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4.

5 Dividendos:

Los accionistas desde el momento que se unen para formar o adquirir una sociedad lo

realizan con un fin, el fin de estas sociedades son el de actividades lucrativas para obtener

algún beneficio. Para evitar discrepancias entre los accionistas se establecieron derechos y

obligaciones para los accionistas, debido a que las acciones al ser las acciones consideradas

por la Ley de Título y Valores como bienes mobiliarios es coherente establecer una serie de

normas. La Ley General de Sociedades (N° 26887) establece a los dividendos como parte

de las utilidades que generan estas sociedades en sus diversas actividades lucrativas.

Podemos definir a los dividendos como parte de los beneficios corporativos que se le

confieren a los accionistas. Estos dividendos surgen por las inversiones que la empresa

realiza que son llamados también utilidades, no contabilizándose los montos que se usa

para reinvertir de nuevo por consiguiente el restante pasa a ser divido entre los accionistas.

Los montos de estos dividendos varían dependiendo el tipo o política de cada empresa o

sociedad.

La repartición de dividendos es un derecho fundamental para los accionistas de una

empresa según el artículo 95 de la Ley General de Sociedades que establece para las

acciones que tienen derecho a voto, el derecho de participación en reparto de utilidades.

Esta misma premisa se repite para las acciones que no tienen derecho a voto debido a que

esta regla es fundamental en la definición de los dividendos la cual sino se cumple estaría

omitiendo la finalidad elemental de este (como se cita en De la Piedra, 2012).


4.5.1. Dividendo obligatorio:

En la vida real ocurren conflictos debido a que las sociedades deben muchas veces

decidir sobre las utilidades las cuales los socios mayoritarios que tienen muchas acciones

prefieren el reforzamiento del patrimonio de la sociedad con tal de aumentar su solvencia y

valor lo cual aumenta el valor de sus acciones; en cambio, los socios minoritarios prefieren

el pago de sus dividendos respectivos ya sea en efectivo o en acciones.

Para evitar estos conflictos de intereses e ideas según la Ley General de Sociedades

en su artículo N°231 exige la distribución de dividendos en forma de efectivo hasta por un

monto igual a la mitad de la utilidad distribuible de cada ejercicio, luego de detraído el

monto que debe aplicarse a la reserva legal, si así lo solicitan accionistas que representen

cuando menos el 20% del total de las acciones suscritas con derecho a voto.

Este artículo funciona como un mecanismo de protección hacia los inversionistas

minoritarios denominados “socios rentistas” que desean el retorno de su inversión al

contrario de los socios que desean el crecimiento económico de la empresa.

Cabe recalcar que este artículo considera como limitaciones al dividendo obligatorio:

1. Solamente puede acordarse respecto a la utilidad del último ejercicio.

2. No puede ser solicitado por titulares de acciones que tengan un régimen especial sobre

dividendos; esto último se daría, por ejemplo, en el caso de las acciones pertenecientes a

una clase que tengan precisamente este régimen especial.

Estas limitaciones que están vigentes en la actual Ley General de Sociedades no

existían en la anterior ley, tal como lo expresa Echaiz (2009):


La vigente normatividad es más idónea que la contenida en el artículo 260 de la

ahora derogada Ley General de Sociedades, puesto que: primero, el reparto debe ser

necesariamente en dinero; segundo, sólo se permite deducir del reparto el importe

de la reserva legal; y, tercero, se ha eliminado la exigencia según la cual el dividendo

obligatorio se daba únicamente en aquellos ejercicios en que la utilidad neta,

deducidos impuestos y reserva legal, fuese superior al 7% del capital pagado. (p.11)

Esta nueva norma facilita el proceso al momento del que los accionistas solicitan el

dividendo obligatorio siendo la condición más importante con tener al menos el 20% de las

acciones con derecho al voto. Esto provocaría el cobro de los dividendos en el menor

tiempo posible, adquiriendo por así decirlo el beneficio de dividendos preferenciales en el

aspecto de cobrar con anticipación.

4.5.2 Establecimiento para la distribución de dividendos

Destinos obligatorios

Destinos optativos:

Una vez de cumplir con los destinos obligatorios se puede proceder a:

-Aplicar las utilidades del ejercicio a las utilidades acumuladas.

-A su vez para seguir invirtiendo y generar mayor rentabilidad se considera


capitalizar las utilidades. Se realiza un aumento del capital social y como lo estipula el
artículo 202 de la ley general de sociedades se emitirán nuevas acciones o aumentará el
valor nominal de las existentes debido a la capitalización de utilidades, beneficios, etc.

-Distribución de las utilidades. Esto se hace, como se ha dicho, materializando el


derecho mediante la distribución de dividendos en una cuenta por cobrar a favor del
accionista frente a la sociedad.
Descritos los aspectos principales que deben tenerse en cuenta para la distribución de
utilidades, corresponde detallar los requisitos que la LGS establece para el reparto de
utilidades como dividendos en una sociedad anónima:

1. La distribución de dividendos solo puede hacerse en mérito de los estados


financieros preparados al cierre de un determinado periodo. Según el artículo 221 de la
LGS, corresponde al directorio, una vez finalizado el ejercicio económico, formular la
memoria, los estados financieros y, en caso de haber utilidades, formular una propuesta de
aplicación de estas, la que será aprobada o desaprobada por la junta general, atendiendo a la
situación financiera de la sociedad y de los accionistas.

La junta obligatoria anual de accionistas debe pronunciarse necesariamente sobre la


aplicación de las utilidades respecto a los estados financieros aprobados en dicha junta. Esta
obligación se encuentra contemplada en forma expresa en el artículo 1147 de la LGS, el
cual señala que la distribución se hace con base en los estados financieros al cierre de un
ejercicio o de un determinado periodo, en las circunstancias especiales que acuerde el
directorio.

Así pues, cuando la repartición de dividendos se da en este último caso, nos encontramos
ante el supuesto de repartición de dividendos a cuenta (el cual comentaremos más
adelante). Cabe indicar que en las sociedades que no cuenten con directorio, estas
obligaciones recaen en el gerente general.

2. Las sumas que se repartan no pueden exceder del monto de las utilidades que
efectivamente se hayan obtenido. Por simple que pueda parecer este requisito, es
fundamental en tanto apunta a proteger el patrimonio de la sociedad y, por ende, el interés
de sus acreedores, accionistas y terceros contratantes.

Concordamos con Hernández Gazzo (2003: 111) cuando afirma que distribuir utilidades
inexistentes a los accionistas supone la entrega o devolución de activos de una forma
encubierta, obviando el procedimiento formal para la reducción de capital que prevé la
LGS, lo cual implica, entre otras cosas, omitir publicaciones y la consiguiente posibilidad
de que acreedores y terceros legitimados ejerzan el derecho de oposición.
Elías (2011: 91) sostiene una posición similar sobre el particular. 3. Solo pueden ser
pagados dividendos en razón de utilidades obtenidas o de reservas de libre disposición, y
siempre que el patrimonio neto no sea inferior al capital pagado. Este requisito se encuentra
recogido en el artículo 230 de la LGS.

Concordamos con Hernández Gazzo (2003: 114) cuando sostiene que no es adecuado que
este artículo requiera que la comparación del patrimonio neto se efectúe con el capital
pagado y no con el capital suscrito, dado que el capital pagado es, en el mejor de los casos,
igual al capital suscrito. Así, tenemos dos supuestos:

i) si todo el capital suscrito está pagado, la precisión es inocua; y


ii) ii) si el capital suscrito no está totalmente pagado, el hecho de establecer una
comparación entre patrimonio neto y capital pagado (en lugar del suscrito)
flexibilizaría este requisito, tomando en cuenta que el capital pagado sería
inferior. Podría darse el caso de que, pese a que el patrimonio neto sea inferior
al capital suscrito, y siendo mayor al capital pagado, la utilidad pueda,
efectivamente, ser repartida.

4. Todas las acciones de la sociedad, aun cuando no se encuentren totalmente pagadas,


tienen el mismo derecho al dividendo.

Según Hundskpof (2006: 64-65), el fin de esta norma es corregir un artículo de la ley
anterior, mediante el cual se establecía que los dividendos debían distribuirse
necesariamente en proporción a las sumas.

4.5.3 Caducidad para el cobro de dividendos

Consecuencia del desconocimiento de los accionistas no sólo se encuentran limitados

en el ejercicio de sus derechos políticos, sino que con el transcurso del tiempo pueden

caducar sus derechos económicos.


Tal como se puede apreciar, los dividendos tienen fecha de expiración la cual se

señala en la actual Ley General de Sociedades que establece en su Art. 232° que: “El

derecho a cobrar el dividendo caduco a los tres años, a partir de la fecha en que su pago era

exigible conforme al acuerdo de declaración del dividendo”.

Cabe precisar que aun cuando el término «dividendo» no se ha definido directamente

en la ley, se puede deducir de una interpretación sistemática de los arts. 107°

(segundo párrafo) y 231° de la LGS que su concepto comprende tanto el pago en

dinero como en acciones (acciones liberadas). (Acosta, 1999, p. 835).

Esto precisa que los dividendos se pueden representar en pago como acciones, además, en

el artículo 232 se menciona que el dividendo de caducarse este pasará a la reserva legal.

Cabe mencionar si esta caducidad afecta a los dos tipos de dividendos tal como los

dividendos expresados en dinero o dinerario y los dividendos expresados como acciones

liberadas. Para el pago dividendo obligatorio especifican el tipo de dividendo que en ese

caso es el dividendo dinerario, no obstante, en este caso interpretamos y consideramos

como caducable a los dividendos dinerarios por ser pendientes de cobro que pasarán a la

reserva legal sino se llegan a reclamar.

Cabe preguntarnos si la caducidad alcanza a los dos tipos de dividendos tanto al dinerario

como a las acciones liberadas. En nuestra opinión sólo cabe la caducidad respecto de los

dividendos dinerarios; puesto que sólo estos se encuentran pendientes de cobro.

En efecto, cuando se acuerda la distribución de dividendos dinerarios, la sociedad reconoce

un crédito a favor del accionista. Este tiene que efectuar su cobro para tener a su

disposición el importe correspondiente a dichos dividendos.


En cambio, las acciones liberadas son reconocidas por la sociedad mediante su inscripción

en la matrícula de acciones, la cual justamente acredita la propiedad de las mismas (Art.

91° de LGS). Según la legislación societaria la posesión de los títulos emitidos a nombre de

una persona constituye un medio probatorio de propiedad, pero la prueba fundamental y

definitiva es la que se sustenta en la matrícula de acciones.

En buena cuenta, la sociedad al emitir acciones y registrarlas en la matrícula

correspondiente ha reconocido los derechos inherentes al accionista y por ende su

titularidad (al margen que proceda o no a emitir los títulos); salvo resolución judicial en

sentido distinto.

Los dividendos dinerarios al encontrarse pendientes de cobro pueden sufrir las

consecuencias de la caducidad prevista en el Art. 232° de LGS, norma que sanciona de este

modo al acreedor negligente.

La norma precisa además que estos recursos que figuran en el activo incrementan el

patrimonio en la cuenta de la reserva legal, salvo que habiendo llegado ésta a su límite

máximo se proceda a su capitalización o a su redistribución.

4.6 Primas de Capital

Las primas de capital solo deben ser distribuidas cuando la reserva legal esté a su

tope.
Gargurevich, J. (2004). Dividendo preferencial de las acciones sin derecho a voto. Revista

de derecho Ius et veritas, (28), 68-75. Recuperado de

http://revistas.pucp.edu.pe/index.php/iusetveritas/article/download/16047/16470/

Acosta, A (1999). La protección del accionista minoritario en las Sociedades Anónimas

Abiertas. Derecho PUCP. Recuperado de

http://revistas.pucp.edu.pe/index.php/derechopucp/article/viewFile/6438/6496

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