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CÁTEDRA DE CLÍNICA I
SEMINARIO:
ELECTROCARDIOGRAMA (ECG)
DOCENTE:
DRA. PRECIADO LUCAS KENIA LEONOR
ESTUDIANTES:
ARCE VINUEZA JUAN PABLO
SÉPTIMO SEMESTRE
GRUPO 14
SUBGRUPO 3
CICLO:
2019-2020
ÍNDICE
P R OC E S OS D E E X C I T A C I Ó N Y AC T I V ACI Ó N DE L C OR A ZÓ N
A CT I V A C I ÓN G L OB A L D E L C OR A ZÓ N
En situaciones normales, las partes del corazón laten en una secuencia ordenada: la
contracción de las aurículas (sístole auricular) va seguida de la contracción de los
ventrículos (sístole ventricular) y, durante la diástole, las cuatro cavidades se relajan.
El latido cardiaco se origina en un sistema de conducción cardiaca especializado y se
extiende por este sistema a todas las partes del miocardio. Las estructuras que
conforman el sistema de conducción son el nódulo sinoauricular (nódulo SA); las vías
auriculares internodales; el nódulo auriculoventricular (nódulo AV): el haz de His y
sus ramas, y el sistema de Purkinje. Las diversas partes del sistema de conducción y,
en condiciones anormales, las partes del miocardio, son capaces de emitir una descarga
espontánea. Sin embargo, el nódulo sinoauricular descarga con más rapidez,
propagándose su despolarización hacia las otras regiones antes que estas emitan
descargas espontáneas. Por tanto, dicho nódulo es el marcapaso cardiaco normal, su
frecuencia de activación determina la frecuencia con la que late el corazón. Los
impulsos generados en el nódulo sinoauricular pasan por las vías auriculares hasta el
nódulo auriculoventricular; a través de este último, aquéllos van al haz de His y, por las
ramas de este, mediante el sistema de Purkinje, hacia el músculo ventricular. Cada uno
de los tipos celulares del corazón posee un perfil peculiar de descarga eléctrica y la
suma de todas las descargas se registra en la forma del electrocardiograma (ECG).
EJE ELÉCTRICO
Onda P
Se produce por la despolarización de ambas aurículas. La parte inicial de la onda P
corresponde a la activación de la aurícula derecha, y su porción media-terminal, a la de
la izquierda. Dada la dirección cráneo-caudal del frente de activación auricular, la onda
P de origen sinusal es positiva en DII, DIII y aVF. La duración de la onda P normal no
supera los 0,1 s y su amplitud no es mayor de 0,25 mV (2,5 mm).
Intervalo PR (o PQ)
Abarca desde el inicio de la onda P hasta el inicio del complejo QRS y refleja el tiempo
transcurrido desde el comienzo de la despolarización auricular hasta que se inicia la
ventricular. El paso del frente de activación a través del nodo AV y del sistema His-
Purkinje no es visible en el ECG y, por este motivo, el intervalo entre el final de la onda
P y el inicio del QRS es plano o isoeléctrico. La duración normal del PR es de 0,12 a
0,2 s.
Complejo QRS
Refleja la activación global de ambos ventrículos. El inicio de la activación en el
septum da lugar al 1er vector, mientras que la activación de la pared libre y de la base da
lugar al 2do y 3er vector (v. fig. 48-14). La morfología del complejo ventricular varía
según la derivación. Así, en DI es un complejo qRs, en aVR, un complejo QS, y en V1,
un complejo r/S. Las ondas q de DI y r de V1 reflejan el primer vector septal (v. fig. 48-
14). La duración normal del complejo QRS no excede los 0,1 s y su amplitud no
sobrepasa los 2,5 mV (25 mm).
Segmento ST
Refleja la fase de repolarización lenta (fase 2 del potencial de acción transmembrana) y
abarca desde el final del QRS (punto J) hasta el inicio de la onda T. En condiciones
normales, el segmento ST es plano o isoeléctrico, ya que durante este período no se
generan diferencias regionales de potencial. Por el contrario, en presencia de isquemia
miocárdica (fig. 48-15), las células isquémicas pierden el potencial de reposo (se
despolarizan) y así se producen gradientes regionales de potencial durante la fase 2
entre las células isquémicas y las sanas.
Estas diferencias de potencial originan corrientes anormales (corrientes de lesión) que
en el ECG se detectan como desviación (elevación o descenso) del segmento ST (v. fig.
48-15). El grado de ascenso o descenso del segmento ST se mide en el punto J (v. fig.
48-13 A).
Onda T
Corresponde a la fase rápida de repolarización (fase 3 del potencial de acción) y se
refleja en forma de una onda positiva en todas las derivaciones excepto en aVR, que es
negativa (v. fig. 48-13 B). La onda T se produce porque en esta fase de la repolarización
cardíaca se generan diferencias regionales de potencial, aunque todavía no se sabe si en
el corazón humano estas diferencias tienen lugar entre el epicardio y el endocardio,
entre la base y el ápex o entre todas estas regiones. Cuando la secuencia de activación
del corazón se altera, como en el caso de la hipertrofia y la dilatación ventricular, los
trastornos de conducción o la isquemia miocárdica, la polaridad de la onda T también se
altera y puede negativizarse.
Intervalo QT
Refleja el tiempo total de activación y repolarización de los ventrículos, y abarca desde
el inicio del complejo QRS hasta el final de la onda T. La duración del intervalo QT
varía con la frecuencia cardíaca: se acorta cuando aumenta esta y se alarga en presencia
de bradicardia. Por ello se utilizan fórmulas para corregir su valor en función de la
frecuencia y no debería exceder el 10% del valor corregido. El alargamiento del
intervalo QT puede ser de origen congénito, pero en la mayoría de los casos se produce
por alteraciones electrolíticas (hipopotasemia, hipocalcemia, hipomagnesemia) o por
acción de fármacos, y predispone a la generación de arritmias potencialmente malignas.
E L E C T R OC A R D I OG R A M A NO RM AL
Se considera que un ECG es normal (v. fig. 48-13 B) cuando cumple todos los criterios
siguientes:
1) Ritmo de origen sinusal diagnosticado por la presencia de ondas P positivas en DI,
DII y aVF, y negativa en aVR.
2) Intervalo PR de duración comprendida entre 0,12 y 0,2 s.
3) Complejo QRS de duración inferior a 0,12 s con morfología r/S en V1 y sin ondas q
patológicas.
4) Segmento ST (punto J) isoeléctrico, aunque existe una variante de la normalidad,
denominada repolarización precoz, en la que el punto J está ligeramente elevado en
derivaciones de la cara inferior o en precordiales (v. fig. 48-13 C).
5) Onda T positiva en todas las derivaciones, excepto en aVR que es negativa; en
personas jóvenes, la onda T de V1 puede ser ligeramente negativa. En la tabla 48-6 se
resumen los criterios de normalidad del ECG.
BIBLIOGRAFÍA
Farreras, R. (2012). Medicina Interna 17º edición. Barcelona: S.A. ELSEVIER
ESPAÑA.
electrocardiograma, D. d. (2017). Revista mexicana de Anestesiología. Obtenido de
Medigraphic.org.mx: https://www.medigraphic.com/pdfs/rma/cma-
2017/cmas171bj.pdf