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Municipal LA ARQUEOLOGIA SUBACUATICA EN LA BAHIA DE CADIZ Juan R. RAMIREZ DELGADO y Victorina MATEOS ALONSO INTRODUCCION La ciudad de Cadiz. ha sido siempre, desde la més remota antigtedad, un importante centro de tréfico maritimo, Esto, unido a la existencia en sus alrededores de varios arrecifes extremada- ‘mente peligrosos para la navegacién, justfica la relativa abundancia de pecios en la zona, La mentablemente, y como es bien sabido, la Arqueologia submarina presenta en dicha area una problematica bastante compleja. Asi, en efecto, el constante saqueo a que se ha visto expuesto el patrimonio arqueolégico subacudtico gaditano —y que ha sido favorecido, como es l6gico, por las dificultades que entraiia la vigilancia y protecci6n de este tipo de restos— ha ocasionado la iremisible pérdida de numerosos datos presumiblemente del mayor interés Esta generalizada escasez de referencias acerca de Jos continuos hallazgos de material que se han venido sucediendo, unida a la absoluta ausencia de catélogos monogréficos de los innume tables yacimientos submarinos existentes en las inmediaciones de Cadiz, nos movieron a con. cebir —a fines del afio 1980— un proyecto de trabajo tendente a la catalogacién sistematica de ‘dichos yacimientos, en vistas a la futura confecciOn de la indispensable carta arqueolégica subacué- tica de la zona considerada. Para ello, y partiendo ya de un primer acercamiento al problema realizado para la redaccién de la Memoria de Licenciatura de uno de los autores *, se program un plan de trabajo consistente tanto en el acopio de todos los datos disponibles (bibliogrificos y rales) como en el rastreo de los lugares te6ricamente prometedores. Por tanto, y con objeto de seguir tn orden lineal de exposicion, comenzaremos por hacer la recopilacién de los «anteceden- tes» —que han podido documentarse— para, finalmente, dar un breve avance de los resultados obtenidas en nuestra pasada campatt UChr, Rea, A. eLa ruta de las dnforas (De la Caleta a Ostia)», Bolin del Club Martimo Gaditano La Cale. 1a, 2 6, Cédiz, 981, pp. 12 y 13. "Peden consularse algunas considereciones generale acerca de esta problemdtica en: CRIS, Revista de la Mar, niime- 0 142, Barcelona, 1973, pp. 20 y 21. Adem, ff. Reins, A., «Flallezgos submarines en nuestra bahia, El mayor museo Ssumerggo del mundo», Bol Club M. G. La Cale, n.° 4, Cadiz, 1980, yp. 6 y 7. “Los Unieas halaagessubacullccs que se excuent‘an mejor documentades —y con indcacin, sguiea somera, de sus respctvos lugares de procedencia— son los verlicaos en las proximiades del slote de Sancti Petri, supussta sede el famoso Templo de Hercules gaditano, Al respect eft. Gaxcia'Y Bautioo, A., elerules Gaditanusy, Archivo Espa: ‘al de Argucologt, XXXVI, 1963, pp. 82 y ss; Mem, «Hallazgos arqueolgicas en Sancti Pets, Revista General de ‘Marina, CUXVM, 1964, pp. T3y Cte, Raminez, I. Re aL. primitives nicleos de asentamiento en la ciudad de Cidien, Exemo. Ayuntamiento de Citi, 1982, 6 SUAN R. RAMIREZ DELGADO Y VICTORINA MATEOS ALONSO ANTECEDENTES La primera referencia claramente documentada del saqueo de un pecio en las inmediaciones de la ciudad de Cédiz se remonta a 1884. Esta noticia se debe, en concreto, a los hermanos Vera y CChilier, los cuales describian el hecho en cuestién con estas palabras: «En el presente de 1884. en el sitio denominado Punta del Nao, proximo al Castillo de San Sebastién, y a algunas brazas de profundidad se encontraron bastantes Anforas que alli en gran niimero se hallaban reunidas. Por desgracia pocas salieron ilesas, habiéndolas sacado las pobres que a ello se dedicaron, como mejor pudieron, Hoy obran en poder de algunos particulares» 5 La siguiente informacién relacionada con el tema que nos ocupa es la referente a las explo- raciones y extracciones de anforas romanas verificadas en la ensenada de La Caleta —hacia el afio 1905— por el buzo Juan Escacena ’. Por otra parte, el fallecido coleccionista gaditano Cayetano del Toro se hallaba en posesiOn de un «dolium» y de una urna cineraria con inerustaciones marinas que, al parecer, provedian de las aguas de La Caleta’, Desde entonces acé, un buen nimero de yacimientos submarinos han sido sisteméticamente rebuscados por los expoliadores, especialmente desde el momento en que se generaliz6 el empleo de la escafandra auténoma®. Asi, de todos los hallazgos que se han producido —y que han sido verificados, fundamentalmente, en la zona de La Caleta? y en los escollos de «La Olla» y «Los Cochinos»— solo se poseen noticias de unos cuantos, de entre los que. sobresalen: las anforitas pinicas y el lingote romano de plomo de La Caleta ¥, dos interesantes cepos de piedra hallados en los alrededores de Ja Punta del Nao (uno de Jos cuales se encuentra depositado en el Museo Arqueoidgico de Cadiz y el otro es de propiedad particular), un anfora romana —con pepitas de uvas en su interior— proveniente de la Punta del Nao" y los abundanies cepos romanos de plomo del Museo de Cadiz, de entre los cuales des- tacan uno de 720 Kg. de peso —recuperado cerca de la Laja Herrera, en direccién al bajo de Los Cochinos #— y algunos més pequeiios con motivos en relieve representando delfines y «astragali. ero, de entre tados los descubrimientos submarinos conocidos de las alrededores de Cadiz, es preciso destacar, sin duda, tres interesantes piezas de caracter fenicio-piinico y de cuyo lugar’ de pprocedencia s6lo se sabia que era relativamente proximo a la tan nombrada Punta del Nao. Nos referimos, claro esti, al gran vaso tripode (thymiaterion), a la estatuilla femenina de terracota —en actitud guerrera— y al disco de la misma materia que Tueron publicados por Concepcion Blanco, antigua directora del Museo Arqueologico de Cadiz . Estas tres piezas —cuya cronologia debe remOntar a los siglos VII 0 VI a. de C. "— poseen una indudable unidad de estilo, lo cual fue ya sefialado por C. Blanco en su mencionado articulo ¥. or tiltimo, antes de finalizar este apartado, es necesario afiadir que —aparte de las conocidos. hallazgos ya reseflados—hemos podido recoger también algunas noticias orales, mas 0 menos pre- cisas, referentes a una parte de los materiales extraidos a lo largo del tiempo en la zona de La 5 Ge Vea, J.A.,y F. A. oe: Antigledades de la Isa de Cie, Cid, 1887, p. 121 6 En relacidn con esias actividades, puede consultarse una referencia incidental en un aruculo sobre et Templo de ‘Hétoales aparecido en Diario de Cai. 38 de agosto de 1905, aia flrePeE. ROMERO = Tonnes, Es Catlgo Monumental de puta Provincia de ide (1908-19091 Ma 1934, p. 12 8 Cir, bor ejemplo, Feansnoez-Cicarno, C. Informe arqueoligeo de los hallecgos més sobresallentes habids en Andalucia durane ef bienio 1959-1961, Vil Congreso Nacional de Argusologia Barcsiona, 1960), Universidad de Zara 02a, 1982, p. 67; cr. también Garcin'y Beuuibo, A., eblereules Gaditanuso, Arch Esp. Arqueol, XXXVI, 1963, 0. 9. ' La importancia de La Caleta para la arqueoiogia submarina de Cadiz ha ido resakada, de nuevo, en VaLLesPis, O. Prospecionss submarinas en Cz. Agosto, 1974s, Noticlario Arqueolégico Hispinico, n.° 3 (Arquedlogs), Madrid, 1977, p. 291 y 292. io'Gir, Gancin y Betuino, A. eParera de Arqueologia y Epigratia HispanoRomans. IV», Arch Kip. Arqueol vo lumen 44, Madrid, 1971, po. 14 "14, TI Cir, Calc, G., «Acerca de un dnfora con peitas de wvas envontrada en la Punta de ba Nuo (Cah, Baten det ‘Museo de Cid (1978), Cz, 1980, yp. 37 y ss 12 Sobre esta pieza, cf. Reina, A, «Capo de plomo de ancla romana, de descomunales proporciones, recuperado en ‘aguas de a baa de Cdizn, CRIS’ Revista de fa Mar .> 134, Barcelona, 1971, pp. 20'y 2; Hem, «Hallargo dle un cepo ‘deancla somana de 720 kilderamos, Bol Club M. G. La Caleta, n.° 1, Cz, 1980, pig. 19. 'S Cir BLANco be ToRRECiLIAS,C., «Nuevas pezasFencias del Museo Arqueoldgieo de Cidizn, Arch, Esp. Arqueat, volumen 43, Madrid, 1970, pp. 30 ¥ 's Cir BLanco've TORRECHLAS, op. cit, p, 56. Cr. también BLAzqUEZ, J. Ml, Tartesas y ls orgenes de lu colo rizactén nica en Oceldente, 2." ed, Universidad de Salamanca, 1975, pp. 271 ¥ 285. 1S Chr. BLanco pe TowRecis, op ct, p. 50 LA ARQUEOLOGIA SUBACUATICA EN LA BAHIA DE CADIZ 7 Caleta y que hoy se hallan, en su mayoria, en paradero desconocido. A partir de estos datos, se pudo confeccionar, hace algin tiempo, un primer plano arqueoldgico subacudtico de La Caleta ', realizado a escala 1/5.000 y destinado a la ya citada Memoria de Licenciatura de uno de los auto- res. En dicho plano, que reproducimos aqui a escala 1/15,000 ffi. 1), se representan en detalle los tipos de descubrimientos que, segiin parece, se han ido verificando en dicha area de La Caleta, a saber: cerdmica ptinica, cerémica romana, cépos de piedra, cepos romanos de plomo y lingotes romanos de plomo”. RESULTADOS DE LA CAMPANA DE 1981 Durante el verano y el otofio del pasado allo 1981, hemos tenido la oportunidad de realizar una fructifera campaita de prospeccién sistemética —patrocinada por la Subdireccién General de Arqueologia— en el litoral inmediato a la ciudad de Cadiz". Los fondos marinos a rastrear en Wf 1 “CANAL DEL SUR, " we ls Sands | P | ts ie ie r ? | at bu deeennen povien no enw Betas 24 ene i fy Aewects wn Fig. 1.-Plano de distibucién de hallazgos submarinos efetuades, con anteriridad @ nuestra campata de prospecciones, en los alrededores dle la ciudad de Cadiz (Escala: 1/15.000, aprox). TS De Ta zona del actual puerto de Cadiz y sus inmediciones se poseen menos informes de hallazgos, por Io qué no ha sido posible incur este rea ‘en el plano en cuestién. Fsia parquedad de descubrimientos hacia la zona interior de la bahia puede deberse, en parts, a que al los vestigos se encuentran cubiertas por une notable capa de Tango, como demues tra el hecho de que la cai totalldad de los escasos hullazgos veriicados To han sido con ccasion de trabajos de dragado (clr. Fenvanpez-Cicanto, op ct, p. 68. "7 Légicamente, en el mencionado plano slo indican aquellos puntos en gue se cealizaron, en su dia hallazgos aucibuibles @ supuesios pecios que, al purser, fyeronsistematcamente saqueados. Por el canara, no se han representago los innumerable lugares de aparici6n de maevials fragmentados y ablados, ya que dchos restos se encuentran dspleza dos de su iugar primar de procedencia y podrian indir #interpretaciones errOneas. Por ofr lado, y por evident a ‘zanes de prdencia, no se ha indcado els en que fueron loalzadas 1s importantes materiales obtenidos en nuestra ‘hima cama 18 Esta campata a. sido posible Uevarla « cabo sracas a Ja colaboracion de un nutrido erupo de inystigadores y cstuiantes gaditanos, a los cunles. nos encontramos profundamente reconocidos por Ia ayuda prestada, Especialment=, y debido a I importaicia de Su labor, no podemos dejar de exoresar nuesiro aaradeeimiento alas siguientes personas. An tonio Roto Mere el mejor conocedor, sin duda, de los fonds eercanos a Cédz), Manuel Pérez Ruiz ftderafo subacut tico}, Francisco Riesoo Garcia ficencado en Historia), Carlos Visedo Mangznares Gotdgrafo profesional, Jaime Ramiro Olivier (ibujante)y Fernando Visedo Manzanares Ubujante). 7 JUAN R. RAMIREZ DELGADO Y VICTORINA MATEOS ALONSO esta primera campafia fueron programados, en principio, como los comprendidos «entre Rota y el islote de Sancti Petri (bahia de Cadiz) y en el Bajo de Salmedina (Chipiona, Cadiz)», segin se especificaba en la oportuna soliciiud para dichas actividades dirigida al Ministerio de Cultura, No obstante, al no haberse podido comenzar los trabajos hasta el mes de septiembre —debido a los retrasos impuestos por la tardia recepcién del permiso oficial las investigaciones se han cincuns- crito a las zonas autorizadas més proximas a la ciudad de Céidiz. De esta forma, se han reconocido en deialle los fondos de la Bahia existentes entre la Punta del Nao y el bajo de «Los Cochinos», Por otra parte, se han ejecutado también algunos breves trabajos preliminares en las aguas inme- diatas al islote de Sancti Petri ‘Las prospecciones en cuestidn —realizadas con los métodos habituales de rastreo subacuatico— ‘han arrojado un balance claramente positive, que se ha materializado en el descubrimiento de interesantes vestigios de cardcter pinico que s¢ hallan en fase de estudio. Estos restos se han localizado, coneretamente, en dos zonas bien definidas y que serén objeto de excavacin en futuras campaitas, a saber: 1.4) Zona de «Chapitel-Laja Herrera-Los Cochinos»: Constituida por los alrededores de estos tres escollos —relativamente cercanos entre si— y en la que existe gran abundancia de restos de pecios, tanto de época ptinica y romana como de periodos posteriores. 2.4) Zona de la «Punta del Nao»: La cual ha proporcionado los dos hallazgos més sobresa- Jientes de toda la campafia y que serén analizados con detenimiento més adelante. Este area, inme- diata a la propia ciudad de Cédiz, ha sido objeto de una particular atencién en el curso de nuestras, investigaciones, dada la importancia de algunos de los restos que esporédicamente. se habian localizado en sus fondos. De hecho, nos hemos llevado varios aftos recopilando todas las noticias rales posibles acerca del area de aparicion de vestigios tan notables, en pos de datos validos que permitiesen su exacta delimitacion, Por fin, a comienzos del otofio’ pasado, y siguiendo la pista proporcionada por el casual descubrimiento —efectuado unos meses antes — de otra terracota femenina similar a Ia ya existente en el Museo de Cadiz (aunque la ahora aparecida esté en actitud ferente y no guerrera), se procedi6 al rastreo sistematico de la zona en cuestién, De esta forma, tras varias inmersiones de tanteo, se ha legado a la identificacién material del paraje submarino en que —segiin las descripciones orales de sus distintos halladores— debieron descubrirse los im: pportantes materiales ya antes mencionados, a saber: el gran thymiaterion o vaso tripode, las dos figuritas de terracota y el disco. Esta circunstancia se ha visto convincentemente confirmada, en la practica, por el descubrimiento en ¢l curso de nuestros trabajos, y entre otros interesantes vestigios, de dos notables piezas fenicio-ptinicas que ahora pasamos a describir. Se trata, en conereto, de un disco de terracota decorado en relieve y de una espléndida cabeza masculina egiptizante también en terracota. El disco (Fig. 2b) estd hecho a mano y mide, por tér mino medio, unos 16,7 cm. de diémetro y de 1 a 1,5 om. de grosor en el borde, En su centro se encuentra perforado por un orificio de 1 cm. de didmetro y presenta su cara superior decorada con cuatro flores de loto abierias, situadas radialmente y unidas por sus extremos, rodeando el orilicio central de! disco (sobre el cual descansan sus tallos). Ademés, a una distancia media del borde de 0,5 om., se observa una acanaladura continua y en forma de cizcunferencia concéntrica al men: cionado borde del disco, El barro es ocre claro y su superficie amarronada parece deberse a a presencia de un engobe que es caracteristico de otras piezas fenicio-piinicas halladas en el mismo ugar. Dicho disco es idéntico, en todo, al otro ya mencionado que se localiz6 también en la Punta del Nao —hace varios aftos— y que hoy se conserva en el Museo Arqueolégico Provincial de Cidiz. Esta repeticion de un tipo de hallazgo tan particular —asi como la aparicién en la misma zona de las dos terracotas femeninas, tan similares entre si, ya citadas— constituye un sOlido argu- mento en favor de nuestra antigua ‘creencia de que todos estos vestigios proceden de un pecio fenicio-ptinico que debe encontrarse en los alrededores ". Pero la confirmacion definitiva de que nos encontramos tras la pista correcta nos la ha pro: porcionado, finalmente, el hallazgo de la magnifica cabeza en terracota que ahora nos disponemos 7 parte del elnforme Preliminar» que nos ballemos redactando actualmente —tras la realzaciin de un viaje de cxtudio alos museos de Cartago y Utie, en bus de paaleos estiisticos de nuestros materiales, ha aparecgo una breve ioliia sobre los resllados de ext trabajos en Diario de Cé, 26 de mareo de 1982. Al respecto, ef. ademis RAMIREZ, IR, wAetividades argueoldgicas subacudticas en el Club Caletan, Bol Club M. G. La Caleta 0° 6, Cadiz, 1981, p. 27 ‘Al respect, eff. Diario de Cd. 19 y 20 de mayo de 1981, y Revista de Arqueologta, 1° 10, Madrid, 1981, p. 57. 21 No periomes estar de acuerdo, por tanto, con ia interreiacion dada recentemente —ver hoticias Citadus en Ia nota n.? 20 en el sentido de que les plezas halls con anlrioidad a nuestros trabajs Tueran olvendas votives depo- sitadas por fos marines aniguos para propiiar una buena navegacia. LA ARQUEOLOGIA SUBACUATICA EN LA BAHIA DE CADIZ 9 Fig. 2a.—Dibujo frontal de la cabeza egiptizante (E: 2/5, aprox.: autor: J. Ramiro Olivier). 6) Dibujo del disco (Ez: 215, aprox.; autor: J. Ramiro Olivien. a analizar (fig. 2a), Se trata, concretamente, de una cabeza masculina egiptizante en bulto redondo ¥ que, vista de frente, mide unos 17 cm.'de alto por unos 17,5 om, de anchura méxima. Esta pieza, que es lueca, esta fabricada en barro octe claro y en varias partes unidas entre sf, como demuestran Jas correspondientes lineas de contacto (especialmente visibles, por ejemplo, en el peri: metro de insercién de la parte superior del estrecho cuello que poses). Por otro lado, el tono mas ‘oscuro del barro en la superficie exterior de dicha terracota se debe a la existencia de una consis, tente capa —bastante bien conservada atin, sobre todo en su mitad izquierda— del caracteristico engobe achocolatado brillante, que fue aplicado mediante pincel. La cara parece ejecutada a molde, si bien debié ser posteriormente retocada a mano. El pelo —que muestra una cierta asimetria en sus volimenes laterales, fécilmente apreciable cuando se observa por su parte trasera— ha sido ado en forma de peluca convencional, netamente orientalizante, y conseguida mediante la repe- ticién de pequetias circunferencias impresas en el barro fresco (salvo en la zona central delantera, que presenta un cuidado flequillo realizado con impresiones de espirales). La cabeza en cuestiOn, bastante bien conservada en general —excepcién hecha de un leve desconchado en el érea izquier- da del pelo— y apenas afectada por escasisimas concreciones marinas, posee también cuatro perfo- raciones artificiales en su parte superior y cuyo aspecto indica que han de ser consideradas como orificios de suspension. En cambio, un notable agujero que presenta en la region occipital parece deberse al agrandamiento accidental de wn orificio mas pequefio preexistente, con ocasion de un golpe recibido por la pieza en un momento bastante ‘posterior a su fabricacién. El citado orificio primigenio, por su parte, habria sido efectuado, muy posiblemente, para evitar la ruptura de la {erracota en el proceso de coccién, Por tiltimo, el hecho de que el engobe cubra el irregular borde inferior del estrecho ctiello que posee —y que, curiosamente, parece disefiado para encastrar en otro elemento— puede aceptarse también como demostracion valida ce que nos hallamos ante una pieza completa, en principio (aunque, debido a la presencia y forma del dicho cuello, no pueda desechar- se absolutamente la idea de que la cabeza formara parte de una estructura compuesta de elementos independientes, a pesar de que ello parece que estaria en franca contradiccién con la existencia de Jos supuestos orificios de suspensién anteriormente citados). ‘Los paralelos estilisticos més prdximos de esta cabeza egiptizante, en el Mediterraneo Occ dental, son los impropiamente denominados «protomos» masculinos de Utica 2 y de Monte Sirai ®, piezas ambas que parecen corresponder al siglo VI a. de C. Recientemente, ademds, se ha publi Che Picanto, C., «Sacra punica. Ena sur ls masques et rasoirs de Carthaze», Karthago, XU, 1966, p, 29 fi, 38; 8. Mascati en PaRhar, Av etal, Las nics... Ed. Aguilar, Madsid, 1975, p. 174 y Civtas, ., Manuel 'Archeologle unique, Ul, Editions A’ et J. Picard, Pars, 1976, pl. LXXXM,0,° 10. 20 Che, F, Barncea en AMADAS, M. G, 2 al, «Monte SiraFll..», Studl Semitic, 14, Rom, 1965, pp. $4, 60 y 61, tay. SOV. 80 BUAN R, RAMIREZ DELGADO Y VICTORINA MATEOS ALONSO cado el fragmento correspondiente a la barba de una méscara del tipo de las dos tltimas mencio- nadas, el cual se encontraba depositado entre los fondos del Museo de Ibiza procedentes de las antiguas excavaciones efectuadas en dicha iste. Pero, no obstante, y a pesar de la similitud que presenta con las piezas citadas, nuestro ejemplar posee dos caracteristicas muy particulates: el hechorde ser una auténtica cabeza completa —realizada en bulto redondo— y la notable calidad de su acabado, que se ve potenciada por la presencia del caracteristico recubrimiento exterior de engobe amarronado lustroso. En principio, la fecha que creemos puede asignarse a esta. pieza, consideréndola tanto en si misma como en’relacién con los otros conocidos restos fenicio-pinicos del mismo lugar de procedencia, fluctia entre la segunda mitad.del siglo VII y la primera mitad del VI a. de C. Y ya para finalizar, solo nos resta insistir en la idea de que el excelente estado de conser- vacién de todos los homogéneos vestigios ya enumerados, asi como también su concentracién relati va en tan restringida drea de las inmediaciones de la Punta del Nao, abogan en favor de la existen- cia en dicha zona de un notable pecio fenicio-ptinico (originado, sin duda, por ef naufragio de un bugue mercante que, quizés, transportaria un importante cargamento de objetos destinados a uso ritual) El detenido estudio de dicho pecio constituiré, en fin, el objetivo prioritario de las futuras campaiias de excavaciones submarinas que nos hallamos proyectando en la actualidad % Gir Font oe TaRRADELL, M., «Una mascara pnico ebusitana de terra cuits, excepcional», Fonaments, Prehis ‘aria i Mim Antic als Pass Catdlans'l, Barcelona, 1978, op. 85 ss 25 En ef tiempo transcurrido entre Ia celebracion de este Congreso y su publican, hemos continuado reaizando ‘campanas anuaes de prospeceién en el yacimiento de ta Punta del Nao (Cadiz obtenizndose, en el curso de ells, nuevos importantes materiales Tenicio pinioos que se hall en fase de estudio, Sobre estos trabajos, clr, Rawne2, Rey Martus, V. La campana arqueologiea submarina de 198] en el itoral de Cadiz. Breve avance de ezultadosp, Bo Club MG. La Caleta, n.° 7, Ciiz, 1982, pp. 14 15: Revista de Arquedtogi,0.* 22, Madr, 1982, pig. 33: Diario de Ci 10 de abil de 1983 y 30 de mayo de 1984 LA ARQUEOLOGIA SUBACUATICA EN LA BAHIA OF CADIZ 8] Last. 1 a: Vistas lrontal y bi: Anverso del dis de la cabeza eviptizante de terracota (E. 2/5 del natural, aprox. fotos C, Visedo). erracota. Localizados ambos en las inmediaciones de In Punta del Nao, Cadiz (E.: 215, aproximadamente; foto C, Visedo), Museo y Centro Nacionales de Investigaciones Arqueclégicas Sumarinas VI congreso internacional de ARQUEGLOGIA SUBMARIRNA CAI RTAGENA 19882 SEPARATA Buse seen 7y DIRECCION GE ‘SUBDIRECCION NERAL DE BELLAS ARTES Y ARCHIVOS. GENERAL DE ARQUEOLOGIA Y ETNOGRAFIA 1985

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