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Sistema de las Naciones Unidas

La Organización de las Naciones Unidas fue creada con el objetivo


fundamental de garantizar el mantenimiento de la paz y la seguridad
internacionales. Este objetivo parte de una concepción integral de la paz,
que no incluye sólo la sanción coyuntural de violaciones de la prohibición de
la amenaza y el uso de la fuerza, sino también el fomento del respeto de los
derechos humanos, el desarrollo económico y social internacional, la
cooperación internacional y el fomento de la libre determinación e igualdad
de los pueblos como base de las relaciones amistosas entre naciones. Para
garantizar esta paz integral, se ha creado un complejo entramado de
organizaciones y organismos de naturaleza universal y sectorial, que forma
el llamado sistema de las Naciones Unidas.

Todos los Tratados Internacionales de DDHH crean órganos que supervisan su


cumplimiento, ante los cuales los Estados deben presentar revisiones periódicas.

En el Sistema Universal de Protección de los DDHH de las Naciones Unidas


(SUDH), estos órganos se llaman Comités, los cuales también reciben el nombre
de órganos de tratados o convencionales.
En el Sistema Interamericano de Protección de DDHH (SIDH), dicha labor está a
cargo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y de
la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH).
Asimismo, tanto en el sistema universal como el interamericano, existen
Procedimientos o Mandatos Especiales, ejercidos por expertos/as que actúan en
nombre propio y de manera independiente en la vigilancia y protección de los
DDHH por temas o países.

A estos expertos se les denomina Relatores Especiales y Grupos de Trabajo con


mandatos temáticos (SUDH) y Relatores de la Comisión Interamericana de
DDHH (SIDH). No reciben sueldo ni ninguna otra retribución financiera por el
trabajo que realizan.
Las principales facultades de los Relatores son:

1. Recibir y examinar comunicaciones, debidamente documentadas, sobre


violaciones de DDHH.
2. Realizar investigaciones sobre las situaciones denunciadas, incluyendo visitas
en terreno (In Loco).
3. Realizar audiencias para el examen de casos y situaciones de violación de
DDHH.
4. Elaborar y publicar informes anuales y especiales.
5. Tramitar casos ante órganos jurisdiccionales internacionales.
6. Recomendar a los Estados la adopción de medidas de protección de derechos.
En casos graves, pueden solicitarse medidas urgentes.

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El Sistema Universal de Protección de los Derechos Humanos (SUDH) es el conjunto
de normas sustantivas y procesales, así como de organismos con alcance
internacional, pertenecientes a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), cuyo
fin es la promoción y la protección de los derechos humanos universales.
El SUDH está integrado por el Sistema de Tratados y el Sistema de Órganos.
Sistema de Tratados de Derechos Humanos
Los Tratados de Derechos Humanos son los instrumentos adoptados por el Derecho
Internacional para darle una base jurídica a la protección de los derechos humanos.
Son firmados y ratificados voluntariamente por los Estados en ejercicio pleno de su
soberanía.
A través de ellos, los Estados adquieren las obligaciones internacionales de:

 Respetar o No interferir o limitar el disfrute de los Derechos Humanos.


 Proteger o Impedir que se lesionen los Derechos Humanos de las personas.
 Realizar o Adoptar medidas y leyes positivas para asegurar su disfrute.

Cada uno de los tratados internacionales prevé la creación de un Comité que se


encarga de la supervisión y monitoreo de la implementación de las obligaciones
adquiridas por los Estados.
Tratados de Derechos Humanos ONU-OEA
Sistema de Órganos de Derechos Humanos
El Sistema de Órganos, comprende:

1. Los Órganos Convencionales, que son Comités de expertos independientes


creados por los tratados internacionales.

2. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos


(ACNUDH).
3. Los Procedimientos Especiales: Expertos Independientes, Relatores Especiales
y Grupos de Trabajo.
4. El Consejo de Derechos Humanos (HRC).

Si bien estos órganos son los principales encargados de llevar a cabo las funciones
de promoción y protección de los derechos humanos, todo el sistema de las
Naciones Unidas debe tener dentro de sus propósitos «el desarrollo y estímulo del
respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales de todos, sin
hacer distinción por motivos de raza, sexo, idioma o religión», tal como establece el
artículo 1 de la Carta de las Naciones Unidas.
En este sentido, dentro de las Naciones Unidas existen otros organismos que
desarrollan, promueven y protegen los derechos humanos, como son la Asamblea
General, la Corte Internacional de Justicia, el Consejo Económico y Social (ECOSOC),
la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y los organismos de cooperación
(PNUD, ACNUR, OMS, UNESCO, ONUSIDA, UNICEF, etc.).
I. Los Comités u Órganos Convencionales
Los Órganos Convencionales son el conjunto de Comités que se desprenden de
cada uno de los tratados internacionales y que tienen la función de supervisar y
evaluar de forma periódica las obligaciones de los Estados estipuladas en sus
disposiciones. Reciben el nombre de «Convencionales» porque cada Comité
proviene de una convención internacional firmada en el seno del Sistema Universal.
Los comités están conformados por un grupo de expertos independientes que
actúan en nombre propio y de manera independiente. Cumplen su función de
supervisar y hacer seguimiento de la aplicación de los pactos a través de exámenes
periódicos que realizan a los Estados Parte, conforme a Observaciones
Generales que facilitan lo concerniente a lograr de manera progresiva y eficaz la
plena realización de los derechos reconocidos en cada Pacto.
¿Qué Comités conforman el Sistema Universal?
Actualmente existen 10 comités que se desprenden de 9 pactos internacionales de
derechos humanos:

1. Comité de Derechos Humanos (Proveniente del Pacto Internacional de


Derechos Civiles y Políticos) – CCPR
2. Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales – CESCR
3. Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial – CERD
4. Comité para la Eliminación de la Discriminación Contra la Mujer – CEDAW
5. Comité Contra la Tortura – CAT
6. Subcomité para la Prevención de la Tortura (Proviene del Protocolo Facultativo
del Pacto Internacional Contra la Tortura y Otros Tratos Crueles, Inhumanos y
Degradantes) – SPT
7. Comité de los Derechos del Niño – CRC
8. Comité para la Protección de los Derechos de Todos los Trabajadores
Migratorios y sus Familias – CMW
9. Comité Sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad – CRPD
10. Comité Contra las Desapariciones Forzadas – CED

Para formar parte de estos comités, el Estado venezolano tiene que haber firmado
y ratificado las convenciones que los han creado. En este sentido, Venezuela es
parte de todos los Comités, excepto por:
1. Subcomité para la Prevención de la Tortura
2. Comité para la Protección de los Derechos de Todos los Trabajadores
Migratorios y sus Familias
3. Comité Contra las Desapariciones Forzadas

¿Qué examinan los comités?

1. Legislación
2. Normas y procedimientos administrativos
3. Diversas prácticas nacionales

Con el objetivo de ajustarlas a la norma y espíritu del Pacto.


Para ello, el Estado debe:

1. Realizar un diagnóstico de la situación existente, de forma general y detallada.


2. Facilitar el examen público de las políticas adoptadas.
3. Proporcionar una base para evaluar de manera efectiva la medida en que se han
hecho progresos hacia el cumplimiento de las obligaciones.

¿Cómo se llevan a cabo los exámenes de los tratados internacionales?


Presidentes de los Órganos de Tratados de la ONU
II. Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos es
el principal funcionario en derechos humanos de las Naciones Unidas. Forma parte
de la Secretaría General y ocupa el cargo de Secretario/a General Adjunto.
El Alto Comisionado fue creado en 1993 mediante la resolución 48/141 de la
Asamblea General con base a la recomendación realizada por la Declaración y
Programa de Acción de Viena en el marco de la Conferencia Mundial de Derechos
Humanos. Su equipo de trabajo está constituido por las unidades que integran
la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos
Humanos (OACNUDH). Su mandato consiste en:

 Promover y proteger el goce y la plena realización de todos los derechos


humanos contenidos en la Carta de las Naciones Unidas, la Declaración
Universal de los Derechos Humanos y todas las leyes y convenciones
internacionales de derechos humanos.
 Desempeñar las tareas que le asignen los órganos competentes en materia
de derechos humanos y realizar recomendaciones para mejorar la promoción
y protección de los derechos humanos.
 Promover y proteger el derecho al desarrollo y ampliar el apoyo de los
órganos de las Naciones Unidas a estos efectos.
 Proporcionar asistencia técnica y financiera y servicios de asesoramiento a
los órganos regionales, Estados y otras instituciones interesadas, incluyendo
las organizaciones de la sociedad civil, con el objetivo de mejorar la
promoción y protección de los derechos humanos.
 Coordinar los programas de educación e información pública y las
actividades de las Naciones Unidas en materia de derechos humanos.
 Desempeñar un papel activo en la tarea de eliminar los actuales obstáculos
y hacer frente a los desafíos para la plena realización de los derechos
humanos.
 Prevenir violaciones a los derechos humanos.
 Entablar diálogos con los gobiernos y las organizaciones de la sociedad
civil, con el objetivo de asegurar el respeto de los derechos humanos.
 Ampliar la cooperación internacional para la promoción y protección de los
derechos humanos.
 Racionalizar, adaptar, fortalecer y simplificar el mecanismo de las
Naciones Unidas en la esfera de los derechos humanos con miras a
aumentar su eficiencia y eficacia.

Desde el año 2014 el cargo del Alto Comisionado es ocupado por el jordano Zeid
Ra’ad Al Hussein.
III. El Consejo de Derechos Humanos
El Consejo de Derechos Humanos es el órgano intergubernamental de las Naciones
Unidas cuya función es la promoción y protección de los derechos humanos. Es
subsidiario de la Asamblea General.
En 1946 fue creada la Comisión de Derechos Humanos, con el objetivo de establecer
la estructura jurídica e internacional de protección de los derechos humanos y libertades
fundamentales. Fue extendiendo su mandato hasta llegar a encargarse de todos los
asuntos relativos a los derechos humanos en el mundo. Representaba un foro en el
cual todos los países, las organizaciones no gubernamentales y los defensores de
derechos humanos podían exponer sus inquietudes con respecto a los derechos
humanos. Estaba compuesta por 53 Estados Miembros y en las sesiones participaban
también Estados observadores y representantes de organizaciones no
gubernamentales.
La Comisión fue sustituida por el Consejo de Derechos Humanos mediante
la resolución 60/251 de la Asamblea General, de fecha 3 de abril del 2006.
¿Por qué se sustituyó la Comisión de Derechos Humanos por el Consejo?. De
la resolución 60/251 se desprenden las siguientes razones:

 La importancia de garantizar la universalidad, objetividad y no


selectividad en el examen de las cuestiones relativas a los derechos humanos,
y de eliminar el doble rasero y la politización.
 La necesidad de que la promoción y protección de los derechos humanos se
basen en un diálogo genuino que cumpla con el principio de fortalecer a los
Estados para que cumplan con sus obligaciones.
 La necesidad de reafirmar los propósitos y principios de la Carta de las Naciones
Unidas, en particular el de fomentar entre las naciones relaciones de
amistad basadas en el respeto al principio de la igualdad de los derechos y la
libre determinación de los pueblos. También incluye la necesidad de
la cooperación internacional en la solución de problemas internacionales de
índole económico, social, cultural o humanitario, y el desarrollo y respeto a los
derechos humanos y libertades fundamentales de todas las personas.

De esta forma, el Consejo de Derechos Humanos asume la función y las


atribuciones de la Comisión de Derechos Humanos en base a la resolución de la
Asamblea General 48/141 del 20 de diciembre de 1993. Como heredero de la
Comisión de Derechos Humanos, las funciones del Consejo no han variado
sustantivamente. Éstas son:

 Promover el respeto universal de todos los derechos humanos para todas las
personas.
 Ocuparse de las situaciones de violaciones a derechos humanos y formular
recomendaciones al respecto.
 Promover la coordinación de los organismos de derechos humanos y la
incorporación de estos en la actividad general del sistema de las Naciones
Unidas.
 Promover la educación y el aprendizaje sobre derechos humanos
 Prestar asistencia técnica y asesoramiento a los Estados con su
consentimiento.
 Servir de foro de discusión de todas las cuestiones relativas a los derechos
humanos.
 Formular recomendaciones a la Asamblea General para seguir desarrollando
el derecho internacional de los derechos humanos.
 Promover el cumplimiento de las obligaciones de los Estados en materia de
derechos humanos.
 Hacer seguimiento a los compromisos y objetivos relativos a derechos
humanos que emanen de las conferencias y cumbres de las Naciones Unidas.
 Contribuir a la prevención de las violaciones a los derechos humanos mediante
el diálogo y la cooperación internacional.
 Responder con prontitud las situaciones de emergencia en derechos
humanos.
 Cooperar en la esfera de los derechos humanos con gobiernos, organizaciones
regionales, instituciones nacionales de derechos humanos y sociedad civil.

Este nuevo órgano intergubernamental está compuesto por 47 Estados en base a


una distribución equitativa geográficamente. Son electos por la Asamblea General
para un período de tres años, pudiendo ser reelectos de manera inmediata sólo una
vez. Los asientos se reparten de la siguiente forma:

 Estados de África: trece


 Estados de Asia: siete
 Estados de Europa Oriental: seis
 Estados de América Latina y el Caribe: ocho
 Estados de Europa Occidental y otros: siete

Venezuela fue electa en el año 2013 para formar parte del Consejo hasta el 2105.
El 28 de octubre del 2015 fue reelecta hasta el año 2018.
Para formar parte del Consejo de Derechos Humanos, Venezuela presentó ante la
Asamblea General unos compromisos voluntarios: una serie de medidas y acciones
que tomaría con el objetivo de proteger y mejorar la situación de derechos humanos
en el país.
Compromisos voluntarios del Estado venezolano presentados en el 2012.
¿Cómo cumple el Consejo de Derechos Humanos con sus funciones?
El Consejo revisa y discute sobre la situación de los derechos humanos en todos los
Estados Parte de las Naciones Unidas con el objetivo de adoptar resoluciones o tomar
decisiones, las cuales pueden tomar la forma de recomendaciones o el ofrecimiento de
asistencia técnica.
Para ello, el Consejo se reúne en sesiones ordinarias por lo menos tres veces al año y,
a solicitud de alguno de sus miembros, puede reunirse en sesiones especiales. Además
de las reuniones plenarias, el Consejo se apoya en otros procedimientos, mecanismos
y órganos subsidiarios para poder cumplir su función. Estos son:

 Examen Periódico Universal.


 Titulares de Mandatos Especiales en derechos humanos.
 Comité Asesor.
 Denuncias Individuales.

III.1. Titulares de Mandatos Especiales en Derechos Humanos: Relatores/as,


Grupos de Trabajo y Expertos
Son expertos independientes designados por el Consejo de Derechos Humanos.
Trabajan a nombre propio, no a nombre de un Estado, no forman parte del staff de las
Naciones Unidas y no reciben remuneración alguna por su trabajo. Su función es la de
monitorear la situación de los derechos humanos dentro del tema o el país que
constituye su mandato, promover y proteger los derechos humanos y responder
efectivamente ante una situación de violación.
Los mandatos pueden ser asignados a individuos, que reciben el nombre de Relatores
Especiales o Expertos Independientes, o a un Grupo de Trabajo, conformado
generalmente por cinco expertos provenientes de las cinco regiones del mundo. Los
mandatos pueden ser temáticos o por país.
Manual de Procedimientos Especiales (HRC)
El artículo 9 del Manual de Procedimientos Especiales (2008) asigna las siguientes
tareas a los titulares de Mandatos Especiales:

 Analizar la situación de los derechos humanos que constituye su mandato,


incluyendo visitas in situ.
 Asesorar sobre las medidas que deberían ser tomadas por el gobierno.
 Alertar al sistema de las Naciones Unidas y a otros Estados sobre situaciones
que pudiesen constituir violaciones a los derechos humanos. Para ello, pueden
utilizar el sistema de alerta temprana y abogar por medidas preventivas.
 Abogar por los derechos de las víctimas de violaciones, lo cual puede incluir
requerir al Estado que tomen acciones urgentes o que responda ante una
situación de derechos humanos y le haga seguimiento.
 Activar a la comunidad internacional para que tome acciones pertinentes con el
objetivo de proteger y promover los derechos humanos.
 Hacer seguimiento a las recomendaciones realizadas.

Los titulares de estos mandatos pueden hacer uso de cualquier fuente de información
que consideren creíble y relevante. Muchas veces son los primeros o los únicos que
pueden informar sobre violaciones a los derechos humanos en uno o varios países sin
que tenga que mediar una convención.
Para cumplir con sus funciones, los titulares de mandatos pueden llevar a cabo las
siguientes actividades:

a) Visitas a los Estados: previa invitación estatal, un Relator, Experto o Grupo de


Trabajo puede visitar un país para estudiar la situación de los derechos objeto de su
mandato. Posteriormente, entablará un diálogo con el Estado sobre los resultados de
la visita y presentará un informe ante el Consejo de Derechos Humanos.
b) Comunicaciones con los Estados.
c) Otras: Los responsables de los mandatos pueden llevar a cabo otras actividades que
les sean solicitadas, como preparar informes temáticos, realizar visitas de trabajo o
académicas, participar en foros, entre otros.
Todos los Titulares deben presentar un informe anual ante el Consejo de Derechos
Humanos. En cada informe, los titulares dan cuenta de las actividades que han llevado
a lo largo del año, así como aquellas situaciones que son motivo de preocupación para
el Sistema Universal.
Venezuela no ha permitido la visita oficial al país de Titulares de Mandatos desde
el año 1998, a pesar de reiterados recordatorios al Estado de la obligación que tiene
de colaborar con el Sistema.
III.2. El Comité Asesor del Consejo de Derechos Humanos
El Comité Asesor del Consejo de Derechos Humanos es un órgano subsidiario
compuesto por 18 expertos independientes que actúan en nombre propio. Tal como
queda establecido en la Resolución 5/1, su función es la de colaborar con el
Consejo proporcionándole conocimientos especializados en las materias que el
Consejo le solicite, en forma de estudios o investigaciones.
El Comité Asesor se encuentra bajo la dirección y supervisión del Consejo y sólo puede
actuar dentro del ámbito de la promoción y la protección de los derechos humanos. No
aprueba resoluciones o toma decisiones, pero sus investigaciones son utilizadas por el
Consejo para cumplir con ese fin.
Los 18 miembros del Comité son electos cada 3 años y pueden ser reelectos una vez
en base a un balance geográfico y de género. Son escogidos por los Estados miembros
del Consejo de una lista de candidatos que ellos mismos han propuesto.
El Consejo les ha dado el mandato de relacionarse activamente con los Estados, las
instituciones nacionales de derechos humanos y miembros y organizaciones de la
sociedad civil.
Ante la reciente participación de representantes de la Organización de las Naciones
Unidas (ONU) presentes en Venezuela en actos relacionados con la situación
política del país, los días 10 y 12 de enero de 2019, y en favor de un marco de
condiciones que propicie el urgente y necesario acceso a planes y mecanismos de
asistencia y cooperación humanitaria internacional en las dimensiones y alcances
requeridos para garantizar la protección de los derechos humanos de la población
venezolana, los cuales deben ser creíbles, coherentes, efectivos y transparentes, las
organizaciones de la sociedad civil que suscriben hacemos el siguiente
pronunciamiento público:
1. Desde el año 2015, la sociedad civil venezolana ha realizado un esfuerzo
sostenido por alertar, con base en evidencias, sobre la emergencia humanitaria
compleja de gran escala, severidad y urgencia que atraviesa Venezuela, la cual tiene
su origen en políticas gubernamentales dirigidas al desmantelamiento del Estado
de Derecho y del orden democrático; la destrucción de las capacidades económicas
e institucionales del país, privando a millones de venezolanos de bienes y servicios
esenciales y al uso de la coerción y la violencia por medios estatales contra quienes
cuestionan o se oponen a estas políticas. Todo esto ha tenido lugar a costa de
extensos y profundos sufrimientos y daños a la población venezolana, ante lo cual
el gobierno ha ignorado y criminalizado el derecho a la cooperación y a la asistencia
humanitaria internacional exigido por las personas afectadas, las organizaciones de
la sociedad civil, la Asamblea Nacional, la Oficina del Alto Comisionado de las
Naciones Unidas para los Derechos Humanos, los Comités de los Órganos de
Tratados Internacionales y Relatores Especiales del Sistema de Protección
Universal de Derechos Humanos, la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos, la OEA, la Unión Europea, Mercosur y países de varios continentes.
2. Frente a la emergencia humanitaria y las múltiples violaciones de los derechos
humanos, hasta el año 2016 la mayoría de las agencias del Sistema de Naciones
Unidas en el país guardaron silencio, ocultaron información y decidieron aceptar
las restricciones y condiciones impuestas por el gobierno nacional a la
implementación de programas de cooperación, subestimando o sin tomar en
cuenta las denuncias, los informes y el evidente deterioro económico y social del
país, alegando limitaciones por no contar con datos oficiales y estar supeditados al
marco de cooperación de Naciones Unidas en curso, acordado con el gobierno. Ello
fue denunciado por 82 organizaciones en carta pública de junio de 2016 al entonces
Secretario General de las Naciones Unidas, Bank Ki-Moon, como faltas a las
normas de las Naciones Unidas recogidas en las directrices de “Los Derechos en
Primer Lugar”. Según las mismas, todas las agencias del sistema tienen
responsabilidad con la protección de los derechos humanos y deben informar
oportunamente sobre su violación, por encima de los intereses de los Estados. De
haberlo hecho, hubiesen podido contribuir a evitar el agravamiento de la
emergencia y prevenir sus amenazas para la vida y el bienestar de la población. En
agosto de 2016, Ban Ki-Moon describió la situación de Venezuela como una crisis
humanitaria creada por la inestabilidad política. Sin embargo, las faltas de omisión,
consentimiento e inacción de las agencias se mantuvieron hasta el año 2018.
3. Como consecuencia de lo expuesto en los puntos anteriores, la emergencia fue
aún más grave en los derechos a la salud, alimentación, ambiente, educación,
trabajo e ingresos económicos, seguridad personal y acceso a servicios básicos
(agua, electricidad, gas, telecomunicaciones y transporte público), aunado a las
severas restricciones a las libertades y derechos democráticos bajo un permanente
Estado de Excepción, la inhabilitación de la Asamblea Nacional y la elección
fraudulenta de una Asamblea Nacional Constituyente. Todo ello, unido a la
negativa del gobierno de reconocer la emergencia humanitaria y aceptar la
cooperación y la asistencia internacional y después de intensas protestas pacíficas
que fueran fuertemente reprimidas a través de detenciones masivas, torturas,
ejecuciones extrajudiciales y asesinatos por parte de cuerpos de seguridad del
Estado y de grupos civiles violentos, provocó en 2017 una creciente migración
forzada de venezolanos y una crisis de movilidad humana, obligando a que las
agencias de Naciones Unidas y otros actores humanitarios activaran operaciones en
frontera y se aprobaran recursos de emergencia en 2018 a través del Fondo Global
de Asistencia Humanitaria (CERF). 64% de estos recursos se destinaron a la
atención de personas refugiadas y migrantes provenientes de Venezuela en países
de América Latina y el Caribe. ACNUR debió aprobar nuevas directrices para
proteger a los venezolanos en continua huida del país por inseguridad y violencia,
falta de alimentos, medicamentos o acceso a servicios sociales esenciales y pérdida
de ingresos. Además, se creó la Plataforma Regional de Coordinación
Interinstitucional entre la OIM y ACNUR, que en conjunto formularon el Plan de
Emergencia para Refugiados y Migrantes en Venezuela 2019. Entró así Venezuela
por primera vez en el Plan Humanitario Global 2019 de OCHA6, donde la
migración venezolana figura como “el mayor éxodo experimentado en América
Latina y el Caribe en su historia moderna” con más de 3.4 millones de refugiados y
migrantes.
4. Hacia Venezuela, sin embargo, continuaron las restricciones de acceso a la
cooperación y a la asistencia humanitaria de Naciones Unidas, aun cuando en 2018
se firmaron acuerdos con la OMS, OPS y UNICEF y otras agencias para ejecutar
fondos del CERF muy insuficientes y de limitada efectividad para la escala de la
emergencia. Ésta nunca ha sido reconocida por parte del gobierno y sus causas
políticas, económicas e institucionales se han profundizado de manera sostenida, a
pesar de que el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas aprobara
una resolución, en septiembre de 2018, exhortando al gobierno a aceptar la
asistencia humanitaria para hacer frente a la escasez de alimentos, medicamentos y
suministros médicos, al aumento de la malnutrición y a los brotes de
enfermedades, en un contexto de crisis política, económica, social y humanitaria
que afecta gravemente los derechos humanos de la población venezolana. La
resolución también exhortó al gobierno a cooperar con la Oficina de la Alta
Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos para hacer
seguimiento y preparar un informe exhaustivo sobre la situación de los derechos
humanos en Venezuela, de acuerdo con su mandato de desempeñar un papel activo
ante los obstáculos y desafíos para garantizar la realización de los derechos
humanos y prevenir sus violaciones.
5. Dentro de las extremas adversidades producidas por la emergencia humanitaria
compleja, es un derecho de la población venezolana el acceso a la cooperación y la
asistencia humanitaria internacional, no sólo para atender las necesidades más
urgentes, sino también para proporcionar espacios y capacidades de protección
ante la ausencia de un Estado de Derecho, una generalizada privación y
sistemáticas prácticas coercitivas. Naciones Unidas tiene un gran peso y liderazgo
en las respuestas a las emergencias humanitarias complejas y todos sus
funcionarios tienen responsabilidades con los derechos humanos tanto en roles de
cooperación como de asistencia humanitaria, así como con los principios de la
Carta Humanitaria Internacional, estando en juego la dignidad, la vida, la libertad
y la integridad de las personas como resultado de la manera en la que se conduzcan
estas respuestas. En este sentido, la propia organización ha señalado, “las
experiencias concretas han demostrado que el trabajo de las Naciones Unidas sobre
el terreno tiene un impacto mucho mayor y un legado más poderoso y positivo en
las vidas de las personas cuando cumple con los estándares establecidos en la Carta
de la ONU. Las lecciones del campo también han demostrado que el
incumplimiento de las responsabilidades de derechos humanos de la ONU puede
amenazar gravemente las vidas y la legitimidad de la ONU”.
6. Por todo lo anterior, consideramos preocupante que:
1. a) El Coordinador Residente de las Naciones Unidas, Sr. Peter Grohmann, y los
representantes de las agencias con sede en el país hayan asistido al acto de
juramentación del Sr. Nicolás Maduro ante el Tribunal Supremo de Justicia el 10
de enero de 201916, permitiendo que esta comparecencia fuese interpretada y
promovida por el propio gobierno como un respaldo político del Sistema de las
Naciones Unidas a la legitimidad de dicho acto, seriamente cuestionado a nivel
nacional e internacional por ser el resultado de un proceso electoral no realizado en
los términos de la Constitución venezolana y el cual tampoco contó con las
mínimas condiciones de unas elecciones libres y justas, tal como lo alertó la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos en comunicado del 9 de enero de
2019. Esta participación lesiona gravemente la confianza y credibilidad de la
población venezolana y de las víctimas de violaciones de derechos humanos, pues
asistir a dicho acto, no era indispensable ni elemento central del trabajo de las
Naciones Unidas respecto del diálogo con las autoridades venezolanas sobre la
cooperación y la asistencia prestada hasta ahora de manera restringida al país,
además de no ser competencia del Secretario General de las Naciones Unidas
“reconocer o desconocer a jefes de Estado”, como aclaró su portavoz a medios
internacionales. Suma a estos hechos altamente controvertidos que los
representantes de Naciones Unidas no estuvieran presentes en la invitación a la
toma de posesión de la nueva directiva de la Asamblea Nacional, a pesar del papel
constitucional que tiene el parlamento venezolano en la gestión de la ayuda
internacional y en los convenios de cooperación que se firmen.
2. b) Seguidamente, el Coordinador Residente y los representantes de las agencias
celebraron reunión el 12 de enero con el Sr. Nicolás Maduro y su gabinete,
transmitida en vivo por los medios oficiales como acto de respaldo político del
Sistema de las Naciones Unidas a la legitimidad de su gobierno. En esta reunión, si
bien el Coordinador Residente abordó puntos de interés nacional para la agenda de
cooperación y asistencia humanitaria en Venezuela, entre ellos la prioridad de los
temas urgentes en salud, alimentación, ambiente y protección, el acceso a datos
oficiales en todas las áreas económicas y sociales (los cuales tienen más de tres
años sin publicarse), la cooperación con el Programa Mundial de Alimentación y la
necesidad de trabajar con todos los sectores de la sociedad venezolana (sociedad
civil, sectores políticos, empresarios y organizaciones laborales), también ofreció
total apoyo al nuevo período de gestión presidencial en nombre del Sistema de las
Naciones Unidas, sin recibir del Sr. Maduro reconocimiento a la importancia de
ninguno de dichos puntos, ni tampoco admitir la existencia y gravedad de la
situación humanitaria. El Sr. Maduro, en cambio, pidió a las Naciones Unidas ser
apoyado en el Plan Vuelta a la Patria, con el cual se ha intentado desviar las
circunstancias reales de la crisis de movilidad humana y la migración forzada en
Venezuela, en aumento sostenido con 5.000 salidas diarias hasta diciembre de
2018 según ACNUR, cifras que el gobierno además ha negado. Igualmente, el Sr.
Maduro pidió apoyo para una supuesta lucha contra la corrupción y para trabajar
con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030, ambos temas
en los que Venezuela presenta enormes retrocesos a causa de las políticas
implementadas que el propio gobierno mantiene.
3. c) Igualmente preocupa que el Coordinador Residente y las agencias presentes en
los actos mencionados además de afectar la credibilidad de la cooperación y la
asistencia internacional de las Naciones Unidas, comprometieran también el
trabajo de otros órganos que responden a mandatos independientes de protección
de derechos humanos, como lo son las misiones oficiales al país aún sin fecha, de la
Oficina de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos
Humanos, por resolución del Consejo de Derechos Humanos, y de la Organización
Internacional del Trabajo (OIT). Al respecto, el Coordinador Residente propuso
que aquellas no sólo debían servir para hacer evaluaciones, sino además para llegar
a soluciones concretas, coincidiendo con el tratamiento que le dio el Sr. Maduro al
objeto esperado de estas visitas, cuyo mandato es mucho más amplio e implica
recabar la mayor cantidad de información, con total libertad de acción e
independencia de criterio.
En este sentido, instamos al Coordinador Residente de las Naciones Unidas y a
todas las agencias del Sistema de las Naciones que estén trabajando en el país a:
1. Cumplir y hacer valer los mandatos de la Carta de las Naciones Unidas y de los
tratados internacionales en el ejercicio de las funciones de coordinación y de
trabajo operativo que realizan las agencias de cooperación en Venezuela y, en la
actual situación de emergencia humanitaria compleja, asumir los imperativos de no
hacer daño y actuar con la prudencia y diligencia debida en resguardo de la
protección de los derechos humanos de toda la población venezolana, en apego a
los principios de imparcialidad, neutralidad y fines humanitarios, incluyendo
abstenerse de consentir o colaborar con el uso de mecanismos, procedimientos o
prácticas discrecionales, coercitivas o discriminatorias, tanto en las operaciones
como en el desempeño de roles en los distintos campos de la cooperación y la
asistencia humanitaria, conforme al marco normativo del derecho internacional.
2. Separar el trabajo de la cooperación y la asistencia humanitaria de las Naciones
Unidas de las funciones y gestiones diplomáticas o políticas que realice el
Coordinador Residente, tomando en consideración las lecciones de experiencias
negativas por el inadecuado comportamiento de funcionarios de las agencias en
emergencias complejas, incluyendo las ocurridas en Venezuela, entre las cuales se
encuentran la manipulación de cifras e informes por parte de agencias del sistema y
de visitas oficiales de representantes de Procedimientos Especiales por invitación
del gobierno venezolano, para intentar callar, desmoralizar y causar desasosiego a
millones de personas afectadas.
3. Garantizar que las agencias calificadas y con mandato específico sean las que
asuman el papel rector de la asistencia y la cooperación, y se instale el Mecanismo
Humanitario de País para la coordinación de la ayuda, con amplia participación de
todos los sectores de la sociedad venezolana, de todas las regiones del país,
conforme a los mandatos humanitarios, y recibir directa y libremente denuncias y
evidencias sobre la emergencia humanitaria y las violaciones de derechos humanos.
Solo de esta forma pueden identificarse brechas, obstáculos y formas más
apropiadas y efectivas para hacer llegar la asistencia a las poblaciones en riesgo y
más vulnerables, así como monitorear y hacer seguimiento a su eficacia, con
independencia de si la información es políticamente sensible o afecta intereses de
gobierno.
El deterioro de las condiciones de vida de la población en Venezuela y la severidad
y velocidad de los daños, son inocultables, y tendrán serias consecuencias para
futuras generaciones de venezolanas y venezolanos. Las organizaciones de sociedad
civil tenemos las capacidades y el compromiso para contribuir con la respuesta
humanitaria que exige detener estos daños. Sin embargo, las agencias del Sistema
de las Naciones Unidas tienen una responsabilidad esencial, ineludible, imperativa
y urgente, de acción y de coordinación comprehensivas, que no puede estar
supeditada a otros intereses que no sean los derechos humanos y la garantía de una
vida digna de toda la población venezolana. Sin ello, no es posible hablar de
Objetivos de Desarrollo Sostenible ni de otras agendas o planes de cooperación.
Cada día que pasa, se pierden vidas y se sufren otros daños irreparables.

Sistema Europeo en DDHH


El sistema europeo para la protección de los derechos humanos, en el ámbito del
Consejo de Europa, es el sistema regional más antiguo y el que mayor grado de
evolución y de perfección ha alcanzado. Ello viene motivado fundamentalmente por
la relativa homogeneidad política de los Estados europeos y por su avance
alcanzado en el campo de los derechos humanos. El sistema comenzó su andadura
en 1950, con la aprobación del Convenio Europeo de Derechos Humanos,
instrumento destinado a la protección de los derechos civiles y políticos. Por su
parte, los derechos de carácter socioeconómico tuvieron que esperar hasta 1961,
año en el que se adoptó la Carta Social Europea. Además, como vamos a ver, los
mecanismos de protección establecidos en uno y otro Convenio van a ser
notablemente diferentes.
El Convenio Europeo de Derechos Humanos ha instaurado el sistema de control y
de supervisión de los derechos humanos más evolucionado que existe hasta la
actualidad, con un órgano de naturaleza jurisdiccional, el Tribunal Europeo de
Derechos Humanos con sede en Estrasburgo, como auténtico árbitro del sistema.
Hasta 1998 existían básicamente dos órganos de control, la Comisión Europea de
Derechos Humanos y el Tribunal, pero tras la entrada en vigor del Protocolo nº 11
al Convenio en noviembre de 1998, que prevé la supresión de la Comisión como
filtro de las demandas, el procedimiento se ha judicializado, planteándose a partir
de entonces todas las demandas directamente ante el Tribunal (Arriaga y Zoco,
1998:23 y ss.).
Los mecanismos de control del cumplimiento del Convenio por parte de los Estados
son básicamente tres:
a) Los informes que, a requerimiento del Secretario General del Consejo de Europa,
todo Estado miembro deberá suministrar dando las explicaciones pertinentes sobre
la manera en que su Derecho interno asegura la aplicación efectiva de las
disposiciones del Convenio. Se trata de un mecanismo de escasa relevancia.
b) Las demandas interestatales, o denuncia de uno o varios Estados miembros
contra otro por incumplimiento del Convenio. A diferencia de lo que ocurre en otros
sistemas, en el Convenio Europeo sí ha tenido relevancia en determinados casos,
como el de la demanda de varios países contra Grecia por el golpe de Estado de
los coroneles y las consiguientes violaciones de derechos humanos, o la de Irlanda
contra Gran Bretaña por las técnicas de interrogatorio utilizadas con miembros del
IRA, calificadas por el Tribunal Europeo como actos de malos tratos.
c) Las demandas individuales, que constituyen el mecanismo más importante
mediante el que cualquier persona, ong[ONG, Redes de, ONG (Organización No
gubernamental)] o grupo de particulares que se consideren víctima de una violación
de sus derechos humanos puede plantear una demanda ante el Tribunal Europeo
de Derechos Humanos.
Las demandas individuales son primero examinadas para comprobar que cumplen
los requisitos de admisibilidad, entre otros: el haber agotado los recursos en su
propio país, no haber sometido el caso a otra instancia internacional de
investigación o arreglo, y que la demanda se presente en los seis meses siguientes
a la fecha de resolución definitiva en el ámbito interno. Una vez admitida la
demanda, pasa a una Sala compuesta por siete jueces, que buscarán un arreglo
amistoso entre la víctima y el Estado demandado, en cuyo caso dictarán una
resolución recogiendo el acuerdo. En caso contrario, se inicia un procedimiento
contencioso que acaba con una sentencia definitiva y de obligado cumplimiento para
el Estado. El órgano que vela por este cumplimiento es el Comité de Ministros del
Consejo de Europa, órgano compuesto por los Ministros de Asuntos Exteriores de
los países miembros del Consejo de Europa.
Estas sentencias desempeñan un papel fundamental en el sistema europeo.
Además de su vinculatoriedad para los Estados, ejercen una influencia cada vez
mayor en la jurisprudencia de los tribunales internos en materia de derechos
humanos: así, por ejemplo, el Tribunal Constitucional español hace referencias cada
vez más frecuentes en sus sentencias sobre derechos humanos a la jurisprudencia
de Estrasburgo como fundamento de la suya propia. Por otro lado, como fruto de
algunas de las sentencias del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, se han
llevado a cabo modificaciones legislativas importantes en alguno de los Estados
miembros del Convenio Europeo. La última de ellas es la modificación, a finales de
1999, de la legislación británica sobre las fuerzas armadas para permitir la entrada
en el Ejército británico de homosexuales tras una decisión del Tribunal de
Estrasburgo condenando a Gran Bretaña por discriminación en sus fuerzas
armadas.
Además de la función contenciosa que acabamos de ver, el Tribunal Europeo de
Derechos Humanos también puede llevar a cabo una función de carácter consultivo
en todos los asuntos relativos a la interpretación y aplicación del Convenio Europeo
de Derechos Humanos que le sean sometidos.
Por su parte, la Carta Social Europea recoge los principales derechos de carácter
económico y social y, a diferencia de lo que ocurre en el Convenio Europeo de
Derechos Humanos, no establece un sistema judicial de control del cumplimiento
por parte de los Estados de sus principales disposiciones. Entre los derechos de la
segunda generación más importantes contenidos en la Carta Social Europea
figuran, entre otros, el derecho a: el trabajo (art. 1), organizarse para la defensa de
intereses económicos y sociales (art. 5), la negociación colectiva (art. 6), la
seguridad social (art. 12), la asistencia social y médica (art. 13), la protección social,
jurídica y económica de la familia (art. 16), y la protección y asistencia por parte de
los trabajadores migrantes y sus familias (art. 19). De estos siete artículos, los
Estados Partes tienen que aceptar al menos cinco de ellos y no menos de 10 de los
derechos recogidos en toda la Parte II de la Carta. Se trata así de un sistema flexible,
que no obliga al Estado a aceptar todos los derechos de la Carta.
En cambio, el único sistema de protección que se va a establecer es un sistema de
informes que tienen que presentar los Estados sobre cómo están llevando a cabo
las disposiciones de la Carta. Tras el examen de cada informe por un Comité de
Expertos independientes, éste envía sus conclusiones al Comité Social del Consejo
de Europa, quien las revisa y presenta sus propias conclusiones ante la Asamblea
Parlamentaria y el Comité de Ministros del Consejo de Europa. Este último es quien
formula las recomendaciones a cada Estado Parte. Como vemos, se trata de un
mecanismo sumamente débil, con un grado mínimo de control y presión sobre los
Estados en cuanto a los derechos económicos y sociales. Por esta razón, diversas
voces llevan reclamando desde hace varios años la aprobación de un Protocolo
Facultativo sobre derechos económicos y sociales al Convenio Europeo de
Derechos Humanos, a fin de equiparar esos derechos con los civiles y políticos en
cuanto a sus mecanismos de control, y abriendo la puerta a una cierta judicialización
de aquéllos. Sin embargo, estas propuestas no han sido atendidas, por lo que
perduran unas grandes diferencias entre ambos tipos de derechos
Actuación de Venezuela en el sistema europeo en DDHH
Papel de la Delegación de la Unión Europea en Venezuela
A nivel bilateral, la Delegación de la UE cumple funciones en materia de
reforzamiento del diálogo político diario entre la Unión Europea y Venezuela sobre
temas de interés mutuo.
La Delegación de la UE coordina a las embajadas de los Estados Miembros de la
UE con representación diplomática en el país: temas políticos, económicos,
culturales, consulares, administrativos. También hay grupos activos en materia de
defensa de derechos humanos y lucha contra el cambio climático.
En el campo del Comercio y la Inversión, la Delegación asegura la representación
y vela por los intereses económicos y comerciales de los estados Miembros de la
UE, el mayor bloque comercial en el mundo.
Es tarea de la Delegación en Caracas facilitar la información recíproca de las
instituciones comunitarias y venezolanas, promover e implementar las medidas que
puedan favorecer el aumento del intercambio de bienes y servicios y facilitar a los
operadores el acceso a la normativa comunitaria vigente.
Relaciones políticas
Las relaciones políticas entre la UE y Venezuela se desarrollan principalmente en
el marco del diálogo institucional entre la UE y la CELAC (Comunidad de Estados
Latinoamericanos y Caribeños).
A nivel bilateral, la Delegación de la UE cumple funciones en materia de
reforzamiento del diálogo político diario entre la Unión Europea y Venezuela sobre
temas de interés mutuo.
La Embajadora, Jefa de la Delegación, representa a la UE en todas las iniciativas
tomadas en el ámbito de la Política Exterior y de Seguridad Común (PESC) de la
UE en Venezuela

SISTEMA INTERAMERICANO D PROTECCION DE DERECHOS HUMANOS


(SIDH)
El Sistema Interamericano de Protección de los Derechos Humanos (SIDH) es
el conjunto de normas sustantivas y procesales, organismos y mecanismos de
denuncia que, en el marco de la Organización de Estados Americanos(OEA),
cumplen la función de promover y proteger los derechos humanos universales en
América.
1. Conjunto de normas sustantivas y procesales
La protección y promoción de los derechos humanos y libertades fundamentales
de los ciudadanos ha sido uno de los pilares de la OEA desde el momento de su
creación, junto con la democracia, la seguridad y el desarrollo.
En 1948, durante la Novena Conferencia Internacional Americana celebrada en
Bogotá, 21 Estados de la Región acuerdan la creación de la Organización de
Estados Americanos con la firma de la Carta de la OEA, cuya exposición de motivos
expresa que la misión histórica de América es ofrecer al hombre una tierra de
libertad y un ámbito favorable para el desarrollo de su personalidad y la realización
de sus justas aspiraciones. (…) Seguros de que el sentido genuino de la solidaridad
americana y de la buena vecindad no puede ser otro que el de consolidar en este
Continente, dentro del marco de las instituciones democráticas, un régimen de
libertad individual y de justicia social, fundado en el respeto de los derechos
esenciales del hombre (…).
De igual forma, el artículo 3 de la Carta, que expone los principios que deben regir
a la Organización, establece en la letra L que los Estados americanos proclaman
los derechos fundamentales de la persona humana sin hacer distinción de raza,
nacionalidad, credo o sexo.
Durante la Novena Conferencia en 1948, también se aprueba el primer documento
que reconoce los Derechos Humanos Universales, meses antes de la promulgación
de la Declaración Universal de los Derechos Humanos: la Declaración Americana
de los Deberes y Derechos del Hombre. A pesar de su naturaleza
declarativa, jurisprudencia reiterada de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos ha afirmado que la Declaración constituye una fuente de obligaciones
internacionales para todos los Estados Miembros y, por ende, su cumplimiento es
un requisito para formar parte de la OEA.
Dos décadas más tarde, en 1969, se aprueba la Convención Americana de
Derechos Humanos, pero entrará en vigencia a partir de 1978.
El 6 de septiembre del 2012, Venezuela denuncia la Convención Americana
(CADH), haciéndose vigente la denuncia un año después, en septiembre del 2013.
Con esta acción inconstitucional y contraria al Principio de Progresividad de los
Derechos Humanos, los venezolanos pierden una instancia de protección de sus
derechos humanos, como lo es la Corte Interamericana.
En los años posteriores, los Estados Miembros de la OEA adoptarán nuevas
convenciones que desarrollan los derechos protegidos en la Declaración y en la
Convención.
Tratados de Derechos Humanos ONU-OEA
ORGANISMOS
El Sistema Interamericano para la protección y promoción de los derechos humanos
está constituido, en principio, por dos organismos: la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos y la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Sin embargo,
como pilar de la Organización, todos los organismos de la OEA deben tener a los
derechos humanos como uno de los fines de sus respectivos trabajos.
I. Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)
Durante la Quinta Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores
celebrada en Santiago de Chile en 1959, se redacta la Declaración de Santiago, en
la que se afirma que el hemisferio estaba «listo para una convención de derechos
humanos» y que era indispensable que éstos fuesen protegidos por un régimen
jurídico. Por esta razón, la Declaración prevé la creación de una comisión
compuesta por siete miembros electos a título personal por el Consejo entre ternas
presentadas por los gobiernos. En 1960 el Consejo aprobó el Estatuto de la
Comisión y escogió a sus primeros siete Comisionados.
En 1965 se adopta el Protocolo de Buenos Aires, mediante el cual se modifica la
Carta de la OEA y se establece a la CIDH como un órgano principal de la
Organización, como queda expresado en el artículo 106 de la Carta:
Habrá una Comisión Interamericana de Derechos Humanos que tendrá, como
función principal, la de promover la observancia y la defensa de los derechos
humanos y de servir como órgano consultivo de la Organización en esta materia.
Una convención interamericana sobre derechos humanos determinará la estructura,
competencia y procedimiento de dicha Comisión, así como los de los otros órganos
encargados de esa materia.
El Protocolo entra en vigencia en 1970 y la sede de la Comisión se establece en
Washington D.C.
En la Convención Americana de Derechos Humanos, el Estatuto y
el Reglamento de la Comisión Interamericana se establece la composición de la
CIDH, su mandato, las funciones y atribuciones a través de las cuales lo cumple y
los procedimientos para cumplir con estas funciones.
1- Composición: La Comisión está compuesta por «siete miembros de alta
autoridad moral y reconocida versación en materia de derechos humanos» y
«representa a todos los Estados Miembros de la OEA» (art. 34 y 35 de la CADH).
Los Comisionados tienen un mandato de cuatro años y pueden ser reelectos una
sola vez. Dentro de ellos escogerán cada cuatro años a un Presidente, un Primer
Vicepresidente y un Segundo Vicepresidente que estarán en su cargo durante un
año. Los tres constituyen la Directiva de la Comisión.
2- Mandato: el fin de la Comisión es de la observancia, promoción y protección de
los derechos humanos en la región, para lo cual debe mantenerse autónoma e
independiente.
3- Funciones y atribuciones: el artículo 43 de la Convención los enumera:

 Estimular la conciencia de los derechos humanos entre los pueblos


americanos.
 Formular recomendaciones a los gobiernos de los Estados Miembros para
que tomen medidas y adopten disposiciones favorables a los derechos
humanos.
 Preparar estudios e informes que considere convenientes para el desempeño
de sus funciones.
 Solicitar a los Estados Miembros que le proporcionen informes sobre
medidas adoptadas a favor de los derechos humanos.
 Atender consultas de los Estados Miembros en materia de derechos
humanos y ofrecer asesoría en la medida de lo posible.
 Actuar respecto a las peticiones y recomendaciones en ejercicio de su
autoridad en base a lo establecido en los art. 44 a 51 (de la CADH)
 Presentar un informe anual ante la Asamblea General.

Con respecto a los países que forman parte de la Convención Americana, el


Estatuto de la Comisión señala que, además de las ya mencionadas, la CIDH tendrá
las siguientes funciones y atribuciones:
 Diligenciar peticiones y comunicaciones, de acuerdo a lo dispuesto por los
art. 44 a 51 de la CADH.
 Comparecer ante la Corte Interamericana, de acuerdo a lo dispuesto en la
Convención.
 Solicitar a la Corte adoptar medidas provisionales en casos graves y urgentes
para evitar daños irreparables en casos que aún no estén sometidos al
conocimiento de la Corte.
 Consultar a la Corte sobre la interpretación de la Convención.
 Someter a consideración de la Asamblea General proyectos de Protocolos
Adicionales a la Convención.
 Someter a la Asamblea General proyectos de enmienda a la Convención.

Por su parte, el Estatuto también señala algunas funciones adicionales que tendrá
la CIDH con respecto a los Estados que no son Parte de la Convención Americana:

 Prestar atención a la observancia de los derechos humanos señalados en la


Declaración.
 Examinar comunicaciones que le sean dirigidas y cualquier información
disponible, dirigirse a los gobiernos para obtener información que considere
pertinente y formular recomendaciones.
 Verificar, para el ejercicio del inciso anterior, si todos los recursos de
jurisdicción interna fueron agotados.

Relatorías o Grupos de Trabajo: La CIDH podrá asignar tareas o mandatos


específicos ya sea a uno o a un grupo de sus miembros con vista a la preparación
de sus períodos de sesiones o para la ejecución de programas, estudios o proyectos
especiales; como se desprende del artículo 15 de su Reglamento.
Cada Estado de la OEA debe contar con un Relator o Relatora. De igual forma, la
Comisión puede designar relatorías con mandatos temáticos con el objetivo de
cumplir sus funciones de promoción y protección de los derechos humanos. Las
relatorías pueden ser relatorías temáticas, a cargo de un miembro de la Comisión,
o relatorías especiales, a cargo de otra persona designada por la CIDH. Estos
últimos son escogidos por la mayoría absoluta a través de un concurso abierto.
Las funciones específicas de los relatores están establecidas en las resoluciones
que las crean, las cuales deben cumplir por un período de tres años, renovable sólo
una vez. Los relatores deben presentar un informe anual a la Comisión y deben
llamar la atención del Pleno sobre cuestiones que puedan ser consideradas materia
de controversia, grave preocupación o de especial interés de la Comisión.
II. Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH):
Durante la Quinta Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores
celebrada en 1959, mediante una resolución titulada «Derechos Humanos» se
le encomendó al Consejo Interamericano de Jurisconsultos la elaboración de un
proyecto para la creación de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y otros
órganos adecuados para la tutela de dichos derechos; la cual es recogida en la
Convención Americana que la crea. La Corte se instala en 1978, cuando la CADH
entra en vigor, y su sede es establecida en San José de Costa Rica en 1979.
Al igual que la Comisión, la Convención Americana de Derechos Humanos y
el Estatuto y Reglamento de la Corte establecen su naturaleza, mandato, funciones
y atribuciones, composición y normas de procedimiento.
1- Naturaleza y mandato: la Corte IDH es una institución jurisdiccional autónoma,
cuyo objetivo es la interpretación y aplicación de la Convención Americana.
2- Composición: La Corte está constituida por siete jueces nacionales de los
Estados Miembro de la OEA, elegidos a título personal de entre juristas de la más
alta autoridad moral, de reconocida competencia en materia de derechos humanos,
que reúnan las condiciones requeridas para el ejercicio de las más elevadas
funciones judiciales, conforme a la ley del Estado del cual sean nacionales o del
Estado que los postule como candidatos (Artículo 4 del Estatuto). Los jueces son
electos por los Estados parte de la Convención en la Asamblea General, de una
lista propuesta por ellos mismos para un período de seis años que pueden repetir
una vez. De entre sus miembros, la Corte escoge a un Presidente y un
Vicepresidente para un período de dos años, pudiendo ser reelectos una vez. El
Presidente tiene a su cargo la representación de la Corte. La Corte contará con un
Secretario electo por ellos mismos, quien tendrá a su cargo una Secretaría electa
por el Secretario General de la OEA en consulta con el Secretario de la Corte.
3- Funciones: la Corte cumple una doble función: una jursdiccional, que se refiere
a las decisiones que toma la Corte respecto a los casos sometidos a ella (art. 61-63
de la CADH), y una consultiva, por la cual cualquier Estado Miembro u organismo
de la OEA pueden consultar a la OEA sobre la interpretación de cualquier norma de
derechos humanos, incluyendo de la ley interna.
La Corte celebra sesiones ordinarias y extraordinarias. El quorum para la
deliberación es de cinco jueces y las decisiones se toman por la mayoría de los
jueces presentes. En caso de empate, la decisión queda en manos del Presidente.
Las audiencias son públicas, a menos que, por una circunstancia excepcional, la
Corte decida lo contrario.

RETIRO DE VENEZUELA DEL SISTEMA INTERAMERICANO DE


DERECHOS HUMANOS(SIDH)
Creación del Consejo de Estado y anuncio presidencial del posible retiro de
Venezuela del SIDH
El 30 de abril de 2012, en cadena nacional, el Presidente de la República solicitó a
los diferentes poderes públicos acelerar la instalación del Consejo Estado, al cual
encomendó, como primera tarea, hacer las recomendaciones necesarias para el
retiro de Venezuela de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)
y de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH). Ambas son
órganos del Sistema Interamericano de Derechos Humanos:la primera, fue
establecida en la Carta de la OEA fundada en 1948 por 21 países, entre los cuales
se encuentra Venezuela e incorporada junto con la CorteIDH en la Convención
Americana de los Derechos Humanos (CADH) suscrita en 1969 de la cual
Venezuela es país signatario.
El anuncio presidencial fue realizado en presencia del Vicepresidente
Ejecutivo, el Canciller de la República, la Presidenta del Tribunal Supremo de
Justicia, la Defensora del Pueblo, la Fiscal General de la República y el Presidente
de la Asamblea Nacional, quienes aplaudieron dicha decisión:
“...yo pido al Sr. Vicepresidente que aceleremos la instalación de este Consejo de
Estado y, como Jefe del Estado, lo primero que le voy a pedir a este Consejo de
Estado es el estudio, repito acelerado, Sr. Canciller, y la recomendación al Jefe del
Estado para retirarnos de inmediato de la tristemente célebre Comisión
Interamericana de Derechos humanos. ¡Ya basta!¿Hasta cuándo nosotros vamos a
estar con esa espada de Damocles? Como Britto García lo ha explicado muy bien,
el primer país que desconoce esta Comisión son los Estados Unidos...”.
La medida se hizo efectiva el 6 de septiembre de 2012, con la consignación
de una Nota de Denuncia emitida por la Cancillería, en la que se manifestó
formalmente la decisión de denunciar la CADH y solicitar el cese de sus efectos
internacionales y de la competencia de sus órganos para el país, tanto de la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos como de la Corte Interamericana
de Derechos Humanos.
En resumen, tal como lo han expresado la Oficina de la Alta Comisionada de
Derechos Humanos de las Naciones Unidas, la denuncia de la CADH por parte del
Gobierno venezolano significa debilitar la protección de los derechos humanos, no
solo en Venezuela sino también con ramificaciones potencialmente negativas para
las personas de todo el continente.
El 27 de septiembre de 2012, organizaciones de derechos humanos
venezolanas, académicos y víctimas de violaciones de derechos humanos en
Venezuela, ejercieron una acción de nulidad por inconstitucionalidad de la denuncia
de la CADH por la violación de normas y principios constitucionales relativos a la
jerarquía y supremacía constitucional de los tratados sobre derechos humanos, el
derecho de petición internacional para el amparo de los derechos humanos, los
requisitos y límites constitucionales de los estados de excepción, los derechos
humanos como principio rector de las relaciones internacionales del Estado
Venezolano y la progresividad de los derechos humanos, consagrados en los
artículos 23, 333, 339, 31,152 y 19, respectivamente, de la Constitución.‖
SISTEMA AFRICANO DE DERECHOS HUMANOS

En la actualidad existen en el mundo tres sistemas regionales de derechos humanos ya consolidados


– el europeo, el interamericano y el africano. Estos sistemas han sido muy importantes en la
promoción del derecho a la alimentación de los pueblos indígenas, mujeres y niños, al enmarcar las
luchas de estas personas dentro de unas normas regionales de derechos humanos

Introduccion

El sistema africano de derechos humanos engloba los tratados, principios y órganos independientes
de la Unión Africana (UA) que promueven y protegen los derechos humanos en todo el continente.
Los tres principales organismos de este sistema son la Comisión Africana de Derechos Humanos y
de los Pueblos (Comisión Africana)1, la Corte Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos (Corte
Africana)2, y el Comité Africano de Expertos sobre los Derechos y el Bienestar del Niño (Comité de
Derechos del Niño)3, creado bajo la supervisión de la UA. Aunque cada órgano cumple con un
cometido diferenciado, tanto la Comisión Africana como la Corte Africana pueden denunciar de
manera individual a los Estados, celebrar audiencias públicas, y exigir la acción inmediata de los
Estados en aquellas situaciones en las que un individuo o cualquier otro sujeto en espera de
resolución de su denuncia se encuentre en riesgo de sufrir un perjuicio irreparable. El Comité de
Derechos del Niño recibe y analiza denuncias individuales de supuestas violaciones de la Carta
Africana sobre los Derechos y el Bienestar del Niño. Tanto la Comisión Africana como el Comité de
Derechos del Niño también se encargan de monitorear en el continente la protección de los
derechos humanos y la implementación por parte de los Estados de sus obligaciones de derechos
humanos

Comisión Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos

La Comisión Africana fue establecida el 2 de noviembre de 1987 bajo el artículo 30 de la Carta


Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos (Carta Africana), y su sede central se encuentra en
Banjul, Gambia. La Comisión Africana, formada por 11 comisarios, celebra al menos dos sesiones
ordinarias al año. La persona que ostenta la presidencia de la Comisión Africana también puede
convocar sesiones extraordinarias si así lo exige la mayoría de los miembros de dicha Comisión, o a
petición de la presidencia de la Comisión de la UA (Secretariado de la UA). La Comisión Africana es
la responsable de la promoción y la protección en África de los derechos humanos y de los pueblos.
Para cumplir con este cometido, la Comisión Africana se encarga de interpretar la Carta Africana,
estableciendo mecanismos especiales (relatores especiales, comités y grupos de trabajo),
desarrollando misiones de investigación, y analizando las denuncias individuales y los informes de
los Estados

Como parte de su sistema de denuncia individual, la Comisión Africana se encarga de analizar las
denuncias de presuntas violaciones de los derechos humanos presentadas por Estados, individuos
u organizaciones no‐ gubernamentales (ONG). En aquellos casos en los que las presuntas víctimas
se encuentren ante un riesgo de daño inmediato, la Comisión podrá dictar medidas provisionales.
Estas medidas provisionales son peticiones enviadas a los Estados por la Comisión, mientras sigue
adelante el proceso legal, normalmente ante situaciones en las que existe un riesgo inmediato de
daño irreparable. Si la Comisión determina que realmente ha ocurrido una violación de los derechos
humanos o de los pueblos, dicha Comisión publicará una serie de recomendaciones para el Estado
en cuestión, en la que se presentarán las maneras de actuación para proporcionar remedio.
Además, tras considerar los informes de los Estados, la Comisión publicará unas observaciones
generales con una serie de recomendaciones para que los Estados mejoren en su cumplimiento de
lo establecido en la Carta.
Corte Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos

La Corte Africana, con sede en Arusha, Tanzania, es el órgano judicial del sistema africano encargado
de la protección de los derechos humanos. La Corte Africana fue establecida por el Protocolo de la
Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos para el establecimiento de una Corte Africana
de Derechos Humanos y de los Pueblos (Protocolo de Establecimiento de la Corte Africana, o
Protocolo). Adoptado en 1998, el Protocolo entró en vigor en 2004 tras ser ratificado por 15 Estados.
La Corte Africana comenzó a operar en 2006, siguiendo la elección de sus primeros once jueces, y
empezó a considerar casos en 2008. La Corte celebra cuatro sesiones ordinarias cada año. La
persona encargada de presidir la Corte también puede convocar sesiones extraordinarias si lo
estima oportuno, o si así lo solicitan la mayoría de miembros de la Corte. La Corte Africana cuenta
con dos tipos de competencias: asesora y contenciosa. Atendiendo a su competencia asesora, la
Corte publica sus opiniones en torno a cuestiones legales determinadas relacionadas con la Carta
Africana o con cualquier instrumento de derechos humanos “relevante”. La Corte Africana presenta
sus recomendaciones en aquellos asuntos que todavía no han sido considerados por la Comisión
Africana. Por otro lado, su competencia contenciosa le habilita para tomar decisiones en las disputas
legales presentadas ante dicha Corte por partes enfrentadas. Si la Corte determina que se ha
producido una violación de los derechos humanos, ésta publicará una serie de órdenes para que los
Estados involucrados pongan remedio a la situación. Entre estas órdenes se puede incluir el pago
de una compensación o reparación justa. Además de estas órdenes definitivas, la Corte también
puede adoptar medidas provisionales por decisión propia, o si así lo solicita la Comisión o una de las
partes involucradas en un caso. Las medidas provisionales se reservan para los casos de extrema
gravedad y urgencia, y cuando sean necesarias para evitar un daño irreparable para las personas. La
Corte Africana no admite una comunicación directa por parte de individuos u ONG, a menos que el
Estado involucrado haya aceptado específicamente la jurisdicción de dicha Corte para tratar el caso
en cuestión. Las principales entidades que si que pueden presentar casos ante esta Corte son la
propia Comisión, los Estados Parte del Protocolo, y las organizaciones intergubernamentales
africanas. Los individuos y ONG que cuenten con el estatus de observadores ante la Comisión
Africana, podrán presentar sus casos si el Estado involucrado ha realizado previamente una
declaración en favor del Artículo 34(6) del Protocolo, por el que se acepta la competencia de la Corte
Africana. Además, aquellos individuos u organizaciones que no representen o asesoren a ninguna
de las partes involucradas en un caso podrán presentar ante la Corte un informe amicus curiae, con
el objetivo de analizar un asunto particular y ayudar a la toma de una decisión. Los juicios emitidos
por la Corte Africana son vinculantes para los Estados.

Comité Africano de Expertos sobre los Derechos y el Bienestar del Niño

El Comité Africano de Expertos sobre los Derechos y el Bienestar del Niño está compuesto por 11
personas, y queda establecido en el Artículo 32 de la Carta sobre los Derechos y el Bienestar del
Niño (Carta de Derechos del Niño). El Comité de Derechos del Niño promociona los derechos que se
incluyen en la Carta de Derechos del Niño a través de la recopilación y documentación de
información, la formulación de normas para la protección de los derechos de los niños y las niñas
africanos, y el trabajo con otras organizaciones africanas, regionales e internacionales, que se
preocupan por los derechos del niño. El Comité recibe y considera las denuncias individuales de
violaciones de la Carta de Derechos del Niño presentadas por sus Estados miembros. Tras considerar
la denuncia en cuestión, el Comité determina si la violación realmente se ha producido. De acuerdo
con el Artículo 45 de la Carta de Derechos del Niño, el Comité podrá recurrir a cualquier método
que considere adecuado para investigar cualquier cuestión que se encuadre en el ámbito de dicha
Carta, podrá exigir a los Estados Parte cualquier información relevante para la implementación de
la misma, y también podrá recurrir a cualquier método que considere adecuado para investigar las
medidas que los Estados Parte hayan adoptado para implementar la Carta. Además, el Comité
deberá presentar en todas las sesiones ordinarias de la Asamblea de jefes de Estado y de gobierno,
la cual se celebra cada dos años, un informe que recopile sus actividades y cualquier comunicación
realizada, de acuerdo con el Artículo 44 de esta Carta. El Comité de Derechos del Niño también
monitorea los esfuerzos de los Estados para implementar la Carta del Niño. Si así lo solicitara un
Estado Parte, una institución de la UA, o una institución o persona reconocida por la UA, el Comité
interpretará las provisiones de la Carta de Derechos del Niño. Por último, el Comité desarrolla las
funciones que le son asignadas por la Asamblea o por la Secretaria General de la UA, o por cualquier
otra entidad de la UA o de la ONU. El Comité de Derechos del Niño tiene su base en la sede central
de la Unión Africana en Addis Ababa, Etiopía

Comunicación Escrita con los Mecanismos Especiales

La Comisión Africana ha establecido unos mecanismos especiales4 para lograr su misión de


promoción y protección de los derechos humanos y de los pueblos en África. Estos mecanismos
especiales incluyen relatores especiales, comités y grupos de trabajo. Los mecanismos especiales
suelen encargarse de asuntos temáticos de derechos humanos. La Comisión Africana ha
encomendado a sus mecanismos especiales que se comprometan a consultar y colaborar con
entidades no‐gubernamentales en el desarrollo de sus funciones de protección y promoción.

Desafios

El incumplimiento de los requerimientos de presentación de informes por parte de los Estados


continúa siendo un problema. Con bastante frecuencia los Estados no cuentan con las ONG y las
organizaciones de la sociedad civil, o al menos no lo hacen de una manera adecuada, durante el
proceso de redacción de sus informes. Los Estados a menudo no cumplen con las recomendaciones
de la Comisión Africana, por lo que las víctimas no reciben las compensaciones y remedios
acordados, incluso aunque hayan obtenido un juicio favorable. Además, los Estados todavía se
muestran reticentes a realizar una declaración en virtud del artículo 34(6) del Protocolo de
Establecimiento de la Corte Africana, el cual permite que presenten sus demandas a aquellos
individuos y ONG que cuentan con estatus de observadores, lo que limita la presentación de casos
ante esta Corte. Por último, el hecho de que el Sistema Africano de Derechos Humanos solo colabore
con ONG que tengan estatus de observadoras limita enormemente la participación de los
movimientos sociales, ya que estos normalmente no disponen de estatus de observadores. Aunque
los movimientos sociales son bastante a menudo los espacios que la ciudadanía utiliza para exigir y
proponer las soluciones necesarias a sus problemas, dichos espacios frecuentemente no se
encuentran registrados legalmente en sus países, por lo que no son elegibles para solicitar el estatus
de observadores ante la Comisión Africana.

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