Está en la página 1de 45

Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba

(República Argentina)
http://www.acader.unc.edu.ar

EL PAGO

en el nuevo Código Civil de Paraguay

por

Luis Moisset de Espanés (*)

SUMARIO:

Introducción.
1.- Concepto de pago.
2.- Naturaleza jurídica.
3.- Requisitos: causa, cumplimiento y sujetos.
4.- Exactitud del pago: a) identidad; b) integridad; c: indivisibilidad; d) ubicación del pago.
5.- Efectos.
6.- Prueba del pago: a) el recibo. Obligatoriedad y requisitos; b) presunciones; c) extravío del
título; d) pago con cheque.
7.- Personas que deben y pueden pagar: a) pago efectuado por terceros interesados; b)
terceros no interesados; c) pago y titularidad del dominio.
8) Personas a quienes debe hacerse el pago. La enumeración legal.
9) Los créditos pignorados y embargados.
10) El pago hecho a terceros. Distintos casos: a) acreedor aparente.
11) Lo que se debe dar en pago. a) pagos parciales.
12) Lugar de pago. Reglas aplicables.
13) Tiempo del pago. Plazo determinado e indeterminado.
14) Caducidad del plazo. Casos.
15) Los pagos anticipados.

(*) Presidente de la Academia Nacional de Derecho (Córdoba, República Argentina).


Académico honorario de la Real Academia Española de Jurisprudencia y Legislación
(Madrid), y de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de Granada. Académico
correspondiente de la Academia Mexicana de Derecho. Catedrático titular de Derecho Civil
1
Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba
(República Argentina)
http://www.acader.unc.edu.ar

de la Universidad Nacional de Córdoba (Argentina). Laureado por la Academia Nacional de


Ciencias de Buenos Aires.

2
Introducción

Tomás Salinas se ha ocupado siempre del Derecho Comparado, y en especial


de la evolución legislativa en los países de Iberoamérica. Por tal razón he elegido como tema
para este libro que se publica en su homenaje un estudio sobre el pago en el nuevo Código
Civil paraguayo, el más reciente de los sancionados en América del Sur, que ha venido a
reemplazar al Código de Vélez, que fuera adoptado por ley del 19 de agosto de 1876 y se
encontraba en vigencia desde el 1º de enero de 1877.
Paraguay, en la etapa que corre desde ese momento hasta 1987, es un ejemplo
del fenómeno de "transplante" global. Además, es de los pocos casos en que ese transplante
ha tenido pleno éxito casi, pues ha funcionado casi sin resistencia, salvo por la falta de
disposiciones especiales en el derecho de familia para contemplar las relaciones
prematrimoniales o matrimoniales de los aborígenes.
El nuevo Código, además, aunque brinda al pueblo paraguayo una legislación
propia, que atiende a algunos de esos problemas que no estaban contemplados en el Código
de Vélez, nos muestra además como se mantienen lazos comunes en la evolución del sistema
iberoamericano, pues el legislador continúa prestando atención a lo que sucede en los pueblos
hermanos, que van recorriendo en su evolución caminos paralelos. Esa línea se marca en
numerosas normas del nuevo cuerpo legal, donde se advierte la influencia tanto del Proyecto
argentino de 1936, o de normas que fueron incorporadas en la República del Plata en 1968,
por la ley 17.711, como también una línea general de "solidarismo social", común a todas las
modernas legislaciones de iberoamérica, como la adopción de figuras como las del abuso del
derecho (art. 372), la lesión subjetiva (art. 671), la imprevisión (art. 672) y la condena de
cláusulas leoninas en las condiciones generales de los contratos (art. 691).
Me ha parecido pues oportuno, en un homenaje a Tomás Salinas Mateo,
analizar aspectos de un cuerpo legal que hermana el quehacer jurídico de países
iberoamericanos, ya que nuestro homenajeado se ha esforzado siempre, desde el Instituto de
Derecho Comparado de la Universidad complutense, en la tarea de fomentar ese
indispensable acercamiento entre los quienes cultivamos el estudio del derecho en América y
España.
Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba
(República Argentina)
http://www.acader.unc.edu.ar

1) Concepto de pago.
El pago es el modo extintivo de las obligaciones por excelencia;
difiere de los restantes porque, por sobre todas las cosas, es el único modo que real y
efectivamente configura el cumplimiento de la obligación. Tanto es así que en algunas obras
modernas de Obligaciones, e incluso en algunas codificaciones (ver por ejemplo el Código
portugués de 1966, no se lo trata junto con los demás modos extintivos, sino lisa y llanamente
como "cumplimiento de las obligaciones", ocupándose luego del "incumplimiento", antes de
pasar a "los modos extintivos distintos del cumplimiento".
La obligación se crea para ser cumplida, y el cumplimiento provoca su
extinción. Por eso el artículo 547 expresa:
"La obligación se extingue por el cumplimiento de la prestación".
En el lenguaje vulgar la palabra "pago" se suele utilizar
específicamente para el cumplimiento de las obligaciones de dar sumas de dinero, pero en
sentido técnico jurídico significa "cumplimiento", cualquiera sea el tipo de obligación, es
decir la ejecución "fiel y exacta" de la prestación debida, ya que se "debe entregar la misma
cosa o cumplir exactamente el hecho a que se estuviere obligado (conf. art. 557), en el
tiempo y lugar establecidos (arts. 561 y 563), del modo debido, por una persona que pueda
pagar y a alguien que estuviese autorizado a recibir el pago (arg. artículos 585, 548 y 551). La
prestación que no se ajustase a estos requisitos entrañaría ya un incumplimiento y no sería un
verdadero pago.
El Código de Vélez suscitaba algunas controversias doctrinarias
cuando limitaba el "pago" al cumplimiento de las obligaciones de hacer y de dar (art. 725,
Código civil argentino), que han quedado ahora de lado pues el nuevo art. 547 no contiene
limitación alguna y al hablar simplemente de "cumplimiento de la prestación", comprende
también las conductas negativas, o de abstención, es decir las obligaciones de no hacer 1.

2) Naturaleza jurídica.

1
. Conf. Ramón Silva Alonso: "Derecho de las Obligaciones en el Código civil paraguayo", 4ª ed., 1994,
Intercontinental, Asunción.
Ver en especial p. 581, donde expresa: "Pago es el cumplimiento de la prestación objeto de la
obligación, sea de dar, hacer o de no hacer".

4
Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba
(República Argentina)
http://www.acader.unc.edu.ar

El pago es una conducta humana que produce efectos jurídicos. Cabe


entonces preguntarse: ¿dentro del cuadro de los hechos jurídicos, en qué categoría debemos
clasificarlo?.
Procuraremos ir de mayor a menor, analizando primero el género, para
llegar luego a la especie. Recordaremos, en primer lugar, la definición de los actos
voluntarios, contenida en el artículo 277, cuando dice que:
" ... son los que ejecutados con discernimiento, intención y libertad
determinan una adquisición, modificación o extinción de derechos. ..."
Hemos subrayado el vocablo extinción porque éste es sin duda el
efecto del pago; además el pago es un hecho voluntario que requiere primordialmente la
voluntariedad de quien lo efectúa, y por ello el inciso a, del artículo 548, exige que quien
paga sea persona "capaz de administrar sus bienes". Si a ello agregamos que quien paga lo
hace persiguiendo como "fin jurídico" inmediato la extinción de la obligación, se llegará a la
conclusión de que el pago es un "acto jurídico" 2, pues encuadra en el artículo 296, que nos
dice:
"Son actos jurídicos los actos voluntarios lícitos, que tengan por fin
inmediato crear, modificar, transferir, conservar o extinguir derechos.
Las omisiones que revistieren los mismos caracteres están sujetas a las
reglas del presente Título".
Coordinando estas normas llegamos a la conclusión de que la
conducta del deudor, voluntaria y lícita, que persigue como fin jurídico extinguir las
obligaciones, sea que obre de manera positiva (obligaciones de dar y de hacer), o por omisión
(obligaciones de no hacer), es un "acto jurídico". Los incapaces, las personas carentes de
voluntad, no pueden efectuar un pago válido y la prestación que ejecutaren estaría viciada de
nulidad (artículos 357, inciso a; y 358, inciso b) 3.
Nos queda, sin embargo, una duda. ¿Qué ocurre en el campo de las
obligaciones de no hacer, si el deudor es incapaz y, precisamente por eso, no realiza la

2
. En la terminología propia del Código de Vélez, mantenida en el nuevo Código civil paraguayo, la noción
de "acto jurídico" se aproxima a la noción europea de "negocio jurídico".
3
. "Art. 357.- Es nulo el acto jurídico:
a) cuando lo hubiere realizado un incapaz por falta de discernimiento; ..."
"Art. 358.- Es anulable el acto jurídico: ...
b) cuando, ejecutado por un incapaz de hecho, éste tuviese discernimiento; ...".

5
Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba
(República Argentina)
http://www.acader.unc.edu.ar

actividad prohibida?. ¿Esa abstención involuntaria configura un cumplimiento? ¿Es un


verdadero pago?
No hay dudas que la obligación se habrá extinguido, cualquiera sea la
calificación que demos al acto, y cualquiera sea la causa de la abstención. En esta hipótesis,
aunque no haya habido voluntariedad en el deudor, el acreedor ha viso plenamente satisfecho
su interés y la omisión, aunque involuntaria, ha producido objetivamente los efectos del
cumplimiento 4.
Efectuada esta salvedad, que se reduce a hipótesis de obligaciones de
no hacer, en que la extinción puede derivar de un hecho jurídico, entendemos que en los
demás casos se está frente a un acto jurídico.
Rechazamos aquellas posturas que extienden la calificación de "hecho
jurídico" a las hipótesis de "pagos" efectuados por incapaces, que son luego convalidados.
Dijimos más arriba que esos "actos" están viciados de nulidad; si quien "pagó" fue un incapaz
falto de discernimiento, el acto será nulo (artículo 357, inc. a) y, por tanto, inconfirmable, a
punto tal que la nulidad deberá ser declarada de oficio por el juez si aparece manifiesta en el
acto (art. 359) 5. En tal caso no hay pago.
Si quien ejecutó la prestación era un incapaz de hecho con
discernimiento, el acto será anulable (art. 358, inc. b), y podrá ser confirmado (art. 366 y ss.)
6
, único caso en el que adquirirá validez; pero aquí habrá un "acto jurídico", la confirmación.
Rechazamos también la afirmación de quienes sostienen que no habría
4
. La "omisión" del deudor incapaz nada tiene de voluntaria y, por tanto, no estamos frente a un acto jurídico
(art. 296) y ni siquiera frente a un simple acto voluntario (art. 277), sino que se trata de un hecho jurídico
involuntario, que "no produce por sí efecto alguno" (art. 277, in fine), pero al cual la ley no puede negarse a
adscribirle consecuencias extintivas.
Al llegar a este punto es donde advertimos porqué el codificador argentino, don Dalmacio Vélez
Sársfield, en el viejo artículo 725 reducía la noción de "pago" al cumplimiento de las obligaciones de hacer y de
dar, y dejaba de lado las obligaciones negativas, en las cuales la omisión involuntaria también extingue la
relación.
5
. "Art. 359.- Cuando el acto es nulo, su nulidad debe ser declarada de oficio por el juez, si aparece manifiesta
en el acto o ha sido comprobada en juicio. El Ministerio Público y todos los interesados tendrán derecho para
alegarla.
Cuando el acto es anulable no podrá procederse sino a instancias de las personas designadas por la ley.
El Ministerio Público podrá hacerlo, cuando afectare a incapaces o menores emancipados."
6
. "Art. 366.- Se tendrá por confirmado un acto anulable cuando por otro válido, quien tuviere el derecho para
pedir la anulación, hiciere desaparecer los vicios, siempre que lo realizare después de cesar la incapacidad o
defecto de que provenía la invalidez".

6
Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba
(República Argentina)
http://www.acader.unc.edu.ar

acto jurídico porque muchas veces el deudor, al realizar el pago "ignora que persigue un fin
jurídico", y citan como posible ejemplo el de los trabajadores del servicio doméstico que al
efectuar sus tareas no saben que cumplen una "prestación". El ejemplo no resiste el más
mínimo análisis; el sujeto podrá ignorar el significado técnico de los vocablos prestación y
contraprestación, pero aún la persona más rústica sabe que si asume esas tareas tiene que
cumplirlas, y que ellas le dan derecho a percibir una retribución. Su conducta es voluntaria, y
el propósito que la inspira es el cumplimiento, aunque "no sepa" cual es la denominación
técnica de esa conducta.
En definitiva, en estos casos, o no hay pago o la actividad del deudor
tiene como finalidad dar cumplimiento a sus obligaciones y debemos calificarla de acto
jurídico.
Se plantea aquí otra seria discrepancia doctrinaria: ¿el pago es un acto
jurídico unilateral, o bilateral?
Nuestro maestro, Pedro LEÓN, afirmaba sin vacilaciones que es
bilateral, porque requiere la colaboración del acreedor. La voluntad de cumplir del deudor
resulta insuficiente, por ejemplo, si el acreedor no recibe la cosa que se le debe entregar, o la
suma de dinero que se le adeuda, e incluso sobre el acreedor pesa el deber de dar un recibo,
en el que conste que la obligación ha sido satisfecha y cancelada (art. 570).
Pero esto no sucede en todos los tipos de obligaciones, sino solamente
en aquellas que por su naturaleza requieren "la intervención del acreedor". Es cierto que en
las obligaciones de dar es menester que el acreedor reciba la cosa, pero hay numerosas
hipótesis de obligaciones de hacer y más aún en las obligaciones de no hacer, que pueden sr
cumplidas sin colaboración del acreedor, y en las cuáles el pago será un acto jurídico
unilateral 7.
En consecuencia, parece inútil discutir "a priori" en cuál de las dos
categorías de actos jurídicos encuadra el pago, ya que puede indistintamente pertenecer a una
u otra, según la naturaleza de la prestación debida.
Por las mismas razones resulta ocioso embarcarse en la discusión,
planteada por algunos autores, sobre si el pago es un "contrato", o una mera "convención".
Estamos convencidos de que el pago es una figura multiforme y ¡no puede ser encasillada en

7
. El profesor paraguayo Ramón Silva Alonso afirma que debe considerarse al pago "como acto jurídico
unilateral" (obra citada en nota 1, p. 308).

7
Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba
(República Argentina)
http://www.acader.unc.edu.ar

una categoría única!


Lo que sí es importante, desde el punto de vista práctico, es la solución
adoptada por el Código en materia de prueba del pago, al establecer en el artículo 569:
"Cuando por la naturaleza de la obligación el pago requiera la
intervención del acreedor, se probará en la forma establecida para los contratos"
8
.
No podemos concluir este punto sin hacer referencia, aunque sea muy
somera, a la postura que sostiene que el pago no es un acto jurídico, sino un "acto debido".
Fue Carnelutti, en trabajos publicados a comienzos de siglo, quien
difundió esta idea, sobre la base de una triple división de los actos voluntarios en: 1) actos (o
negocios) jurídicos; 2) actos ilícitos; y 3) actos debidos. La distinción fue receptada en
Argentina por un ilustre jurista platense, Galli, el anotador del Tratado de Obligaciones de
Salvat, pero no ha obtenido otras adhesiones, en especial luego de la demoledora crítica de
Orgaz 9, quien demuestra que adolece de un grave error lógico, pues para formar las tres
categorías no se emplea un criterio clasificador único, sino dos principios diferentes: en
primer lugar, la libertad o no de acción (que sólo permitiría formar dos grupos: 1) actos libres,
y 2) actos no libres); y en segundo lugar, el mandato legal, hablando de actos prohibidos (los
ilícitos), y actos ordenados (los debidos).
La falta de homogeneidad en el principio clasificador trae también
como consecuencia que se coloquen en el mismo rango actos lícitos e ilícitos, aspecto que el
propio Carnelutti tuvo en cuenta algunos años después, cuando escribió su "Sistema", y
presentó una nueva clasificación en tres categorías, como subdivisiones del acto jurídico: 1)
actos de poder, 2) negocios jurídicos, y 3) actos debidos.
En esta nueva clasificación se ha dejado de lado los actos ilícitos, pero
como bien señala Orgaz 10, se incurre otra vez en el defecto de emplear simultáneamente dos
principios de clasificación, pues para diferenciar al "acto de poder" de los negocios jurídicos,

8
. Es menester concordar este dispositivo con los artículos 699 y siguientes, en especial el 706, de donde
surge que si el pago supera el monto de diez jornales, no podrá ser probado por testigos. Volveremos sobre el
tema al ocuparnos de la prueba del pago, en el punto 6 de este trabajo.
9
ver Alfredo Orgaz: "El pago y el acto jurídico", en Estudios de Derecho Civil, Tea, Buenos Aires, 1948, p.
93 y ss.
10
. Alfredo Orgaz, trabajo citado en nota anterior, "Estudios...", p. 105 y 106.

8
Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba
(República Argentina)
http://www.acader.unc.edu.ar

se atiende al hecho de la presencia de un interés propio (acto de poder), o de un interés ajeno


(negocio jurídico), mientras que los negocios jurídicos se distinguen de los actos debidos
tomando como base otro criterio: que se ejerza un derecho o se cumpla una obligación.
Pero, con abstracción de los defectos lógicos que presentan estas
clasificaciones, es menester destacar que el problema no puede resolverse con prescindencia
del sistema positivo, en especial cuando el Código ha dado una noción muy precisa del "acto
jurídico", como lo hacía Vélez en el artículo 944 y lo hace el nuevo Código en el artículo 296
11
.
Es cierto que quien paga cumple un deber, y en ese sentido podemos
hablar de "acto debido"; por ejemplo, cuando el heredero, para cumplir con la voluntad de su
causante, expresada en el testamento, ejecuta las mandas o legados, cumple un "acto debido"
por él; pero su conducta es voluntaria (obra con discernimiento, intención y libertad), es lícita
y persigue como fin jurídico inmediato extinguir una obligación, razón por la cual -en el
sistema jurídico paraguayo 12- es un acto jurídico. Lo mismo ocurrirá si el beneficiario de un
legado cumple los cargos que limitaban esa liberalidad: su conducta será un "acto debido",
pero también debe ser calificada como acto jurídico, porque reúne todos los requisitos
previstos en el artículo 296.
Además, hay algunas hipótesis de pagos que no son actos debidos,
como sucede, por ejemplo, cuando un tercero no interesado paga la deuda de otro; la
conducta de ese sujeto, admitida por la ley, es voluntaria, lícita, y persigue un fin jurídico
inmediato, por lo que debe ser calificada de acto jurídico, y es un pago, pero ¡no es un acto
debido!
En definitiva, entendemos que la existencia del vínculo obligatorio no
priva de voluntariedad al sujeto, y su conducta, aunque sea debida, atendrá las características
del acto jurídico, mientras no adolezca de un vicio de la voluntad, es decir si ha sido
practicada con discernimiento, intención y libertad.
Los sostenedores de la teoría del acto debido argumentan sobre la base
de ejemplos en los cuáles el cumplimiento de la obligación no es un "acto jurídico", como

11
. "Art. 296.- Son actos jurídicos los actos voluntarios lícitos, que tengan por fin inmediato crear, modificar,
transferir, conservar o extinguir derechos.
Las omisiones que revistieren los mismos caracteres están sujetas a las reglas del presente título".
12
. Al igual que en el sistema jurídico argentino.

9
Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba
(República Argentina)
http://www.acader.unc.edu.ar

sucedería en algunas obligaciones de no hacer en que basta la mera abstención del deudor,
aunque carezca de capacidad y aun de discernimiento, hipótesis que hemos mencionado más
arriba, y en las cuales la extinción se produce en virtud de un mero "hecho jurídico".
Pero esos ejemplos se vuelven en su contra, ya que tampoco se estaría
frente a la ejecución de un "acto debido" que, por definición ¡es una categoría dentro de los
actos voluntarios!
Lo que sucede, en definitiva, es que la gran variedad de actos en que
puede consistir el cumplimiento, torna imposible encuadrar todas las hipótesis en una especie
única: habrá casos, quizás excepcionales, en que sea suficiente el "hecho material", aunque
haya sido obrado sin capacidad, ni discernimiento, para extinguir la obligación; en la mayoría
de los casos, por el contrario, se tratará de un acto jurídico, que a veces será unilateral, y en
otras ocasiones requerirá de la colaboración del acreedor, por lo que encajará en los actos
jurídicos bilaterales, aplicándose las normas de prueba correspondientes a los contratos.

3) Requisitos: causa, cumplimiento y sujetos

En primer lugar, entre los requisitos del pago se menciona la causa, ya


que si ella faltase estaríamos frente a lo que suele denominarse "pago sin causa", que no es un
modo extintivo de obligaciones, sino la fuente de la obligación de restituir.
Pero, ¿qué significado tiene el vocablo "causa" en este caso?
La pregunta no es ociosa, porque autores del prestigio de Colmo, o de nuestro maestro, Pedro
LEÓN, han sostenido erróneamente que se trataría de la falta de "causa fuente". ¡No!
Hemos visto que el pago, en la mayoría de las hipótesis, es un acto
jurídico y, como tal, persigue una "causa fin": extinguir la obligación.
Resulta necesario aquí recordar que todo hecho jurídico, sea natural o
humano, voluntario o no, lícito o ilícito, es "causa fuente" de los efectos que produce; algunos
de esos hechos, los llamados por el Código "actos jurídicos", y por la doctrina europea
"negocios", tienen "causa-fin", y los demás no tienen causa fin, y sólo producen los efectos
que la ley les señala.
La diferencia entre "ser" y "tener", puede iluminar el panorama,
especialmente si recordamos las palabras de Martínez Paz, quien enseñaba que causa-fuente y
causa-fin son como el anverso y reverso de una misma moneda; la una es la causa "que
empuja" (fuente), y la otra la causas que tira (fin perseguido). La causa fin, que sólo se
10
Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba
(República Argentina)
http://www.acader.unc.edu.ar

presenta en los actos jurídicos, está yuxtapuesta a esa causa-fuente.


Los actos jurídicos tienen un fin, y obra como fuente de un efecto
jurídico: el que persiguen como fin. Así, el contrato tiene como fin crear obligaciones, y si no
se frustra, es fuente de las obligaciones que deseaba hacer nacer.
El pago, acto jurídico, tiene como causa-fin extinguir una obligación,
y si ese fin no se frustra por error, o inexistencia de la relación, logrará su objeto.
En segundo lugar, para que haya pago no bastará con la mera
declaración de voluntad de cumplir, si no se traduce en una conducta de "cumplimiento
efectivo" de la prestación.
El ofrecimiento de pago no alcanza a ser cumplimiento; por eso en
algunos sistemas jurídicos, al regular la mora del acreedor se exige lo que se llaman "ofertas
reales" y otros, incluso, no admiten que el deudor se libere si no consigna la prestación
debida.
El nuevo Código paraguayo no llega a esos extremos y en los casos de
resistencia del acreedor a prestar su colaboración se limita a exigir que el deudor que efectúa
el requerimiento se encuentre en condiciones de poder "ejecutar el pago en esa oportunidad"
(art. 428) 13; pero, aunque esto significa aceptar la posibilidad de "mora del acreedor", no será
en manera alguna "pago", y para extinguir la obligación será menester "consignar" (ver
artículos 585 y 589) 14.
Por lo expuesto sostenemos que uno de los requisitos del pago es el
"cumplimiento efectivo".
En tercer término encontramos lo relativo a los sujetos, es decir la
persona que paga y la que recibe el pago, que deben ser capaces y estar legitimados para
efectuar o recibir el pago.

13
. "Art. 428.- El acreedor quedará constituído en mora si rehusare recibir la prestación ofrecida, a pesar de
reunir ésta los requisitos del pago; o cuando, intimado al efecto, no realizare los hechos que le incumben para
verificarlo, o siempre que no estuviere en condiciones de cumplir con su contraprestación. No incurrirá en mora
el acreedor si el deudor que hiciere el requerimiento no pudiese ejecutar el pago en esa oportunidad."
14
. "Art. 585.- Para que la consignación surta efectos de pago es indispensable que concurran, con respecto a
las circunstancias de personas, objeto, modo y tiempo, todos los requisitos del pago convenido. La falta de
cualquiera de ellos autoriza al acreedor a rechazarla."
"Art. 589.- La consignación no impugnada, o que se declare válida, surtirá los efectos del pago desde el
día del depósito. En tales supuestos, los gastos son a cargo del acreedor. El deudor carga con ellos si desiste de la
consignación, o ésta es rechazada por el juez".

11
Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba
(República Argentina)
http://www.acader.unc.edu.ar

El nuevo Código exige, tanto para el deudor como para el acreedor,


que sean capaces de administrar sus bienes (ver artículos 548, inciso a, y 551, inciso a) 15.
Advertimos en estos dispositivos un choque con otras previsiones del
Código, como el artículo 90, que regula la situación jurídica del inhabilitado, sujeto a quien se
le prohibe la "disposición", pero conserva la "administración" de sus bienes 16. Sin embargo,
esos sujetos no pueden "recibir pagos" y, por supuestos, ¡menos aún efectuarlos!, ya que es
más grave el que un bien o servicio egrese del patrimonio.
Si el acreedor que recibe el pago fuese incapaz, el pago no extinguiría
la obligación, salvo que pudiese probarse que redundó efectivamente en su beneficio (art.
553) 17.
En cuanto a la legitimación para efectuar el pago, el Código admite
18
que la prestación sea ejecutada por terceros (art. 548, incisos b y c) , y también podrán
realizar el pago los representantes del deudor y personas a cuyo auxilio recurra (arg. art. 422)
19
, cuando no se trate de obligaciones inherentes a la persona. Predomina aquí, como lo
hemos señalado reiteradamente, el interés de que la prestación se cumpla.
El pago tendrá que efectuarse al acreedor, a su representante, o al
tercero que se hubiese designado para recibirlo.
El inciso d, artículo 551, prevé excepcionalmente un caso en que
tendrá que pagarse a quien no es realmente el acreedor, diciendo que debe hacerse:

15
. "Art. 548.- Pueden hacer el pago:
a) el deudor capaz de administrar sus bienes; ...".
"Art. 551.- El pago debe hacerse:
a) al acreedor que tuviere la libre administración de sus bienes o a su
representante facultado al efecto; ...".
16
. "Art. 90.- El inhabilitado no podrá disponer de sus bienes ni gravarlos, ni estar en juicio, celebrar
transacciones, recibir pagos, recibir ni dar dinero en préstamo, ni realizar acto alguno que no sea de simple
administración, sin la autorización del curador que será nombrado por el juez. ...".
17
. "Art. 553.- El deudor, que informado de la incapacidad sobreviniente del acreedor, le hiciere el pago, no
extinguirá la obligación, a menos que el deudor pruebe que el pago redundó en benefició del acreedor".
18
. "Art. 548.- Pueden hacer el pago: ...
b) toda persona interesada en el cumplimiento de la obligación: y
c) el tercero no interesado, con asentimiento del deudor o sin él."
19
. "Art. 422.- El deudor responderá por el dolo o culpa de sus representantes legales, o de las personas que
hubiere utilizado en el cumplimiento de la obligación. ...".

12
Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba
(República Argentina)
http://www.acader.unc.edu.ar

" ... al que estuviere en posesión del crédito. El pago será válido, aunque
después dicho poseedor fuere vencido en juicio sobre le derecho que invoca".
Este dispositivo tiene su fundamento en la literalidad y autonomía de
los títulos de crédito, que crea una apariencia que debe ser respetada en aras del principio de
"seguridad". Por tal razón este pago, aunque se ha efectuado a una persona que no era
realmente el acreedor, extinguirá la obligación.

4) Exactitud del pago.

En varias oportunidades 20 hemos insistido sobre este requisito del


pago. Hay en el Código disposiciones categóricas que enumeran los deberes a que están
sometidas las partes de la relación obligatoria, e imponen como conclusión ineludible la
necesidad de que el cumplimiento de la prestación sea "fiel, exacto y puntual".
La exactitud se conforma con una serie de aspectos, como lugar,
tiempo y modo de cumplimiento, que es menester distinguir, aunque la distinción parezca
sutil. Nos ocuparemos entonces de la identidad, integridad, indivisibilidad y ubicación del
pago.

a) Identidad. El deudor debe cumplir exactamente la "misma" prestación a que estaba


obligado. Un simple cotejo entre el acto de cumplimiento y la prestación debida, permitirá
establecer si hubo exactitud en el pago.
La exigencia de "identidad" está consagrada en el artículo 597, que de
manera muy precisa expresa:
"El deudor debe entregar la misma cosa o cumplir exactamente el hecho
a que estuviere obligado. ...".
La norma, en forma concisa, ha resumido lo que decían los viejos
artículos 740 y 741, comprendiendo la identidad del objeto tanto en las obligaciones de dar,
como en las de hacer. Se atentaría contra el principio de identidad si se pretendiese entregar
una cosa por otra, o ejecutar un hecho distinto del prometido, aunque fuese de igual o mayor
valor. Tampoco es admisible que se pretenda sustituir la prestación por la indemnización de
daños y perjuicios (artículo 557, in fine).

20
. Ver nuestro "Curso de Obligaciones", Ed. Advocatus, Córdoba, .

13
Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba
(República Argentina)
http://www.acader.unc.edu.ar

b) Integridad. El segundo principio que concurre a la exactitud del pago es la


integridad, en virtud del cual el pago debe ser total, completo, aspecto que anticipamos al
tratar el artículo 560, que se refiere al objeto del pago y nos dice:
"Si la obligación fuere de dar una suma de dinero con intereses, el pago
sólo se estimará completo, después de satisfecho el capital y los intereses".
Siguiendo la misma línea de pensamiento, el primer párrafo del
artículo 463, al tratar de las obligaciones de dar cosas ciertas, dispone que:
"Si la prestación tiene como objeto cosas individualmente determinadas,
comprende todos los accesorios de ellas al tiempo de constituirse la deuda,
aunque no hubiesen sido mencionados en el título...".
Estas normas son un reflejo del principio de la "integridad" del pago;
pero su aplicación más moderna -como bien lo señala el profesor chileno Fueyo Laneri-
tiene lugar ene los países que padecen fuertes procesos inflacionarios. Si en ellos se insiste en
aferrarse a viejas concepciones nominalistas, y entregar únicamente la suma que
originariamente expresaba el valor de la deuda, no habrá pago "íntegro", y esa pretensión
vulneraría además el principio general de buena fe, que debe prevalecer en el cumplimiento
(art. 715).
Estamos convencidos de que si el flagelo de la inflación llegase a
azotar a Paraguay, pese a la literalidad del artículo 474, que consagra el nominalismo, debería
prevalecer en definitiva el principio de la "integridad" del pago.

c) Indivisibilidad. El tercer principio es la "indivisibilidad", que exige que el


cumplimiento no se fraccione temporalmente, sino que se efectúe en su totalidad en un solo
acto. A él se refiere el artículo 558:
"Cuando los pagos parciales no estuvieren autorizados, no podrá el
deudor exigir del acreedor que acepte en parte el cumplimiento de la
prestación".
Este principio de la indivisibilidad admite algunas excepciones; la
primera de ellas está mencionada en el mismo artículo 558, y es un corolario de la autonomía
de la voluntad; las partes pueden pactar el pago en forma fraccionada, y en ese caso el
acreedor deberá aceptar los pagos parciales.
En segundo lugar consideramos que hace excepción al principio lo
14
Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba
(República Argentina)
http://www.acader.unc.edu.ar

dispuesto por el artículo 559:


"Si la deuda fuere en parte líquida y en parte ilíquida, el acreedor podrá
reclamar el cumplimiento de la liquidación aun antes de que corresponda el
pago de la otra".
No sabemos si el vocablo "liquidación" empleado en esta norma es
fruto de un error tipográfico, pues parece más correcto hablar de la "parte líquida", como lo
hacía el artículo 743 del Código de Vélez. De cualquier manera, no ha de provocar ninguna
dificultad interpretativa. Lo que interesa señalar es que la exigencia de "indivisibilidad" se
encuentra establecida en beneficio del acreedor, y él puede dejarla de lado si considera más
ventajoso percibir de inmediato aquella parte de la prestación cuyo "quántum" está ya
liquidado; por supuesto que para proceder de tal manera es menester que la parte líquida sea
ya exigible.
En materia de letras de cambio la propia ley establece que el portador
no puede rechazar un pago parcial, caso en el que deberá dar recibo por el importe recibido y
protestar la letra por el excedente (artículo 1341).
Finalmente, puede estimarse que la compensación y la ejecución
forzada hacen también excepción al principio de la indivisibilidad. En efecto, si el Código
establece que cuando coexisten dos obligaciones, se extinguen hasta el límite de la menor,
eso significa que uno de los créditos se satisface parcialmente, y el resto queda subsistente,
como si lo hubiesen pagado a cuenta con el otro crédito.
En la ejecución forzada sucede que con frecuencia que el monto
obtenido no alcanza a satisfacer íntegramente al acreedor y debe conformarse con él; esto se
ve aún con mayor claridad en el caso de las quiebras, donde una vez liquidado el patrimonio
del deudor, y prorrateada esa masa entre los acreedores, no sólo se opera un pago parcial, sino
que se llega incluso a dar carta de pago al fallido, a pesar de no haber satisfecho de manera
total las obligaciones que adeudaba.

d) Ubicación del pago. Este requisito, integrante de la exactitud, se vincula con las
coordenadas temporales y espaciales.
Para que el pago sea puntual, fiel y exacto, es indispensable que se
produzca dentro de ciertas condiciones de lugar y de tiempo; ni el deudor puede ejecutar la
prestación, ni el acreedor exigirla, donde a cualquiera de ellos se les ocurra; tampoco el día en
que arbitrariamente quiera cumplir el deudor, o reclamarlo el acreedor, sino que el pago tiene
15
Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba
(República Argentina)
http://www.acader.unc.edu.ar

que "ubicarse" en el lugar y tiempo propios, como se estudiará más adelante, al analizar las
normas que contiene el Código en el Parágrafo III de la Sección Primera (artículos 561 a
568).

5) Efectos.

El principal efecto del pago es que libera al deudor del vínculo jurídico
que lo tenía sujeto, y lo hace de manera definitiva e irrevocable (artículo 547), tal como lo
expresaba con mucha claridad Vélez en la parte final del antiguo artículo 505: " ... respecto
del deudor, el cumplimiento exacto de la obligación le confiere el derecho de obtener la
liberación correspondiente, o el derecho de repeler las acciones del acreedor."
La antigua denominación, "solutio", que daban los romanos al pago,
representaba gráficamente la idea de "soltar" o "desatar" el vínculo que mantenía ligado (ob-
ligado) al deudor.
Otro efecto del pago es que importa una confirmación tácita cuando el
acto jurídico que engendró la obligación estaba afectado por una nulidad subsanable. El
artículo 369, cuya fuente es el artículo 694 del Anteproyecto De Gásperi", nos dice:
"La confirmación tácita es la que resulta de la ejecución voluntaria, total
o parcial, del acto anulable".
Ello significa que mediante el pago se sanea el vicio que adolecía el
acto jurídico que dio nacimiento a la obligación, de manera tal que no solamente se extingue
la totalidad de la obligación, sino que, en caso de que se tratase de un pago parcial, el
acreedor podrá exigir el cumplimiento del resto.
Además, ese pago parcial importa reconocer la existencia de la
obligación y tiene efectos interruptivos de la prescripción, como lo establece el inciso c, del
artículo 647, norma que tiene como fuente el artículo 3569 del Anteproyecto.

6) Prueba del pago.

El Código de Vélez, pese a su casuismo, no se ocupó de la prueba del


pago, y sólo encontramos en él la afirmación de que el deudor que paga tiene derecho a
obtener la liberación correspondiente (art. 505 in fine), y alguna mención al recibo otorgado
por el acreedor en los artículos 624, 775, 777 y 778 (el primero al tratar las obligaciones de
16
Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba
(República Argentina)
http://www.acader.unc.edu.ar

dar sumas de dinero y los tres restantes en el capítulo de la imputación del pago). Esa falencia
normativa provocó discrepancias doctrinarias y jurisprudenciales, a las que nos referiremos
brevemente, para mejor comprender la solución adoptada por el nuevo Código.
Ya Machado, uno de los primeros exégetas del Código de Vélez,
colocándose en una posición extrema, sostuvo que la prueba del pago debía regirse, en todos
los casos, por las mismas disposiciones que regulan la prueba de los contratos.
En una postura diametralmente opuesta se ha sostenido que deben
admitirse todos los medios de prueba, tesitura defendida por juristas de la talla de Galli, que
para avalar esta posición adhirió al criterio de Carnelutti de que el pago era un "acto debido".
Frente a estas dos posturas, una restrictiva, y la otra de gran amplitud,
prevaleció una posición intermedia, que propugnaba que la prueba debía adecuarse a las
características que el pago tuviese en cada tipo de obligaciones; así, cuando se trata de un
"acto jurídico bilateral" (por ejemplo en las obligaciones de dar), serían de aplicación las
normas contractuales y se exigiría prueba escrita siempre que la prestación excediese cierto
valor; pero cuando el pago no exigiese colaboración alguna del acreedor, podría probarse
como cualquier otro hecho jurídico (por ejemplo, en la obligación de construir un edificio,
concluida la obra se encuentra a la vista de todos y es prueba evidente de que la obligación se
ha cumplido).
Las dificultades probatorias, y la consiguiente exigencia de prueba
escrita, se presentan en las obligaciones de dar cantidades de cosas y, sobre todo, en las de dar
sumas de dinero, debido a la fungibilidad del objeto entregado, mientras que en las
obligaciones de dar cosas ciertas, su existencia en poder del acreedor permite apreciar que el
pago se realizó.
El nuevo Código ha superado estas dificultades, ocupándose del tema
en el parágrafo IV de la Sección I (artículos 569 a 574), siguiendo parcialmente al
Anteproyecto De Gásperi (artículos 820 a 825), que a su vez se había inspirado en el Código
del Brasil y el Esboço de Freitas.
El primero de los artículos, el 569, indica que el Código se ha
inclinado por la que denominamos solución intermedia:
"Cuando por la naturaleza de la obligación el pago requiera la
intervención del acreedor, se probará en la forma establecida para los
contratos".
Esta norma, verdadero acierto de la Comisión Nacional de
17
Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba
(República Argentina)
http://www.acader.unc.edu.ar

Codificación, no tiene antecedentes en el Anteproyecto, ni en ninguno de los Códigos que


hemos podido consultar; por ella se admite la libertad probatoria en los casos en que la
prestación fuese una conducta del deudor que no necesita colaboración alguna del otro sujeto
(obligaciones de no hacer), pero remite a los artículos 703 y siguientes cuando el acreedor
participa recibiendo la prestación, debiendo tenerse especialmente en cuenta lo que dispone el
artículo 706:
"Los contratos que tengan por objeto una cantidad de más de diez
jornales mínimos establecidos para la Capital, deben hacerse por escrito y no
pueden ser probados por testigos."
El recibo, pues, se hace necesario cuando el pago exceda el valor
fijado en esas norma, pero este principio -a nuestro entender- debe ser interpretado con
flexibilidad, ya que el artículo 704 permitirá prescindir de esa exigencia cuando hubiese
medido "imposibilidad de obtener la prueba designada por la ley; o hubiese un principio de
prueba por escrito" 21, a lo que nosotros sumaríamos aquellos casos en que el pago consiste
en la entrega de una cosa cierta, y el objeto se encuentra en poder del acreedor.

a) El recibo. Obligatoriedad y requisitos. El artículo 570 establece los deberes que


pesan sobre el acreedor, que no se reducen a la entrega del recibo, sino que -para los casos en
que la obligación consta en un título que no se restituye al deudor- se extienden a dejar
constancia del pago en el título mismo.
Si el acreedor se rehusase a entregar el recibo o efectuar las
constancias antedichas, el deudor podría negarse a efectuar el pago y resultaría procedente
que recurriese a la consignación judicial (arg.incisos a, f y h, artículo 584) 22.

21
. "Art. 704.- Los contratos que tengan una forma determinada por las leyes no se juzgarán probados si no
revistieren la forma prescripta, a no ser que hubiese habido imposibilidad de obtener la prueba designada por la
ley; o que hubiese un principio de prueba por escrito en los contratos que pueden hacerse por instrumento
privado, o cuando una de las partes hubiere recibido alguna prestación y se negare a cumplir el contrato.
En este caso son admisibles todos los medios de prueba."
22
. "Art. 584.- El pago por consignación debe hacerse judicialmente y sólo es posible en las obligaciones de
dar. Procede en los siguientes casos:
a) si el acreedor incurre en mora o se niega a recibir el pago;
...
f) si el acreedor perdió el título de la obligación:
...
h) si el acreedor se rehusa a presentar el documento o alega no tenerlo en su poder."

18
Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba
(República Argentina)
http://www.acader.unc.edu.ar

El artículo 570 agrega que "... los gastos de pago son a cargo del
23
deudor" , lo que incluiría los gastos de escrituración, por ejemplo, en el caso de cancelación
de una deuda hipotecaria (artículo 2404) 24.
El artículo 571 enumera los requisitos que debe reunir el recibo:
" ... designará el valor y la especie de la deuda pagada, el nombre del
deudor, o el del que pagó por el deudor, el tiempo y lugar del pago, con la firma
del acreedor, o de su representante."
Así, por ejemplo, si A hubiese dado en alquiler a B un departamento
en la ciudad de Asunción, y el pago de una de las mensualidades lo efectuase el fiador, F, el
recibo debería expresar: Asunción, 5 de febrero de 1987. Recibí del señor F la suma de 5000
guaraníes en efectivo (o en cheque por ese valor, Nº 222222, emitido en esta fecha a mi
orden, contra el Banco Tal), correspondiente al alquiler del mes de Febrero del inmueble sito
en esta Capital, en calle Mariscal Estigarribia Nº 317. Firmado: A.
En el ejemplo precedente quedaría extinguida la obligación con A, en
virtud del pago efectuado por un tercero interesado, el fiador, que quedaría subrogado
legalmente, en razón de lo dispuesto por el artículo 594, inciso b 25.

b) Presunciones. Cuando la deuda fuese de capital e intereses, el recibo por la


totalidad del capital, sin mencionar los intereses, hace presumir que estos se han pagado y
extingue la deuda respecto a ellos. Es lo que dispone el artículo 574:
"El recibo del capital por el acreedor, sin reserva alguna sobre los
intereses, extingue la obligación del deudor respecto de ellos".
Si se tratase de una obligación cuyo pago se ha fraccionado en cuotas
periódicas el recibo de la última cuota hace presumir que se han pagado las anteriores, pero
esta presunción admite prueba en contrario (artículo 573).
Finalmente, en materia de títulos al portador, o a la orden, su
23
. De manera concordante el artículo 758, en materia de compraventa, dispone que los gastos "de transporte y
recibo corresponden al comprador".
24
. "Art. 2404.- La inscripción de la hipoteca será cancelada en virtud de escritura pública en la que el
acreedor hipotecario declare la extinción de su crédito, o su renuncia a él, o por resolución judicial."
25
. "Art. 594.- La subrogación legal se opera de pleno derecho a favor:
a) del acreedor que paga la deuda del deudor común a otro acreedor que le es preferente;
b) del que paga por tener legítimo interés en cumplir la obligación; ...".

19
Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba
(República Argentina)
http://www.acader.unc.edu.ar

restitución al que los libró hace presumir el pago, lo que torna innecesario que se expida un
recibo (artículo 570); lo mismo sucede si se entrega la letra de cambio al girado 26.

c) Extravío del título. El artículo 572 resuelve el problema expresando:


"Si el acreedor pretende haber perdido el título, el deudor que pague le
puede obligar a otorgarle una declaración auténtica, en la cual haga constar la
anulación del título y la extinción de la deuda".
El deudor, frente a la manifestación del acreedor de haber extraviado
el título, se encuentra en una situación de incertidumbre, pues si hace fe en su palabra, y le
paga, puede verse obligado a pagar nuevamente la deuda al acreedor de mala fe que con
posterioridad esgrimiese ese título, presuntamente extraviado, y reclamara su cumplimiento.
Por ello, si confiando en la buena fe del acreedor acepta pagarle, puede
exigirle la constancia de extinción de la deuda a que hace referencia el artículo 572.
El problema se complica cuando la obligación que consta en el título
es transmisible a terceros, pues si ellos se presentasen a reclamar su cumplimiento, el deudor
tendría que pagar por segunda vez, pues la autonomía de los títulos circulatorios impide
discutir la buena o mala fe de su portador, o la causa de la obligación. En tales casos es más
seguro pagar por consignación (inciso f, artículo 584).
Tratándose de títulos al portador, extraviados o sustraídos, el tenedor
que denuncie y pruebe este hecho, "tendrá derecho a la prestación y sus accesorios, una vez
transcurrido el plazo de prescripción de la obligación" (artículo 1520), es decir cuando ya
nadie más puede presentarse con el título al portador a reclamar el cumplimiento de la
obligación.

d) Pago con cheque. El tráfico jurídico moderno presenta como una modalidad
frecuente la del pago de la obligación por la entrega de un cheque a la orden del acreedor. En
tal hipótesis un sector de la doctrina afirma que el recibo se torna innecesario, pues en el
propio cheque quedará constancia del cobro, en razón de que el acreedor, para percibir el
importe, o transmitirlo, debió endosarlo con su firma. Con mayor razón sería innecesario el

26
. "Art. 1341.- El girado que paga la letra puede exigir que ésta le sea entregada, con la constancia del pago
hecha puesta en la misma letra. El portador no puede rechazar un pago parcial.
En caso de pago parcial puede el girado exigir que se anote en la misma letra el pago efectuado, y
además que se le otorgue recibo. El portador debe protestar la letra por el excedente."

20
Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba
(República Argentina)
http://www.acader.unc.edu.ar

recibo si el cheque lleva la cláusula "no a la orden", que impone su depósito en una cuenta
bancaria a nombre del acreedor, lo que resulta prueba acabada del pago.
Resta, sin embargo, una dificultad: en el cheque no queda constancia
de cuál es la obligación que se paga.

7) Personas que deben y pueden pagar.

La lógica indica que quienes deben pagar son los deudores; sea que se
encuentren ligados al acreedor por un vínculo perfecto, integrado tanto por el "débito", cuanto
por la "responsabilidad", sea que se trate de sujetos ligados por un mero vínculo de
"responsabilidad", cuando en virtud de ese vínculo se les exige el cumplimiento de la
prestación debida.
Las personas que pueden pagar, sin estar obligados, son los terceros,
entre los cuales la ley suele efectuar un distingo entre terceros interesados y no interesados.
El inciso a) del nuevo artículo 548, cuya fuente inmediata es el
artículo 1065 del Anteproyecto, dispone que el pago podrá ser efectuado por "el deudor capaz
de administrar sus bienes".
Se considera, pues, que no están en condiciones de realizar el pago los
incapaces de hecho, tanto absolutos como relativos, y las personas que por disposición de la
ley están privadas de la administración de sus bienes (como el fallido).
¿Significa esto que si el sujeto es incapaz, no debe efectuar el pago de
sus deudas?. No; lo que la ley desea es que ese pago no lo efectúe personalmente, para evitar
que se perjudique al incapaz, pero la obligación tendrá que ser cumplida por su representante
necesario (padre, tutor o curador).
Además, puede suceder que el sujeto capaz encargue a un repre-
sentante voluntario que efectúe en su nombre el cumplimiento de la prestación, siempre que
no sea personalísima, o por las características de la obligación recurra a la colaboración de
auxiliares. En uno y otro caso debe considerarse que el pago ha sido efectuado por el deudor,
pues los actos del representante deben considerarse propios del representado, y la
colaboración de auxiliares, cuando la naturaleza de la obligación lo permite, no son más que
una modalidad del cumplimiento. Ni el representante, ni el auxiliar, efectúan un pago
autónomo y no puede considerarse este hecho como pago por terceros, sino que ellos se han
limitado a prestar una colaboración al deudor para que él cumpla con la obligación.
21
Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba
(República Argentina)
http://www.acader.unc.edu.ar

Así, por ejemplo, la empresa constructora que asume la obligación de


hacer un edificio público, deberá recurrir a albañiles, carpinteros, electricistas, plomeros, etc.,
pero el pago de la obligación no lo efectúan esas personas como terceros, sino el propio
deudor, la empresa, con el auxilio de los técnicos y obreros.

a) Pago efectuado por terceros interesados. ¿Quiénes son estos sujetos que la ley y
la doctrina denominan "terceros interesados"? Son personas que obtendrán alguna ventaja
jurídica con la extinción de la obligación, sea porque esto acarreará la extinción de una
obligación accesoria (casos del fiador, o del tercero propietario de un inmueble hipotecado),
sea porque de esta forma se mantiene incólume el patrimonio del deudor, para que esté en
condiciones de atender el cumplimiento de otras obligaciones (caso del acreedor quirografa-
rio o privilegiado, que paga a otro acreedor que tiene preferencia superior).
El artículo 594, al tratar de la subrogación legal, menciona en sus dos
primeros incisos hipótesis de "terceros interesados" 27.
En pura teoría es posible distinguir el caso en que el fiador se ve
forzado a pagar por requerimiento del acreedor, hipótesis en la cual no actúa como "tercero
interesado", sino como verdadero deudor de la obligación accesoria. En efecto, si el acreedor,
A, frente al incumplimiento del deudor, D, demanda al fiador, F, éste ejecuta la prestación en
cumplimiento del deber que le impone la obligación accesoria que él ha asumido
voluntariamente y de la cual es responsable. En cambio, si actúa espontáneamente, sin que
medie reclamo alguno del acreedor, lo hace como "tercero interesado". Pero, ¿en qué se dife-
rencian los efectos jurídicos? Absolutamente en nada.
Al pagar F la prestación se produce la extinción de la obligación
accesoria, sea que lo haga compelido por el acreedor, sea que efectúe el pago
espontáneamente; en ambos casos quedará legalmente subrogado en la posición de A,
pudiendo exigir al deudor el importe de lo que pagó.
En resumen, si el sujeto es deudor de una obligación accesoria, no
solamente puede, sino que a veces también debe pagar. En cambio hay otros "terceros
interesados", a quienes no se les puede exigir el cumplimiento (como los acreedores de un
deudor común, que pagan a otro acreedor preferente, inciso a, artículo 594) 28, pero si desean
27
. Ver nota 25.
28
. Ver nota anterior.

22
Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba
(República Argentina)
http://www.acader.unc.edu.ar

hacerlo el acreedor no puede negarse a admitirlo, salvo que se tratase de prestaciones que por
su naturaleza deben ser ejecutadas personalmente por el deudor.

b) Terceros no interesados. Vemos, por último, que el inciso c) del artículo 547
admite que el pago lo realice "... el tercero no interesado, con asentimiento del deudor, o sin
él".
Tradicionalmente la doctrina suele afirmar que la norma, al distinguir
estas dos situaciones: 1) con asentimiento del deudor; y 2) sin asentimiento, ha querido
referirse en la primera a los casos en que el tercero es mandatario del deudor.
Entendemos que se trata de un error; una cosa es que el deudor
encargue a alguien para que en su representación efectúe el pago, caso en el cual existiría
mandato, y sabemos que los actos jurídicos del representante se ejecutan en nombre del
representado, por lo que hemos dicho más arriba que en esos casos se trata realmente de
pagos efectuados por el deudor; y otra cosa es que el deudor, conociendo que un tercero
pretende realizar el pago, no se oponga, sino que acepte esa conducta, caso en el cuál creemos
que ni siquiera habrá un "mandato tácito" si el tercero no ha invocado ser representante del
deudor (art. 880) 29, máxime en razón de que el artículo 884, inciso a, exige poderes
especiales para " ... efectuar los pagos que no sean ordinarios de la administración".
Insistimos, en esta norma el "asentimiento" no debe ser interpretado
como sinónimo de "mandato", pues si lo hubiese (expreso o tácito), no estaríamos frente al
pago efectuado por un tercero no interesado, sino a un acto del representante, que produce sus
efectos en cabeza del representado, res decir un pago por el deudor.
El tercero, como bien lo dice el artículo 550, puede pagar "en su
30
nombre o en el del deudor" ; cuando lo hace en este último carácter no actúa en realidad
como tercero, sino ocupando el lugar de una parte, y no habrá subrogación, sino que sus
derechos "se reglarán conforme a las relaciones jurídicas existentes entre ellos" (artículo
29
. "Art. 880.- ... El mandato tácito resultará de hechos inequívocos del mandante, de su inacción o silencio,
o cuando en conocimiento de que alguien gestiona sus negocios o invoca su representación no lo impidiere,
pudiendo hacerlo."
30
. "Art. 550.- Los derechos del tercero, interesado o no, que pagare en su nombre o en el del deudor, se
reglarán conforme a las relaciones jurídicas existentes entre ellos. Si no las hubiere el pagador podrá reclamar lo
realmente desembolsado para cumplir la prestación.
El tercero no interesado, que pagó contra la voluntad del deudor, sólo tendrá derecho en la medida del
beneficio recibido por éste."

23
Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba
(República Argentina)
http://www.acader.unc.edu.ar

550), es decir entre quien paga y el deudor.


Lo que tiene relevancia jurídica en el pago por un tercero no
interesado es que el deudor, en conocimiento de que pretende pagar, puede aceptar el hecho,
o manifestar su oposición.
Hemos manifestado en numerosas oportunidades que los terceros no
deben inmiscuirse en las relaciones jurídicas, para atacarlas o perturbarlas; la admisión por el
ordenamiento jurídico de que un tercero pague es, a semejanza de la "gestión de negocios",
una anomalía fundada en principios de solidaridad social, con el fin, primeramente, de que se
cumpla el objeto de la relación obligatoria y el acreedor obtenga la satisfacción del interés
que perseguía con ella; y, en segundo lugar, que el deudor no caiga en incumplimiento.
Aplicando armónicamente estos principios se llega a la conclusión
sentada por el artículo 549, que admite en este caso la intromisión de un tercero "aun contra
la voluntad del acreedor" 31, pues se considera que no tiene justificativo que éste se resista al
cumplimiento, ya que no se atenta contra la relación obligatoria, sino que se colabora en su
cumplimiento y extinción. Tratándose de "terceros interesados" el acreedor sólo podrá
negarse a recibir el pago si tuviese "interés en que el deudor ejecute personalmente la presta-
ción", por tratarse de obligaciones inherentes a la persona.
Así, por ejemplo, si el deudor es un artista que debe pintar un cuadro,
y no cumple, el acreedor podrá negarse a que F, el fiador, pretenda pintarlo él, porque la
prestación es personalísima, y también a que intente pagar directamente la indemnización,
mientras el deudor no haya caído definitivamente en incumplimiento.
Tampoco podrá el acreedor rechazar la pretensión de pagar de un
tercero "no interesado"; pero aquí, a la excepción de las obligaciones inherentes a la persona,
se suma el caso de oposición del deudor, como se expresa en la parte final del art. 549:
"Sin embargo, el acreedor puede rechazar el cumplimiento que se le
ofrece por el tercero, si el deudor ha manifestado su oposición".
Si tanto el deudor como el acreedor consideran que no hay razones
para que el tercero se entrometa en la relación que los une, éste no podrá efectuar un pago
válido. Pero, ¿qué sucede si, pese a la oposición del deudor, el acreedor acepta el pago?. El
último párrafo del art. 550 nos brinda la solución:
31
. "Art. 549.- La obligación puede ser cumplida por un tercero, aun contra la voluntad del acreedor, si éste no
tiene interés en que el deudor ejecute personalmente la prestación. Sin embargo, el acreedor puede rechazar el
cumplimiento que se le ofrece por el tercero, si el deudor ha manifestado su oposición."

24
Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba
(República Argentina)
http://www.acader.unc.edu.ar

"... El tercero no interesado que pagó contra la voluntad del deudor, solo
tendrá derecho en la medida del beneficio recibido por éste".
El pago habrá tenido como efecto extinguir la obligación con todos sus
accesorios y garantías; el tercero no quedará subrogado en la posición del acreedor, pero si el
pago fue útil al deudor nacerá a favor del tercero el derecho a reclamar, porque de lo contrario
se produciría un enriquecimiento sin causa del deudor. Sin embargo, no podrá reclamar la
totalidad de lo que entregó, sino solamente "en la medida del beneficio recibido" por el
deudor.
Esta norma concuerda con el art. 1813, que al tratar de la gestión de
negocios ajenos, nos dice que:
"... cuando la gestión su cumplió contra prohibición lícita del interesado,
... ... las relaciones entre gestor y dueño se regirán por las normas que regulan el
enriquecimiento sin causa."

c) Pago y Titularidad del dominio. Finalmente encontramos el art. 556, que tiene
como antecedentes los arts. 813 del Anteproyecto DE GASPERI, y 738 del viejo Código, a
los que reproduce casi textualmente, con la sola modificación de la palabra "propiedad", por
"dominio":
"Cuando por el pago debe transferirse el dominio de la cosa, es preciso,
para su validez, que el que lo hace sea propietario de ella y tenga capacidad para
enajenarla. ...".
La redacción de la norma estaba plenamente justificada en el Código
de Vélez, o en el Anteproyecto, que adherían al sistema romano de la tradición como modo
de transferir el dominio, pero resulta impropia dentro del nuevo Código, que ha suprimido el
requisito de la entrega de la cosa y dispone en el art. 716 que la transferencia del dominio se
produzca en virtud del consentimiento expresado en el contrato:
"Salvo estipulación contraria, los contratos que tengan por finalidad la
creación, modificación, transferencia o extinción de derechos reales sobre cosas
presentes determinadas, o cualquier otro derecho perteneciente al enajenante,
producirán esos efectos entre las partes desde que el consentimiento se haya
manifestado legítimamente."
Por eso al tratar las "obligaciones de dar", y clasificarlas de acuerdo al
fin jurídico que con ellas se persigue, hemos dicho que en el sistema implantado por el nuevo
25
Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba
(República Argentina)
http://www.acader.unc.edu.ar

Código casi no se encontrarán obligaciones de dar cosas ciertas "con el fin de transferir o
constituir derechos reales", ya que ello sucede en virtud del contrato, y la obligación que pesa
sobre el deudor es la de "entregar la cosa a su dueño".
¡El deudor que efectúa el pago ya no es propietario!, y por tanto mal se
le puede reclamar -en ese momento- "capacidad para enajenarla", sino que tales requisitos
deben reunirse al contratar.
De cualquier manera la norma no es inútil, pues si la cosa no está
determinada, como sucede en las obligaciones de género, no basta el consentimiento para
transferir la propiedad, y en tales casos se aplicará el art. 566, que deberá coordinarse con el
art. 2058, ya que si se entregasen cosas muebles (determinadas o indeterminadas), que no
sean robadas o perdidas, el pago hecho con una cosa ajena será válido 32, a lo que debe
agregarse lo dispuesto en la segunda parte del art. 556:
"Si el pago fuere de una suma de dinero o de cosa que se consume por el
uso, no puede ser repetido contra el acreedor que de buena fe le haya
consumido".
Debemos analizar ahora la situación en que se encuentran los tres
sujetos involucrados cuando el pago se ha efectuado con una cosa ajena, a saber: el acreedor,
que la recibió, el deudor que la entregó, y el propietario que se ha visto privado de ella.
En primer lugar, el acreedor; si al recibir el pago sabía que la cosa era
ajena, actuó de mala fe y deberá soportar la acción reivindicatoria del propietario. Si obró de
buena fe, habrá que distinguir según la cosa fuese mueble o inmueble; tratándose de muebles,
el pago quedará firme si no eran robados o perdidos (art. 2058) 33, ni se recibieron a título
34
gratuito (art. 2415, in fine) . Si se recibió en pago un inmueble ajeno, el acreedor debe
soportar la reivindicación "aunque fuese de buena fe" (art. 2408) 35.
32
. "Art. 2058.- Se adquiere la propiedad de cosas muebles por su posesión de buena fe, no siendo robadas o
perdidas. La buena fe debe existir al tiempo de la adquisición. ..."
33
. Ver nota anterior.
34
. "Art. 2415.- No puede reivindicarse del poseedor de buena fe la cosa mueble transferida a título de
propiedad o de otro derecho real por aquél a quien el reivindicante o su representante la hubiese confiado sin
facultad de disponer de ella, o en virtud de un engaño o de un acto ilícito.
Procederá la reivindicación si la transmisión se hizo a título gratuito y la cosa se hallare en poder
del donatario."
35
. "Art. 2408.- La acción de reivindicación se da contra el poseedor que está obligado a restituir la cosa, o
que la adquirió del reivindicante o de su autor, aunque fuese de buena fe, por un título nulo o anulable. ..."
26
Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba
(República Argentina)
http://www.acader.unc.edu.ar

Si el acreedor recibe la cosa de buena fe, y posteriormente se entera


que era ajena: ¿puede solicitar que se declare la invalidez del pago?. Si se tratase de
inmuebles, no cabe duda que podría efectuar ese reclamo para no tener que soportar luego
una acción reivindicatoria del propietario, pero en el caso de cosas muebles algunos autores
dicen que la acción de invalidez no tiene interés jurídico ya que la ley lo considera propietario
y le permite repeler cualquier acción que se intente en su contra.
Pensamos, sin embargo, que esta facultad legal destinada a favorecer
al acreedor de buena fe, no le impedirá en manera alguna ejercitar su derecho a impugnar ese
pago inválido, fundado en razones ético-jurídicas que le imponen el deber moral de restituir
la cosa a su verdadero dueño (arg. art. 1820) 36, y reclamar que el pago se efectúe de manera
correcta y, también, que se le abonen los daños y perjuicios que le ocasionó el pago nulo.
¿Podría el deudor, que pagó con una cosa ajena, solicitar la nulidad de
ese pago y la restitución de la cosa?. La ley no resuelve el punto de manera expresa, por lo
que debemos recurrir al principio genérico en materia de nulidades de que la invalidez no
puede ser solicitada por quien la provocó, es decir por quien realizó el pago "sabiendo o
debiendo saber el vicio que lo invalidaba" (ver art. 1047 del Código de Vélez).
Debemos considerar, finalmente, la situación en que se encuentra el
verdadero propietario de la cosa que se entregó en pago. En los casos en que tenga expedita
la acción reivindicatoria, podrá dirigirse contra el acreedor que recibió el pago, para recuperar
la cosa. Además, tratándose de cosas robadas o perdidas, tendrá contra el ladrón o hallador
las acciones de indemnización de daños.
Si la cosa fuese consumible, y el acreedor la utilizó de buena fe, no
podrá recuperarla (art. 556, in fine), ni tendrá contra él acción alguna. En este caso, como en
los demás en que no proceda la acción reivindicatoria, sólo podrá reclamar la indemnización
de daños al deudor que utilizó la cosa ajena para pagar, de acuerdo a las relaciones que con él
lo han unido.

8) Personas a quienes debe hacerse el pago. La enumeración legal.

El nuevo art. 551 reemplaza los arts. 731 y 732 del Código de Vélez,
36
.- "Art. 1820.- No procede la repetición de lo pagado espontáneamente cumpliendo deberes morales o
sociales, salvo caso de incapacidad del que pagó. tampoco procede la repetición de la prestación cumplida con
finalidad contraria a la ley o a las buenas costumbres."

27
Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba
(República Argentina)
http://www.acader.unc.edu.ar

resumiendo en el inc. a) la detallada enumeración de hipótesis que se efectuaba en los


primeros cinco incisos del art. 731.
"El pago debe hacerse:
a) Al acreedor que tuviere la libre administración de sus bienes o a su
representante facultado al efecto;..."
Advertimos que en esta breve frase se ha incluído el requisito de la
capacidad del acreedor, que en el Código de Vélez se mencionaba en la primera parte del art.
734. Es menester concordar este dispositivo con el art. 552, en virtud del cual el pago
efectuado a un incapaz de administrar sus bienes sólo será válido "en la medida en que se
convierta en su utilidad" porque, en tal caso, negarle totalmente validez importaría consagrar
a su favor un enriquecimiento sin causa 37.
La escueta mención del acreedor y su representante evita la repetición
legal de conceptos y corresponderá a la doctrina, en armónica interpretación de la totalidad de
las normas vigentes, determinar qué se entiende por "acreedor" y qué por "representante".
Veremos, así, que si se trata de una obligación solidaria, es válido el
pago efectuado a cualquiera de los acreedores (art. 508) en razón de la unidad del vínculo;
ocurre lo mismo en el caso de las obligaciones indivisibles (art. 501) 38, porque la prestación
no puede fraccionarse.
Si la obligación fuese divisible, la pluralidad de vínculos hará que se
fraccione y cada uno de los acreedores sólo tendrá derecho a cobrar la cuota que le
correspondiese (art. 497) 39.

37
.- "Art. 552.- El pago hecho a quien no tiene autorización para recibirlo es válido si el acreedor lo ratifica, o
en la medida en que se convierte en su utilidad.
En igual medida producirá efectos el pago a un incapaz de administrar sus bienes."
38
.- "Art. 501.- Cualquiera de los acreedores puede exigir de cada uno de los deudores, o de sus herederos el
cumplimiento íntegro de la obligación o reclamar por cuenta común la consignación de la cosa debida.
El codeudor que paga la deuda indivisible se subroga en el derecho del acreedor en relación a sus otros
coobligados."
39
.- "Art. 497.- Si la obligación divisible tuviese más de un acreedor o más de un deudor, se fraccionará en
tantos créditos o deudas iguales como acreedores o deudores hubiese, siempre que el título constitutivo no
determinase porciones desiguales. Si son varios los acreedores y los deudores, la deuda se dividirá por el
múltiplo de los acreedores y deudores. Cada una de las partes equivaldrá a una prestación diversa e
independiente.
Los acreedores sólo tendrán derecho a su cuota, y los deudores no responderán por la insolvencia de los
demás."

28
Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba
(República Argentina)
http://www.acader.unc.edu.ar

Además, los sucesores universales ocupan el lugar jurídico de su


causante (arts. 2444 y 2446); finalmente, si se operase una transmisión del crédito
debidamente notificada, el pago deberá efectuarse al cesionario.
En cuanto a los "representantes" facultados a recibir el pago son tanto
los convencionales como los legales.

Títulos de crédito. El problema está previsto en el inciso b) del art. 552:


"... b) al que presentare el título de crédito, si fuere al portador o tuviere
recibo del acreedor, salvo fundada sospecha de no pertenecerle el documento, o
de no estar autorizado para el cobro: ..."
Lo dispuesto en esta norma se vincula con la autonomía que por
necesidades de circulación tienen los papeles de comercio, y hay que concordarlo con las
normas especiales sobre títulos de crédito contenidas en el capítulo XXIII del Tít. II, Libro III
(en especial arts. 1507 y 1517) 40, que facultan al portador a recibir la prestación contra la
presentación del título. Para el pago de cheques, ver arts. 1725 y ss.
El inc. b) del art. 551 no se reduce a contemplar los títulos al portador,
sino que agrega, para los títulos a la orden, que el pago se hará a quien "tuviere recibo del
acreedor", lo que deberá concordarse con lo dispuesto en los arts. 1522 y 1535, inc. e) 41.
La ley considera "acreedor" al poseedor del título, cuando es al
portador, o aquél a cuya orden aparece endosado, y a él se le tendrá que pagar, salvo las
sospechas fundadas de robo, o adulteración del endoso que lo autoriza a cobrar.

9) Los créditos pignorados y embargados.

40
.- "Art. 1507.- El poseedor de un título de crédito tiene derecho a la prestación indicada en él, contra su
presentación, siempre que su posesión esté justificada conforme a lo prescripto por la ley.
El deudor que sin dolo ni culpa cumple las prestaciones a favor del poseedor, queda liberado aun
cuando éste no sea poseedor del derecho."
"Art. 1517.- La transferencia del título al portador se opera por la entrega del título.
El poseedor del título al portador queda habilitado para el ejercicio del derecho mencionado en él con
su presentación."
41
. "Art. 1522.- El poseedor de un título a la orden queda habilitado para el ejercicio del derecho mencionado
en él mediante endoso a su favor. Si hay varios endosos, éstos deben ser continuos."
"Art. 1535.- El pagaré a la orden debe enunciar:
... e) el nombre de aquél, o a la orden de quien, debe hacerse el pago; ..."

29
Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba
(República Argentina)
http://www.acader.unc.edu.ar

El viejo art. 736 del Código de Vélez hablaba de "deudas"


embargadas, cuando en realidad lo que se embarga es el "crédito". El actual art. 554 ha
corregido ese defecto y dice:
"Si el crédito estuviere pignorado o embargado, el pago hecho al acreedor
no será válido. La nulidad sólo aprovechará a los acreedores prendarios o
embargantes, a quienes deberá pagar el deudor, salvo su derecho de repetición
contra el acreedor".
Supongamos que Enrique es acreedor de Fernando por 500.000
guaraníes, pagaderos dentro de un año; como a Enrique se le presenta una necesidad urgente,
solicita dinero prestado a José y para garantizar el pago le entrega en prenda el documento en
que consta el crédito que tiene contra Fernando (ver arts. 2316 a 2326).
Desde el momento en que se notifica a Fernando de la constitución de
la prenda, no podrá liberarse pagándole a Enrique. ¿Qué camino podrá seguir, entonces, si el
crédito se torna exigible?. Deberá efectuar el pago por consignación (art. 584, inc. e), a
"nombre común con el acreedor prendario" (art. 2318) 42.
Algo parecido ocurre en el caso del embargo de un crédito; p. ej.,
Enrique le debe a Luis 100.000 guaraníes, y no se los paga. Luis se entera de que Pedro le
adeuda a Enrique 700.000 guaraníes y procede a embargarlo, para evitar que Pedro le pague a
Enrique y éste se gaste el dinero; en definitiva, lo que Luis pretende es que ese crédito
embargado le sea útil para cobrar él.
Ya hemos visto que si Pedro desea liberarse deberá consignar; en
cambio, si le paga a Enrique, dice el art. 554 que el pago "no será válido", agregando que esa
nulidad "sólo aprovechará a los acreedores prendarios o embargantes", lo que significa que
Luis podría exigirle a Pedro que vuelva a pagar los 100.000 guaraníes que él embargó.
En realidad, sería más propio hablar de "inoponibilidad" del pago al
embargante, más que de nulidad, puesto que por el resto de la suma abonada (700.000 -
100.000= 600.000 guaraníes), el pago tendrá validez y ningún otro acreedor, salvo el que
embargó, tendrá derecho a reclamo alguno.
Finalmente, si Pedro se viese obligado a pagar dos veces esos 100.000 guaraníes, podría
dirigirse contra Enrique, reclamándole que se los devuelva, para que no se produzca a su
42
. "Art. 2318.- Cuando el crédito dado en prenda fuere exigible antes del garantizado con ella, el
constituyente puede, en virtud de motivos suficientes, hacer notificar al deudor que debe efectuar el pago por
consignación a nombre común con el acreedor prendario."

30
Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba
(República Argentina)
http://www.acader.unc.edu.ar

favor un enriquecimiento sin causa.

10) El pago hecho a terceros. Distintos casos.

El inc. c) del art. 554 expresa que el pago también puede hacerse:
"Al tercero indicado para recibir el pago, aunque lo resistiese el acreedor,
y aunque a éste se le hubiese satisfecho una parte de la deuda; ..."
Algunos autores suelen sostener que en este caso el tercero obra en
cierta manera como mandatario del acreedor. Creemos que la explicación no es válida,
porque en tal caso el acreedor podría perfectamente revocar el mandato en cualquier
momento (arts. 909, inc. c, y 913). El "tercero indicado" a que hace referencia este inciso no
es, por tanto, un mandatario.
Entendemos, en cambio, que en él se contemplan dos situaciones
distintas; en una de ellas funciona una figura tradicional, que viene del derecho romano: la
"adjectio solutionis gratia", en la cual el acreedor, Alberto, que a su vez le adeuda dinero a
Luis, le indica su deudor, Diego, que el pago debe efectuárselo directamente a Luis. En
definitiva, en esta hipótesis se van a extinguir conjuntamente dos obligaciones, la de Diego
con Alberto, y la de Alberto con Luis, el "tercero indicado" para recibir el pago, que tiene
especial interés en que la prestación se cumpla a su favor.
El otro caso, que no suelen mencionar los tratadistas, es que esta
"indicación" funcione como estipulación a favor de un tercero (arts. 730 a 736); acreedor y
deudor convienen que el cumplimiento de la prestación se efectuará en beneficio de un
tercero (extraño a la relación). Si el tercero acepta esa estipulación tendrá derecho a exigir
que se le pague a él, aunque el acreedor "lo resistiese".

a) Acreedor aparente. Nos ocuparemos ahora del inc. d, art. 551, que es un caso de
aplicación de la llamada doctrina de la apariencia. Si la prestación se efectúa:
"... a quien estuviere en posesión del crédito, el pago será válido, aunque
después dicho poseedor fuere vencido en juicio sobre el derecho que invoca."
Aclaremos primero que aquí "posesión del crédito" no significa la
tenencia del "título de crédito", supuesto que ya hemos estudiado al analizar el inc. b de este
mismo artículo.
Para comprender mejor quién es éste acreedor aparente, al que se le
31
Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba
(República Argentina)
http://www.acader.unc.edu.ar

debe efectuar el pago, conviene recordar lo que decía VÉLEZ SARSFIELD en nota al art.
732:
"Estar en posesión de un crédito no es tener el acto escrito que lo pruebe,
sino gozar pacíficamente de la calidad de acreedor. Así, un heredero aparente
está en posesión de los créditos hereditarios, y son válidos los pagos que le hacen
los deudores de la sucesión, aunque después sea vencido en juicio y declarado no
ser heredero. ..."
Suele ser frecuente que una persona tome posesión de la herencia, por
ausencia o inacción de los herederos más próximos; por ejemplo, el causante fallece soltero,
sin que se le conozcan descendientes ni otros herederos forzosos. Sus hermanos son
declarados herederos, venden parte de los bienes, cobran los créditos y disponen de ese
dinero, etc. Tiempo después aparece un hijo natural del difunto, que reclama y obtiene la
herencia, desplazando totalmente a quienes hasta ese momento eran herederos aparentes, pero
si ellos, como "acreedores en posesión del crédito", hubiesen recibido pagos, el hecho de que
los hayan vencido en juicio sobre el derecho que invocaban, no invalida los pagos (ver arts.
2508 y 2507) 43.
El caso del "heredero aparente" es solamente un ejemplo, y la solución
del inc. d) se extiende a todos los "acreedores aparentes".

11) Lo que se debe dar en pago.

Para facilitar el estudio del tema suministraremos un breve cuadro


sinóptico (ver Cuadro N° 1):
Cuadro N° 1
a) Obligaciones de dar; entrega de la cosa (art. 557)
b) Obligaciones de hacer: ejecución exacta del hecho (art. 557)
c) Obligaciones de no hacer: cumplimiento de la abstención.
1) Obligaciones facultativas
d) Limitaciones
2) Dación en pago (arts. 598 a 601)
43
.- "Art. 2508.- Serán válidos los actos del heredero aparente, en los casos previstos en el artículo anterior.
Lo serán también los de simple administración y los pagos de las deudas y cargas efectivas de la masa, aunque
no existiese declaratoria."

32
Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba
(República Argentina)
http://www.acader.unc.edu.ar

Al referirnos al "objeto", como elemento esencial de la relación


obligatoria, estudiamos con detenimiento los requisitos que debe reunir, y en el punto 4 de
este capítulo, al tratar de la exactitud del pago nos detuvimos en el análisis del art. 557, por lo
que remitimos a lo allí dicho.
En lo que se refiere a las obligaciones de no hacer el Código no
incluye normas sobre la forma de cumplir esa abstención, pero debe entenderse que cualquier
conducta que la quebrantase significaría un incumplimiento en sentido lato, lo que no excluye
la posibilidad de "mora" en este tipo de obligaciones 44, ya que la mora es una forma de
incumplimiento.
El principio rector es el del cumplimiento fiel y exacto de la "conducta
debida"; adviértase que no hablamos de conducta "prometida" o "convenida", ya que con esos
términos se haría referencia solamente a las obligaciones de fuente contractual, y la exactitud
del pago es aplicable a todas las obligaciones, cualquiera sea su fuente.
Suele decirse que este principio encuentra excepción en materia de
obligaciones facultativas y también en el caso de la dación en pago.
Recordemos primeramente que el nuevo Código regula las obliga-
ciones facultativas en los arts. 492 a 494, pero ha omitido dar una definición de este tipo de
obligaciones que, según la doctrina, son aquellas que tienen por objeto una prestación, pero le
está permitido al deudor sustituirla por otra (ver el art. 643 del Código de Vélez).
Al contraerse la obligación el acreedor prestó su consentimiento para
que el deudor pagase de una u otra manera, por lo que no puede sostenerse que se trate de una
excepción al principio de que el pago debe efectuarse cumpliendo la conducta "debida", ya
que esta facultad de sustitución ha sido expresamente convenida.
En cuanto a la dación en pago, el art. 598 expresa:
"La obligación quedará extinguida cuando el acreedor aceptare en pago
una prestación diversa. ..."
Se requiere, pues, una manifestación de voluntad del acreedor para
que el pago asuma una forma distinta a la originariamente convenida; no hay tampoco aquí
una verdadera excepción, sino una aplicación del principio de la autonomía de la voluntad

44
. Ver nuestro: "Incumplimiento y mora en las obligaciones de no hacer",
Revista General de Legislación y Jurisprudencia, Madrid, 1975, Nº 4, p. 345.

33
Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba
(República Argentina)
http://www.acader.unc.edu.ar

(art. 715) 45, que permitiría incluso hasta la renuncia del acreedor a cualquier pago.

a) Pagos parciales. El acreedor no solamente tiene derecho a requerir el pago de la


misma prestación que le es debida, sino también a exigir que se efectúe de manera íntegra.
Se presentan sin embargo algunos casos especiales que resumimos sintéticamente en el
Cuadro N° 2.
Cuadro N° 2
a) Obligaciones con intereses
1) Casos especiales b) Deudas en parte líquidas y en parte ilíquidas
c) Pluralidad de obligaciones

a) Convención expresa o tácita


2) Excepciones b) Compensación
c) Cofiadores no solidarios
d) Ejecución forzada

La regla general se encuentra establecida en el art. 558, que también


hace referencia a la principal de las excepciones:
"Cuando los pagos parciales no estuvieren autorizados, no podrá el
deudor exigir del acreedor que acepte en parte el cumplimiento de la
prestación".
Los arts. 559 y 560 señalan casos especiales de aplicación del
principio enunciado en el art. 558; el primero de ellos se refiere a la hipótesis de una deuda
que fuere en parte líquida y en parte ilíquida y admite la posibilidad de que el acreedor exija
el cumplimiento de la parte que ya es líquida aunque todavía no tenga derecho a reclamar el
resto 46.
Se ocupa luego el Código en el art. 560 de los casos en que se debe

45
. "Art. 715.- Las convenciones hechas en los contratos forman para las partes una regla a la que deben
someterse como a la ley misma, y deben ser cumplidas de buena fe. Ellas obligan a lo que está expresado, y a
todas las consecuencias virtualmente comprendidas."
46
. Ya nos hemos referido al punto cuando tratamos de la "exactitud del pago", y en especial de su
"indivisibilidad", punto 4-c.

34
Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba
(República Argentina)
http://www.acader.unc.edu.ar

una suma de dinero en concepto de capital, y otra por intereses de dicho capital 47, estimando
que el pago no se considerará "completo" mientras no se abonasen el capital y los intereses;
por consiguiente, el acreedor no está obligado a aceptar uno de esos rubros por separado.
Finalmente, si entre acreedor y deudor existiesen múltiples
obligaciones de distinta fuente, el acreedor no podría exigir que el pago se aplique
simultáneamente a todas, y tendría que recibir el pago que de una de ellas le ofreciese
separadamente el deudor, solución que surge de las normas sobre imputación del pago que
estudiaremos más adelante. Pero si se trata de una sola obligación, con prestaciones
periódicas, como sucede, por ejemplo, con las mensualidades de los alquileres, el acreedor no
puede ser obligado a recibir una mensualidad posterior, si se le adeudan las anteriores, ya que
como expresa el art. 573 al tratar la prueba del pago, el recibo de la última cuota hace
presumir que se han abonado las anteriores 48.
La regla establecida en el art. 558 reconoce excepciones, entre las
cuales la más importante, el convenio expreso o tácito por el cual las partes resuelven admitir
los pagos parciales, está consagrada por el propio art. 558. También sería válido, aunque no
existiese con carácter previo tal convenio, que el acreedor admitiese la ejecución parcial de la
prestación, pero esto no significaría que el resto todavía adeudado iba a poder ser nuevamente
fraccionado.
Entendemos que hay otra excepción en las normas sobre compensa-
ción legal, que permiten la extinción de las deudas hasta la concurrencia de la menor (art.
615) 49, pues allí vemos que una de las obligaciones queda parcialmente pagada.
Por otra parte, y en materia de fianza, si varias personas han
garantizado una misma deuda, la regla es que cada una de ellas esté obligada por la totalidad
50
(art. 1473) , pero cuando se hubiese pactado la fianza como simplemente mancomunada,
47
. "Art. 560.- Si la obligación fuere de dar una suma de dinero con intereses, el pago sólo se estimará
completo, después de satisfecho el capital y los intereses."
48
. "Art. 573.- Cuando el pago sea de cuotas periódicas, el recibo de la última establece, hasta la prueba en
contrario, la presunción de estar pagadas las anteriores."
49
. "Art. 615.- ... Opuesta la compensación, extinguirá con fuerza de pago las dos deudas, hasta donde
alcance la menor, desde el tiempo en que ambas comenzaron a coexistir, sin que a ello obste la impugnación del
acreedor, si concurren las circunstancias requeridas por la ley. ..."
50
. "Art. 1473.- Si varias personas han prestado fianza por un mismo deudor y en garantía de una misma
deuda, cada una de ellas está obligada por la deuda entera, salvo que se haya pactado el beneficio de división."

35
Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba
(República Argentina)
http://www.acader.unc.edu.ar

51
cada uno de los cofiadores sólo debe responder por su cuota parte (art. 1474) , y en este
caso el acreedor deberá conformarse con un pago parcial.
Finalmente, y como lo señalamos al hablar de la integridad del pago, si
el acreedor recurriese a la ejecución forzada y el monto obtenido con la liquidación de los
bienes del deudor no alcanzase para satisfacer íntegramente la obligación, deberá
conformarse con ese pago parcial, hasta tanto aparezcan otros bienes.

12) Lugar de pago. Reglas aplicables.

Al hablar de los requisitos esenciales del pago mencionamos la


"ubicación", refiriéndonos con él a las coordenadas de tiempo y lugar.
Nos ocuparemos aquí del lugar, aspecto de suma importancia con
relación al derecho procesal, pues de él ha de depender la competencia del tribunal, en caso
de litigio. Si el deudor no paga y el acreedor se ve obligado a recurrir a la justicia, no podrá
elegir a su arbitrio el juzgado, sino que deberá entablar la demanda ante el juez competente en
el lugar en que debía efectuarse ese pago.
El art. 563 prevé que "el pago debe hacerse en el lugar designado. ..."
Aclaremos que el lugar puede estar designado en forma expresa, o
surgir tácitamente. Muchas veces el documento que contiene el contrato que dio nacimiento
a la obligación, específica dónde se debe cumplir la prestación; pero en otros casos se omite
esa circunstancia y la doctrina se ha preocupado por desentrañar si existe o no un convenio
que tácitamente estipule el lugar de cumplimiento.
Así, por ejemplo, los tribunales argentinos, interpretando el art. 747
del Código de Vélez, análogo al nuevo art. 543, en el caso de la locación de una casa de
veraneo en La Falda, provincia de Córdoba, por un inquilino que tenía su domicilio real en
Buenos Aires, han interpretado que, pese a que nada se había dicho en el contrato, el pago no
podía efectuarse en el domicilio del deudor (parte final, art. 563), sino que debía entenderse
que tácitamente estaba convenido pagar los alquileres en le lugar en que estaba situado el
bien inmueble locado.
Algo similar sucede cuando se trata de cumplir la obligación de

51
. "Art. 1474.- Si se ha estipulado el beneficio de división, todo fiador que sea demandado para el pago de la
deuda entera, puede exigir que el acreedor reduzca su acción a la parte debida por él. ..."

36
Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba
(República Argentina)
http://www.acader.unc.edu.ar

escriturar que pesa sobre las partes cuando se ha hecho en instrumento privado un contrato
que requiere como forma la escritura pública (arts. 701 y 702), como sucede, por ejemplo, en
la compraventa inmobiliaria. ¿Dónde deberá otorgarse la escritura pública, si nada se ha
establecido expresamente?. Se entiende que de manera tácita está convenido hacerlo en el
lugar de situación del inmueble, porque la firma de la escritura trae aparejada la entrega de la
cosa, que sólo podrá efectuarse donde ella está ubicada.
A continuación el art. 563 se ocupa de los casos en que no se hubiese
designado lugar de cumplimiento:
"... si no se lo hubiere establecido y se tratare de una cosa cierta, donde
ella existía al constituirse la obligación; en cualquier otro caso, en el domicilio del
deudor".
Si la cosa cierta es un inmueble no se plantearán problemas, ya que
por su propia naturaleza no se la puede trasladar. Pero, ¿qué sucede si son cosas muebles?. La
norma no efectúa ninguna distinción, pero parece necesario analizar brevemente distintas
hipótesis.
Hay muebles de "situación permanente", que son aquellos incor-
porados a un inmueble por accesión, hipótesis en la cual creemos que tampoco se plantean
problemas; pero hay otros muebles que la persona lleva consigo de un lugar a otro, sea en
razón de su profesión u oficio, o porque integran el ajuar de su casa, etc.
Incluso, dentro de estos muebles hay algunos que tienen carácter
registrable, y un lugar de "radicación", como sucede con los automotores cuya transferencia
exigirá la realización de trámites en ese lugar de radicación, que debería ser el lugar de
cumplimiento, y no el lugar en que la cosa se encontraba al constituirse la obligación.
Cuando se trata de obligaciones recíprocas, y una de ellas tiene fijado
por convenio o por la ley un lugar de cumplimiento, se entiende que la otra deberá también
ejecutarse en el mismo lugar; precisamente uno de esos casos está resuelto en el art. 565:
"Cuando el pago consistiere en una suma de dinero como precio de una
cosa enajenada, y no se hubiere fijado el lugar, se efectuará donde haya de
cumplirse la tradición, siempre que dicho pago no fuese a término."
Esta solución concuerda con lo dispuesto por los arts. 763, 786 y 787
en cuanto al pago del precio en la compraventa 52.

52
. "Art. 763.- El comprador debe pagar el precio de la cosa en el lugar y fecha convenidos. En defecto de
estipulación, debe pagarlo en el lugar y acto de entrega."
37
Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba
(República Argentina)
http://www.acader.unc.edu.ar

La extensión del principio que inspira esta norma a otros casos de


obligaciones recíprocas, es lo que permite solucionar el caso del pago de los alquileres que
mencionamos más arriba, y es aplicable también a la locación de obra, o al pago de los
salarios de los obreros, en el campo del derecho laboral.
Por último, en los casos en que no haya nada previsto, ni expresa ni
tácitamente, el pago deberá exigirse en el domicilio del deudor, como lo expresa el art. 563 en
su parte final, pero como puede suceder que durante la vida de la relación obligatoria el
deudor haya mudado de domicilio, el art. 564 dispone:
"Si el deudor mudare de domicilio y éste fuere designado a los efectos del
pago, el acreedor tendrá opción para exigirlo, sea en el actual o en el primero."
En principio, si las partes designaron expresamente el domicilio del
deudor como lugar de cumplimiento, éste no podrá alterarse, sin embargo la ley ha conferido
al acreedor una opción, permitiendo que reclame el pago en el nuevo domicilio, por
considerar que con ello en nada se perjudica al deudor; esto no siempre es así. Supongamos
que el deudor se domicilia en un campo de su propiedad y promete en venta los frutos de una
cosecha futura, fijando su domicilio como lugar de cumplimiento; posteriormente, y antes de
vencer la obligación muda su domicilio a Asunción. ¿Podría optar el acreedor, y exigir la
entrega de los frutos en el nuevo domicilio? Creemos que no, pese a lo dispuesto en el
artículo 564.
La misma norma ha agregado un supuesto no contemplado en el viejo
Código, que permite al deudor opción similar cuando "el acreedor hubiere cambiado de
domicilio y éste fuere el lugar indicado". El dispositivo es pasible de las mismas críticas que
hemos formulado a la solución dada en el caso de cambio de domicilio del deudor.

13) Tiempo del pago. Plazo determinado e indeterminado.

Recordemos en primer lugar que las llamadas obligaciones puras y

"Art. 786.- En la venta sobre documentos, el vendedor se libera de la obligación de la entrega por la
remisión al comprador del título representativo de la mercadería y los otros documentos establecidos por la ley y,
en su defecto por los usos".
"Art. 787.- Salvo pacto o usos contrarios, el pago del precio y de los accesorios debe realizarse en el
momento y en el lugar en que se verifica la entrega de los documentos indicados en el artículo anterior.
Cuando los documentos son regulares, el comprador no puede negar el pago del precio aduciendo
excepciones relativas a la calidad y al estado de las cosas, a menos que estas resultaren ya demostradas."

38
Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba
(República Argentina)
http://www.acader.unc.edu.ar

simples no están sometidas a un plazo de "exigibilidad" y deben ser cumplidas en el momento


mismo de contraerse, como ocurre por ejemplo en la compraventa de contado. Puede suceder,
sin embargo, que las partes hayan concedido de manera expresa o tácita un plazo, sea para la
"exigibilidad" (ver figura N° 1), sea sólo para el "cumplimiento" (ver figura N° 2).
El plazo es un elemento accidental del acto jurídico, y cuando actúa
sobre la causa generadora de la obligación, no impide que ella nazca, pero en el primer
momento es puramente un "débito" todavía no dotado de "responsabilidad", como lo
graficamos al mostrar la flecha que ha alcanzado a engendrar únicamente el primer aspecto
del vínculo.

Figura N° 1

Transcurrido el plazo fijado, la causa generadora hace que el vínculo


esté dotado de responsabilidad, y el acreedor puede exigir el pago.
Las obligaciones puras y simple son exigibles desde el momento de su
nacimiento, pero en ellas puede encontrarse presente un plazo de "cumplimiento", que no
afecta en manera alguna la facultad del acreedor de reclamar el pago cuando lo desee.

Figura N°

39
Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba
(República Argentina)
http://www.acader.unc.edu.ar

Procuraremos ilustrar con un ejemplo lo que denominamos plazo de


"cumplimiento". Mercedes sale a efectuar compras para la casa; en el almacén de la esquina
elige unas mercaderías; se trata de una compraventa de contado, que hace nacer obligaciones
exigibles de inmediato: pagar el precio y entregar la mercadería. Mercedes abona la compra y
le deja al almacenero una bolsa para que coloque en ella los artículos adquiridos, mientras
prosigue su gira hacia la verdulería y la carnicería, con el propósito de retirar los artículos de
almacén recién cuando complete su recorrido. Con esa actitud está concediendo al
almacenero un plazo tácito para la entrega de la mercadería comprada, pero ese plazo no
afecta la "exigibilidad" de la obligación, sino que actúa únicamente sobre el "cumplimiento",
por eso en la figura N° 1, vemos que el plazo ha "frenado" el acto jurídico del pago.
La diferencia es sustancial; cuando el plazo actúa sobre la causa
generadora el acreedor no puede reclamar el cumplimiento mientras no haya transcurrido; y
cuando actúa solamente sobre la prestación, puede exigirla en cualquier momento. Esto
repercute en el régimen de la mora, donde vencido el plazo de "exigibilidad" el deudor cae en
mora automáticamente (artículo 424, 1er. párrafo) 53, mientras que frente al plazo tácito que
actúa solamente sobre el cumplimiento, será menester que el acreedor reclame el pago
(segunda parte del primer párrafo, artículo 424).
Como es lógico, habrá que estar por sobre todas las cosas a lo
convenido por las partes, tal como lo expresa el artículo 561:
"El pago debe hacerse en el día del vencimiento de la obligación. Si no
hubiere plazo ni resultare de las circunstancia, será exigible inmediatamente."
Como ustedes advertirán la norma alude sólo al plazo de
"exigibilidad", lo que no puede extrañarnos pues la doctrina tradicional no ha advertido la
distinción que existe con el plazo de "cumplimiento". Sin embargo en el propio Código se
encuentran ejemplos de esta última especie; vemos así que la obligación de restituir que pesa
sobre el comodatario, cuando no se ha convenido expresamente un plazo, está sometida a un
plazo tácito de cumplimiento, ya que -como dispone el artículo 1281- es exigible en
53
. "Art. 424.- En las obligaciones a plazo la mora se produce por el solo vencimiento de aquél. Si el plazo no
estuviere expresamente convenido, pero resultare de la naturaleza y circunstancias de la obligación, el acreedor
deberá interpelar al deudor para constituirlo en mora. ..."

40
Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba
(República Argentina)
http://www.acader.unc.edu.ar

cualquier momento y debe restituirse la cosa "tan pronto el comodante la reclame" 54.
Ahora bien, si no hay plazo de exigibilidad designado, habrá que
solicitarle al juez que lo fije; es lo que sucede frente al plazo "indeterminado", que no debe
confundirse con el plazo "incierto".
El plazo incierto ha sido fijado por las partes con relación a un
acontecimiento futuro, que forzosamente debe suceder, pero no se sabe cuando ocurrirá: por
ejemplo, la próxima lluvia, o cuando fallezca Fulano. Eduardo, que posee un tractor, se
compromete a arar mi campo cuando caiga la próxima lluvia; esa obligación tiene plazo
"determinado" por las partes, pero "incierto", porque no se sabe cuando va a caer la próxima
lluvia; se trata de uno de los supuestos comprendidos en la última parte del artículo 561, que
hemos reproducido más arriba.
En cambio cuando el plazo no se encuentre determinado, será
aplicable por una parte el segundo párrafo del artículo 424, que establece el régimen de la
mora del deudor, y lo dispuesto en el artículo 562:
"Si el título constitutivo facultare al deudor para pagar cuando pudiere o
tuviere medios suficientes, el juez, a instancia de parte, fijará el día en que deba
cumplirse la prestación. ..."
Si el acreedor entiende que su deudor ya está en condiciones de pagar,
porque tiene "medios suficientes", y el deudor se rehusa a hacerlo, deberá dirigirse ante el
juez para que fije el plazo; el magistrado citará al deudor, escuchará las razones de ambas
partes y determinará el plazo de cumplimiento. Este trámite suele estar previsto en los
Códigos procesales entre las llamadas "medidas preparatorias".
Por último, si hubiese quedado a voluntad del acreedor fijar el plazo,
podría el deudor que desee liberarse pedir al juez que lo haga (artículo 562, parte final).
La previsión es acertada, porque el plazo funciona en beneficio de
ambas partes (artículo 335) 55; puede suceder que se trate de una obligación de entregar
cantidades de cosas, y el acreedor no tenga todavía donde almacenarlas; sin embargo, no es
admisible que el deudor se vea forzado a cuidarlas indefinidamente, y por eso la ley prevé
54
. "Art. 1281.- Si no se hubiere pactado la duración del comodato ni del uso a que la cosa debía ser destinada,
el comodatario está obligada a restituirla tan pronto como el comodante la reclame."
55
. "Art. 335.- El plazo en los actos jurídicos se presume establecido a favor de todos los interesados, a no ser
que resultare lo contrario del objeto de aquéllos o de otras circunstancias. El pago no podrá hacerse antes del
término sino de común acuerdo. ..."

41
Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba
(República Argentina)
http://www.acader.unc.edu.ar

que -si desea liberarse- pueda pedir judicialmente la fijación del plazo de cumplimiento.

14) Caducidad del plazo. Casos.

La caducidad afecta a los plazos que denominamos de "exigibilidad";


su efecto es considerar vencido un término que todavía no ha transcurrido íntegramente, y
hacer que el acreedor pueda reclamar de inmediato el pago de la obligación.
Antes de analizar las distintas hipótesis de caducidad que la ley
contempla, procuraremos encontrar el fundamento común que las inspira. Sucede que si se
esperara que el plazo transcurra el cumplimiento se tornaría ilusorio, sea porque los bienes
del deudor insolvente serían liquidados por otros acreedores, sea porque se perdería la
preferencia sobre un bien determinado, o porque ese bien corre el riesgo de destruirse.
Cuando se presentan estas contingencias la ley considera justo que la
obligación se torne exigible de inmediato ya que, en caso contrario el crédito se vería
gravemente afectado. Por eso dispone el artículo 566:
"El acreedor podrá exigir el pago antes del vencimiento cuando el deudor
cayere en insolvencia, o si por hecho de este hubieren disminuido las garantías
estipuladas o no se dieren las prometidas. ..."
El Código de Vélez, en su artículo 753, exigía como condición no
solamente la insolvencia del deudor, sino que se hubiese abierto su concurso de acreedores, o
pedido la quiebra, exigencia tradicional que también aparece en el Código Napoleón 56 y
todos los que lo han tomado como modelo. El nuevo artículo aparentemente suprime el
requisito; creemos, sin embargo, que la jurisprudencia tendrá que mantenerlo, pues es la única
manera de apreciar objetivamente el estado de insolvencia, pues de lo contrario se
multiplicarían los pleitos cada vez que el acreedor se le ocurriese arbitrariamente sostener que
su deudor está en insolvencia y, por ello, reclamar anticipadamente el pago de la obligación.
Además esta norma debe concordarse con lo dispuesto por el artículo 336, que al tratar del
plazo como modalidad de los actos jurídicos, dispone:
"El deudor sometido a concurso no puede reclamar el plazo para el
cumplimiento de la obligación. Aunque el término se hubiere establecido en
56
. Art. 1188 del Código civil francés.
Vélez Sársfield, en la nota al artículo 572, citaba como concordantes los artículos 1141 del Código de
Nápoles; 1279 del Código sardo y 1307 del holandés.

42
Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba
(República Argentina)
http://www.acader.unc.edu.ar

favor del deudor, puede el acreedor exigir inmediatamente la prestación si el


deudor hubiese disminuido, por acto propio, las garantías prometidas".
Si se ha abierto el concurso, es lógico que caduquen los plazos de las
obligaciones pendientes, para que todos los acreedores puedan presentarse y lograr
colocación de su crédito, sin quedar postergados.
La segunda parte del artículo 566, al igual que la del art. 336, se refiere
a los casos en que la falta de garantías, o la disminución de las que se convinieron, torna
peligroso esperar que transcurra el plazo, permitiendo al acreedor reclamar de inmediato el
cumplimiento. Debe entenderse, sin embargo, que si el deudor ofreciese nuevas garantías que
asegurasen de manera suficiente el cumplimiento, no se operaría la caducidad del plazo.
La última parte del artículo 566 se refiere a la situación de los
codeudores solidarios, disponiendo acertadamente que para ellos el plazo mantiene validez,
por supuesto que siempre que a su vez no cayesen en insolvencia. Lo mismo sucede con
relación a los fiadores "que gozarán del término prefijado".
Por análogas razones el artículo 567 prevé otra hipótesis de caducidad,
en favor de los acreedores hipotecarios o prendarios, si los bienes afectados en garantía del
crédito "fueren vendidos en remate judicial y a requerimiento de otros acreedores".
Supongamos que un acreedor hipotecario en primer grado no puede
exigir el capital hasta dentro de un año, y se presenta otro acreedor, cuya hipoteca es de grado
inferior, pero garantiza un crédito ya vencido, razón por la cual inicia ejecución y se dispone
el remate del bien. Si no caducase el plazo de la deuda garantizada con hipoteca en primer
grado, a pesar del rango preferente de su crédito, se quedaría sin cobrar. Lo mismo sucede si
se rematan los bienes afectados por una prenda.
Debe señalarse que el nuevo artículo ha mejorado la relación que tenía
su antecedente, el artículo 754 del Código de Vélez, dándole a la norma suficiente elasticidad,
pues comprende todas las hipótesis en que el bien que garantiza el crédito sea vendido en
remate judicial.
Además hay una tercera hipótesis, a la que no hace referencia el
artículo 567, pero está regulada en el capítulo V, Tit. IX, del Libro Cuarto, al tratar de la
hipoteca. Vemos allí que el artículo 2375 prohibe al propietario del inmueble hipotecado
realizar actos que tengan "por consecuencia disminuir el valor del inmueble hipotecado",
porque ello va en detrimento del derecho real de garantía que lo afecta; luego, en el artículo
2376, se faculta al acreedor hipotecario "aunque su crédito fuere a término", a solicitar las
43
Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba
(República Argentina)
http://www.acader.unc.edu.ar

medidas conservatorias necesarias para asegurar su derecho 57 y, finalmente, el artículo 2378


expresa que en los casos en que se hubiese producido ese menoscabo:
" ... los acreedores hipotecarios podrán aunque sus créditos no estén
vencidos, demandar que el deudor sea privado del beneficio del plazo otorgado
por el contrato".
Lo curioso es que esta norma, ubicada en el capítulo de la hipoteca, y
no el parágrafo destinado al tiempo del pago, es la que mejor caracteriza los efectos de la
caducidad del plazo.

15) Los pagos anticipados.

Hemos dicho en varias oportunidades que el plazo, por lo general, está


puesto en interés de ambas partes. Por ello el artículo 335 dispone:
"El plazo en los actos jurídicos se presume establecido a favor de todos los
interesados, a no ser que resultare lo contrario del objeto de aquellos o de otras
circunstancias. ..."
Por supuesto que si media acuerdo entre acreedor y deudor no existe
ningún inconveniente para que se altere el plazo y se reciba el pago anticipadamente. Sin
embargo, contemplando uno de los problemas que con más frecuencia se suelen suscitar, y
atendiendo siempre los intereses de ambas partes, el Código ha previsto en el artículo 568:
"Si el deudor quisiere realizar pagos anticipados, y el acreedor recibirlos,
éste no puede ser obligado a hacer descuentos."
Salvat opina que este artículo, al hablar de "descuentos", se refiere
exclusivamente a la reducción de intereses, en las obligaciones de dar sumas de dinero;
pensamos, sin embargo -junto con Colmo y Galli- que en el término "descuentos" está
comprendida la posible disminución del capital o suma adeudada, o la reducción del número
de individuos, en las obligaciones de género, o de las prestaciones debidas en las obligaciones
de dar cantidades de cosas.
57
. "Art. 2375.- El propietario del inmueble hipotecado conserva el ejercicio de todas las facultades inherentes
al derecho de propiedad pero no puede ejercer acto alguno de disposición material o jurídica, que directamente
tenga por consecuencia disminuir el valor del inmueble hipotecado".
"Art. 2376.- El acreedor hipotecario, aunque su crédito fuere a término, subordinado a condición o a
evento, podrá solicitar todas las medidas conservatorias para asegurar su derecho, e impedir los actos previstos
en el artículo anterior. ,,,".

44
Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba
(República Argentina)
http://www.acader.unc.edu.ar

En definitiva, aunque el acreedor acepte el pago que su deudor le


ofrece anticipadamente, puede exigir la prestación íntegra, con la totalidad de los intereses
que podía devengar. La solución encuentra justificativo en el hecho de que el acreedor tiene
una legítima expectativa de que esa relación jurídica le reditúe un beneficio durante todo el
plazo de su vigencia.
Los pagos anticipados pueden suscitar también problemas con relación
a terceros, que a su vez son acreedores de alguna de las partes, y podrían verse defraudados si
con esos pagos se disminuyese la garantía patrimonial que respalda sus créditos. Por eso el
artículo 817, en materia de locaciones, admite que los terceros puedan "impugnar los pagos
anticipados de los arrendamientos, conforme a los principios generales".

45

También podría gustarte