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3.3.

HIDROLOGÍA:

En el lugar de estudio el agua tiene distintas procedencias:

-Aguas pluviales que precipitan directamente en la excavación.

-Aguas de escorrentía superficial no desviadas que entran en el perímetro de la excavación.

-Aguas subterráneas que se filtran o alumbran en forma de manantial al profundizar la


excavación.

Todos estos factores influyen en el diaclasamiento del macizo rocoso así como en su
permeabilidad y resistencia.

Uno de los puntos de partida de todo proyecto que contemple una excavación de cierta
envergadura es, consecuentemente, empezar por llegar a alcanzar un profundo conocimiento
de la realidad del entorno físico en el que se va a operar mediante la realización de los
correspondientes estudios e investigaciones de tipo hidrológico e hidrogeológico y
encaminados a permitir gestionar correctamente esa presencia de aguas de distinto origen
teniendo en cuenta:

-El agua y la influencia en la estabilidad de taludes y en definitiva en la seguridad geotécnica de


nuestra zona de estudio.

En términos generales, en el ámbito de las explotaciones mineras el agua constituye el agente


natural de mayor incidencia como condicionante y desencadenante de inestabilidades y otros
problemas geotécnicos y geomecánicos asociados. La presencia de agua produce efectos
negativos:

-Incremento de los costos de mantenimiento al aumentar el porcentaje de averías originadas


por la acción abrasiva del barro, corrosión de la humedad, además el agua actúa como
lubricante en los cortes de los neumáticos con la roca.

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