Está en la página 1de 4

Angel Hugo Blanco Galdos (Cusco, Perú, 15 de noviembre de 1934), político peruano,

líder campesino, inicialmente de filiación trotskista. Apareció en el escenario político


mediático en 1962, a través de un levantamiento campesino durante el gobierno de Ricardo
Pérez Godoy. Luego de ser apresado, fue condenado a la pena de muerte primero y luego a
25 años de prisión, pero fue amnistiado después de ocho años. Estuvo exiliado en México,
Argentina, Chile y Suecia. Actualmente es director del periódico "Lucha Indígena" y
activista, criticando, entre otras cosas, la inversión minera en diversas regiones del Perú.

Biografía y carrera política

Nació en 1934 en Cusco, es quechuahablante y su primera infancia la vivió en el pueblo de


Huanoquite, Paruro. Estudió en el Cusco en el Colegio Nacional de Ciencias. En su primera
infancia en el campo fue impactado por la noticia de que un hacendado había marcado con
un hierro candente con sus iniciales la nalga de un indígena, la famosa carimba, que era
normal hacer de parte de los gamonales. Más tarde, sería influenciado por un dirigente
indígena quien le trasmitió sus experiencias de lucha, influyó en él y afianzó su conciencia
social.

Su primera actividad en la lucha social fue cuando como estudiante de educación


secundaria participó de una huelga estudiantil para expulsar a un dictatorial director del
colegio, huelga que salió triunfante. En 1954 viajó a La Plata, Argentina, para estudiar
Agronomía. Allí conoció el movimiento trotskista y dejó sus estudios, luego de lo cual pasó
a trabajar como obrero en un frigorífico y tuvo sus primeras experiencias sindicales.
Durante su estadía en Argentina se dio el golpe de estado contra Perón y Blanco participó
en la lucha de resistencia al golpe.

De regreso al Perú se integró en el Partido Obrero Revolucionario (POR) en Lima, y


participó en la famosa "bienvenida" al entonces vice-presidente de los Estados Unidos,
Richard Nixon, en 1958. A raíz de su participación en aquellas manifestaciones, Blanco
captó el interés de los custodios del orden, razón por la cual el POR decidió trasladarlo a
Cusco, su región natal. Se casó y tuvo su primera hija con Vilma Valer Delgado, apurimeña
proveniente de una familia comprometida con las luchas sociales y la reivindicación de las
expresiones culturales indígenas.

De vuelta en el Cusco, Blanco se integró a la gran Federación Departamental de


Trabajadores del Cusco como delegado del Sindicato Único de Vendedores de Periódicos.
Viendo que el sector más combativo en esos momentos eran los campesinos de la provincia
de La Convención, zona semi-tropical, se incorporó como campesino al Sindicato de
Campesinos de Chaupimayo, parte de la Federación Provincial de Campesinos de la
Convención y Lares. Sus experiencias en ésta última le ayudaron a obtener una mejor
perspectiva sobre la problemática agraria del Perú y a salir del esquema "obrerista" del
POR, especialmente tras su elección como delegado del sindicato ante la Confederación
Campesina del Perú.

La lucha de los campesinos indígenas de la zona era contra la opresión de los dueños de las
“haciendas”, donde los campesinos tenían que trabajar gratuitamente para el hacendado por
el derecho de trabajar una pequeña parcela en su beneficio. El proceso social comenzó por
la exigencia de que las imposiciones y abusos de los latifundistas aminoren pero luego pasó
a exigir el derecho a la tierra. Bajo el nombre de “huelga”, en la zona se dictaminó e hizo la
primera reforma agraria del Perú. Blanco incrementó su participación en los sindicatos
campesinos y ocupó diversos cargos en la Federación Provincial de la La Convención,
culminando en abril de 1962 con su elección a la secretaría general de la Federación, en
momentos en que la lucha campesina llegaba a incluir tomas de tierras.

El gobierno respondió a este proceso con represión violenta en toda la zona. Ante la
escalada represiva en contra del movimiento campesino varios sindicatos optaron por
defenderse y nombraron a Blanco para que organizara y dirigiera la autodefensa armada.
Ante la escalada represiva en contra del movimiento campesino, el sindicato de base
Chaupimayo, en el cual militaba Blanco, optó por defenderse con las armas y organizó la
columna guerrillera Brigada Remigio Huamán, nombrada en honor a un campesino
asesinado por la policía. Pero el accionar de este movimiento fue breve, ya que en mayo de
1963 se desbarató la columna y Blanco fue capturado.

En 1966, tras tres años de prisión efectiva, fue por fín juzgado y sentenciado a veinticinco
años en la isla penal de El Frontón. Sólo una campaña internacional y nacional lo salvó de
la pena de muerte. En esta campaña jugaron un papel importante la acción iniciada por la
sección sueca de Amnistía Internacional y los pronunciamientos a favor de su libertad de
personajes famosos como Jean-Paul Sartre y Simone de Beauvoir, y jóvenes escritores
como el hoy premio Nobel, Mario Vargas Llosa. Como resultado de esas luchas y a pesar
de tener prisioneros a los líderes campesinos de ese movimiento, el gobierno se vio
obligado a legalizar en gran medida la reforma agraria hecha por los campesinos.

En 1970 el gobierno reformista militar de Juan Velasco Alvarado le dio la libertad pero lo
deportó a México en 1971. Fue la primera de tres deportaciones. En 1971 se editó su libro
"Tierra o Muerte" el cual fue traducido al inglés, portugués, japones y sueco. De su exilio
en México viajó a Argentina donde el gobierno militar lo encarceló y luego lo expulsó a
Chile. En Chile, durante el gobierno de la Unidad Popular liderado por Salvador Allende,
Blanco colaboró en la organización de los “Cordones Industriales”. A raíz del golpe de
Augusto Pinochet fue rescatado por el embajador sueco Harald Edelstam, quien lo acogió
en la Embajada de Suecia al igual que a muchos otros refugiados latinoamericanos. De esa
manera inició su asilo político en ese país.

Ya en Europa, Blanco realizó una gira por Europa Occidental y Canadá dando conferencias
de análisis sobre el golpe de estado en Chile. Luego logró entrar a los Estados Unidos
durante el gobierno del presidente Jimmy Carter, quien en ese entonces empezaba a
enfatizar en sus discursos acerca de los Derechos Humanos. El tema de las conferencias de
Blanco fue “Cárter y los Derechos Humanos en América Latina”, en ellas denunciaba al
gobierno estadounidense como impulsor de los golpes de estado en América Latina,
quienes, según él, violaban sistemáticamente los Derechos Humanos. En Suecia trabajó
primero en un instituto preparatorio de la Agencia Sueca de Desarrollo Internacional ASDI
para jóvenes que se preparaban para viajar al Tercer Mundo como cooperantes
internacionales, enseñándoles castellano y quechua. Luego trabajó como obrero industrial
en Estocolmo.
En 1976, tras fuerte protesta popular contra el nuevo gobierno militar en Perú, encabezado
por el general Francisco Morales Bermúdez, Blanco pudo volver al Perú como candidato a
la Asamblea Constituyente por el Frente Obrero Campesino, Estudiantil y Popular, FOCEP.
El objetivo de la Asamblea Constituyente era permitir una transición del gobierno militar a
un gobierno civil. A raíz del uso de su espacio televisivo gratuito para su campaña electoral
en contra de una agresiva alza de precios de la canasta básica y en favor de un Paro General
llamado por la Central General de Trabajadores del Perú, CGTP. Esto hace que el gobierno
lo deporte. Luego de haber sido elegido como constituyente con la votación más alta de la
izquierda, le permiten regresar al Perú.

De 1980 a 1985 fue diputado por el PRT a la vez que Secretario de Derechos Humanos de
la Confederación Campesina del Perú, CCP, y miembro de la Comisión de Derechos
Humanos dentro de la Cámara de Diputados. De 1985 a 1990, como secretario de
organización de la CCP, participó en la recuperación de 1.250.000 ha por las comunidades
indígenas de Puno.

Luego actuó en el Norte del país en las Rondas Campesinas. Desde 1990 hasta el autogolpe
de Fujimori en 1992 fue senador de la República en la bancada de la Izquierda Unida. En la
década de 1990 se dedicó a defender los intereses de los campesinos del Cusco y la defensa
de la sagrada hoja de la coca, amenazada de ser criminalizada. El año 1994, cuando vivía
temporalmente en México, estalló la rebelión zapatista, movimiento que lo inspira entre
otras a replantearse el estratégico papel de los pueblos indígenas.

En el 2003 estuvo al borde de la muerte cuando una vena se le reventó en la cabeza. La


solidaridad económica de la Liga Comunista Revolucionaria, LCR, de Francia y otras
fuerzas solidarias internacionales y a nivel nacional, le salvaron la vida.

Actualmente dirige el mensual “Lucha Indígena” y edita folletos de educación popular


sobre diversos temas relacionados a las luchas indígenas y campesinas. Ha publicado su
segundo libro “Nosotros los I¡undios”. Continúa siendo miembro honorario de la
Confederación Campesina del Perú, CCO, como parte de su Consejo Nacional de
Delegados. Es además miembro del Consejo Editorial de la revista política internacional
Sin Permiso, desde su fundación en 2006.

En el 2010 realizó una gira por Europa exponiendo la lucha de los pueblos indígenas del
mundo en defensa de la naturaleza y por una organización social horizontal. Sus posiciones
actuales hace que sea considerado por muchos cercano al Ecosocialismo. Actualmente está
abocado a las luchas en defensa de los derechos de los pueblos indígenas y en defensa de la
Madre Tierra en específico la defensa del agua amenazada actualmente por las
trasnacionales mineras. Participó durante el 2011 en la Marcha en Defensa del Agua y el
2012 en la Marcha de la Bandera de la Madre Tierra o Mamapacha Unancha.

Tiene dos hijas mujeres y cuatro hijos varones. Su hija mayor Carmen Blanco Valer es
dirigente ambientalista y de la solidaridad internacional en Suecia. Su organización:
Solidaridad Suecia-América Latina (SAL) solidariza con los movimientos campesinos e
indígenas de América Latina.

También podría gustarte