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Tal vez sería necesario recordar la cita de Albert Einstein: “¿Por qué esta
magnífica tecnología científica, que ahorra trabajo y nos hace la vida
más sencilla nos produce tan poca felicidad? La respuesta es ésta:
simplemente, porque aún no hemos sabido cómo emplearla con acierto”.
Seguramente aún tardaremos años antes de aprovechar racionalmente
esta tecnología para que nos haga la vida más fácil, y no pase al
contrario. O tal vez no sea exclusivamente una cuestión de tecnología,
sino de mentalidades.
Nuestro país está incorporando las TIC en el ámbito del museos muy
lentamente comparado con los países de nuestro entorno. Existe un
problema de mentalidades, que seguramente se en el momento en que
la tecnología sea más conocida.
Uno de los riesgos que se relaciona con las tecnologías hace referencia a
los recursos humanos, como si las TIC pudieran poner en peligro los
actuales puestos de trabajo. Al contrario, las TIC no sustituyen ninguna
de las tareas que ya realizan los centros, sino que facilitan algunas de
ellas con mayor rapidez y calidad, y normalmente generan más trabajo.
Tampoco obligan a tener una formación informática, ya que gran parte
de las tareas a desarrollar es crear contenidos, que son generados por
especialistas, precisamente los museòlegs. Eso si, hará falta rellenar
plantillas con algún informático o tener apoyo informático externo
Otro de los aspectos positivos de las TIC hacia los museos es que
permiten que éstos sean referentes de conocimiento en la red de
Internet, ya que cualquier documento o información procedente de los
museos se considera de la misma categoría que el de otros centros de
investigación o educación (I+D o Universidades). Uno de los grandes
problemas de Internet es generar contenidos de calidad e ir
discriminado todo aquello que no tiene fundamento, por lo tanto los
contenidos que proporcionan los museos pueden convertirse en
referentes del conocimiento y aprendizaje de la sociedad. Como se
puede observar, la función educativa del museo puede resultar todavía
más significativa en este contexto y por lo tanto tiene que coordinarse
adecuadamente con los centros pedagógicos locales (Delacôte, 1998).
¿DISCUSIÓN SUPERADA?
En principio, muchos de los proyectos del grupo Oliba han tenido como
objetivo la generación de modelos teóricos a partir de las experiencias
prácticas, que pudieran ser exportables a diferentes instituciones con las
mismas características. En las experiencias se han valorado tanto los
aspectos puramente técnicos, como los aspectos referentes a los
gestores del museo que han trabajado en la aplicación, si realmente la
experiencia ha resultado provechosa y, sobre todo, cuál ha sido la
respuesta del público.
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