Está en la página 1de 18

EFECTO DE LOS ABONOS ORGANICOS

EN LA EXPLOTACION DE HUERTOS

INTENSIVOS

NOMBRE ALUMNO Xxxx

NOMBRE DOCENTE Xxxx

UNIVERSIDAD DEL MAGDALENA

PROGRAMA DE INGENIERIA INDUSTRIAL

SANTA MARTA

2019
ÍNDICE

I. RESUMEN

II. REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA

1 agricultura Urbana. Huertos Intensivos.

2 los Abonos Orgánicos. Su aplicación y el efecto en el suelo.

III. MATERIALES Y MÉTODOS.

1 Tratamientos, diseño experimental y procesamiento estadístico.

2 Análisis del suelo.

3 Aplicación de los abonos orgánicos, rotación de hortalizas y labores agrotécnicas más importantes.

4 Cosecha y análisis económico.

IV. RESULTADOS Y DISCUSIÓN.

1 Experimento estiércol vacuno.

2 Experimento humus de lombriz.

3 Experimento lodo de biogás.

V. CONCLUSIONES.

VI BIBLIOGRAFÍA.
I.RESUMEN

Para lograr incrementos en los rendimientos y preservar la fertilidad del suelo con vista a su explotación
continua en los huertos intensivos, se estudió en un suelo Pardo con Carbonato Típico Lavado, los efectos
del estiércol vacuno (0, 10, 20 y 30 kg/m2); humus de lombriz (0; 0.3; 0.6; 0.9 y 1.2 kg/m2) y residuo
de la producción de biogás (0; 0.5; 1.0; 1.5 y 2 kg/m2), en tres momentos de aplicación: al inicio,
alternamente y en cada cultivo de secuencias de hortalizas, mediante un diseño de bloques al azar con
arreglo factorial y cuatro replicas. Se midió el rendimiento de las hortalizas y se hicieron muestreos de
suelos al inicio y al finalizar cada estudio, determinándose el pH (KCl), P2O5, K2O y el por ciento de materia
orgánica, en este último parámetro se determinó el límite crítico externo del suelo en el experimento de
estiércol vacuno. Del análisis de los resultados se concluye que con dosis de 10 kg/m2 de estiércol vacuno,
0.6 kg/m2 de humus de lombriz y 1 kg/m2 del lodo de la producción de biogás, aplicados cada uno
individualmente en cosechas alternas, se logran incrementos de los rendimientos por encima de 20 kg/m2 de
hortalizas en el año y el efecto residual de los mismos es duradero hasta dos cosecha, con un beneficio
económico que oscila entre $8,580.28 y $ 17,160.55 /m2/año; además los contenidos de P2O5, K2O y el
%de materia orgánica aumentan al finalizar los ciclos de las hortalizas sin afectaciones posteriores en el nivel
productivo del suelo.
II. REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA

1. Agricultura Urbana. Huertos Intensivos.


La Práctica de producir alimentos en las ciudades, como bien plantea Mougeot (1993) se remonta a las
culturas Inca, Aztecas y Mayas, también en los primeros asentamiento en Java y en el Indus y en los pueblos
situados en las márgenes de los ríos Tigris y Eufrates; esta forma de producción de alimentos, en zonas
urbanas con métodos renovados, resulta floreciente en muchas partes del mundo principalmente en las
ciudades asiáticas y en otras densamente pobladas del planeta (INIFAT, 1995.).El método de producción de
alimentos en las ciudades o Agricultura Urbana como se le denomina, es definido por Pérez (1995) y
Companioni et al. (1998), como toda producción agrícola o pecuaria que se realiza dentro de las ciudades o
en su periferia hasta el límite aquel donde recibe influencia directa de la ciudad sobre su desarrollo, o su
proceso productivo, transcurre en vinculación directa con el factor urbanístico o con sus pobladores. El
mismo Companioni (1998) agrega que la Agricultura Urbana se desarrolla en tierras no propicias para la
construcción, que son tierras públicas inertes, espacios alrededor de los núcleos familiares, por lo tanto, esta
práctica no obstruye el desarrollo más apropiado del suelo, sino que pone en uso áreas pequeñas, inaccesibles,
desatendidas y vacantes.

Dentro de la Agricultura Urbana existen dos formas principales de producción, que en la actualidad son las
más importantes; los Organopónicos, donde se desarrollan las hortalizas sobre un sustrato sólido distinto del
suelo, natural o de síntesis mineral u orgánica, que colocado en un contenedor en forma pura o en mezcla
permite el anclaje del sistema radicular, desempeñando un papel de soporte para las plantas ( Abad, 1977 )
y los Huertos Intensivos los cuales se desarrollan en áreas cultivables, conformándose los canteros “In situ”
sin utilizar soportes o paredes laterales y se aplica la materia orgánica directamente al suelo ( Companioni,
1998 ), ambas practicas facilitan a la población consumir las hortalizas frescas , eliminando la dependencia
de las transportaciones y del mismo modo permiten lograr precios más competitivos. El Fundamento de estas
instalaciones dentro de áreas densamente pobladas, posibilita resolver en gran medida, la demanda de
vegetales en la dieta que según la FAO deberá ser de 300 g “percápita” por día, (CIARA-FIDA, 1996.).

García (1995) plantea que estos dos métodos de producción agrícola de la Agricultura Urbana en Cuba, son
formas de producción de alimentos en calidad y cantidad suficientes para las poblaciones de las localidades
donde estén enclavadas. En tanto Salcines et al. (1997), aseguran que para el buen funcionamiento en estos
sistemas de producción biointensivas con bases Agroecológicas deben cumplirse algunos principios básicos
como son: aumento de la biodiversidad de especies, el empleo de variedades adecuadas, la rotación, el
policultivo, el uso intensivo del suelo o de los sustratos, la calidad de las aguas de riego y la nutrición
orgánica.
Dentro de estas dos formas de producción agrícola, los huertos intensivos son una parte fundamental de la
Agricultura Urbana, ellos constituyen una forma biológica de hacer agricultura (en opción a una forma
química), en la que se cultiva intensivamente una superficie reducida de terreno utilizando ingredientes de
la naturaleza para reconstruir y luego mantener la productividad del suelo, (Anónimo 1998).

En este método de producción de alimentos el suelo se mejora con materiales orgánicos paulatinamente
beneficiándose las propiedades físicas, químicas y biológicas, en esta última la vida microbiana mejora de
año en año, incrementándose el contenido de nutrientes del suelo después de cada cosecha en lugar de
agotarse. En el caso de los rendimientos continúan aumentando durante los primeros años y luego tienden a
estabilizarse en niveles generalmente altos (INIFAT,1998).

Según el Departamento de Agronomía del INIFAT (1996), en Cuba los Huertos Intensivos se desarrollan
en áreas cultivables, conformándose los canteros “in situ” sin utilizar soportes o paredes laterales y se
aplica la materia orgánica directamente al suelo durante el proceso de la preparación del cantero para la
siembra. Por otro lado, se caracterizan por producir hortalizas todo el año, con un amplio surtido en cuanto
a variedades y se alcanzan altos rendimientos, sobre la base del uso continuo de residuales orgánicos para
establecer y mantener la fertilidad del suelo, además de utilizarse biofertilizantes y controles biológicos.

El factor decisivo de la estabilidad de los altos rendimientos en las sucesivas cosechas de los huertos, está
determinado por la constancia y disciplina de las actividades post-cosecha, para lograr la restitución de la
fertilidad del cantero, lo cual va desde el laboreo en el mismo para darle las condiciones físicas necesarias,
incluyendo también el subsuelo ligero, y la aplicación de la materia orgánica antes de la próxima siembra,
que no debe ser inferior a 10 kg/m2 (Manual para organopónicos y huertos intensivos, 1999).

2. Los Abonos Orgánicos. Su aplicación y el efecto en el suelo.

Los abonos orgánicos se han utilizado desde tiempos remotos en todas las civilizaciones del mundo, siempre
con buenos resultados, permitiendo la producción de alimentos en cantidades suficientes (Guerrero, 1993).
Peña (1998) aseguran que esto ocurre debido a que los residuos orgánicos al ser aplicados al suelo mejoran
las propiedades físicas, químicas y biológicas, resolviendo los problemas de la fertilidad de los suelos,
además de aumentar la capacidad de resistencia a factores ambientales negativos.

Por otra parte Carrión et al. (1998), plantean que la aplicación de estos abonos va a depender de varios
aspectos, tales como la fuente orgánica de cada territorio, su calidad nutrimental y el costo de transportación
fundamentalmente.
Investigadores como Kodva (1974) infiere que un número muy amplio de estos productos orgánicos puede
ser probado, analizado y mezclado para su utilización como abonos, en conformidad con el clima, el tipo de
suelo, la variedad de cultivos y su concentración, pero entre ellos se destacan los que según la FAO (1979)
los chinos han clasificado de forma general en: desechos animales (estiércoles, orina, sangre, etc.); desechos
agrícolas (pajas, cascarillas, hierbas, rastrojos de cosechas, etc.) y desechos industriales y urbanos (aguas
cloacales, lodos residuales, basuras, etc.).

Montero et al. (1978) y Hadas et al. (1983) basan el empleo de los abonos orgánicos en el valor del contenido
de uno de sus elementos químicos principales como fuente de nutrientes, aplicando distintos materiales
orgánicos a dosis variables de acuerdo con sus contenidos de nitrógeno. Lee y Bartlett (1976) utilizan el valor
del carbono y Kirkham (1982) informan del uso de lodos residuales por sus concentraciones de fósforo.

Pomares y Pratts (1979), Leiros de la Peña et al. (1983), Paretas et al. (1983) y Somani (1983) reportan que
la gran variación encontrada en la composición química de estos abonos, ha provocado que sus aplicaciones
se efectúen fundamentalmente, sobre la base de una unidad de volumen o peso por unidad de superficie en
casi todo el mundo. Al ser usado de esta manera, los materiales orgánicos se van a comportar como
fertilizantes completos, ya que van a aportar tantos macroelementos como microelementos y a su vez servirán
como enmiendas orgánicas por el alto contenido de materia orgánica que por regla general contienen por lo
que van a afectar las características químicas, físicas y biológicas de los suelos donde se utilicen y por lo
tanto los rendimientos de los cultivos ( Gandarilla, 1998 ).

Por su parte Jeavons (1991), plantea que el abonado orgánico es una de las prácticas más importantes para
mantener un suelo productivo y Mayea ( 1993 ) afirma que esto es posible porque los ácidos orgánicos de
estos abonos trabajan sobre los nutrientes del suelo y lo ponen con mayor facilidad al alcance de las plantas.
También Alvarez et al. (1995) informan que estos abonos pueden ser transformados por la acción de los
microorganismos en biofertilizantes de alta calidad nutritiva.
III. MATERIALES Y METODOS

Los experimentos se desarrollaron en un huerto intensivo que es atendido por la Granja “mi ranchito” ,
ubicado en el municipio de fundación Magdalena, durante el año 2017 , sobre un suelo Pardo con Carbonatos
Típico Lavado (Instituto de Suelos, 1994), donde el pH variaba desde ligeramente ácido a neutro, el P2O5 y
el K2O eran altos y el % de materia orgánica era medio (tabla 1).

Tabla 1. Principales características químicas iniciales del suelo por experimento.

PH (1) mg/ 100 g de suelo (2) M.O.(3)


Experimentos
P2O5 K2O
(%)
(KCl)

I. Estiércol vacuno 6.6 94.13 49.58 2.7

II. Humus de lombriz 6.0 43.78 22.40 2.1

III. Residuo de biogás 6.2 49.28 45.66 2.9

(1) Potenciometría

(2) Oniani

(3) Walkley- Black

Los residuales utilizados en los estudios fueron analizados químicamente antes de montarse los experimentos
y sus principales características se presentan en la tabla 2; donde se observa que los contenidos en porciento
de N, P, K y la M.O. se encuentran dentro de los rangos en que deben oscilar estos elementos para ser usados
como abono, según el reporte de otros autores.
Tabla 2. Características químicas más importantes de cada residual.

%
Abonos orgánicos N P K M.O.

I. Estiércol vacuno 1.76 0.75 1.20 59.00

II. Humus de lombriz 2.00 0.50 0.32 49.50

III. Residuo de biogás 2.10 0.75 0.70 49.01

1. Tratamientos, diseño experimental y procesamiento estadístico.

Se estudiaron los siguientes residuales orgánicos por separado y en diferentes momentos: estiércol vacuno
(0, 10, 20 y 30 kg/m2), humus de lombriz (0; 0.3; 0.6; 0.9 ) y 1.2 kg/m2) y el lodo residual de la producción
de biogás (0; 0.5; 1.0; 1.5 y 2.0 kg/m2), en tres momentos de aplicación, al inicio, de forma alterna y en
cada cultivo mediante un diseño de bloques al azar con arreglo factorial y cuatro réplicas. Las parcelas
experimentales contaron de 1 m2 , dejándose área de borde en las mismas.

La evaluación estadística se hizo mediante análisis de varianza de clasificación doble y donde hubo
significación se utilizó la prueba de rangos múltiples de Duncan, para un nivel de significación del 5 %.

2. Aplicación de los abonos orgánicos, rotación de hortalizas y labores agrotécnicas más


importantes.

El estiércol vacuno se aplicó como abonado de fondo según los tratamientos establecidos por m2 y se
incorporó con azada hasta los 15 cm de profundidad, luego fueron levantados y conformados los canteros
quedando listos para la siembra. El humus de lombriz y el lodo de la producción de biogás se aplicaron en
la superficie de los canteros después de conformados y se incorporaron al suelo con rastrillo, en los primeros
cm del mismo.

Para la rotación de hortalizas el productor tuvo en cuenta la demanda de los consumidores y por ello se rotó
con las siguientes: lechuga (Laectuca sativa, L.), cebollino (Allium fitulosum), remolacha (Beta vulgaris,
L.), y rabanito (Raphanus sativus, L.)
3. Análisis final de suelo.

Al finalizar cada investigación se efectuó un muestreo de suelo por parcelas donde se determinó el pH en
KCl, P2O5, K2O y el % de materia orgánica, en este último parámetro, en el caso del experimento de
estiércol vacuno, la determinación se hizo por incineración, debido a que los valores que se obtuvieron por
el método de Walkley- Black subestimaban el contenido real de este elemento en el suelo, lo cual estaba
relacionado con la dosis de estiércol vacuno utilizada por tratamientos. También en este experimento se
determinó el límite crítico externo de materia orgánica, el cual se obtiene ploteando en un sistema de ejes
cartesianos el rendimiento relativo vs la concentración de materia orgánica en el suelo (Cate y Nelson, 1965).

4. Cosecha y análisis económico.

Tabla 3. Costo total de los materiales empleados.

APLICACIÓN
MATERIA TRANSPORT TOTAL
$/m
ABONOS L E
$/kg/m2
2
ORGANICOS
$/kg $/kg

ESTIERCOL 2,75 17.50 14,30 34,55


VACUNO

HUMUS DE 16.47 16,80 12,35 45,62


LOMBRIZ

RESIDUOS DE 11,96 16,80 11,98 40,74


BIOGAS

Para determinar el rendimiento en cada cosecha, se tomó el peso de las hortalizas por parcelas en kg/m2 y
para el análisis económico se consideró el precio de venta de los productos hortícolas ($182,091.29kg). En
el caso de los costos de los materiales utilizados se calculó el precio de cada abono orgánico ($/kg) de acuerdo
a los precios vigentes en moneda nacional; para la transportación se estimó en base $38,134.86 El viaje de
4 t/10 km de radio y la aplicación a $952.75/cantero de 50 m2 (tabla 3).
IV. RESULTADOS Y DISCUSIÓN

1. Experimento estiércol vacuno.

El efecto ejercido por el estiércol vacuno sobre el rendimiento de las hortalizas y su frecuencia de aplicación
en el acumulado de cosechas, se presentan en las figuras 1 y 2, debido a que no existe interacción entre estos
dos factores; se observa en el primer caso (figura 1) que la dosis de 10 kg/m2, elevó los rendimientos casi el
doble con respecto al testigo, siendo superior estadísticamente a las otras dos dosis en estudio.

30

25

20

15

10 20 30

Figura 1. Influencia del estiércol vacuno sobre el


rendimiento de las hortalizas (Acumulado de 6
cosechas)

Es importante destacar que a pesar de que los contenidos iniciales de P2O5 y K2O del suelo eran altos, el
testigo presentó rendimientos bajos, lo cual pudiera deberse a un desequilibrio nutricional, que con la
aplicación del abono tiende a estabilizarse por el efecto favorable que causan en las propiedades físicas,
químicas y biológicas del suelo; Yagodin (1986) plantea que los estiércoles son ricos en microflora aportando
gran cantidad de microorganismos y Szegi (1988) afirma que al llegar estos materiales al suelo producen
cambios en sus propiedades físicas y químicas, que provocan que los procesos biológicos sufran profundas
transformaciones, intensificándose la actividad biológica y por consiguiente que ocurra un mejor
aprovechamiento de los nutrientes por las plantas.

Por otro lado Alonso et al. (1996) expresan que la materia orgánica es el factor principal que determina la
fertilidad del suelo y por tanto si el contenido final de materia orgánica del experimento fue de 5,5 % (gráfico
3) y el límite crítico externo determinado fue de 11,5 % ( tabla 4 ), la dosis óptima encontrada (10 kg/m2)
alcanzó 14,5 % de este importante parámetro, el cual cubrió las expectativas con respecto al límite crítico y
es otro elemento que justifica el comportamiento del testigo y el alza en los rendimientos.

Tabla 4. Nivel crítico de materia orgánica en el suelo.

No. de % de Materia Orgánica (1)


Tipo de Hortaliza
cosecha Nivel R2
Critico
1 Cebollino 11.5 0.50
2 Cebollino 11.5 0.53
3 Cebollino 11.5 0.53
4 Rabanito 11.5 0.74
5 Acelga 11.5 0.59
6 Remolacha 11.5 0.54

Inicio A lternas E n c ada c ultivo

Figura 2. Frecuencia de aplicación del estiércol


v acuno.
La incorporación del estiércol en las dosis y frecuencia de aplicación establecidas también influyeron sobre
las principales características químicas del suelo (figura3), donde se observa que los valores de P2O5, K2O
y el % de materia orgánica aumentaron sus contenidos con respecto al testigo; este efecto está relacionado
con los aportes que el estiércol le transfiere al suelo de P2O5, K2O y materia orgánica (Tabla 2); y sí se
tiene en cuenta, la dosis recomendada como optima (10 kg/m2) y la frecuencia con que se aplicó, que fue
tres veces durante el ciclo de seis hortalizas, se alcanza un acumulado final de este abono en el suelo de (30
kg/m2), ocurriendo lo mismo con las otras dos dosis en estudio; esto justifica el incremento obtenido en
estos parámetros químicos del suelo con respecto al testigo. Por otro lado el aumento ascendente que
experimenta el % de materia orgánica, esta dado por el alto contenido de este elemento en el estiércol vacuno
como puede verse en la tabla 2 y se justifica también por lo explicado anteriormente con relación a la dosis
y frecuencia de aplicación empleadas.

Con respecto al K2O, a pesar de que los contenidos son altos y aumentan con la aplicación del estiércol,
por las causas explicadas anteriormente, no llegan a los valores alcanzados por el P2O5 y esto se debe en
primer lugar a que el K2O del estiércol es muy soluble como lo afirma Spiess et al (1992), además este
elemento se mueve mucho en el suelo y el régimen de riego a que son sometidos estas tierras provocan que
el mismo se vaya lavando; también las hortalizas extraen una gran cantidad de este elemento y lo exportan
con las cosechas. Pérez et al (1998) en sustratos de organopónico también reportan movimiento del K2O
hacia las capas inferiores de los mismos con un régimen de riego parecido al de los huertos; además de las
grandes extracciones que los cultivos hortícolas hacen en estas condiciones.

Esta respuesta brinda la posibilidad de poder explotar estos suelos de forma continúa, ya que a pesar de
haberse realizado seis cosechas, los principales parámetros químicos del suelo mantienen contenidos altos,
con la dosis y frecuencia de aplicación empleada.

Arias et al.(1996), Heredia et al.(1996) y Pérez et al. (1997) reportan también incrementos en los contenidos
de los principales elementos químicos, pero en estudios hechos en sustratos de organopónicos.
Otra alternativa más que se le brinda a los productores hortícolas es la utilización del humus de lombriz, que
a diferencia del caso anterior se aplica en la superficie del cantero después de preparado el mismo y sus dosis
y forma de aplicación se exponen y discuten en las tablas 5 y 6, por no existir efecto conjunto entre los
factores.
2. Experimento humus de lombriz.

Tabla 5. Efecto de las dosis de humus de lombriz sobre el rendimiento acumulado.

Dosis humus de lombriz Rendimiento


(kg/m2) (kg/m2)
0.0 27.25 d
0.3 37.70 c
0.6 44.10 a
0.9 41.39 b
1.2 37.83 c
ES 0.7889 *
Xmedia

Tabla 6. Formas de aplicación del humus del Lombriz (Rendimiento)

Formas de Rendimiento
aplicación (kg/m2)
Al inicio 35.96 b
Alternamente 38.64 a
En todo cultivo 38,04a
Es x 0,611*

A, b, c ... Medias con letras iguales no difieren a p≤0,05 según la prueba de Rango Múltiple de Duncan.

En el primer caso el testigo alcanzó el peor valor, siendo la dosis de 0.6 kg/m2 de humus la de mayor
rendimiento con un acumulado por encima de los 40 kg/m2 de hortalizas. Este efecto favorable que el humus
de lombriz causa en el suelo y que repercute en el rendimiento de los cultivos, se debe no solo a los aportes
de nutrientes y materia orgánica que se logran con su adicción, sino también hay muchos autores que
consideran esta parte como la más importante, la cantidad de microorganismos, encimas y sustancias
estimuladoras en general que se añaden con este bioabono; así asegura Delgado (1990) que esto se debe al
efecto aditivo de sus características físicas, químicas, biológicas y energéticas, las cuales interactúan
favoreciendo el crecimiento, desarrollo y proceso morfogenético de
3. Experimento lodo de biogás.

Tabla 7. Efecto de las dosis de lodo residual sobre el rendimiento acumulado.

Dosis de lodo Rendimiento


residual (kg/m2) (kg/m2)
0.0 12.25 d
0.5 18.39 b
1.0 20.99 a
1.5 16.39 c
2.0 16.36 c
ES x 0.2658 *

Tabla 8. Formas de aplicación del lodo residual

Formas de Rendimiento
aplicación (kg/m2)
Al inicio 16.34 b
Alternamente 17.73 a
En todo cultivo 16.67 b
ES x 0.2059*
A, b, c ... Medias con letras iguales no difieren a p≤0,05 según la prueba de Rango Múltiple de Duncan.

En la influencia de la dosis, con 1 kg/m2 del lodo se alcanzan los más altos rendimientos, mientras que el
testigo presentó los más bajos valores, este resultado obedece a la incidencia positiva que este abono causa
en las propiedades del suelo, fundamentado por las buenas características que este residual posee en su
composición, pues como informa Arcia et al. (1986) el residuo producido a partir de la cachaza presenta
valores de sus elementos en (%) similares a los de la propia fuente sin procesar y que existe una mayor
disponibilidad de los nutrientes asimilables en el lodo como consecuencia del proceso de fermentación
anaeróbica a que fue sometido. Por otro lado De la Peña et al. (1982) plantea que es un material rico en
sustancias húmicas y esto es vital para el mejoramiento de las propiedades físicas del suelo.

Esta respuesta guarda una estrecha relación con el resultado que se obtiene cuando se analiza el contenido
final de las principales características químicas del suelo al termino del estudio, por la incidencia que el lodo
causa sobre las mismas (figura 5) donde se aprecia que el testigo mostró los más bajos contenidos de P2O5,
K2O y el % de materia orgánica, aumentando estas de forma general con los tratamientos que portaban el
abono, este resultado se justifica por las características favorables que este residual posee, al incorporarle
al suelo cantidades suficientes de P2O5, K2O y materia orgánica, estando esto en correspondencia con las
dosis y frecuencia de aplicación empleadas, pues cuando se aplicó 1kg/m2 del lodo, tres veces durante el
ciclo, se alcanzo un acumulado final equivalente a 3kg/m2 en las parcelas que les correspondía, ocurriendo
así con las otras dosis y frecuencias en estudio, lo cual reafirma la respuesta obtenida. En este caso la
materia orgánica presento una respuesta similar a la obtenida con el humus de lombriz, sin embargo el K2O
se comporto diferente al presentar contenidos tan altos como los del P2O5.

Este resultado demuestra al igual que en los casos anteriores, que con la dosis y frecuencia de aplicación
empleadas, además de incrementarse los rendimientos se logra un nivel de fertilidad en el suelo que permite
su explotación.
CONCLUSIONES

 La utilización de 10 kg/m2 de estiércol vacuno, 0.6 kg/m2 de humus de lombriz y 1 kg/m2 del lodo
residual de la producción de biogás, aplicados por separado cada dos cosechas durante la rotación de
seis hortalizas, elevan los rendimientos por encima de 20 kg/m2.
 El efecto residual de los abonos orgánicos en cada estudio es duradero hasta dos cosechas solamente.
 Los contenidos de P2O5, K2O y el % de materia orgánica del suelo se vieron favorecidos al finalizar
los estudios con las dosis y formas de aplicación empleadas, lo que permite la explotación intensiva
de estas tierras.
 El límite crítico externo de materia orgánica (11.5 %) es una referencia importante, no determinada
aún en el país en huertos intensivos y en este caso la dosis óptima de estiércol vacuno encontrada
logra un contenido de este elemento en el suelo por encima de su valor.
 La utilización de estas alternativas cada una por separado brinda un beneficio económico que oscila
entre $ 8,580.28 y $ 17,160.55 m2/año y le permite al productor contar con variantes de fertilización
en dependencia de las posibilidades que tenga cada lugar.
BIBLIOGRAFÍA

 Abad, M.; Sustratos Hortícolas. En: Curso de Agricultura Urbana. INIFAT-AECI. La Habana.
Cuba, 1997: 13-18.
 Alonso, R.M.; N. Companioni; M. Carrión y E. Peña: La materia orgánica y la producción de abonos
orgánicos. Seminario- Taller Regional. La Agricultura Urbana y el Desarrollo Rural Sostenible. 5- 9
Dic. La Habana, Cuba;1996: 49-56.
 Alonso, R.M.; N. Companioni y E. Peña: La materia orgánica y la producción de abonos orgánicos.
Curso de Agricultura Urbana. INIFAT- AECI, 1997: 18-30.
 Aldag, R.W. y H. Dohler: Ammonia volatilization from soil fertilized with liquid cattle manure. In:
Tran. of XIII Congress of the Int. Society of soil Science. Hamburg. Vol. III, 1986: 664.
 Alvarez, M.; M. García y E. Treto: Los abonos verdes una alternativa natural y económica para la
agricultura. Revisión bibliográfica. Cultivos Tropicales. INCA. 16(3), 1995: 9-24.
 Anónimo: Guía Práctica para su Huerto Familiar Orgánico; 1998: 1-10.
 Apfelthaler, R.: Soil nitrogen balance and energy eficiency influenced by application of organic
matter of different stability and by NPK-fertilization. In Studies about
 Humus. Trans. of the VIIIth, Int. Simposium humus et planta. Prague. Vol. II, 1983: 289.
 Altieri, M.A.: Agroecología. Base científica para una agricultura sostenible. Tercera Edición. La
Habana, Cuba, 1997: 211-221.
 Arcia, F.J.; A.G. Núñez; Y. Amorós y L.A. Mustelier: Uso agrícola del lodo de la producción de
biogás a partir de la cachaza. Revista Cuba Azúcar, Oct/Dic, 1986: 3.
 Arias, E.; N. López y A. Guerrero: Sustratos para sistemas de organopónicos, alternativas para el
mantenimiento de sus propiedades. IV Jornada Científica del Instituto de Suelos y II Taller Nacional
sobre Desertificación. Resúmenes, 1996: 36.
 Arias, E.; N.L. Santa Cruz y A. Guerrero: Sustratos para sistema de organopónicos. Alternativas para
el mantenimiento de sus propiedades. VII Jornada Científica. Taller- INIFAT. MINAG, 1996: 54.
 Archivo Asociación de Cultivos Varios, 1999: 4.
 Arzola, N. y P. Cairo: Monografía sobre Suelos y Fertilización de la Caña de Azúcar.
 Univ. Central, 1985: 131.
 Ayanaba, A. y B. N. Okigbo: cubierta de protección para mejorar la fertilidad del suelo y la
producción agrícola. In. Materias orgánicas fertilizantes. Boletín sobre suelos. No. 27 de la FAO,
1976: 32.

También podría gustarte