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Gaviria es un radical que exige orden y pulcritud en materia política, es

decir que haya una claridad y respeto


a las ideas y formas de expresión, lo ve muy dificil que la sociedad
acepte esta forma diferente de vivir y de
familia, pero siempre aclara que la ley tiene como deber garantizar la
libre expresión sin oprimir a las personas
por su condición diferente para pensar.

En su premisa formula la siguiente pregunta:


¿Qué tan madura está nuestra sociedad para aceptar cambios como el
matrimonio de personas del mismo sexo o el aborto?
Gaviri dice que la sociedad siempre esta lista para el cambio y el
progreso desde todos los ámbitos es decir
es una sociedad lista para progresar, ahora lo que es cierto es que el
progreso no deben imponerse
no deben imponerse como obligatorias sino como directrices que pueden
ser seguidas por la gente. Sólo y solamente
de esta manera se pueden asimilar conductas que antes no eran legítimas.
Pero ¿Cómo obtener aceptación en esos temas si el Estado
es tan conservador y católico? El reto de la Constitución de 1991 es
empezar a generar creencias
que no pueden probarse y que pueden considerarse un obstáculo para que
las personas cambien de actitud mental y de conducta.

La propuesta consiste en tratar de adoptar una actitud diferente y tratar


una pedagogía distinta. La Constitución no debe leerse
sólo como una propuesta política sino también como una propuesta
pedagógica, que debe ser implementada en la sociedad didacticamente
y no ser una especie de dictadura escondida catolica y conservadora, lo
principal es que lo que se establece no antente con el bienestar
de los humanos. Aceptar o no el matrimonio gay es un problema que atenta
y obliga a esconder a las personas atropeyando de esta manera
sus derechos humanos. Gaviria dice es antidemocratico tenes que obligar a
ciertas personas a que mientan y engañen, la democracia debe
permitir a las personas ser como son, siempre y cuando no atenten con la
sociedad, contra las derechos humanos.

Los psicólogos que han estudiado ese tema se inclinan más porque esas
distorsiones familiares de las que tanto
no son ciertas y, por tanto, el argumento de que la sociedad es muy
conservadora hay que tomarlo sin tanta relevancia
en el sentido en que nadie va a ser obligado a incurrir en una conducta
que considera indeseable.
Lo que sí se le puede pedir a un ciudadano es que respete al vecino que
tiene una noción distinta de lo deseable y lo indeseable.

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