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Estado natural

Los metales alcalinos son muy abundantes en la naturaleza, pero jamás se encuentran en
solitario, en estado puro.

Por el contrario, son elementos tan reactivos que siempre forman compuestos con otros
elementos diferentes, a menudo disueltos en el agua, especialmente el agua de los océanos.

Abundancia
Los más comunes de los metales alcalinos son el sodio, el litio y el potasio, muy abundantes en
los mares, la corteza terrestre y en el cuerpo de los seres vivos.

El rubidio y cesio, que son radiactivos, son en cambio más escasos. Todavía más lo es el
francio, cuya vida media es sumamente corta y suele obtenérselo a través de la
descomposición natural del actinio.

Los metales alcalinos son de baja densidad. Li, Na y K son menos densos que el agua. El Li es el
más duro y a la vez el menos denso. El Cs es el más blando y el más denso.

Tienen puntos de fusión bajos, comprendidos entre 181ºC para el Li y 28.7ºC para el Cs.

Los elementos sodio y potasio son componentes fundamentales de los seres vivos. Se
encuentran en forma de iones, cuyas propiedades son muy diferentes a la de los metales.

Usos
Los metales alcalinos se emplean a menudo como conductores de la electricidad, recubiertos
en aislantes plásticos, como reductores cuando se necesitan elementos desecantes, o como
refrigerantes líquidos en plantas nucleares (litio, sodio y potasio, sobre todo).

Sin embargo, sus numerosísimos compuestos tienen una gran cantidad de aplicaciones
industriales posibles, especialmente las sales.

Hidrógeno
A pesar de hallarse en el mismo grupo de los alcalinos ya que comparte con ellos muchas
características, el hidrógeno (primer elemento de la tabla periódica) no es un metal alcalino
sino un gas.

Su comportamiento químico está a medias entre los alcalinos (pues le sobra un electrón) y los
halógenos (pues con un electrón más se convertiría en helio). Es altamente reactivo,
inflamable y existe como un gas incoloro e inodoro de moléculas diatómicas.

El hidrógeno, con un único electrón, se sitúa normalmente dentro de la tabla periódica en el


mismo grupo de los metales (aunque otras veces aparece separado de éstos o en otra
posición). Sin embargo, para arrancar este electrón es necesaria mucha más energía que en el
caso de los alcalinos. Como en los halógenos, el hidrógeno sólo necesita un electrón para
completar su nivel de energía más externo, por lo que en algunos aspectos el hidrógeno es
similar a los halógenos; en su forma elemental se encuentra como una molécula diatómica, H2,
e incluso puede formar sales, llamadas hidruros, MH, con los alcalinos, de forma que el metal
le da un electrón al hidrógeno, como si el hidrógeno fuera un halógeno. Por este motivo,
además de que no comparte sus propiedades en los enlaces y otras, no se considera al
hidrógeno un alcalino, sino un gas, no metal, cuya configuración electrónica en estado
fundamental es 1s1.

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