que se arrastra con color a verdad. Soy alba ensangrentada y toda pintada…
Soy soberana acidez que brillante
grita para orquestar el sufrimiento. Soy llagas podridas sobre madera que al tiempo me envenenan. Soy sangre que callada dona vida a la tierra.
Soy chola, mestiza, zamba, loba,
castiza, mora, india, española, cimarrona, morisca, china, gíbara, albarazada, mulata, negra, … Soy linaje de castas, soy retahíla de matices, soy obscuridad, soy claridad, soy grises. Soy gramática impuesta por boca y nariz. Soy látigo cortante, soy una cruz pesada que de tres carabelas se baja. Soy un disturbio de paz, soy violación entre penumbras, me deja tirada y es mi tatarabuela una masa de carne que sació tu sed de león. Soy mi vagina toda rota, soy mis lágrimas hidratantes, soy el temor de caminar normal.
Soy hija de diosas, de reinas, de espíritus,
hija de un germen, hija de tambores, de maracas, de ritos. Soy cadena de metal que traspasa mi dulce piel, descuartizándome hasta la raíz. Soy ojos medidos cual rigor muere y me mata.
Soy bota que parte mi tráquea
ahogándome con la propia sangre. Soy un precio que se negocia en un mercado bajo el Sol caliente, soy un llanto de padre, un grito de madre, la aparición de la virgen, la revelación de un chamán, soy cacica, soy alma. Soy la muerte de generaciones. Soy orgullo de mis cantos, de mis múltiples dioses, de dios, de mis pieles, de mis muertes, de mis partos, de mis llantos, de mis turbantes, de mis joyas, de mis cantos, de mis rituales, de mis músicas, de mis lenguas, de mis generaciones, de mis musas, de mis viajes, de mi libertad. Soy orgullo de mí.