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La vida se abre camino


Hay quienes piensan que el hombre con su progreso en la ciencia, la medicina,
la cultura y su tecnología ha logrado escaparse de las manos de la naturaleza
deteniendo su evolución biológica, habiéndose estancado en algún tipo de forma
perfecta e inigualable que se alza por encima de las demás bestias de la
creación.
El propio charles Darwin en su libro “el origen del hombre” publicado en 1871
denota que “podemos llegar a establecer que el hombre varía actualmente, y que
sus variaciones resultan de las mismas causas y obedecen a las mismas leyes
generales que las determinan en los animales inferiores” al observar los tan
distintos grupos aborígenes en todo el mundo, integrando de este modo al
hombre a la naturaleza y sus fluctuaciones con esa declaración. Muchos dirán
que la afirmación fue cierta hace 150 años cuando no se contaba con los
avances tecnológicos actuales que frenan el accionar de la selección natural en
nuestra especie.
Por esto un ejemplo valido para demostrar la continua evolución del ser humano
y desmentir su estancamiento en la evolución biológica, sería el de una
enfermedad infecciosa aún sin cura que pueda tener un efecto selectivo en las
poblaciones como el caso del VIH, este virus usa el receptor CCR5, una proteína
integral de membrana para infectar a las células T, la mutación delta 32 en este
receptor juega en la actualidad un papel importante en la resistencia a la
enfermedad debido a que los individuos heterocigotos han mostrado reducción
en la susceptibilidad a la infección y retraso en la aparición del SIDA, y las
personas de genotipo homocigoto para la mutación cuentan con resistencia a la
infección del VIH, sufriendo una fuerte selección llegando a aumentar su
frecuencia hasta un 16% en las poblaciones del norte de Europa (Novembre,
Galvani, & Slatkin, 2005).
Otra de las máximas encontradas en el mencionado libro de Darwin es que el
hombre no ha perdido la aptitud de cambiar en caso de poseer variaciones
ventajosas si estas son accidental o habitualmente conservadas por
generaciones en las poblaciones, además agrega, “No me refiero con esto a las
pronunciadas desviaciones de conformación que sólo aparecen á largos
intervalos, sino sólo a las diferencias individuales”.
Una de esas diferencias individuales puede ser la capacidad de digerir la lactosa
en la edad adulta; si bien es cierto que en la actualidad la aparición de las bebidas
lácteas sin el disacárido ha resultado en un beneficio para las personas de
fenotipo intolerante y la deficiencia en la aptitud de poder asimilarla no resulta en
la muerte de los individuos en la gran mayoría de los casos, el poder ingerir los
lácteos durante el crecimiento del individuo debido a la ingesta de calcio y
vitamina D que disminuye la aparición del raquitismo aumentando la densidad
de los huesos, ha causado que el alelo LCT-P responsable de la tolerancia a
este azúcar fuese favorecido fuertemente en poblaciones escandinavas e
inglesas con producción lechera con frecuencias alélicas actuales que varían
entre 89 y 96% (Leonardi, Gerbault, Thomas, & Burguer, 2012).
Siguiendo la idea del raquitismo y que no es posible encontrar en una población
dos individuos completamente parecidos podemos continuar con las diferencias
fisiológicas entre las personas de pieles más oscuras con las de pieles menos
mielinizadas, en la cual, las primeras al contar con un mejor filtro de la incidencia
de los rayos del sol sobre su piel cuentan con una mayor probabilidad de
desarrollar raquitismo si no son tratados con una dieta rica en vitamina D, estos
casos han venido aumentando en niños menores de 3 años en hospitales de
países no tropicales por inmigraciones de personas de países africanos a partir
del año 2000 y se ven casos donde aparece la patología a pesar de los infantes
haber sido bien amantados por sus madres (Tom D. Thacher, 2013),
evidenciando que el ambiente aún en la actualidad puede afectar
diferencialmente a la especie humana según sus características físicas.
Otro ejemplo de microevolución en el homo sapiens moderno se ve en el cambio
en las frecuencias de las variantes de los loci CHRNA3 asociado al receptor
nicotínico de la acetilcolina (tabaquismo) y ApoE ε4 que aumenta la probabilidad
de desarrollar alzhéimer , en un estudio realizado con muestras de más de
210.000 personas, se encontró que estos dos alelos que disminuyen el fitness
de los individuos son menos frecuentes en personas con mayor esperanza de
vida y son desfavorecidos por la selección natural reduciendo sus frecuencias
alélicas y de esta forma aumentando la expectativa de vida promedio de las
poblaciones (Mostafavi, y otros, 2017), la coautora Molly Przeworski dice “Puede
ser que los hombres que no portan estas mutaciones nocivas puedan tener más
hijos, o que los hombres y las mujeres que viven más pueden ayudar con sus
nietos, mejorando sus posibilidades de supervivencia"
Estos son solo algunas de las pruebas del constante cambio en el que se
encuentra la humanidad, demostrando que mientras existan variaciones entre
los individuos, como la resistencia a enfermedades, producción enzimática, el
color de la piel o diferencias en la viabilidad de las personas, el ser humano
como organismo vivo no puede librarse de la evolución biológica o de la
selección natural por más que queramos detenerla o darle una dirección; salta a
mi memoria una frase del Dr. Ian Malcolm:
Si algo nos ha enseñado la historia de la evolución es que la vida no puede
contenerse, la vida se libera, se extiende a través de nuevos territorios y rompe las
barreras dolorosamente incluso peligrosamente, pero… así es. (…) Digo
sencillamente que “la vida se abre camino”.
Dicha en la primer película de jurassic park por el personaje interpretado por el
actor Jeff Goldblum.

Bibliografía
Darwin, C. (1909). el origen del hombre . Valencia: arte y libertad.
Leonardi, M., Gerbault, P., Thomas, M., & Burguer, J. (2012). The evolution of lactase
persistence in Europe. A synthesis of archaeological and genetic evidence.
International Dairy Journal, 88-97.

Mostafavi, H., Berisa, T., Day, F., Perry, J., Przeworski, M., & Pickrell, J. (2017). Identifying
genetic variants that affect viability in large cohorts. PLoS Biol, 15(9): e2002458.

Novembre, J., Galvani, A., & Slatkin, M. (2005). The Geographic Spread of the CCR5 D32 HIV-
Resistance Allele. PLoS Biology, 3(11): e339.

Tom D. Thacher, P. R. (2013). Increasing Incidence of Nutritional Rickets: A Population-Based


Study in Olmsted County, Minnesota. Mayo Clin Proc, 176–183.

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