menos miedo al movimiento
que los adultos, de maneta que participan bien en los aspectos
de balance de la terapia.
• Existen patologías vestibulares previamente mencionadas que
no responden a TRV pero sí lo hacen a medicamentos, cambios
dietéticos y otros abordajes que debe individualizarse para
cada paciente.
• Al igual –o más- que en los adultos, los niños con trastornos
del sistema del equilibrio tienen hoy en día amplias y mejores
opciones para su mejoría, curación y/o rehabilitación.

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