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ENSAYO

ENTORNOS VIRTUALES DE APRENDIZAJE

JOSE LUIS TORO CRIOLLO

TUTOR:

GIOVANNI LOPEZ MOLINA

MAGISTER EN INFORMÁTICA Y CIENCIAS DE LA COMPUTACIÓN

UNIVERSIDAD DE SANTANDER (UDES)

ENTORNOS VIRTUALES DE APRENDIZAJE PLATAFORMA CAMPUS VIRTUAL UDES

ARMENIA QUINDIO

2018
ENTORNOS VIRTUALES DE APRENDIZAJE

Las nuevas corrientes pedagógicas insisten en la necesidad de llenar la clase con todo tipo de
recursos que posibilitan y hagan más fácil el aprendizaje escolar. De ahí que los ambientes
educativos han sido objeto de diversas transformaciones a medida que las estrategias y los
medios de comunicación han cambiado.

Nos encontramos en plena vorágine de cambio social y cultural provocando con las TIC “La
sociedad de la información”, en general las nuevas tecnologías inciden de manera significativa en
todos los niveles educativos del mundo, se han asimilado con facilidad por docentes y alumnos
esta nueva cultura.

La incorporación de tecnologías al ámbito educativo permite potenciar los modelos de educación


ya existentes y la creación de nuevas propuestas con fines de formación permanente, donde el uso
combinado de métodos pedagógicos y materiales de autoaprendizaje con el uso de diversas
tecnologías, posibilita procesos educativos y comunicacionales que implican el acercamiento
entre los agentes involucrados en la enseñanza - aprendizaje (PEREZ GUTIERREZ, 2003).

Dichos procesos se ajustan coherentemente al desarrollo de mi quehacer pedagógico en


particular, pues dichas herramientas como; los navegadores, buscadores, correos electrónicos,
páginas web, Netiqueta y otros, se han utilizado en forma paulatina dependiendo del nivel de
formación en que se encuentre el estudiante.

Han arrojado desde su aplicación, resultados significativos para que el estudiante adquiera
aprehensión de conocimiento, innove, agilice, su trabajo permitiendo la interacción con sus pares
despejando dudas con su maestro y apropiándose de su conocimiento.

Esta aseveración se relaciona estrechamente del texto de la revista electrónica, Teoría de la


educación que reza de la siguiente manera “Un espacio virtual educativo efectivo debe canalizar
tres vertientes básicas de las NTIC. Primeramente, la capacidad de trabajo en red, que permita
una localización geográficamente dispersa de los participantes y un sincronismo o un
asincronismo de las actividades formativas, según sea necesario. En segundo lugar, facilidades
multimedia e hipermedia que permitan contar con información digital heterogénea y representada
en diferentes formatos (texto, gráficos, sonido...) pudiéndola relacionar fácilmente. Y, por último,
una interacción persona - ordenador sencilla, intuitiva, pedagógica y completa, soportada por
interfaces de usuario donde se potencie la noción de usabilidad de las mismas, en lugar de buscar
la espectacularidad y el encantamiento momentáneo del usuario. La web es el ejemplo
paradigmático de servicio que mejor integra los tres ejes descritos, siendo el caldo de cultivo
idóneo sobre el que plantear la definición de un espacio virtual educativo o portal educativo
según la terminología web, aunque no el único”. (Carrasco, 2009)

Cabe resaltar que los cambios del rol de docente con respeto a las innovaciones pedagógicas se
deben a los grandes aportes del MEN, entidades gubernamentales, instituciones educativas
especialmente la universidad, por su interés en la incorporación de las TIC en su actividad
docente. Algunos de los factores que parecen haber contribuido a esta tendencia los señalaba
(BATES, 1993), hace ya una década: “La accesibilidad que proporcionan las TIC, su potencial
pedagógico; la facilidad de manejo por parte de profesores y estudiantes y la creciente presión
social para la incorporación de dichas tecnologías”.

Cabe resaltar las necesidades o herramientas dentro de un marco comparativo, la escuela


tradicional desarrolla su actividad pedagógica entorno a programas establecidos por el MEN con
una temática específica, determinados objetivos y para lograr unos fines particulares. Las
editoriales toman los programas de las diferentes asignaturas, desarrollan los temas en manuales e
inundan el mercado escolar. Con ellos los docentes y alumnos adquieren los textos y
circunscriben toda la actividad escolar con el saber especifico.

En esta condición, la clase se convierte en la transmisión de un conocimiento estrictamente


sistematizado, con un enfoque particular y en el que poco tiene que ver las necesidades e
intereses de los educandos y docentes.

Las nuevas corrientes pedagógicas insisten en la necesidad de llenar la clase y encantar al


educando con todo tipo de recursos que posibiliten y hagan más fácil el aprendizaje, colocando al
servicio de la educación el mundo digital, como forma de enseñar y aprender, que facilita la labor
educativa y produce resultados más positivos y significativos.
Las posibilidades que permite la combinación de presencialidad y virtualidad en las ofertas de
formación plantean distintos escenarios, en los que la tecnología y los profesores desempeñan
roles distintos. En los casos en que las TIC se integran a procesos formativos en los que se
mantienen de manera significativa las actividades presenciales, estas tecnologías pueden permitir
una mayor flexibilización, pero fundamentalmente deberían contribuir a una mejora de la calidad

de la docencia (CHICKERING & EHRMANN, 1996), a través de los siguientes aspectos:

– El fomento de un mayor protagonismo de los estudiantes en la regulación y el control de su


propio proceso de aprendizaje y en la adquisición de capacidades para aprender a lo largo de la
vida.

– La mejora continua de sus competencias en el uso de las TIC, especialmente cuando el dominio
de estas competencias forma parte de los objetivos de la propia actividad formativa.

– Un mayor incremento de la cantidad y la calidad de las interacciones entre el profesor y los


estudiantes y de los estudiantes entre ellos, que de forma complementaria puede abordarse
presencial y virtualmente, lo que facilita un mejor feed-back y la participación de aquellos
estudiantes más reacios a intervenir en público ante grandes grupos.

– Un mejor acceso a los contenidos y a sus distintas representaciones, lo que puede


complementarse con guías de estudio y propuesta de actividades.

– Una mejor adaptación a los ritmos, intereses y necesidades de cada estudiante y, en


consecuencia, una mayor personalización de la actividad docente.

– Un cambio de rol del profesorado, que puede liberarse progresivamente de la tarea de transmitir

conocimientos para convertirse en dinamizador y guía del proceso de aprendizaje de sus


estudiantes y, con el apoyo de las TIC, añadir mucho más valor a su tarea docente.

Teniendo en cuenta el aporte de los anteriores autores de la calidad de la docencia entre la


presencialidad y virtualidad, se observan aspectos relevantes con relación al estudiante que en
muchos casos es incapaz de trabajar en un aula presencial por su timidez, no pregunta, no
argumenta , no utiliza los recursos del aula y en su defecto en el otro campo lo podrá hacer con
mayor eficacia, seguridad en lo que el sabe y desea transmitir , pues en la virtualidad pasa de ser
un simple receptor pasivo a convertirse en un actor dinámico y activo. Se destaca también el
mejoramiento en la interaccion entre estudiantes y docentes y entre estudiantes – estudiantes,
donde se pone en juego la retroalimentación de contenidos y la capacidad de trabajo en red.

Para que se obtengan mayores logros se debe dar una mejora continua de las TIC, en cuanto a su
creatividad, exploración y actualización,

– Un proceso de evaluación de la actividad formativa que tienda a ser continuo y tenga en cuenta
el conjunto de actividades que estudiantes y profesores han llevado a cabo presencial y
virtualmente. (Sigalés, 2004).

Es preciso concluir que la herramienta pedagógica del Internet, permite a los docentes acompañar
y guiar a sus estudiantes con autogestión de recursos, diseñar y elaborar proyectos, esta
pedagogía es convergente y flexible al estudiante lo hace incursionar por la cultura, la
autorregulación, autodisciplina y métodos de estudio, poniendo a prueba su innovación y
creatividad.
Bibliografía

BATES, A.W. (1993). “Theory and practice in the use of technology in distance
education”. En: KEEGAN. Theoretical
principles of distance education. Londres & Nueva York: Rouledge.

CHICKERING, A.; EHRMANN, S.C. (1996). “Implementing the seven principles:


technology as lever”. AAHE
Bulletin [artículo en línea]. (octubre, págs. 3-6).
http://www.tltgroup.org/programs/seven.html

SIGALÉS, Carles (2004). “Formación universitaria y TIC: nuevos usos y nuevos roles”.
Revista de Universidad y
Sociedad del Conocimiento (RUSC). [artículo en línea]. UOC. Vol. 1, nº 1. [Fecha de
consulta: dd/mm/aa].
<http://www.uoc.edu/rusc/dt/esp/sigales0704.pdf>

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